Capítulo 66 ✗ Emociones descontroladas
✨ A Y L I N ✨
Darren no tiene intenciónes de soltarme.
Temo por mi vida. Me duele que no me reconozca. Me causa miedo su descontrol. Me preocupa verlo en ese estado apesar de las circunstancias. No me gusta verlo convertido en el vampiro fuerte que es. No me gusta que se deje controlar, cuando él es más fuerte que el vampiro que el mayor tiempo, es.
Cada vez se me dificultad más respirar.
Espero que la puerta sea abierta. Que algunos de ellos aparezcan y me salven. Creí que podía sola contra él. Que equivocada estaba.
Entre más transcurren los segundos. La esperanza se termina. En ningún momento aparto la vista de él, aunque solo perciba ese tono oscuro en sus ojos.
Intento hablar, me es difícil. Con el pensamiento pronuncio:
“Darren, no lo hagas”
Empiezo a cerrar mis ojos al sentirlos pesados.
Lo escucho gruñir y de pronto, soy liberada por él.
Enseguida me inclino un poco y toso bruscamente. Tomo una bocanada de aire. Llevo mi mano a mi cuello aún sintiendo el dolor. Me enderezco y poso mi vista en él. Ese tono oscuro a desaparecido de sus ojos sin embargo el tono carmesí es evidente. No lo pierdo de vista mientras comienzo a recuperarme.
—No serás como yo. —pronuncia en tono molesto.
Bajo mi mano, ambas las coloco en la pared.
—Lo acepto, Darren. Tú... desde un principio querías... esto.
Niega, se da la vuelta maldiciendo. Lo veo llevar sus manos a su cabeza mientras murmura sin lograr entenderlo.
Desvío mi vista en la puerta. Si corro, tal vez logre huir antes de que vuelva a perder el control.
Sin embargo, verlo en ese estado me obliga a permanecer quieta. Siento la necesidad de ayudarlo.
—Darren, mírame. —le exijo. A los pocos segundos, él se da la vuelta notando esa fría mirada— debes convertirme.
—¡No serás como yo! —con velocidad lo vuelvo a tener cerca de mi. Esta vez ambas manos las coloca en la pared— no estás lista para ser esto. Llevar un maldito control.
Paso saliva mientras lo observo.
—Es lo que querías.
—Cometi un error —comienza a alejarse lentamente. Baja sus brazos y marca distancia conmigo.
—Es demasiado tarde para arrepentirte. Me haz convertido, no del todo pero tendrás que hacerlo. Decidiste por mí. Tomaste una decisión que no te correspondía.
Gruñe, hace sus manos puños.
—Dudabas Ayline.
—Pero no significaba que quería que lo hicieras —emito en tono alto. Me obligo a calmarme al notar su venas resaltar en su rostro— Darren, no hay nada para remediarlo. Tienes que convertirme o moriré.
Vuelve a gruñir, deshace sus puños y se voltea.
—No voy a condenarte. —hace una corta pausa— No lo haré Ayline. —con velocidad me vuelve a dejar prisionera por él— debe haber una forma.
—No la hay Darren. Debes aceptarlo como yo ya lo hice.
Lo veo sonreír con malicia.
—Si lo hago, tendrás que matar a malditos humanos como tú.
Paso saliva.
—Solo beberé su sangre.
—No podrás controlarte. —se acerca más a mi rostro— ni yo mismo puedo hacerlo. No lo entiendes, en este momento quiero beber tú sangre —noto sus colmillos crecer más— quiero matarte Aylin —se aleja ladeando la cabeza— si eres como yo, tendrás demasiados enemigos. No podrás seguir tu maldita vida de humana. La maldita luz del sol te afectará sin un anillo. Los malditos humanos que te descubran querrán acabar contigo. Usarán una maldita estaca, serás débil a la plata.
—Estoy preparada para eso.
Lo escucho gruñir. Doy un sobresalto al escuchar un golpe en la pared causado por su puño.
—Tú acabaste con la antigua Aylin. Tú me causaste esto. —agrego— tendrás que hacerlo.
—Una maldita humana pidiendo ser eterna.
