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Capítulo 35 ✗ Expuesta al peligro (#1 parte)

ANA LIZ
-Fue más fácil de lo que pensé. -le digo al rubio apenas entramos al dicho antro. Este repleto de muchas personas bailando, bebiendo y besándose en varias esquinas. Ignoro eso y sigo observando alrededor perpleja. La fuerte musica se escucha y intento alcanzar al rubio que se escabulle con facilidad entre las personas. -este lugar es increíble- digo lo suficiente alto- mi madre, nunca me hubiera dejado venir a un lugar así. Creí que no me iban a dejar entrar.

Entonces, él se detiene, choco con su espalda y me detengo enseguida.

-Criatura. -se da la vuelta- vienes conmigo, te dije que no sería problema entrar. -habla alto, lo suficiente para que lo escuche.

-Si me dí cuenta ¿Qué clase de truco usaste? -espeto con el ceño fruncido.

Apenas llegamos, nos negaron la entrada. Más apenas el rubio habló con el guardia, él cambió de parecer.

-No es un truco, es más bien un don. Todos nosotros podemos hipnotizar a cualquier mortal para lograr lo que queremos. Suelo usarlo muy seguido. -responde encogiéndose de hombros.

-Eso es genial. Si duda, sería increíble ser como ustedes.

-No lo es criatura. Tú no puedes condenarte a ser como nosotros. No es nada genial.

-Son inmortales.

Él se cruza de brazos.

-¿Y de qué sirve serlo si llevás una vída aburrida? Sin tu alma, creeme, es un maldito infierno. -me observa fijamente- además, siempre tenemos que estar ocultos de los humanos. No podemos estar en estos tipos de lugares, demasiado tentación con su sangre. -él observa alrededor- la música es demasiada fuerte. Me irrita -regresa la vista en mi- es aburrido ser como nosotros y será mejor que te olvides de esa idea.

Dicho esto y lo veo darse la vuelta.

Permanezco quieta en mi lugar mientras lo veo alejarse.

Me obligo a reaccionar y camino a pasos rápidos. Empujo a varias personas mientras trato de alcanzarlo. Es rápido, ágil que lo perdí de vista.

-Rubio. Esteban. -volteo a ambos lados- ¡Maldita seas rubio!

Enseguida siento un jalón que me obliga a salir del bullicio de personas bailando.

-No te me pierdas criatura.

Desvio la vista al ver al rubio cerca de mí. Su fría mano alrededor de mi muñeca.

-Vamos, es hora de iniciar la diversión.

Me jala y obligo a mis pies a seguirlo hasta llegar a la barra. Me suelta y él toma asiento en una banca. Lo imito y con desconfianza, tomo asiento a su lado.

-¿Algo de beber?

-¿Vas a beber? -le cuestiono y apoyo mis brazos en la barra- No creo que aquí sirvan sangre.

-No la necesito en este momento. -espeta él sin dejar de sonreír- no cuando puedo encontrarla en cualquier mortal de aquí.

Lo miro fijamente.

-Tienes razón. -poso la vista al frente- no suelo beber mucho.

-Al menos dime que lo has intentado.

-A escondidas de mí madre. -confieso y giro a verlo.

Esteban sonríe ampliamente.

-En ese caso, te pediré algo fuerte y tranquila, aquí no está tu madre. De esto no se enterará y de mi parte, tienes mi silencio y mi grata compañía.

Asiento y lo veo hablar con un mesero.

De acuerdo, esto es raro. Estar aquí con un vampiro. Jamás lo imaginé.

Minutos después, ambos tenemos nuestras bebidas frente a nosotros y no me sorprende al ver al rubio darle un trago sin hacer una mueca.

-Sabes, esto me recuerda cuando vine a uno de éstos lugares, hace años con tu madre. En ése tiempo, ella tenía tu edad. -él toma su vaso de vidrio- es un déjà vu, aunque ahora con su hija. Espero que esta noche sea interesante. -acerca su vaso en mi dirección- salud criatura.

Dudo un momento. Después, tomo mi vaso de vidrio y lo choco con el suyo.

-Salud rubio. -él sonríe y le da un trago. De mi parte, suspiro y me armo de valor para darle el primer trago. Enseguida, el sabor cala en mi garganta y hago una mueca- woo, es muy fuerte. -noto su mirada puesta en mi- me gusta. -le doy otro trago y luego bajo el vaso, dejándolo sobre la barra- espero que esta salida sea más divertida que la que tuviste con mi madre.

-Prefiero no comparar. Ambas son muy distintas. -espeta él y le da un trago a su bebida.

Lo miro segundos. Observo alrededor y sin evitar, una sonrisa se plasma en mi rostro. Me dedico a disfrutar este lugar y esta compañía mientras bebo mi bebida.

...

-Me siento un poco mareada. -digo mientras masajeo mis sienes.

-Niña, apenas llevamos medía hora aquí. -lo escucho decir y pide otra bebida- y de una vez te digo que la noche será larga.

Me entrega otro vaso. Lo tomo sin rechistar y le doy un trago.

-¿Te gusta estos lugares? -lo cuestiono- Si eres un vampiro raro. -rio.

Él se encoge de hombros.

-Solo quiero un poco de diversión en mi aburrida eternidad. -espeta y le da un trago a su vaso hasta terminarlo- un recuerdo cuando yo no esté.

