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Ocho

- Bakugou.

- ¿Mmm?

- ¿Con quién perdiste la virginidad?

Se separa de su agarre para mirarla a los ojos, con la mirada le preguntaba si en verdad quería saber pero la curiosidad de la castaña no se iría tan fácilmente.

- ¿Es relevante que te lo diga?

- Tu sabes con quien la perdí.

- Pero eso es demasiado obvio, dos años de relación con Deku y teniéndote era claro que lo habrán hecho de las mil maneras posibles.

Gruñe, frunce el ceño y desvía la mirada, su ego lo estaba matando al saber que él también llegó a provocar los dulces gemidos de Uraraka. Suspira frustrado y cierra los ojos.

- Oi, ¿y eso? ¿Estás celoso?

- ¿Huh? Estás delirando, tonta.

Ochako frunce el ceño y cruza sus brazos por debajo de sus pechos demostrando su enojo sin disimulo.

- No soy tonta.

- Pues te comportas como una.

- Eso no decías cuando me la metías en el baño.

- ¡Maldita cara redonda!

Ochako trata de mantener su perfil serio pero siendo sinceros le causaba demasiada risa ver cómo lo provocaba, se tapa la boca liberando pequeñas risas.

- ¿De qué mierda te ríes?

- Eres demasiado terco, ¿por qué no solo lo admites y ya?

- No tengo nada que admitir.

- Mentiroso. Estás celoso.

Un celular empieza a sonar, ambos dirigen la vista hacia la mesa de noche. Uraraka agarra el móvil leyendo primero de quien se trataba. Frunce su ceño y está por colgarle pero Bakugou agarra su muñeca deteniéndola.

- ¿Quién te está llamando?

Se topa con sus ojos rubí, queda anonadada por unos segundos.

- Izuku.

Frunce el ceño. Uraraka rechaza la llamada y cuando está a punto de colocarlo otra vez en la mesa de noche este vuelve a sonar nuevamente.

- Debe ser urgente.

El rubio desvía la mirada bastante molesto, era mucha casualidad que Izuku esté llamando en estos momentos. Ella contesta y acerca el móvil a su oreja.

- ¿Diga?

- Uraraka, soy Midoriya, te busqué por todas partes y no te encuentro, ¿donde te has metido? Necesito hablar contigo y aclarar las cosas.

Accidentalmente por el contacto con su oreja puso en altavoz la llamada enterándose de todo Bakugou.

- Disculpa Midoriya, me vine para la academia ya que me encontraba demasiado cansada. Mañana podremos hablar.

Tsk. Cruza sus brazos el rubio bastante enojado sintiendo el ardor en su pecho a causa de los celos que estaba experimentando. Ochako le agarra del mentón obligándolo a que la mirase, le sonríe y le roba nu tiernos beso de roce calmándolo un poco.

- Iré en estos momentos a tu habitación para poder conversar, no dormiré en paz sino hablo contigo.

Bakugou aprieta sus caderas con ambas manos y en un rápido movimiento la tumba en la cama poniéndose él encima, la castaña parpadea un par de veces con la boca entreabierta sorprendida. Lame su cuello recibiendo jadeos gentiles.

- ¿Ochako? -se escucha al otro lado de la línea.

- Disculpa Izuku, no podremos hoy.

Descaradamente se le acerca al oído y le susurra.

- Gime mi nombre.

Las mejillas de la muchacha se tiñeron de rojo mientras que sentía como su intimidad se mojaba cada vez más. Suspira.

- No quiero que estemos peleados, Uraraka.

- N-no... no estamos peleados.

Lame sus clavículas dejando que una descarga de deseo me recorra por tu su cuerpo.

- Quiero escucharte decir mi nombre mientras gimes.

La castaña entreabre la boca demasiado extasiada por esas palabras y su tacto húmedo.

- ¿Estás con alguien?

- N-no.

- Eres una mentirosa, cara redonda. -saca la lengua para poder pasarla por su pezon.

Se muerde el labio tratando de aguantar la excitación.

- Espérame en tu habitación.

- No vengas.

Saca un gemido a punta de un grito, el rubio había devorado todo su pecho derecho y su lengua jugaba con su pezon endureciéndolo.

- S-sigue, por favor. B-Bakugou -susurra tratando de no ser escuchada por Izuku.

- ¿Uraraka, estás bien? ¿Por qué nombras a Bakugou?

- Fue una equivocación. Estoy bien Izuku y hoy no puedo hablar contigo.

Le cuelga, sin más que decir rezando que Izuku no se parezca por su habitación.

- Con que soy una equivocación. -mordisquea que seno.