—¡Tú causaste esto! —le repito alzando mi voz— son las consecuencias Darren.
Él guñe y se aleja.
—No querrás ser como yo.
Siento su mano rodear mi muñeca y me jala hasta guiarme a la salida.
—Darren, sueltame.
Él me ignora y sigue avanzando hasta ambos salir de la habitación. Rechisto. Al avanzar unos pasos veo a todos ellos.
—¡Darren! ¿Darren a dónde la llevas? —le grita Ashley desde su lugar.
—No les incumbe saber.
Me dejo llevar por él. Intento sonreírles.
—¡Cuiden a mi hija, estaré bien! —le grito mientras me alejo.
Ana Liz me sonríe. Veo a Esteban tratar de avanzar sin embargo mi hija lo detiene.
—No va a lastimarla. No te involucres.
—Perfecto, hay que dejar que se la lleve —le responde Esteban en el mismo tono alto— después no se quejen.
—¡Esteban cállate! ¡Ana Liz tiene razón, confío que no le hará nada! ¡Deja tu obsesión por Aylin! —escucho la voz de Ashley.
—¡La protejo, algo que nadie hace! ¡Pero en ese caso, no lo volveré a hacer! ¡Nos veremos en su maldito funeral!
Veo a Esteban darse la vuelta molesto e irse por el lado contrario.
Suspiro y regreso la vista al frente.
Su agarre en mi mano disminuye, noto sus largas uñas rozar mi piel.
—Darren ¿a dónde me llevas?
Obtengo su silencio durante todo el trayecto mientras ignora a cada vampiro del Castillo que nos observa a medida que seguimos caminando por el pasillo.
...
—Sueltame.
—Veras algo —emite con irritación y me obliga a bajar los escalones de los calabozos.
Rendida acato su orden. Termino de bajar el último escalón, me sigue jalando hasta dejarme frente a la primera celda. Me libera, enseguida percibo un fuerte olor a sangre. Cubro mi nariz mientras veo el desastre. Un escalofrío me invade al ver una persona sin vida dentro de la celda, demasiada sangre cubre su cuello, debajo de él se extiende un charco de sangre que se desliza por el suelo.
He probado la sangre. En circunstancias la encuentro deliciosa, calma mi sed sin embargo tanta sangre y ese panorama me causa asco, miedo.
Siento que soy jalada. Darren me sigue jalando hasta obligarme a detenerme en el centro del pasillo donde puedo ver perfectamente cada celda. El mismo panorama. Cuerpos sin vida. Mucha sangre en el suelo y las paredes.
Bajo mis manos mientras oculto el nudo que se forma en mi garganta.
—¿Quién hizo esto?
Me regaño mentalmente ante la pregunta. Temo tener la seguridad y escuchar la respuesta.
—Yo lo hice y no me importó su miserable vida. Disfruté robarles su sangre, escucharlos suplicar. Quise matarlos de la peor manera. No me importó controlarme —me suelta. Escucho su voz cerca de mi oído— esto es lo que serás. Un monstruo que todos los mortales, teman.
Lo escucho alejarse. No me atrevo a verlo. Aunque éste asustada y esto me sorprenda, trato de no mostrarme afectada ante él.
—No me harás cambiar de opinión Darren. Sé que tendré que beber sangre, atacar humanos, animales para sobrevivir. Sé todas las consecuencias de ser inmortal —giro a verlo al estar él aún lado de mi, sin disminuir su aspecto de vampiro— nada de lo que me digas, me hará cambiar mi descision. Seré vampiresa y tú eres el único que puede solucionar esto.
Él niega mientras se cruza de brazos.
Resoplo ante su aptitud.
—Darren —me volteo quedando frente a frente— no hay tiempo. Mírame, estoy débil. Deseo tú sangre. Es la única que puede ayudarme. No te estoy pidiendo que en este preciso momento me conviertas porque sé que no podrás controlarte —disminuyo el tono de mi voz— pero tendrás que hacerlo lo antes posible.
—No lo haré. No voy a morderte. No serás como yo.
—¡Basta! —retrocedo un paso— ¿Por qué actúas así? ¡¿No se supone que no quieres perderme?! ¡Deja de pensar en ti! ¡En primer lugar, tú querías esto desde el inicio!
