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Capítulo 63 ✗ Sorpresa [2°parte]

   + ANA  LIZ +
Son tantas cosas que en todo este tiempo he tenido que asimilar. Demasiada información que me ha sigo oculta y he descubierto la verdad de una forma sorprendente.

Desde descubrir que Carlos no era mi verdadero padre a saber que quién lo era, estaba lejos y es un vampiro. Mi madre y sus mentiras y de un momento a otro, ya estaba envuelta en su mundo. Ya tenía alrededor a muchos vampiros. Jamás olvidaré la primera vez que lo conocí, nada normal en un cementerio sin saber que desde ese día, todo cambiaría y terminaría aquí, en su Castillo.

Miles de escenas con ellos. En tan poco tiempo, mi vida normal dió un giro inesperado. Saber que soy hija de uno de ellos.

Aún asimilo toda esta nueva información. Esos dos vampiros que me importan consumidos en su descanso. Mi madre será vampiresa, me alegré y ya lo estaba aceptando. Después esa Corte y su presencia. Luego lo de Blareli, su supuesto embarazo, eso sí ya era demasiado. Y lo último, enterarme que mí madre, ella sola, misma mató a esa vampiresa. Lo peor de todo es que ni Darren, ni Owen siguen sin despertar.

>Es demasiado<

Aveces creo que es un sueño, despertaré y me daré cuenta que los vampiros y su mundo, realmente no existen.

Sin embargo, la realidad me golpea al ver a mi madre y todas las consecuencias de todo esto.

En silencio la observo dormir. Acaricio su rostro con mi mano mientras sonrío. Me gusta verla tranquila después de todo lo que a tenido que asimilar. Después de verse sometida a ese cambio. Después de lo que pasó.

Ellos me aseguran que despertará. Que es parte del proceso de ella haber decidido tener la sangre de Darren en su cuerpo. Me han dejado sola con ella, como así de los pedí. No voy a mentir, tengo miedo, miedo al ver los cambios en ella. Al verla despertar o peor, tengo miedo a que no lo haga y ella siendo mi única compañía, me deje sola.

Ladeo la cabeza y borro mi sonrisa. Esta es reemplazada por una sonrisa triste.

Tuve miedo, lo admito. Miedo al saber que ella mató a Blareli. Al principio me sorprendió, no lo asimile, me dió miedo su reacción. Estoy hablando de mi madre, la que es demasiado sensible, la que es incapaz de matar una mosca, la que llora con los trágicos finales de sus novelas o libros que lee. La que llora al mostrar sus sentimientos. La que se asusta por todo y esta vez, la noté diferente. Sin lágrimas, me sorprendió su reacción. Ella me preocupa, tengo miedo a que sea diferente.

De pronto, Darki aterriza en la cama y grazna. Le doy una mala mirada y trato de espantarlo.

—Silencio Darki. —muevo mi pie logrando que él vuele— vete, shu. La vas a despertar. —murmuro y regreso la vista en ella. —te quiero mamá. —medio sonrío y beso su mejilla. Enseguida me alejo.

Se ve tan tranquila dormida. Mientras la veo, una idea se me ocurre.

No quiero dejarla sola sin embargo, tengo una necesidad de ver a Owen. Al menos él es el único que me permiten ver a diferencia de Darren.

Estoy segura que esas vampiresas y ese rubio vampiro pueden ayudarme. Desde que estamos aquí, nos han ayudado mucho sin embargo, dudo en ir o no ir.

Le doy una última mirada a mi madre. Suspiro y me decido en ir y volver antes de que ella despierte. Me acerco a ella y depósito un casto beso en su mejilla.

—Regresaré mamá.

Enseguida me alejo y me volteo. Bajo de la cama. Rápido me coloco mis zapatos, me ajusto mi suéter y me pongo de pie.

—¿A dónde vas hija?

Maldigo al escucharla. De forma exagerada, llevo mi mano a mi pecho.

