Capítulo 12 Descubriendo al impostor
—¿Qué quieres aquí, Zabini? — contestó Harry a la defensiva, pues a pesar de que Hermione lo hubiera perdonado por ayudar a Pansy con su secuestro, argumentando su debilidad por las mujeres, él no se fiaba del Slytherin.
El moreno levantó las manos en señal de paz.
—¡Ya Potter, supéralo! — el aludido negó con la cabeza —Si Granger y Malfoy ya lo olvidaron ¿Por qué tú no? Además, ya aprendí la lección— resopló, sentándose a sus anchas—Nunca pierdas la cabeza por un par de piernas — sonrío ante lo dicho y golpeó el hombro de Ron amistosamente —Sabes a lo que me refiero, ¿no?
Ron entrecerró los ojos tratando de comprender sus palabras, pero Zabini al ver su gesto nulo desvío la mirada a Potter quien esbozaba una pequeña sonrisa.
—¿Siempre es así de lento?
—Peor — respondió con ánimos renovados, pensando que tal vez su amiga le dio una oportunidad por alguna razón.
El menor de los Weasley pintó de rojo sus mejillas y le dio un codazo a su amigo de lentes.
—¡Oye!
—Ya Ron, es una broma—dijo Harry riéndose —¿O no? — soltó divertido.
Zabini dejó de reír poco a poco y recordó el tema que lo hizo acercarse a ellos.
—Así que ¿Malfoy es virgen? — preguntó acercándose a Ron, el cual retrocedió unos centímetros al sentirse acosado.
—¡Yo que se! Yo solo dije lo que Malfoy repetía esa noche.
Blaise llevó una mano a su barbilla, pensando— esto es grave… ¿Estás totalmente seguro de que esas fueron sus palabras?
El Pelirrojo bufó molesto —¡Como podría olvidar eso!
Harry se acomodó sus lentes y habló — No entiendo ¿Por qué esto es importante?
Zabini rodó los ojos —¡Se supone que es el dios del sexo! ¡Un ídolo se ha caído ante mi! ¿Cómo te atreves a preguntar si es importante?
—Bueno ya …. Entonces ¿que? — cuestionó Harry interesado al contrario de Ron.
—Ahora — dijo pensativo mientras tamborileaba su dedo índice en su barbilla—Tenemos que averiguar si es virgen o no.
Tanto Harry como Ron abrieron los ojos sorprendidos.
—¿Tenemos? Eso me suena a manada —se negó Harry—¡a mi que me importa si es o no virgen!
—Y a mi menos — secundó Ron.
Blaise se acercó a ellos, rodeándolos con sus brazos, de un lado Harry y del otro Ron, mientras les decía en voz baja.
—Les recuerdo que Granger es ahora la novia de Malfoy …
—¿Y eso que? — replicó Ron.
—¡Que todo está conectado, cerebro de nuez! —le dio un golpe en la cabeza.
—¡Oye ¿Qué…— dijo el joven sobándose
—¿Cómo conectado?
—Miren… si Malfoy es virgen, no se follará a Granger.
Al decir esas palabras ambos intentaron alejarse, pero el moreno se los impidió y prosiguió.
—Y si no se la folla, su amiga estará de mal humor —Harry enarcó una ceja y Ron frunció la boca—y si está de mal humor ¡No les ayudará con sus tareas! —soltó esperando ver las reacciones de los chicos.
Ron por su parte, estuvo totalmente de acuerdo y Harry no tan convencido terminó por encontrarle sentido a la lógica de Blaise.
—¿Entonces es por eso que Hermione casi siempre está de mal humor? — preguntó Ron a Blaise.
—Obviamente… aunque su genio del demonio tampoco le ayuda.
Los jóvenes rieron y finalmente Ron habló:
—Entonces ¿Qué haremos?
Zabini sonrió con una idea en su mente.
—¡Es hora de dar inicio a la misión “Descubriendo al impostor”— dijo con aire misterioso.
Pasados varios días, Draco se encontraba sentado en la sala común de Slytherin con un libro en su regazo, totalmente concentrado en estudiar, hasta que Daphne Greengrass entrando a la sala, sonrío como el gato risón, y con pasos acelerados se sentó a su lado. El chico al notar su presencia levantó la vista y al ver que era ella regresó sus ojos al estudio.
—¿Qué quieres Daphne? — preguntó sin despegar los ojos del libro.
—Nada—se alzó de hombros, sonriendo sin dejar de mirarlo. Y él, al sentir su mirada dio un largo suspiro y cerró su libro con resignación.
—¡Está visto que aquí no me dejan estudiar! —renegó haciendo amago de levantarse, sin embargo, ella lo detuvo jalándolo del brazo y haciendo que se sentara de nuevo.
