Capítulo 44 ✗ Hechizado
ANA LIZBETH
Intento controlar las náuseas y un mareo que me provocó venir con ese vampiro a esa velocidad inhumana. Acepté irme con él siendo el único que podía aléjarme de esa casa. Sorpresa mía al Owen haber aceptado.
Sin embargo, los resultados me hacen arrepentirme.
Me enderezco y tomo una profunda respiración.
—Te lo advertí. —escucho su voz y sus pasos al acercarse.
—Estoy bien, solo dame unos minutos.—cierro los ojos un momento y los vuelvo a abrir. Tampoco puedo quejarme, tuve la oportunidad de abrazarlo hasta llegar aquí.
—Es aquí.
Observo la casa donde nos encontramos. Con la poca iluminación de la luna logro distinguir la fachada, una casa demasiado pequeña, puedo jurar ver una ventana rota.
—¿Aquí? —hago una mueca y giro a verlo— Creí que me esconderias en otro lugar.
—¿Qué esperabas? ¿Una mansión?
Mete sus manos en sus bolsillos.
Bufo y regreso la vista al frente.
—Tal vez un Castillo. —murmuro.
—Ahi date por muerta. —enseguida lo veo avanzar a la entrada de la casa— no te obligare a quedarte, vaga sola en la oscuridad.
Lo pierdo de vista al verlo entrar a la casa. Tomo una respiración profunda y empiezo a seguirlo.
—Prefiero quedarme, sinceramente no sé a donde ir o donde esconderme. —digo al entrar y cerrar la puerta.
—Van a encontrarte, no puedes enconderte fácilmente.
—Lo haré si me ayudas. —avanzo varios pasos.
—Ni siquiera debí hacerlo. —lo escucho murmurar y se detiene frente a un sillón de tono café.
Me detengo, dejo de verlo y visualizo la casa.
—¿Estás seguro que aquí me puedo quedar? ¿No hay nadie?
—Mate a los tres inquilinos.
Giro a verlo.
—¿Y te adueñaste de ella?
Se encoge de hombros.
—Casi no vengo mucho, no necesito estas cosas, pero al menos aquí no tengo que soportar humanas.
—Tu escondite. —medio sonrío sin ánimos—crei que todo esté tiempo que no te miraba, estabas en ese Castillo.
—Solo ciertas veces.
—Vaya, siempre has estado aquí. —me quito la mochila y la coloco en la esquina de un sillón malgastado— no voy a quejarme. —me abrazo a mi misma y agacho la vista— será provicional mientras pienso a donde ir.
—¿Qué te hizo actuar así? Alejarte de ese estorbo y ese maldito animal.
—Creeme que ya los extraño. No debí irme de esa forma, dejar a mi madre pero ni ella, ni Darki están bien conmigo. —le respondo sin verlo— debo estar sola.
Escucho sus pasos al acercarse sin embargo, él mantiene distancia.
—¿Crees que Darren lo va permitir? Cuando regrese del Castillo vendrá a buscarte, el resto lo hará. Una humana como tú no puede sobrevivir sola y más cuando muchos vampiros la están cazando.
Alzo la vista.
—Estoy contigo, diré que me has secuestrado.
Gruñe.
—No debí traerte, no eres mi problema.
Niego y desvio la vista.
—Descuida Owen, no voy a involucrarte. Yo te lo pedí. —muerdo mi labio inferior— además, dudo que me busquen si no les importo. Ni siquiera a Darren. —giro a verlo y sorbo mi nariz— los escuché hablar, ya sé lo que harán conmigo.
Avanzo y me dejo caer al sillón. Coloco mis manos en mi regazo y agacho la vista.
—Por eso hui. —guardo silencio al sentir el nudo en mi garganta.—no dejaré que me entreguen a la Corte, no van a matarme. —rapido limpio una lágrima rebelde que bajó de mi mejilla. Enseguida, más empiezan a bajar, agacho la vista y las limpio con brusquedad fallando en el intento. No me gusta que me vean llorar. Me hace ser débil y verme vulnerable. Es vergonzoso al ese vampiro verme.
—Por eso estás así. —escucho su voz— no entiendo porque tanto te afecta, si ya sabes que hay muchos vampiros que quieren matarte.
—Ya lo sé, pero existe una diferencia entre saber que esos vampiros desconocidos quieren matarme al saber y descubrir que tu propio creador quiere hacerlo.
Maldigo mentalmente al escuchar mi propia voz débil, rota.
—Tenias que ser humana. Tu problema son esos sentimientos.
Limpio mis mejillas y giro a ver a Owen. Se mantiene cruzado de brazos.
—Pues prefiero serlo a ser como ustedes. No entienden, no les importa nada. Si lo que dicen y hacen les afectan a alguien más.
Lo veo sonreír con burla siendo obvios sus colmillos.
