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Capítulo 37¹ ✗ Traidora

“La traición puede desvelar la verdadera cara de la persona que la lleva acabo”

  A Y L I N
—Hola Sara. Siento no venir a visitarte muy a menudo. Son tantos problemas que... —dejo de hablarle a la tumba de mi madre que se halla frente a mi al sentir el nudo de mi garganta presente. —lo siento, he sido una mala hija. —agacho la vista mientras siento una lágrima bajar por mi mejilla.

Estar encerrada en esa casa, con esos vampiros, más con la presencia de Darren es realmente sofocante. Necesitaba estar lejos de ellos, pensar, sentir un poco de paz y sin darme cuenta, llegué a parar al cementerio y en éste momento, me encuentro frente a la tumba de Sara. Tuve que dejar sola a Ana Liz con ellos, si fuera otra situacion, es probable que no lo permitiría. Sin embargo, esos vampiros me han demostrado que realmente nos protegen y solo en ellos puedo confiar.

Aún así, es difícil regresar a la misma confianza de antes.

Lo que hicieron por mi hija, solo demostró que realmente les importa ayudarnos. Que a Darren le importa proteger a Ana Liz. Sin embargo, todo ese derivó mi preocupación, sentirme mal conmigo misma al fallarle a mi propia hija y no cuidarla, alejarla del peligro, de cualquier vampiro que la acecha.

Tal vez hice mal en salir de la casa de esa forma, pero necesitaba hacerlo. Es probable que Darren se moleste cuando se entere. No importa. Aquí es el único lugar donde puedo mostrarme derrotada, débil, mal, no les daré la satisfacción de ellos verme tan afectada aunque aveces es difícil fingir. Además, lo último que quiero es que mi hija me vea de esta forma. Aveces pienso que Ana Liz es más valiente, más fuerte que yo.

Fijo la vista en la lápida. Releo el nombre de mi madre escrito.

—Te extraño mamá, aveces necesito tus consejos. Que me digas que estoy actuando mal, que me aconsejes para no perder a Ana Liz. —sonrio sin ánimos— sé que en el fondo la querías aunque es la hija de Darren. —me encojo de hombros— debes estar molesta mamá, de nuevo estoy rodeada de ellos.

Guardo silencio.

Oculto mis manos en mi abrigo al sentir el frío viento de esta mañana.

Dejo de ver la tumba, observo alrededor sin notar algo extraño o la presencia de alguien. Estoy sola y aún así me siento vigilada.

Regreso la vista al frente y suspiro.

—Tengo que regresar a casa. Debo estar cerca de Ana Liz. —avanzo unos pasos y saco mi mano de mi bolsillo. Mis dedos rozan la lápida y no evito hacer una mueca triste— te amo mamá.

Exhalo y bajo mi mano.

Veo segundos la tumba y me doy la vuelta. Avanzo por ese pasillo hasta detenerme frente a la tumba de Sam.

Enseguida, la culpa me invade al ver su nombre escrito. Su tumba con una cierta distancia alejada de la de mi madre. Sin evitar, siento mis ojos llenarse de lágrimas y mi labio temblar.

—Sam, no sé que decirte. —muerdo mi labio inferior— siento que soy una mala amiga. No debí permitir esto, aún no acepto que te perdí. —siento las lágrimas bajar de mis mejillas. —lo siento Sam. Aún no he encontrado al responsable de tu muerte y me siento mal al estar rodeada de esos vampiros. Se supone que los odio, se supone que ellos provocaron esto con su regreso. Que alguno de esos vampiros, al igual que ellos, te mató. —limpio mi mejilla con brusquedad— te necesito Sam. Quiero que estés aquí y me recuerdes la Aylin fuerte que soy, siempre me lo decías. —avanzo varios pasos y sin importarme, me inco hasta quedar arrodillada frente a la tumba. —recuerdas cuando decías que si esos vampiros regresaban, las dos los íbamos a derrotar— apoyo mi mano sobre la tumba— estás ganando Sam, siempre ellos se llevan la victoria.  Ya no soy fuerte para enfrentarme a ellos, aunque debo hacerlo por Ana Liz. —observo su tumba— tengo que descubrir quién te mato Sam. No me importa lo que tenga que hacer, tengo que vengarte. —poco a poco me levanto— gracias por todo amiga, por cuidar de Ana Liz.

Agacho la vista un momento. Suspiro y vuelvo a fijar la vista al frente.

—Ya quiero que todo esto termine. No quiero estar rodeada de más vampiros.

Tu tienes la solución.

Me congelo al escuchar una extraña voz detrás de mí. Me obligo a reaccionar y lentamente me doy la vuelta. Sin embargo, no veo nadie más en el cementerio más que yo. Me invade el miedo, observo alrededor y tomo una profunda respiración.

Tienes que irte”

Grita una voz en mi cabeza.

Estoy por hacerle caso, irme antes de que sea demasiado tarde. No tengo interés en averiguar quién es.

—Tu puedes acabar con ella querida.

De nuevo esa voz.

Hago mis manos puños y me giro. Esta vez llevándome la sorpresa de ver a una peculiar, reconocida vampiresa frente a mi. Ella cerca de la tumba de Sam con esos ojos carmesis fijos en mi.

—Victoria. —hablo en un hilo de voz.

Recarga su mano sobre la tumba de Sam. Es evidente su transformación, esas largas uñas y esos rojos ojos.

Justamente como la recuerdo.

Sin embargo, sus facciones han cambiado un poco, llego a creer que está más delgada, más pálida.

—Tanto años sin vernos. —sonrie dejando expuestos sus colmillos— debo suponer que estás sola.

Guardo silencio y por inercia retrocedo.

En este momento, me arrepiento de haber venido sola o al menos sin una arma contra ella.

—Dejame en paz Victoria.

—Querida, no voy a hacerte daño. —se aleja de la tumba y empieza a caminar en mi dirección con lentitud mientras levanta ese largo vestido negro— aún. —rie.

Observo alrededor, evito mostrarle miedo sin embargo es imposible.

“Porque tardan tanto ellos en aparecer"

“Querias salir sin ellos darse cuenta"

—Alejate.

Y increíblemente, ella se detiene.

