Lolito estaba más decidido que nunca de frenar ésta situación. El único momento en que Mangel no lo estaba vigilando era en la noche, cuándo ambos dormían.

Esperó a que el chico de lentes se durmiera. Entonces tomó su teléfono celular, bajó al cuarto de baño, y se apresuró a marcar un número.

- ¿Aló?- Respondieron del otro lado de la línea.

- Auron.- Chilló de miedo.

- ¡¿Lolito?!- Auron se escuchaba alterado.- ¿Pasa algo?

- Si.- Respondió tratando de contener el llanto.

- ¡¿Que te hizo ese hijo de puta?!

- Auron, ayúdame por favor.- Le suplicó al castaño oscuro.- Mangel me tiene aquí encerrado en mi propia casa, no me deja salir ni usar el teléfono... Por favor ven mañana temprano, ya no aguanto.

- Mañana estaré allá, Lolito, por ahora cálmate que él te puede oír.

- Si.

De pronto, Lolito escuchó un fuerte golpe en la puerta del baño.- ¡Lolo, abre la jodida puerta!

- ¡Está aquí!

- Lolito, pase lo que pase no le abras la puerta.- Dijo Auron temiendo por la vida de su amigo.- En unos minutos estamos todos en tu casa.

- ¡Apúrate por favor!

- ¡Lolo, abre la puta puerta!

Lolito estaba llorando, presa del pánico, temiendo por su vida. Después, por un breve momento, dejó de escuchar los golpes, pero poco le duró el alivio, cuándo escuchó ahora un disparo. Si Auron y los demás no llegaban ahora, ya podía darse por muerto.

Después de dos disparos más, Mangel logró tirar la puerta y entrar al baño. Lolito trató de cubrirse, pero no sirvió de nada, ya que Mangel lo sujetó fuertemente del brazo, aprisionandolo contra su cuerpo.- ¡Camina, si no quieres que te mate aquí mismo!- Lolito hizo caso, no teniendo otra alternativa. Sabía que no tenía oportunidad de salvarse de ésta.- ¿Unas últimas palabras?

Lolito apretó los ojos, creyendo que era su fin, pero de pronto escuchó como la puerta principal se vino abajo.

- ¡Mangel, suéltalo!- Escuchó la voz de Vegetta.

- ¡¿Y si no qué?!- Le retó el peli-negro.

- Mangel, suéltalo por favor.- Trató de negociar Vegetta.- Podemos hablarlo, pero por favor no le hagas daño.

Hasta entonces Lolito vió que todos estaban ahí; Auron, Luzu, Willy, Fargan, Alex, Rubius, Vegetta... Incluso Akira y Nieves estaban ahí, preocupados por él.

- ¡Mangel, por favor déjalo ir!- Escuchó llorar a Nieves.

- ¡Cállense todos de una puta vez!- Gritó el azabache, sin quitar el arma de la sien de Lolito.

Lolito comenzó a cuestionarse mil cosas en ese momento, y dejó de escuchar con claridad lo que gritaban; ¿En qué momento todo se torció tanto?, ¿Por qué no puso un alto antes?, ¿Por qué no escuchó a sus amigos?, ¿Por qué no se alejó cuándo pudo?, ¿Por qué no pidió ayuda cuándo aún había tiempo?, ¿Por qué no habló antes?... Ahora se deba cuenta que en ese instante no solo su vida peligraba, sino también la de Vegetta, Auron, Luzu, Akira, Nieves... En pocas palabras, todos los ahí presentes.

Mangel fue capaz de chantajearlo, destruir sus cosas, golpearlo hasta casi matarlo, amenzarlo de muerte con armas, de abusar de él, y no solo una vez, ahora estaba totalmente dispuesto a matarlo antes que a dejarlo ir... ¿De qué no sería capaz entonces?...

Se arrepentía totalmente de no haber hecho nada, ahora solo sentía impotencia, miedo, y culpa... Desearía poder volver atrás y evitar todo ésto... Haber sido más fuerte...

- Mangel, suéltalo por favor.- Seguía insistiendo Vegetta.

- ¿Para que tú y todos estos gilipollas me quiten lo que me pertenece?, ¡Ni hablar!- Le respondía encolerizado el azabache.- ¡Antes de eso, lo prefiero muerto!, ¡Los prefiero muertos a todos!

Apenas un par de segundos después, se escuchó un disparo, y uno de los presentes murió al instante al recibir el impacto de la bala... Una vida se apagó esa noche...

La cuestión es...

¿Quién fue?