Molesta dejo de verlo y regreso la vista al frente. Me obligo a no llorar más sin embargo ese dolor no desaparece en mi pecho.
De pronto, nos invade el silencio.
Apesar de no verlo, sé que él se mantiene cerca.
—No debería decirte esto. —de pronto lo oigo decir— pero escuchaste y entendiste mal.
—Aja, sé lo que escuché Owen. —giro a verlo fulminante mientras limpio mis mejillas— no trates de engañarme o justificar a Darren.
—No pienso hacerlo pero debes saber que ya sabíamos que nos estabas espiando. Somos vampiros, no lo olvides. Sentimos tu presencia, tu olor te delata. Darren ya sabía que estabas cerca escuchando una conversación que no te incumbe.
—Lo hace cuando hablan de mi. —farfullo.
Owen gruñe.
—Deberias entenderlo antes de hacerte tus propias ideas. —hace una corta pausa y prosigue ante mi silencio— es cierto que Darren quiere que la Corte conozca tu existencia apesar de los riesgos pero tiene otros planes. Créemos que la Corte esta involucrada con ese vampiro que te controla, es algo que no pienso explicarte. —Owen avanza dos pasos— Si Darren dijo todo eso es porque estabas ahí. A ese imbécil le sigues importando.
—No te creo. Él solo quiere salvar a mi madre, lo único que le importa. Lo dijo.
—Sabe que si la Corte sabe de ti, también querrán matarla a ella. Él solo busca una solución a esto. —niego— cuando te fuiste, hablé con él, tampoco entendí porque lo dijo. Él solo quiere que te alejes, quiere tu rechazo, tu odio. No me preguntes que quiere lograr con eso. Tampoco lo sé. —con velocidad lo tengo cerca de mi. Sentado en el sillón a mi lado dejando una cierta distancia —piensa niña, si no le importaras, Darren no estaría aquí, en un mundo que no pertenece. Las prefiere que a su propia especie, es capaz de revelarse contra nuestros líderes por unas simples humanas. —me observa con desagrado— La Corte le dio un ultimátum, solo lo dejo venir por poco tiempo aquí gracias al trato que tiene con ellos. Antes debe cumplir, tener descendencia con la reina. Aunque él no querrá hacerlo, ya es suficiente con la creación que creo.
Owen desvía la vista al frente.
Analizo sus palabras. Enarco una ceja y me dedico a verlo.
—Pero piensa decirle a la Corte sobre mí.
—Aun no lo a hecho, solo tiene ese pensamiento y en eso no estoy de acuerdo. Sería complicar todo. —gira a verme— de cualquier forma, te va a proteger. Les eres importante.
—Eso te incluye. —digo burlona.
—Yo te desprecio, considerarme en la lista de esos vampiros que quieren matarte. —emite y se pone de pie. —de hecho puedo hacerlo ahora mismo.
—Me has ayudado.
—No te confundas. —avanza unos pasos y se voltea— solo aproveché la oportunidad. —sonrie con malicia— estás frente a un vampiro, hace mucho que quiero probar tu sangre, matarte. Y ahora no hay nadie que me lo impida, tengo la oportunidad. Nadie vendrá por ti, Darren está en el Castillo, a Esteban le tomará tiempo darse cuenta de su ausencia si está con ese otro vampiro. Estorbo no puede hacer nada. —ensacha su sonrisa— puedo matarte con facilidad.
Lo observo fijamente.
Sorbo mi nariz.
—Hazlo, no importa. —me encojo de hombros logrando que borre su sonrisa— tú lo has dicho, no eres el único vampiro que quiere matarme, si me quedo aquí sola, alguien más lo hará. Si lo hacés, terminarás con el problema, conmigo. —me recargo en el sillón. —pero piensa Owen, si lo haces, no sabrán de ese vampiro quién me controla. —me cruzo de brazos— sabés, si supiera su identidad, no les diría quien es, me encantaría ver que los atacará. Aquí les soy importante a todos.
—Solo eres una simple humana.
—Una simple humana que es importante para cada vampiro. Para bien o para mal, me necesitan Owen. —sonrio— somos más importante los humanos para ustedes de lo que creen.
—Nos sirven como nuestro alimento.
—Considera que somos importantes. Sin nosotros, ustedes no existirian. Si eliminaran a cada humano, ustedes no tendrían una eternidad ¿Quién es más fuerte Owen? ¿Quiénes nos necesitan? Nosotros, tenemos el control de cada vampiro.
Noto sus ojos teñirse rojo por completo y sus colmillos sobresalen de su boca.
—Si debería tenerte miedo. Tal vez debería huir de ti pero sabés Owen, no voy a hacerlo. Ya estoy harta. Si quieres matarme, hazlo, si quieres irte, adelante. Déjame sola aquí que de este lugar, no pienso moverme.
Él se mantiene en silencio sin ocultar su transformación.
Dejo de verlo regresando la vista al frente.