—Sere directa contigo humana. Tu puedes ser de gran ayuda. No quieres ser libre de vampiros, no quiero regresar a tú aburrida y tranquilidad vida, yo puedo ayudarte a lograrlo. —la miro con desconfianza— Querida, mira a tu alrededor, no querrás terminar así, entre estas tumbas. Estás involucrada en una guerra que no te incumbe, contigo no es el problema, es solo con Darren.

Victoria coloca una mano en su cintura, en todo momento me mantengo alerta de sus movimientos.

—Ya perdiste a tu madre, a tu amiga. Si sigues así puedes perder a tu amigo o peor, a tu preciada hija.

Abro los ojos sorprendida.

—No sé de que me hablas. —balbuceo.

Victoria ensancha su maliciosa sonrisa.

—Tu hija, descendencia de Darren. Estoy enterada.

“No, no es posible”

Me limito a verla en silencio.

¿Cómo sabe de Ana Liz?

—Te he vigilado, mis creaciones lo han hecho. Es una niña adorable, después de todo, esa niña lleva mi sangre. Al ser hija de mi hijo —Victoria mueve su mano— la convierte en mi nieta —rie— la primera.

—Ella no es nada suyo. —espeto con molestia al escucharla.

Su semblante se vuelve serio.

—Te repito, no me interesas, tu o tú hija. Y aúque sabés que puedo actuar contra ella, incluso darle a la Corte un aviso de su existencia. —hago mis manos puños. Ella sonríe con superioridad— ahora, será un secreto, puedo guardar el secreto si me ayudas.

—¿Qué es lo que quieres? Olvídate de esa venganza contra nosotras.

—¡Nunca! —retrocedo al ver sus ojos oscurecerse un poco— ¡Me arrebataron a Salvatore y deben pagar! —avanza hasta mí.

La idea de salir huyendo me invade, sin embargo estoy segura que rápido me atraparia.

Victoria se detiene y veo sus ojos regresar al rojo natural.

—Tu eres lo demasiado inteligente. Te propongo un trato, si quieres tú libertad, la protección de tu hija yo estoy dispuesto a dartela. —hace una pausa— está guerra debe finalizar y lo hará hasta que elimine Darren y tú me eres útil.

—No entiendo.

Ella curva una maliciosa sonrisa.

—Conozco tu escondite. Sé el secreto de tu hija. Si quieres estar lejos de todo esto, solo tienes que ayudarme. Entregame a Darren y tú hija, no correrá ningún daño.

Niego enseguida.

—No debería creerte. De todas formas vas a actuar contra nosotras ¿qué te hace pensar que podrás eliminar a Darren tan fácilmente?

Y sin darme cuenta, tengo a Victoria a una nula distancia de mi.

—¡No tiene opción! ¡O me ayudas o mueres aquí! —sonrie con maliciosa— después iré por tú hija.

—No te atrevas Victoria.

Siento un jalón que me acerca a ella. Siento su agarre en mi brazo y cada vez ejerce fuerza.

—Querida, sabés que soy capaz de hacerlo. —con su larga uña levanta mi barbilla y me obliga a verla— ¿has entendido?

Tenso mi mandíbula.

—Si lo hago, nos dejarás en paz, a mi y a mi hija.

—No se involucran en esta guerra. Serás humanas que jamás existieron para mí.

La miro fijamente y suspiro.

—Eres capaz de hacer lo que sea por tú hija ¿no? —agrega ante mi silencio.

“Es cierto”

Siento mi corazón latir apresuradamente.

—¿Qué quieres que haga?

Noto una brillo extraño en sus ojos. Sus colmillos cada vez crecen más.

—Darren confía mucho en su humana. Quiero que lo lleves lejos, que ningúno de los que le ayudan, se involucren. Para derrotarlo, necesito que esté solo. Te tengo muy vigilada, no importa el lugar que elijas. Serás inteligente para que él no sospeche. De lo otro, me encargo yo.

—Me estás pidiendo que los traicione.

Siento su fría mano acariciar mi mejilla.

—Y es lo que harás por tú hija.

Me mantengo inmóvil, sin dejar de verla. Analizo sus palabras.

“No es algo que quiera hacer”

...

  D A R R E N
Esas humanas me estás causando más problemas que en el pasado. Lo peor es que ahora son dos y batallar con varios vampiros en mi contra, es completamente molesto.

Ya me tiene harto toda está situacion.

Victoria

La Corte

Dos humanas

Esa maldita sombra que controla a Ana Liz.

Cada es más difícil tener un control. Un control de mi nuevo poder que oculto.

No he dejado de pensar en lo ocurrido. Buscar una solución. Recibir información valiosa que me ayude y aunque haya hablado con Williams hace dos días, una visita rápida y regrese a esté maldito mundo, no fue de ayuda. Sabe muy poco. Lo que todos saben y es que el hermano de Salvatore es un vampiro que se oculta. Ocultan lo que es. Una maldita sombra.

Veo la fachada de la casa mientras más me acerco.

Aveces prefiero estar lejos de ellas. Solo, pensando en resolver este problema. Lejos de la sangre de Aylin. Lejos de esa niña. Prefiero dejar al resto al cargo de ellas aunque no confío del todo en ellos, mucho menos en Esteban.

Hace días que borré la marca de Ana Liz. Mientras ella dormía, cauteloso. Por supuesto, obtuve un reclamo que ignoré. Lo prefiero a verla marcada por mí, por cualquier otro vampiro.

Me demore poco en regresar. Antes necesitaba alimentarme, de cualquier maldito humano que calme un poco esa sed. Es verdad, que cada vez me encuentro debil, por lo ocurrido y por durar en beber la sangre de Black, es cierto que me da fuerza, sin embargo cada vez es un control que me es difícil llevar y más si estoy cerca de esas humanas.

Rápido entro a la casa y observo la sala. Sin la presencia de ellos y en completo silencio lo más extraño al solo percibir un corazón latente.

Con velocidad corro hasta llegar frente a la puerta de esa habitación y sin preámbulos, la abro notando a esa niña sentada en la cama. Basta un vistazo y no haya presencia de Aylin.

—¿Dónde esta? —mascullo con irritación con la vista fija en ella.

—Probablemente huyendo de ti.

Ríe.

