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Capítulo 59 ✗ Loca pasión [+18]

Advertencia: Este capítulo contiene contenido+18. Es responsabilidad de cada lector@ si lo lee o sigue después de +++ sin perder el hilo de la historia.  Se solicita discreción. Sin más, disfruten el capítulo🔥

A Y L I N
Soy consumida por la oscuridad apenas entro a la habitación en todo momento fui dirigida por Darren. No veo absolutamente nada al estar el candelabro que nos proporcionaba iluminación, apagado. Toda la habitación se encuentra en una total oscuridad.

Darren me suelta, escucho como la puerta es cerrada y todos mis sentidos despiertan. Intento ver en la oscuridad sin tener éxito. Me siento un poco mareada, aún siento ese vino en mi sistema.

Empiezo a ponerme un poco nerviosa a no ver o sentir a ese vampiro cerca de mi.

—Darren. —paso saliva— no veo nada.

Enseguida siento su mano en mi cintura. Medio sonrío al sentir un casto beso en la parte expuesta de mi cuello. Ladeo un poco la cabeza.

—Mejor para mí.

Borro mi sonrisa al escucharlo muy cerca de mi oído. Retrocedo un paso y enseguida me detengo al chocar con él.

—Eso no es justo Darren, yo no puedo ver en la oscuridad.

Me doy la vuelta, quiero besarlo sin embargo no lo encuentro. Levanto mis manos sin lograr tocar nada.

—Darren...

Soy interrumpida al sentir sus frías manos en mis hombros y me obliga a darme la vuelta. Rápido recupero el equilibrio. Siento sus manos en mi cintura y me acerca más a él.

—¿Le temes a la oscuridad?

Paso saliva al escucharlo.

Niego enseguida.

—Solo quiero ver al vampiro que tengo enfrente. —respondo en voz baja.

Lamo mis labios.

Estoy por continuar por quejarme cuando soy interrumpida al sentir sus fríos labios sobre los míos. Permanezco unos segundos sin acceder, hasta rendida, acepto besarlo. Al principio es un simple roce, entreabro mis labios y empiezo a besarlo con desesperación obteniendo la misma sincronización. Levanto un poco mis manos, quiero tocarlo, sentirlo muy cerca de mi, sin embargo, no ver nada se convierte en un gran problema.

Dejo de sentir sus manos en mi cintura, enseguida siento sus frías manos sostener las mías y dirigirlas hasta sus hombros.

Dejo de besarlo y medio sonrio.

—Es injusto que solo tú puedas verme. —repito— enciende el candelabro.

—No pienso hacerlo.

Resoplo.

Siento su mano sostener mi barbilla. Ir subiendo hasta uno de sus dedos rozar mis labios.

Esta comenzando a molestarme no poder verlo. Ver su expresión.

Creo que soy la única nerviosa por esto.

—¿Te has arrepentido?

Siento su mano deslizarse y detenerte en mi nunca. Con su otra mano se encarga de acercarme más a él y chocar contra su cuerpo.

—Lo deseo tanto, Darren. —me sorprende escucharme a mi misma. —te confieso que dejé de sentir frío. —suelto una risita.

—Te afectó más esa maldita bebida mortal.

Dejo de reír al escucharlo. Trato de mantener seriedad.

—Y te aprovechas de eso. —me inclino un poco. Espero llegar a besar sus labios, esta vez obtengo éxito sin embargo, él se aleja.

—¿Crees que por se vampiro me aprovecharía de una débil, vulnerable humana?

Río y niego.

—Ambos estamos de acuerdo ¿no?

—Y estamos perdiendo el maldito tiempo.

Vuelvo a sentir sus labios sobre los míos. Darren me besa con desesperación, su mano en mi nuca evita moverme. Me aferro a sus hombros y le sigo el ritmo, me extraña a estás alturas no sentir sus colmillos rozar mis labios.

Me obliga a darme la vuelta. Retrocedo sin sentido, sin dejar de besarlo hasta que choco con la cama.