Escucho que afuera empieza a llover, las gotas impactan contra el techo.
—Quisiera enfrentar a cada vampiro. —rompo el silencio— solo por ser humana me consideran débil o más bien aunque sea humana ya me tienen miedo. Sería bueno ser como tú. —giro a verlo— sería lo suficiente fuerte.
—Serias un grave problema. —rapido lo tengo cerca de mi— en estas circunstancias, no puedes serlo.
Bufo y me encojo de hombros. Sin querer seguir con lo mismo, cambio de tema.
—No estás obligado a quedarte, me cuidare sola. —desvio la vista.
—Una humana no puede cuidarse sola. Me quedaré, no dejaré que otro vampiro venga y te quiera matar cuando puedo hacerlo yo mismo.
Resoplo, me inclino y apoyo mi mano en mi barbilla.
—Mi vida era diferente antes de que supiera su existencia. Sabés Owen, al principio deseé tanto descubrir a mi padre, conocerlo y ahora me estoy arrepentiendo. Prefiero las mentiras de mi madre.
Guardo silencio.
—Eres más fuerte de lo que crees, valiente eres una humana que tu existencia puedo llegar a tolerar.
Giro a verlo con una sonrisa al escucharlo.
—¿Estás diciendo que te importo?
—Solo estoy diciendo que eres mejor que otra humana que haya conocido.
Owen aparta la vista enseguida.
—Ya.
Lo observo y suspiro.
—Intentare creerte. —capto su atención— ahora no sé que voy a hacer, si regresar con mi madre o enfrentar a Darren de una vez por todas. —me encojo de hombros— por ahora quiero pasar la noche aquí. —me recargo en el sillón —¿Te quedarás?
—No van a encontrarte. —lo oigo decir y desvía la vista al frente— te lo aseguro.
Asiento.
Nos invade un silencio incomodo de nuevo. Sin dudar, saco cualquier tema.
—Oye, escuché que hablaban algo de ese rubio y de Alejandro.
—No estés de curiosa.
Me enderezco.
—Dime, vamos Owen.
—Si estarás aquí, guardarás silencio. No me hagas querer matarte ahora. —paso saliva y asiento—. No te incumbe, simplemente no confiamos en él.
Sonrío al escuchar su respuesta.
—A mi me cae bien ese vampiro.
—No deberías confiar tanto. Eres una débil humana que no percibe la maldad. Sus verdades intenciones. Somos vampiros, cualquiera es un peligro para cualquier mortal.
—Contigo me siento segura. Con confianza. —me recorro un poco en el sillón— dices odiarme, que quieres matarme pero no te atreves a hacerlo. Quieres darme miedo cuando no lo logras Owen. A diferencia de Darren que verlo molesto o transformado si me da miedo pero contigo es diferente. —me detengo a una cierta distancia de él— ¿Por qué me ayudaste a huir? No te quejaste.
Él gira a verme.
—No durarias ni un minuto por tu cuenta. Además es de noche, una humana no soporta estar en la oscuridad.
—¿Y no crees que el peligro es más aquí contigo? Repites que me quieres matar.
—No lo haré. —masculla y aparta la vista— si tanto te molesta, largate. Así no tendré que batallar contigo.
Suspiro y me pongo de pie.
—No tengo a donde ir. La lluvia no cesa. Tendrás que soportarme —digo y avanzo varios pasos. —para mi no hay problema compartir este lugar contigo.
—No te hagas ilusiones, en cuanto amanezca me iré. Después de eso, te cuidas por ti sola. Si es que logras sobrevivir.
Me doy la vuelta y le doy una mala mirada.
—Si algo me pasara, me estrañarias.
—Existen muchas humana en este mundo. —lo veo recargarse en el sillón.—serias más del montón. Te estás confundiendo de vampiro, no soy Darren, ni el maldito de Esteban. Si quisiera, te mataría hasta robar cada gota de tu sangre o simplemente, te entregaría a Victoria. Sin embargo tengo mis propios planes, contigo.
Me cruzo de brazos mientras lo observo.
—¿Te has involucrado con una humana?
—He matado a muchas.
—No me refiero a eso. —obtengo su silencio. —juzgas tanto a Darren cuando cualquier vampiro es débil con una humana. Ya hablamos sobre quién es más importante y fuerte.
—Nada de lo que digas me hará cambiar mi forma de pensar. El mismo odio a los humanos, sigue.
—Tu eras humano.
—Fue hace siglos, esto es lo que soy.
Sonrío divertida, dudo o no es actuar. Existe la posibilidad que lo provoque, se moleste y de verdad quiera matarme. Sin embargo voy a correr el riesgo.
Me armo de valor y bajo mis brazos. Me deshago de mis botines y bajo su atenta mirada empiezo a quitarme el suéter.
—Me pondré cómoda. —espeto— me dormiré en ese sillón y espero que un vampiro no quiera beber mi sangre.
