EXTRA: ¿Otra escena?
Antes de leer les dejo esta pequeña nota explicando este nuevo capítulo. Quise escribir este extra importante, quise que cada lector@ lo leyera, lo creí necesario en la historia. Toda esta escena que leerán a continuación sucede antes de los capítulos 59 y 60. Es después del capítulo 58, es una segunda parte por así decirlo de ese capítulo Baile real. La verdad es que ese es un capítulo muyy largo, solo quise escribir lo que ustedes leyeron pero siento que le falta y aquí la segunda parte podrán leer. Falta mucho por contar que sucede durante el baile y no solo con Aylin y Darren, hay más personajes que les sucedieron cosas. Quise no extenderlo más y ir directamente a la parte donde sucede lo de Aylin y Darren y el resto ya lo saben. Espero no se confundan. Lean con atención que está muy interesante. Disfrútenlo 🖤
EXTRA: Baile real [2° parte]
El baile continúa, la sala de ese inmenso Castillo está repleto de vampiros, la mayoría con sus respectivas parejas mientras bailan una lenta melodía. Otros prefieren beber solo de esas copas o solo ver a la distancia a todos siendo expectadores.
La mayoría bailan con sus respectivas almas, entre ellos esas vampiresas, Ashley con ese antisocial rubio vampiro, Dominik, sin embargo, para ella es extraño su comportamiento, sabe que él hace un esfuerzo en convivir cuando realmente él solo ignora al resto y toda su atención está puesta en esa vampiresa única y especial para él y por eso, ella se dedica solo a disfrutar el baile con su compañía.
A una cierta distancia de ellos se encuentran Mía y Drake, a estos vampiros se les a olvidado su anterior discusión, la molestia se a esfumado. Incluso, se han olvidado por un instante de su hijo, Dean. Solo disfrutan el baile ellos dos.
Mientras Dean, observa con admiración a cada vampiro. Sonríe al ver a sus padres bailar juntos, desvía la vista y observa con detenimiento a cada vampiresa. Algunas más jóvenes que otras sin embargo, ninguna causa su interés. Ese joven vampiro no deja de pensar en Amaris, las palabras de Ana Liz lo dejaron muy pensativo. Incluso en su mente crea escenarios distintos de como salir del Castillo tan solo para ir a verla, buscarla sin embargo, Dean aún no se anima a tomar ese gran riesgo.
Se obliga a dejar de pensar en eso y bebe un poco de su copa. La aleja de sus labios y desvía la vista. Su mirada muestra sorpresa al ver a Ana Liz con Owen, juntos, hablando, ella sin borrar su sonrisa. Él de forma sería sin embargo, para Dean le extraña a estas alturas, que él no la haya dejado sola.
Dean sonríe al ver eso.
Recuerda esa regla que mucho le repite su padre, regla que todo vampiro debe obedecer:
»No mezclarse con otros seres distintos a ellos.
Sin embargo, a Dean, a pesar de tener una corta edad, no está de acuerdo con esa regla. Así como a varios, su alma destinada no siempre pertenecerá a su mismo mundo.
Baja la vista y observa la copa con detenimiento. No evita pensar en Amaris. Pensar que eso que está sintiendo por ella es prohibido y desatará una nueva guerra.
Por otro, cada vampiro está en sus propios asuntos. Disfrutando esa noche, el baile a su manera y Lezy y Jonathan no son la excepción. Para la vampiresa le costó convencerlo, le costó lograr bailar con él.
Minutos antes...
Lezy logra encontrar su objetivo. Con una amplia sonrisa dejando a la vista sus colmillos, se acerca decidida a él. Antes de captar su atención, se acomoda su vestido. Lo alisa de ambos lados y continúa avanzando.
—¿Por qué tan solo Jonathan? —habla al llegar frente a él captando su atención. Él posa la vista en ella y le sonríe. Sin embargo, a la vampiresa le molesta no haber causado la expresión que esperaba.—¿Puedo acompañarlo?
—Por supuesto, señoritas Black.
Ella hace una mueca al escucharlo.
—Le había pedido llamarme por mí nombre. —con velocidad ella aparece a su lado— Lezy.
Él sin verla, sin apartar la vista del frente emite su respuesta:
—No existe demasiado confianza señorita Black, no quiero sonar irrespetuoso. Prefiero que sea de esa forma.
Lezy niega varias veces y se cruza de brazos. Lo observa de reojo. La poca molestia se esfuma al verlo perfectamente arreglado. Sonríe coquetamente.
—Se ve bien Jonathan.
—Gracias. —él gira a verla— con todo respeto, es una dama muy hermosa.
Lezy le sonríe ampliamente y baja sus brazos. Posa la vista al frente.