Gruño.

—Hablo enserio niña ¿Dónde está? No siento su presencia cerca.

Capto su atención.

—Salió y no me preguntes a donde que no pienso decirte. Eres mi creador pero soy fiel a mi madre, le prometí guardar el secreto. —sostengo la perrilla con fuerza al escucharla— volverá de acuerdo. Así es mi madre, cuando se siente agobiada, huye de los problemas. Le gusta estar sola, fingir tranquilidad y sinceramente la entiendo. Es aburrido estar aquí encerradas con vampiros, en esta habitación con mi única compañía, Darki. Cuando lo único que puedo hacer es pintarme las uñas de las manos ¿te gustan? —muestra sus uñas pintadas con tinta negra.

Ignoro eso y me adentro un poco a la habitación.

—No se dan cuenta del maldito peligro que están. No pueden salir de esta casa y mucho menos solas.

Ella gira a verme.

—Trata de explicárselo a mi madre.

Gruño.

—Ire por ella, te advierto, te mueves de aquí y vas a lamentarlo. —le apunto y me doy la vuelta.

—¡Igual no tengo porque salir!

La escucho gritar al cerrar la puerta y colocarle el seguro por fuera. Al menos para una débil humana será difícil salir.

Rápido corro, en busca de una maldita explicación.

—La dejaste ir cuando te ordené cuidarlas. —le digo a Esteban al llegar a la cocina y verlo apunto de beber una copa de sangre.

Hago mis manos puños.

Él deja la copa en su lugar.

—Antes escuchame...

—Tienen prohibido salir Esteban. —mascullo con irritación.

Solo acaban con mi paciente. Ya es suficiente con dos humanas y un rubio vampiro que lo provoca.

—Lo sé. —apoya sus brazos sobre la mesa— pequeña estaba realmente mal. Vamos Darren, todos alguna vez necesitamos soledad. Es humana, para ella es raro al tener que convivir con vampiros, después de todo lo ocurrido, la comprendo un poco.

—Que vaya afuera al peligro, para ti eso está bien.

—Estas exagerando.

Tomo su copa y le da un trago. Sin embargo, rápido llego hasta él y se la arrebato hasta lanzarla al suelo y rápido lo tomo de la camisa.

—¡Se supone que eres un vampiro fuerte, rápido y dejas que una simple humana se salga con la suya!

—Si me presionas, no te diré información.

Gruño y lo suelto.

Esteban retrocede varios pasos mientras se acomoda la camisa.

—Estoy harto de tu trato. Date cuenta Darren, aquí soy el único que te está ayudando ¿dónde ves a Ashley? A cualquier otro. Nadie más que yo cuido a tus humanas mientras tú sales de caza.

—Se nota como las cuidas Esteban que una de ellas está fuera de aquí.

Él guarda silencio y se cruza de brazos.

—Habla antes de que te arranque la cabeza— agrego sin evitar ese tono amenazante.

—Iba a acompañarla, pequeña se negó. La vi mal que la dejé irse sola, prometió regresar pronto. —hace una corta pausa— fue a ese lugar que ambos conocemos. Donde viste a tu hija por primera vez.

Al maldito cementerio.

—Ire por ella. —me limito a decir y me doy la vuelta— espero que al menos a esa niña la cuides bien y no la dejes salir.

—Yo me encargo de ella. Descuida Darren. —lo escucho gruñir— solo no seas tan duro con pequeña, trata de entenderla.

Lo ignoro y salgo de la cocina en dirección a la salida.

“Lo que faltaba, más problemas con Aylin”

...

  A Y L I N
—¿Vas a cumplir tu palabra Victoria?

Ella baja su mano y se aleja un poco.

—Lo haré, tu vida por la de Darren.

Asiento.

Y no evito sentirme mal al respecto.

—Mañana mismo, todo esto terminará. Te estaré vigilando, solo llévalo con engaños a cualquier lugar que Darren no sospeche, él es muy inteligente, lo quiero solo. Después, mis creaciones y yo atacaremos y me encargaré personalmente de Darren. No será más para ti un peligro. —sonrie con malicia— podrás ser libre de esto. Vivir en paz de vampiros con tu preciada hija.

—Esto solo lo hago por ella Victoria.

Ella da un paso adelante. Desvía la vista por segundos y la regresa en mí.

—Tenemos un trato. No te conviene ser mi enemiga débil humana. Ni una palabra de esto a Darren, a ninguno de ellos o las consecuencias serán contra tú hija.

Y dicho esto, Victoria desaparece de mi presencia con increíble velocidad.

Suelto un suspiro y llevo mi mano a mi brazo. Alzo un poco la manga de mi abrigo notando una marca roja visible alrededor de mi brazo.

Bajo la manga y observo alrededor buscandola sin tener éxito. Mientras trato de controlar estas emociones.

No deberías estar aquí.

Doy un sobresalto al escuchar la voz de Darren.

Rápido me volteo mientras lo veo frente a mi.

Tan solo pensar que escuchó, vió a Victoria, eso ya provoca preocupación en mí.

“Darren no puede enterarse de esto”

Él observa inexpresivo alrededor y finalmente regresa la vista en mi.

—Tienes prohibido salir de la casa y mucho menos sola.

Tomo una profunda respiración.

—Tenia... quería un poco de paz. Solo quería visitar a mi madre y a Sam.

—Ya no existen Ayline y con esto solo estás provocando terminar como ellas.

Darren se acerca a mi. Observo sus movimientos alerta con el corazón acelerado.

—Regresemos a casa. —agrega y se da la vuelta.

Apenas avanza varios pasos y se detiene.

—Ayline, no me obligues a hacerte caminar. —gira a verme.

—Yo puedo hacerlo sola. —le respondo de mala forma y empiezo a caminar hasta él.

Ambos avanzamos por el cementerio. Trato de alcanzar a Darren, caminar a su ritmo. En silencio y lo agradezco. Me lleva a creer que Darren no sabe nada. No evito ver alrededor, con temor a ser descubierta.

...

El transcurso del camino fue silencio. Muy incómodo al solo sentir la mirada de Darren, él sin articular palabra.

“Sospecha”

Gritó mi subconsciente.

Terminamos por llegar a la casa.