-Oh vamos, eres eterno.

Y sin dudar, golpeo mi hombro con el suyo.

-No por mucho tiempo. -esta vez no lo veo sonreír- sabés criatura, estoy condenado a seguir en este maldito mundo sin mi alma y es complicado seguir. Si sigo aquí es por ustedes, por dos humanas que al menos quiero proteger.

Le sonrio.

-Tal vez no los conozco mucho, pero, mi madre, para estar con ustedes, debieron tratarla bien.

-Lo hicimos o al menos hasta que nos fuimos. Y sinceramente, me arrepiento de eso criatura.

-Ella me a hablado de eso. De todos.

Él bebe de su vaso.

-Entonces, sabes todo sobre Nohemi.-dice al dejar de beber.

-Algo. -confieso.

Él asiente.

-Sabes criatura, a ella le hubiera gustado estar en estos lugares. A ella le interesaba la vida de los mortales y desgraciadamente, nos faltó tiempo para viajar.

-¿Pero te arrepientes de haber estado con ella?

-Nunca, criatura. Fue lo mejor de mi eternidad y fue mi mejor época.

Asiento ante su respuesta.

Él se dedica a beber de su vaso. Imito su acción y le doy un trago al mío. Esta vez no hago ninguna mueca. De hecho, ya siento el alcohol en mi sistema.

De pronto, nos invade el silencio.

Me dedico a solo beber mi vaso sin verlo. Solo puedo sostenerle la mirada varios segundos. No puedo dejar de pensar en lo que pasó hacé tiempo atrás.

Carajos Ana Liz, ¿por qué lo besaste?

Me regaño a mi misma.

Observo mi vaso casi por terminar. Agradezco que él no vuelva a mencionar nada sobre eso. Prácticamente, quedó en el olvido.

-Tengo una gran duda criatura.

Al escuchar su voz, giro a verlo. Notando su mirada puesta en mí. Esteban se medio gira en su lugar.

-Cuando estuviste apunto de besarme. -agrega. Oh no, no sobre eso- mencionaste que no era el primer vampiro con el que te besabas. -se inclina un poco hacía mi- ¿qué otro vampiro has besado criatura?

Paso saliva y aprieto el vaso de vidrio.

-A nadie que te importe. -respondo y dirijo mi vista al frente.

-Oh vamos hermosa, será un secreto. Puedes confiar en mí.

Dudo un momento.

Suspiro y le doy un trago a mi bebida hasta terminarla.

-De acuerdo, te lo diré. -dejo el vaso en la barra- el primer vampiro que besé fue a Darren -giro a verlo sin descifrar su mirada- fue antes de saber que él es mi padre. Cuando lo conocí, causó mi interés y más al verlo en el mismo instituto que yo. Sentí una extraña conexión con él. Me gustó su forma de ser y el día que él fue a despedirse, lo besé. Creí que no volvería a verlo aunque no fue un beso como tal. -lamo mis labios- fue el peor beso de todos. No recibí lo mismo, él ni siquiera hizo nada, solo recibí una amenaza y me causó un poco de miedo.

-¿Y te arrepientes de eso?

Niego enseguida.

-Sera algo bueno que recordar.

Enseguida él ríe.

-Criatura, definitivamente eres genial.

Sonrío avergonzada y desvío la vista.

-Bueno, hay algo más que me quieras contar. -dice segundos después.

Suspiro y giro a verlo.

-Me gusta Owen.

Él borra su sonrisa.

-No hablemos sobre él.

-No entiendo porque te molesta. -inquiero- ¿Celoso?

-De un convertido. -rie- nunca. -se acerca un poco más a mí- es solo que, no me gusta escucharte hablar de él, ni siquiera lo conoces niña.

-Lo sé y tampoco entiendo que me pasa. -confieso sin dejar de verlo- cuando lo vi, sentí algo extraño. -hago una corta pausa- ¿Crees que le guste?

-Se mostró indiferente contigo. Apuesto que le desagradaste.

Bufo.

-Deberias ayudarme con él.

-Niña, no volverás a verlo. Palabras de tú creador. -le doy una mala mirada- además, como te dije, el convertido nunca a estado con una humana desde que es como nosotros. No se interesaría en una niña sin experiencia.

-No soy una niña. -espeto molesta.

-A comparación con su edad.

-No sabés lo que dices rubio. -me medio giro en mi lugar- apuesto que le causé interés. Esta niña puede conquistar a ese vampiro.

Él ríe causando mi molestia.

-Experiencia, te lo vuelvo a repetir. -dice al dejar de reír- el convertido no cambiaría a una vampiresa por ti, eres una niña y humana.

-Tú besaste a esta humana. -recalco con una ceja levantada.

-No pude resistirme, perdí un poco el control. Sabés que las humanas son mi debilidad. -lo veo beber de su vaso- regresando a lo anterior, enserio te falta experiencia niña. Te fue difícil dejarte besar por mí.

-Bueno si al menos tus colmillos no hubiesen intervenido hubiera sido un buen beso.

-Retractate de eso.

Sonrío ampliamente.

-Jamas. -lo miro fijamente- además, es diferente besar a un vampiro que un humano.

-De acuerdo, dime, ¿con cuántos mortales te has besado?

Dudo en responder.

-Ninguno, lo sé.

-No es así. -respondo de inmediato- la verdad es que... Hacé años salí con alguien a escondidas de mí madre. A los 15 fue mi primer novio.