—Mamá, me asustaste, te creí dormida. —me doy la vuelta viéndola sentada en la cama con la vista fija en mi— yo no iba a ningun lado —me acerco, me siento en la cama y la analizo. Sorprendida observo sus ojos— ¿cómo te sientes? —evito asustarla en decirle que sus ojos son rojos.

—Mucho mejor. —me sonríe y pestañea varias veces. Asiento mientras veo sus ojos cambiar de color y permanecer de tono ámbar— me siento extraña pero a la vez con energía. Ya no tengo sed y me siento muy descansada.

Le sonrío.

Me alegra al no verle esos colmillos. Sé que es imposible, ya me han explicado. Mientras Darren no la convierta por completo mi madre no será de todo vampiresa.

—¿A dónde pensabas ir?

—Yo... a ningún lado.

Desvío la vista y finjo sacudir la cama.

—Quieres ver a Owen.

Alzo la vista y la observo.

—No me digas que ya lees mi mente.

Ella sonríe ampliamente.

—No es necesario para tener la seguridad. —mi madre toma mi mano y da un suave apretón— ve, no te tardes por favor.

Me muestro sorprendida.

—¿No te negaras?

Ella niega.

—Ya aprendí que no puedo controlar tú vida y tus decisiones.

>Adoro está versión de ella<

—Gracias mamá. —rapido la abraza y después me alejo de ella— no tardaré —ella asiente— no te importa quedarte un rato sola ¿verdad?

—Tendré la compañía de Darki.

Sonrío

Darki grazna.

Enseguida él aterriza en la cama cerca de mi madre. Ella sin ningún mueca o susto, lo toma entre sus manos.

>Traidor<

Dejo de verlo y observo a mi madre. Asiento y prosigo a ponerme de pie.

—Darki, cuídala. —dicho esto y corro a la puerta. Al llegar, la abro y antes de salir me volteo viéndola— te quiero mamá.

—Yo también hija.

Le sonrío y termino por salir de la habitación mientras de forma cautelosa, me las ingenio para ver a Owen.

...

Corre Ana Liz, corre y no te detengas.

Como si me estuvieran persiguiendo, corro sin detenerme hasta lograr entrar a su habitación donde se encuentra. Nadie lo hacía, sin embargo, temia ser vista y detenida.

Al contrario de la siguiente habitación, esta no es tan vigilada. No hay tantas visitas. Incluso, la habitación es iluminada por candelabros colgados en la paredes. Me permite verlo, a comparación a esa oscuridad de la habitación de mi ... Darren.

Suspiro, calmo mi acelerada respiración y me empiezo a acercar viendo a Owen en el mismo estado.

—Hola Owen, lamento la demora. —emito en voz baja y sigo avanzando hasta llegar a la cama— son tantas cosas que han pasado que evitaron mi retraso. —lo analizo con detenimiento— pero ya estoy aquí.

Con lentitud, levanto mi mano y la acerco a su rostro. Acaricio su mejilla notando la diferente temperatura.

Ignorando su estado, ignorando sus colmillos que sobresalen de su boca, me inclino y le doy un casto beso en sus labios como siempre. Desde el primer día tengo la libertad de besarlo sin él rechistar, rechazarme o molestarse.

Llegué a creer que sucedería algo increíble. Esperé que con eso, él despertaría. Sin embargo a pasado un mes y mis besos no funcionan por más que dure.

Tenía la tonta ilusión que funcionaría. Creí que haber visto esas tontas películas de princesas que mi madre me obligaba a ver desde niña, cuando nunca me gustaron, cuando yo prefería ver películas de terror sin embargo ella me las prohibía por las pesadillas que eran completamente diferentes a una película, más realistas, causaban el verdadero pánico. El caso es que esa película de princesas, esa era una tonta idea aunque no la culpa. Esta es otra situacion. Los papeles han cambiado y he besado muchas veces a un vampiro.

Lo observo desilusionada.

