No quería reconocerlo pero el beso dulce de Katsuki había tranquilizado a la castaña. Al separarse se miran fijamente sin pena alguna esperando quizás algunas palabras del contrario ante esta situación extraña.

No, no tenían ni idea de lo que estaban haciendo quizás. Hace unas horas atrás solo eran compañeros de clases que rara era la vez que se hablaban pero que se admiraban de manera disimulada y ahora están ahí, confundiendo el deseo sexual con sentimientos con una mezcla de alcohol entremedio.

- No me importa lo que digan los demás, solo me importa lo que tú quieras y opines. -susurra abandonando por unos momentos al Bakugou duro.

- No se que vaya a pasar y lo más probable es que todo esto salga muy mal, pero quiero arriesgarme. -realiza una pausa- De todas maneras en un par de días varios de nosotros no nos volveremos a ver en mucho tiempo.

Katsuki pasa sus dedos por su cabellera rubia mientras lanzaba un suspiro a la nada. Esto iba a ser demasiado complicado para él aún sabiendo que Uraraka le estaba facilitando sus decisiones.

- Por más que quiera hacerlo no puedo. -cierra sus ojos con fuerza y sacude la cabeza, los abre encontrándose con la mirada confundida de ella- Agradesco que seas directa conmigo pero me temo que puedo confundir todo esto y quizás salgamos lastimados.

- Espera. -lo piensa unos segundos- ¿Crees que puedas enamorarte de mi?

Katsuki gruñe y rueda los ojos lanzando un suspiro de frustración. El orgullo le estaba doliendo y no pensaba admitir eso delante de ella. Que enojarse.

- Aún espero una respuesta. -lo presiona.

- No estoy especificando que sea amor precisamente, puede pasar cualquier cosa. Quizás mañana o de aquí a un par de semanas vuelvas con Deku. Solo seré un recuerdo.

Con su dedo índice apunta a sus labios esperando a que este entendiera y le diera un beso dulce cosa que sin reproches hace caso y le da un roce de labios.

- Tu, que eres tan inteligente y eres de los mejores de las clases, ¿crees que yo volveré con Deku? -rodea su cuello con ambos brazos haciendo un contacto visual bastante intenso.

- En los temas del corazón no tengo mucho conocimiento.

La castaña se adentra al ascensor.

- Ven.

En silencio hace caso y entra al ascensor, se cierran las puertas dejando a ambos amantes dentro.

Ochako se le acerca aprovechando esa privacidad instantánea que tenían, se pone de puntillas y cierra sus ojos esperando a que el contrario le diera un beso sin necesidad de intercambiar palabras. Bakugou al darse cuenta de este acto queda confundido y perplejo en su comienzo, analiza unos segundos la situación para luego sonreír de lado con una mirada demasiada pícara que derretiría a cualquier. Agarra la cintura bien formada de la castaña y la apega a él sin descaro.

- ¡Ah! -se expresa Ochako sorprendida ante esa reacción mientras abría los ojos.

No dijo nada él, sus labios compactados contra los de ella decían todo lo que quería decir.

De un momento a otro el beso fue consumiéndose haciendo que la castaña pasee por sus cabellera del contrario con sus dedos curiosos y traviesos; en cambio Bakugou no separa sus manos de la cintura exquisita de ella, poco a poco va bajando hasta poder tocar mejor sus glúteos. Saca un suspiro pesado. Toma impulso para poder sostenerla, ella colabora enredando sus piernas en su torso; a paso lento la acorrala contra la pared del ascensor mientras que su miembro nuevamente se ponía duro.

- B-Bakugou. -trata de decir mientras este devoraba su cuello.

- ¿Mmmm?

Se la ve como ella muerde sus labios mientras clavaba sus uñas en la espalda de este.

- T-ten cuidado, nos pueden encontrar.

- Aun falta mucho para que lleguen a la academia. -susurra entre besos.

Deja escapar un suspiro y entrega su cuerpo sin restricciones ni mucho menos miedo.

Los besos de Katsuki desprendía toda su pasión pero no solo eso, también desprendían ese pequeño choque de amor que muy dentro de él sentía. La castaña sigue despeinando a su contrario llena de deseo, poco a poco sentía como es que su intimidad se iba mojando con cada beso que él le regalaba, se aferra mas a su torso con ayuda de sus piernas y sin darse cuenta mueve lentamente sus caderas buscando alguna fricción para satisfacer esa necesidad impetuosa.

Ante aquel acto, el rubio no pudo evitar sonreír travieso a través de sus besos, aprieta sus glúteos con una leve fuerza enterrando sus uñas sintiendo una vez más esa masa suave y redonda.

No era de extrañar que los minutos pasaban porque mientras ellos disfrutaban de su momento íntimo en el ascensor en la entrada de la academia se encontraba un Kirishima demasiado ebrio con la corbata amarrada en la cabeza, la camisa abierta las mejillas demasiado rojas, este era sostenido por su compañera de clase Momo mientras no dejaba de hablar.

- Kirishima, pesas mucho. - se queja.

- ¡MOMO!

La nombrada dirige su mirada hacia aquellos compañeros de clase borrachos que se encontraban en la limosina haciendo un desmadre entero.

- ¿No quieres un poco más de trago? - le ofrece Mina.

Rueda los ojos, lanza un suspiro y les regala la mejor de sus sonrisas posibles.

- ¡Claro! Dejo a Kirishima y vengo a tomar con ustedes.

La nariz le iba crecer por la mentira que dio; volvería solo para llevar a cada uno a su habitación. Se maldecía internamente por ser tan buena amiga con ellos, ¿donde se encontraba Iida?

- Pero Momo -hip- si la fiesta no termina.

- Si, si, lo que tú digas.

Se acerca al ascensor con mucha dificultad y oprime el botón para abrir el mismo, trata de acomodar a su compañero mejor en su hombro pero este notablemente no colaboraba con la situación. Lanza un suspiro de cansancio.

- Fiesta, fiesta. -se ladea del pelirrojo.

- Si, si...

Las puertas del ascensor se abren delante de ellos logrando ver a sus dos compañeros de clases devorándose entre ellos. Saca un sonido de la sorpresa abriendo la boca al mismo tiempo, consecutivamente deja caer a Eijiro al piso para poder tapar su boca.

- ¡Momo!