Entro a la casa dejando a Darren atrás. Lo último que quiero es un interrogatorio por parte de él y no sé si seré lo suficiente buena para fingir.

Cierro la puerta y apresuro mis pasos. Lo único que quiero es ver a Ana Liz y abrazarla.

Subo el primer escalón cuando escucho la puerta ser abierta por él.

—Detente.

Su frívola voz me obliga a detenerme en el tercer escalón.

—¿Crees que puedes irte sin permiso? Estás en peligro Ayline. Y si no acatas mis órdenes no podré siempre protegerte.

Suspiro y me doy lentamente la vuelta hasta ver a Darren frente a mi cruzado de brazos.

—Lo siento. —me encojo de hombros— tenía que salir. No volverá a suceder. Tú no entiendes Darren.

—Deja de huir Ayline. No resolveras nada así.

—Eres el menos indicado para decirme eso Darren.

Miradas de por medio.

Él curva una maliciosa sonrisa que enseguida desaparece.

—Lo dejaré pasar esta vez.

—Perfecto. —pronuncio y aparto la vista— iré a ver a Ana Liz.

Apenas me giro un poco cuando siento si agarre en mi brazo que me detiene. Regreso a mi posición inicial ocultando el dolor que me provoca su agarre. Justamente en el mismo sitio que Victoria dejó marca.

—Sueltame Darren.

Él observa su mano en mi brazo y me suelta.

—¿Hay algo más que quieras decirme?

Lo miro fijamente a los ojos. Al menos no hay evidencia de ese tono rojizo que me asusta.

Duro segundos en silencio.

—No hay nada de que hablar Darren.

Dicho esto y me doy la vuelta. Subo los escalones huyendo de ese vampiro que soy obligada a traicionar.

Al día siguiente...

No puedo dejar de pensar en lo que voy a hacer. Muy poco pude dormir. Por fortuna, no volví a ver a alguno de esos vampiros cerca aunque sé que están aquí, vigilando. El resto de la tarde solo hablé con Ana Liz. Ella sin saber lo que voy a hacer, prefiero ocultarselo, no quiero preocuparla.

Dejo de caminar de un lado a otro y observo a mi hija. Ella tiene a ese cuervo entre sus manos mientras habla con él.

Suspiro y desvío la vista en la puerta.

—Mamá ¿estás bien?

Su voz me hace girar a verla.

—Si, estoy bien.

—Te noto extraña ¿qué sucede?

—Nada, solo estaba pensando. Pensando el día que todo esto termine, ya no tener que estar aquí con esos vampiros. Cuando ellos se vayan.

—Yo no quiero que se vayan. Me he acostumbrado tanto a ellos. Ese rubio es divertido, Ashley es amable ahora que ya resolvimos nuestras diferencias y Darren, bueno  con él es difíci tener un acercamiento.

—Pero siguen siendo vampiros hija. Todos ellos son peligrosos.

—Lo sé mamá. —Ana Liz agacha la vista puesta en su cuervo— pero tienes que aceptar que son los únicos vampiros que nos protegen.

No le doy respuesta.

Tus palabras me hacen sentir mal con lo que voy a hacer. Demasiado arriesgado.

—Ana Liz. —ella alza la vista— tengo que salir.

—Mamá harás que Darren se molesté.

—Darren esta vez irá conmigo.

Ana Liz frunce el ceño.

—¿Una cita? —inquiere con burla.

—No, no hay cita. Solo él va acompañarme a hacer unas cosas.

—Estas muy rara mamá.

Finjo una sonrisa.

—Despues te explico hija. —me acerco a ella—por favor, quédate aquí con Esteban y con Ashley y aléjate mucho de Owen ¿de acuerdo? —acaricio su mejilla.

—Lo intentaré mamá.

Le sonrío.

—Te quiero hija, mucho. —alejo mi mano de su mejilla— nos vemos después.

—No es justo que tú puedas salir y yo no. Creo que corremos el mismo peligro.

—Hija, no empieces. —pausa— debo hacer esto, además Darren vendrá conmigo.

—Por eso lo digo mamá. Dices que él es el más peligroso. —Ana Liz ríe— no, él siempre va a protegerte y lo hace bien. Que vayas con el me quedo más tranquila.

La miro fijamente.

—Demasiado bien viniendo de un vampiro como él. —respondo y la abrazo durando segundos sin querer soltarla— te amo hija, siempre haré lo que sea para protegerte.

Después, me alejo lentamente de ella. Ignoro esa mirada curiosa de ella. Le doy una última mirada y me doy la vuelta hasta avanzar a la salida.

Antes de cerrar la puerta, la observo, le sonrío y termino por cerrar la puerta y salir de la habitación. Me recargo en ella soltando un suspiro.

...

Me armo de valor para entrar a la cocina y como creí, cuatro vampiros están reunidos y soy su atención apenas entre a la cocina. Evito ver a todos, a varios los miro de reojo y solo me concentro en Darren.

—Tengo que salir.

—¿De nuevo? Darren ya nos contó sobre lo que hiciste ayer Aylin.

Desvío mi vista viendo a Ashley, ella cerca de Darren.

Ayer regresó. Sola sin Dominik.

—No te expongas al peligro.

El peligro es aquí y afuera, pienso.

—Es urgente Ashley. Es sobre —pienso una excusa— el instituto de Ana Liz. Tengo que ir a explicarles que mi hija va a faltar días al menos hasta que esto se resuelva. Son cosas que ustedes no entienden.

—Lo entendemos pequeña. No porque seamos vampiros, somos torpes con eso. Entendemos cosas de humanos.

Giro a ver a Esteban.

—No era mí intención...

—Voy a acompañarte, no irás sola está vez. —la voz de Darren me interrumpe.

Regreso la vista en él y asiento.

—No puedo líbrame de ti. —intento bromear.

—Eso me recuerda al pasado. Darren siendo tu sombra y tú acosador.

—Cierra la boca Esteban. —le responde Darren con molestia.

Ignoro la risa del rubio y carraspeo.

—¿Nos vamos?

—Espera afuera, ahora te alcanzo.

Asiento y me doy la vuelta.

