Capítulo 50 ✗ Bienvenidas al Castillo
🖤 A Y L I N 🖤
Con pesadez empiezo abrir mis ojos poco a poco, percibo la claridad y cada vez me acostumbro a ella. Estoy desorientada, me siento débil y todo mi cuerpo lo siento adolorido.
Fijo la vista al frente, siento que me muevo sin embargo yo no hago el mínimo movimiento.
—Al fin despiertas.
»Esa voz«
Giro la cabeza y en mi campo de visión logro ver a ese vampiro. Alzo un poco la cabeza y medio sonrío.
—Darren. —pronuncio en voz baja.
Sin evitar, coloco mi mano en su hombro y recargo mi cabeza en su pecho.
»Estoy feliz de verlo«
Pienso a mis adentros. Agradezco que no pueda leer mis pensamientos.
No obstante, reacciono. Me alejo de él y me veo a mi misma. Me doy cuenta que estoy entre sus brazos, me lleva cargada.
—¿Me llevás al refugio?
—Ya estuviste ahí.
Confundida lo observo. Él mantiene la vista al frente.
—¿Entonces? —lamo mis labios— ¿A dónde me llevas? —desvio la vista. Puedo ver un bosque a nuestro alrededor. Mi vista se detiene en una dirección fija y niego varias veces al ver lo que se encuentra a una poca distancia.
»Es una alucinación Aylin«
—Te llevaré al Castillo.
—No, no iré ahí.
Confundida observo ese Castillo. La fachada sigue igual como hace años. Tan antiguo, grande. Sinestro. La última torre se alcanza a ver.
—Quiero ir con mi hija —giro la cabeza y lo observo molesta— Bajame Darren, debo ir al refugio por Ana Liz.
Él niega y sigue avanzando conmigo.
—¡Darren, bajame! —golpeo su pecho con mi puño. Enseguida me detengo al tener pocas fuerzas— Mi hija...
La angustia me invade.
De pronto él se detiene y posa la vista en mi.
—Ella viene con nosotros.
Lo miro con el ceño fruncido.
—Mamá. —su voz me hace desviar la vista y buscarla. Ana Liz aparece frente a mi y me sonríe. Lleva a ese cuervo entre sus manos— mamá, ya despertaste.
En mis ojos se acumulan las lágrimas.
—Bajame. —digo en un hilo de voz.
Lo escucho gruñir y accede a bajarme. Mis pies tocan el suelo, doy un paso cuando me detengo y me apoyo de Darren.
Enseguida soy recibida por un abrazo de Ana Liz. La abrazo con todas las pocas fuerzas que me quedan. Es difícil hacerlo al ese cuervo intervenir entre ambas. Siento una lágrima bajar por mi mejilla.
—Mi niña...
—Estoy bien mamá. —me obliga a soltarla— estamos a salvo.
Rápido la reviso. La veo sin algún rasguño, nada lastimada. La preocupación disminuye al verla bien.
—¿Te atacaron? Dime que no, por favor. —coloco mi mano en su hombro.
—Ya habrá tiempo para hablar mamá.
Me sonríe.
—Hola Aylin. —Ashley aparece detrás de Ana Liz— me alegra que hayas despertado.
Asiento.
Aún estoy confundida.
Quiero recordar lo que pasó sin embargo un fuerte dolor de cabeza me invade.
—Sigamos.
La voz de Darren me hace girar a verlo.
—No iré al Castillo, no llevaré allá a mi hija.
—Ya está decidido Ayline.
—Mamá, es el único lugar donde estaremos seguras.
—¡No! —giro a verla a ella— de ninguna manera. Allá hay muchos vampiros. —me dirijo a Darren— esa Corte real, sabrán de ella.
—Sabía que esto pasaría. —oigo decir a Ashley.
—Por las buenas o por las malas, vas a entrar al Castillo Ayline.
Lo miro molesta.
—Mamá, mamá mírame. —Ana Liz me obliga a verla. La molestia se esfuma poco a poco— debemos ir allá— niego— estar aquí ya no es seguro.