-Esto se pondrá intensante, continúa.

Ruedo los ojos.

-No le dirás nada a mi madre, será nuestro secreto.

-Segundo secreto, por mi está bien.

Asiento y tomo una profunda respiración.

-Mi madre no lo sabe, nadie. Serás el primero y no puedo creer que vaya a confesarme con un vampiro. -me inclino un poco y bajo la voz- cuando tenía 15 años, salí con un chico de mi salón, su nombre era Iker. Fuimos novios por meses a escondidas, no le dije nada a mi madre, sabía que me lo iba a prohibir. Pasaron varios meses y él quiso avanzar con lo nuestro. De solo besos y caricias, pasó algo más. -casi quiero reír al ver al rubio ladear la cabeza- por muy estúpida me entregué a él. Fue mi primera vez y fue horrible. Esa vez le hice creer a mi madre que fuí al instituto pero la verdad fui a su casa. No fue como creí. No le dije nada a mi mamá y al día siguiente, Iker terminó conmigo. Ese día regresé a la casa, triste, molesta con él. Le dí una tonta excusa a mí madre y ella se la creyó y no insistió. Después, todo siguió igual aunque tuve que soportar al ver a Iker en el instituto. Recuerdo que, después de tres días sobre eso, encontré a Darki y él también sabe mis secretos.

Él rubio se aleja un poco.

-Vaya, que desgraciado mortal. -asiento- ¿Dónde puedo encontrarlo? Puedo vengarte si quieres.

-No es necesario rubio. -me inclino y le robo su bebida- él está muerto.

Sonrío mientras lo veo.

-¿Tú lo hiciste?

Suelto una risa. Duro en responder mientras le doy un trago a mi bebida.

-No fui yo- hablo al alejar el vaso de mi boca- Iker salió de viaje con su familia. Él avión en el que iban se extrelló y los tres perdieron la vida.

-¿Y estás... triste por eso?

Frunzo el ceño al escucharlo.

-Sinceramente, fue lo mejor. No siento lástima por él. Se lo merecía ¿No?

Él sonríe ampliamente.

-Definitivamente. -lame sus labios- me encantas criatura. -le regreso la sonrisa- nadie se enterará de esto. Ya veo que no eres tan inocente como creí y eso me gusta.

Me roba la bebida y le da un trago. Me lo devuelve y veo que se pone de pie.

-Niña, de verdad no quiero dejarte sóla pero necesito sangre y he visto a una hermosa mortal interesada en mi.

Frunzo el ceño.

Él rubio observa en otra dirección. Me volteo un poco enfocando a esa chica que mira. Es linda, lo admito, más alta que yo y castaña.

Regreso la vista en él.

Esteban la mira descarado.

-Adelante, que te diviertas con ella.

Gira a verme.

-No te muevas de aquí, no tardaré. Tienes mi permiso para portarte mal. -me dice. Recibo un casto beso en mi sien y se aleja.

Hago una mueca y me giro hasta verlo llegar con esa chica y hablar. En rápidos segundos la convence y los veo irse hasta perderlos de vista.

Niego y regreso la vista en la barra.

Disfruto mi soledad y me dedico a beber. En espera de mi maldito acompañante.

DARREN
-¿Quieres darte prisa? -espeto por tercera vez. Aylin sigue ignorandome y tarda más de lo necesario causando mi molestia. -tenemos que volver ahora.

Silencio de su parte mientras prepara una maleta.

Gruño y me mantengo de pie en el marco de la puerta mientras la veo y espero.

Maldita la hora en que se le ocurrió venir a esta maldita casa por más de sus cosas y maldita la hora en que acepte acompañarla. Aunque, no la hubiera dejado venir sola, ni mucho menos con Esteban. Suficiente estuvo con él estos días.

Me irrita no poder leer su mente. Descubrir lo que piensa. Maldito bloqueo.

-Date prisa. -repito.

La escucho suspirar.

-Si tanto te quieres ir, puedes hacerlo. -se gira un poco- no tienes que esperarme Darren.

-No tengo opcion y lo sabés. Así te moleste, seré tu sombra.

Ella niega y sigue en lo suyo.

Gruño y me adentro a la habitación marcando distancia con ella. La observo de reojo.

-Al parecer, a ninguna le importa el peligro al que se expone. -inquiero- Ana Liz no debió conocer a Owen y tú no no deberías estar aquí, pueden venir las malditas creaciones de Victoria.

-No entiendo porque tanto te preocupas. Puedes derrotarlos. Tal vez termines con ellos, con Victoria y te largues de una vez por todas.

Gruño al escucharla.

Me giro quedando frente a ella. Más Aylin evita verme, como siempre lo a hecho desde ese día. Ninguno de los ha vuelto a hablar sobre eso y así lo prefiero. Sinceramente, no sé que decirle. Es más fácil marcar distancia, evadirnos y fingir que se olvida. Más las circunstancias, nos obligan a estar juntos otra vez.

-Es lo que quiero. Regresar y no tener que batallar con humanas. -me cruzo de brazos.

Obtengo su silencio.

Desde que llegué he notado su molestia hacía mí.

-Estas molesta conmigo ¿No es así?

Ella bufa y gira a verme.

-De verdad que no te entiendo Darren. Te molestaste que Ana liz preguntara por Owen pero tú lo trajiste.