—Despierta Owen, por favor. —suspiro y me agacho. Quedo arrodillada mientras lo veo dormir. Como siempre, comienzo a contarles todo lo que a pasado. No tengo la seguridad sí él me escucha. No estoy segura si es lo mismo con un enfermo. Mi abuela Sara era enfermera y una vez llegó a explicarme que hablar con un enfermo que duerme por cualquier motivo, ayuda mucho sin embargo esa es otra cosa que no funciona con este vampiro. —ya no sé que hacer Owen. —recargo mis manos en la cama mientras apoyo mi barbilla en ellas— ya no puedo con todo esto. No estaba lista para la realidad. —emito con tristeza mientras le inicio a contar con detalle todo lo sucedido.

>>... Verás que son tantas cosas. Tantas cosas que te has perdido por no despertar. —termino por decir mientras espero una reacción de su parte. Cosa que no sucede. —Owen, despierta— tomo una profunda respiración— sabés, solo contigo puedo hablar de esto, sé que no le contaras a nadie —rio un poco. Dejo de hacerlo y me mantengo sería. Antes de seguir, le doy un rápido vistazo a la puerta. Confirmo que estoy sola y regreso la vista en él.

Soy la única que viene a verlo la mayoría de las veces. Pocas veces me he dado cuenta que Ashley lo visita o tal vez ese vampiro mensajero, pero Owen, está muy solo y mi compañía ayuda.

>>Owen, —hago una corta pausa antes de continuar— ya que mi madre será vampiresa, estoy segura que Darren no la dejará irse. La escuché, ella piensa hacerlo y me llevará con ella. Yo no quiero regresar a mi vida aburrida de antes. Tener que soportar el instituto, a las chicas que me molestan, no pienso hacerlo. —lo veo con atención— sobre todo, no quiero que me alejen de ti. Quiero verte siempre. Quiero quedarme. No dejaré que nada me separe de ti. —sonrío como boba— sabés, eres el único chico que me importa —enarco una ceja al escucharme— bueno, vampiro. Como sea, es muy diferente lo que siento por ti, te aprecio mucho Owen, yo —extiendo mi mano logrando tocar la suya— te amo, supongo. —me encojo de hombros sintiendo el rubor en mis mejillas.

>Espero y no me escuche. Agradezco que no me ves así<

Carraspeo y me recupero.

—Como sea, te decía que yo voy a quedarme aquí. De hecho he pensado que quiero ser convertida, no me importan lo que digan, quien se oponga, las consecuencias Owen. Es la única manera para estar cerca. —le sonrío y me levanto— sé que mi madre no estará de acuerdo. Quiero pedirle a Darren cuando despierte que lo haga pero sé que por mí madre, él se negará. —hago una mueca— tengo pensado pedirle a Esteban que lo haga. Dudo que se niegue, me cae bien y bastará un beso para convencerlo, pero no quiero recurrir a medidas tan extremas.

Aparto la vista de su rostro. Me detengo en sus manos y las toco.

—Te pediré que lo hagas. No me importa que sea débil o tu convertida. —me encargo de quitarle su anillo y me lo coloco— aunque eso significa que serías tú mi creador, aún no entiendo estás cosas. —muevo mi mano mientras luzco el anillo— ya es bastante raro que tú seas mi tío— hago una mueca y rápido me quito el anillo y se lo coloco en el mismo lugar de siempre— lo que sé es que quién sea, yo seré vampiresa.

Suspiro y giro a verlo al rostro. Una mirada de sorpresa me invade al ver sus ojos abiertos. Enseguida la felicidad me invade y me inclino un poco para verlo.

—Owen —digo con dificultad sin dejar de verlo. Noto sus ojos completamente rojos— has despertado.

Enseguida retrocedo al verlo incorporarse en la cama de forma rápida. Luce confundido, observa toda la habitación y termina la vista en mi.

—Sangre. —sus colmillos comienzan más a crecer.

Paso saliva y empiezo a retroceder.

—Ire por ayuda, les avisaré a todos.

—Tú sangre.

Rápido me las ingenio para salir de la habitación. Prácticamente salgo huyendo dejando a ese vampiro sediente allá dentro.