Darren corta el beso, tomo una bocanada de aire y lamo mis labios. Su mano en mi cintura se desliza por mí espalda, sobre el vestido sin embargo, aún así causa un escalofrío por todo mi cuerpo.

Intento controlar los latidos de mi corazón que comienzan a acelerarse por culpa de ese vampiro.

Por un momento pienso que volverá a besarme sin embargo siento cortos besos en mi cuello. Ladeo un poco la cabeza, dándole más acceso.

Empiezo a sentarme en la cama con su ayuda. Sigo sin soltarlo de los hombros y termino sentada.

Sus besos empiezan a dejarlos en partes diferentes de mi cuello. Cada vez empieza a subir y termina por llegar a mi boca. Sin embargo, esta vez me obligo a no besarlo, aunque tanto lo deseo.

—Quiero verte, Darren. —exijo.

Siento que se aleja de mi boca. Siento su peso al una parte del colchón sumirse. Trato de verlo sin embargo, solo hay más y más oscuridad que me rodea.

Siento sus fríos labios en mi mejilla. Un casto beso y enseguida, se aleja.

—Darren.

Escucho sus pasos retroceder.

Permanezco sentada en la cama, espero que regrese. Existen motivos para no detenerlo e ir por él. No veo nada y no quiero caerme al estar aún mareada.

Suspiro y lamo mis labios.

De pronto, la habitación es iluminada.

Logro verlo cerca del candelabros. La poca iluminación basta para poder verlo con detenimiento.

Con velocidad regresa conmigo. Se acerca a mi rostro. Darren recarga su mano sobre el colchón siendo una nula distancia de mis manos. Lo veo fijamente, me sorprende no ver sus colmillos, ese tono rojizo en sus ojos a desaparecido. Su excesiva palidez aún es notoria sin embargo, parece tan...normal.

Darren ladea la cabeza, corta la distancia y vuelve a besarme. Me inclino un poco hacia atrás y me apoyo con los codos.

—Da...Darren. —jadeo entre el beso y él se aleja— la puerta ...¿la cerraste? —él asiente— ¿con seguro? —vuelve asentir y vuelve a besarme. Me enderezco sin dejar de besarlo y coloco mi mano en mi pecho. Esta la deslizo por todo su pecho y me detengo al llegar al primer botón de su camisa. Logro desabrochar tres botones y por falta de aire, me obligo a dejar de besarlo —¿Crees que se den cuenta? ¿qué nos escuchen? —siento una oleada de calor al decir aquello y puedo jurar el rubor apoderarse de mis mejillas.

Noto una media sonrisa en su rostro.

—No seremos los únicos Ayline. —Darren se acerca sin embargo solo roza nuestras narices y se aleja un poco— no me importa, he extrañado tanto a mi humana para darle importancia.

Suspiro y le sonrío.

Su mirada me analiza, noto un destello de deseo en ella.

Me armo de valor y vuelvo a besarlo. Sin dejar de besarlo termino acostada en la cama. Darren permanece sobre mi, sin dejar recaer todo su peso, sus manos colocadas de cada lado de mi cabeza.

Coloco las mías en su pecho y continuo por deshacerme de su camisa. Botón por botón hasta dejarla complemente abierta.

Él deja de besarme, se dedica a verme con detenimiento y enseguida oculta su rostro en mi cuello dejando un camino de cortos besos.

—¿Hice bien al dejar a Ana Liz sola? —le pregunto como pretexto para controlar mi nerviosismo.

—Ellos se encargaran de cuidarla. —murmura en mi oído. Suelto un leve jadeo al sentir una leve mordida en mi cuello.

Lamo mis labios.

Darren se aleja y me permite verlo. Esta vez una sonrisa traviesa adorna su rostro. Se acomoda y sella nuestros labios. Un beso cargado de deseo, de desesperación.

