capítulo 19
Jimin tomó el labio inferior de Yoongi entre los suyos y succionó delicadamente, sintiéndose adicto a su suavidad. En aquellos minutos que llevaban besándose había descubierto lo esponjosos que eran, y que se volvían más apetecibles entre más los mordía a su antojo.
Yoongi buscó la lengua ajena como si fuera la cura de sus males y disfrutó de sus roces. Su calor corporal incrementaba en cada segundo, jadeando cuando Jimin demandaba más de su boca, con intensidad. El delta dejó un casto beso en sus labios con cariño, pidiéndole perdón sin palabras.
El omega se sintió derretir con la mirada tan dulce que Jimin le brindó en ese momento. Le estaba demostrando arrepentimiento. Y casi lo perdonó, pero dejó ese tema de lado cuando apartó el pudor de su sistema y dirigió una mano de Jimin dentro de su propia camisa, invitándolo a avanzar.
El delta se mordió el labio y comenzó a tocar. Sus dedos se pasearon sobre el abdomen plano con cuidado, asombrándose por la suavidad de la piel. Yoongi lo atrajo en busca de otro beso acalorado, no quería perder la sensación de felicidad que sentía dentro de sí, el sentimiento de plenitud y la excitación por tener a su "alfa" sobre él.
No quería pensar demasiado sobre si estaba haciendo lo correcto. En ese momento estaba perdido en las cosquillas de su vientre y el aroma dominante del más menor.
—No quiero lastimarte —pronunció Jimin entre besos, preocupado por no poder contenerse.
—No importa —habló sobre sus labios, justo después de un breve mordisco—. Adelante. No soy virgen.
Aquella afirmación provocó estragos en el alfa interior de Jimin. El pensamiento de otra persona tocando a Yoongi alteró sus nervios, aún a flor de piel, y pareció desencadenar algo reprimido.
Y Yoongi no estaba seguro de si era bueno o malo.
—En algún lugar debo tener condones, necesito buscarlos antes de que... ¡Jimin, espera!
Yoongi fue devuelto a la cama cuando intentó levantarse. Jimin hundió sus dientes sin fuerza en las clavículas del omega mientras sus manos se aventuraron a la espalda baja. Un jadeo escapó de los delgados labios, sorprendido por aquello.
—¿Con quién fue?
—Eso no importa aho-... ¡Ah! —la lengua de Jimin trazó un camino desde su cuello hasta llegar a su oreja, donde mordió con poca fuerza. Los dedos largos se introdujeron dentro del pantalón y apretaron la carne de su retaguardia, arrancándole un gemido quedo—. J-Jimin...
—¿Fue Taehyung?
—No, ¡santo cielo!, no lo nombres mientras haces eso...
Jimin rió sobre la piel rosácea y bajó los pantalones ajenos lentamente. Yoongi se sintió sonrojar cuando se dio cuenta de que estaban humedecidos gracias al lubricante que segregó. Jimin no le prestó atención al detalle y siguió recorriendo la piel descubierta.
La camisa del omega era lo suficientemente larga como para cubrir más abajo de su ropa interior. El delta se separó para observarlo, notando las mejillas rosadas y los labios hinchados y brillantes. Era hermoso, con su cabello rubio revuelto y las marcas de besos en su cuello.
Quería quedarse allí toda su vida, ignorar sus errores, y probar aquel precioso chico toda la noche.
Sus manos acariciaron cuidadosamente los muslos, con apreciación; disfrutando lo terso de su piel. Yoongi se mordió el labio, temblando sutilmente debido a los nervios repentinos.
Jimin se inclinó, sosteniendo su mirada, y besó la cara interna del muslo derecho del omega. Probándolo.
Yoongi suspiró al sentirlo descender sus besos en un camino rumbo a su ropa interior, tanteando. Su omega interno chilló. Una de sus manos se enredó en el cabello oscuro del más menor y le pidió mudamente que avanzara, concediéndole el permiso de colarse entre sus piernas.
Y JImin lo acató.
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