Obtengo su silencio.
Suspiro, me obligo a controlarme.
—Darren...
—No soportaría verte como yo. Mi humana no será esto.
Paso saliva.
Noto sus ojos oscurecerse.
Me mantengo quieta. Lo veo reaccionar y ese tono carmesi regresa en sus ojos.
—Aceptalo —murmuro— ambos estamos débiles. No me conviertas ahora —siento esa sed hacerse presente. Lamo mis labios— un trato, yo puedo darte mi sangre y tú darme la tuya.
Él me observaba inexpresivo.
—No soporto ésta sed Darren —suplico.
Él niega.
—No beberás ni una gota de mi sangre.
Sin evitar, sonrío divertida. El miedo se esfuma y me cruzo de brazos.
—Todo este tiempo lo he hecho. Tú sangre borró la marca que me hiciste. Tú sangre calmó mi sed. Tú sangre me ayudó a superar el cambio. Mi sangre te ayudó a despertar.
De pronto, soy empujada por él bruscamente.
Darren gruñe, vuelve a colocar su mano en mi cuello sin ejercer fuerza.
—No debieron permitirlo —emite furioso— empeoraron todo.
Me mantengo inmóvil. Lo observo fijamente a los ojos. Bajo la vista en sus labios notando sus largos colmillos que no disminuyen.
Me obligo a concentrarme.
Mi vida está en peligro por este vampiro y aún así no evito sentir la necesidad de besarlo.
—Darren —paso saliva. Siento aún mi corazón latir acelerado. Él aleja su mano de mi cuello— tú puedes ayudarme —me inclino a su cuello, entreabro mis labios. estoy por depositar un casto beso cuando él se aleja. —¡Darren! —me quejo sonriendo divertida. Lamo mis labios mientras recibo su mirada amenazante.
“Quiero tú sangre”
Amplio mi sonrisa.
De pronto siento su mano sostener mi brazo con fuerza. Noto su mirada analizarme, se detiene en mis ojos sin ninguno apartar la mirada. Sin perder la conexión.
Lo escucho gruñir.
Es el primero en apartar la vista y me jala yendo por el pasillo.
—Sueltame. —me quejo. Me libera hasta llegar al inicio de las escaleras donde con un leve empujón me obliga a sentarme en el segundo escalón. Lo escucho maldecir. Se da la vuelta y sin evitar río —¿Por qué te molestas?
—No eres ella.
Guardo silencio.
Mi sonrisa disminuye. Lo observo seriamente.
—Soy tú creación. —murmuro captando su atención.
Darren se detiene a unos pasos de mi, cruzado de brazos.
—No voy a convertirte, es mi última palabra.
Me encojo de hombros.
—Le pediré a Esteban que lo haga así tenga que morir en el intento.
Gruñe, abre la boca mostrándome sus colmillos. Lo veo impactada. Darren cierra su boca, maldice y retrocede tres pasos.
—Largate. —masculla entredientes.
Niego varias veces.
—¡No voy a convertirte! —repite terco— Tengo un mayor problema que resolver antes que buscar una solución a esto.
Lo miro molesta.
—Esa es la solución Darren.
Lo veo fijamente.
Ninguno menciona nada.
Suspiro y bajo la vista.
—Sé que es difícil Darren. Antes debes controlarte pero recuerda que él tiempo está en nuestra contra. —coloco mis manos en mi regazo y alzo la vista— ¿Temes que sea como tú?
—Voy a matarte en el intento. —recibo esa mirada de desprecio— no eres la misma —se acerca un paso— acabaste con la maldita de Blareli.
Eso causa que mi molestia aumente.
—¿Me estás reclamando? ¡Blareli iba a matarte! ¡Te salve Darren! —supiro— Tenía que hacerlo, también fue nuevo para mi.
Él ladea la cabeza.
—Mientes.
Seriamente lo observo.