—Aunque no parezca, el Castillo es lo más seguro, Victoria no entrará o mandará a sus creaciones cuando están en desventaja. Allá hay muchos de nosotros que sin dudar, pelearán. —me dice Ashley— creí que era mala idea pero pensándolo bien, es la única alternativa que tenemos para protegerlas.
—Pero, somos humanas. Ustedes nos ven como...
Guardo silencio al sentir la fría mano de Darren rodear mi brazo.
—No me obligues a cargarte y llevarte a mi manera. —se acerca a mi rostro— estás acabando con mi poca paciencia.
Paso saliva.
—Hazlo por mi mamá.
Él me suelta.
Regreso la vista en mi hija y dudo en dar mi respuesta. Desvío mi vista y observo el Castillo, estamos a una poca distancia.
—Siempre a estado ahí. —murmuro confundida— no entiendo, aquí había algo que no me permitía verlo, pasar a ese lado. Aquí había más bosque. —señalo al frente. Bajo mi brazo y niego.
—Existia una barrera, fue destruida hace poco. —dirijo mi vista en Ashley al escucharla— Darren la mandó construir cuando nos fuimos. Debía evitar que tú volvieras y entraras. Solo era una barrera de protección, para ti misma Aylin.
Niego varias veces.
Los recuerdos del pasado me invaden.
Limpio las lágrimas que se deslizaron por mis mejillas. Sorbo mi nariz.
—Yo... yo no podía entrar. —tomo una profunda respiración y observo el Castillo— algo me lo impedia. Hace 17 años, yo estuve aquí... cuando se fueron. No había nada. Creí que me había vuelto loca. —me dirijo a Ashley— creí que había imaginado estar en un Castillo, que era una alucinación. Pensé que todo lo que pasó no fue real.
—Aylin, lo entendemos.
—¡No, Ashley! —exclamo alterada y hago una corta pausa— no lo entienden —murmuro— Todo el daño... que me causaron. —bajo la vista.
—Tranquila mamá. —siento la mano de mi hija colocarse en mi hombro.
—Aylin, sé que no es fácil estar aquí pero es urgente que entremos. Entiendo que no quieras estar aquí, revivir lo que pasó, pero deben estar a salvo. —me dice Ashley—Créeme que Darren sabe lo que pasaste. No debiste venir aquí ese día.
Enarco una ceja confundida. Alzo la vista.
—¡¿Cómo?! —giro a verlo— ¿Tú... tú estabas presente? —no recibo su respuesta— Darren —hago mis manos puños— me viste y no hiciste nada. No te atreviste a dar la cara...
—Que lo hubiera hecho no hubiese cambiado mi descision. —emite con total seriedad— tenía que dejarte Ayline.
La ira me invade al escucharlo.
—No debí abrir mi boca. —Ashley intervine entre ambos, no me permite verlo.
—Ya es suficiente. —masculla él— Esto no hará que cambie el pasado. Ya pasó y punto.
Darren esquiva a Ashley y se acerca a mi.
Rápido reacciono y retrocedo. Pierdo un poco el equilibrio.
—¡No te me acerques! ¡Aléjate!
Esa vampiresa de nuevo intervine y se coloca entre los dos.
—Apartate Ashley, por las malas la haré entrar.
—Darren, basta. Está alterada, esa no es la forma.
Lo escucho maldecir, lo veo darse la vuelta y alejarse.
—Tenia que despertar en este momento.
Lo observo con molestia al lograr escucharlo.
Ashley se da la vuelta, oculta sus colmillos y en sus ojos desaparece ese tono rojizo.
—Entraremos cuando te decidas.
Me sonríe.
Bajo la vista y lo pienso unos segundos, me obligo a no recodar lo que pasó aunque sigo estando molesta por lo que descubrí.
Todos estos años, creí que Darren no me había visto.
Tomo una profunda respiración, alzo la vista y me dirijo a mi hija.
—¿Estás... tú estás de acuerdo?