Recibo su silencio.
Avanzo descalza, llego al sillón y bajo la mochila al suelo. Tomo asiento en el sillón y giro a verlo sonriéndole.
—¿No se supone que estabas mal? ¿Dónde quedó esa niña débil?
—Ya aprendí que no debo temerles, más bien enfrentarlos.
—Huiste —me recuerda logrando mi molestia. Deja de verme— trata de descansar.
Owen se levanta, rápido reacciono y logro sujetarlo del brazo.
—Espera, dijiste que no te irías.
—Vigilare desde afuera.
—Alla está lloviendo.
Gruñe y se safa de mi agarre.
—No pienso soportar un segundo mas contigo. Una cosa es que me vaya a quedar otra muy diferente cerca de ti.
—No debería molestarte por mí presencia. Creí que podíamos dormir aquí en el sillón.
—Yo no duermo. —masculla entre dientes.
—Solo acompañame.
Lo veo dudar y finalmente toma asiento. Dejando una distancia conmigo.
—Hay una habitación, allá estarás mejor. —lo oigo decir. —estaras más cómoda.
—Prefiero quedarme aquí. —avanzo cortando la distancia que nos separa.
—Entonces guardarás silencio y marcaras distancia conmigo.
Soy detenida por él de los hombros. Gruñe y me suelta.
—¿Tanto te afecta mi cercanía Owen?
—No responderé eso.
Sonrío divertida.
Él regresa la vista al frente y me dedico solo a verlo. Con disimulo me voy acercando. Con un rápido movimiento logro robarle un corto beso en los labios.
—Vuelve a intentarlo y voy a matarte. —gira a verme con molestia. Me encojo de hombros.
—Que valga la pena.
De nuevo me acerco y sin él alejarme, logro besarlo. Sentir sus fríos labios sobre los míos.
No obstante, un empujón me aparta.
—¡Maldita sea niña! ¡aléjate!
Sonrio divertida y me pongo de pie.
—Quiero comprobar algo. —digo mientras empiezo a quitarme mi blusa.
—¿Qué crees que hacés? Vístete.
Niego y lanzo la blusa al suelo. Me quedo con el sujetador negro a la vista. Enseguida Owen aparta la vista, veo hacer sus manos puños. La molestia reflejada en su mirada. Aprovecho la oportunidad y me acerco de nuevo a él y está vez intento subirme a horcajadas sobre él sin embargo un agarre en mi muñeca me impide seguir.
—Ni se te ocurra. No lo entiendes niña. No soporto tu cercanía. —su agarre en su mano disminuye. Sin embargo su lado vampiro no desaparece.
—Ya lo entendí, sueltame y me alejare. De hecho iré a la habitación que dices...
No me deja terminar cuando soy jalada con brusquedad y caigo sobre él. Ataca mi boca con desesperación. Abro los ojos sorprendida al sentir sus labios sobre los míos y con esfuerzo intento seguirle el beso. Ignoro sus colmillos, esas leves mordidas que va dejando en mis labios. Me acomodo sobre él y cierro los ojos disfrutando su beso.
Hasta que deja de besarme y me aleja.
—Bajate.
Frunzo el ceño.
—Tu me jalaste.
Lo escucho gruñir.
—No te soporto.—siento su mano en mi nuca y me atrae hasta él. Sellando sus labios con los míos. Suelto un quejido al sentir que me muerde con fuerza mi labio inferior y se aleja. —maldita seas, tenías que existir.
Lamo mis labios, me vuelve acercar sin embargo solo junta mi frente a la suya. Cierra sus ojos.
—No te entiendo ¿quieres o no?
—Callate. —bufo al escuchar su respuesta— déjame pensar. —Owen abre sus ojos estos completamente rojos —esto no es fácil.
—Solo tienes que besarme.
Apoyo mis manos en sus hombros.
Él me suelta sin embargo esta vez no me aleja.
—No lo entiendes. Deseo probar tú sangre.
—Entonces hazlo. —me acerco más a él— puedes morderme o incluso convertirme. —nuestros rostro quedan a una nula distancia. Le doy un corto beso en la comisura de su boca. Puedo ver sus colmillos crecer cada vez más.
—No voy a convertirte.
Enseguida siento su mano en mi nuca y me acerca a él. Gruñe al rodear su otra mano en mi cuello sin embargo la aparta enseguida al tocar mi collar.
Sonrío divertida, yo misma me lo quito y lo lanzo detrás de mí.
Vuelve a acercarse y está vez sin problemas entierra su rostro en mi cuello. Mi corazón se acelera al sentir sus colmillos rozar mi cuello. Sin rodeos, siento sus colmillos clavarse en mi cuello, un fuerte dolor me invade desde dicha área. Lo escucho beber con desesperación, su mano la coloca en mi espalda sin permitirme moverme o escapar. Entreabro mis labios, hago una mueca de dolor y cada vez me siento débil. Deslizo mi mano por su pecho, aprovecho la oportunidad y empiezo a desabrochar cada botón de su camisa, hasta terminar con el último botón. Continuo con el botón de su pantalón. No obstante me detengo al Owen alejarme de él.