Una de sus manos la coloca en mi hombro, empieza a bajar y la detiene en mi pecho. Justo del lado donde tengo la seguridad que puede sentir/escuchar cada latido de mi corazón causado solo por él.

Dejo de besarlo, mis manos las deslizo por su espalda hasta detenerme. Lo observo con detenimiento, me pierdo un momento en ese tono que raras veces esta presente en sus ojos.

—Quiero esto Darren. —emito en voz baja.

Su mano empieza a subirla, llega hasta mi hombro y baja el tirante del vestido sin ninguno apartar la vista.

—¿Vas a involucrar a tu maldito Dios es esto?

Sonrío con burla al recordar y entenderlo.

—¿Aún lo recuerdas? —me limito a responder.

—Cada momento contigo Ayline. —su mano baja y se detiene en el inicio del vestido— y hoy pienso revivir esa ocasión. —utliza un tono malicioso.

Sin dudar, lo beso con desesperación.

Darren intenta bajar mi vestido sin embargo este se ajusta demasiado a mi cuerpo. Lo escucho gruñir contra mi boca, dejo de besarlo y suelto una risilla divertida.

—Ayudame con el cierre. —arqueo un poco mi espalda. Su mano empieza a subir por mí espalda. Darren termina por llegar al cierre y trata de bajarlo. Al principio lo logra con facilidad sin embargo, este se atora. Su sonrisa divertida se borra y se mantiene serio. —maldita sea.

Aleja su mano y vuelve a besarme.

Enseguida siento su mano en mi abdomen. Después, el ruido el vestido al ser roto.

—Da... Darren ¡No! —corto el beso enseguida— no puedes romperlo, es de Mía y se lo debo regresar.

—¿Y crees que me importa?

Resoplo.

Sin embargo, la poca molestia desaparece al verlo. Le sonrío y vuelvo a besarlo. Me empiezo a levantar un poco, me ayudo con los codos y lo obligo a acostarse. Esta vez quedo arriba de él, dejo de besarlo y lo observo divertida.

Me ocupo de buscar el cierre de mi vestido y al encontrarlo, lo bajo por completo. Siento su fría mano en mi mejilla, le sonrío y me alejo de él.

—Yo me encargo del vestido. —le digo y me empiezo a bajar de la cama— no dejaré que lo rompas.

Lo escucho gruñir.

Le doy la espalda.

De pronto, la inseguridad se hace presente. Dudas se apoderan de mi. Sostengo el vestido, este sin lograr caerse.

Suspiro y tomo asiento en la cama.

—Darren. —hago una corta pausa— debes saber que ya no soy la misma Aylin de antes. Ya no soy la humana que conociste cuando tenía 17 años y...

—Para mi sigues siendo la misma. —doy un leve sobresalto al verlo a un lado de mi. Sin embargo, en todo momento se encuentra detrás de mi.— la misma Ayline hermosa. —su fría mano la coloca en mi hombro. Darren se inclina y deposita un casto beso en mi mejilla— la más ... bonita humana que he conocido y la única que me importa.

Sonrío ante sus palabras.

Giro la cabeza.

Veo un destello rojizo aparecer en sus ojos. Él pestañea y sus ojos vuelven a ser como antes.

—Necesito privacidad. —le digo causando su molestia y enseguida, se aleja de mi.

Me pongo de pie. Decidida a deshacerme del vestido. Antes, me volteo y lo veo sentado en el otro extremo de la cama, dándome la espalda.

—No voltees. —bromeo.

No recibo respuesta.

Dejo de verlo, suspiro y dejo caer el vestido al suelo. Me encargo de salir de el y con mi pie, lo aparto un poco de mi. Me enderezco, sujeto mi cabello y lo amarro en una chongo desastroso.

—Lastima que no te vea por un maldito espejo.

—Te estoy escuchando. —le respondo sin borrar mi boba sonrisa. Bajo mis manos. Tomo una profunda respiración y empiezo a deshacerme de mi última prenda. Inicio con el sujetador, hasta terminar por dejarlo caer al suelo. Continúo, me desnudo de forma rápida al sentir un poco de frío y al terminar, regreso a la cama y me cubro con la sábana, rodeo mi cuerpo con ella y tomo una profunda respiración antes de voltear.

