Capítulo 32 ✗ Segundo ataque
🦇 Narradora 🦇
Ana Liz escucha con atención a su madre. Después de quedarse a solas, sin la presencia de Carlos o un vampiro cerca, ambas tienen esa plática pendiente. Ambas sentadas en la sala, una frente a la otra mientras que Aylin menciona las palabras adecuadas para hacer entender a su hija. Ella se limita a escucharla, guardarse su opinión al respecto y hacer muecas mientras la sigue escuchando.
Aylin termina de hablar y suspira esperando una respuesta de su hija.
—Por favor no te quedes callada.
Ana Liz se remueve un poco en su lugar y estira sus brazos colocando sus manos sobre las de su madre.
—No estoy de acuerdo con tu decisión. —la mira fijamente mientras hace una corta pausa—. Pero voy a respetarla. Si quieres estar con Carlos, adelante.
Ana Liz aparta las manos de su madre.
—La verdad me hubiese gustado verte con alguien más. —ella se encoge de hombros—. Lo que si quiero dejar en claro es que nada hará cambiar mi idea de ver a Carlos. No lo acepto mamá. No puedo llevarme bien con él.
—Hija, Carlos solo quiere nuestro bien. Nos protege.
—Como ellos y aún si los rechazas.
—No estamos hablando de ellos. —le responde Aylin duramente—. Lo que quiero que te quede claro es que ellos no siempre van a estar con nosotras. Ahora Darren se fue, cuando termine todo esto, se irán. Después solo seremos nosotras y Carlos, como siempre a sido.
—Ya nada será igual como antes mamá. No después de saber que una parte de mí es como él.
—Tu no eres igual que él Ana Liz.
Ella suspira.
—Nos estamos desviando de tema, creí que no querías hablar sobre ellos. Mamá lo último que quiero es salir peleada contigo. Se supone que corriste a Carlos para hablar sobre lo suyo.
—No corrí a Carlos, él fue a la casa de sus padres para darnos espacio.
—Como sea. —Ana Liz rueda los ojos—. Tu querías escuchar mi opinión y seguirá siendo la misma. No acepto a Carlos. Si tú quieres seguir con él, está bien. Solo quiero que tú estés bien así sea con él. De mi parte, yo sí aceptaré a esos vampiros, a mi padre y quiero pasar tiempo con ellos, conocerlos. Disfrutar todo el tiempo que estén aquí.
Ana Liz se pone de pie apunto de marcharse.
—Espera hija...
Ella se detiene y se cruza de brazos.
—Si tu respetas mi desición, yo aceptaré la tuya. Dejaré que estés cerca de ellos, de él.
—¡¿Ya no vas a rechazarlos?! —le pregunta Ana Liz con emoción.
Aylin niega causando una sonrisa en su hija.
—Tal vez me equivoqué con ellos. —se pone de pie—. Reaccioné mal por la muerte de Sam. Entiendo que ellos nos quieren proteger y yo quiero protegerte a ti, debo reconocer que necesito su ayuda, aún desconozco su mundo. Como peligrosamente son.
Ana Liz da un paso adelante.
—¿Dejarás que estén cerca de mi? —con duda Aylin asiente—. ¿Perdonarás al rubio y no lo culparas por la muerte de mi tía Sam?—Aylin rendida vuelve asentir—. ¿Dejarás que me relacione más con mi padre?
—Dejare que estés cerca de Darren y él de ti. Eso sí, con precaución, que no se te olvide que siguen siendo vampiros.
—¡Gracias mamá! —Ana Liz la abraza tomando por sorpresa a su madre—. Eres la mejor mamá. —se aleja de ella notando una leve sonrisa en el rostro de su madre—. Sé que no te lo dicho muy a menudo pero te quiero mamá. Te prefiero mil veces que a ellos. —Ana Liz toma sus manos— entiendo que te duele la muerte de mi tía Sam, pero debemos seguir adelante. Te voy ayudar. Ella apesar de todo, no te dejó sola y yo tampoco lo haré. Entre las dos vamos a cuidarnos mamá, unidas. Ellos vengaran la muerte de mi tía Sam, ellos van a terminar con el peligro. Después todo esto será una rara historia que contar.
—Eso espero hija.
Ana Liz suelta a su madre, se inclina un poco y le roba un rápido beso en la mejilla.