Corro por los pasillos mientras los busco. A quien sea de todos ellos que puedan ayudarme. Logro ver a ese rubio y sin dudar, me dirijo a él mientras sigo corriendo. Me detengo hasta llegar sin importar intervenir en su conversación con ese otro vampiro mensajero.

—Ella está demasiado débil para que lo alimente su alteza.

—Ella es su cura Williams. No es una petición, es una orden.

Trato de regular mi respiración. Ellos ignoran mi presencia.

—Seria exponer a los dos, su alteza.

—Oigan —exhalo— ¡Owen! —capto su atención. Esteban se voltea viéndome con confusión— acaba... de despertar.

Suspiro.

—¡Ayúdenlo, quiere sangre!

—Maldicion, no me alegro tanto. —oigo decir al rubio— al menos sabemos que si el convertido ya despertó, Darren lo hará en cualquier momento.

—Yo me encargo de él Williams, llévala a su habitación.

Soy sujetada por el rubio del brazo. El tal Black se marcha con velocidad. Empiezo alertarme al ver que me guía del lado contrario.

—Ey, yo debo regresar con él. Owen me necesita.

—Criatura, no vas a exponerte. Además, acaba de despertar sediente, si bebe tú sangre no va a detenerse. —resoplo al escucharlo— no eres de ayuda.

—Eres un estúpido rubio. —le digo molesta mientras avanzo junto a él de regreso a la habitación.

...

—Estupido. —exclamo al ser empujada por él y veo la puerta ser cerrada. —agh— veo de nuevo nuestra habitación en busca de mi madre. Me sorprende no verla por ningún lado, pero más me sorprende ver las puertas de balcón, abiertas— ¡Mamá! —me abrazo a mi misma mientras avanzo en dicha dirección— ¿Dónde estás?

Al llegar al balcón, logro verla cerca del barandal.

—Mamá.

Ella enseguida se da la vuelta y me sonríe.

—Hija —se acerca a mí. Borra su sonrisa y me ve con preocupación al analizarme— ¿Qué sucede?

Suspiro.

—Owen despertó.

Luce sorprendida al igual que yo.

—Vaya, aunque no creas, me alegra escuchar eso.

Asiento y me acerco a ella.

—Me han prohibido verlo, el rubio me trajo obligada hasta aquí.

—Ana Liz, trata de entender.

Niego varias veces en desacuerdo.

—Mejor dime, ¿Cómo actuó? ¿Qué fue lo primero que dijo?

—Bueno, lucia muy desorientado. —hago una corta pausa y la veo fijamente— mencionó, sangre. Tú sangre. Creo que se refería a que quería beber mi sangre.

Esta vez obtengo una mirada de miedo en su rostro al escucharme.

Mi madre regresa a ser la misma de siempre.

  O W E N
Lo único que puedo pensar es en la sangre. Me encuentro desesperado por probarla, con una excesiva sed. Estoy confundido, desorientado al verme en esta situacion.

Apenas esa humana sale de la habitación. Observo mis manos, mis largas uñas son visibles. Por un instante, tuve la intención de atacarla y beber con desesperación su sangre.

La sed incrementa, siento mis colmillos seguir creciendo causando un dolor soportable e incómodo en mis ansías.

—Ha despertado Ruthwend.

Alzo la vista, con confusión veo a Black frente la cama.

—¿Cómo se siente?

Duro segundos en darle mí respuesta.

—No sé... Me siento extraño —paso saliva. Siento mi garganta arder— tengo mucha sed, siento mucha adrenalina, quiero matar, quiero sangre —lo veo fijamente— mucha sangre.

Él luce inexpresivo.

—¿Recuerdas lo que sucedió?

Gruño al escucharlo.

—¡Ni siquiera recuerdo porque estoy así!

—¡Suficiente! —retrocedió un poco en la cama al escucharlo— tomate un descanso. Deja de pensar en la sangre, en esa sed y recuerda.

>Cómo carajos me pide algo así<

Trato de recordar sin embargo son pocos recuerdos que me invaden.