—El baile está por comenzar ¿bailará esta noche?
—Prefiero solo ver.
—No sea aburrido, Jonathan. Su hijo incluso está disfrutando este día.
—Y es por eso que estoy aquí, quiero vigilarlo y no perderlo de vista. —emite Williams sin perder de vista a Esteban.
Lezy no vuelve a articular palabra. Los minutos transcurren hasta que el primer baile comienza. Las parejas empiezan a formarse frente a ellos.
—Este baile me hace recordar a muchos siglos atrás. —habla ella acabando con el silencio.
—La tradición sigue pero ahora es más distinto. Puede llamarme anticuado pero prefiero los realizados siglos atrás.
Lezy gira a verlo y asiente de acuerdo con él.
—Hace mucho que no estaba en un Baile. De hecho estar aquí me recuerda cuando lo conocí, en la ceremonia de Nohemi. —su sonrisa se borra poco a poco. Permanece segundos en silencio y prosigue— recuerdo que nadie me invitó a bailar, su hijo fue el primero. Claro, bajo una indirecta que él no rechazó.
Jonathan gira a verla.
—Un Williams jamás rechaza a una dama o al menos encontramos la mejor forma de demostrarle nuestra negación.
Lezy lo observa embobada. Se obliga a reaccionar y regresa la vista al frente.
—Si, estoy de acuerdo con usted. Lo a educado muy bien. Todo un caballero como su padre. —ella guarda silencio y sonríe ampliamente al ocurrirle una idea— En ese caso —gira a verlo— no rechazará mi invitación a bailar esta primera canción.
Williams gira a verla. Dura segundos en silencio.
—Señorita Black, con todo respeto... —busca la mejor excusa.
—Un Williams jamás rechaza a una dama, fueron sus palabras. —lo interrumpe ella. Lezy extiende su mano en su dirección— no puedes rechazar mi invitación Jonathan.
Él observa su mano con detenimiento. Posa la vista en ella y aleja sus manos de su espalda.
—Acepto la invitación. —termina por aceptar. Sujeta su mano, antes deposita un casto beso en el dorso y la guía hasta el centro de la sala.
Lezy sin borrar su sonrisa triunfadora.
Y hasta el momento, no se arrepiente de tal cosa. Fue una canción, siguieron con otra y Lezy no tiene intenciónes de dejarlo ir.
Ella apoya una de sus manos en su hombro. La otra la junta con su mano mientras siente la mano de Williams en su cintura. Ella trata de acercarse lo más posible. Incluso, con disimulo aparta el cabello de su cuello y se acerca provocativa a él, para mala suerte, Williams en todo momento, aparta la vista.
—No puedo quejarme con la pareja que tengo. Es la mejor noche.
Capta su atención. Sin embargo, él solo se limita a sonreírle. La aleja un poco de él y con su ayuda, Lezy da una vuelta y regresa de nuevo con él.
—Estas muy callado, Jonathan ¿Tan malo es bailar conmigo?
—Se confunde, no voy a quejarme. —él cambia de mano, la suelta y su mano izquierda la coloca en su cintura— simplemente, esto me trae recuerdos.
—¿Quiere contarme?
Ambos se observan fijamente.
—Mi difunta esposa, le gustaba mucho bailar en estos tipos de eventos. Anabella resaltaba entre todas. —sonrie con tristeza y aparta su vista.
Lezy no evita sentirse mal por eso.
—¿La extraña?
—Demasiado pero he tenido que superarlo, por mí hijo, por una promesa. —Williams regresa la vista en ella— le prometí que cuidaría de nuestro hijo al menos hasta que mi eternidad me lo permita. Aunque él lleve su propia eternidad, mientras aún siga en este mundo, siempre va a necesitar de su padre.
—Él es afortunado al tenerlo como padre y estoy segura que Anabella, no se arrepiente de haberlo elegido. —Lezy deja de bailar y sin permiso, lo abraza y recarga su barbilla en su hombro— quisiera algo así, Jonathan.
Él se limita a aceptar el abrazo, sin embargo no evita confundirla con su amada.
Mientras, a la distancia, ambos son observados por Esteban. Él se mantiene solo al tener que esperar el regreso de Blareli. Se muestra serio, sin la burla en él. Comienza a avanzar, se escabulle entre las parejas hasta detenerse al estar más cerca de su creador. Una leve sonrisa se apodera de su rostro y se cruza de brazos.
Aparta la vista y empieza a ver alrededor. Espera impaciente el regreso de Darren y Aylin, sin embargo, cada vez pasan más minutos y ellos no regresan. Eso causa la molestia de Esteban, tendrá que seguir distrayendo a Blareli.
