Capítulo 4
Becky se había ido de la casa de Dana después de oírla a ella y a las demás hablar mal del pequeño Darren, el cual se había escapado de casa sin que ellas lo notaran. Estaba tan furiosa que se había ido de la residencia Miller con la intención de buscar al niño, para así hacerle ver a Dana que no debió ser tan irresponsable y desconsiderada.
Sin embargo Becky no se esperaba que a la mitad del camino se encontraría al pequeño Darren, exactamente en un parque cercano llorando bajo un gran árbol. Ella sabía que la causa de su llanto fue la forma tan agresiva en la que Dana y sus amigas lo trataron hace rato, lo que obviamente hirió sus sentimientos como no se imaginaban.
- ¡Darre! Que bien que te pude encontrar.- dijo Becky feliz de haber encontrado a Darren.
- por favor no me hagas daño, yo no quise lastimar a Dana.- respondió Darren retrocediendo por el miedo de que Becky lo golpee.
- tranquilo amiguito, no vine a lastimarte; al contrario te estaba buscando.- contestó la pelirroja quien empezó a acercarse al niño para tratar de calmarlo.
- ¿viniste hasta aquí para buscarme? ¿Pero por que?.-
- porque era muy peligroso que anduvieras solo fuera de casa.-
- no tenía otra opción, Dana estaba muy enojada y yo no quería hacerla enojar más.-
Darren estaba más que triste puesto que el se veía a si mismo como el responsable del enojo de su hermana, la cual posiblemente le impondrá un castigo cuando regrese. Pero Becky no iba a dejar a ese pobre niño regresar a casa y enfrentar esos problemas, pues era evidente que el no tenía la culpa de que su hermana mayor fuera una mandona egoísta.
Viendo el estado de ánimo de Darren, la bella chica pensó en llevarlo a un lugar para que pueda calmarse, y que mejor lugar que una heladería. Al principio Darren dudaba ya que pensaba en que tenía que regresar a casa o tendría problemas con Dana, pero después de pensarlo mejor decidió aceptar la invitación de Becky.
...
Ambos se encontraban en la heladería donde Becky de forma muy amable invitó al hermanito de Dana, el cual seguía triste por lo sucedido en su casa hace unos minutos. Becky le había traído un delicioso helado de chocolate para levantarle los ánimos al niño, pero ni eso sirvió pues el estaba todavía triste por lo que Dana le dijo antes de que el fuera a su habitación.
Por su parte Becky estaba pensando en lo que Dana había dicho en ese momento, ya que ella consideraba que esa clase de cosas nunca de debían decir ni de broma. Ella no sabía lo que era tener hermanos menores pero de serlo, jamás se atrevería a decir cosas así de crueles sin importar que tan molesta estuviera.
- Darren, no tienes por que sentirte culpable; solo querías ayudar a Dana.- dijo Becky colocando su mano en la cabeza del niño.
- pero es que yo traté de ayudarla, y en vez de eso la lastimé.- respondió Darren otra vez sintiendo culpa por lo sucedido.
- eso fue un accidente, los accidentes siempre pasan y no es bueno echarnos la culpa de eso.- contestó la chica tomando la mano de Darren.
- creo... creo que tienes razón, yo nunca tendría la intención de herir a nadie y menos a mí propia hermana.-
- por supuesto que no Darren, yo se muy bien que no eres un niño malo.-
- lo se pero no se que les voy a decir a mis padres cuando sepan lo que pasó.-
Darren no quería regresar a casa porque sabía que se tendría que enfrentar a la ira de Dana, pero a parte que también se sumarían sus padres quienes se enojarían con ella. Habían dejado a Dana a cargo ya que era una chica aparentemente responsable y protectora, por lo que si ellos se enteraban de lo que pasó era más que obvio que Dana estaría en serios problemas.
Y lo peor sería que de ser así, Dana buscaría vengarse de su hermano menor de una o de otra forma, para así enseñarle quien manda. Sin embargo Becky no podía dejar que Darren vuelva a su casa para tener que pasar por todo eso, por lo cual ella pensó que lo mejor sería que estuviera en un lugar más tranquilo donde pudiera relajarse antes de ir de regreso a casa.
- oye Darren, si no quieres volver a casa por ahora ¿por qué no vamos a la mía?.- dijo Becky mirando a Darren quien estaba muy ocupado comiendo su helado.
- me encantaría pero no quiero causarte molestias a ti y a tus padres.- respondió Darren siendo muy modesto.
- no será mucha molestia, además mis padres están trabajando y no volverán hasta más tarde.- contestó la chica pellizcando la mejilla de Darren.