—Queria hacerlo, desde hace mucho. Desde que la vi cerca de ti. No lo soportaba. Ella lo merecía —curvo una media sonrisa— era la mejor situacion. Ella me amenazó, quería matarme. Era ella o yo. Quería atacar a nuestra hija, a ti. No iba a permitirlo —comienzo hacer mis manos puños— no siento arrepentimiento. Me sorprendió lo que fui capaz. No dudaré en volver a usar una estaca.
Él me observa fijamente.
Aparto la vista, suspiro y me encojo de hombros.
—Son tantas cosas que pasaron Darren mientras tú descansabas. —giro a verlo— La Corte se enteró, reinó el Castillo todos estos dos meses. Blareli nos hizo creer a todos que estaba embarazada de ti. Yo le creí. —me encojo de hombros— fue una mentira. —lamo mis labios. Ignoro la sed— Lo creí porque Esteban la vió salir de tu habitación el día del Baile.
—No sucedió nada. La advertí que se fuera.
—Entonces no me culpes por su muerte. —murmuro.
Darren avanza un paso.
—Me sorprende lo que hiciste. Ella me era insignificante. —hace una corta pausa— mi verdadero problema es la Corte. Víctor me obligó a descansar, interfirió en mi despertar, quiere eliminarme. Tengo que acabarlo antes y tú eres la única que me puede ser útil —lo veo fijamente— ¿Dónde está?
—No sé donde se oculta. Se lo repeti a la Corte. Él solo se comunica conmigo. No sé como.
—Él es el único que puede derrotar a Víctor.
Con velocidad lo veo sentado a un lado de mi.
—Él quiere eliminarte también Darren. Me a advertido alejarme. Irme de aquí.
Obtengo su silencio.
—Ademas, está Victoria. Ella no a atacado en todo este tiempo. No entiendo porque la Corte no se encarga de ella —agrego.
—Sabe sus secretos —lo escucho decir.
Poso la vista en sus manos. Noto sus palmas rojizas. Dejo de verlas y concentro mi vista en su rostro. Sus colmillos han disminuido un poco.
—Debes saber que Carlos está aquí. Desde ese día les pedí que lo dejarán quedarse. —le informo sin rodeos.
Gruñe y con velocidad se levanta.
—No quiero a ese maldito mortal aquí.
—Darren, si se va Victoria puede lastimarlo de nuevo —me pongo de pie— Carlos se queda.
—Si ella no lo elimina, yo lo haré de todas formas.
Dicho esto y pasa por mi lado. Lo escucho subir los escalones.
Suspiro y me doy la vuelta. Tan pronto lo he perdido de vista. Me obligo a reaccionar y subo los escalones hasta salir de los calabozos.
Al avanzar por el pasillo, ignoro las miradas. De pronto, me detengo al ver a Ana Liz frente a mi acompañada de Owen.
—¡Mamá! ¿Estás bien? —asiento mientras recibo un abrazo. Enseguida ella se aleja— sabía que Darren no te haría nada.
Finjo una sonrisa.
Ignoro la presencia de Owen y me enfoco en mi hija.
—Regresemos a la habitación.
—Antes, quiero pedirte un favor —me sonríe dulcemente— Darren despertó y lo que menos quiero es que se entere que estoy con Owen. Sé que no debo pedirte esto, te estoy exponiendo al peligro pero por favor mamá, solo te pido que lo entretengas mientras estoy con Owen.
Observo a cada uno. Niego y regreso la vista en mi hija.
—No me puedes pedir eso Ana Liz.
—Mamá por favor.
—Hija, basta. Ya fue suficiente con ésta farza.
—No es ninguna farza mamá —poso la vista en su mano. Ella sujeta la mano de Owen— quiero estar con él. Solo danos tiempo. Owen hablará con Darren.
Alzo la vista y suspiro.
—Hija, sabés que haría cualquier cosa por ti —le sonrío— pero no estoy de acuerdo— borro mi sonrisa y giro a ver a Owen de forma fulminante— tú no te quedarás con ella. No debo hacer nada por ti.
—Eres una maldita malagradecida.
—¡Owen! Es mi madre.
Él ignora la voz de Ana Liz. No aparta la vista de mi.
—Mirá estorbo, en todo caso yo no te estoy pidiendo tu ayuda. Me enfrentare a Darren de todas formas con tal de proteger a Liz.
