Por fin, el ansiado fin de semana había llegado a la vida de estos dos hombres, quienes decidieron quedarse en casa, salir a algún lado no era la única forma de pasar un domingo.

El viento corría, pero el departamento estaba calentito, un momento ideal para comida casera.
Fyodor, quien no solía cocinar, está vez hizo el esfuerzo de hacer buñuelos. Una vez los termino, los llevo frente a la mesa ratona junto a un té.

—"Cariño, ¡se ven muy bien!"— Comentó Nikolai con entusiasmo y orgullo.

—"Los hice con mucho amor"— le sonrió contra el hombro y le dejo un beso.

Dejó el celular sobre la mesa y se llevó uno a la boca, ¡realmente estaban muy bien! Nikolái se sentía en el paraíso.
Por otro lado, Fyodor lo único que podía escuchar eran los constantes zumbidos del celular de Gogol, ¿qué eran todas esas notificaciones? ¿Quizás algún contacto de trabajo? No, no mandaría tantos mensajes, ¿Qué sería entonces?

—"Kolya"—

—"¿Mhm? ¿Qué sucede?"—

—"¿de quien son todos esos mensajes que llegan a cada rato?"— Preguntó tratando de leer a lo lejos.

—"Uuh, Bram, ya le dije muchas veces que no me escribiera mensajes palabra por palabra, pero lo sigue haciendo"— Rió dando otro mordisco.

—"¿Ah sí? ¿Puedo ver?"—

—"Pero te acabo de decir, ¿Qué quieres ver?"—

—"No es que quiera ver algo, pero parece que tú no quieres que vea nada"— contraatacó mientras tomaba el teléfono.

—"¡No es nada...! Vamos a comer en paz... ¿Sí?"— pero para cuando quiso detenerlo, ya era muy tarde, ya tenía su teléfono teléfono manos.

—"¿Pará qué tienes contraseña?"—

—"¿Seguridad?"— viendo que su mirada seguía fija en él,  procedió a aclarar —"Es 'Belial'"—

Cuando entró y vio la cara que puso, ya sabía exactamente lo que estaba leyendo.

—"... Nikolái, ¿Qué es ésto?"— su ceño estaba fruncido con con entre enojo y preocupación,  algo que atemorizaba a Gogol —"¿Qué carajos tienes que hablar con mi madre?"—

"Últimamente se ha estado portando muy extraño, ya no sé que hacer"

"Me insulta, y a veces me da miedo que llegue a algo más"

"No se que hacer, porque no quiero hacerlo enojar, y mucho menos dejarlo, usted sabe que sería incapaz"

—"¡Puedo explicarlo!"— estaba atemorizado... no... aterrorizado, sus ojos estaban a punto de desbordarse en lágrimas.

—"¿Qué es estó? ¿Por qué hablan mierda de mi a mis espaldas? No sólo mi esposo, sino mi madre"—Dejó el teléfono de un golpe en la mesa y se frotó el puente de la nariz con irritación —"Te hice una pregunta"—

—"Yo... Es solo que ultimamente te has estado comportando de una forma muy agresiva... y quiero ayudarte, te amo Fyodor, sabes que no haría nada para herirte"— Quiso acercarse para abrazarlo, pero Fyodor lo alejó con el brazo, volviendolo a sentar —"Fedya..."—

—"¿Y todo ésto lo hablaste con mi mamá? ¿Te crees que puede darme órdenes de como ser, o qué?"—

—"¡No es eso...! No tenía a nadie más con quien hablarlo... quizás ella sabía que hacer..."— sus pómulos y nariz ya estaban rojos.

—"... Bien. Escuchame una cosa, no quiero que hables con ella más"— se sentó cruzando una pierna y viéndolo fijamente.

—"Pero es literalmente mi suegra"—

—"¿Y qué? Bloquéala, lo que sea, pero no quiero enterarme que vuelven a dirigirse la palabra, a menos que yo esté ahí"—

—"... está bien..."— Su suegra realmente lo amaba, por lo que era un golpe duro para él, pero estaba seguro que era un capricho momentáneo como tantos otros, no había forma de que realmente le prohibiera hablar con suegra.

¿Verdad?