Pestañeo varias veces al verlo. Sus colmillos teñidos por mí sangre, de su barbilla bajan dos hilos de sangre y está cada vez mas pálido.
—Tu sangre es tan deliciosa.
Pienso que volverá a morderme al ocultar su rostro en el otro lado de mí cuello. Sin embargo mantiene distancia. Se aleja permitiendo verlo. Soy la primera en actuar y lo beso sin importar el sabor de mi propia sangre contra sus labios. Siento sus manos delizarse por mí espalda, un escalofrío se apodera de mi.
—Estas debil. —me quejo al dejar de besarme.
—Un poco. —respondo con la respiración acelerada.
—Esto no lo recordarás, me encargaré de eso.
Owen vuelve a besarme, está vez con desesperación y sin darme cuenta. Me encuentro acostada en el sillón al empujarme con esa increíble velocidad. Owen entre mis piernas, deja de besarme y logro verlo.
—Piensas borrar mi memoria. —inquiero burlona. Observo fijamente sus ojos rojos.
—Pienso matarte. —ensancha su sonrisa. Debería causarme miedo al verlo convertido, esa maldad que transmite sin embargo me gusta. Admiro a este vampiro que tengo frente a mi.
—De acuerdo. —tomo una profunda respiración— supongo que será la primera para ambos.
Mis palabras lo hacen alejarse. Cierro mis piernas y me incorporo un poco en el sillón confundida al verlo de pie.
—Solo quiero volver a beber tú sangre.
—Bajo una condición.
—No me involucrare contigo.
—¿Por qué no? Yo estoy dispuesta. —me pongo de pie y bajo su atenta mirada me empiezo a quitar la falda que en este momento, me estorba. Me enderezco y quedo en ropa interior frente a él. Me gusta lo que le provoco.
Owen desvía la vista, lo duda incluso veo que mueve sus labios sin lograr escucharlo.
—Me tienes miedo, temes comprobar que está humana si te afecta. —sonrio ampliamente— te debilita.
Me siento en el sillón.
De pronto me arrepiento de haberme quitado la ropa al sentir frío.
—Escucha niña, de esto nadie se enterará. —enseguida lo tengo frente a mí y me sostiene de las mejillas— en toda la eternidad que llevo, una simple humana no había causado esto en mi. —me suelta y vuelve a besarme ansioso.
Empiezo a acostarme sin dejar de besarlo. Un escalofrío me invade al sentir sus frías manos recorrer mis piernas, sentir un leve rasguño por sus uñas. Detenerse en mis rodillas y abrir mis piernas hasta colocarse entre ellas. Estás las flexiono, las enrredo en sus caderas y termino acostada por completo en el sillón. Sin evitar, gimo contra su boca, mis manos las llevo a su espalda, debajo de su camisa y deslizo mi mano por ella.
Rechisto al dejar de besarme. Mi respiración es un desastre, siento mis mejillas rojas por culpa de ese maldito vampiro.
—¿Quién es el débil ahora? Mirá en que posición has terminado. —finjo molestia ante sus palabras. Owen recarga una de sus manos en el antebrazo del sillón y la otra la guía a mi espalda, me arqueo un poco dándole más facilidad— tan vulnerable, puedo hacer lo que quiera contigo. —gruñe y mueve sus caderas causando un gemido de mi parte. Entierra su rostro en mi cuello y deja cortos besos y mordidas. Muerdo mi labio inferior. —Seras la primera humana que hará que rompa la regla más importante: No involucrarse con una de tú especie. —lo escucho murmurar en mi oído.
—Valdra la pena. —hago una mueca al sentir que me muerde— después de mi no querrás estás con alguna otra vampiresa.
Dura poco tiempo bebiendo mi sangre y se aleja.
—Sin duda tienes razón. —lo veo lamer sus labios —pienso aprovecharme de esta ingenua humana.
Cierro los ojos al sentir sus labios sobre los míos. Gimo contra su boca y me dejo llevar por el deseo de estar con ese vampiro.
+++
—Ey, despierta. Maldita niña despierta. Liz.
Abro mis ojos poco a poco al sentir que me mueven. Percibo la claridad y la iluminación me hace ver a Owen sin camisa, solo con sus pantalones de mezclilla puestos, cerca de mi rostro. Esta vez su transformación a desparecido.
—Levantate y vístete. Nos vamos.
Dicho esto y se aleja.
Confundida me observo a mi misma, me veo con solo mi ropa interior puesta y su camisa sobre mi mal puesta que no logra cubrirme nada. Empiezo a moverme sin embargo dejo de hacerlo al sentir un dolor en mi vientre. Me recuesto de nuevo y observo el techo.
