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Dulce venganza

Superman intentaba por todos los medios hacer cambiar de opinión a su pareja, pero cómo es bien sabido, cuando a Batman se le mete una idea en la cabeza no hay poder humano o extraterrestre que lo haga cambiarla. Por eso Batman ahora llevaba puesto la mitad del traje de murciélago, terminando de adecuarse los últimos detalles para partir lo antes posible a la tierra de las Amazonas, tenía que encontrar las dichosas uvas mágicas o lo que fueran para poder vengarse del tonto de Linterna Verde.

-Clark, pásame la capa- Aunque de mala gana, Clark obedeció.

-Bruce ¿En serio es necesario que hagas esto?- Preguntó el súper hombre ayudándole a su novio a colocarle la capa al traje que llevaba puesto.

-Sí, Clark, sí es necesario que HAGAMOS esto- respondió haciendo éntasis en el verbo en plural señalándolo y señalándose a él mismo simultáneamente, haciendo obvio que no iría solo -Escucha, alguien tiene que darle una lección a ese chico, tiene que aprender responsabilidades y a comportarse cómo el héroe que se supone es...-

-Ajá... Y también porque nadie se mete con Batman sin recibir su castigo- Superman se cruzó de brazos y rodó los ojos, todo el discurso de la responsabilidad era mentira, eso ya era una cuestión personal.

-Si, bueno, y eso también- Sonrió con picardía imaginándose la reacción de Hal al recibir una cucharada de su propia medicina.

-Bruce... ¿Que acaso no piensas que este bebé es una oportunidad única, un regalo, es fruto de nuestro amor...- Clark se acercó despacio a su pareja abrazándolo por la cintura pegándolo un poco a su cuerpo, recostó su cabeza en el hombro contrario disfrutando del aroma de su novio. Sintió cómo unas manos le acariciaban tranquilamente el cabello desarreglandolo un poco.

-Claro que lo siento así, esto es especial y casi... Mágico... Supongo... Y por eso, quiero compartirlo con Jordan y Barry- dijo en un tono rayando en lo sarcástico separándose casi abruptamente de su pareja.

-¡Bruce, por favor, olvídate de esta tonta venganza!- se le estaban acabando las ideas para convencer al caballero de la noche que todo ese asunto de la venganza era absurdo y que lo dejara pasar.

-No- fue la última respuesta de Bruce antes de ponerse la capucha del traje de murciélago -Todo listo, vámonos- Sin esperar respuesta se dio media vuelta dispuesto a salir del lugar, Superman suspiró con total resignación y siguió a su pareja.

Sería un largo viaje.

Mientras tanto en la enfermería Barry terminaba de reacomodar las vendas mal colocadas del linterna que no había parado de quejarse del dolor.

-Bar, hay algo que quería preguntarte desde hace algún tiempo- El rubio le lanzó una mirada curiosa y con paciencia dejó los ungüentos y pomadas para el dolor que había usado para curar a Hal a un lado, se acercó a la camilla donde estaba sentado el linterna y tomó asiento en una silla frente a él.

-Dime...- cedió la palabra algo temeroso de lo que su novio tendría que decirle.

-¿Nunca te han dado deseos de... Ya sabes... Estar arriba...?- Hal lanzó la pregunta sin pensarlo mucho haciendo un gesto algo obsceno con sus manos logrando así una mirada confundida de parte del rubio.

-Hal... Qué estás... ¿Que quieres decir?- Barry sentía que algo en su interior se removía haciéndole sentir mariposas en el estómago, tal vez no era lo que pensaba y se estaba emocionando por nada.

-Bueno Bar... Lo que trato de decir es que tal vez podríamos intentar alguna vez, si quieres, claro, que tú estés arriba- Hal sentía sus mejillas levemente calientes, quizás estaban hasta rojas, ni él creía lo que acababa de sugerir.

-Hal, ¿Diana te golpeó muy fuerte?- Puso su mano sobre la frente del castaño, seguro la fiebre lo estaba haciendo delirar. Porque en todo el tiempo que llevaban como pareja (casi un año y medio) Barry nunca le había expresado su deseo de ser quien "la metiera" y vaya que tenía ganas de hacerlo, pero conociendo a Hal y su reciente salida del closet  dudaba mucho que aceptara. Teniendo toda la consideración del caso aceptó la relación que Hal pe ofrecía con la (casi ridícula) condición de "ser el de abajo". Por eso era que la oportunidad que le ofrecía lo ponía nervioso y hasta un poco miedoso, sin embargo, no cabía en su propia felicidad.