Un baile

Una humana

El rey

Frunzo el ceño y observo a Black.

Solo escucho una voz, una melodiosa voz que me hace recordar tantas cosas.

—Es lo más normal.

—¿Qué pasó? —murmuro.

No obstante, siento cada presencia y enseguida justo al frente veo a cada integrante de la Corte reunidos con Víctor en medio.

—Resultados Black.

—Desorientado, sediente. Síntomas comunes.

—No será un problema. —escucho a Daimon decir— no tenemos que batallar con un convertido.

—Pero aún así, debemos actuar. Es un vampiro que regresó de su descanso. —emite Gabriel.

>¿Descanso?<

—Black, encárgate de él. Llévalo a los calabozos, encárgate de que se alimente. —le ordena Víctor y me observa— ¿Qué sabes de la sangre?

—¿De qué me habla?

—La sangre que los hizo descansar. —le sigue Daimon.

Con confusión observo a cada uno mientras recuerdo un poco:

Es un obsequio de la Corte. Daimon la trajo...

Me encojo de hombros.

—Solo recuerdo que Darren... Ya la tenía cuando lo ví. —menciono.

A no tener la seguridad de que esta pasando, no hablaré absolutamente nada.

—Encargate Black.

Víctor se voltea y lo veo avanzar tranquilamente a la puerta.

—Victor, lo acordado. Debemos seguir buscando el reemplazo del rey. —le dice Hugo logrando que él se detenga.

—Se acabó la búsqueda. Ruthwend será el nuevo Rey, lo será todo el tiempo hasta que Darren despierte.

Me sorprendo al escuchar las palabras de Black.

—No hay opción, es el único Valentains que tenemos al alcance —lo apoya Gabriel.

—Jamas hemos puesto a un convertido al mando. —inquiere Victor sin voltearse— petición denegada. Él no será el rey, las cosas seguirán a nuestro mando.

—El Castillo merece un rey fuerte, no aún convertido que no lo es.

Hago mis manos puños al escuchar a Daimon.

—Black, haz lo que te ordene.

Veo al susodicho acercarse a mi. Capto la orden y me pongo de pie. Descalzo lo sigo a la salida ignorando la presencia de toda la Corte.

Ambos salimos de la habitación. Recibo varias miradas, escucho murmuros a medida que avanzo por el pasillo mientras nos dirigimos a los calabozos.

Solo pienso en calmar esta maldita sed.

(...)

Desesperado encajo mis colmillos en el cuello de ese humano. Apenas Black abrió la primera celda, sin importar sus súplicas me avalance a él. Bebo con descontrol. Encajo mis uñas en sus hombros miento siento la sed controlarse poco a poco. Bebo sin ser detenido mientras cierro mis ojos, imaginando tener a esa humana de esta misma forma.

Tiempo después y logro alejarme de ese último mortal. Con dificultad salgo de la última celda y me apoyo de los barrotes mientras veo el desastre que he ocasionado. Maté a varios, a todos les robé su sangre. Esa sed que nunca había sentido, llegué a controlar. Ignoro mi aspecto, ignoro mis manos y rostro con rastro de sangre, ignoro mi ropa manchada de ella.

—¿Satisfecho?

—Eso creo, su alteza. —recargo mi cabeza en los barrotes mientras veo a Black frente a mi.

De pronto, Gabriel aparece a un lado de él.

—Victor cambió su decisión. Seras nombrado Rey. —me informa.

—No lo seré. —respondo sin dudar— no quiero ser rey de esta forma. No seré un reemplazo.

—No tienes opción.

Dicho esto y él desaparece.

—Ruthwend, acéptalo o de otra forma, Victor no dudará en eliminarte.

Black se termina marchando con la misma velocidad que él.

Gruño y empiezo a avanzar por el pasillo del los calabozos mientras veo cada celda. Me hace recordar al descontrol que tuve hace siglos apenas fuí convertido.

Me detengo en la última celda. Hago mis manos puños al comparar ese maldito humano sin vida con Johan, con mi familia.