—¿No me escuchaste? Nos vamos.
—No iré a ninguna parte. —digo mientras los recuerdos de anoche me invaden. Me ruborizo enseguida. —contigo, no ahora. —giro la cabeza— quiero descansar.
—No me voy a arriesgar en dejarte aquí. Te dejé dormir un rato, ya amaneció es hora de que regreses.
—No voy a regresar.
Con dificultad me incorporo en el sillón y me cubro bien con su camisa.
—Lo harás, te llevaré de regreso. Es lo mejor para ti, no sabés cuidarte sola. A estas alturas te deben estar buscando. Yo mismo te llevaré o de lo contrario, les diré donde estás.
Lo veo molesta.
—Asi me pagas después de todo lo que pasó entre nosotros. De darte mi sangre y el mejor placer de tú eternidad.
—Tampoco fue para tanto.
—¿No? Auch. —bajo los pies y lo observo— yo recuerdo todo y lo disfrutaste tanto como yo. Recuerdo que me decías que me deseabas, recuerdo por primera vez escuchar mi nombre viniendo de ti...
—¡Basta! —me interrumpe— eso jamás pasó, no me hagas borrar tu memoria. Sí fui débil contigo, no me arrepiento pero es todo. No te equivoques. —lo veo caminar y se agacha hasta tomar mi ropa. Con velocidad lo tengo frente a mi— cambiate.
Tomo mi ropa con brusquedad y le lanzo su camisa de mala forma. Owen gruñe, se aleja unos pasos y se la empieza a poner. Me da la espalda al abrocharla.
Molesta empiezo a cambiarme. Con esfuerzo me levanto y me coloco la falda. Descalza avanzo hasta mis botines. Maldigo al agacharme y los levanto del suelo. Regreso al sillón, me siento y empiezo a ponermelos.
—Si regresaré es por mí madre, no la dejaré a solas con todos ellos. Regreso por Darki.
Silencio.
Bufo y continuo hasta terminar.
—De ésto nadie se enterará. No le contarás nada a ese estorbo ni mucho menos a Darren.
—¿Qué si lo hago?
Con velocidad llega hasta mi y me sujeta el cuello sin ejercer fuerza.
—No dudaré en matarte. —me suelta lentamente— borré tus marcas, jamás esto pasó. —me roba un casto beso y se aleja.
Entre confundida y molesta me pongo de pie. Owen me entrega mi mochila, la tomo con brusquedad y me la acomodo en mis hombros.
—Poco me duró la libertad.
—Deja de quejarte. —Owen me entrega mi collar. Observo su palma extendida en mi dirección. Tomo mi collar notando una marca roja en su mano. —gracias— mascullo entre dientes y enseguida me lo coloco.
—Vamos
Avanza y pasa por mi lado.
—No quiero caminar. —me quejo y me doy la vuelta.
—Humana tenías que ser.
Owen avanza a pasos rápidos hasta mí y con facilidad me carga sobre sus hombros.
—¡Owen! ¡No, bajame!
—Disfruta el viaje.
—¡Agh, eres un maldito vampiro!
Puedo sentir mi sangre subir a mi cabeza. Con una velocidad inhumana me lleva con él, en contra de mi voluntad.
+++
A Y L I N
—¡Se fue Esteban! ¡Tienes que ir por ella!
Camino de un lado a otro por la sala mientras ese rubio vampiro me observa.
Apenas me dí cuenta de que mi hija no estaba, bajé corriendo a buscarlo. Desperté, no la vi dormida a mi lado. Revise sus cosas y algunas no estan.
—No entiendo porque criatura se iría.
Me detengo y giro a verlo.
—En vez de preguntar, deberías salir a buscarla.
—Lo pienso hacer pequeña pero no pienso dejarte sola aquí, alterada.
—Me calmare hasta que Ana Liz este aquí conmigo.
—¿Por qué se fue? ¿Discutieron?
Niego y suspiro.
Por un momento dudo en contarle, sin embargo al final lo hago.
—Ya teníamos pensado irnos, hoy a primera hora, las dos. No así. No quería que ella se fuera antes, sola...
Coloco mis manos en mi cintura.
—Ana Liz escuchó a Darren decir que la entregaría a la Corte, que les dirá sobre ella. —agrego.
—Ese maldito no lo hará.
—Pues como sea, eso hizo que Ana Liz quisiera irse y yo la apoye.
—Cuando entenderán que su bienestar es con nosotros. Corren más riesgo solas.
Lo observo fijamente.
—Solo ve por ella.
—Iras conmigo, entenderas que después de esto no pienso dejarte sola. Ya una humana se me escapó, no dejaré que tú lo hagas. —con velocidad tengo a Esteban cerca de mi— será un divertido viaje pequeña.