-Barry, hablo en serio- dijo calmado tomando la mano del rubio entre las suyas, vio la cara estupefacta del otro y en seguida se arrepintió de lo que había dicho -Sabes que, olvídalo, fue una...- no pudo terminar la frase pues unos labios se posaron sobre los suyos empezando un casto beso terminando en uno más pasional.

-Podríamos intentarlo, sé que te encantará- le dedicó una sonrisa maliciosa la cuál Hal correspondió igual o más maliciosa.

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El bati-jet acababa de aterrizar en Isla Paraíso y si la intención de Batman era ser lo más discreto posible todo se vio arruinado cuando a causa de los estúpidos mareos tuvo que salir prácticamente corriendo a un lugar apartado para poder vomitar a gusto, ese no fue en sí el problema, sino lo fue Superman siguiéndolo como loco gritando su nombre preguntando si estaba bien, cosa que alarmó a la Amazonas que ahora tenían al par de hombres amarrados con cadenas a unos grandes troncos colocados en medio de lo que parecía ser una arena de duelo.

-Hombres, ¿Qué es lo que buscan aquí?- Habló una mujer casi idéntica a Diana. Bruce supo de inmediato de quién se trataba.

-Reina Hipólita, hemos venido en una misión- Batman sabía que tenían que salir de esa situación lo antes posible -La princesa Diana nos habló de unas uvas únicas para hacer el llamado vino de amazonas - la mujer escuchó atenta y al oír el nombre de su amada hija abrió un poco más sus ojos intentando disimular su asombro.

-Diana, dices... Así que ella te dijo ese secreto ¿Porqué la princesa guerrera de las Amazonas te diría ese secreto que solo pertenece a nuestra raza?- Hipólita alzó una ceja incrédula por lo que decía ese hombre.

-Porque he tomado el vino y ha hecho efecto en mi- La reina esta vez abrió desmesuradamente sus ojos y se acercó al murciélago.

-Tomaste del vino y este te ha bendecido con la concepción... Dime, ¿Quién es el fecundador?-

-Este hombre de aquí- señaló con un gesto de su barbilla al súper hombre que hasta el momento no había mencionado palabra alguna.

La reina vio a ambos intercalando miradas, se detuvo un momento con gesto pensativo sin despegar su mirada de ambos.

-¡Libérenlos y denles lo que quieran!- Dijo al fin con una enorme sonrisa pensando, erróneamente, que esas uvas habían despertado el extraño antojo producido por el embarazo, simplemente no se podía negar a la petición de un pobre hombre que solo tenía antojos ¿Verdad?... -¡Enhorabuena, bienvenido sea el ser que nacerá fruto del amor de estos dos hombres!- Alzó los brazos y todas la amazonas gritaron con alegría al unisono.

-Te dije que era fruto de nuestro amor- Susurró Clark al oído de Bruce aprovechando el alboroto momentáneo.

-Cállate Kal-El- le reprendió en el mismo tono bajo.

Minutos después los dos héroes estaban sentados a la mesa junto con un grupo de mujeres que le daban consejos de maternidad a un agobiado Batman. Sin duda la venida de un pequeño ser siempre llenaba de dicha esas tierras, fuera humano o de otra raza, pues la vida es un precioso regalo y más en una tierra habitada el 100% por mujeres.

- ¿Cuántas semanas tienes de gestación?- preguntó una de las guerreras.

- Aproximadamente dos semanas- respondió Bruce de mala gana.

-¡Oh! Entonces ya comenzaron las nauseas, antojos y cambios de humor. ¡Cuánta dicha! Muy pronto nacerá- dijo ella palmeando sus manos con alegría.

-Tardará un poco más en nacer, nueve meses no pasan así de rápido-

-¿Nueve meses? En nueve meses podrías tener tres partos seguidos...- comentó la amazona con algo de confusión.

-¿Y exactamente cuanto tiempo de gestación se supone debería tener antes de que nazca el bebé?- preguntó el murciélago sintiéndose mal repentinamente por lo que seguro no quería escuchar.

-Tres meses- Sonrió la mujer -Ahí traen las uvas, pronto podrán marcharse-continuó hablando sin prestar atención en la palidez repentina del hombre junto a ella.

Fue la primera vez que Batman se quedó sin habla.

