🚧 Nivel 7.5: Prohibir 🚧
🥀
Las semanas pasaron, y el día de la fiesta de nacimiento de los cachorros de Asmita había llegado.
Albafica había comprado ya el regalo para los gemelos que estaban a unos meses de llegar. Para esa ocasión había elegido un atuendo más casual, cómo Asmita había sugerido en las invitaciones, puesto que tenía planeadas algunas actividades que serían difíciles de realizar con ropa de traje.
Un crop top blanco de cuello cuadrado y mangas cortas de tul semitransparente, unos jeans hasta la cintura y tenis blancos, fueron su elección. Poco maquillaje, y su cabello suelto.
- ¿Vas a ir así?- Le cuestionó Minos, al verlo bajar.
- Sí.- Respondió, intentando pasar de largo, pero Minos lo sujetó del hombro, obligándolo a volver sobre sus pasos.
- Así no vas a ningún lado.
- ¿Por qué?- Gruñó Albafica.
- ¿Cómo que por qué, idiota?, ¿no te viste en el espejo o qué?- Respondió el albino.- ¡Solo mírate!, ¿quieres que todos se te queden viendo o qué?, ¿o es eso lo que quieres?
- ¿Qué quieres decir?- Cuestionó Albafica, sintiendo ofendido.
- ¡Oh, no lo sé!, quizás que pareces una perra con ese escote, y esos pantalones demasiado ajustados.- Replicó Minos.- Todos van a estar hablando de tí por vestirte así.
- ¡El escote no es pronunciado, a duras penas y se me ven las clavículas!
- ¡¿Quieres enseñar más?!
- ¡Así me vestía cuando iba de día de campo a la empresa de mi padre!
- ¡Pues ahora eres mi Omega, vives en mi casa, y haces lo que yo te diga!- Respondió Minos, jaloneandolo del brazo.- Así no vas a salir a ningún lado. Vete a cambiar, y apúrate que se hace tarde.
- ¡No!- Respondió el Omega.
- ¡Pues entonces no vamos a ningún lado!
- ¡No vayas entonces!
Albafica se soltó del agarre y trató de irse, pero Minos se lo impidió de nuevo. Lo arrastró a la habitación en medio de forcejeos, pero Albafica no pudo hacer nada, y terminó encerrado en la habitación.
- ¡Abre la maldita puerta!
- ¡Cuando te cambies esa porquería!
Albafica gruñó y dió un golpe en la puerta, hiriéndose en el proceso, soltando un quejido.
- Cuando termines de patalear, ya la fiesta habrá terminado.
Albafica solo gruñó frustrado en respuesta, sobándose la mano herida. Su piel estaba roja, y probablemente más tarde tomaría un tono violeta.
- Haces drama por ropa, Albafica. Tan fácil que era vestirte como un Omega decente de tu edad.- Habló Minos.- Pero te encanta hacer drama por todo. Yo solo quiero protegerte, mantener tu reputación a salvo, y que nadie te falte al respecto. Pero siempre quieres hacer lo que quieres.
Albafica por un momento se quedó callado. ¿Y si Minos tenía razón?, ya no era un adolescente después de todo, tenía ya 25 años y estaba casado, quizás era hora de dejar atrás ese tipo de ropa.
Suspiró resignado, y comenzó a cambiarse de ropa. Una camisa blanca de mangas anchas largas con cuello de tortuga, un pantalón negro acampanado y unos mocasines con poco apenas algo de tacón. Para rematar, recogió su cabello en una coleta baja, con una liga simple. El maquillaje fue lo único que se quedó intacto.
- ¿Ves la diferencia?- Le sonrió Minos cuando abrió la puerta para ver si se había cambiado.- Ahora estás perfecto.
Albafica solo suspiró y asintió, mirando su reflejo en el espejo. No era en absoluto lo que habría querido usar, pero era parte de dejar atrás su etapa de juventud y aceptar su nueva etapa como Omega casado y adulto... ¿Verdad?