Gruñe y se da la vuelta. Con velocidad logra salir de las parejas que bailan. Se detiene en una esquina y observa hacía la puerta. Enarca una ceja al ver salir juntos, a Ana Liz y Owen.
—Al menos te diviertes, convertido. —espeta y se cruza de brazos.
—Regresé.
Se obliga a desviar la vista, enseguida finge una sonrisa al verla frente a él.
—Mi reina, tan hermosa como siempre. —Esteban le arrebata la copa y le da un pequeño trago. Blareli lo observa con molestia.
—Era mi copa.
—No se queje. —le responde al bajarla de su boca— podrá probarla de mis labios. —se acerca a ella, coloca su mano en su nuca, ladea un poco la cabeza y la termina besando.
A estas alturas, a ese rubio vampiro le importa muy poco, con quién besarse.
...
Por otro lado, Ana Liz no disminuye la emoción al estar con ese vampiro, al contrario, aumenta en cada paso que dan y cada vez se alejan de la sala.
Fue difícil convencerlo sin embargo, trás Ana Liz mucho insistir, logró convencerlo y salir.
Ella lo vea de reojo y una sonrisa boba se plasma en su rostro. Ambos continúan avanzando por el pasillo, a pasos cortos. Por un momento, a Ana Liz le molesta el silencio que los invade. No captar su atención al Owen solo caminar y ver alerta a ambos lados.
—¿Todo bien? ¿A quién buscás? —le pregunta Ana Liz mientras baja la vista y observa esa copa que antes de salir, tomó de la mesa. —¿Te preocupan que te van conmigo? Allá dentro la mayoría se dió cuenta.
—No me interesa lo que piensen. —Owen oculta sus manos en sus bolsillos— simplemente no quiero problemas.
Ana Liz sonríe divertida.
—¿Le temes a mí... a Darren?
Owen enseguida se detiene y gira a verla.
—No le temo a nada, soy un vampiro, no lo olvides— hace una corta pausa— No soy un ser débil sin me consideras así. Te demostraré que algún día, seré más fuerte que él y voy a derrotarlo.
Ana Liz se encoge de hombros.
—Sé que lo lograrás Owen, solo que no estoy segura de que lado estaré.
Suelta una risita.
Owen gruñe y regresa la vista al frente. Sigue avanzando, Ana Liz comienza a seguirlo. Ambos yendo a la par.
—A todo esto, ¿por qué querías salir? ¿No sé supone que estuviste de acuerdo en ese baile?
—Me diverti allá dentro pero prefiero tú compañía. Aquí podemos hablar sin que te escondas o preocupes porque nos vean juntos.
—Ya te dije que no me importa. —le responde él con molestia causando la risa burlona de Ana Liz.
Continúan avanzando por el pasillo. En el fondo, Owen agradece al no tener que encontrarse con Darren y su humana.
—Espero ver a Darki.
Él la observa de reojo.
—¿No lo dejaste en la habitación?
—Aunque sea un cuervo, no significa que deba estar encerrado. Además, a Darki le gusta la libertad tanto como a mí. —Ana Liz observa alrededor— antes de venir, lo dejé libre. Vi cuando salió volando. Te será extraño pero no es la primera vez que lo dejo salir de la habitación y es más extraño que él siempre regresa. Supongo que le gusta el Castillo.
Ana Liz se encoge de hombros.
—¿Cómo puedes querer a esa cosa?
—¿Celoso Owen?
Él gruñe y se detiene. Ana Liz imita su acción.
—De un cuervo, estas loca si lo crees.
—Tienes razón, no sería de Darki pero si de Dean.
—Sigues con lo mismo. —emite él con irritación— ya te dije mis motivos. No es lo que piensas.
Ana sonríe ampliamente al escucharlo.
—Lo que tú digas.
Owen saca sus manos de sus bolsillos y con velocidad aparece frente a ella.
—A todo esto, ¿por qué has traído esa copa? —le pregunta en un intento de cambiar de tema.
—Queria seguir bebiendo.
Con suerte, lo logra.
—Eso es sangre. —le dice.
—No es cierto, es vino.
Ana Liz se acerca más la copa a su pecho.
—Soy un vampiro niña, reconozco la sangre.
Ana Liz bufa.
—De acuerdo, lo es pero también es vino.
—No puedes beber esas dos cosas.
—Ustedes pueden hacerlo. —farfulla Ana Liz molesta.
Owen gruñe al escucharla.
—Te confieso que no es de mi agrado. No al menos esas mezclas, prefiero solamente la sangre antes que tu bebida mortal.
Ana Liz observa la copa con detenimiento.
—Bueno yo no soy normal. Es la bebida perfecta para mi. —alza la vista y lo observa fijamente— soy humana Owen, me gusta el sabor del vino pero también soy la hija de un vampiro. No sé porque quiero probar la sangre. —se encoge de hombros— no me causa asco, al contrario. Deseo probarla. —Ana Liz lame sus labios— y no necesito tu permiso. Ya esperé demasiado y ahora ni madre, ni Darren, pueden verme.
Ana Liz deja de verlo y acerca la copa a sus labios. Sin embargo, antes de probarla, le es arrebata.
—No la beberás.
—¡Owen! ¡No te metas!
—¡Escucha antes! —le responde él en el mismo tono alto que ella— al menos no de esa forma.
Ana Liz lo ve con confusión.
Él observa la copa con detenimiento, mueve un poco la sangre y le da un corto trago. Enseguida la aleja y sin dudar se acerca a ella.
Ana Liz se mantiene quieta, observa sus movimientos. La sorpresa le invade al sentir sus labios sobre los de ella. Se obliga a reaccionar y lo besa saboreando un poco el sabor de la sangre.
Owen corta el beso y se aleja lentamente de ella.
Carraspea y lame sus labios.
—Era... mi turno.
Ana Liz le sonríe avergonzada.
—Sabe mejor en tus labios. —agacha la vista un poco. En todo momento, observa la copa en su mano— pero de verdad quiero probarla por mi cuenta.
Ana Liz logra arrebatarle la copa y antes de que él se la quite, le da un profundo trago. En poco tiempo, la aleja de su boca y lame sus labios borrando todo rastro de sangre.
—No... no sabe mal. —dice divertida y lo observa fijamente— no le dirás a nadie ¿verdad?
—Yo no he visto a una humana beber sangre.
Ana Liz sonríe al escucharlo. Se acerca a él y vuelve a besarlo. A falta de aire, se obliga a alejarse y toma una bocanada de aire. Esta por volver a besarlo sin embargo, Owen gira la cabeza logrando un bufido de ella.
—¿Qué?
Regresa la vista en ella.
Ana Liz retrocede un paso atrás.
—Nada. —le responde sería.
Owen curva una media sonrisa y le arrebata la copa.
—¡Oye! Es mía.
—De ambos. —Owen se dedica a darle un trago. Ana Liz lo observa con atención.
Owen la aleja de su boca y se la entrega vacía. Ana Liz cruza los brazos molesta.
—No debiste hacer eso.
—Aun no estás lista para esta bebida.
Ella rueda los ojos, desliza sus manos y frota sus brazos al sentir frío.
—Una copa vacía es innecesaria.
Owen lanza la copa al suelo.
Ana Liz rápido reacciona y brinca al escuchar la copa extrellarse en el suelo. Termina por abrazar a Owen y posa la vista en el suelo viendo pequeños vidrios exparcidos.
—¡Loco! No hagas eso.
Owen rodea sus brazos alrededor de ella y la deja prisionera por él.
—Estas temblando. —Ana Liz gira a verlo al escucharlo. Pasa saliva ante la cercanía— ¿Por miedo o por el frío?
—Seran por ambas cosas, genio. —resopla— sueltame.
Owen niega.
Ninguno aparta la vista. Ana Liz pasa saliva al ver ese tono rojizo teñir sus ojos.
—Quedate aquí, volveré.
Dicho esto y al suelta. Sin darle tiempo de reacciónar a Ana Liz, él desaparece con velocidad.
—Owen —ella observa a ambos lados— ¡Owen! —resopla y se cruza de brazos— genial Ana Liz, te abandonó ese vampiro.
Observa alrededor. Se encuentra sola en el pasillo, sin miedo, al contrario, muy molesta.
Transcurren pocos segundos, Ana Liz avanza un paso cuando se detiene enseguida al ver a Owen aparecer frente a ella.
—Carajo. —retrocede de un salto— no hagas eso. —lo observa de forma fulminante.
Él se acerca.
Ana Liz frunce el ceño. Toda molestia se esfuma al ver sus intenciones. Owen la cubre con una pequeña manta.
—Fue... lo único que encontré.
Retrocede y pasa sus manos por su cabello. Enseguida aparta la vista.
Ana Liz sonríe, se encarga de sostener la dos puntas de la manta para evitar que se caiga.
—Gracias.
Owen regresa la vista en ella.
—¿A dónde... quieres ir?
Ana Liz se encoge de hombros.
—Tu conoces el Castillo más que yo. Puedes darme un tour. —le sonríe.
Owen asiente y le hace un ademán de cabeza. Ella retoma la caminata y ambos avanzan juntos al mismo tiempo.
Ana Liz lo observa de reojo.
La manta le queda corta, no alcanza a cubrirle por completo su cuerpo sin embargo, disminuye un poco el frío.
Ella duda un instante. Muerde su labio inferior y con disimulo se acerca. Existe una mula distancia entre ambos. Ella finge ver alrededor sin embargo, con una mano sostiene la manta y con la otra, la baja hasta lograr sacar su mano y sin querer, roza su fría mano.
Owen enseguida la aleja y se limita a mantener la vista al frente.
—¿Por qué haces esto? —le pregunta.
Ana Liz gira a verlo.
—Porque me gusta tu compañía. Además, creo que ambos podemos aprender de cada uno. Tú puedes mostrarme este mundo y yo el mío ¿no extrañas tu vida de humano?
La seriedad invade su rostro al escucharla.
—Deje de ser humano desde hace siglos. Esto es lo que soy y realmente no extraño mi vida de antes.
—Oh vamos Owen, debe haber algo que te gustaría hacer ¿qué hacias cuando eras humano?
Él se mantiene en silencio.
—Eres eterno sabés, que seas vampiro no significa que dejes de hacer esas cosas. Sé que eres vampiro pero¿no te gustaría hacer lo mismo? No siempre estar aquí encerrado en este Castillo. Hay un mundo humano que puedes disfrutar. Puedes ir al instituto, bueno no, eso es una mala idea. Yo tampoco regresaría —Ana Liz suelta una risita— ¿Algo que quieras hacer?
Owen gira a verla.
—Recuerdo poco de mi humanidad. Los pocos recuerdos que quiero conservar, solo incluye a mí familia. La verdad es que no volveré a ser como antes. No soporto estar rodeado de humanos, lo único que pienso es en su sangre. —pausa— antes, solía ir a bailes, no de este tipo, pero ahora soy un vampiro y somos muy sensibles al alto ruido.
—Debe haber algo. —insiste Ana Liz— ¿Algún deporte que realizabas? ¿Alguna locura que quieras hacer?
Owen se limita a guardar silencio mientras piensa.
—Bueno, creo que lo hay. —Ana Liz lo observa con mucha atención— recuerdo que practicaba un deporte con mi hermano, el béisbol. Johan era fanático y solíamos jugar/entrenar juntos.
Ana Liz hace una mueca.
—La pelota y el bate. —Owen asiente— bueno, no es de mis deportes favoritos pero puedo intentarlo. —ella le sonrie— cuando esto acabe, podemos algún día jugar y puedes enseñarme.
—No lo haré y mucho menos con una humana.
—Owen, será divertido. —lo anima— solo tendrás que controlar tú velocidad y listo. Es un trato ¿de acuerdo?
Él gruñe.
—No te daré una respuesta.
Ana Liz se encoge de hombros y aparta la vista.
De pronto, siente su fría mano rozar su mano. Un leve roce. Evita verlo. Le hubiera gustado entrelazar su mano con la suya, sin embargo, es un mínimo toque. Él solamente engancha uno de sus dedos con el suyo y tan solo ese leve roce, causa la emoción en Ana Liz. Miles de sensaciónes por dentro. Ella sin borrar su amplia sonrisa durante todo el camino.
...
—Debemos volver. —le dice Owen y la suelta.
Ana Liz se queja, después de sus intenciones. Logró sujetar su mano.
—No quiero regresar al baile. Ya estamos cerca.
—No saldrás del Castillo. —Owen la detiene con delicadeza del brazo— te traje hasta aquí pero no para salir.
—Ya lo sé. —Ana Liz lo observa fijamente y le sonríe.
Owen la suelta.
Ambos se encuentran a una cierta distancia de la puerta que da a la entrada del Castillo.
—Este lugar es increíble. —emite Ana Liz y avanza unos pasos. Se detiene y observa la puerta.—tal vez deba salir y huir. —inquiere divertida.
—Intentalo y rápido te atrapare.
—En ese caso. —ella empieza a correr sin embargo a poca distancia, se detiene al chocar contra él. —velocidad de vampiro, eso es trampa.
—Basta, será mejor que regresemos.
—¿Qué harás para detenerme?
Owen la observa fijamente. Baja la vista y se detiene en sus labios.
—No me retes, humana.
Ana Liz medio sonríe y lame sus labios.
Se obliga a dar el primer paso, se acerca a él y lo besa. Al principio es un beso despacio sin embargo, ambos comienzan a aumentar el ritmo. Ana Liz ladea un poco la cabeza, sin evitar suelta un gemido al sentir sus colmillos rozar sus labios. Una oleada de calor le invade al sentir sus manos en su cintura y él la atrae más a su cuerpo.
Owen corta el beso, lame sus labios y la observa con atención. Ana Liz sin dejar caer la manta, desliza su mano por su pecho sin apartar la vista de sus ojos. Continúa bajando hasta llegar a su mano y sujetarla con la suya.
—¿No extrañas lo que pasó?
Pasa saliva.
—No se volverá a repetir.
—Yo no tengo problema.
Él medio sonríe, sin embargo enseguida borra su sonrisa y se mantiene serio.
Ana Liz muerde su labio inferior y sin soltarlo, guía su mano hasta el raz de su vestido. Se estremece al sentir sus fríos dedos tocar su pierna. Lo suelta y asiente. Owen se acerca más a ella, coloca una de sus manos en su nuca y con la otra se encarga de delizarla por debajo del vestido. Deja de verla y oculta su rostro en su cuello depositando un casto beso.
Ana Liz se obliga morder su labio inferior con fuerza para evita soltar un jadeo.
—Owen... podemos...
—No. —se estremece al escuchar su voz cerca de su oído. Él se aleja de ella y termina por besarla con desesperación.
El vestido de Ana Liz se encuentra un poco más arriba, sin embargo, a ella poco le importa.
—Owen, de verdad quiero...
Deja la oración sin terminar al ver que él se aleja de ella. A dejado de tocarla, a dejado de verla. Su vista está fija en la puerta muy alerta.
—Owen...
—Silencio. —la calla bruscamente— percibo un olor a sangre. —rapido saca su mano del vestido y la coloca en la cintura de Ana Liz —demasiada.
Ana Liz lo observa con extrañeza.
—Debe ser la sangre de mi boca, el sabor queda y...
Se calla al sentir su fría mano cubrir su boca.
—Quedate aquí. —emite él con seriedad y se aleja de ella. Comienza a avanzar en dirección a la puerta.
—Owen. —rechista Ana Liz y se acomoda el vestido— Owen, no me dejes así.
Bufa y a regañadientes, comienza a seguirlo.
Owen se encarga de abrir la puerta. Observa alerta la entrada y de pronto, un humano con rastro de sangre aparece frente a él. Jadea de dolor y se apoya de la puerta. Owen lo observa con recelo, por un momento cree que es un humano que escapó de los calabozos.
—¡¿Carlos?! —emite Ana Liz al verlo. Sigue avanzando y se detiene a un lado de Owen— ¡Es...es Carlos! —Owen gira a verla— ¿Qué te pasó?
Él intenta avanzar un poco sin embargo, ante su estado solo logra lastimarse más.
—Fue... Vic... Victoria. —emite con dificultad y termina por caer al suelo.
Owen y Ana Liz se observan al mismo tiempo y después, regresan la vista en él.
—Ay no, Carlos es muy importante para mí mamá, me cae mal pero aún así debemos ayudarlo.
—Victoria —repite Owen sin dejar de verlo— ¿Cómo llegó hasta aquí? —se obliga a reaccionar, lo toma de las manos, lo arrastra un poco y rápido cierra la puerta.
—Tiene marcas, ¿crees que lo hayan convertido? —emite Ana Liz al percatarse de esos dos puntos rojos que se encuentra en diferentes partes de su cuerpo: cuello y brazos.
—Lo dudo, aún escucho su débil corazón latir. —inquiere Owen y regresa con ella— antes debe despertar para estar seguros.
—Hay que avisarles a todos, a mí madre. —Owen asiente de acuerdo— ve, yo me quedo con él.
—No, puedes ser una trampa. Tal vez Victoria o sus creaciones están aquí. No te dejaré sola aquí con un mortal apunto de morir con el riesgo a que te lleven.
Ana Liz bufa.
—Iras tú. —agrega.
—Tu corres más rápido que yo.
—¡Haz lo que te ordeno!
Ana Liz bufa molesto y asiente. Susurra un "esta bieen" y trás una última mirada a Carlos, termina por darse la vuelta y comienza a correr lo más rápido que puede.
Ana Liz corre por el pasillo, la manta empieza a moverse, le empieza a estorbar y sin dudar, la suelta. Esta aterriza lentamente en el suelo mientras Ana Liz sigue corriendo lo que sus piernas le permiten.
...
—¡Ayuda! ¡Ashley! ¡Mía! ¡Mamá! —grita al llegar a la sala. Ignora los latidos acelerados de su corazón y se escabulle entre los vampiros hasta lograr encontrar a la primer pareja. —¡Ashley!
Ella logra escucharla y se voltea.
—Hola Ana Liz, ¿disfrutas el baile?
—Ay... Owen está en la entrada... con... Carlos. —dice mientras trata de regular su respiración.
Ashley rápido aparece frente a ella.
—Tranquila. Dime ¿qué pasa? que no te entiendo.
Ana Liz lleva su mano a su pecho.
—¡Carlos está aquí y muy herido! —suspira— con Owen en la entrada del Castillo.
Ashley gira a ver a Dominik.
—Tengo que ir.
Él asiente.
—Vamos Ana Liz, antes debo sacarte de aquí y después avisarle a tú madre.
La toma de la mano y ambas avanzan entre el bullicio. En el camino se encuentran a Mía, le explican rápido y ella se marcha con ellas.
—Creo que el baile terminó. —dice Lezy al notar eso. Se aleja de Williams y le sonríe— ¿Quieres salir a caminar un rato?
Él deja de verla y busca a su hijo con la mirada.
—Supongo que puede cuidarse solo. —regresa la vista en ella. —vamos.
Lezy sonríe ampliamente y engancha su brazo al de él y juntos, salen de la sala.
Mientras, Esteban harto de esa vampiresa finge prestarle atención. Sin embargo, la curiosidad le invade al haber visto a Ana Liz entrar y sobre todo, después de haberla escuchado. Se obliga a no intervenir cuando en el fondo, quiere hacerlo.
—Me retiro, tengo que ir en busca de mi rey.
Esteban gira a verla al escucharla.
—No creo que le importe. —ella lo observa sería— digo que no creo que deba ir...
—Permiso. —lo interrumpe Blareli y lo esquiva. Comienza a dirigirse a la salida hasta que Esteban la pierde de vista.
Gruñe y se cruza de brazos.
—No fuiste una grata compañía. —emite y observa alrededor.
La sala comienza a estar sola. Varios vampiros con sus vampiresas empiezan a retirarse. Esteban busca a su creador sin embargo, no logra verlo por ningún lado. Desvía la vista, lo busca sin embargo, solo logra ver a Drake con Dean. Le da poca importancia a su plática y se da la vuelta.
Estaban baja sus brazos y se dirige a la salida. Duda en ir y enterarse o buscar otras forma de distracción.
Se detiene al llegar a la puerta. Antes de salir les permite el paso a dos vampiresas. Captan su atención y las observa con una perversa sonrisa.
Con velocidad logra alcanzarlas y se detiene frente a ellas logrando que ellas lo vean con curiosidad.
—¿Buscan diversión?
Ellas se ven al mismo tiempo y regresan la vista en él.
—El baile terminó y seguiremos la diversión en nuestra habitación. —le contesta una de ellas. —solo buscamos la compañía perfecta.
—Estan de suerte, que seré el elegido. —Esteban se acerca con una amplia sonrisa y toma cada una de sus manos y deposita un casto beso en cada una hasta soltarlas— no le importa compartir ¿verdad?
—En lo absoluto. —le responde la otra vampiresa.
Esteban asiente y se acerca a ella. Termina por besarla, se aleja y besa a la siguiente.
—No me quejo, el baile terminará muy bien. —retrocede un paso y les sonrie con picardía sin dejar de verlas.
"Es la distracción que necesito"
Piensa el rubio mientras se obliga a dejar de pensar en eso y se obliga a mantenerse ajeno a lo que sucede en ese preciso instante.
+++
Ashley espera impaciente a que Aylin aparezca en la habitación. Ella y Mía se encargaron de traer a Carlos a una de las habitaciones y dejarlo acostado. Ella tuvo que obligar a Owen en avisarles a Aylin y a Darren al ellas no verlos fuera de la sala.
Ana Liz espera a su lado sin dejar de ver el pasillo.
No obstante, Mía sale de la habitación con una mirada llena de preocupación.
—Ley, él cada vez está más débil. Los latidos de su corazón se están debilitando.
Ashley gira a verla.
—Tenemos que hacer algo ya. —espeta y regresa la vista en el pasillo— espero que Aylin venga pronto.
Y dicho esto, se da la vuelta y entra a la habitación.
Ana Liz no se atreve a entrar, deja que las vampiresas se encarguen mientras ella espera a su madre y Owen aparecer.
Se abraza a ella misma y de pronto, medio sonríe al verlos. Ambos cada vez se acercan a ella. Ana Liz se obliga a prestarle atención a su madre, sin embargo de reojo observa a Owen.
—Esta dentro. —le dice a su madre y la analiza. Frunce el ceño, la curiosidad le invade al ver su vestido roto y esa marca en su cuello. Sin embargo, no es el mejor momento para interrogarla. —lo siento mamá.
Ana Liz se aparta de la puerta.
Aylin sin responderle, entra muy preocupada a la habitación ignorando las miradas que recibe de ambas vampiresas.
Mientras, Ana Liz posa su vista en Owen y le medio sonríe.
—Gracias por ir por ella. Carlos le es importante. —Owen fija la vista en ella— ¿Estaba con Darren?
Él asiente.
—Y a estás alturas ya debe odiarme. Incluso querrá matarme.
Ana Liz enarca una ceja.
—¿Por qué dices eso?
Owen menea la cabeza.
—No es secreto que me desprecie. —Owen se encoge de hombros y da un paso hasta ella— me tengo que ir.
Ella asiente.hl
—Gracias por el tour. —Ana Liz baja sus manos y las junta nerviosa— lo que pasó...
—Nadie debe enterarse. —ella asiente— pero no estuvo mal.
Owen observa a ambos lados del pasillo. Al verlo despejado, rápido se inclina y le roba un casto beso.
—¿Ya me toleras más? —inquiere ella con burla.
Owen se encoge de hombros y se aleja un paso.
—No eres tan fastidiosa... Liz.
Ella amplia su sonrisa.
—Me gusta cuando me dices así, Mía se refiere a mí de esa forma pero no es lo mismo viniendo de ti.
Owen curva una media sonrie, sus colmillos son visibles. No obstante, poco a poco la borra al ver a Ashley en el marco de la puerta.
—Ana Liz, entra. Tú madre te necesita.
Ella asiente.
—Adiós Owen. —dicho esto y se da la vuelta. Pasa a un lado de Ashley y entra a la habitación.
Ashley deja de verla y regresa la vista en Owen, la burla se plasma en su rostro.
—No digas nada.
Ella levanta ambas manos y la vuelve a abajar.
—No escuché, no vi nada. —le dice con burla. —Owen, no tienes que ocultarlo, realmente me alegro por ti. Todos vimos lo que pasó en la sala. Te importa Ana Liz.
—Ash, que todo sea como antes. No se metan en lo que no les importa. Para nadie de aquí les he sido importante.
—Para Ana Liz lo eres. —la vampiresa se recarga en la puerta.
Owen gruñe y se da la vuelta. Apenas da tres pasos cuando se detiene y medio gira a verla.
—Ash, de esto nadie debe enterarse. —ella borra su sonrisa— Darren ni estorbo deben enterarse que estuve cerca de ella.
—Tienes mi silencio, Owen. —le responde ella y le sonríe.
Owen asiente y con velocidad desaparece de su vista.
Después, Ashley se adentra a la habitación y pocos segundos después, un vampiro causa el silencio con su presencia...
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Por otro lado, a una cierta distancia del Castillo, se encuentra esa vampiresa observando al frente. Busca la forma de entrar, sin embargo sabe que es un gran riesgo.
Victoria se cruza de brazos y sonríe con malicia.
—Volvere a ser la reina de ese Castillo. —espeta dejando expuestos sus largos colmillos.
—Mi reina, logró entrar. —le avisa un vampiro al llegar detrás de ella— el humano entró al Castillo, ¿quiere que entramos por su hermano?
Victoria niega.
—No vamos a entrar. La primera parte del plan ya está hecha. Él humano entró y les dirá nuestro aviso. No haré nada más por mi hermano, Diaval tendrá que encontrar la forma de salir.
—Como ordene mi reina.
Victoria ensancha su sonrisa.
—Ese humano era solo una simple sorpresa para mi hijo, un obsequio. —Victoria no evita recordar lo ocurrido hace siglos atrás— hoy hace 332 años, él llegó a éste mundo— Victoria recuerda verse embarazada. Un embarazo que se negó a tener sin embargo, siempre supo que tener descendencia de Salvatore, con eso lograría su objetivo. Sin embargo, sus planes cambiaron a él rechazarlo. Tuvo que fingir, soportar y engañar a Estefan. —Darren jamás debió nacer, solo me trajo problemas —hace sus manos puños, se encaja a ella misma sus largas uñas. —vengare a Salvatore y mi querido Divel pagará por eso.
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Solo una cosita: ¿Divel? ¿What? Bueno, les explico, ese sería el nombre de Darren. Divel es el creador de Victoria y Diaval. Ella siempre tuvo ese pensamiento que el primer hijo que tuviera, le pondría de esa forma en honor a su padre. Saben la historia, la Corte real los eliminó por considerarlos débiles, Victoria vió con sus propios ojos como Víctor eliminaba a su padre frente a ella, él mientras la protegía y por suerte, Victor la dejó con "vida" al igual que su hermano, por eso la venganza y eso. Por eso ella tiene esa obsesión de ser fuerte, la reina y demostrarle a Victor su equivocación. En fin, se supone que así le pondría a su hijo, pero ella rechazó a Darren cuando nació, desde un principio, se negó a tenerlo sin embargo saben lo que pasó y fue Estefan quien le otorgó dicho nombre. Victoria le dio poca importancia sin embargo en el fondo, muy en el fondo, para ella Darren siempre será Divel.
Aclarado esto, nos vemos en los últimos capítulos ¡Que inicie la cuenta regresiva para el final! 🤧🙊🦇🖤
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