—Ey, espera mi pequeña. —la voz de Esteban me hace detener y volteo a verlo— recuerdales a esos humanos, los profesores de la niña, que Darren es su padre. Parecen una familia rara pero lo son.

Ignoro su risa.

—No son la única familia rara Esteban. —habla Ashley por mi captando la atención del rubio.

—Yo soy parte de tu familia bombon. Lo merezco, es más, soy el líder aquí, por la edad ¿no?

—Deberia ser por fuerza, de aquí eres el más ancestro Esteban —espeta Owen.

—Nadie pidió tu opinión convertido. Por fuerza o edad, terminas perdiendo.

Se retan con la mirada.

—Silencio. —interviene Darren— todos silencio. Ayline, sal afuera, ahora salgo.

Y sin esperar más, termino por salir de la cocina dejando a todos esos vampiros atrás.

Salgo de la casa y espero a Darren cerca de la puerta. Él se demora minutos en salir y eso solo causa más mis nervios.

“Esto tiene que funcionar”

Finalmente, escucho la puerta ser abierta por él.

Repaso lo que tengo que decir y hacer.

—Vamos.

Giro la cabeza y veo a Darren a un lado de mí.

—Iremos en mi auto.

Y sin rechistar, él asiente.

Me armo de valor y soy la primera en avanzar.

Quisiera arrepentirme de actuar así. Sin embargo, me siento presionada y tengo un mal presentimiento.

+++

—Que mentirosa eres. —escucho decir a Darren apenas bajamos del auto —¿qué hacemos exactamente aquí Ayline?

Duro segundos en responderle. Evito ver alrededor. Presiento que ellos y Victoria están en un punto viéndonos.

—Solo era una excusa Darren. No sabía como decirte que me acompañaras aquí.

—Crei que mi cercanía no era de tu agrado. —guardo silencio— y ahora me traes al bosque.

—Hay un lugar que quiero que veas. —me alejo del auto y avanzo en línea recta— vamos Darren.

Él observa alrededor, mi corazón se acelera un momento y por suerte, regresa la vista a mi.

—Confiare en ti. —lo escucho decir y empieza a seguirme.

Un largo camino por recorrer y finalmente llegamos al lugar deseado. Me detengo, notando la presencia de Darren a un lado de mí.

—¿Lo recuerdas? —le pregunto sin dejar de ver el río que tenemos frente a nosotros.

—Recuerdo todo. Cada momento contigo. —hace una eterna pausa para mí— de hecho, todos esos recuerdos, han sido un verdadero tormento.

Giro a verlo y no evito sonreír un poco.

—¿Por qué me has traído aquí Ayline? ¿Qué quieres lograr con ésto? —gira a verme.

Paso saliva.

Puedes actuar Aylin.

Me encojo de hombros.

—Tu me llevaste al edificio. Solo quería hacer algo similar y hacerte recordar este lugar.

—Realmente planeas que todo sea como antes. —resopla— pierdes tu tiempo.

Darren regresa la vista al frente.

—Ambos hemos cambiado Ayline. —él empieza a caminar hasta detenerse en la orilla del río — de hecho creo que aveces, nos desconocemos. —se voltea quedando frente a frente —recuerda lo que te dije. Por una maldita vez, hazme caso.

Doy un paso adelante.

“Me estoy arrepentiendo de esto”

—Darren, no va funcionar. —suspiro— será mejor que nos vayamos. —él frunce el ceño— Darren, yo no quería...

—Cumpliste tu palabra. Sabía que eras lo demasiado inteligente humana.

La voz de Victoria me obliga a desviar la vista y verla a una cierta distancia de nosotros. Vestida de la misma forma que la vi ayer, acompañada de dos vampiros y cada vez a más llegan y se colocan a nuestro alrededor.

—Bien hecho.

Dejo de prestarle atención y giro a ver a Darren. Él se mantiene sereno, inexpresivo viéndola.

—Que gusto verte de nuevo en persona hijo.

—Victoria, hasta que sales de tu maldito escondite.

Ella sonríe exponiendo sus colmillos y avanza varios pasos.

—Debes suponer del porque estás aquí. Todo fue un plan que hice con tu humana. Qué lástima que tú propia alma te traicione.

Darren gira a verme segundos y regresa la vista en ella.

—Terminemos con esto Victoria. Ya estoy harto de tanta búsqueda. Aquí me tienes, el problema es conmigo, déjala a ella en paz.

—Me temo que no puede. Los dos fueron culpables de la muerte de Salvatore y tú hijo mío, pagarás por ello. —Victoria se detiene— ¡Agarrelos!

Ordena y de pronto, siento dos brazos sostenerme con fuerza y ver a un vampiro desconocido cerca de mí.

—Perderas a tú alma como yo lo hice con tu padre.

Darren observa a cada vampiro que lo rodea. Trato de safarme, sin embargo, el vampiro que me sostiene, ejerce fuerza.

—¿Crees que tus débiles creaciones van a derrotarme?

Darren curva una maliciosa sonrisa y noto como su aspecto de vampiro se hace evidente. Sus ojos se tiñen de rojo y sus colmillos sobresalen de su boca.

—De ti me voy a encargar yo. —emite Victoria y con velocidad la tengo cerca de mi— listo para decirle adiós. —una de sus manos sostiene mi cuello, a ella sin importar clavar sus uñas en mi piel— ahora, puedes arrodillarte y suplicar perdón.

—O de lo contrario, vas a matarla. —le responde Darren y noto su mirada de desagrado— adelante, si no lo hacés tú, yo lo haré. Desprecio a los que me traicionan.

—¿No te importa tanto tú humana?

—Puedo encontrar sangre que sea su reemplazo.

Le doy una mala mirada al escucharlo decir aquello.

Victoria aleja su mano y toda su atención está puesta en Darren.

—Que lástima que las cosas sean de otra forma. Si ambos nos unimos, seríamos fuertes. Madre e hijo. Seríamos poderosos. Darren, esto no tiene que ser así, no tenemos que ser enemigos.

—No te equivoques conmigo Victoria, en primera, no eres nada mío. Segundo, realmente deseo eliminarte. —escucho a Victoria gruñir— y tercero, eres demasiado confiada. Si uno de nosotros puede traicionarte, que te esperas de una humana.

Y sin darme cuenta, dejo de ver a Darren.