—Si mamá. Es un lugar que quiero conocer.
Ana Liz desvía la vista en el Castillo.
Abro mis ojos sorprendida.
—¡¿Ella, puede...?!
—Lo ve. —termina Ashley por mí.
Giro a ver a esa vampiresa.
—Es sorprendente pero de cierta forma es por ser tú hija, el vínculo con nosotros y ser hija de Darren.
Giro a verlo.
Él se mantiene cruzado de brazos con el semblante serio. Sin dejar de verme.
—Bien, iremos ahí. —hago una corta pausa— pero quiero la seguridad de mi hija, que nadie le haga nada. No sé como pero vas a controlar a cada vampiro que esté allá.
—Darren se encargará de eso Aylin. —Ashley capta mi atención al escucharla— que sea Rey nos será de ayuda. Todos lo respetan y obedeceran sus órdenes.
—Pero aún así habrá problemas al estar aquí ¿verdad? —emite mi hija.
—Si eso implica a la Corte.
Ashley hace una mueca.
—Estamos perdiendo el tiempo, tenemos que entrar, de resolver todo eso me encargaré yo. —tan pronto él aparece cerca de mi— estarán seguras, me encargaré que nadie les causé daño.
Dejo de verlo y tomo una profunda respiración.
—De acuerdo, entremos. —me dirijo a Ashley. Ella sonríe ampliamente siendo visibles sus colmillos.
—Ya era hora. —escucho decir a Darren. Está apunto de tocar mi brazo cuando se lo impido. —ni siquiera puedes caminar sola, deja tu terquedad Ayline y deja que te ayude.
—No quiero que me cargues. Lo último que quiero es que tu reino vea entrar a su Rey con una humana en brazos. Puedo sola.
Dicho esto y me doy la vuelta.
Hago una mueca al avanzar. Ignoro el cansancio y el dolor de mi cuerpo cada vez que doy un paso.
—Apoyate en mi mamá.
Ana Liz llega a mi lado y me sonríe. Sin rechistar, coloco mi mano en su hombro.
—Le ayudaré, ya se le pasará la molestia.
—Siempre me complica todo.
Niego al escucharlos.
De pronto, Darren aparece frente a nosotras y sigue avanzo yendo al frente. Ashley aparece a mi lado y sin decir nada, me ayuda.
...
—Es increíble—Ana Liz recita cada palabra en pausas al estar frente al Castillo. Ambas alzamos la vista, es demasiado alto, muy poco podemos notar el final donde termina la torre más alta—¡Woo!
Bajo la vista lentamente y paso saliva.
Ashley aparece frente a nosotras y coloca su mano en su cintura. Nos sonríe ampliamente.
—Bienvenidas al Castillo, a nuestro verdadero hogar. Muchos dicen, donde pertenece cada vampiro existente.
Se aparta y nos hace una señal de seguir avanzando.
—Ashley, guarda silencio. Ya entremos de una maldita vez. —emite Darren desde esa enorme puerta. La abre y espera sin dejar de vernos.
Ana Liz es la primera en dar un paso. Rápido la detengo, entrelazo mi mano con la suya y ambas avanzamos al mismo tiempo hasta la entrada. Pasamos cerca de Darren, unos pasos más y nos detenemos.
—¿Creen que ya se dieron cuenta? —les pregunta Ana Liz.
Ambos aparecen frente a nosotras.
—A estás alturas, ya saben que están aquí. —le responde Ashley— sigamos.
Tomo una profunda respiración y sigo avanzando junto a mi hija. Los seguimos. Ashley se mantiene atrás de nosotras mientras seguimos a Darren.
Entre más avanzamos, más nos adentramos a ese Castillo, se puede sentir la baja temperatura. Seguimos por ese extenso pasillo, llamamos mucho la atención. Evito ver alrededor, enfoco la vista al frente sin embargo me siento vigilada. Muy nerviosa.
Puedo sentir los mismos nervios en mi hija al sentir que aprieta mi mano, se acerca más a mi y observa alrededor.