—Mamá —Ana Liz capta mi atención— Darren no tiene control, en este momento no podemos decirle esto. Por favor mamá, ayúdanos.
Maldigo internamente.
Duro segundos en dar mi respuesta hasta que acepto.
—Bien, lo haré.
—¡Te amo mamá!
Ana Liz me abraza.
Una sonrisa se plasma en mi rostro.
Ella se aleja y me sonríe.
—Regreso enseguida.
Asiento
Owen recibe mi mirada de advertencia antes de llevarse a mi hija.
Suspiro mientras cada vez los veo alejarse por el pasillo.
>Todo el tiempo quieren estar juntos. Hace poco se vieron<
Niego y regreso la vista al frente. Comienzo avanzar por el pasillo mientras lo busco con la mirada.
—Está en su habitación.
Esa voz que reconozco me hace detener. Me doy la vuelta viendo a Esteban frente a mi cruzado de brazos con el semblante serio.
—Acabo de ver que entró. —agrega.
Asiento
—¿Estás vigilando?
—Te vigilo a ti. Los ví salir de los calabozos ¿Crees que voy a dejarte sola cuando sé que ese maldito desgraciado no se controla?
—Estoy bien Esteban.
—Tienes suerte pequeña.
Me limito a verlo al no saber que decir. Recuerdo el juramento con mi hija. Suspiro y coloco mis manos en mi cintura.
—Debo ir con él. Ana Liz me pidió...
—Lo escuché —me interrumpe— llego creer que ni a tu hija le importas. Que prefiere al maldito convertido antes que su podría creadora.
—Estas exagerando Esteban. Sé que haces esto para protegerme pero trata de entender.
Él baja sus manos y gruñe.
—Pequeña, lo entiendo. Sé que quieres estar con él pero te repito, en este momento es un peligro. Te estás exponiendo demasiado. No te puede convertir ahora.
—Para tú información, Darren no quiere hacerlo.
—En su lugar tampoco lo haría— lo veo con confusión— no en el estado que está. Pequeña, no se va a controlar. Lo único que hará es matarte —coloca sus manos en mis hombros— te lo repito para que lo entiendas— me zarandea.
—Esteban
—Lo sé —gruñe y me suelta— no me harás caso. —baja sus manos— ve, vete. Sé que quieres estar con él. No lo provoques y no caigas en la tentación pequeña.
Dicho esto y lo pierdo de vista.
Suspiro y me doy la vuelta decidida a regresar a esa habitación.
(...)
Al estar frente a la puerta, toco una vez cuando esta es abierta. Apesar de la oscuridad, me adentro.
—Darren —trato de encontrarlo por la habitación. Con pasos lentos avanzo mientras tanteo al frente con mis manos. Sin embargo, una luz causa mas mi atención.
Bajo mis manos, la luz se acerca hasta permitirme ver a Darren frente a mi. La luz proviene de la palma de su mano. Es una pequeña llama de fuego que se distingue entre la oscuridad.
Impresionada lo observo.
Me impresiona verlo controlado aunque sus ojos carmesís siguen permaneciendo al igual que sus colmillos que sobresalen de su boca.
—Darren
La oscuridad me obliga a guardar silencio. No veo la llama sin embargo siento su presencia cerca. Sin estar asustada no aparto la vista de enfrente.
De pronto, siento su fría mano tocar la mía. Enseguida siento un objeto ser colocado en la palma de mi mano. Lo reviso con mis dedos.
Sonrío al reconocer la linterna.
Tan pronto la enciendo y logro verlo frente a mi.
Darren se da la vuelta, solo noto esa túnica roja moverse.
Me encuentro en la misma situacion. De nuevo en esta habitación. De nuevo con esa linterna mientras puedo ver a un vampiro recién despierto.
—Deberias irte.
Con la linterna lo busco hasta encontrarlo. Darren me da la espalda. Lo veo deshacerse de su túnica. Puedo ver su espalda desnuda. Venas resaltan ante su palidez. Lo veo con detenimiento, a pesar de ese antiguo vampiro darle sangre, no fue necesaria. Lo noto más delgado.
—Vete
Reacciono al ver que se voltea.