- Eres la mejor equivocación que estaré cometiendo.

Devora sus labios ferozmente siendo correspondido de la misma manera. Sus lenguas se conectan. Ella jadea, su intimidad estaba demasiado húmeda y le pedía a gritos atención. Se separan dejando un fino hilo de saliva visible, su respiración acelerada entremezclaba su aire.

- Eres mía, ¿oíste?

Oh. Dios. Mío.

El corazón le saltaba. Asiente tímida, anonadada y dispuesta.

Realiza un camino húmedo lleno de besos hasta sus senos descubiertos, un poco rojos por las succiones que le daba.

- B-Bakugou... me dejarás marca. -traga saliva.

- Para que sepan que tienes un dueño que te hace gritar.

Sigue con su labor hasta lograr su cometido, había dejado cinco chupetones, dos en su seno derecho, uno debajo del izquierdo, otro entremetido de manos y el último en el abdomen. Agarra su cintura y contornea de su figura, lame su pezon izquierdo de arriba y abajo y hasta en círculos, se volvía duro y sensible.

- Ay, Dios. Katsuki me estás enloqueciendo.

Saca una risa burlesca sutil. Mete toda la punta de su seno a la boca, lo saca con la lengua afuera buscando la mirada de la castaña que miraba el techo jadeando constantemente.

- Oi.

Lo mira y este la besa.

Unos pasos se escuchan al otro lado de la puerta, dos voces femeninas conversando entre ellas.

- Tsuyu, apúrate, nos perderemos lo más importante de la fiesta.

- No tardaré, Toru.

Bakugou frunce su ceño, observa a la chica que estaba debajo de él y sin vergüenza lame su seno derecho torturándola y jugando.

- B-Bakugou, no hagas, Toru esta d-detrás de la p-puer... -jadea.

- Entonces no hagas ruido, cara redonda.

Uraraka se muerde el labio. Bakugou abre sus piernas dejando a la vista su intimidad, mete dos de sus dedos a la boca humedeciéndolo sin despegar la mirada de la castaña quien jadeaba.

- Shhhh.

Pasa sus dedos por su clítoris provocando que se retuerza de placer y muerda con más fuerza el labio.

- ¡Tsuyu, apúrate!

- ¡Ya voy!

El rubio lame su abdomen sintiendo como esté temblaba, va subiendo hasta llegar a su senos redondos y exquisitos y empieza a jugar con ellos con su lengua. Uraraka cerraba sus ojos tratando de pensar en otra cosa pero el placer era tremendo y no gemirlo era imposible.

- ¿Uraraka estará durmiendo? -se pregunta Toru.

Bakugou coloca ambos dedos en la entrada de la castaña y los introduce.

- Ahh...aaaah. B-Bakugou...

- Shhh.

Mueve sus dedos suavemente por dentro buscando su punto sensible hasta que lo encuentro gracias al sonoro gemido que ella emitía. Sonríe. Realiza el mismo movimiento con dulzura.

- Ahhh...ahhhh.

Sus jadeos iban incrementando de intensidad. Con su mano libre tapa su boca tratando de minimizar aquellos gritos tentadores pero abre los ojos con tremenda sorpresa al sentir su húmeda lengua lamiendo sus dedos y metiéndolos a su boca. Se separa de sus senos y quita sus dedos de su intimidad, dirige su mirada a su rostro quien estaba completamente excitado.

- O-Oi...

Uraraka mete todos sus dedos a su boca y juega con ellos con su lengua causándole sensaciones incontrolables en el rubio. Saca los dedos y deja su boca entreabierta dejando a la vista su lengua.

- B-Bakugou, bésame. -agarra su mejilla y lo obliga a acercársele.

El nombrado estaba levemente atontado por aquella acción, recibe su beso bastante lujurioso y ansioso.

Se escuchan las risas de Toru y Tsuyu alejándose junto a sus pasos.

Katsuki aprovechando sus dedos húmedos vuelve a introducirlos en su intimidad y a realizar esos movimientos tortuosos que iban aumentando de velocidad.

- ¿M-Me puedo venir? -gime.

Sonríe orgulloso.

- ¿Tan rápido?

- Es una sensación nueva y quiero experimentarla.

- Pregúntamelo bien.

Traga saliva. Bakugou acelera sus movimientos intencionalmente escuchándola gemir más fuerte hasta que se detiene de golpe.

- No te he dicho que puedes acabar.

- Eres muy cruel. -entrecierra sus ojos llorosos a causa del deseo.

- Pídemelo bien.

- ¿Puedo venirme, Katsuki?