De pronto, Darren se detiene a mitad del pasillo. Nos detenemos y veo alrededor. Ya varios vampiros rodean el pasillo sin dejar de vernos.
—¿Dónde se quedarán?
Ashley aparece frente a nosotras.
Darren se da la vuelta y la observa.
—Llevalas a mi habitación, es la asignada para ellas.
—¿Queda lejos? —les pregunta Ana Liz.
Ashley gira a vernos.
—Un poco, seguimos por el pasillo, llegamos a unas escaleras y...
—¿Dices que debemos pasar por todo esa bola de vampiros que nos observan?
—¿Miedo? —escucho a Darren hablar.
Ana Liz niega enseguida.
—Se tendrán que acostumbrar mientras estén aquí.
Nos observa a cada una.
Paso saliva.
—¡Ana!
De pronto, escucho un grito, doy un pequeño brinco al ver a una vampiresa frente a mi.
—¡Te he extrañado!
Confundida la observo hasta que poco a poco la reconozco.
—¡¿Mía?!
Ella asiente.
Su transformación de vampiresa es evidente, la veo más palida. Luce un hermoso vestido largo, color negro que se le ciñe a su cuerpo y su cabello sigue siendo del mismo tono de color que cuando la conocí, sin embargo, más corto.
—¡Que alegría me da al verte de nuevo!
Me quejo al sentir sus brazos rodearme.
—Mía, está lástimada. —oigo que Ashley le dice logrando que ella me suelte.
—Lo siento Ana, me emocioné mucho. Ya Darren nos contó rápido lo que pasó antes de irse. —retrocede un paso— no le creí cuando dijo que las traería.
Ella ensancha su sonrisa y desvía la vista en mi hija.
—¿Ella? ¿Es ella? ¡Tú hija! —asiento— ¡Ya quería conocerte! —con velocidad llega frente a Ana Liz. Ella la observa con confusión. —¡Soy Mía, muy amiga de tú madre!
—Okey. —ella gira a verme— así que mi madre tiene amigas vampiresas.
—Conoci a Mía en el refugio.
—¡Y desde entonces nos volvimos amigas!
Mía está más emocionada que nosotras.
—Veras que Mía no a cambiado. —me dice Ashley— la verdad, las dos te extrañamos mucho Aylin y ahora ambas son recibidas aquí.
—¡Por supuesto que sí! —ella gira a ver a mi hija— Tu nombre, creo recordarlo...
—Ana Lizbeth.
—¡Otra Ana! —exclama Mía— tengo que decirte —hace una mueca y la señala con su larga uña— ¡Liz!
Ana Liz le sonríe incomoda.
Ashley carraspea y aleja a Mía un poco de nosotras.
—Ana Liz, como ya sabés, ella es Mía, la hermana de Esteban, la madre de Dean.
Mi hija asiente.
—Hablando de él. —Mía se medio gira— ¡Dean ven aca!
Dejo de prestarle atención al ver a Darren aparecer cerca de nosotras.
—Sera mejor que se vayan a la habitación.
—Darren, hay muchos que quieren verla.
—No están aquí para recibir atención, Ashley. Por su seguridad, estarán mejor en la habitación.
Ambos discuten.
Darren cada vez se molesta.
Mía los esquiva y se acerca a nosotras.
—Miren, él es Dean, mi hijo. —junto a ella aparece un vampiro demasiado joven y conocido.
—Madre, ya las conocía. No olvido cuando fuí al mundo mortal.
—Yo te recuerdo, querías atacarnos.
Ana Liz avanza y da un paso hasta él. Enseguida Dean retrocede.
—Yo lo siento por eso, Dean aún está controlandose.
—Regresare con mi padre. —inquiere él y nos observa a cada una— bienvenidas.
Rápido desaparece de nuestra vista.
Mía nos sonríe.
Finjo una sonrisa y desvío la vista. A una cierta distancia, logro verlo, acompaño de Drake, que nos observa con molestia.
—Tendre que soportarlas hasta aquí.