-No es mi culpa que esa niña se interesará en él. -porque recuerdo bien la maldita forma en que lo miraba y ni hablar de sus acelerados latidos- y ya lo solucione. Él no volverá.

-Deberias solucionar cosas más importantes que eso. -la escucho decir.

Doy un paso adelante sin dejar de verla.

-Deja de ocultarme cosas Darren, cosas que implican a Ana Liz. -agrega.

-¿De qué carajos hablas?

La veo tensar la mandíbula y se voltea completamente quedando frente a frente.

-Ya me enteré que sabes de las pesadillas de Ana Liz. Que ella te contó sobre eso y que hay un vampiro tras ella que la controla y no sabés quién es.

-Fue el maldito de Esteban ¿verdad? -mascullo con molestia.

-Ni te atrevas a hacerle algo.

Tenso la mandíbula y obligo a mis colmillos a permanecer dentro de mí boca sin crecer.

-Al menos, él si me contó sobre eso. Tú quieres ocultarme todo y no tienes derecho. Se trata de mi hija, soy su madre Darren, yo también estoy implicada en esto. -agrega en tono alto- cuando te dije que ambos íbamos a protegerla, no me refería a eso. Si se trata de ella quiero saberlo todo y no me ocultes cosas.

-El maldito de Esteban no debió decirte nada. Debería arrancarle la cabeza, no puede mantenerse callado.

Ella se cruza de brazos.

-Hizo bien en contarme y te lo vuelvo a repetir, más te vale Darren. No le harás nada ni mucho menos, reclamar.

-No entiendo tu maldito interés en él. -desvio la vista- esa forma de relacionarse...

-No empieces ahora Darren. -la escucho decir- aquí lo que importa es mi... nuestra... Ana Liz -giro a verla- ¿Cómo vamos a ayudarla? Ella no puede estar en peligro Darren, ella no.

-Ya sé como solucionarlo Aylin. -capto toda su atención- lo estuve pensando. No tenemos demasiada información la verdad. Ella no lo reconoce y tampoco hemos hablado con ella sobre eso pero tenemos que actuar rápido, no sabemos sus intenciones con ella. -hago una corta pausa- supongo que ya debes saber que Ashley y Dominik tuvieron una visión de ella...

-Algo me mencionó Esteban.

Debí suponerlo.

-Bueno, su visión no es clara. No pueden ver a ese maldito vampiro que la controla. -evito darle más detalles de su visión- Pero podemos hacer algo para ayudarla. Intentarlo. -Aylin da un paso adelante- Dominik puede ayudarnos, él puede tener otra visión más precisa de ella, es más fuerte que Ashley y controla bien ese don. Pero para eso, debemos lograr que ese vampiro deje de controlarla, así él podrá ver cómo estuvo en contacto con Ana Liz y podrá indentificarlo. -hago una corta pausa. Aunque no me guste la idea, él es mi única opción- creo que Drake puede también ayudarnos. Él puede controlar mentes humanas fácilmente. Si intenta controlar a Ana Liz, tal vez logre que él ya no la controle. Drake libera a Ana Liz y sabremos quien está detrás de todo ésto.

Ella asiente.

-¿Crees que quieran ayudarnos?

-Sera una orden. -espeto- los obligaré Aylin.

Ella vuelve a asentir.

-Pero, sería poner en riesgo a Ana Liz, sería peligro para ella.

-Tendremos que correr el riesgo.

-¡No! Estamos hablando de nuestra hija Darren. -dice a la defensiva.

Sabía que esta sería la peor parte.

-¿Quieres ayudar a Ana Liz o no? -asiente- entonces, deja que nos encarguemos. Créeme, que tampoco la expondré si corre mucho riesgo. Necesitamos liberarla de esto ¿Entendido?

Aylin baja la vista y toma asiento en la orilla de la cama.

-Porque ella. -la escucho murmurar.

-Las dos estarán fuera de peligro Ayline.

Ella alza la vista al escucharme.

-¿Cuándo piensas hacer esto?

-Lo antes posible.

-Antes debemos hablar con ella. Déjame a mi hacerlo. Tengo que explicarle...

-Esa niña lo entenderá y lo aceptará mejor que tú. -recibo su mala mirada. Sin embargo, presto más atención en su cuello- y date prisa, tenemos que irnos ahora.

Cambio de tema y me doy la vuelta yendo a la salida.

Al salir, me recargo en la pared.

Controlate Darren, no pienses en su sangre.

Tengo que admitir que no me hace nada bien tenerla cerca.

Cerca siendo un peligro para ella.

(...)

Después de una larga espera. Ambos nos dirigimos de regreso a esa casa de Esteban, con dos maletas de sus cosas. Demasiado tiempo desperdiciado.

El transcurso del camino es silencio. Conduzco evitando verla.

Tiempo después y aparco fuera de la casa. Ella baja rápido del auto y imito su acción y corro con velocidad hasta alcanzarla.

Aylin se las ingenia para tomar las maletas y encargarse ella misma, sin aceptar mi ayuda y no pienso rogarle.

Nos dirigimos juntos a la entrada, observo alrededor sin notar nada raro. La dejo adelantarse y espero segundos afuera. Observo el cielo apunto de oscurecer y continúo avanzando hasta la casa.

-Eres terca. -digo en voz baja al verla empujar la puerta y entrar mientras jala las maletas.