Le sonrío a Darren. Él se encuentran sentado en la cama, recargado en la cabecera de la cama, sin la camisa puesta. Él resto, la sábana lo cubre.

—Acercate. —extiende su mano en mi dirección.

Asiento, sujeto su mano y me acerco a él. En todo momento, con mi otra mano libre sujeto la sábana y termino por quedar sentada a su lado.

Dejo de verlo. Poso la vista en el suelo, veo su ropa sobre el suelo. Su agarre en mi barbilla me obliga a verlo.

Paso saliva, lamo mis labios al saber que ambos estamos completamente desnudos. Esa sábana es lo único que nos cubre.

Me armo de valor y lo beso. Coloco mi mano en mi hombro y lo acerco más a mí. Darren sin dejar de besarme, se inclina, me obliga a acostarme en la cama hasta lograrlo. Rápido lo tengo sobre mi. Corta el beso, basta esa mirada divertida y alejo mi mano de la sábana.

Enseguida se encarga de bajarla, jala la suya y se acomoda entre mis piernas.

Muerdo mi labio inferior y vuelvo a besarlo. Esta vez mis manos las dejo en su espalda. Flexiono un poco las rodillas, cada vez existe una nula distancia entre nuestros cuerpos y finalmente, siento que entra poco a poco en mi. Mis dedos se aferran a su espalda, sin querer, muerdo su labio logrando un gruñido de su parte.

Dejo de besarlo, me dedico a verlo. Él lame sus labios, noto una media sonrisa en su rostro. Darren apoya sus manos de cada lado de mi cabeza y se adentra más en mi.

Un jadeo escapa de mis labios. Mi pecho sube y baja. Lo beso torpemente y otro jadeo se me escapa, esta vez más fuerte al sentirlo por completo dentro de mi.

—Darren... —muerdo mi labio inferior. Me alejo un poco de él. Existe una nula distancia de nuestros rostros. Me dedico a verlo, él permanece quieto sin apartar la vista de mi.

Basta un asentimiento de mi parte y él comienza a moverme lentamente. Lo beso ahogando mis gemido en su boca. Mis manos se aferran a su espalda con desesperación.

Él deja de besarme y oculta su rostro en mi cuello. Por sus besos, por sus lentas embestidas suelto gemidos. Muerdo mi labio para evitarlos, sin embargo, algunos son imposibles.

Deslizo mi mano por su espalda, sin querer, encajando mis uñas. Sin evitar, jadeo su nombre. Comienza a aumentar un poco el ritmo, cierro un instante mis ojos, los vuelvo a abrir y me obligo a no decir esa palabra en su presencia.

—Darren... —suelto un gemido más fuerte— maldición... —muerdo mi labio inferior con fuerza.

—¿Dónde quedó mi inocente Ayline? —murmura en mi oído.

—Callate... Y sigue...

Jadeo al sentir una leve mordida en mi cuello. En cada embestida, lo tengo más cerca de mí. Por un momento, veo con detenimiento su cuello. Me siento extraña, confundida al querer morderlo.

Gimo y entierro mi rostro en su cuello. Solamente dejo un casto beso. Darren detiene las embestidas y se mantiene inmóvil. Se aleja de mi cuello y puedo apreciar su rostro. Sus colmillos empiezan a sobresalir de su boca.

—No hagas eso. —me dice con seriedad y vuelve a besarme. Continúa con las embestidas, está vez a un ritmo más rápido.  Entra y sale de mi en repetidas ocasiones, a estas alturas sin evitar los altos gemidos que escapan de mi boca.

—Da... Darren.

Llevo mis manos a su cabello. Introduzco mis dedos en el y en cada embestida, lo beso de forma torpe.

Estoy apunto de llegar al orgasmo.