—Tienes razón hija, debo ser fuerte, superar la muerte de mi amiga. —Aylin vuelve a tomar asiento en el sillón—. Admito que me sorprende tu fortaleza hija. Tu valentía al estar rodeada de vampiros, cuando aquí soy yo la que más miedo tiene.
Ana Liz imita su acción y se coloca a su lado.
—Eres fuerte mamá y juntas podemos con todo.
Aylin asiente y gira a verla.
—Te quiero hija.
—Y yo a ti mamá.
Aylin la observa con atención al escucharla. Palabras que le son muy significativas para ella.
Se regaña a ella misma al pensar que su hija cambiaría. Acepta que se equivocó al pensar que ellos la alejarían de ella. Por el temor a perderla fue su forma de actuar. Sin embargo, aprecia que ahora estén más unidas que antes.
—Mamá. —la voz de su hija la hace reaccionar y dejar sus pensamientos. —¿Vas a perdonar a mi ... a Darren?
—No puedo hija.
—Mamá, sé que él se equivocó y...
—Ana Liz no es fácil. —la interrumpe ella—. No voy a perdonar a Darren, mi forma de ser con él seguirá siendo la misma. Tal vez acepte a todos ellos, pero a él no. Mi odio es solo con él.
—¿No puedes hacer una excepción?
Aylin niega segura.
Ana Liz suspira rendida.
—Supongo que será muy difícil hacerlo.
—La verdad no me preocupo por eso. Lo único que nos une eres tú hija, ambos te vamos a proteger pero nada más. Lo nuestro de acabó desde el día que él se fue.
Ana Liz recarga su cabeza en el hombro de su madre. Sin insistir más sobre el tema, sin embargo, planeando un plan en mente para lograr verlos juntos.
...
Mientras tanto, a una cierta distancia se acercan ellos. Entre más pasos, más pronto llegan a la entrada de la casa. Ella sube el escalón mientras escucha y soporta las quejas de su hermano.
—Fue una tontería venir aquí Amaris.
—Ian deja de quejarte, tu quisiste acompañarme.
El peliblanco bufa y se detiene.
—Sabes que no te dejaría sola.
Amaris se detiene y gira a verlo.
—Son solo humanas, tranquilizate.
—Solo humanas que les importan tanto a esos chupasangre. Date cuenta del riesgo que estamos al estar aquí.
—Ian estamos de su lado. Somos equipo.
Él resopla.
—En eso tampoco estoy de acuerdo. Nos estamos arriesgando Amaris, estás arriesgando a la manada solo por ayudarlos.
—Ian se lo debemos. Que no se te olvide que esos vampiros y esa humana, salvó a nuestro padre. —Amaris se acerca a él—. De lo contrario nuestro padre nunca hubiese regresado conmigo. No había estado con los dos.
Su semblante de molestía disminuye.
—Estoy enterado de esa parte de la historia. Nuestro padre nos las contó muchas veces, no es necesario que me la repitas. —Ian sube los escalones—. Solo quiero cuidarte como se lo prometí.
—Ian la mayor soy yo, soy la Alfa de la manada.
—Exacto Amaris, por algo nuestro padre te dejó a cargo. Lo has hecho bien hasta ahora pero estás priorizando otras cosas. Piensa en el bienestar de la manada.
—Ian eso hago. He demostrado ser la mejor Alfa, esto solo es algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo, se lo prometí a papá.
Sin embargo, Ian ignora lo último.
—Tan buena Alfa eres que dejas a Yael a cargo.
—Solo será mientras volvemos. Él lo hará bien.
—A Yael no le importa la manada Amaris. Solo ve por su bien, solo te quiere a ti.
Amaris harta suspira, sin querer hablar del mismo tema se limita a decir:
—Ahora no lo entiendes Ian, tú no la conociste. Solo nos tomará poco tiempo y nos iremos, ¿de acuerdo hermanito?
Ella revuelve su cabello, él enseguida se molesta y aparta su mano bruscamente.
—Deja de quejarte y vamos. —agrega ella y se da la vuelta.
Al llegar a la puerta, sin dudar toca dos veces y se dedica a esperar.
—Ian, solo recuerda que nuestro deber es cuidar de los humanos, a ellas. Debes entenderlo. —le dice ella al llegar él a su lado—. Si algún día llego a faltar, tu serás el nuevo Alfa.
