Capítulo 4

Apenas se cerraron las puertas de la diréccion, todos comenzaron a murmurar entre ellos por lo que la directora tuvo que pedir orden. 

-Ahora ,señorita Granger, ¿Podría explicarme que es lo que pasó en ese salón? -ella miró a sus amigos con gesto preocupado, y pintó en sus ojos la desesperación, en busca de apoyo moral- Lo que pasó es lo siguiente. Malfoy está algo enfermo -dudó un poco tratando de buscar qué decir- ha estado actuando muy raro, se porta amable y sonríe y dice que...

-¿Qué dice?- preguntó la directora con curiosidad, y alzó una ceja esperando una respuesta.

-Dice que...

-¡Qué está loquito de amor por ti! -respondió Ginny en su lugar. Hermione la miró, y la asesinó con la mirada.

Mcgonagall se mostró algo extrañada, pero respondió tranquila.

-Bueno... eso no es un comportamiento raro ,es totalmente normal en jóvenes de su edad.

-¡No! ¿usted también?

-¿También que? -respondió la vieja bruja ignorando la incomodidad de la chica- siga por favor.

Pansy fastidiada ante lo que oía interrumpió -¡Es obvio, estaban teniendo una orgia! ¡¿Acaso no ve la erección en los pantalones de Weasley?! ¡Expulselos!

-¡Guarde silencio, Parkinson, por Dios! -la mujer frunció el seño disgustada.

La joven morena ignoró totalmente lo que la profesora acababa de decir, e hizo todo lo contrario.

–Tienen sexo bajo sus narices ¿Y usted no hará nada?

Una vez más fue acallada por la directora ,quien volcó de nuevo su atención en Hermione. McGonagall suspiró sin creerse que fuera ella quién tuviera que encargarse de la explosión de hormonas de todos, cuando de pronto, las puertas de la dirección se abrieron dando paso a Luna Lovegood, quien no parecía inmutarse ante la escena que veía.

-¿Qué hace aquí señorita Lovegood? -preguntó con gesto cansino- debería estar en su dormitorio.

-Es que los nargles querían que viniera a entregarle esto a Pansy -contesto dirigiéndose a la Slytherin con una botellita en la mano.

Pansy al reconocer la botellita dorada abrió los ojos como plato, y se la arrebató de las manos intentando esconderla entre su túnica, pero fue demasiado tarde y la directora se le adelantó; de un movimiento le arrebató el objeto.

Lo tomo en sus manos y ajustándose sus anteojos lo observo detenidamente,lo abrió y examinó su contenido. Arrugó su nariz al detectar de qué se trataba y molesta habló hacía ella.

-¿Está usted consciente que puedo expulsarla de la escuela por esto? -espetó molesta.

Ella en respuesta rodó los ojos con fastidio y se cruzó de brazos -Haga lo que quiera, anciana -respondió molesta. 

Tomó aire y siguió. 

-¡Esta escuela es una porquería! ¡Ustedes son unos idiotas!- gritó ahora mirando a sus compañeros de clase quienes la observaban asombrados por su atrevimiento.  Malfoy no reaccionó, solo buscaba resguardo en la chica de cabellos castaños y se estremecia con los gritos de Pansy.

-¡Es suficiente! ¡Recoga sus cosas! Enviaré una lechuza a sus padres.

-¡A mi nadie me corre ,vieja urraca! -respondió indignada, y vio con rabia como sus compañeros esbozaban una sonrisa.

-Debes tener cuidado, Pansy, tienes muchos torposoplos a tu alrededor

-¿Que? -dijo confundida sin mirar nada a su alrededor -¡Estas loca,lunatica! ¡Loca! ¡Igual que todos ustedes! -dicho esto salió corriendo del lugar.

La directora negó con la cabeza y se dirigió a los chicos frente a ella -Srita Granger venga conmigo -ordenó. Y con un movimiento de varita el joven Weasley comenzó a levitar a su lado- y ustedes a sus dormitorios ¡ahora!