Está por sujetar mi brazo cuando escucho un ruido en la puerta. Desvío la vista y sonrío al verla entrar.
—¡Ana Liz! —angustiada corro hasta ella— ¡Hija, regresaste! —la abrazo al llegar junto a ella.
—No iba a hacerlo mamá.
Rápido me alejo y la analizo.
Sin embargo, capta más mí atención al ver a Owen llegar junto a ella.
—¿Acaso una humana se les escapó? —emite viendo a Esteban.
—¿Qué hacías tú con ella? Si te la llevaste convertido te juro que te arrancaré ahora mismo la cabeza.
—Yo se lo pedí. —habla Ana Liz— ayer me lo encontré afuera y le pedí que me llevara lejos. Nos ocultamos en una casa, pasé la noche ahí y él me convenció de regresar.
Observo fijamente a Owen. Eso me sorprende viniendo de él.
—Más bien te obligue a hacerlo. —él mira a mi hija. Ella se cruza de brazos.—dejare algo en claro, esto no cambia nada. No creas que te ayude. —me observa— a ambas las sigo despreciando.
Le da una última mirada a Ana Liz y desaparece con velocidad de mi vista.
—Yo subire a la habitación, solo quiero descansar.
Veo a Ana Liz darse la vuelta y se dirige a las escaleras.
Suspiro, al verla de vuelta la preocupación se a esfumado. No dejo de verla hasta perderla de vista. Me volteo viendo a Esteban que no deja de ver a Owen de forma fulminante, él ignorandolo.
—Estare con ella. —digo y sin esperar su respuesta, me doy la vuelta en dirección a les escaleras.
...
—Me vas a explicar, ¿Por qué te fuiste de esa forma? —digo apenas entro a la habitación y cierro la puerta— no debiste hacerlo Ana Liz, no de esa forma. Estaba muy preocupada por ti, no lo vuelvas a hacer.
Ella tiene la vista fija en la jaula.
—No pensaba volver. —dice y desvía la vista en mi— Hablé con Owen y me hizo entender, ahora estoy confundida. No sé que pensar con lo que escuché. —se encoge de hombros —no podía dejarte sola, reconozco que actúe por impulso. Lo siento mamá.
Toma asiento en la cama.
Me acerco a ella, mis pies chocan con su mochila. Me agacho y la tomo hasta dejarla en la cama.
—Pense lo peor, que no volvería a verte. —acaricio su mejilla.
—Te seguiré causando problemas. —medio sonríe— quiero quedarme mamá, quiero que ambas nos quedemos.
—Hija, los planes no tienen que cambiar...
—Quiero enfrentar a Darren. —me interrumpe— quiero escuchar la verdad de él. Que me diga que planes tiene conmigo, con nosotras. Me molesta que nos oculte cosas, será mejor que hablé o perderá a sus humanas.
—¿Estás segura?
Tomo asiento en la cama.
Ana Liz asiente.
Guardo silencio, Ana Liz toma una almohada y se la coloca en su regazo.
—Si vamos a estar juntas en esto, no quiero que existan secreto entre nosotras. —la noto nerviosa— mamá, el collar falló, no alejó a un vampiro. —observo su collar que aún sigue en su cuello— me lo quité cuando estuve con Owen.
—Hija, no debiste hacerlo. Owen es un peligro para ti.
—No lo es, están equivocados. Ese vampiro se comporta conmigo distinto. —la veo hacer una mueca— debes saber que estuve con él. —sus mejillas se ruborizan— y no me arrepiento.
—¿Qué...qué quieres decir?
Ana Liz hace una larga pausa.
—No te enojes...
—Cada vez que me dices algo así, es por algo malo. —le recuerdo logrando una sonrisa en ella.
—No es así. —evita mi mirada y junta sus manos nerviosa— antes debes saber que ya he estado con un chico, ya no soy virgen mamá.
Rápido me pongo de pie.
—Hija...
—Me entregué a Owen, de acuerdo. —dice en tono bajo— no puedes juzgarme cuando tú hiciste lo mismo, yo soy el resultado.
—Basta Ana Lizbeth. —emito molesta. Sin dejar de verla— no debiste.
Se encoge de hombros.
—Fue un impulso, él no me detuvo y sinceramente, me alegro que no lo haya hecho. —su rostro refleja una sonrisa— me gusta tanto Owen.
—¿Te das cuenta de las consecuencias? —coloco mis manos en mi cintura— no puedes repetir lo mismo que yo hice.
—No es para tanto, él me seguirá rechazando después de esto. Dudo que haiga una segunda vez.
Niego mientras veo su sonrisa burlona en su rostro.
—Tienes que entenderme mamá.
Guardo silencio.
"No soy quien para juzgar"
Suspiro y bajo mis manos. Sin decir nada me dirijo a la maleta. De esta saco un botiquín, unas pastillas y regreso con Ana Liz.
—Tomate esto.