- bueno pues si lo pones así... ¡acepto!.-
- muy bien, vamos a mi casa pero primero debemos hacer una parada rápida.-
- ¿una parada rápida?.-
Darren no se esperaba que aquella parada rápida fuera una tienda para comprar botanas, debido a que Becky le hizo una confesión muy impactante. Resulta que ella tenía en su casa muchos videojuegos los cuales jugaba de vez en cuando con sus amigos que iban de visita, pero en esa ocasión sería turno de Darren el poder divertirse a lado de la pelirroja.
Luego de haber terminado de comprar lo necesario para que los dos pasaran el rato muy a gusto, se dirigieron a la casa de Becky a la que pudieron llegar en solo cinco minutos. La chica abrió la puerta con su llave para darle acceso a Darren para que pudiera ver el interior de la casa, la cual se veía muy elegante y muy bien amueblada.
- ah por cierto Darren, creo que esto te pertenece.- dijo Becky sacando cierto objeto de su bolsillo.
- oye ¿esa es mi Nontendo DS? ¿De donde la sacaste?.- preguntó Darren señalando la consola portátil en las manos de Becky.
- Dana tenía planeado romperla por venganza, pero yo se la quite de las manos.- contestó la chica regresando el aparato al niño.
- ¡gracias Becky! No sabes lo que está consola significa para mi.- dijo el niño abrazando a la pelirroja con ternura.
- jeje, no tienes que darme las gracias amiguito.-
- si tengo que, este aparato es mi más preciada posesión.-
Era cierto que para Darren esa era algo más que una simple Nontendo DS, era su más preciada posesión ya que el había trabajado muy duro para conseguirla. Se esforzó mucho y al final todo su esmero valio la pena cuando finalmente pudo tenerla, y lo primero que hizo fue comprar uno de sus videojuegos favoritos: Pokemon Soul Silver.
Regresando a lo que pasaba en la casa de Becky ella le dijo al niño que la esperara en la sala, pues ella tenía pensado ir a su habitación a buscar algo más. Darren decidió esperarla y ver que es lo que ella quería mostrarle, mientras que en el piso de arriba la pelirroja ya regresaba para enseñarle a Darren lo que ella quería que viera.
- si te preguntas por qué paramos a comprar bocadillos, es porque pensé que sería divertido que jugáramos un rato.- dijo Becky que por alguna razón tenía sus manos en la espalda.
- ¿vamos a jugar un juego de mesa? Porque si es así me apunto.- respondió Darren sonriendo a la chica.
- no tontito, yo creo que necesitamos algo como ésto.- contestó la pelirroja mostrando el objeto que tenía detrás de su espalda.
- ¡una Nontendo Swap! ¿De donde la sacaste?.-
- trabajar en una tienda departamental a veces trae grandes ventajas.-
- espera, ¿esta consola... es tuya?.-
- por supuesto que si, tal vez no lo sabes pero un pasatiempo mío son los videojuegos.-
Darren quedó sorprendido al oír que Becky tenía una consola de videojuegos que realmente usaba, cosa que el creía imposible pues el pensaba que a ella no le gustan esas cosas. Antes creía que Becky era como Angie y Martha; alguien que sólo pensaba en ser muy popular y reconocida, pero ahora al saber que ella era en realidad una chica Gamer fue suficiente para que el chico se empezara a interesar en ella.
En un instante ambos se pusieron a jugar sin parar; Darren no recordaba cuando fue la última vez que se había divertido tanto en compañía de alguien. El siempre jugaba solo debido a su clara falta de amigos pero en esa ocasión fue diferente, pues por primera vez estaba jugando con Alguien que de verdad disfrutaba de su compañía.
...
- oye D ¿te pasa algo? Te veo triste.- dijo Becky mirando a Darren que se veía decaído.
- no es nada Becky, es sólo que esta es la primera vez que voy a casa de alguien para jugar.- respondió Darren con una voz triste.
- oye, no creo que sea verdad, apuesto que debe de haber alguien con quien tu juegas.- contestó la chica en un intento por darle ánimos.
- no, ninguno de los chicos de mi vecindario quieren jugar conmigo.-
- pero ¿por qué? Si se ve que eres un niño lindo y simpático.-
- pues lo cierto es que hay un tonto en la escuela que fue el causante de todo eso.-
Darren tuvo la confianza de contarle a Becky sobre un problema que el tenía con un niño de su misma escuela, el cual según la mayoría de los otros niños era un verdadero dolor de muelas. Era un niño que lo único que hacía era molestar a todo aquel niño o niña que se le atraviese en su camino, lo que demostraba que ese chico era una verdadera molestia.
