Capítulo 13 : Misión Cojanse a Malfoy

Al día siguiente, Blaise comenzó con su plan y después de desayunar le hizo un gesto a Harry y Ron para verlos afuera del comedor y poder contarles sobre su plan. Theo, que miró el intercambio de miradas entre los chicos siguió a Blaise para ver de qué se trataba.

—Oye ¿qué te traes con los Gryffindor? — preguntó extrañado, luego de alcanzarlo.

Zabini negó con la cabeza y al principio pensó en no contarle porque sabía que no estaría de acuerdo, pero después pensó en qué cuatro cabezas piensan mejor que tres, así que le contó brevemente sobre la situación.

—¡Y eso a ti qué te importa, hombre! — exclamó su amigo negando con la cabeza.

—¡Cómo dices eso Theo! Es la reputación de nuestro amigo la que está en juego.

—Eso no es nuestro asunto… Además, ya tiene a Granger, en cualquier momento lo harán—dijo encogiéndose de hombros—no le veo el pecado al asunto.

El moreno negó energéticamente y estaba por replicar si no hubiera sido por qué Harry y Ron llegaron a su lado. Theo los saludó, pero no estaba dispuesto a ayudarles en lo que sea que fueran a hacer.

—Yo los dejo, No me voy a meter en líos—dicho esto se perdió entre los pasillos.

Zabinni condujo a los chicos hacia un salón de clases que sabía estaba abandonado y era el lugar idóneo para conversar. Ron frunció el ceño al entrar al aula vacía y recordar lo que había ocurrido con Malfoy tiempo atrás.

—¿Qué pasó ahora Zabinni? —cuestionó Harry—No debo tardar, Ginny sospecha algo.

—¡Oh por el amor a Merlín, Potter! ¡No seas mandilón!

El aludido resopló indignado mientras Ron se reía.

—Los he reunido aquí porque ya sé qué es lo que tenemos que hacer—los jóvenes le instaron a continuar—ahora que sabemos que Malfoy es virgen, tenemos que hacer que lo descorchen para que tome experiencia y se folle a Granger.

—¿Qué cosa? —dijo el elegido, sin poder creer lo que oía.

—Eso no sería algo como serle infiel a Hermione—cuestionó Ron confundido.

Él slytherin puso los ojos en blanco y le explicó— Claro que no, solo sería su iniciación.

—Yo creo que…— empezó Harry, pero se vieron interrumpidos por la abrupta llegada de la pequeña Weasley.

Entró y miró de hito en hito a los jóvenes con reprobación y finalmente terminó su mirada en su novio quién agachó la cabeza avergonzando, pues pudo adivinar que escuchó la conversación.

—¡Así que este era todo el misterio! —se paró frente a ellos con las manos en jarras—¿no te da vergüenza Harry? —su novio guardo silencio y después la joven pasó la mirada a su hermano—Ronald, de ti no me sorprende nada, pero ¡tu Harry!

—Cálmate Ginebra, son cosas de hombres.

—Zabini, tú ni siquiera me hables. Estás mal influenciando a mi novio y a mi hermano.

—Pero…

—¡Cállate o te lanzo un maleficio! — exclamó enojada y el joven decidió que lo mejor era no provocarla.

Tomó a Harry del brazo y se dispuso a salir del aula—¡y más vale que no hagan nada estúpido! Yo les ayudaré a pensar en algo cuerdo.

—¿Algo cuerdo? Acaso crees que vamos a hacer una estupidez—respondió el moreno ofendido.

—A ver …díganme ¿cuál es su maravilloso plan?

El slytherin se aclaró la garganta y se acomodó las solapas de su uniforme con elegancia—¡Planeó buscar una chica qué se acueste con Malfoy y se estrené por fin en el mundo de los hombres!

Ginny profirió un suspiro cansado y negando con la cabeza salió del aula acompañada de su novio.

—¿Qué? ¿Acaso dije algo malo, Weasley? —dijo el moreno dirigiéndose al menor de los Weasley, el cual movió la cabeza a ambos lados negando.

—¡A mí me parece una gran idea! —le respondió el pelirrojo—solo necesitamos una candidata.

Zabini hizo un movimiento con la mano, restándole importancia— candidatas sobran ¡Lo que necesitamos es a una chica que esté dispuesta a no hablar!

A la mente de Ron vinieron muchas opciones, pero todas y cada una de ellas fueron descartadas rápidamente ya que todas ellas eran unas cotillas y el secreto de la virginidad de Malfoy no duraría ni un segundo en sus bocas.

—¿Qué tal Daphne Greengrass? — propuso después de un rato de pensar.

—Ni pensarlo, a duras penas le quiso tocar los muslos a Malfoy, mucho menos va a querer tirárselo.

—¿Y su hermana?

—¡Weasley, por amor a Merlín! Astoria es demasiado tímida, jamás querría hacer algo así.

Después de un rato en el que ambos sugirieron y descartaron ideas, Zabini no muy convencido ya tenía candidata idónea para el trabajo.

—¿Estás seguro? —le cuestionó el Gryffindor—ella no me parece que sea su tipo, es muy …

—¡Detalles! —dijo el moreno con simpleza.