Desvío la vista e ilumino otra esquina de la habitación.
—Sé que no debería estar aquí pero debemos seguir hablando de lo que sucede.
—No hay nada que hablar.
Lo veo pasar por la luz. Lo sigo mientras lo veo avanzar a la salida. Esta vez se a colocado una camisa negra.
—¿A dónde vas?
Mi voz lo hace detener a pocos pasos de la puerta.
—Soy el rey, tengo obligaciones. —hace una corta pausa— aléjate de mi Ayline.
Avanza hasta llegar a la puerta.
—Darren —lo sigo hasta alcanzarlo— no puedes irte.
Apago la linterna al estar fuera de la habitación.
—Regreso a los calabozos —lo escucho decir mientras lo sigo por el pasillo. Mientras al mismo tiempo busco a Ana Liz sin verla— eliminaré al maldito hermano de Victoria, eso debieron hacer desde hace mucho.
—Ellos respetaron tu descision. Esperaban a que despertarás.
—Sera peor si ella viene hasta aquí. —Darren se detiene y se voltea. Me detengo al mismo tiempo— las atacaría a las dos.
—Te acompaño —digo sin pensar.
—Claro y tu lo eliminarás con un estaca.
Lo veo fijamente.
—No irás Ayline. Regresa a la habitación con Lizbeth.
—Ella no... Ella puede esperarme. No quiero dejarte solo Darren.
Él avanza un paso. Noto su mirada analizarme. Evito demostrarle mis nervios.
—¿Dónde está Lizbeth?
Paso saliva al escucharlo.
—En la habitación
—¿Qué me ocultas Ayline?
—Nada —digo sin dudar.
Lo veo sonreír con malicia.
—Esperaba que me lo dijeras. Piensas demasiado —lo miro sin entender— ¿Qué hace Lizbeth con el maldito de Owen?
Me tenso al escucharlo.
Darren observa en una dirección. Me volteo un poco sin lograr ver nada.
—Darren, no es lo que crees —regreso la vista al frente.
—Voy a matarlo
Dicho esto y lo pierdo de vista.
Me volteo mientras lo busco. Enseguida apresuro mis pasos mientras camino por el pasillo.
—¡Darren!
—Lo provocaste
Me detengo de pronto al escucharlo y me volteo viendo a Esteban recargado en el barandal.
—Me estás siguiendo —afirmo. Él cínicamente asiente— Darren lo sabe. Llévame con Ana Liz, debo detenerlo.
Con velocidad Esteban aparece frente a mi.
—El convertido me importa muy poco. Criatura tiene mi aprecio y no quiero que sufra. Tú me pides algo que no puedo negarme.
Siento un jalón. Choco contra su pecho y sin ningúna indicacion, siento esa velocidad sobrenatural mientras cierro mis ojos.
Al sentir que nos detenemos. Abro mis ojos. Ignoro el mareo y poso la vista al frente.
Veo a Darren sostener a Owen del cuello. Él con una gran desventaja. Darren ignorando los gritos de Ana Liz.
—¡Sueltalo! ¡Darren te exijo que lo sueltes!
La veo tomar impulso y tan pronto se sube en su espalda.
—¡Déjalo!
Abro mis ojos sorprendida.
Giro a ver a Esteban. Él cruzado de brazos con esa sonrisa burlona disfruta la escena.
—¡Interviene!
—El convertido lo merece. Criatura lo detendrá.
Resoplo y dejo de verlo. Regreso la vista en ellos.
—¡Ana Liz, bájate! —avanzo hasta ellos— ¡Darren, sueltalo!
De pronto, Ana Liz se abaja. Pierde el equilibrio y enseguida se recupera. Escucho a Owen gruñir, en su transformación de vampiro obliga a Darren a retroceder un paso. Rápido jalo a Ana Liz al ver que lanza a Darren contra la pared con un fuerza. Enseguida Darren se recupera y lo ataca volviendo a empujarlo a la pared.
—Sera un enfrentamiento que disfrutaré —oigo decir a Esteban sin intervenir.
—¡Basta! —grita Ana Liz.
La detengo con mis brazos al notar sus intenciones de intervenir.