Regreso la vista al frente al escuchar la voz de Owen y lo veo frente a nosotras. Giro a ver a mi hija, rápido ella le sonríe.
—Espero que ya tengas todo resuelto Darren. —desvia la vista en él— es decir, mi rey.
Darren lo observa con molestia.
—Callate Owen.
Él niega.
—Bueno, será mejor que si las llevemos a la habitación. —habla Ashley captando mi atención— no creo que muchos quieran saludarlas.
—Dudo que Williams, si está muy molesto al ver a su hijo encerrado en los calabozos. —escucho decir a Owen— ya nos encargamos de él. Esteban ya reaccionó y desde entonces no a mencionado una sola palabra. Será mejor que te encargues de eso Darren, Williams le urge hablar contigo.
Desvío la vista en él.
Vagos recuerdos me invaden.
—Ay no, creo ya viene. —emite Mía en voz alta. Eso causa la molestia en Ashley y rapido coloca sus manos en su cintura.
—¡Regresas y con dos humanas!
Desconozco esa voz.
Ellas rápido bloquean mi campo de visión.
—¡No las quiero aquí, que se larguen!
—¿Quién es? —les pregunta Ana Liz. Ella intenta ver como yo, sin embargo, no logra ver nada.
—Nuestra reina. —masculla Ashley entre dientes.
—No le cayó bien la noticia. —nos dice Mía.
—Vamos Mía, no quiero soportarla. Acompáñame a llevarlas a su habitación.
Ella asiente.
Observo a Ana Liz y asiento.
Ambas empezamos a avanzar y las seguimos. Logro ver a una vampiresa cerca de Darren, sin poder distinguirla al estar ella de espaldas.
—¡No las quiero aquí!
—No tienes la última palabra.
—¡Soy tú reina!
De pronto, me detengo al ver una vampiresa bloquear mi camino. Con intenciones de atacarme.
—¡Ya es suficiente!
Darren la aparta de mi con brusquedad. La sujeta del brazo sin dejarla escapar.
Hago memoria, la observo con atención. Varios flascback me invaden.
Abro los ojos sorprendida.
»Es Blareli«
—Sueltame. —se queja.
—Ellas se quedan, estés o no de acuerdo. —le dice Darren.
Sus colmillos empiezan a crecer más. Noto sus ojos teñirse de negro completamente. Pestañea y la empuja lejos de nosotras.
—Ashley, ya llevatelas.
Gira a vernos.
Ese mismo tono rojizo en sus ojos a regresado.
—Sigamos Aylin.
Soy jalada por Ashley.
Paso cerca de él, recibo una mirada fulminante de su reina. Sin dejar de verlos me dejo guiar, avanzo una cierta distancia y antes de subir esas escaleras, les doy una última mirada. No logro escucharlos pero creo que discuten y sea lo que ella le este diciendo, causa la molestia de Darren en su mirada.
Me empieza a molestar verlos juntos.
Me obligo a dejar de verlos y me dejo llevar por ambas vampiresas junto a mi hija.
...
—¿Qué les parece?
—No veo nada, está muy oscura.
Sostengo con fuerza la mano de Ana Liz. Doy un susto al escuchar la puerta ser cerrada.
—Mía, encargate. —escucho la voz de Ashley sin embargo no logro verla. —lo siento, todas las habitaciones son oscuras, no es problema para nosotros y Darren no creo que le moleste.
De pronto, la habitación logra iluminarse poco a poco. La claridad entra un poco al Mía abrir una puerta.
—La habitación de nuestro Rey es la única que tiene balcón.
—¡Genial! —exclama Ana Liz, me suelta y avanza.
Observo alrededor. Me abrazo a mi misma. Es una habitación muy grande. Solo hay una cama amplia. Me sorprende al ver sábanas blancas perfectamente acomodada sobre ella. Las paredes son grises. Sin decoración. Sin más muebles, solo una cama en el centro de toda la habitación.
—Aqui hace mucho frío. —espeto y empiezo a titubear.