—No lo haría tan bien como lo has hecho Amaris. Por ti es que la manada está unida.
Ella está apunto de responderle cuando la puerta es abierta por Aylin. Ella entre abre un poco la puerta y con confusión los observa.
—Hola. —la saluda Amarís con una sonrisa.
Aylin los observa dudosa a cada uno y nerviosa cierra más la puerta.
—¿Qué quieren? No los conozco, yo no...—cierra la puerta de golpe sintiendo su corazón acelerarse.
—No, espera, abre por favor. —Amaris toca la puerta varías veces—. Tranquila, no te haremos daño.
—¡Vayanse! —les grita Aylin desde adentro. Maldiciendo al no tener a uno de esos vampiros cerca.
—No vamos hacerle nada, estamos de su lado. —ella suspira y se aleja dos pasos de la puerta—. Soy Amaris, la hija de Iván ¿me recuerdas? En ése entonces era una niña cuando te conocí Aylin.
Amaris observa la puerta esperanzada.
—Vamonos Amaris, no abrirá.
—Espera un poco Ian.
No obstante, la puerta se abre poco a poco.
—¿Me recuerdas? —le pregunta Amaris al ver a Aylin frente a ella.
—Te recuerdo. —la observa de pies a cabeza—. Has cambiado mucho. —desvia la vista en Ian con desconfianza—. Pero no confío en ninguno. Lo siento.
Aylin está por cerrar la puerta de nuevo cuando el grito de Amaris la detiene.
—Estamos de su lado. —repite ella—. Nos unimos con esos vampiros para protegerlas.
Aylin frunce el ceño.
—Te repito, no vamos hacerte daño. Solo quisiera hablar contigo, no se me olvida lo que hiciste hace años por mi padre, por favor.
—Amaris ¿verdad? —ella asiente—. No puedo dejarte pasar, que ambos estén adentro no es seguro para...
—¿Quién es mamá? —la voz de Ana Liz la interrumpe. Ella sin importarle se asoma viendo a Amaris y a Ian con curiosidad.
—Hija entra a la casa. —le pide Aylin autoritaría.
—La hija de ese vampiro, ya había escuchado de ella.
—¿Qué tanto saben?
—Lo necesario, ahora podemos hablar mejor si nos dejan pasar.
—Perdemos el tiempo Amaris, vámonos.
—¿Los conoces mamá?
Aylin asiente y duda un momento.
—Esta bien, pueden entrar. —enseguida se aparta de la puerta y les permite el paso colocando a su hija detrás de ella.
Apenas Amaris y Ian entran a la casa. Aylin suspira y cierra la puerta avanzando obligando a Ana Liz a permanecer detrás de ella.
—Ya me dirás quienes son. —le exige Ana Liz.
Ellos se detienen en la sala observandolas. Aylin y Ana Liz a una cierta distancia de ambos.
—Hay una parte de la historia que no conoces hija.
—¿Aún hay más? —se queja ella.
Amaris ríe.
—Debes estar muy confundida. —habla ella— mi nombre es Amaris, él es mí hermano Ian, yo conocí a tú madre hace años cuando ellas salvó a mi padre junto a esos vampiros. Gracias a ella mi padre regresó conmigo y fue el mejor Alfa de la manada.
—¡¿Alfa?! Eso quiere decir que ustedes son... —Ana Liz sorprendida sale de su escondite—. Existen, si existen.
—Hay muchos seres existentes en nuestros mundos.
—Eso es genial. —emite ella y se acerca un poco—. Hace poco me enteré de la existencia de vampiros y ahora ustedes... Quiero saber más...
Aylin la obliga a detenerse.
—Mi hija es demasiada curiosa, no entiende el significado de precaución. —Aylin la hacer retroceder varios pasos sin soltarla del brazo con delicadeza.—no quiero sonar grosera, pero ¿a qué vinieron exactamente?
—Queria agradecerte nuevamente por salvar a mi padre, todo esté tiempo no te he olvidado y ahora tengo una deuda contigo y con tú hija. Fue una promesa que le hice a mi padre.
—No lo hice yo sola.
—Influenciaste para convencer a esos vampiros. Créeme que mi padre me contó con detalles ¿verdad Ian?
Él suspira y asiente.