Enseguida entro y la alcanzo.

-Hija, ya llegamos. -espeta mientras avanza hasta la sala y deja las maletas- ¡Esteban! ¡Ana Liz! -se da la vuelta y observa alrededor- ¡Hija! -gira a verme- no me escucha, debe estar distraída con su curvo.

Me detengo cerca de las escaleras.

Agudizo mi audición.

-No siento la presencia de Esteban, ni la de ella. -digo captando su atención- de hecho, estamos solos.

Dicho esto y corro con velocidad hasta llegar al inicio de las escaleras. Me detengo y camino directo a su habitación mientras escucho la voz lejana de Aylin al llamarle.

Llego a su habitación y abro la puerta. Basta un vistazo alrededor para comprobar que no se encuentra ella aquí, solo está ese maldito cuervo caminando en la cama. Gruño y cierro la puerta de golpe.

-¡Darren! ¡Darren! -veo a Aylin repetir mi nombre mientras llega hasta mí con la respiración acelerada.

-No están aquí. Ninguno se encuentra en la casa.

Ella se detiene enseguida.

-¿Qué? No, no es posible. Ana Liz debe estar aquí. -espeta y imita mi acción. Abre la puerta de esa habitación y lo comprueba por ella misma. La cierra y gira a verme- Darren, debes buscarla, deben estar en algún lado de la casa o...

-Aylin, no están. Si estuvieran cerca, sentiría su presencia.

Ella se recarga en la pared.

-¿Y si se la llevaron? -niega enseguida- Darren, no, ella no ¡Debe estar en peligro! ¡Debemos encontrarla! ¡Victoria la tiene!

-Aylin...

-¡¿Por qué Esteban no la cuidó bien?!

-Ayline...

-¡Ana Liz, no!

Gruño y me acerco a ella.

-Controlate Aylin. -le digo en tono alto mientras la sostengo de los hombros. Ella me observa fijamente- la vamos a encontrar, la voy a encontrar y estará de regreso. Pagará quién se la haya llevado.

Mis palabras logran tranquilizarla un poco. Enseguida noto sus lágrimas en sus ojos.

-Encuentrala ... Darren... Por favor.

La suelto lentamente mientras asiento.

+++

Tengo problemas con la búsqueda.

En primera, hubiese ido ya por ella o al menos salir a buscarla hasta encontrarla. El problema es que no me atrevo a dejar a Aylin sola y más al ver lo alterada que está y no escucha razones. Pensé en llevarla conmigo pero sería más difícil en la búsqueda y más tardado.

Segundo. No logré salir de la casa cuando llegó ese maldito mortal. Aylin le contó todo y ahora es quién la consuela. Sin alejarse de ella y por ese motivo, no quiero irme aunque me veo obligado a ir por Ana Liz, sin embargo, no pienso dejarla a solas con ese maldito mortal.

-Ella está bien Aylin. Va a regresar. Tranquila.

Gruño al escucharlo.

Los tres nos encontramos en la sala. Ellos sentados en el sillón y de mi parte, a una cierta distancia de ellos sin dejar de verlos.

-Es mi hija Carlos, no puedo estar tranquila. Dejar de preocuparme por ella.

Mis manos que se encuentra recargadas en el respaldo del sillón, ejerzo fuerza al escucharlo hablar. Tan solo verlo cerca de ella causa que mis uñas crezcan y deseen eliminarlo.

-Deberias salir a buscarla Darren.

Dejo de ver a ese mortal con mirada asesina y me concentro en ella.

-Debemos esperar, tal vez Esteban solo salió con ella.

-¿Esperar? ¡No, Darren! ¡Yo no puedo esperar! ¡Ana Liz debe estar en peligro y tú no haces nada!

-Aylin, calma. Que estés así no ayudará.

Él la abraza.

-Escucha Aylin. -capto su atención ignorando a ese maldito mortal- iré a buscarla y la voy a encontrar, pero antes debemos estar seguros que Victoria se la llevó. La casa no está destrozada y no huelo la presencia de otro vampiro distinto que no sea nosotros. Para eso, debió entrar y no fue así. Debió salir con Esteban.

-¿Y con que derecho él se la lleva? ¡Sin mi permiso! ¡Ya es casi de noche Darren!

-Esperaremos un rato, si anochece, iré por ella ¿entendido Ayline?

Ella me observa segundos y asiente.

-De acuerdo. -se safa de su agarre y se levanta. Él imita su acción.- pero no puedo esperar tanto. Necesito tener a Ana Liz aquí, conmigo.

-Aylin, porque no vas a tomar un vaso de agua, te ayudará. -escucho hablar a ese maldito mortal- verás que tú hija está bien.

Ella lo mira fijamente y asiente.

Observo sus movimientos hasta perderla de vista al entrar a la cocina.

-Espero que hagas bien las cosas vampirito.

Fijo la atención en él al escucharlo.

-No vuelvas a llamarme así. Ni te atrevas a dirigirme la palabra.

Él asiente y aparta la vista.

-De acuerdo, Darren. -pronuncia mi nombre con irritación.

Lo veo tomar asiento.

Gruño y dejo de verlo.

-Deberiamos llevarnos mejor.

-Eso nunca. -le respondo al escuchar su molesta voz.-antes prefiero eliminarte.

Giro a verlo.