Me he convertido en el mismo monstruo que los mató.

Niego y corro con velocidad a la salida.

...

Subo el segundo escalón y me detengo. Me recargo en la pared mientras espero recuperarme.

—Owen. —desvio la vista notando la presencia de cierta vampiresa al inicio de las escaleras— ¡Owen! ¡No lo puedo creer!

Gruño al sentir sus brazos rodearme.

—Alejate Ash.

—¡Me recuerdas! —celebra sin soltarme.

Gruño en respuesta.

Finalmente, ella se aleja y me inspecciona.

—¿Cómo...?

—No preguntes... Nada de esto está bien.

Ella asiente y se cruza de brazos.

—Esperaba tanto esto.

—Recuerdo poco la verdad.

—Darren salió también afectado.

—Lo sé —hago una corta pausa— Ash, ¿cuánto tiempo pasó?

—Un mes —responde sin dudar. Asiento— han pasado tantas cosas.

—Lo sé —repito. Empiezo a subir los escalones mientras ella me sigue yendo a la par— esa niña, me contó todo.

—Ana Liz. —me detengo al escucharla. Asiento rendido— vaya, creí que era un mito eso de escuchar todo mientras estamos dormidos.

—Es cierto. —giro a verla— escuché todo. Escuché su maldita confesión. Evito decir— ella me contó lo que pasó. Quería despertar pero por más que me esforzaba, no podía Ash.

Ella coloca una mano en mi hombro.

—No sé si te guste escuchar esto pero Ana Liz, fue la única que te visitó. Bueno, a parte de mi y Black pero ella se quedó más tiempo. Llegué escúcharla hablar contigo y besarte. —la veo sonreír con burla.

—Callate, no lo vuelvas a repetir.

Continúo subiendo los escalones dejándola atrás.

—Deberias ir a verla, Owen.

—No lo haré —me miento a mi mismo.

+++

¿En qué momento llegué a esto?

Estar frente a esa maldita puerta con la impaciencia de querer verla.

Realmente no sé porque estoy aquí.

Hago mis manos puños y levanto una. Toco la puerta dos veces con mi puño. Bajo mi mano, deshago mis puños y para mala suerte, la puerta es abierta por esa estorbosa humana.

—Owen —inquiere mientras me analiza.

—Estorbo —recibe el mismo escaneo. Me sorprende lo que me enteré. Me sorprende comprobar que es verdad.

—¿Qué quieres? —suelta y sujeta la perilla.

Me molesta no causar miedo en ella como siempre.

Gruño y aparto la vista. Intento ver dentro de la habitación.

—Necesito hablar con ella.

—No verás a mi hija en ese estado, Owen.

Giro a verla, la veo con molestia.

—Mira maldita humana...

—¡Owen! —la puerta es abierta por completo por ella— entra ¿verdad mamá?

Dicho esto y la veo darse la vuelta.

Fijo mi vista en la estorbosa humana de Darren. Ella me permite el paso y enseguida me adentro. Me detengo a unos ciertos pasos de ella.

—A solas. —emito y me cruzo de brazos.

—No voy a dejarte a solas con mi hija.

—Mamá, por favor.

La escucho bufar.

—Bien, estaré afuera. —emite y escucho sus pasos al alejarse— Darki te encargas.

Gruño al escucharla decir eso. Enseguida la puerta es cerrada y dejo de sentir su presencia cerca.

—Vaya, te ves diferente. —capto la vista en ella— te ves, eres un desastre Owen.

Me veo a mi mismo.

Es cierto que no tuve la mínima intención  de cambiarme, limpiar los rastros de sangre antes de venir hasta acá.

—Ignoralo. —regreso la vista en ella.

—No vas a atacarme ¿verdad? Mi madre debe estar afuera y te recuerdo que ya sabe usar una estaca.

Ríe

—Me acabo de alimentar. Ella sigue siendo tan metiche. —doy un paso adelante logrando que deje de reír— te escuché. Escuché todo lo que me dijiste, por ti estoy enterado.