Al terminar las clases, Blaise se cercioró de que Draco se fuera a estudiar con Hermione a la biblioteca, para poder recibir a su compañero de cuarto con la sorpresa que ya tenía en mente.

La cama de Malfoy había sido adornada con pétalos de rosas rojas, para según Zabini, darle un toque romántico a su primera vez. La luz de las velas iluminaba tenuemente la habitación cuando finalmente llegó el último complemento: la chica.

Ella vestía un pijama de seda negra con encajes, que dejaban ver sus atributos. Por pedido del moreno se acostó sobre la cama a esperar la llegada de Malfoy.

—No sé si se pueda inspirar así— Murmuró para si mismo, al ver los pliegues de carne del abdomen que cubrían su pequeño panty—Pero bueno, hay que trabajar con lo que hay— dijo el joven, en un suspiro.

De pronto escucharon el crujir de la puerta abrirse y por ella entró Malfoy, quién al percatarse de la enorme chica que estaba recostada en su cama se quedó rígido, sin saber que hacer o qué decir en el momento. Pasaron varios segundos en los que solo abría y cerraba la boca intentando que saliera alguna palabra.

—¡Pero qué carajos está pasando aquí! — gritó, cerrando la puerta tras de sí para que nadie se diera cuenta de la penosa escena.

La chica bajó de la cama y rodeando su cuello con sus brazos le ronroneo al oído:

—Vine a resolver tu pequeño problema Malfoy —soltó una risita que le erizó la piel—Te quitaré lo virgen.

Draco enardecido de coraje le dio un empujón a la chica y se dirigió a Zabini quién permanecía en la esquina de la habitación pretendiendo que no existía.

—¡Qué rayos pretendes estúpido!

—No tienes por qué enfadarte amigo, yo solo trato de ayudarte.

—¡Ayudarme?¡¿Ayudarme a que? Grandísimo estúpido. Yo no te pedí que me trajeras a esta ballena a mi recámara.

La joven en lugar ofenderse se rió y muy segura de sí misma se acercó a Draco abrazándolo por detrás, él intentó zafarse de su agarre, pero ella era muy fuerte y sus grandes brazos no lo soltaban.

—¡Millicent, suéltame!

—No tienes porqué molestarte cariño, nadie se enterará de esto.

—¡Draco Lucius Malfoy! —resonó la voz de Hermione en toda la habitación y al instante Milicent soltó a Draco, recogió sus cosas y salió de la habitación.

—Hermione yo…no es lo que parece.

—Sí, si es lo que parece —murmuro Zabini y su amigo quiso matarlo allí mismo.

—¡Así que por esto tenías tanto apuro en irte! —dijo y detrás de ella llegó Theo, quien al ver la escena quedó estupefacto—¡Cómo pudiste Draco! ¡Yo confíe en ti!

—No es lo que parece—dijo acercándose, intentando tomarla de las manos, a lo cual ella lo rechazó.

—Esa tipa estaba en paños menores en tu habitación y ¿no es lo que parece? —dijo con ironía.

—¡Te digo que no es lo que parece, lo que pasa es que Blaise—lo señaló—el la trajo aquí porque quería que yo…yo…

—¿Tú qué? —dijo exasperada, esperando que terminara la oración, pero él no sé atrevía a continuar.

—¡Mierda! ¡no puedo decírtelo, pero es culpa de Blaise!

—Seguramente estaban planeando tener un trío ¿no? ¡Son unos cerdos!

Blaise tomó la oportunidad para escabullirse y salió de la habitación llevándose a Theo consigo. Ella estaba por imitarlos, pero el joven la detuvo del brazo.

—¡Hermione te lo juro! No es lo que parece…yo venía de estudiar contigo y ella estaba esperándome en la cama como una ballena—dijo, mientras ella le escuchaba impacientemente, conteniendo las ganas de llorar—y todo esto es culpa de Zabini, el la trajo para que se acostara conmigo … ¡yo no tenía idea de nada! — explicó desesperado.

Ella, resopló ofendida por atreverse a subestimar su inteligencia.

—¿Y por qué Zabini querría que te acostarás con Milicent?

—Pues veras, porque…

La palabra virginidad quería salir de su boca, pero de ella no salía nada. Su rostro estaba tornándose rojo y comenzaba a sudar de los nervios, con su cerebro trabajando a mil por hora, tratando de encontrar una excusa que lo librará de esa situación, pero nada venía a su mente.

—¿Por qué?¡ dímelo!

—¡Rayos Hermione, no puedo decírtelo!

—Te diré porque no puedes ¡porque no hay ninguna excusa para esto! —le gritó, con las mejillas infladas de coraje—creí que tú estúpida fama de mujeriego era solo una apariencia, pero ahora me doy cuenta de que no—el intentó abrazarla, pero ella se negó—¡Eres un estúpido—le dio un golpe en el pecho— mujeriego —otro golpe— imbécil —otro golpe— un imberbe calenturiento— gritó con los labios temblando de furia y salió de allí dando un gran portazo.

 ¡Nos acercamos a la recta final de la historia, espero sigan leyendo!

¡Nos leemos!