-Pero...

-Dije ahora,señor Potter

*****
Ya en la enfermería, ambos jóvenes fueron atendidos por madame Pomfrey. Hermione quería retirarse de ahí cuanto antes, pero las súplicas de Malfoy no se lo permitían; lloriqueaba y decía que lo cuidara de la comadreja, ya que ambos estudiantes estaban acostados en camas contiguas. Weasley seguía desmayado y él rubio fue quedándose dormido poco a poco gracias a la poción para dormir .

-Hermione...no te vayas -balbuceó el joven, aún resistiéndose a dormir -Hermione… comadreja… me quiere besar -fue lo último que dijo, ya que por fin cerró sus ojos.

Sin soltar la mano de Hermione, claro.

*****

Mientras tanto Madam Pomfrey y la directora hablaban en secreto de la situación del chico. 

-Malfoy… suelta mi mano -susurró Hermione tratando de no alterarlo.

-No... -respondió él en tono infantil aferrandoae aún más a ella.

-¡Ay, el amor joven! -dijo madame Pomfrey mirando la escena con una sonrisa.

-¿Cuál amor? Está hechizado.

-¿Por usted? 

-Ay, por favor… 

Pomfrey resopló -Esa poción no crea amor, Minerva, sólo intensifica los sentimientos que ya están ahi...

Hermione sintió como algo pesado caía sobre la base de su estómago, y notó como su respiración se hacía pesada ante lo que escuchaba. Volteó a verlo, y se preguntó si sería posible que él pudiera sentir algo así; desde cuándo él sentía eso por ella, y como fue tan tonta para no darse cuenta antes. Siguió sacando conjeturas, atando cabos sueltos.

Las veces que lo encontraba en la biblioteca cuando solo se la pasaba molestandola.

Las veces que lo descubrió mirándola para luego excusarse de que quería ver cómo se comportaban los animalitos salvajes.

Cuando chocaba con ella en cualquier lugar recóndito del castillo…

No podía concebir que algo así estuviera pasando con ella, y tan absorta en sus pensamientos estaba, que no se dio cuenta que la directora la estaba llamando.

-Señorita Granger -volvió a repetir levantando un poco más su voz haciendo sobresaltar a Malfoy, quien no hizo más que aferrarse aún con más fuerza al brazo de Hermione. 

-¿Disculpe? -preguntó aún un poco confundida.

-Es hora de que regrese a su dormitorio.

-El joven malfoy está bien no se preocupe -terció Pomfrey guiñándole un ojo.

Ella sintió algo extraño ante ese gesto, y reprimió un escalofrío. Sopesó la situación y por alguna razón se vio impulsada a quedarse ahí esa noche. Se acercó una silla y trató de encontrar la posición más cómoda teniendo en cuenta que estaba inmovilizada de un brazo.
Dio un vistazo a la cama contigua dónde se encontraba su amigo pelirrojo y pudo ver con alivio como esa protuberancia en sus pantalones había bajado y ahora dormía profundamente como un bebé, balbuceando de vez en cuando sobre un enorme pollo con pelo rubio que se resistía a ser comido por él, peleando por salirse de su plato de comida.

-Ven... aquí hermoso, hermoso pollo -balbuceó.

La chica abrió los ojos tratando de no imaginar que ese pollo al que se refería su amigo era Malfoy, y aunque la escena le parecía cómica, suspiro cansada y con un movimiento de varita cobijó al chico.

Volteo su mirada al joven rubio y pudo ver cómomo cada minuto que pasaba su respiración se hacía más tranquila.

-Ay Malfoy... daría lo que fuera por saber qué pasa en tu mente -y como si lo hubiese escuchado, el joven entreabrió los ojos por unos segundos sólo para susurrar su nombre antes de volver a quedarse dormido.