De pronto, siento que el vampiro que me sostiene, me suelta o alguien lo aleja de mi bruscamente. Apenas me doy la vuelta y veo a Darren completamente transformado y ese otro vampiro caer al suelo y increíblemente se vuelve polvo.

—Te vas arrepentir por eso. —oigo decir a Víctoria.

—Aylin. —su voz me obliga a verlo— vete de aquí.

Asiento sin embargo mis pies no me responden.

—¡Matelos! —ordena Victoria y sin darme cuenta, ya veo a Darren acabar con facilidad con varios vampiros de ellos. Mientras más se unen y terminan de la misma forma.

Por fin, mis pies reaccionan y empiezo a retroceder. Sin embargo, lo único que causo es la atención de Victoria. Ella me observa maliciosa y rápido la tengo frente a mi, sintiendo su mano en su cuello.

No obstante, la alejan de mi con brusquedad. Toso, me inclino y llevo mi mano a mi cuello.

—El problema es conmigo Victoria.

Alzo la vista viendo a Darren frente a mi. La forma como me cubre con su cuerpo. Un escudo de protección. Me enderezco poco a poco, ladeo la cabeza notando la mirada de Victoria que se intensifica llena de molestia.

Veo a varias de sus creaciones que se acercan. Están dispuestos a atacarnos. Atacar a Darren siendo una gran desventaja para nosotros. Sin embargo, tres de ellos caen al suelo y detrás de este último, se muestra Esteban transformado.

—Lamento la demora. Que la verdadera diversión comience.

Y ataca a uno de ellos. Basta un ágil y rápido movimiento y le arranca la cabeza a uno de ellos.

Enseguida aparece Ashley y es raro no ver a Owen. Se unen a la pelea y con ágiles movimiento empiezan a acabar con varios de ellos. En este momento, esos vampiros solo los atacan a ellos siendo un buen equipo.

—¡Eres una traidora! —exclama Victoria y la veo con intenciónes de atacarme. 

Sin embargo, Darren es más rápido y lo evita. La sostiene del cuello y la hace retroceder.

Permanezco inmóvil en mí lugar. Sin poder apartar la vista al estar rodeada de más vampiros. Entre una pelea.

Veo a Ashley y Esteban ser un buen equipo. Ambos de espaldas, las creaciones de Victoria los atacan y se las ingenian para derrotarlos. Sadicamente les arrancan la cabezas, Esteban recurre más a arrancarles el corazón y cada vez más convertidos son derrotados. Ashley se mueve con agilidad y rápido le arranca la cabeza a varios. En ellos su evidente transformación y esos rojos teñirse cada más de rojo.

Me obligo a dejarlos. Irme lejos de aquí. Regresar con Ana Liz.

Al llevar ellos la situacion, lo prefiero. Soy más un estorbo que de ayuda. Sin embargo, noto a Darren, como se le dificulta atacar a Victoria, cada vez que él se le acerca, ella lo empuja y lo hace retroceder y el resto, está tan ocupado con esos otros vampiros para ayudarlo.

Haz algo Aylin

Tomo una respiración profunda. Me inclino y saco el arma que guarde en mi nota. Me enderezco y observo fijamente a Victoria. Sin embargo se me complica a ella sujetar a Darren del cuello y moverse de forma rápida.

Lo empuja, Darren lograr entrar al río. Se mantiene de pie con esfuerzo notando heridas en su cuello y mejilla que cicatrizan.

Sus ojos se oscurecen al punto de volverse negros. Esas venas en su piel resaltan, más en su rostro ante su palidez.

Victoria se acerca a él decida.

De pronto se detiene al ver a Darren extender sus manos y sorprendente, veo como de estas mismas, emerge una energía, una luz que se intensifica al punto de ser una flama de fuego que controla con sus manos. La flama aumenta y disminuye constantemente.

Veo a Victoria alzar su mano y rápido de su mano aparece fuego, una flama demasiada grande.

—En el fondo, eres idéntico a mi Darren. —la oigo decir y ataca a Darren.

Él logra esquivar su ataque, Victoria suelta un grito desgarrador al sentir el fuego en su cuello ante el tacto de Darren. Él obtiene un poco de ventaja, poco tiempo hasta que Victoria lograr alejarlo de él y lo lanza en la orilla del río, él cayendo en el agua.

Con velocidad ella aparece junto a él. Darren intenta ponerse de pie cuando Victoria le impide moverse y sus manos se enrredan en su cuello. Está dispuesta a arrancarle la cabeza.

Me obligo a actuar y me acerco un poco sostiendo la daga en mi mano tratando de no temblar y fallar.

—Eres débil Darren, no tiene oportunidad de derrotarme. Qué lástima que seas mi enemigo, podría enseñarte a controlar ese poder.

—Lo único quiero es eliminarte Victoria y no sabes cuánto voy a disfrutar cuando te arranque la cabeza y te mande al infierno con Salvatore —le responde Darren.

Sin esperar más, tomo una profunda respiración y lanzo la daga. Fallo y solo logro herir a Victoria del hombro expuesto. Su herida empieza poco a poco a sanar al ser contacto con la plata.

Victoria alza la vista puesta en mi.

—Tu humana desea morir antes que tú.

Darren me observa molesto.

Y rápido, con sus largas uñas desgarra la garganta de Darren y lo empuja hasta caer su cabeza dentro del río.

Abro mis ojos impactada al ver que Darren no reacciona. Retrocedo torpemente hasta lograr darme la vuelta y correr lejos de ellos.

—¡Vayan por ella y matenla! —escucho a Victoria gritar.

Me adentro en el bosque. Siento mi corazón acelerarse más, mis pies se debilitan hasta que la presencia de un vampiro frente a mi me hace detener.

—Una débil humana que calmará mi sed. —lo oigo decir mientras muestra sus colmillos y esos ojos rojos me observan.

Desvío la vista y cambio de dirección hasta correr en dirección expuesta por el bosque. Poco tramo recorro cuando siento como ese vampiro me atrapa y me arrastra con él. Intento tomar una piedra, lástima que no están a mi alcance.

—¡¿Crees que puedes huir humana?!