-Es obvio que ninguno se soporta. Es mutuo, créeme, pero al menos si vamos a estar conviviendo juntos aquí, deberíamos hacer un esfuerzo. Por Aylin, ambos queremos lo mejor para ella.

-No me interesa escucharte maldito mortal.

Lo veo cruzarse de brazos.

-Ya superalo Darren, acepta que Aylin me eligió a mí. -encajo mis uñas en el sillón al escucharlo-. Ella me quiere a su lado, -agrega en tono bajo. Es malditamente inteligente al evitar que ella no nos escuché- ella no soporta estar más con vampiros. -evito responderle y eso causa que él sonría ampliamente- Por años tuve que soportar verla con alguien más, primero con Zack, después cuando creí que tenía la oportunidad con ella, llegaste tu a joderlo todo. -pausa- al menos, fue por poco tiempo. Cuando te fuiste, ella me eligió a mí, me prefiere y no pienso dejarla ir porque yo sí la amo. Siente lo que sentí al verla tanta veces contigo y mira ahora, las cosas son diferentes.

Sonrío malicioso.

-Eres un maldito ingenuo. Ella sólo te está utilizando, eres insignificante para ella. -borro mi sonrisa- ¿En verdad crees que prefiere a un maldito mortal que un vampiro? Si está contigo, fue por el simple hecho de haberla dejado pero créeme maldito mortal- con velocidad llego hasta él causando miedo en su mirada- si yo quisiera conquistarla, me elegiría a mi de nuevo. Puedo quitartela de tu lado y me llevaría lejos, muy lejos de ti. Incluso, puedo convertirla y que sea tan despiadada como yo.

Él se mantiene en silencio.

-Darren, aléjate de él.

Su voz me obliga a marcar distancia.

Veo a Aylin avanzar hasta nosotros.

-Ya es suficiente, no estoy para batallar con ustedes dos.

Me cruzo de brazos y miro al maldito mortal.

Él se pone de pie y se acerca a ella.

-Tranquila Aylin, solo estábamos hablando. Le propuse a Darren llevarnos bien y él acepto ¿verdad?

Enarco una ceja.

-¿De verdad? -espeta ella.

Recibo sus miradas.

No, deseo eliminarlo.

-Solo por ella. -me dirijo a él- pero ni te atrevas a dirigirme la palabra o te arrancaré la cabeza.

Dicho esto y me doy la vuelta alejándome de ellos.

Ignoro su murmuro "da miedo" le dice a ella.

Ignoro sus pensamientos.

Maldito mortal.

Evito verlo y me dedico a ver hacía la puerta. Soportando la compañía de dos humanos irritantes.

+++

ANA LIZ
Tengo dos bebidas frente a mí. Le doy un trago a una mientras espero al rubio que ya a tardado y estoy empezando a desesperarme al estar sola aquí. Además, me siento vigilada.

La verdad, no le encuentro la diversión. Soy consciente que esto solo me traerá problemas con mi madre... con Darren.

-Te has divertido sin mi.

Suelto un pequeño brinco al escuchar su voz y después su risa.

-Eres un idiota rubio. -le digo al verlo a un lado de mí. Él toma asiento en su lugar.-¿Ya dejaste de divertirte tú con esa víctima?

Su sonrisa se ensancha.

-Mi sed está controlada. Obtuve ciertos beneficios con ella.

Lo analizo completamente. Lo observo fijamente a los ojos.

Él sigue pareciendo "normal" sin esos ojos rojos o colmillos ser evidentes.

-Espero que la hayas dejado con vida.

-Tenia que hacerlo. -rie malicioso- me fue más satisfactorio arrebatarle su sangre y su miserable vida. Después de recibir un poco de placer que ella no se negó a darme.

Hago una mueca.

-No te pedí detalles. -digo rápidamente- espero que nadie se de cuenta. No te juzgo, después de todo, eres eso.

-Descuida criatura, no van a encontrarla. -me roba mi bebida y le da un trago- ahora sabe diferente, prefiero la sangre. -la deja sobre la barra- ¿Te has portado mal? ¿Alguna nueva conquista?

-Estoy aburrida, me has dejado sola casi una hora. Ya quiero irme. Lo único que recibo es bebidas gratis de desconocidos que rechazo. Además, me siento acosada.

-Relajate criatura, ya estoy aquí.

Bufo y desvío la vista viendo a ese sujeto.

-No entiendes rubio. -me acerco más a él- me siento de verdad vigilada. -capto su atención- me dí cuenta que ese tipo de allá no deja de vernos. Desde que llegamos se a mantenido en ese lugar y nos observa. Después, tú te fuiste y se la pasó viéndome.

Esteban frunce el ceño y desvía la vista en dicha dirección.

-No le des importancia.-dice y regresa la vista en mí.

-Es raro como tú.

-¿Será porque es un vampiro?

Pestañeo varias veces.

-Vampiro -susurro- ¿estás seguro de eso? -me inclino siendo una nula distancia entre nosotros.

-Lo es, puedo diferenciarlos entre los humanos. Si te has dado cuenta, lleva el mismo anillo que yo. -alza su mano mostrándome el suyo. Ese mismo anillo que he llegado a verle a todos ellos- además, su energía es diferente, fuerte. De hecho aquí hay muchos de nosotros -espeta tranquilo y bebe de su vaso.

-A-aqui hay... -paso saliva- Entonces ¿por qué me dejaste sola? -le doy un golpe en el hombro.