°•°•°•°•°

En la Atalaya todo seguía su curso normal, los héroes estaban teniendo su momento de relajación ya que el crimen parecía haberse tomado varios días libres. Sin embargo la Mujer Maravilla seguía con la ley del hielo hacia el Linterna Verde y viceversa. La tensión entre estos dos se sentía en el ambiente y Barry estaba justo en medio de todo ese embrollo.

-Vamos chicos, no pueden pasarse la vida sin hablarse...-

-Díselo a la chica guerrera que no soporta nada- Contestó Hal con el ceño fruncido.

-¿Porqué lo dices así, Jordan? Tú sabes que no estoy molesta por lo de Bruce, sino porque pasaste mis advertencias por alto y tomaste un objeto personal mío, ese es el problema- La Mujer Maravilla se levantó de su cómodo asiento para encarar al castaño.

-Vamos Princesa, era solo vino...- Hal se cruzó de brazos restándole importancia al asunto.

-Vino de amazonas sagrado que no tenías que tocar- Diana apretó los dientes evidentemente molesta.

-¿Y entonces porque no dijiste las consecuencias desde un principio si sabías lo peligroso que podía ser?- El Linterna también se levantó de su asiento acercándose a la pelinegra que no se movió ni un centímetro. Barry estaba seguro que una nueva pelea se desataría.

-¡Hal me pidió estar abajo!- soltó repentinamente el rubio atrayendo la atención de los otros dos.

-¿Qué?- Preguntó Diana confundida.

-¡Bar, se supone que sería un secreto!- reprochó el castaño con sus mejillas totalmente rojas.

-¡Barry, cariño, al fin lo convenciste!- Grito la Mujer Maravilla totalmente emocionada casi dando brinquitos en su lugar.

-¡¿Cómo que al fin me convenció?! ¡¿De que estás hablando?!- Hal se sentía completamente abochornado por la situación.

-Vamos, Hal, todos sabemos que Barry tiene sus necesidades también, creo que hasta Superman se dio cuenta de eso- Diana sonrió triunfante pues la expresión en el rostro de Jordan era una completa imagen para recordar.

-Pero yo no... Bueno más bien es cosa de ambos... De él y yo... Superman... Oh dios, espero que el tipo con el traje de murciélago no sepa lo que...-

-Claro que lo sé Jordan- la ronca voz de Batman interrumpió el nervioso discurso del castaño que ya ni siquiera sabía que rayos estaba intentando decir.

-¡Bruce, Clark! ¿Qué tal estuvo el viaje?- preguntó la única mujer presente, tenía un aire de complicidad que Batman distinguió en seguida.

-Bien, nada que reportar- respondió cortante para disimular.

-Diana, tu mamá...- Clark estaba a punto de arruinar los planes de Bruce hablando de más, cuando de pronto sintió un golpe en su trasero muy bien disimulado por parte del murciélago    -mamamama...maracuyá, que encargaste se perdió en el camino...- intentó remediar el error con una excusa tonta.

-¿Maracuyá?- Preguntó Hal sin entender muy bien de lo que hablaban.

-Sí, una fruta, ya sabes- se apresuró a contestar Bruce -Pero mira, a cambio te trajimos estas uvas- colocó una cesta con un puñado de uvas en ella, Dina sólo sonrió. Si alguien podía conseguir uvas de las amazonas, sin ningún problema, ese sin duda sería Batman.

-¡Uvas, que bien!- y en un abrir y cerrar de ojos Barry arrasó con las uvas de la cesta, dejándola vacía. No por gusto era Flash...

-¡Barry! ¡¿Que has hecho?!- gritaron Superman, Batman y la Mujer Maravilla al unísono.

-Lo siento... Diana, no sabía que querías tanto las uvas...- contestó Barry ingenuo.

-Bueno... Ya sabemos quién será el próximo...- suspiró Clark pasándose una mano por el pelo.

Minutos después la propuesta de Hal de ser "el de abajo" se fue al olvido y los gemidos de Barry se podían escuchar casi por toda la Atalaya...

-¿Las amazonas no te dijeron que las uvas son mas potentes que el vino?- Preguntó Diana tratando de obviar todo el alboroto proveniente de la habitación de Linterna.

Bruce guardó silencio un momento intentando enfocarse en algo más que no fueran los gritos de placer de aquellos dos -Los invito a la mansión Wayne- dijo poniéndose de pie rápidamente, no soportaría eso más tiempo.