—¡¿To... todo?!

Asiento

Ella se da la vuelta y la veo tomar asiento en la orilla de la cama.

—Ay no. —la veo nerviosa— yo no quise decir eso... Me refiero a que yo no quería...

—Escuché lo que pasó en el Castillo durante mi descanso, eso es todo. —la interrumpo.

Ella suspira y asiente.

—Ash me contó que fuiste la única en visitarme.

—Ella también iba. —dice rápidamente.

—La única humana. —emito sin dejar de verla— la compañía que prefería. —gruño y desvío la vista— debería agradecerte.

—No tienes que hacerlo, lo hice porque realmente me importas Owen.

Regreso la vista en ella. Evito responder a eso.

—¿Recuerdas lo que pasó?

—Estoy comenzando a recordar.

—Entonces recuerdas el baile. Lo que sucedió antes de tú descanso.

Asiento

—Creo recodar algo importante. —con velocidad llego cerca de ella. Ignoro mis colmillos y sello mis labios con los suyos. Enseguida me alejo al sentir el descontrol— esto ¿no?

Sonríe bobamente.

—Crei que no lo recordarias.

Gruño al sentir sus labios sobre los míos. Me molesta que sea crea valiente y siempre actúe antes que yo.

Coloco mi mano en su nuca y la acerco más a mí. Sin evitar, muerdo sus labios. La beso desesperado hasta alejarme y ocultar mi rostro en su cuello. Mis colmillos rozan su piel sin embargo al último instante, me obligo a alejarme.

—No, no voy a hacerlo. —marco distancia. Ella me sonríe.

—No me importa que lo hagas.

La veo ponerse de pie.

Ella avanza.

Yo retrocedo marcando distancia.

Esto no debería ser así, aquí yo soy el vampiro.

>¿Quien tiene el control ahora?<

Recuerdo sus malditas palabras.

—Liz, no sigas. —logro que se detenga— no vine realmente a esto. Solo quería... verte. Decirte que la Corte quiere que sea su nuevo rey.

Ella borra la sonrisa y se mantiene seria.

—No he aceptado. —agrego rápidamente— siempre he querido quitarle el trono a Darren pero no de esta forma. Víctor, hace un momento mencionó que no pondrían a un débil convertido al mando. No estaban de acuerdo y ahora cambiaron de opinión. No lo voy a aceptar.

—Te entiendo Owen. Decide lo que mejor  convengas.

—No tengo opción.

Con velocidad termino por tomar asiento en la cama. La veo darse la vuelta y se acerca.

—Podrias intentarlo, al menos hasta que Darren despierte.

Niego en desacuerdo.

—Owen, te prefieren a ti que a esa Corte. Eres mejor que Víctor.

—Soy un reemplazo de Darren.

—No lo eres. —la veo tomar asiento a mi lado— piensalo Owen. Si decides lo contrario, yo seré tu reina.

—Tú ya eres la princesa. —giro a verla— me refiero a que eres hija del rey. En nuestro mundo eso se refiere...

—Lo entiendo. —me interrumpe cubriendo mi boca con su mano.

La obligo a alejarla. Sin embargo no me alejo mientras la observo. Pienso en besarla cuando la puerta es abierta y rápido me alejo y me pongo de pie.

—Owen, ya te vas.

Gruño al escuchar la voz de esa maldita humana.

Asiento y sin mencionar nada, con velocidad llego a la puerta.

—Estamos a mano. —la escucho murmurar antes de salir.

Gruño y la esquivo saliendo de la habitación.

(...)

—¡Acepta!

—¡No lo haré Ash!

—¡Owen eres nuestra solución! ¡Te preferimos como Rey!

Niego mientras veo a cada uno. Me encuentro en la sala. Al principio solo le mencioné sobre esto a Ashley, terminó llegando el imbécil de Esteban para ahora unirse Mía y Drake en la sala.

—Owen, por favor. —insiste Ashley.

—Hazlo por todos, por Darren.

—No, Mía.