—Eso es cierto. —Ana Liz se da la vuelta y suelta a su cuervo. Darki aterriza en la cama— si tengo frío. —se abraza a si misma.
—Todas las habitaciones tienen la misma temperatura. Tendrán que batallar con eso. —nos dice Mía.
—La verdad el Castillo es muy friolento desde siempre y no a sido problema para nosotros. —emite Ashley— pero ahora que tendremos a dos humanas de invitadas, debemos considerar si es bueno que estén aquí.
—Les traere muchas sábanas. Yo me encargaré de atenderlas y cualquier cosa, pueden decirme.
—Gracias Mía.
Ella me sonríe y con velocidad desaparece de la habitación.
—Descansa Aylin, lo necesitas.
—Dudo que pueda Ashley.
Me dirijo a la cama.
Termino por tomar asiento. Froto mis brazos para darme calor.
—¿Recuerdas lo que pasó?
Giro a verla.
—Un poco, aún estoy confundida.
—¿Cómo te sientes?
—Muy cansada, débil y todo mi cuerpo me duele.
Ashley avanza varios pasos.
—Darren te encontró muy mal mamá. Me asusté mucho cuando él llegó contigo al refugio, te curó pero no despertabas. —desvio la vista en mi hija. Ella se acerca y se sube a la cama— ahora sé lo que sientes tú, sentí la misma preocupación de perderte mamá. Lo siento, no debiste arriesgarte así por mi culpa.
—No lo es. —coloco mi mano sobre la suya. Ambas estamos frías— lo haría una y otra vez. Siempre voy a arriesgar mi vida por ti hija.
Ella me sonríe.
Alejo mi mano al escuchar la puerta ser abierta. Desvío la vista y veo a Darren adentrarse. Enseguida llega a un lado de Ashley y observa a cada una. Oculta su transformación de vampiro.
—¿Todo bien con tu reina?
—Ahorrate tus comentarios Ashley.
Veo a Ashley sonreír con malicia y nos observa.
—Nadie la quiere, más somos obligados a respetarla.
—Porque mejor no te vas y reúnes a todos a una reunión. —Darren gira a verla— es urgente hablar con todos.
Ashley gruñe y asiente.
—Yo me encargo. —gira a verlo— como también deberías considerar en dejar a tus humanas cómodas. Hay que conseguir todo lo necesario.
—Encargate.
La veo asentir y tan rápido desaparece de mi vista.
Darren regresa la vista en nosotras.
—Ya deben saber las advertencias. No saldrán de aquí, vamos a vigilar la habitación. Hablaré con todos, les prohibire que se les acerquen.
Ambas asentimos.
—Oye Darren, ¿no te molestan las bajas temperaturas?
Él fija la vista en Ana Liz y niega.
—¿Es seguro que nos quedemos?
—No hay opción Ayline. —dirige la vista en mi. Con velocidad aparece cerca de mi. —aun debes recuperarte y aquí lo harás. Cure todas tus heridas, borré las marcas. —lo escucho gruñir. Darren se inclina un poco. Siento sus fríos dedos rozar mi mejilla, agradezco que sus largas uñas estén ocultas— me encargaré de vigilarte personalmente, ya no confío en ninguno de ellos.
Lo observo a los ojos.
Ana Liz carraspea.
Darren enseguida aleja su mano.
—Yo, iré al balcón. —la oigo decir.
Desvío la vista y la veo correr en dicha dirección.
—Debes descansar.
Regreso la vista en Darren al escucharlo. Asiento, subo mis pies y me acomodo en la cama. Recargo mi espalda en la cabecera.
—Aun estoy confundida por lo que pasó. —digo sin verlo— ya no sé lo que fue real o no. Creo que tal vez fue una alucinación. Creo recordar lo que pasó con Esteban, le creí. No pensé que me hiciera todo eso. Solo quería hablar con él —fijo la vista en Darren— ¿Qué pasará con Esteban? Escuché lo que te dijo Owen.