-¡Yo voy!- lo siguió Superman.

-Esperenme- Gritó Diana al escuchar como si una pared se fuera a caer en algún lado de la Atalaya seguido de un "¡¡Así!! ¡¡Más fuerte Haaaal!!".

°•°•°•°•°

Dos semanas después luego de una ardua batalla contra unos extraterrestres que intentaban conquistar la tierra (Típico) batalla en la cual ni Batman ni Barry participaron, el primero por su ya avanzado estado de embarazo y el otro por tener una serie de malestares extraños, los héroes de la Liga de la Justicia estaban descansando cuando de pronto un Flash totalmente alterado entró a la sala de descanso con un papel en la mano y una sonrisa tan deslumbrante que podría iluminar más que el anillo de Linterna Verde.

-¡¡¡HalHalamorseráspadre!!!- gritó exaltado uniendo las palabras de forma casi inentendible tomando al castaño por los hombros sacudiéndolo fuertemente.

-Bar, tranquilo no entiendo lo que dices- Hal tomó al rubio de las manos tratando de calmarlo.

Barry respiró profundo antes de hablar nuevamente.

-Hal, amor, Bruce y yo fuimos al doctor hace unos días por mis mareos y esas cosas y hoy fuimos por la respuesta de los análisis y... ¡¡¡Serás Padre!!!- Barry vibraba, literalmente, de la emoción.

-Ok...- fue lo que Hal dijo antes de caer inconsciente al suelo.

-Misma reacción...- comento Superman que solo observaba la escena.

-Sí... ¿Porque se desmayan? No lo entiendo, ¿No es una gran noticia a caso?- Preguntó Diana quien también se limitó solo a ver.

-Es porque no todos los días un hombre te dice que va a tener un hijo tuyo...- Y esta vez Batman se unió a la conversación

-¿Como haces eso?- Diana ni siquiera notó el momento en el que Batman llegó al lado suyo, crispandola solo un poco por la repentina aparición.

-Diana, querida... Soy Batman...- fue su simple respuesta acompañada de una sonrisa socarrona.

-Él tiene razón...- secundó Clark

-Claro... ¿No deberíamos ayudar a Hal?- Diana se cruzó de brazos y era obvio que aunque había preguntado no quería hacer mucho por ayudar.

-Nah, Flash ni siquiera se ve preocupado- Agregó el súper hombre al ver al rubio correr por todos lados con un rostro de felicidad pura.

Una semana después los antojos de Barry se hicieron presentes, los cambios de humor notables y las ojeras en Hal se marcaban totalmente en su rostro. Provocadas por las constantes noches de desvelo intentando complacer a su pareja de todas las formas posibles. Y ahora se encontraba en la cocina de la Atalaya intentando complacer un nuevo antojo de Barry.

-¿Mala noche, amigo?- Superman interrumpió el fallido intento de Hal de hacer un omelette de chocolate.

-Amigo, Barry no deja de pedirme cosas sin sentido, ¡ayer quería pepinillos con atún y salsa de caramelo! ¡Y si vuelve a pedirme calamares con helado de vainilla y huevos voy a vomitar! - chilló angustiado el castaño.

-Hal, nunca debiste molestar a Bruce- rió Superman intentando animarlo mientras buscaba algo en la alacena.

-Y que lo digas...- se encogió de hombros -¿Él se comporta así también?-

-Hmmm... No... Es peor- Contestó sincero el súper hombre y Hal estaba casi seguro que lo vio tener un escalofrío.

-¡¡!CLAAAAAAARK!!!- se escuchó el potente grito de Batman.

-¡Voy cielo!- Clark suspiró resignado y tomó una caja de galletitas de mantequilla de maní y un frasco de aceite de bacalao -Es el postre- sonrió y se marchó.

-¡HAAAAAAL!- ésta vez fue un grito por parte de Flash.

Hal suspiró pesadamente.

-¡Voy amor!- Gritó también el linterna desistiendo de su intento por cocinar y marchándose de la cocina dejando un desastre total.

Las lecciones que jamás olvidaría Hal Jordan eran que definitivamente no volvería a ignorar las advertencias de Diana y que nunca, pero nunca debes hacer molestar a Batman. Aunque, bueno, gracias a eso ahora tendría un hijo con la persona que más amaba.

Fin.

Muchas gracias por leer.
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Saluditos~ <3

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