Darren mantiene un ritmo rápido que disfruto. Sus manos las apoya en la cabecera de la cama.

Entre abro mis labios al verlo muy cerca de mi rostro. Sonríe dejando sus colmillos expuestos.

—¿No me dirás que me odias?

Musito al escuchar hablar.

—Yo... yo no te odio —gimo más fuerte— Darren, sabés que no lo hago... yo... —dejo de hablar. Sin soportar más, llego al clímax. Él se detiene, cierro los ojos un momento, trato de regular mis respiración descontrolada. Abro los ojos segundos después y lo veo fijamente— yo te amo... Darren.

Esa sonrisa se a esfumado de su rostro. Esa expresión indescifrable vuelve a hacerse presente.

—Yo odio lo que me haces sentir.

Dicho esto y sale de mi con lentitud. Termina por acostarse del otro extremo de la cama.

Lamo mis labios, jalo la sábana y me cubro con ella. Mantengo mi vista fija al frente mientras me recupero. Analizo lo que acaba de pasar. Mi respiración empieza a regresar a su normalidad, subo mi mano a mi frente, siento un capa de sudor hacerse presente en ella. Bajo mi mano y giro la cabeza.

Observo a Darren de perfil. Es injusto que él no se encuentre nada afectado.

—No deberías sentir eso por un vampiro. —lo oigo decir. En ningún momento, voltea a verme.

—Ya es demasiado tarde, Darren. No voy alejarme de ti. —me acerco un poco a él. Incluso, coloco mi mano en su hombro sin embargo, él evita verme al girar la cabeza del lado contrario— Darren.

—No insistas Ayline. —lo escucho gruñir— necesito sangre, pero tampoco quiero dejarte.

Confundida lo observo. Me obligo a incorporarme un poco y me acerco más a él.

—Darren, mírame. —lo sostengo de la barbilla y lo obligo a girar la cabeza. Sus colmillos sobresalen de su boca y sus ojos están completamente rojos.— no tienes que huir de mi. No después de esto. No vas a irte como siempre que pasa esto entre nosotros.

—No lo entiendes Aylin. —su mano la coloca en mi hombro descubierto, puedo sentir sus largas uñas al estás haber crecido— quiero tu sangre, me enloquece. Está maldita sed incrementa si estoy cerca de ti— lo veo sonreír con malicia— quiero morderte y me cuesta no hacerlo. —aleja su mano— no voy a lastimarte, no beberé una gota...

—Darren. —me inclino hasta quedar una nula distancia de su rostro— hazlo, muerdeme, no me importa que lo hagas.

Él niega y se empieza a levantar.

Me aparto enseguida, sostengo la sábana que me cubre y lo observo con detenimiento.

Él se mantiene sentado sin verme.

—Darren, sé lo que eres y lo acepto. —paso saliva— quiero darte mi sangre.

Obtengo su atención. Se acerca a mi, coloca su mano en mi cintura y sin darme una respuesta, me obliga a volver acostarme. Enseguida, se sube arriba de mi. Desesperado, me hace ladear un poco la cabeza y entierra su rostro en mi cuello.

Me mantengo quieta, suelto una leve exhalación.

Sus colmillos rozan mi cuello y sin preámbulos, los encaja en mi piel. Sostengo la sábana con fuerza, hago una mueca al escucharlo beber con descontrol. Incluso, lo escucho soltar un gruñido. Estoy loca por parecerme un sonido lo demasiado excitante.

—Darren. —jadeo de dolor— tienes que controlarte. —empiezo a sentirme un poco débil. —Darren...

Deja de beber y se aleja de mi. Logro ver su rostro, sus ojos son de un rojo oscuro, sus colmillos están manchados por mí sangre al igual que sus labios. Incluso, un hilo de sangre baja por su barbilla.

Gruñe y se acerca a mi cuello, está vez del lado contrario y sin darme tiempo de reaccionar, siento sus colmillos volver a morderme.