En este momento, me preocupa más Owen. Está en desventaja. Para mala suerte, Darren vuelve a perder el control. Owen gruñe, se queja de dolor. De las manos de Darren, noto un destello de luz que se oculta al no soltar a Owen del cuello.
>¡¿Fuego?!<
—¡Darren, no lo hagas! —le grito.
De pronto, él se detiene. Gruñe y libera a Owen mientras retrocede llevando sus manos sin esa luz a su cabeza. Logro escuchar una voz que enseguida reconozco como la de Lezy. La veo pasar por nuestro lado, con un libro en sus manos mientras recita palabras inentendibles.
Con preocupación veo a Darren quejarse. No baja sus manos hasta que comienza a arrodillarse en el suelo.
—No debieron provocarlo en el estado en que está —la voz de Jonathan resuena. Enseguida se deja ver al aparecer a un lado de Lezy, su vista fija en nosotras— fácil puede perder el control.
Ana Liz se safa de mis brazos. La veo correr hasta Owen mientras él se apoya del la pared.
—Estaba por intervenir —le dice Esteban.
Recibe esa mala de su padre.
—Vayanse de aquí, nosotros nos encargamos de Darren.
Dicho esto y se da la vuelta.
Veo a Ana Liz avanzar con Owen a un lado de mí.
—Vamos pequeña.
Me obligo a avanzar. Le doy una última mirada a Darren viéndolo en el mismo estado. Lezy sin detenerse mientras en Darren venas resaltan en sus brazos y rostro.
Siento un jalón y me obligo a dejar de verlo. Avanzo en el pasillo mientras aún lo escucho quejarse.
+++
—¡No lo voy a perdonar! —exclama Ana Liz mientras se mueve por toda la habitación. El graznido de Darki también se escucha cada vez que Ana Liz habla.
Giro a ver a Esteban que se encuentra recargado en el marco de la puerta.
—¿Él estará bien?
Ésteban asiente.
—Es raro pero Lezy encontró un hechizo para controlar a cualquier vampiro que recién despierta y no uno para despertarlo. No sé en qué consista pero lo debilita y le causa dolor al entrar en su mente. Con eso, es mucho más fuerte que el don de Bombón o ese rubio oxigenado.
Dejo de verlo y regreso la vista en Ana Liz.
Me preocupa Darren pero al mismo tiempo quiero calmar a mi hija.
—Ana Liz
—¡Lo odio!
—¡No digas eso! —me acerco a ella— lo dices porque estás enojada.
—Lo digo porque estoy enojada y es lo que siento y nunca me he atrevido a decirlo en voz alta —dice rápidamente.
—Hija, por favor.
—¡No mamá! ¡Lastimó a Owen!
—Liz, ya te dije que estoy bien. —su voz logra calmarla —es verdad que es más fuerte que yo...
—Siempre lo a sido convertido. —lo interrumpe Esteban— como sea, esto me es aburrido. Es más divertido ver que pasa con él.
Poso la vista en la puerta sin ver su presencia.
—Liz, escuchame —la voz de Owen capta mi atención. Lo veo acercarse a ella— tranquila —la toma de las manos— nada me pasó. Volveré a intentarlo. El plan sigue igual.
—No quiero que te pase nada —le responde Ana Liz y lo abraza.
Los veo con atención.
Me hace dudar en mi decisión.
—No pasará —Owen la obliga a soltarlo— ¿de acuerdo?— ella asiente— necesito recuperarme.
Se aleja de ella, sin verme abandona la habitación. Las marcas en su cuello, son obvias.
—Mamá —me acerco a ella al escucharla. Veo sus ojos llenos de lágrimas— si le hace algo a Owen, yo misma voy a destruirlo.
—No digas eso hija.
Ella comienza a llorar. Termina por abrázarme mientras trato de calmarla fallando en el intento.
+HORAS DESPUÉS+
No logro dormir. No logro dejar de pensar en Darren. Me angustia no saber como está. Cuando estoy apunto de dormir, las mismas pesadillas me despiertan. En todas, Darren me mata de diferentes maneras. Sé que él tiene que ver. Él quiere alejarme de Darren.