Él gira a verme con la ceja levantada.

-No vuelvas a hacer eso. -carraspea- ya tranquilizate niña, vienes conmigo. No te ha pasado nada. Todos aquí deben creer que eres mi donante o solo una víctima más. Si te ven con un vampiro, creerán que ya tienes dueño y de cierta forma, creen que me perteneces.

-Pero.. -giro a ver a ambos lados. Veo rostros desconocidos. Sigo sin creer que alguno de aquí es uno de ellos- entonces, hay que irnos. Rubio de verdad, si ese tipo de allá es vampiro, no deja de vernos, a mí. -recalco.

-Y posiblemente nos esté escuchando. Apesar de la alta musica, nosotros podemos escuchar perfectamente a largas distancias.

Pestañeo varias veces.

Me obligo a reaccionar y me alejo un poco.

Demasiado tarde me has dicho.

Esteban sigue tan tranquilo y yo estoy perdiendo la tranquilidad.

Giro a ver a ese tipo y me tenso al ver que se acerca m

-Rubio, te está acercando. -le digo mientras me acerco más a él- ya viene hacia nosotros. -susurro mientras lo veo de reojo.

De pronto, dejo de verlo y me mantengo con la vista puesta al frente hasta que...

-Se puede saber, ¿qué hace una preciosa chica en estos lugares? -escucho una voz grave detrás de mí.

Paso saliva. Le doy una rápida mirada al rubio que ni siquiera me mira y giro lentamente a verlo. Lo observo de pies a cabeza. Es muy atractivo, debo de admitirlo. Esta vestido completamente de negro con una chaqueta negra de cuero puesta y su cabello lo tiene del mismo color, negro oscuro y es evidente su palidez.

-Largate, ella viene conmigo. -escucho decir al rubio. Esta vez sin burla. De hecho, es la primera vez que lo escucho hablar fríamente. En tono de advertencia.

Observo a los dos que se retan con la mirada.

Ese desconocido deja de ver a Esteban sin borrar esa sonrisa maliciosa y posa su vista en mi.

-No sabía que tú novio fuera muy celoso.

-No, no es mi novio. Es solo un amigo- por una extraña razón quiero darle explicaciones. Le sonrío mientras ignoro la mirada confusa del rubio. Recibiendo una mirada indescifrable por parte de ese otro vampiro.

-¿Enserio? -sonrie. Ante la cercanía y la poca iluminación del lugar, puedo verle sus colmillos al sobresalir de su boca- es justo lo que quería escuchar.

Lo veo avanzar. Llega hasta nosotros y se coloca en medio. Sin embargo, me da la espalda y toda su atención está en Esteban. Ladeo un poco la cabeza para verlos. El rubio no deja de verlo con desconfianza.

-En ese caso, me llamo Alejandro Blade, te dejo mi tarjeta por si gustas llamarme. -veo que le desliza a Esteban una pequeña tarjeta negra con letras blancas. Dejando una nula distancia con su mano- quiero creer que eres uno de los nuestros lo bastante actualizado que se adapta a esta tecnología moderna de los humanos. Muy favorable. Espero que le des buen uso y espero tu llamada, guapo.

Abro los ojos al escucharlo.

Que confianza.

Sin embargo, le doy más importante a la mirada de Esteban. Es divertido verlo así. Él se encuentra asombrado, nervioso. Sin ningúna pizca de burla o valentía.

-Deseo volver a vernos, Esteban Williams.

Y sin esperar respuesta de él. Ese raro vampiro se aleja de nosotros. Recibo su mala mirada y lo veo alejarse hasta que lo pierdo de vista.

-Woo, qué fue eso. -inquiero mientras analizo lo ocurrido y veo al rubio. Él evita mi mirada y observa al frente- creí que estaba interesado en mi y vaya que me equivoqué. -sonrio con burla- no me niegues que está muy atractivo. Si deberías llamarle. Incluso te conoce.

Estoy por tomar la tarjeta cuando su mano lo impide.

-Deja eso. No te metas niña.

Giro a verlo, está vez sin burla en su mirada.

-No entiendo tu comportamiento. Deberías darte una oportunidad con él. No me niegues tus gustos. Te conoce.

-Escuchame bien niña. -ladea la cabeza- no tengo interés en involucrarme con alguien, ni con él. Tengo otras prioridades para pensar en eso. Además, le hice una promesa a Nohemi. Nadie la reemplaza, no necesito estar ahora con alguien. -pausa- y no es raro que me conozca, muchos lo hacen.

-Rubio pero...

Siento su fría mano cubriendo mí boca.

-Ni una palabra de esto. No, niña. No intervengas en mis descisiones. -baja su mano y se levanta- este lugar ya es aburrido, vámonos. -lo escucho decir, lo veo tomar la tarjeta y se la guarda en el bolsillo.

Enseguida avanza lejos de mi.

Rápido reacciono, me pongo de pie y lo sigo antes de que me cobren por las bebidas. Trato de alcanzarlo sin borrar la sonrisa burlona de mi rostro.

...

Minutos después y llegamos a la casa. Avanzamos juntos, estamos casi por llegar a a la entrada. Siendo la misma forma de huir de aquel lugar, con esa velocidad increíble. Pero está vez, ese rubio solo tomó mi mano y me soltó al llegar. Eso causando un leve mareo en mi.