Hago una mueca de dolor. Mis ojos empiezo a sentirlos pesados. Los cierro por un instante.

Trás unos segundos, él se aleja.

Abro los ojos con lentitud. Mi cuerpo lo siento débil. Paso saliva, mi garganta la siento un poco reseca.

Ladeo la cabeza. Sin embargo, Darren se oculta su rostro en mi cuello.

—Darren...

—No tenía que hacerlo. —se aleja. Lo veo, en sus ojos se esfuma ese tono carmesí sin embargo, sus colmillos siguen siendo expuestos.

—Estoy bien.

Curva una media sonrisa. Rápido limpia con su mano sus labios y barbilla. Se acerca a mi boca y sella nuestros labios esta vez en un tierno y delicado beso. Sus colmillos rozan y logran causarme un pequeño mordisco.

Lo escucho gruñir, se aleja y maldice.

—Lo siento. —lo escucho decir— aveces mis mis colmillos son una verdadera... molestia.

Asiento y sin darle importancia, lo vuelvo a besar ignorando sus colmillos.

—Te amo, Darren. —emito al aléjarme— y sé que debo aceptar al vampiro que eres.

Él medio sonríe y enseguida borra su sonrisa.

Me dedico a verlo. Ninguno menciona nada. El silencio reina la habitación sin embargo es un silencio nada incómodo.

—¿Piensas regresas a esa maldita reunión? —me pregunta después de un rato de silencio.

—Prefiero quedarme contigo. —inquiero divertida.

—En ese caso. —él lame sus labios. Sus colmillos se ocultan dentro de su boca— necesito que te recuperes para seguir. —su fría mano la coloca en mi mejilla— te espere tantos años y no voy a desperdiciar el maldito tiempo ahora que estás aquí.

Le sonrío.

Sin darle una respuesta, lo beso. Me apoyo con los codos para incorporarme en la cama. Dejo de besarlo y lo empujo un poco. Rápido me subo arriba de él. Jalo la sábana, esta nos cubre a ambos y vuelvo a besarlo. Siento sus manos deslizarse por mí espalda y entre besos, caricias, leves mordidas y gemidos incontrolables, soy de nuevo suya.

+++

Me recupero después de lo ocurrido. No tengo idea del tiempo transcurrido sin embargo no quiero alejarme de ese vampiro. No después de lo que acaba de pasar.

Ambos siendo consumidos por esa loca pasión que existe entre ambos.

En este momento, me encuentro sobre él acostada boca abajo. Recargada en su pecho sin moverme, sin dejar de verlo. Con tan solo la sábana cubriendonos a ambos. Puedo tener una mejor visión del vampiro que tengo conmigo.

Darren desliza sus manos por mí espalda descubierta. Al principio, sentía solo sus fríos dedos subir y bajar y a estas altura, siento sus largas uñas que causan un escalofrío en mi. Por eso, me mantengo quieta, sin dejar de verlo.

—Admite que fue tú mejor cumpleaños. —hablo de pronto acabando con el silencio.

Curva una maliciosa sonrisa y se encoge de hombros.

Cada vez el vino en mi sistema empieza a esfumarse, regreso a ser la misma Aylin de siempre y Darren, el mismo vampiro inentendible de siempre.

—¿Me temes?

—No lo hago. —digo sin dudar— ya no le temo al vampiro que eres.

Lo escucho gruñir.

Aleja sus manos de mi espalda. Esta vez sola las deja en mi cintura.

—En algo estoy de acuerdo con el maldito de Esteban.

Enarco una ceja al escucharlo.

—¿Qué tiene que ver él en esta conversación?

Darren hace una corta pausa.

—Ayline. —pronuncia mi nombre en un tono extraño— nunca, le digas a un vampiro que no le temes. Es completamente molesto dejar de causar eso en una simple humana como tú. Él siempre repite eso y cualquier vampiro estaría de acuerdo. De cierta forma, nos gusta causar miedo a seres inferiores que nosotros, a simples humanos como tú.