*****

Esperaba despertarse totalmente adolorida por la posición incómoda en la que se quedó dormida, pero fue todo lo contrario. Despertó acostada en la cama y con un conocido sonido de clic al despertar, abrió los ojos espantada buscando el origen de ese sonido y pudo ver con terror cómo Ginny sostenía alegremente una cámara muggle entre sus manos.

-Eso es… no puede ser que funcio…

-Es una cámara mágica -la joven sonrió.

-Ginny, dime qué no… ¿que rayos haces?

-Mione,no te muevas -respondió la chica obligandole a recostarse de nuevo.

-¿Pero que...?

La pequena weasley le hizo señas para que guardara silencio -¡Artista trabajando! -anunció contenta- ¿cierto, Draco?

En ese momento la joven se percató de la presencia de Malfoy, quien se encontraba sentado en el suelo con un pergamino y una plumilla en mano, mientras la miraba con devoción y amor.

-¿Qué estas haciendo? -preguntó, pero el chico solo la veía encandilado y regresaba su atencion al pergamino.

Su amiga se sentó a su lado riendo -Te está dibujando, es tierno, ¿Verdad?

-¡Claro que no, solo esta ahí sentado con cara de idiota, garabateando tonterías! -al decir esto, escuchó el sonido de la plumilla caer al piso.

-Yo… solo quería dibujarte -él comenzó a sollozar- porque a pesar de tu cabello alborotado y tu mal humor ¡yo te amo! ¡te amo con la intensidad de mil soles! -se limpio una lágrima traicionera- pero tú no me quieres ¡No me quieres por esto! -se incorporó de un movimiento y se subió la manga de su sueter dejando ver la marca tenebrosa en ella- ¡yo no tuve la culpa! ¡No tuve la culpa!

Hermione sintió como algo amargo subía a su garganta, y la culpa comenzó a invadirla. Miró a su amiga quien tenía la palabra 'reprobación' en su mirada -Malfoy yo...

-¡No, no quiero tu lastima! -chilmó con lágrimas resbalando por sus mejillas.

Avento el pergamino al suelo y antes de que pudieran detenerlo salió corriendo de la enfermería.

-¿Pero qué rayos fue eso? -preguntó confundido Ron quien estaba acomodado en su camilla.

Hermione le miro sin saber qué decir y con un nudo en la garganta, recogió el pergamino. Con aire de asombro notó los dones artísticos del chico. La dibujo recostada en la cama con los ojos cerrados y con el anillo Malfoy en su dedo.

-Claro ,sólo un par de garabatos -dijo Ginny a sus espaldas con sarcasmo 

-Qué alguien me explique… ¡qué está pasando!

-¡Callate Ronald y vuelve a dormir!- le silenció su hermana dándole un golpe suave en la cabeza.

-¡No me pegues! -renegó el chico sobandose el lugar del impacto.

Ginny por su parte se limitó a sacarle la lengua en un gesto infantil y haciendo un ademán de volverlo a golpear haciendo que este se escondiera nuevamente en sus cobijas. 

Su amiga por otro lado, miraba con arrepentimiento el pergamino y pensaba en todos los acontecimientos recientes y no hacía más que sentirse culpable y la persona más cruel del mundo por haberlo tratado de ese modo.  Fue sacada bruscamente de sus cavilaciones al notar la llegada de la directora a la enfermería, y buscar a Malfoy y no encontrarlo.

-¿Dónde está el Sr Malfoy?

-Salió a dar un paseo -respondió Ginny tratando de salvar la situación.

-¿Un paseo… en su estado? ¿Sin compañía? -preguntó alarmada.

-Fue mi culpa, directora, yo lo ofendi y él salió corriendo -confesó Hermione- ¿Pero cómo iba a saber que Malfoy dibujaba así de bien? -extendió la mano y le mostró el dibujo.

La directora sin entender lo que ocurría y sabiendo del estado inestable del joven, les ordenó buscarlo lo antes posible, no sin antes tratar de interrogar al joven Weasley. 

-Iba camino a ver a Hermione mientras me comía un croissant, aunque a mi no me gustan tanto pero se terminaron los panquecitos, entonces tuve que...