Ella sin rechistar, la toma y sin necesidad de agua se la toma.
—Estaba por ir por agua —la observo— olvidado. —suspiro y tomo asiento en la cama quedando frente a ella— hija, no quiero que tú hagas exactamente lo que yo hice.
—Conmigo será diferente mamá.
—No olvides lo que son. —obtengo su silencio— y que se irán pronto lejos de nosotras.
Ana Liz agacha la vista.
—Lo sé.
Nos invade el silencio.
—Tengo mucho que regañarte, por ocultarme algo así y no estoy hablando de solo con Owen. —rompo el silencio.
—Sabia que te enojarias. Aquella vez fue porque estaba molesta contigo, otro impulso.
—No puedes actuar...
—Tienes que prometerme que no le dirás a nadie. —me interrumpe— ni siquiera te debí decir pero eres mi madre. No quiero que nadie más sepa esto, ni mucho menos Darren. No quiero que le haga algo a Owen, no le daré un motivo más para querer deshacerse de mi.
—No digas eso, él no lo hará. No se lo permitiré hija. —dudo sobre eso. Definitivamente tengo que hablar con Darren— y sobre eso, no le diré a nadie. Tienes mi silencio para...—me callo al escuchar la puerta ser abierta. Maldigo y desvío la vista viendo Esteban recargado en el marco de la puerta.
—Y el mío. —ensancha su sonrisa— tenía mis sospechas, pero ya las he comprobado.
—Esto es algo que no te incumbe. —le responde Ana Liz— ¿dónde quedó nuestra privacidad?
—Ustedes olvidan un importante detalle, están rodeadas de vampiros, no me culpes por tener una perfecta audición.
—Lo que te conviene, escuchas. No se te ocurra decirle a alguien más.
—Criatura, tranquilizate. —se aleja de la puerta y se acerca a nosotros— no nos conviene a ninguno que alguien más se entere y mucho menos Darren. Aquí todos somos culpables, nos matará a todos. —se detiene cerca de la cama— a mi por no cuidarlas, a criatura por irse, tu pequeña cuando se supone eres su madre quién debes vigilarla y al convertido por aprovecharse de ella.
—Él no se aprovechó...
Ana Liz guarda silencio al recibir mi mirada.
Me pongo de pie y fijo la vista en Esteban.
—No le contarás a nadie.
—Esto jamás pasó pequeña, Darren no se enterera que su hija escapó. Yo no escuché nada. —la observa a ella— hiciste una mala elección al elegir al convertido. Solo no me nieguen burlarme de él.
—No lo harás. —Ana Liz le lanza la almohada que él con esa velocidad esquiva— te lo advierto rubio, entiende nadie debe saber. Owen no tiene que saber que ustedes lo saben, mi madre por mí y tú por error.
—No es justo, ese maldito convertido a presumido tanto que nunca caerá bajo la tentación de una humana y es justamente lo que hizo.
—Esteban. —intervengo al ver la molestia de mi hija hacia él— no comentes nada sobre esto, por favor.
Él gira a verme.
—No lo haré. Ni siquiera puedo burlarme del convertido, se fue en cuanto subiste las escaleras. Evitó mi interrogatorio. —Esteban regresa la vista en ella— que te recuperes. —se dirige a ella y con velocidad lo tengo frente a mi. Me obligo a retroceder un paso atrás— aquí lo importante es sobre lo que venía a decirles. No dejaré que otra humana se me vuelva a escapar, tendré que tomar medidas drásticas. —noto sus ojos teñirse de rojos, sus colmillos sobresalen de su boca y con esa velocidad inhumana desaparece de mi campo de visión.
Lo último escucho es la puerta ser cerrada y ser colocado el seguro.
—No, no, no. —a pasos rápidos llego a la puerta e intento abrirla— ¡Esteban, abre la puerta! ¡Esteban! —golpeo la puerta con la palma de mi mano— ¡Abre! ¡No nos puedes encerrar, necesitamos bajar a comer!
—Yo mismo me encargare de eso, las atendere muy bien. —lo oigo decir del otro lado de la puerta.
Bufo molesta.
—¡Esteban, abre la puerta!
—Me estoy arrepintiendo de haber regresado —oigo decir a mi hija.
Dejo de golpear la puerta y giro a verla.
—Querias estar con tú hija, disfruta su compañía.
Dejo de ver a Ana Liz y observo la puerta al escucharlo. Tomo la perilla y intento abrirla fallando sin esta acceder.
—Eres igual a todos Esteban. —golpeo la puerta por última vez.
—Ustedes son las que han olvidado lo que somos, han olvidado las reglas, será su castigo por desobedecer. No volverán a escaparse. Creeme pequeña, lo hago por su bien.
Me alejo de la puerta y resoplo frustrada.
—Mamá, no nos conviene estar en su contra. Ya me quedo claro, que esos vampiros siempre se saldrán con la suya.
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