—Sera mejor que se despida de su eternidad. —Darren toma asiento en la orilla de la cama, muy cerca de mi— es un problema que debo resolver. Iré más tarde a los calabozos, está en una celda, encadenado, no volverá acercarse a ninguna de las dos.
—No creo que él haya querido...
—No lo defiendas Ayline. —me interrumpe— te llevó con él, te mordió y por su maldita culpa, no llegué a tiempo. Esos malditos convertidos te atraparon.
—Solo fue uno de ellos.
—Aun así lo buscaré para matarlo.
—Ya no es necesario Darren. —me inclino un poco— él perdió la cabeza o eso creo, aun estoy confundida. Iba a atacarme y de pronto, alguien lo mató.
Él me observa con atención.
—Es urgente que descanses. Sería fácil borrar tu memoria pero sabés que soy egoísta para hacerlo. —lo veo acercarse— simplemente, no pienses en lo que pasó.
—Lo veo difícil.
Agacho la vista.
Escucho el cuervo de Ana Liz graznar.
Me hace girar la cabeza y verlo con detenimiento.
—Ayline. —Darren me obliga a verlo. Aleja su mano de mi barbilla y corta la distancia— no debí dejarte sola. —se acerca a mi rostro, se detiene siendo unos pocos centímetros de distancia— no debí irme.
Rápido se aleja.
—Hiciste lo que podías aunque tardarse mucho. —rio sin ánimos. Darren me observa serio. —no sé si deba agradecerte.
—Por traerte aquí.
—Sabes que no estoy de acuerdo.
—No es la primera vez que estás aquí Ayline.
—Lo sé y siempre es durante una guerra. Rodeada de muchos vampiros. —suspiro— la diferencia es que ahora entre decentemente por una puerta y no por unos calabozos. Este lugar es muy amplio.
—Y aburrido. —Darren ladea la cabeza— una prisión de monstruos.
No sé que responder a eso.
De pronto, nos invade el silencio.
—Tu Castillo. —rompo el silencio.
—No lo es, en todo caso le pertenecen a los que lo crearon. Los primeros Valentains —me observa fijamente— sigo siendo un Collins, Ayline.
Paso saliva al ver que se acerca más.
—Pero ahora eres su rey.
Él curva una leve sonrisa.
Pienso que va a morderme cuando se acerca demasiado a mi cuello.
—En ese caso, bienvenida a mi reino. —me murmura en mi oído.
Controlo los latidos desenfrenados de mi corazón.
Darren se aleja, lo observo de reojo.
Por un momento pienso que va a besarme al ver que se acerca, sin embargo solo siento sus labios cerca de la comisura de mi boca.
—Sigues siendo humana y lo he comprobado. —lo escucho decir y se aleja.
Rápido él se pone de pie.
Enarco una ceja.
—Ya regresé. —dejo de verlo y veo a Mía regresar a la habitación. Rápido llega hasta la cama y deja un puño de sábanas perfectamente dobladas. — son las únicas que encontré.
Dirijo mi vista en Darren.
—Lizbeth, aléjate del balcón.
Dejo de verlo al él desaparecer con esa velocidad inhumana.
—Sueltame. Solo quería ver. —veo a mi hija quejarse. Darren la suelta. Ana Liz se cruza de brazos molesta.
—Las dos no tienen permitido asomarse, es un peligro que las vean.
—Ya nos vieron.
—Es mi última palabra. —le responde Darren con molestia— no las quiero ver cerca del balcón. Hasta entonces, la puerta se quedará cerrada.
De pronto, la oscuridad se apodera de la habitación al Darren cerrar la puerta.
—Darren, digo mi Rey, ellas necesitan la poca luz que entra. Son humanas. —escucho decir a Mía.
La habitación de nuevo es iluminada muy poco.
Logro ver a Darren cerca de las puertas abiertas.
—Conseguiré velas o alguna lámpara que pueda servirles. —agrega Mía y rápido abandona la habitación.
Ana Liz regresa conmigo hasta la cama.