Claro que ese niño no era peor al anterior: un niño pelirrojo llamado Chandler Mcnann que había sido expulsado cuando inundó el gimnasio de la escuela por una tonta broma. Con el pelirrojo fuera de escena todos se sentían a salvo hasta que un día apareció un mocoso realmente detestable, el cual era hasta ahora el niño más molesto de todos los tiempos.
- eso lo explica todo, ese niño es el culpable de que no tengas amigos.- dijo Becky pensando el todo lo que Darren le había dicho.
- si, y lo peor es que a parte el no deja de molestar a todo el mundo; entre tu y yo, no lo soporto.- respondió Darren que había dejado en evidencia que ese niño le desagradaba.
- me imagino que es de esa clase de niños que no tienen nada mejor que hacer.- contestó la chica imaginando como era ese niño del que Darren estaba hablando.
- realmente lo es, ese tonto de Connor no sabe cuando parar.-
- ya veo, pues te agradezco que me hayas confiado esa información; y como recompensa te ayudaré con algo.-
- ¿en que me ayudarás? Espero que no estés pensando en ir a golpear a Connor, me meterías en problemas Becky.-
- no, yo jamás me atrevería a lastimar a un niño; lo que digo es que te ayudaré a resolver tu otro problema.-
- ¿cual problema?.-
- ya lo verás.-
Becky tenía una sonrisa muy sospechosa en su cara que hizo a Darren preguntarse que estaba tramando, y a que se prefería con ayudarle con su otro problema. La respuesta le llegó cuando vio como la pelirroja tomó el teléfono que estaba ubicado en una mesita al lado del sofá, marcó un número y espero a que alguien respondiera del otro lado.
Por su parte el niño tenía curiosidad por saber que era exactamente lo que la bella pelirroja tenía pensado hacer, pero en ese momento lo sabría. En el otro lado del teléfono alguien contestó y la chica decidió empezar con su jugada, la cual era informar a ciertas personas sobre algo que pasó y que podría serles de mucho interés.
- ¿hola? ¿Sra. Miller? Soy Becky y tengo algo que contarle sobre su querida hija Dana.-
...
Residencia Miller.
- esperen chicas, tengo una videollamada.-
- ¿crees que sea ese chico guapo del que nos contaste?.-
- tal vez sea tu tonto hermano que se perdió y está muy asustado; ¡ja! Típico bebé llorón. -
Dana y sus amigas seguían en su casa pasando el tiempo sin darle importancia al hecho de que Darren se había escapado, mucho menos que Becky haya sigo la única que fue a buscarlo. Y claro que todo su momento se vería opacado cuando la chica de blusa rayada recibió una videollamada que era de su madre, la cual se comportaba de una forma muy sospechosa.
- Hola hija ¿cómo te va?.-
- pues estamos bien mamá, pero Darren se portó muy mal. -
- oh ¿en serio? Me alegra que me lo digas ¿y donde está tu hermano?.-
- lo mande castigado a su habitación y no saldrá de ahí hasta que ustedes lleguen para regañarlo.-
- que curioso porque cuando estábamos por llegar a casa, recibimos una llamada de Becky.-
- ... oh, ¿y que les dijo?.-
- no nos dijo gran cosa, pero tu hermano si.-
Dana se quedó de piedra al ver que ahí estaba Darren quien por alguna razón estaba junto con Becky, la cual la veía con una cara seria. Su padre le explico que ella les dijo que Dana le habia dicho cosas muy crueles a su pobre hermanito, por lo que no les quedo de otra que huir pues lo que Dana le había dicho fue tan horrible que literalmente le rompió el corazón.
Dana intento defenderse pero no le dieron oportunidad de hacerlo, alegando que no podían creer que su hija haya sido tan mala e irresponsable. Sus amigas también estaban en problemas ya que Becky afirmó que ellas también se unieron a Dana, lo que también las hacía cómplices de lo que le pudo haber ocurrido al niño si Becky no lo encontraba a tiempo.
- espera a que lleguemos a casa jovencita.-
- y más vale que tus amigas no se vayan.-
Luego se esas amenazas ellos colgaron, ahora Dana estaba en aprietos, sus amigas también y la causa de todo eran Becky y Darren. Dana estaba enojada y a la vez asustada por el regaño que le espera al momento en que sus padres y sus delatores volvieran, los cuales posiblemente no se contendrían en contar toda la verdad sobre lo que ocurrió unos instantes después de que ellos se fueron.
- ese malvado enano me las va a pagar.-
Continuará...
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