Sonrío burlona.

—Lo siento Darren, ya no causas eso en mi.

Me mira de forma seria.

Lo veo con atención.

Sus ojos empiezan a teñirse de carmesí. Sus colmillos sobresalen de su boca y siguen creciendo. Ante su excesiva palidez, sus venas resaltan por todo su cuerpo. Brazos, pecho, en su cuello y rostro.

No aparto la vista. Me muevo un poco, logro levantar mis manos y toco su rostro. Él me lo permite. Con atención lo observo, unas pequeñas venas resaltan en su rostro y se extienden al llegar a sus ojos. El tono de sus ojos cada vez se oscurece más. Bajo mis manos y me detengo en su boca. Con una, me encargo de rozar con mis dedos sus labios, seguir y rozar sus colmillos. Seguir bajando y sentir lo filosos que son.

No obstante, Darren gruñe y gira la cabeza. Rapido bajo mis manos y las dejo en su pecho. Una de sus manos las apoya en mi brazo, empieza a delizarla en un intento de caricia sin embargo sus largas uñas solo causan un leve rasguño en mi piel y no sé si él se de cuenta de eso.

—Darren...

Paso saliva y poso la vista en él.

—No lo entiendes. —me interrumpe bruscamente— para todos los humanos, somos considerados monstruos. Solamente, les robamos su sangre y su miserable vida. —gira a verme sin desaparecer su transformación de vampiro— contigo es diferente.

Lo escucho gruñir y desvía la vista.

Sin mencionar palabra. Recargo mi cabeza en su pecho y observo la puerta cerrada.

—Si fueras como yo, no lo aceptarías. —lo oigo decir— no lo soportarías. No quieres aceptar mi mundo Ayline. Tú eres demasiado distinta a mi, no hay maldad en ti.

—¿Por qué me dices eso? —me alejo un poco y alzo la vista. La fijo en él— ya lo hablamos Darren, te pedí tiempo para darte mi respuesta.

—La respuesta seguirá siendo la misma.

Bufo.

—No lo sabes. No decides por mí. Tal vez sí quiero quedarme. Estar cerca de Ana Liz, de todos, de ti. Tal vez sí quiero pertenecer a tú mundo. Tal vez sí quiero verme como tú. Tal vez sí quiero que me conviertas. —hago una corta pausa— sería la única manera de estar juntos. Estar cerca. —me empiezo a acercar a él, me detengo al quedar a una nula distancia de su rostro. —cuando lo decida y quiera, te pediré eso. Dejaré que me conviertas pero no ahora porque no estoy segura de eso —le sonrío— ¿De acuerdo? —Darren asiente— ahora, ¿me puedes besar? —amplio mi sonrisa.

—Voy a hacer algo mejor que eso. —oculta su rostro en mi cuello, siento sus colmillos rozar mis piel y deja cortos besos— me perteneces Ayline— murmura en mi oído. Sus manos se aferran en mi cintura— te necesito cerca.

Estoy por hablar cuando ese dolor se apodera de mi al sentir sus colmillos clavarse en mi cuello. Sin embargo, esta vez el dolor es más intenso, un dolor recorre dicha zona causando un jadeo de dolor y una mueca.

—Darren...

Recargo mi barbilla en su hombro. El dolor aumenta y mis ojos están por cerrarse.

Lo más extraño, es que esta vez no lo escucho beber ni una sola gota de mi sangre.

Cierro los ojos un momento. A lo lejano  escucho un ruido. Abro los ojos enseguida y el ruido aumenta. Logro reconocer un golpe provenir de la puerta.

—Maldita sea Darren, hay un problema, tienes que salir.

Creo reconocer la voz de Owen.

Darren aleja sus colmillos de mi y lo escucho gruñir.

—Darren, el maldito humano de tú humana, está aquí. Apareció solo, fuera del Castillo. Sal y encargate de eso.

Enseguida poso la vista en Darren.

—Se refiere a Carlos. —emito en tono bajo.