Escucharla tan domada lo hacía sentir tan victorioso e incrementaba su excitación de golpe. El corazón le palpitaba fuertemente. Acaricia su punto débil nuevamente.

- Puedes.

Va arqueando su espalda mientras empezaba a gritar sintiendo estar en las puertas de su deseado clímax. La vista era preciosa y él era el único con ese privilegio de poder gozarla en esos momentos. Da una estocada profunda acariciando siendo este su detonante al llegar al clímax.

- ¡AHHH... aaah...! Mmmm... -muerde el labio extasiada.

Sus dedos del chico explosivo empezaban a mojarse más. Los saca lentamente, los observa y por último los mete a la boca degustando el delicioso sabor de la chica que estaba siendo suya mirándola a los ojos, intimidándola y de cierta manera calentándola.

- Tienes un sabor muy delicioso.

Se pone roja automáticamente poniéndose vergonzosa al pensar de lo que estaba pasando.

- No digas esas cosas, Bakugou. -se tapa el rostro.

- Tsk. -agarra su muñeca y se la retira- Tonta cara redonda.

- No soy cara redonda. -frunce el ceño.

- Tienes una cara muy redonda. -agarra su mejilla contorneando su figura- Como tus senos.

Rodea su cuello con ambas manos y lo mira directo a los ojos como si estuviese buscando en su mirada de seriedad algo más, un pequeño destello de confusión y deseo que le llamaba demasiado la atención.

Oh Katsuki, te estás metiendo a la boca del lobo.

- ¿En qué piensas?

- ¿Huh?

- Tu mirada me dice que algo te está preocupando.

- ¿Ahora que eres? ¿Bruja?

- Si, así es.

Tsk. Reincorporan ambos su postura para poder quedar sentados sobre sus piernas y viéndose frente a frente.

- ¿Crees que Deku venga hasta tu habitación?

Pone pose de pensativa, analizaba la situación y trataba de predecir lo que podría suceder.

- Si, lo más probable es que si. Siempre que discutíamos porque él consentía a sus admiradoras terminaba buscándome a pedirme perdón aunque ni se daba cuenta de su error. -resopla.

Tsk. El rubio se pone de pie para poder acomodarse su pantalón.

- ¿Qué haces?

- No quiero estar presente cuando te reconcilies con ese estupido.

- ¿Me dejarás sola después de haberme tocado?

Ugh. Ahora se sentía como una basura. Cierra sus ojos con fuerza mientras gruñía. Se vuelve a sentar en el borde de la cama.

- Tonta.

- Tonto.

Eleva una ceja levemente ofendido pero decide no hacerle show por eso.

- Ven para acá. -le jala del brazo.

Se deja llevar por aquella muchacha que no hacía más que emocionarlo aunque no lo demostraba, lo acuesta a su lado y ella lo abraza rodeando su abdomen y acostándose encima de su pecho.

- ¿Q-que haces?

- Escucho tu corazón.

- ¿Huh?

Lo mira a los ojos parpadeando un par de veces.

- Esta bastante enojado porque piensa que volveré con Izuku y que olvidare lo qué está pasando esta noche.

Tsk. Desvía la mirada pero ella lo obliga a no abandonar.

- ¿Acaso era mentira cuando me dijiste que soy tuya? ¿Era cosa del momento y la calentura?

- Oi, oi, yo no me dejo llevar por el momento y ese tipo de cosas.

- ¿Y entonces?

- Eres mía, cara redonda, y nadie más que yo puede tocarte, tendrá que pasar por mi cadaver.

Sonríe victoriosa al lograr su cometido, le roba un pequeño beso de roce de labios.

- ¿Eso significa que seguirás cuidando de mi?

- Hasta el último día de mi vida.

Se le acerca descaradamente a su rostro bastante divertida.

- Bakugou. -lo llama con una voz demasiado sumisa que sonrojo al muchacho.

- ¿Si?

- Aun estoy demasiado ansiosa y quiero que seas tú quien me sacie.

Sentir como su miembro se iba endureciendo cada vez más lo estaba enloqueciendo.

- Te deseo Katsuki Bakugou.

- Ugh, maldita cara redonda. -la acerca a su rostro más agarrando su nuca- No me conoces.

- Quiero conocerte. Tómame. Deja tu marca en mi cuerpo y hazme entender que eres mi amo.

La respiración se le volvía cada vez más pesada, el corazón le salía del pecho y su miembro le exigía atención. Sus miradas se encontraron y Ochako podía notar como sus ojos rojos se intensificaban más por el deseo.

- Eres mía y quien se atreva a ocupar mi lugar morirá.

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