—No las quiero ver cerca del balcón. —nos dice Darren y rápido llega cerca de la puerta.
Enseguida, esta es semi abierta por Ashley.
—Ya todos están reunidos en la sala Darren. —inquiere ella sin dejar de verlo— tienes que ir a controlar a todos. Blareli está convenciendo a todos de sacarlas de aquí.
—Tengo la última palabra Ashley y todos van a aceptarlas.
Darren rápido llega hasta la puerta, le da indicaciones a Ashley que no logro escuchar y pasa por su lado. Lo pierdo de vista enseguida.
—Lo solucionará. —ella se adentra un poco— descansen, vigilare la puerta. —nos sonríe y retrocede hasta cerrar la puerta de golpe.
Suelto un suspiro y desvío la vista en mi hija.
—Ven aquí. —le digo.
Antes, ella toma varías sábanas, las extiende en la cama y se envuelve con una. Se sube a la cama y se posiciona a mi lado. Me encargo de abrazarla mientras me cubro con las otras sábanas.
—Sabes, me cayó bien esa vampiresa. La tal Mía. —la oigo decir— la otra no, su reina es detestable.
Me limito a guardar silencio.
—¿La conoces mamá?
Suspiro.
—La conocí en el refugio.
—Pues se nota que te odia y no le cayó bien la noticia de vernos aquí. —Ana Liz suspira— al menos ellos y Darren están de nuestro lado.
Nos invade el silencio al nadie mencionar nada.
Los recuerdos me atormentan y el más reciente, ver a Blareli cerca de Darren.
—Pensé lo peor mamá. No debiste confiar tanto en ese rubio.
—No debemos confiar en ellos. —le respondo al escucharla.
Ana Liz se recarga en mi hombro.
—Me preocupe mucho cuando no volvías, luego esos vampiros entraron y nos atacaron. —hace una corta pausa— ellos me protegieron muy bien, mataron a todos. —Ana Liz se aleja un poco— yo también los ayude, mejore mi puntería con el arco.
Le medio sonrío.
Escucho a su cuervo graznar y subirse arriba de mis pies. Se acerca.
—¿Saliste del refugio? —le pregunto.
—No mamá, no me lo permitieron.
Observo al cuervo con detenimiento.
—Darki, ¿estuvo contigo?
—Él también ayudó en la pelea. —Ana Liz ríe— fue distracción al volar sobre esos vampiros. Ellos fácil los eliminaron. Hicimos un buen equipo. —mi hija se descubre un poco y acaricia su lomo— Siempre estuvo conmigo, yo no creo que me haga daño cuando es lo contrario.
Enarco una ceja confundida.
Con lentitud, saco una mano de la sábana y mi mano toca al cuervo. Sonrío.
—Es raro que lo toques, le temes.
Rápido alejo mi mano.
—No sé que me pasa. —digo confundida.
Vuelvo a cubrirme y abrazo más a Ana Liz.
—¿Quieres contarme lo que pasó? Con ese rubio vampiro, con todos ellos ¿cómo te salvó Darren?
—Recuerdo todo pero lo último... —recuerdo esa voz, sus palabras, esa sombra, siento un dolor en mi cuello al recodar su mordida. Un fuerte dolor de cabeza me invade— no quiero...
—Tranquila mamá, no te esfuerces. Puedo esperar, mejor hay que descansar.
Asiento.
Sin embargo, ese recuerdo se repite en mi cabeza una y otra vez. Dudo en contarles cuando no estoy muy segura.
Me siento muy extraña.
Observo la habitación.
El silencio nos invade, la temperatura baja.
Fijo la vista en Darki.
»Algo me dice que lo que ví, fue real. Eso sucedió. Él estuvo cerca de mi. Ese vampiro me marcó. Fue real«
Nota de autora:
Me emociona llegar a esta parte de la historia 🤧. Estén preparadas, tantas cosas sucederán en el Castillo. Gracias por el apoyo. Nos vemos en los próximos capítulos. Cada vez se acerca el final 🖤🦇
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