Me remuevo tratando que me suelte hasta que me obliga a ponerme de pie y me lanza contra el duro suelo, mi cuerpo cayendo bruscamente. Hago una mueca de dolor, de pronto siento un agarre en mi cabello, él me obliga a dar la vuelta. Enrreda su mano alrededor de mi cuello y ejerce fuerza hasta sentir un líquido espeso bajar por mi nariz.

Veo sus ojos teñirse más de rojo y sus colmillos crecer. Me levanta sin el mínimo esfuerzo, mi cuerpo no responde, la respiración se me dificulta y el dolor de cabeza se hace presente hasta aumentar. Él me suelta, caigo al suelo tratando de recuperar la respiración.

—Apuesto que tu sangre debe saber deliciosa.

Alzo la vista en él mientras veo que se acerca a mí peligrosamente. Expone sus colmillos y me empuja hasta caer por completo al suelo. Se sube arriba de mi y me jala hasta acercar su boca a mi cuello. Una de sus manos, toca mi mejilla y su larga uña, me hace una herida en mi mejilla. Hago una mueca de dolor. Me obliga a verlo mientras veo que se acerca dispuesto a moderme.

No obstante, se detiene, me suelta y veo como escupe sangre de su boca. Y en segundos, es alejado de mi con brusquedad. Mi cabeza impacta contra el suelo. Me tomo segundos reaccionar y empiezo a moverme hasta levantarme con esfuerzo y ver a Darren frente a mi, notar sus manos llenas de sangre y ese vampiro en el suelo sin cabeza.

Poco a poco me incorporo hasta quedar sentada. Darren se acerca, se agacha notando su lado vampiro presente. La herida de su cuello, a sanado, su ropa está empapada y cabello está mojado que varios mechones caen por su frente.

Debería tenerle miedo. Huir de él. Verlo así solo causa que mi corazón se acelere. Lo miro fijamente y con esfuerzo me lanzo contra él y lo abrazo él permaneciendo inmóvil.

Transcurren segundos y me alejo de él. Lo observo a los ojos notando sus ojos regresar a su tono rojizo, no tan oscuro y sus colmillos esconderse en su boca.

—Crei que Victoria...

—Escapó, se fue. Falló el plan. —veo que Darren se pone de pie— vamos Ayline, tenemos que regresar a casa.

Alzo la vista y poco a poco me pongo de pie sin querer tocar sus manos llenas de sangre. En el camino, limpio mi nariz con el dorso de mi mano.

Ambos regresamos con el resto y al llegar me doy cuenta que Esteban y Ashley han terminado con esos vampiros, su aspecto igual o peor que el de Darren. Con sangre en su rostro y su transformación sin borrarse.

Apenas notan mí presencia y recibo la molestia de Ashley.

—¡Eres una traidora! —masculla y está por atacarme sin embargo Darren lo impide.

—¡Basta Ashley!

—¡No! ¡Te entregó a Victoria, te trajo aquí con engaños y aún así la defiendes!

Esteban llega con ella con velocidad y la agarra de la cintura.

—¡Bombón basta!

Ella gruñe y trata de safarse de su agarre.

—¡Eres una maldita Aylin, después de todo, así nos pagas! —gruñe. Esteban la suelta y retrocede— ¿Cómo pudiste hacerle eso a mí hermano?

—Ashley, ya es suficiente. —le responde Darren.

Ella niega y recibo toda su mirada asesina.

—Sera la última vez. Yo ya no pienso proteger a una humana traidora como tú. —gira la vista en Darren— tú siempre contarás conmigo, con nosotros pero ninguno de los tres va a proteger a alguien como a ella.

Ashley me da un última mirada llena de desagrado y rápido desaparece.

Exhalo y giro a ver a Darren.

—Que hayamos eliminado a la mayoría de esos convertidos, aún así Victoria escapó con más de ellos. Será difícil derrotarla— la voz de Esteban me hace girar a verlo. Él se mantiene a una distancia lejos de nosotros. Su rubio cabello cae por su frente— Ashley tiene razón —me observa fijamente— es decepcionante lo que hiciste pequeña.

Y dicho esto, se da la vuelta y desaparece de mi vista.

Siento un nudo en mi garganta presente.

—No le des importancia Ayline. —escucho a Darren decir.

—Te dije que no iba a funcionar. —espeto sintiendome terriblemente mal.

  Ana Liz
Todos ellos se han ido. Me han dejado a sola bajo cuidado de Owen y realmente no entiendo el porqué su extraño comportamiento. Solo recibí una orden de Esteban, que me quedará aquí, que no saliera y después se fueron.

Ellos actúan raro, mi madre actúa raro.

Quiero averiguar lo que está sucediendo.

Estoy en compañía de Owen y sinceramente, es algo que no me incomoda. Al contrario, me gusta estar con él aunque me ignora. Su atención está puesta en la puerta mientras camina de un lado a otro mientras tengo la oportunidad de admirarlo desde las escaleras.

—¿Qué está sucediendo? —intento mantener una conversación con él, pero ese vampiro se niega a hacer— ¿Me estás escuchando? ¡Owen!

Él se detiene y gira a verme con desprecio.

—Guarda silencio niña. —masculla con irritación y se cruza de brazos.

Curvo una burlona sonrisa.

—¿Por qué eres así? Actúas como si te callera mal.

—Es verdad que te desprecio. —responde— de hecho, yo debería estar allá afuera que aquí cuidándote. Eres solo un estorbo.

Sonrío.

—No te he hecho nada.

—Tu no, pero tus malditos creadores si. —da un paso adelante— Tú madre siempre fue un estorbo, un problema, una debilidad para Darren. —hace una pausa— por su culpa, Darren me hizo esto. Por esconder tú maldita existencia a todos ellos.

Owen se detiene a una cierta distancia de las escaleras y descubre un poco su camisa y me permite ver una herida que no sana en su cuello y se extiende por su pecho.

—Tortura. —agrega— con plata— él sonríe con malicia— son tan ingenuas por creer que Darren será bueno con ustedes cuando yo sé el verdadero vampiro despiadado que es.

—Yo no tengo nada que ver con lo que él te hizo.

—Fue tu culpa —noto sus ojos teñirse de rojo—  ¡Su maldita existencia lo arruinó todo!