- Al grano señor Weasley -cortó impaciente la vieja bruja.

-Si, claro… entonces me tropecé con Parkinson, y sentí un tirón y...

-¿Y...?

-No recuerdo nada más, sólo que desperté aquí y Ginny me golpeó.

Mcgonagall le pidió que si recordaba algo más se lo hiciera saber, y mientras tanto, se dispuso a ir en busca del joven Malfoy en compañía de Ginny y hermione. 

-¡Esperen! -gritó de pronto Ron.

-¿Ahora qué?- preguntó su hermana rodando los ojos con impaciencia.

-¡No puede ser! ¡No,no,no,no,no! -grito fuera de si, mientras las imágenes del dia anterior volvían a su mente como un relámpago -¡No puede ser! Yo… ¡No es posible! ¡No!

-Dinos Ron, ¿qué paso? -preguntó preocupada Hermione.

-Yo traté de besar a Malfoy -balbuceó incomprensible. 

-Hable más fuerte Sr Weasley, no le entiendo.

-¡TRATE DE BESAR A MALFOY! -gritó horrorizado con las mejillas coloradas y los ojos desorbitados.

Todas guardaron silencio tratando de procesar sus palabras.

-Yo trate de besar a Malfoy -repitió sin poder creérselo -le dije que lo trataría como una princesa.

Ginny no pudo evitar reírse ante esas últimas palabras, pero fue silenciada por un codazo de su amiga y la mirada reprobatoria de la directora.

-Le dije que tenía unos ojos hermosos -comentó al borde de un colapso nervioso- y... ¡me lancé sobre él!

-Tranquilo Ron, no fue tu culpa… todo esto fue obra de Parkinson -soltó la Hermione tratando de consolar a su amigo- por eso fue expulsada de la escuela.

-¡Y a mi que me importa! ¡Mi dignidad está en el suelo!

-¿Cuál dignidad? -preguntó Ginny.

-No ayudas… -respondió entre dientes su hermano.

Su hermana rodó los ojos - Ya calmate, ¿quieres? No te pasó nada, y nadie lo sabe.

-Qué insensible eres hermana, como a ti no te hechizaron...

-Srita Weasley, quédese con su hermano. Mientras tanto, la Srita Granger y yo buscamos al Sr Malfoy.

-Pero...

-Nada de peros, quédese aquí.

-Está bien -caminó hacía su hermano resignada.

Al salir de la enfermería, McGonagall y Hermione desaparecieron del lugar. Ginny aprovechó para interrogar a su hermano sobre los pormenores del día anterior, tratando de no reírse al imaginar a su hermano detrás de Malfoy .

-¡Lo besaste!

-¡Por supuesto que no! -gritó con la cara enrojecida de vergüenza 

*****

Malfoy con el corazón destrozado y la angustia estancada en su garganta, no hizo más que caminar hacia el lago y sentarse frente a él, mientras en contra de sus voluntad las lágrimas descendían por sus mejillas. 

-Nadie aquí te quiere, Draco -se repetía una y otra vez al tiempo que tomaba pequeñas piedras y las aventaba al lago descargando su furia y tristeza interna -¡eres basura! 

-No creo que lo seas -le respondió una voz a sus espaldas haciéndole sobresaltar.

-¿Vienes a burlarte de mi, Lovegood? -dijo lanzando una piedra más grande.

-No deberías hacer eso -le sugirió- molestarás  a las criaturas marinas -hizo una pausa como si escuchara algo que él no alcanzara a percibir- ¡oh,oh...! Está enojada contigo, creo que lo mejor será disculparse.

Malfoy le miro sin entender ni una sola palabra -¿Crees que no lo sé? ¡Granger me odia, jamás me amará! 

-No me refiero a ella- levantó su dedo señalando algo detrás del joven. El se giró intrigado, y sólo pudo gritar.
***

Agradezco a Luvlipnk por ayudarme en la corrección de este capítulo.
¡Nos leemos!