—Es que necesito tu ayuda—dijo con un poco de timidez, mientras el levantaba una ceja.
—¿Ayuda? ¿Tú necesitas mi ayuda? De cuándo acá la brillante Daphne necesita ayuda para una materia.
Ella negó con la cabeza y se acercó a él para decirle en voz baja mientras volteaba a los lados cerciorándose que no había nadie más.
—No es sobre la escuela…es sobre algo más…íntimo
—¿Íntimo? —dijo confundido
—Si mira, tu eres hombre—el enarcó una ceja—lo que quiero decir, es que eres hombre y me puedes ayudar.
—Mi paciencia se acaba Daphne, di lo que tengas que decir.
—Lo que pasa es que estoy saliendo con un chico y él no se atreve a— bajó la mirada avergonzada—“ya sabes”.
El comenzaba perder la paciencia ya que no comprendía a dónde quería llegar.
—Si no hablas claro no te puedo ayudar.
—Quiero saber cómo puedo provocar el momento para que demos el siguiente paso.
Draco al fin comprendió a lo que ella se refería, haciendo que pintara de rojo sus mejillas.
—¡Yo qué rayos tengo que ver en eso Daphne! ¡No me cuentes tus intimidades por favor! ¡Ahora ve y consíguete a alguien para que te bajen la calentura y a mí déjame estudiar! — bufó fastidiado y tomó de nuevo su libro abriéndolo en cualquier página.
Pero ella no se iba a dar por vencida tan pronto, así que colocó su mano derecha en la pierna del joven provocando que esté, cerrará de nuevo su libro y la mirará con tal sorpresa y desprecio que por un momento la hicieron dudar de lo que estaba haciendo.
—¿Qué crees que estás haciendo, idiota? —dijo mientras le quitaba la mano de un movimiento y se levantaba del sillón completamente enojado.
Ella se paró tras de él y lo jaló del brazo.
—No entiendo porque te molestas, yo solo trataba de ensayar…he oído que eso les gusta ¿o no?
Se llevó la mano al puente de su nariz tratando de calmarse y repitiendo en su mente el siguiente mantra.
Es mujer, no la puedes golpear.
Es mujer y no lo puedes golpear.
Dio un largo suspiro y controlando su furia le respondió.
—Yo no soy tu puto hámster ve y tócale la pierna al imbécil de Zabini… yo tengo a Granger y sí ella se entera…
Daphne negó con la cabeza mientras acercaba a él.
—¿Tienes miedo Draco?
—¿Miedo? —resopló molesto—¿Miedo a ti? No me hagas reír.
—No me refiero a mí, me refiero a que pareces nervioso y algo inexperto cuando se supone que eres el gran Dios del sexo—pronunció mientras se acercaba lentamente hacia el—¿Eres virgen, cierto?
El rostro pálido del joven se tiñó de rojo al creerse descubierto y solo fue capaz de resoplar con fastidio. Daphne sonrío incrédula y eso le lastimó el orgullo al Slytherin, haciendo que se armara de valor y se acercara ella.
—¡Soy El Dios del sexo! Te lo demostraría aquí mismo para que no te quedan dudas, pero para tu desgracia este adonis ya tiene dueña.
Ella tenía años de conocerlo y sabía bien cuando fanfarroneaba y esta era una de esas ocasiones, así que sonrío de lado y llevó su mano hacia el pecho del Slytherin mientras le susurraba al oído:
—Me encantaría que me lo demostrarás.
El joven al oírla tragó en seco y el joven río al ver su cara palidecerse y arrinconándolo contra la pared pasó sus manos sobre los muslos de Malfoy, tratando de no sobrepasarse más allá y acercando sus labios al oído, le volvió a hablar:
—Yo creo que sí lo eres—dicho esto se alejó a grandes zancadas hacia su recámara.
Draco dejó salir un largo suspiro de alivio al verse libre del acoso de Daphne y carraspeo tratando de recomponerse y olvidar ese penoso asunto.
Él era El Dios del sexo ante los ojos de todo Hogwarts, y eso seguiría siendo así, el se había encargado de correr el rumor y no por las sospechas de Daphne eso se vendría abajo.
Después de un rato Blaise y Daphne se encontraron en la sala común cuidando que nadie los escuchara.
—Y bien ¿Cómo te fue?
Daphne asintió con la cabeza y Zabini llevó las manos al rostro sorprendido.
—No me digas que…
—Es virgen, Blaise.
—Increíble— dijo el moreno sin poder creerlo—bien… esto Solo significa una cosa.
—¿Qué?
—Es hora de dar inicio a la misión: cójanse a Malfoy.
¡Hola de nuevo!
Espero les siga gustando la historia, recuerden dejar un comentario y/o voto antes de irse.
¿Qué hará Blaise?
¡Nos leemos!
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