Lo noto extraño, sin articular palabra y eso es raro de él.

-Criatura. -me detengo al escucharlo de pronto- ni una palabra a nadie de lo que sucedió en ese lugar. Ni mucho menos, menciones a ese ... vampiro que se nos acercó.

-¿Te refieres al que estaba interesado sólo en ti y a mí me ignoró?

-Si, él. -masculla con irritación.

-Tranquilo, será nuestro tercer secreto.

Él asiente.

-¿Lo buscarás?

-No tengo interés en él.

Musito pensado en una buena idea.

-Si se acercó, fue por ti.

-Soy irresistible, lo sé. -se encoge de hombros- ni una humana se resiste. -me medio sonríe- hay que entrar y recuerda, tus secretos lo voy a guardar y los míos, tú lo harás.

Asiento.

No me conviene que él hablé. Demasiada información valiosa le dí está noche.

-Hay que entrar. -digo y avanzo hasta la entrada de la casa.

Termino por entrar, detrás del rubio al esperarlo.

-Oye, deberíamos repetir estás salidas, confieso que si me divertí un poco. -confieso mientras lo alcanzo.

De pronto, él se detiene.

-No lo creo. -lo oigo decir.

Me obligo a detenerme a su lado al ver a mi madre, a Darren y a Carlos frente a nosotros. Mi madre cruzada de brazos, molesta.

-¿Cómo te atreves a llevarte a mi hija sin mi permiso Esteban? -le dice ella al rubio.

-Mamá la verdad es que...

-¡¿Te das cuenta de peligro que la expusiste?! ¡Estaba muy preocupada por ella!

-Pequeña, tu hija está bien. No exageres, solo fuimos a divertirnos un rato. Estaba conmigo.

-No debiste llevártela Esteban. -oigo decir a Darren. Lo veo con esa mirada indescifrable, su atención fija en el rubio- incluso tú eres peligroso para ella.

Escucho al rubio gruñir.

-Aylin estaba muy preocupada por tu culpa.

Me sorprende al escuchar la voz de Carlos.

-Puedo soportar el regaño de sus creadores pero¿el tuyo? -oigo decir al rubio mientras se dirige a Carlos- ¿Cómo te atreves a hacerlo? ¿De verdad te quieres enfrentar a mí?

Lo detengo apenas avanza dos pasos en dirección a Carlos. Él rápido retrocede y se oculta detrás de mí madre.

-Rubio, ya es suficiente. -alejo mi mano de su muñeca- no vale la pena. -giro a ver a mis creadores- mamá, Darren, yo sé que no debí salir de esa forma con Esteban pero solo queríamos divertirnos.

-Hija, estás expuesta al peligro. -emite mi madre en tono alto- y Esteban lo sabe y aún así no le importó.

-Vuelvo a repetir, tu hija está bien.

-Allá afuera hay vampiros que son peligrosos para ella, entiende eso Esteban.

-Mamá, no es toda su culpa.

-Estoy hablando con él. Después, hablaremos tú y yo Lizbeth. -emite ella en ese tono molesto y en la forma que dijo mi nombre, prefiero guardar silencio.

Veo a mi madre dar varíos pasos cerca del rubio.

-Escuchame bien Esteban, que sea la última vez que te llevas a mi hija de esa forma ¿de acuerdo?

-Reconozco mi error pequeña y lo siento. Pero tú hija necesitas un poco de libertad. Debe estar harta de ti.

-Yo solo la protejo.

-Le prohibes tantas cosas pequeña. Esa no es forma de criarla. Ni siquiera tiene confianza contigo.

-Esteban, ya basta- interviene al voz de Darren.

-Es mi hija, no tuya. -le responde mi madre.

-Y tienes razón, lo es pequeña pero date cuenta del gran error que estás cometiendo.

Ambos ignoran a Darren.

Él gruñe en respuesta.

-No te metas en la forma de como la crío cuando en todos estos años lo he hecho sola, sin la necesidad de un vampiro cerca.

Esteban retrocede dos pasos.

-Sabes algo, ya estoy harto de escuchar siempre lo mismo, es mi hija, mi hijo. -dice él con molestia- Tal vez sí son los creadores de ellos pero reconozcan que han sido los peores, por algo ellos prefieren mi compañía y no necesito tener mis propios hijos para entenderlos.

Veo al rubio cambiar su aspecto. Su apariencia de vampiro ser presente. Enseguida Darren intervine y aleja a mi madre de él.

-Yo no pienso hacerle daño a tú hija, es todo lo contrario pequeña. Siento esto pero no pienso alejarme de ella o de ti -emite él y recibo su mirada por segundos- y para tu información, tú hija no es tan inocente como crees. Ambos son malos creadores.

Dicho esto y lo veo desaparecer con increíble velocidad.

Lo último que escucho es la puerta ser cerrada con fuerza por él.

Carraspeo y enfoco mi vista en ellos.

Veo a mi madre, ella aún cruzada de brazos viéndome fijamente.

Ignoro a Carlos, me causa un poco de miedo al ver a mi madre realmente molesta, pero más miedo me causa, al tener a Darren frente a mí y esa fría mirada que recibo.

Sé lo que me espera, un largo regaño por parte de mí madre y soportar la presencia de Darren, que como veo, está de parte de mi mamá.

CONTINUARÁ...

++ Doble capitulo. Sigue leyendo ++

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