Con velocidad llega al final de las escaleras. Solo siendo tres escalones quien nos separa.

—Si le oculte a Darren de ti fue lo mejor. Lástima que él no lo vio de esa forma. —Owen empieza a subir los escalones restantes— y lo único que puede borrar esta marca en tu sangre. Me lo debes, apuesto que sabe deliciosa.

De acuerdo, teniéndolo tan cerca provoca que mi corazón se acelere. Me pongo nerviosa y no puedo dejar de verlo. Paso saliva al ver que se inclina, se sostiene del barandal y solo puedo echar mí cabeza hacia atrás.

—No eres el único vampiro que quiere probar mi sangre. Te recuerdo que dos se te han adelantado. —me armo de valor y me inclino un poco dejando un distancia prudente con él— aunque Darren me haya borrado la marca sin mi permiso, aún sé que me mordió. Estoy marcada.

—No me interesa. —su atención va a mi cuello descubierto y me molesta que solo le importe mi sangre— sabés niña, yo te quiero para algo más.

Controlate Ana Liz.

Respiro acelerado.

—Voy a destruirte. Contigo, me vengo de Darren y de cada uno de ellos.

Desvía la vista en mi rostro. Noto sus ojos regresar a su tono natural. Curva una media sonrisa y se aleja con velocidad.

Suelto un suspiro y me acomodo en las escaleras. Lo veo en la misma posición inicial y antes de poder articular palabra, la puerta es abierta bruscamente.

—¡Es una maldita!

Ashley aparece en la sala. Se ve lo bastante molesta.

—¿Qué sucedió? ¿Eliminaron a Victoria? —escucho como Owen les pregunta.

Se escucha tan tranquilo. Tan fácil olvida nuestro acercamiento.

Ese rubio aparece junto a Ashley, ella se cruza de brazos.

—Escapo, matamos varias de sus creaciones pero no a ella. —le responde Esteban.

—¿Darren no se enfrentó a ella?

—Lo hizo, aunque esta terco de proteger a una humana traidora. —emite esa vampiresa con molestia.

Los miro a cada uno sin entender.

Una pelea contra Victoria.

Ellos, Darren...

¡Él está con mamá!

Rápido me pongo en pie.

—¿Mi madre estaba con él?

Mi voz hace captar su atención y los tres verme.

—Tu madre es una traidora. Se alió con Victoria. Ella llevó a Darren a ese lugar con engaños, lo iba a entregar. Lo comprobamos.

Analizo las palabras de esa vampiresa.

Niego.

—Mi madre no es capaz de hacer eso, ella está de su lado. —bajo los escalones sin embargo me sostengo del barandal— no es cierto.

—Yo ya no confío en humanas y de una vez te digo que ella perdió mi protección. Se larga sola de aquí.

Ashley gruñe, empuja al rubio y avanza a la sala.

—Dime que no es cierto rubio.

Él me observa.

—Me gustaría decirte lo contrario. Pequeña nos traiciono criatura. —agacha la vista y se da la vuelta yendo trás Ashley.

Giro a ver a Owen.

Él por supuesto, ignora mi mirada. Su vista está puesta en ellos.

No obstante, escucho la puerta ser abierta y veo a mi madre entrar, después de ella, Darren.

La analizo de arriba abajo, su ropa está sucia, tiene una herida en la mejilla y se ve bastante pálida.

—Mamá.

Ellas avanza, se detiene y fija la vista en mi.

—¡Hija! —corre, está por abrazarme cuando retrocedo— hija, creí que no volvería a verte.

—Es cierto ¿Traicionaste a los que nos protegen? —ella agacha la vista— ¡Responde mamá! —desvio la vista en Darren. Apesar de su aspecto, me alegra verlo— como pudiste. —regreso la vista en ella.

—Ana Liz, tienes que escucharme. Así no pasaron las cosas. Subamos arriba y te explico todo.

Niego.

—¡Querias que destruyeran a mi creador! ¿Cómo se supone que tome eso? ¡No lo tuve durante 17 años y ahora quieres que lo pierda!

—Hija, no. Por favor, sube conmigo.

Intenta tomar mi mano, sin embargo me safo de su agarre con brusquedad.

—No iré contigo a ningun lado. —le digo con desprecio. Me mantengo fuerte, trato de no darle importancia a su aspecto y esas lágrimas que bajan de su mejilla ante mi rechazo.

—Lizbeth, sube a la habitación con ella. —oigo decir a Darren.

—No, no lo haré.

Giro a verlo.

Él da un paso adelante.

—Ahora. No me hagas actuar por la mala —pronuncia entre dientes.

De acuerdo, su aspecto me da miedo.

Resoplo y dejo de verlo.

—Bien.

A regañadientes, me dirijo a las escaleras y la subo. A los pocos minutos escucho los pasos de mi madre detrás de mí.

Apenas entro a la habitación, dejo la puerta abierta y me adentro molesta. Le doy una mirada a Darki, el revolotea en la jaula.

Debe estar igual de molesto igual que yo.

Hija, tienes que escucharme.

Escucho su voz y la puerta ser cerrada por ella.

Me detengo y me doy la vuelta.

—No debiste hacerlo ¿Por qué mamá? ¿Por qué los traicionaste?

Me cruzo de brazos.

—¡No fue así! —exclama y hace una pausa— no lo hice— murmura— no me importa lo que pienses ellos, no me importa su odio pero el tuyo. Lo que pienses de mi si me importa. Eres mi hija Ana Liz, no quiero que me odies.

La miro fijamente.

Lo que más me molesta es verla muy afectada.

Sin mencionar nada. Suspiro y bajo mis brazos. Prosigo a ir a la cama y tomar asiento en la orilla.

Mi madre se acerca e imita mi acción.

—Espero que tengas una buena explicación mamá. No quiero llevarme una decepción de ti, cuando ya la tuve de mi padre. —espeto.

Me obligo a ser fuerte y no verla porque aseguro que la terminaré abrazando sin escuchar su explicación.

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N/A:
Antes de que quieran matar a Aylin o juzgarla. Es necesario que lean el siguiente capítulo para que entiendan. Muy pronto lo tendrán. Ame el capítulo, escribirlo. Gracias por la paciencia y el apoyo.

#MEME😅

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