—Mi amor, voy a salir un momento, escribí nuevas canciones y se las quiero enseñar a la banda—comentó emocionada, mientras tomaba el estuche negro donde llevaba su guitarra eléctrica, y se ponía su chaqueta de cuero.

—¿Para que te esfuerzas? Tus canciones solo escupen pura mierda sin sentido—dijo, aun acostado en ese sillón, esas palabras fueron suficientes para que Carol se congelara un momento, podía esperar esos comentarios de sus compañeros y algunos idiotas que se burlaban de su estilo, ¿pero de él?

—Pero...c-creí que a ti te gustaban mis canciones de amor.

—Carol por amor a dios, ¿Qué importa? Todos te escuchan tocar a pesar de que eres horrible en ello, así como yo te amo, aunque seas una idiota, ya solo vete—Respondió fríamente, como si no tuviera ni la menor importancia—perra—Lo oyó susurrar, ella levanto las orejas y frunció el ceño sorprendida y ofendida, pero solo bajo la mirada y abrió la puerta para irse lo más pronto posible de ahí.