No quería más discusiones, así que no dijo nada. Solo bajó a la sala, tomó los regalos y subió al auto, esperando a Minos.
🦅
Habían recibido una invitación para la fiesta de nacimiento de los cachorros de Asmita, y aunque no quisiera, no tenía más opción que asistir.
Todo estaba tan bien como podría estar viviendo con Albafica, pero cuando ese Omega apareció vestido con esa ropa... ¿Quién demonios se creía que era?, ¿Cómo siquiera se le ocurría ir vestido así?
No iba a permitirlo, no iba a ser la comidilla de toda la familia por las vulgaridades de ese Omega. Se lo pidió por las buenas, pero ese imbécil siempre hallaba la forma de sacarlo de sus casillas.
Cuando lo retó, y trató de salir de la casa, no dudó en sujetarlo y arrastrarlo hasta la habitación para hacerlo cambiarse de ropa.
Afortunadamente, al final ese Omega caprichoso entró en razón y cedió. Después de eso, finalmente pudieron irse.
▪️▪️▪️
En la fiesta, todo estaba muy tranquilo. El ambiente era agradable, confortable y divertido.
Asmita quiso integrar varias actividades y dinámicas, cómo juegos con muñecos, competencias de quién terminaba el biberón o la papilla más rápido, quién decoraba mejor una galleta, y cosas así.
- ¡En tu cara!- Celebraba el gemelo de Defteros, después de ganar uno de esos concursos.
- Sí sí, felicidades por ser un enorme y glotón bebé de 26 años.- Se burló Asmita de su cuñado.
- Pero logré terminar el biberón antes que todos, así que dame mi premio.
Asmita solo rió y le dió al peli-azul su premio, una insignia personalizada y que Aspros no dudó en colocarse solo para presumir.
Después de cada dinámica, les daban unos minutos de descanso para comer algunas golosinas, beber algo de jugo y reponer energías. Asmita aprovechó para acercarse a Albafica con la excusa de ofrecerle algo de jugo.
- ¿Todo bien?
- Sí, no es nada.- Suspiró el peli-celeste.
- No suenas como si no pasara nada.- Replicó el rubio, dándole un vaso con jugo de manzana.- Defteros me dijo que no haz participado en ninguna de las actividades, ¿te pasa algo?
- Aunque quiera, no puedo participar en la mayoría.- Rió amargamente el peli-celeste, dándole un sorbo al jugo.
Asmita se tomó la libertad de tocar la manga de Albafica, y rápidamente se dió cuenta de la razón de su ausencias en las dinámicas.
- ¿Por qué trajiste esto?- Cuestionó el rubio.- Eran actividades al aire libre, era mejor traer ropa que te diera libertad de movimiento y que no fuera difícil de lavar o que no te molestara estropear.
Albafica solo se encogió de hombros. Todos habían llevado ropa como Asmita había dicho, jeans o pantalones tipo pesquero, blusas y camisas holgadas, algunos con shorts, otros más, como su hermano, habían llevado crop tops como él tenía pensado en un inicio...
- Déjame adivinar, Minos, ¿verdad?
- Supongo que simplemente debo vestirme y actuar de acuerdo a mi edad.- Lo defendió Albafica.
- ¿De qué rayos hablas?, tienes apenas 25 años. Qué te hayas casado no significa que debas cambiar quién eres. No le haces daño a absolutamente nadie vistiéndote cómo quieras.
- Quizás yo quiero vestirme así, ¿no pensaste en esa posibilidad?- Replicó Albafica.
- Pues espero que esa sea la verdad, y no que permitas que otro controle tu vida.- Respondió tranquilo Asmita, poniéndose de pie.- Créeme, Albafica. Hoy es la ropa que te pones, y mañana será si te deja herido o te remata de una vez.
Después de decir eso, Asmita se retiró, dejando a Albafica pensativo, y con una sensación de escalofríos en todo el cuerpo.
Asmita no podía estar diciendo eso en serio...
Solo estaba exagerado...
¿Verdad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro