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Capítulo ✗ 70 Un destino

+ C A P I T U L O     F I N A L +

“Apesar de la distancia y del silencio, siempre serás esa luz que iluminó
mi oscuridad”

Un silencio sepulcral invade el Castillo. Todos esperan impacientes a que esas dos humanas despierten. Esperan ese nuevo cambio. Esperan su reacción. Cada una en una habitación distinta. Acostadas en una distinta cama, aún sin despertar mientras son vigiladas por vampiros a su alrededor.

Mientras, por el pasillo avanza ese joven vampiro en dirección a la habitación de su madre. Dean aún débil avanza, ignora sus colmillos expuestos al haber recurrido a alimentarse.

Con velocidad se detiene frente a la puerta y sin tocar, la empuja y entra a la habitación mientras la busca con la mirada.

—Madre necesito hablar... —se calla al verla. No evita analizarla con la mirada— yo... lo siento.

Enseguida Dean se voltea.

Amaris sujeta la toalla que cubre su cuerpo con fuerza para evitar que se caiga. Se encuentra recién bañada. Un leve rumor se apodera en sus mejillas.

—No era mi intención...

—Descuida, no pasa nada.

—Debi tocar antes de entrar —Dean se da la vuelta, se obliga a ver solo su rostro— pensé que aquí estaría mi madre.

—Acaba de irse, se ofreció a traerme ropa nueva ya que la mía quedó rota y con sangre.

Dean asiente y se acerca a ella.

Amaris se obliga a controlar los nervios. En su lugar permanece muy quieta sin apartar la vista de él.

Ella pasa saliva al verlo detenerse muy cerca de ella.

—Gracias por salvar a mi hermano.

Dean sonríe dejando expuestos sus colmillos.

—Gracias por salvarme y unirte a la batalla.

Amaris le devuelve la sonrisa.

—Solo cumplía la promesa de mi padre.

Dean asiente.

—Te vez hermosa transformada. —agacha la vista— eres demasiado fuerte. Una buena líder para tú manada.

—Gracias Dean. Tú también demostraste ser muy fuerte.

Él alza la vista.

Amaris carraspea.

De pronto en el marco de la puerta aparece esa vampiresa.

—Hijo, ¿qué haces aquí?

Dean enseguida se voltea al escuchar a su madre. Mía los observa con confusión.

—Venia a buscarte.

Mía asiente y con velocidad aparece a un lado de él.

—Espero te quede Selene.—se dirige a Amaris y le entrega la ropa.

—Gracias. —ella tímidamente la toma, de reojo observa a Dean.

—Hijo, salgamos. Dejemos que ella se cambie.

Él asiente, sin mencionar palabra se dedica a seguir a su madre hasta ambos abandonar la habitación.

En el momento en que la puerta es cerrada, Amaris suelta un suspiro y se deja caer en la cama quedando sentada. Sin evitar una sonrisa boba al recordar a ese joven vampiro.

—¿Todo bien con la hija de Iván?

Dean se tensa al escuchar a su madre. Evita verla a ojos. Se distrae viendo por el pasillo.

—Solo le agradecía por salvarme —regresa la vista en ella. No le gusta recibir esa mirada seria de su madre. Incluso Mía se encuentra cruzada de brazos— ¿Han despertado? —cambia rápidamente de tema.

La tristeza se apodera del rostro de esa vampiresa.

—Aun no. Todos estamos muy preocupados por ellas.

—Van a despertar Madre —Dean se acerca a ella y coloca su mano en su hombro— aunque sean convertidas.

—La eternidad no es tan mala hijo. —Mía hace una corta pausa— si es un cambio, una nueva vida pero te acostumbras a ella. Aunque ellas hayan sido humanas y perdieron su vida, sigue al ser vampiresas. Te lo digo por experiencia.

Dean termina por abrazarla.

—No quiero que nada malo les pase.

—Madre, confía en que estarán bien.

Un ruido provenir de la puerta los obliga a alejarse. Enseguida Mía limpia esa lágrima rebelde de su mejilla.

—Lo siento...

—No te preocupes —le responde Mía al ver a Amaris fuera de la habitación.

—Bueno, gracias por la ropa. Por dejarme tomar una ducha y por curarme— Amaris señala su brazo vendado— siento mucho lo que pasó con ellas. Estaré al pendiente de nuevas noticias. Deseo que despierten.

Mía asiente.

Sin Amaris sentir la presencia de su hermano que se acerca.

—¡Amaris! —un grito la hace desviar la vista— tenemos que irnos ahora —le informa Ian al llegar hasta ella. Al igual que su hermana, se encuentra con varias vendas en sus brazos y una vendita en su frente— la manada nos espera.

Amaris asiente y deja de verlo.

—Gracias. Cualquier cosa que necesiten, no duden en buscarnos.

—Se acabó la ayuda Amaris. La deuda con nuestro padre ya está saldada. No vuelvan a buscarnos que por su culpa perdimos a más de la mitad de nuestra manada.

—¡Ian, ya basta!

Él da un paso adelante.

—¡Es la verdad! ¡Acéptalo Amaris! —él observa molesto a Mía y a Dean— está fue la última vez. La próxima vez, no nos importará pelear contra ustedes.

Amaris molesta se acerca a él y sujeta su brazo sin lastimarlo.

—Ya vámonos Ian.

Él se safa de su agarre, se da la vuelta y se termina alejando.

Amaris resopla y regresa la vista al frente.

—Lo siento él...

—Lo entendemos. —la interrumpe Mía— gracias por su ayuda. Siento sus pérdidas.

Amaris curva una leve sonrisa.

Le da una última mirada a Dean y termina por seguir a su hermano.

Ese joven vampiro al verlos lejos por el pasillo, gruñe y se coloca frente a su madre.

—No debería tratarla así aunque sea su hermano.

—Trata de entenderlos hijo, también perdieron a los que les importaban. Esto siempre es así, por más que tratemos, serán nuestros enemigos.

—Existen formas madre. No siempre debe ser así.

Mía niega varias veces.

—Dean, entiendo que no estés de acuerdo pero hace siglos esto a sido así. No puedes cambiarlo sin originar una guerra. Por eso es que yo y tú padre te decimos que solo te involucres con nuestras especie. Nosotros somos tú única familia.

Mía se acerca a él y lo abraza.

Sin embargo Dean hace sus manos puños y se mantiene inmóvil sin evitar recordarla.

(...)

Por otro lado, esa vampiresa desesperada busca en el estante esos libros. Gruñe y hace un desastre en el suelo. Se detiene y saca uno. Rápido lo revisa, busca página por página y rendida, lo lanza al suelo.

—Señorita Black, debe controlarse. —le dice Jonathan mientras la observa.

—¡No! Antes debo encontrarlo —vuelve a buscar entre todos esos libros— debo hacer que despierten. Ellas deben recuperar su humanidad.

Jonathan con velocidad aparece a un lado de ella.

—No hay nada que hacer más que esperar.

—¡No me rendiré Jonathan!

Ella gira a verlo.

—De nada servirá. Lo sabemos, no funcionó.

Lezy deja de buscar y baja sus brazos lentamente.

—No pueden perderlas como yo perdí a Nohemí.

Jonathan da un paso adelante, duda un instante hasta que coloca su mano en su hombro.

Lezy le sonríe triste.

Él da el primer paso y la termina abrazando.  A esa vampiresa tomandola desprevenida.

(...)

En esa habitación, ese vampiro camina de un lado a otro, sin dejar de verla, alerta en espera a que despierte. Su vista fija en esa cama.

De pronto se detiene, con velocidad aparece a un lado de la cama, muy cerca de ella.

—Liz —Owen acaricia su rostro con delicadeza mientras oculta sus largas uñas— eres fuerte, debes despertar.

La observa con detenimiento.

Ella cada vez está más pálida. Hace tiempo que dejó de escuchar los latidos de su corazón.

Él aleja su mano con lentitud y coloca su mano sobre la almohada.

—Liz, sé que me estás escuchando. Abre los ojos —gruñe al no ver resultados— Teníamos un plan, esto nada lo cambiará. —ladea un poco la cabeza— fuiste la única humana que no me tuvo miedo. La que llegaste a apreciarme de una rara manera —Owen hace una corta pausa— Ash tenía razón, algún día la encontraría. Esto que me pasa es tú culpa, tú cambiaste mis planes. —medio sonríe siendo visibles sus colmillos— fuí el primero en saber de tú existencia.

Owen termina por inclinarse y le da un casto beso en los labios. Enseguida se aleja y se dedica a verla.

De pronto, Ana Liz comienza a reaccionar. Owen se percata de eso y la observa atento. Ella comienza abrir los ojos lentamente hasta ese vampiro percatarse de ese tono carmesi en ellos.

—Bienvenida —le dice y le medio sonríe.

Ana Liz confundida gira a verlo de forma inexpresiva. Regresa la vista al frente y observa alrededor.

—¿Qué pasó? —espeta mientras se incorpora en la cama— ¿Dónde estoy?

—Regresamos al Castillo.

Ana Liz enseguida reconoce a la habitación de Owen y enfoca la vista en él.

—¿Qué pasó con Victoria? ¿Por qué me siento extraña?

Ella misma se observa a si misma. Mira con atención sus manos.

—¡¿Qué me hicieron?!—nota esas largas uñas en ella. Se da cuenta de la palidez —me siento rara, tengo mucha sed —lleva su mano a su cuello. Hace una mueca al tocar la marca— estoy muerta— desliza su mano hasta llegar a su pecho— mi boca —la cubre con sus manos.

—Controlate —Owen la obliga a bajar su mano. Sus colmillos comienzan a sobresalir de su boca— eres vampiresa.

Ella lo observa con atención.

—¡¿Tú me convertiste?!

Él niega.

—Fue Darren.

Owen la suelta lentamente.

Ana Liz desvía la vista.

Ella procesa la noticia. Asimila el cambio.

El silencio los invade.

Owen la observa alerta de su reacción.

—¿Dónde está mi madre? Quiero verla —posa la vista en él— ¿Por qué no está aquí? ¿Dónde están todos?

—Liz, cálmate. Te diré todo pero...

—¡¿Dónde está?! ¡Dije que quiero verla! —ella se pone de pie con velocidad. Se sorprende de su acción— ¡¿Cómo hice eso?!

Owen retrocede un paso.

—Tranquila Liz.

Ella niega.

Sonríe con malicia.

—¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué no recuerdo más?

—Perdiste el conocimiento. Estabas en proceso de ser convertida.

—¿Eliminaron a Victoria?

—Darren la destruyó.

Ana Liz ensancha su sonrisa.

—Ese rubio destruyó a su hermano. Él no nos traicionó.

—Ya lo sabemos. —Owen da un paso adelante— necesito que te sientes.

—¿Y Darren? Avísale a mí madre, quiero verla, quiero abrazarla.

—Necesitas saber algo. —Ana Liz lo observa con atención— tendrás que tomarlo con calma.

—Dilo de una vez Owen. —espeta ella con seriedad.

Él gruñe y da otro paso hasta ella.

—Darren te tuvo que convertir porque Victoria te mató. No ibas a sobrevivir. —hace una corta pausa— hizo lo mismo con estorbo. Ella también...

—No, no es cierto lo que dices —lo interrumpe bruscamente. Ana Liz da un paso atrás— mi madre no puede estar muerta.

—Liz, escúchame— él se acerca, ella retrocede mientras niega.

—¡No! ¡Ella no!

Coloca sus manos en su cabeza.

—¡No te acerques! ¡Owen no lo hagas!

Sin embargo él se niega a acatar la orden. Ana Liz baja sus manos y con velocidad llega hasta él hasta empujarlo. Sin medir su fuerza lo derriba en el suelo. Se queja al sentir sus colmillos crecer.

—¡Liz tienes que controlarte! —le grita Owen desde el suelo.

—No quería lastimarte. No sé que me pasa —ella retrocede un paso alterada.

—Tranquila. —sin perderla de vista. Owen se pone de pie— sé lo que sientes. Yo pasé también por esto. No es fácil Liz pero puedes...

—Mi madre —lo interrumpe— dime que no es cierto.

Owen asiente.

Ana Liz gruñe y con velocidad lo empuja a la pared mientras lo sostiene de cuello con fuerza.

—¡Mi madre no!

—¡Darren la convirtió!

Ella disminuye su fuerza, lentamente lo suelta. Da un paso atrás y se regaña a ella misma.

—Controlate —le repite Owen— iré a avisarles. Quédate aquí y no salgas.

Dicho esto y él desaparece de la habitación.

Ana Liz se dedica a ver sus manos sin aún creerlo.

...

En esa otra habitación Aylin se encuentra siendo vigilada por dos vampiros, por una vampiresa y un humano.

Darren cruzado de brazos la observa fijamente. Levanta su mano y la coloca sobre la suya. Sin antes haber notado ese anillo que se encuentra en su dedo.

De pronto, la puerta es abierta de golpe por Owen.

—Despertó —avisa en voz alta— tienen que controlarla y decirle la verdad.

Ashley sorprendida posa la vista en ese vampiro.

—Tienes que encargarte Darren, es tu hija.

—Vigilaremos a pequeña —emite ese rubio desde la esquina de la habitación.

Darren sin responder, se levanta y con velocidad abandona la habitación.

Se detiene hasta llegar a la siguiente habitación. Enseguida la observa.

—¡Quiero ver a mi madre! ¡Dije que quiero verla!

Darren gruñe, con velocidad aparece cerca de ella. Basta un rápido movimiento para hacer girar su cabeza con brusquedad y la deja inconciente. Ana Liz termina por caer entre sus brazos.

—No tenías que hacerlo, esa no era la manera. —le reclama Owen al llegar a la habitación y ver la escena.

—Consigue un maldito sedante —le responde Darren ignorando su reclamo. Carga a Ana Liz y con velocidad la deja sobre la cama— ¡Rápido Owen!

El susodicho gruñe y con velocidad se marcha.

Darren rápido la revisa, se aleja y se dedica a esperar a Owen.

Transcurren varios segundos hasta que Owen regresa a la habitación.

—Tú lo harás —le dice Darren al verlo a un lado de él— regresaré con ella.

—¡Tú la convertiste, tú encárgate!

—¡Te estoy dando una orden Owen!

Él gruñe, con molestia lo observa.

—Yo lo haré —esa voz resuena en la habitación— regresa con pequeña Darren. De criatura me encargo yo.

Darren deja de ver a Owen de forma fulminante y con velocidad desaparece de su vista.

Enseguida Esteban se adentra a la habitación. Con la misma velocidad se acerca a Owen, le arrebata el sedante y se acerca a Ana Liz.

—Despertará en cualquier momento —murmura y toma asiento en la orilla de la cama. —no pude salvarlas.

—Ya es tarde para culparse —con velocidad Owen aparece de otro lado de la cama— solo debemos controlarla.

—No será tan fácil convertido —le responde Esteban mientras prepara el sedante.

En el momento en que Ana Liz reaccióna, se acerca a ella y le inyecta una pequeña dosis en su cuello.

—Tranquila criatura, esto te va a ayudar.

Ana Liz se queja, desorientada abre sus ojos lentamente.

—Rubio —emite. Esteban deja el sedante en la cama y la ayuda a incorporarse en la cama— quiero verla, por favor.

—La verás criatura pero necesito que te controles. Tendrás que beber sangre.

—¡Quiero ver a mi madre!

Esteban rápido se endereza, nota esas venas resaltar en su rostro.

—Vamos

—No seas imbecil Esteban.

—Necesita verla y después beberá toda la sangre que necesite, convertido.

Ambos se desafian con la mirada.

Ese rubio vampiro es el primero en apartar la vista y la enfoca en Ana Liz. Con su ayuda, ella se pone de pie y se deja llevar por él hasta la salida mientras Owen en desacuerdo, los sigue.

...

—¿Por qué no despierta? —les pregunta Carlos mientras limpia las lágrimas de sus mejillas. En todo momento se encuentra alerta, desesperado al no ver a Aylin despertar. Marca distancia en la habitación con esos vampiros. —¡Respondan!

Lo ignoran.

Ashley se levanta de la cama y se voltea al sentir su presencia cerca.

—Darren, él tiene razón ¿por qué Aylin aún no despierta?

Él hace sus manos puños.

Enseguida la puerta es abierta.

Ana Liz es la primera en entrar y corre con velocidad hasta Aylin. Pierde el equilibrio y se sostiene de la cama.

—Mamá —murmura. Ignora a Darki, el cuervo se encuentra a un lado de Aylin, cerca de su mano— no, tú no —Ana Liz se sube a la cama y arrodillada se acerca a ella— ¡Mamá! ¡Mamá despierta! —coloca sus manos en sus hombros— por favor —se inclina y coloca sus manos en su rostro.

Esteban y Owen se adentran a la habitación. Cada uno avanza en una distinta dirección.

—Mamá —pronuncia Ana Liz en tono bajo y se aleja de ella— ¿Por qué no despierta? Lo hará ¿verdad? —gira a ver a Darren— ¡Responde! ¿La mordiste o no?

Él asiente.

Ana Liz medio sonríe.

—Entonces hay esperanza, será como yo. La haz convertido.

Darren niega.

—No funcionó criatura.

Ana Liz gira a ver a Esteban al escucharlo.

—¿De qué hablas? ¿Por qué dices eso? Darren la convirtió como lo hizo conmigo.

—Fue demasiado tarde —habla Darren captando la atención de todos— cuando a ti te convertí, tú corazón aún latia. Cuando con ella lo hice, su corazón se había detenido. El venero no sirve de nada. La maldita daga atravesó su corazón.

—Estas mintiendo.

—Asi funciona esto criatura.

—¡No! ¡Mienten los dos! —Ana Liz regresa la vista en su madre— ¡Mi mamá debe despertar, no lo acepto! —comienza a zarandearla.

—No es cierto —murmura Carlos y a pasos rápidos sale de la habitación sin evitar las lágrimas.

Ashley cubre su boca, sin mencionar nada  avanza a la salida hasta abandonar la habitación.

Al ver a Dominik afuera, corre con velocidad hasta abrazarlo.

—Lo ví y no hice nada para evitarlo.

—Ley, no te culpes.

—¡Lo es Dominik! —recarga su barbilla en su hombro— lo es. Tuve esa visión.

Mía, Drake, Dean, Jonathan y Lezy aparecen cerca de la habitación. Mía da un paso adelante y confundida los observa.

—¿Qué pasó?

—La hija de Collins es vampiresa y acaba de despertar. —Mía sonríe ampliamente al escuchar la respuesta de Dominik.— la mala noticia es que fue tarde para salvadora.

—No, no es posible. —Mía borra su sonrisa— Ana —desvia la vista en la puerta.

Lezy agacha la vista mientras se mantiene cruzada de brazos.

Dean se acerca a abrazar a su madre mientras todos esperan afuera.

...

—Mienten —repite Ana Liz. Suelta a su madre y gira a verlos— ¡Dijiste que la ibas a proteger! ¡Es tu maldita culpa! ¡Debiste convertirla antes y esto no estaría pasando!

Darren hace sus manos puños.

—Serian los mismos resultados. Victoria o yo mismo la hubiera matado.

Ana Liz está por levantarse cuando Owen interviene y la detiene colocando su mano en su hombro.

—Liz, controlate.

—No es momento de buscar culpables, criatura.

Ella se obliga a controlarse. Hace sus manos puños. Siente una lágrima deslizarse por su mejilla.

—Fallaste. —le murmura Ana Liz— tú mataste a mi madre.

Con brusquedad limpia su mejilla. Revisa su mano y se sorprende al ver una gota de sangre en su dedo. Confusa gira a ver a Owen. Él se acerca a ella y limpia las lágrimas de sangre de su rostro. Deja de hacerlo al Ana Liz voltearse y abrazar a su madre.

—Mamá... por favor despierta. Te necesito... No podré sola.

—Owen, salgamos. Hay que dejarlos solos— emite Esteban de forma seria.

Owen asiente, le da una última mirada a Ana Liz y termina por marcharse. Esteban lo sigue. Darren se mantiene en su lugar, cruzado de brazos sin apartar la vista de ellas.

...

—Hay que esperar, necesitan tiempo para despedirse de ella. —inquiere Esteban al salir de la habitación captando la atención de todos— pequeña, tendrá el descanso que se merece —coloca sus manos en sus bolsillos— iremos al mundo mortal.

Dicho esto y se da la vuelta. Avanza por el pasillo mientras se aleja.

Jonathan está por seguirlo cuando Lezy lo detiene. Niega varias veces.

—Dejalo solo.

Está vez, Jonathan asiente y se obliga a no seguirlo.

Owen termina por recargarse en la pared mientras ve a cada uno.

—Liz nos va a necesitar.

—Tambien Darren —murmura Mía— Ana no tenía que terminar así. —sin evitar vuelve a abrazar a Dean mientras Drake se mantiene cruzado de brazos cerca de ella.

Tiempo después...

Ana Liz sale de la habitación. Ignora las miradas de todos. Se acerca a Owen y lo abraza. A estas alturas, ignora las líneas de sangre que bajan por sus mejillas.

—Mi madre —murmura en voz baja.

Después de unos segundos, ella se aleja. Owen toma su mano, de su bolsillo saca un anillo y se lo entrega. Ana Liz lo observa desde la palma de su mano.

—Lo vas a necesitar.

Sin mencionar nada, ella asiente y con su ayuda se lo coloca en el dedo y vuelve a abrazarlo.

Ashley se aleja de Dominik y avanza hasta llegar hasta ese otro rubio vampiro.

—Llegó el momento.

—Darren sigue adentro —le informa Esteban— esperemos un poco más. —gira a ver a Ashley— será la última vez que la vea. Créeme que yo sé perfectamente lo que se siente.

Ashley asiente y posa la vista en Carlos. Él desde las escaleras, se encuentra sentado mientras limpia las lágrimas de sus mejillas y toca su propio anillo de compromiso.

...

Darren se obliga a avanzar. Rodea la cama y termina cerca de ella. Baja sus brazos y observa su mano. Nota el anillo, ese mismo anillo que le dió hace 17 años. El mismo anillo que le colocó Esteban hace poco.

Ese vampiro levanta su mano y sostiene la mano de Aylin. A estas alturas, ignora sus apariencia de vampiro. Ignora lo débil que se encuentra.

—Lo siento, Ayline —se inclina hasta lograr rozar sus labios con los suyos. Enseguida se aleja y suelta su mano. La coloca sobre su mano mientras se dedica a verla en su descanso eterno.

+++

El cementerio es invadido por ciertos vampiros y vampiresas. Todos se encuentren ahí mientras rodean esa tumba de Aylin. Ocultan su apariencia, fingen mostrarse normales en el mundo mortal. Carlos es el único humano presente. Él se encuentra cerca de la tumba de Aylin dejando distancia con esos seres sobrenaturales.

Ana Liz abraza a Esteban sin apartar la vista de la tumba de su madre. Aún sin creerlo. No evita leer y otra vez la lápida con su nombre completo inscrito. Esa fecha y su dedicatoria.

Se niega a aceptar que su madre se encuentra ahí en ese ataúd. En su propia tumba a un lado de la tumba de su mejor amiga, Samantha. En el mismo cementerio donde a cierta distancia , se encuentra la tumba de Sara.

Su funeral termina. Ese padre que buscó Carlos se marcha. Causó la molestia de esos vampiros con sus palabras, sin embargo mantuvieron el control.

De pronto, el silencio los invade.

Cada vampiro se mantiene cerca con sus respectivas parejas. Todos vestidos de negro.

En una punto, cerca de la tumba comienza Ashley con Dominik, le sigue Mía, Drake y su hijo Dean. Después Lezy junto a Jonathan. Del otro lado se encuentra Owen, le sigue Esteban y Ana Liz queda justo frente a la tumba.

Ella se aleja de ese rubio vampiro y lo busca con la mirada.

—¿Dónde está? —le murmura— debería estar aquí.

Se voltea hasta lograr verlo a una cierta distancia, entre esas tumbas. De pie cruzado de brazos.

—No lo obligarás a acercarse. Darren es así. —la voz de Esteban la hace regresar la vista al frente— cada quien asimila de forma distinta el dolor, supongo —intenta sonreír sin embargo falla.

—Culpabilidad —inquiere Ana Liz y observa fijamente la tumba de su madre— Él acabó con ella.

—Es tú creador criatura, no lo olvides.

Ana Liz evita responderle. Recarga su cabeza en su pecho mientras siente sus brazos rodearle.

—Ya estarás contenta ¿no? —la voz de Carlos la obliga a alejarse de ese rubio vampiro y verlo— tú causaste esto. Por tu maldita obsesión de encontrar a tu creador —Carlos da un paso adelante— todo era mucho mejor antes. Mirá como terminó Aylin ¡Tú la obligaste a que se acercara a ellos y mirá lo que le hicieron!

—Cierra la boca maldito mortal, cuida tus palabras o de lo contrario no me va a importar mandarte a una tumba como estas. —le advierte Esteban dejando sobresalir sus colmillos.

—¡Es la verdad! ¡Ustedes mataron a Aylin!

—¡Ya cállate Carlos! —le responde Ana Liz— no quiero escucharte. No quiero verte. Si tanto te molesta su presencia, vete. Mi madre los apreciaba a todos aquí. —ella hace una corta pausa— se acabó la relación que tenías con ella. A mí no me interesa lo que pase contigo.

Carlos hace sus manos puños.

—Eres igual a ellos. Te convirtieron en un monstruo Ana Liz.

Dicho esto y se da la vuelta. Ana Liz lo ve alejarse entre las tumbas.

—Me encargaré de él.

—No es necesario Owen. —le responde Ana Liz y regresa la vista en la tumba.

—No debí ayudarlo. Debí dejar que... lo matarán —inquiere Ashley en voz alta.

—Despues de esto, no volveremos a verlo. No vale la pena, es un simple débil mortal. —inquiere Esteban y regresa la vista al frente.

Ana Liz sorbe su nariz.

—Quiero estar a solas con mi madre, por favor. —espeta causando la atención de todos.

—Ana Liz, vas a necesitar nuestra ayuda y más en tu estado. Debes estar con nosotros en el Castillo.

—Solo quiero despedirme de ella Tía Ashley.

Ella se cruza de brazos.

—Bien, en ese caso. Te vamos a esperar fuera de este cementerio.

Dicho esto y es la primera en marcharse. Le sigue Dominik, Drake y Dean. Mía se acerca a la tumba de Aylin, coloca una rosa roja y con velocidad se marcha. Lezy y Jonathan son los siguientes en desaparecer con velocidad.

—Puedo quedarme contigo si quieres.

Ana Liz se aleja de Esteban, gira a verlo y niega.

—Vete, cuando esté lista los alcanzo.

Él asiente y se acerca a ella. Rápido le da un casto beso en su frente y se voltea observando la tumba de Aylin.

—Te juro que voy a proteger a tú hija pequeña, toda mi eternidad.

Dicho esto y rápido desaparece de su vista.

Owen se acerca a Ana Liz y carraspea.

—¿Quieres que te deje a tú maldito cuervo? Otro minuto más y te juro que querré arrancarle la cabeza. —Ana Liz gira a verlo y medio sonríe al ver a Darki entre sus manos— no le agrado, me fue difícil atraparlo y cada rato me picotea.

—Damelo —Ana Liz lo toma entre sus manos— es un cuervo muy celoso.

Borra esa leve sonrisa y regresa la vista al frente.

—Te estaré esperando. —le dice Owen y termina por marcharse con velocidad.

Ana Liz hace una mueca al sentir sus colmillos sobresalir más de su boca. Se las ingenia para sujetar a Darki con una mano y con su su mano libre, saca el collar de su bolsillo de su chaqueta. Se acerca a la tumba y termina por dejar el collar con el dije de cruz  sobre la tumba. Enseguida se endereza notando una marca rojiza visible en su mano.

—Siempre te voy a recordar mamá. —le sonríe a la tumba. —gracias por siempre cuidarme, sobreprotegerme. —borra su sonrisa— no debiste arriesgar tú vida por mi. —un línea de sangre se desliza por su mejilla— te quiero mamá.

Dicho esto y se da la vuelta mientras avanza entre las tumbas. Se detiene a una cierta distancia, se oculta detrás de una tumba mientras lo busca sin lograr verlo. Espera varios minutos hasta lograr ver a ese vampiro aparecer frente a su tumba.

Enseguida Ana Liz sale de su escondite, sin soltar a Darki, avanza hasta llegar hasta él.

De nuevo en el mismo cementerio. En el mismo lugar donde se conocieron.

—Darren —pronuncia Ana Liz sin dejar de verlo— ¿Por qué no luces afectado? ¿No se supone que te importa mí madre? Era tú alma —da un paso hasta él— no lloras por su muerte. No te he visto hacerlo.

—Que lo haga no hará que ella regrese. —le responde Darren seriamente sin voltear a verla. Su atención está fija en su tumba.

Ana Liz se voltea quedando a un lado de él.

—Finges muy bien. —murmura y da un paso adelante— no debí decirte eso, es solo que me niego aceptar esto. Es mi madre y no estaba lista para perderla.

Darren inexpresivo la observa.

El silencio los invaden. Los minutos transcurren y ninguno menciona nada, ninguno se marcha. Ninguno aparta la vista de esa tumba.

—Es hora de irnos —Darren acaba con el silencio.

Ana Liz escucha a Darki graznar y lo sostiene con ambas manos.

—Regresaremos al Castillo —agrega ese vampiro— te irás con nosotros. Allá perteneces. —Darren avanza hasta detenerse detrás de ella.

—Aun me cuesta asimilar que tendré una vida eterna, sin mi madre.

Ana Liz agacha la vista.

Él duda un instante, hasta que finalmente se decide y coloca sus manos en los hombros de Ana Liz.

—Vamonos, regresemos al Castillo, a este maldito mundo ya no perteneces y será la última vez que estés aquí. —Ana Liz alza la vista al escucharlo— no me interesa mi maldita eternidad, pero esta vez hice una promesa que pienso cumplir. Tendré que protegerte. —Darren hace una corta pausa y baja sus brazos— contigo no fallaré.

Ana Liz da un paso adelante y rápido se voltea.

—Despues de todo eres mi creador, ya no tengo a nadie importante en este mundo. —medio sonríe— mi familia está en ese Castillo.

Darren asiente y concentra su vista en la tumba. Le da una última mirada y termina por darse la vuelta.

Ana Liz enseguida se medio voltea y observa la tumba con atención.

—Adiós mamá.

Comienza a seguir a Darren hasta alcanzarlo, sin soltar a Darki mientras ambos se marchan yéndose entre las tumbas.

De pronto, un cuervo vuela por el cementerio y aterriza sobre la tumba de Aylin. Grazna y en ese preciso momento, aquel vampiro que se mantenía oculto en su escondite, a una cierta distancia; aparece frente a la tumba. Una sonrisa sinestra se plasma en su rostro, sus largos y blanquecinos colmillos sobresalen de su boca. Mira con atención la lápida y con velocidad se acerca hasta levantar su pálida mano y con sus largas uñas toca el nombre de Aylin inscrito.

—Elizabeth —pronuncia con malicia mientras piensa en su venganza existente.

Ya ese vampiro está preparado para salir de las sombras.

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                                 🦇 F I N 🦇

>>Sin palabras. No me maten, limpien sus lágrimas y sigan leyendo el epílogo 🖤✝️

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