—Cualquiera le gustaría estar en tú lugar. Seras rey. —emite Drake.

—El primer convertido en llegar al trono. Owen eres un Valentains después de todo, lo mereces. —dice Ashley desesperada— por favor acepta, haremos que Víctor se vaya. Toda la Corte, nos dará tiempo. Solo tienes que ser rey todo el tiempo hasta que Darren despierte.

Niego varias veces.

—Deja de fingir convertido.

Gruño al escucharlo.

Hasta el momento, se a mantenido en silencio y ya se me hacía raro de él.

—Esto es lo que siempre querías. Bravo —aplaude mientras se acerca— lo lograste.

—Esta no era la forma que quería Esteban.

—Pero te conviene ahora.

Lo veo frente a mi.

—Yo siempre he querido estar al mando. Ser el rey pero no así. No cuando no he derrotado a Darren ¡De esta forma no quiero el cargo!

Hago mis manos puños.

Lo veo sonreír con burla.

—Negacion y después aceptación. Deja de actuar convertido y haznos el honor de ser nuestro rey. Que poco te dure la felicidad.

Gruño al verlo darse la vuelta y alejarse.

Estoy por responderle cuando veo a Black aparecer frente a todos. Enseguida es recibido por una rápida reverencia donde soy obligado a ser.

—Estoy aquí por tú descision.

Dejo de verlo y poso mi vista en cada uno. Ashley y Mía tratan de convencerme con la mirada. Drake poco le importa. Esteban luce molesto, en desacuerdo.

Sonrío con malicia y regreso la vista en Black.

—Acepto ser el nuevo rey.

Él asiente y recibo una rápida reverencia. Enseguida se endereza.

Esto es extraño.

—¿Habrá ceremonia?

—Victor no la cree necesario.

>Ya imagino porque<

>Siempre la comparación con Darren. Debido a ser un convertido<

—Le avisaré a toda la Corte. El resto ya no depende de mí.

Dicho esto y desaparece con velocidad dejando una cortina de humo.

Regreso la vista en ellos.

—A sus órdenes, nuevo rey. —se burla Ashley y hace una reverencia.

—Cuentas con nosotros Owen. —me dice Mía y hace una reverencia al igual que Drake.

Enseguida se enderezan y poso la vista en Esteban.

—Ni lo pienses.

—En este momento, ya soy tu rey.

Lo escucho gruñir. Maldice en voz alta y termino recibiendo esa rápida e inesperada reverencia.

—¿Algo más su alteza? ¿No necesita una copa de sangre? ¿Qué lo acompañe a sus aposentos?

Niego y me cruzo de brazos.

—Solo necesito escuchar una disculpa de tú parte. Por siglos, desde que soy convertido me has subestimado. Dime ahora, ¿quién es el rey y el más fuerte?

—No lo obtendrás convertido. Ni siquiera mereces mi respeto.

Me encojo de hombros.

—Lastima entonces porque las cosas son distintas. Tendrás que aceptarlo. —lo veo con malicia— si disfrutaré esto, mi tiempo siendo rey, tan solo para ver el desagrado que esto te causa, débil.

Dicho esto y me doy la vuelta. Con velocidad salgo de la sala. Apenas avanzo por los pasillos del Castillo, ya recibo reverencias de todo el reino.

(...)

—Aun así, esto no me satisface. —menciono mientras observo al maldito de Darren descansar— sigo creyendo que no era la manera que imagine, que quería llegar al trono. Aunque otros piensen lo contrario. —me cruzo de brazos— nos condenaron. Todo por beber esa maldita sangre.

Lo veo con detenimiento. Me obligo a no compararlo con Johan.

—Tienes que despertar Darren. Te puedo asegurar que protegere a Liz, con respecto a tu humana, que los demás se encarguen. —me inclino un poco— te recuerdo que aún existe un enfrentamiento. Esto no cambia nada. Sigue la rivalidad entre nosotros. Nuestro trato —sonrio con malicia— hay descubrir quien de los dos merece ser el rey.

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