Prefiero mantenerme despierta.
Logré calmar a Ana Liz hasta que el sueño la venció. Se encuentra acostada a mi lado mientras duerme. Me da la espalda.
Extiendo mi mano y acaricio su cabello. Enseguida la bajo y observo el techo fijamente.
Suspiro y trato de dormir. Comienzo a cerrar mis ojos. El sueño está por vencerme cuando un frío roce me hace abrir los ojos. Sin gritar, veo a Darren frente a mi. Ante la iluminación de la habitación, puedo ver su rostro perfectamente. Sus ojos siguen siendo de ese tono rojizo. Sin embargo sus colmillos y sus uñas no se encuentran expuestas.
Él baja su mano.
Enseguida me incorporo en la cama sin dejar de verlo. Quedo sentada mientras lo analizo.
>Me alegra que esté bien<
Le sonrío.
Darren vuelve a colocar su mano en mi mejilla. Ninguno aparta la vista.
“No me temas”
Confusa, sorprendida lo observo.
Por un momento, creí escuchar su voz dentro de mi cabeza.
“No grites”
Amplio mi sonrisa al volver a escucharlo.
—¿Cómo...?
—Shh
Cubre mi boca con su dedo.
“¿Cómo lo haces?”
“¿Me escuchas”
Él asiente y baja su mano.
Paso saliva.
Me sorprende la conexión que existe entre ambos. Nuestro vínculo.
Sin dudar me inclino, sello mis labios con los suyos sin ser rechazada. Cierro mis ojos. Ignoro sus colmillos. Me olvido que Ana Liz duerme en el otro extremo de la cama.
Levanto mi mano y la coloco en su mejilla. Ladeo un poco la cabeza sintiendo sus fríos labios moverse contra los míos.
Desde que despertó. Sentía la necesidad de besarlo sin embargo no me atrevía hacerlo.
De pronto, dejo de sentir sus labios. Dejo de tocarlo y al abrir los ojos. Ya no logro verlo frente a mi.
Confundida observo toda la habitación sin ver a ese vampiro presente.
Suspiro y me rindo.
Noto la puerta cerrada. Sin embargo la puertas del balcón se encuentran abiertas. Desde hace días, me gusta dejarlas abiertas por las noches. Sin esta vez temer.
Una sonrisa se plasma en mi rostro.
>Sé que fue real y él estuvo aquí<
Me gusta ver al mismo Darren de siempre. Al que se controla si estoy cerca...
No evito recordar las palabras de ese antiguo vampiro.
>Soy su debilidad<
>Soy su punto de control<
.
.
.
.
.
Nota de autora:
Iniciamos con las actualizaciones. Espero hayan disfrutado del capítulo. Intenté todo para que quedara entendible. Imaginen cada escena 🤧🖤🦇... Es cierto, Aylin es su debilidad. Si ella está cerca, Darren se obliga a controlarse. No le gusta que lo vea perder el control. No le gusta que le tema. A Darren no le gusta perder el control si está con ella porque teme lastimarla. Eso es algo bueno y malo a la vez. Más adelante se darán cuenta de que hablo.
Sobre su conexión ahhhh. Me emocioné al escribirlo. En mi historia. En estos vampiros que creo, todos tienen una conexión de esta forma con sus almas. Algunos aún no la controlan o no se dan cuenta. El caso de Ashley y Dominik, ellos apenas tratan de controlarlo. Es más fácil en aquellos que tienen el don de leer mentes, controlar o ver visiones. Más rápido se dan cuenta y pueden llevarlo acabo de aquellos vampiros que no tienes tal don pero si lo logran.
Una lectora me preguntó ¿cuáles son los dones de todos? Bien, no todos tienen. Algunos nacen con ellos, los descubren con el tiempo y los controlan y otros pueden aprender dicho don sea vampiro/vampiresa desde nacimiento o convertido. El caso de Darren y Esteban. Aunque ambos son fuertes, siempre el que tiene un don especial tiene mayor ventaja pero siempre se puede aprender el caso de Lezy.
Aclarado eso. Nos vemos en otro capítulo. Cualquier duda, les respondo. Gracias por el apoyo 🖤
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