—Yo me encargo, quédate aquí.

Rápido me alejo de él y permanezco sentada en la cama, la sábana cubriéndo mi cuerpo.

—Darren, debo ir con Carlos.

—No saldrás. —me da la espalda. Lo escucho gruñir. Su mano la hace puño y toca la cama.—dije que yo me encargo.

Resoplo y desvío la vista en la puerta.

Aún me siento débil. Todo mi cuerpo lo siento cansado. Mis ojos me pesan. Su marca aún me sigue doliendo apesar de ya no sentir sus colmillos. Incluso, un leve dolor de cabeza me invade.

—Los mataré a ambos.

Regreso la vista en él al escucharlo decir eso.

Darren se encuentra completamente cambiado, de pie. Termina de abrochar su camisa y intenta peinar un poco su cabello. Sin mencionar nada, desaparece de mi vista con velocidad.

Logro escuchar la puerta ser cerrada por él.

Sin hacerle el mínimo caso, empiezo a bajar de la cama. Ignoro esa sensación extraña que siento y mis pies tocan el suelo. Busco mi ropa, enseguida me empiezo a cambiarme mientras los intento escuchar.

—¿Crees que yo quería venir? Ash me mandó. Eres el maldito rey, encargate.

No logro escuchar la respuesta de Darren.

Rápido sujeto el vestido y lo reviso. Hago una mueca de horror al verlo roto de la parte delantera.

»Vamos Aylin, no puedes salir solo en ropa interior«

»Maldita seas Darren«

Bufo y empiezo a colocarmelo. Termino por subir el cierre, sin darle importancia a mi aspecto, descalza me dirijo a la puerta y la abro viendo a Darren sujetando del cuello a Owen, él sin defenderse.

—Pueden resolverlo ustedes.

—Tú tienes la última palabra. —le responde Owen. Veo sus uñas comenzar a crecer.

—Darren, sueltalo. —avanzo unos pasos e intervengo.

Por suerte, me hace caso y suelta a Owen. Toda su molestia recae en mi.

—Regresa adentro.

—No lo haré. —espeto— Es Carlos, me importa y quiero verlo, saber como está. —me dirijo a Owen— ¿Dónde está? ¿En qué estado llegó?

Él posa la vista en mi.

—Esta en una de las habitaciones con Ash y Mía. Tiene marcas de tortura, está débil y tiene marcas de colmillos. En mi opinión, poco va a sobrevivir.

Un horrible nudo en mi garganta me invade al escucharlo decir eso.

—Llevame con él Owen, por favor. —le pido en un hilo de voz.

Él gira a ver a Darren.

—Owen, hazlo. —le exijo.

Lo escucho gruñir y se da la vuelta.

—Sigueme.

Lo oigo decir y comienza a alejarse. Enseguida empiezo a seguirlo. Sin embargo, apenas di dos pasos y soy detenida. Giro a ver al responsable.

—Darren, sueltame. —le exijo viendo su fría mano alrededor de mi brazo— iré a verlo.

—Tienes que entrar y esperar. Maldita sea Aylin, regresa a la habitación.

—Darren ¡basta! No empieces por favor —siento las lágrimas acumularse en mis ojos— Carlos me necesita.

Él me observa fijamente. Mis palabras causan que Darren me suelte lentamente.

Sin esperar más, me doy la vuelta. Apresuro mis pasos en un intento de alcanzar a Owen. Al avanzar cierta cantidad, me detengo y medio giro aún viendo a Darren cerca de la habitación. Se mantiene aún de pie, con las manos hechas puños y su transformación de vampiro ser evidente. Recibo toda su molestia.

Verlo así me afecta, sin embargo, también quiero estar con Carlos. Saber su estado. Lograr que se salve. Sin embargo, sé que Darren poco lo entenderá. Está molesto y se nota.

Y a estas alturas, le tengo miedo. Temo por lo que ese vampiro pueda hacer. Que Carlos este aquí, lo complicará todo.

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