—Tanto mi hermana y yo estamos agradecidos. Mi padre nos contó todo y siendo sincero, Amaris no hubiera visto a mi padre de nuevo y yo jamás hubiera nacido. Estamos en deuda.
Ian hace una rápida reverencia.
—Le prometí a mi padre que llevaría a Ian a conocerte, que te ayudariamos si lo requerías justo como ahora. Es lo que a él le hubiese gustado ver. —Amaris hace una expresión triste—. Lo perdimos hace años, en una guerra contra más de nosotros dónde salió herido gravemente. En ése tiempo no encontramos ningún vampiro cerca para ayudarlo, salvar su herida. Ellos estaban en el Castillo y nosotros no teníamos permitido acercarnos. Perdimos a nuestro padre sin antes nombrarme la nueva Alfa y llevar acabo mi promesa. Tanto mi hermano y yo, estamos muy agradecidos, mi manada con usted.
Amaris limpia rápido de su mejilla una lágrima rebelde y hace una rápida reverencia.
Aylin y Ana Liz se ven entre ellas.
—Siento lo de tu padre Amaris. —le dice Aylin al verla enderezarse—. No sé que decir ante esto, no pensé que volvería a verte. —Aylin le sonríe—. Tu padre nos ayudó mucho ese día, fue un raro equipo.
—Vampiros, un hombre lobo y tres humanos. —Amaris menciona—. Fue mi historia favorita de niña. —hace una corta pausa—. Estamos al tanto de todo y vamos ayudarlas, tienen nuestra protección. Le jure a ese vampiro que le ayudaría a encontrar a esa tal Victoria, acabar con sus creaciones.
Ambas asienten.
—¿Han visto algo raro? ¿Esas creaciones cerca? —les pregunta Ian.
—Todo es tan raro desde que ellos regresaron. —murmura Aylin para ella misma—. Bueno, hay ciertas cosas que han pasado, ellos dijeron que iban a vigilarnos.
—No sentí su presencia cerca. —emite Amaris.
—Darren regresó al Castillo pero volverá pronto. Lo prometió. —dice Ana Liz.
—Aun no me creo que ese vampiro tenga una hija contigo, es tan raro. —Amaris deja de ver a Ana Liz—. Bueno, hay algo que deben saber. Las creaciones de Victoria son peligrosas, nos hemos enfrentado y derrotado a varías de ellas pero el número sigue en aumento.
—Cada vez está convirtiendo más humanos y los obliga a estar de su lado.
—Y nuestro deber es protegerlos, queremos acabar con esa vampiresa. También es nuestra lucha.
—¿Saben dónde se oculta? —Amaris niega— ¿Son demasiados? —cuestiona Aylin.
—En gran número.
Aylin suspira.
—Entiendo. —hace una corta pausa—. Siento mi desconfianza, sientense por favor.
Amaris toma asiento en el sillón quedando Ian de pie.
Rápido Ana Liz toma asiento frente a Amaris.
—Yo tengo muchas preguntas que hacerles.
—Ana Liz no empieces.
—Dejala Aylin.—habla Amaris sin dejar de verla— hazlo, responderé lo que pueda.
Ana Liz sonríe ampliamente sin dejar de verla con curiosidad.
Aylin a la vez preocupada por su presencia, analiza la información y se da cuenta que cada vez su hija está más involucrada.
(...)
Por otro lado, Esteban maldice varias veces. Busca y sigue avanzando sin lograr encontrar a Dean al estar en el mundo mortal.
—Mi culpa, no lo es. —gruñe—. malditos desgraciados... Malditos todos. —de pronto se detiene y observa alrededor—. ¿Dónde estás Dean? —hace una mueca y sigue avanzando.
Varios minutos después, se detiene al sentir su presencia cerca. Esteban victorioso observa esa casa frente a él. A pasos lentos avanza con las manos en los bolsillos. Se las ingenia para entrar ignorando el ardor en su cuerpo y busca a Dean de inmediato.
—¿Te diviertes sin mi? —le dice al verlo a una cierta distancia de él.
Ese joven vampiro perdido sin dejar de ver los cuerpos que yacen en el suelo, con heridas profundas en su cuello, con un charco de sangre bajo de ellos y en el vampiro una terrible apareciencia, con manchas rojizas obvias en su cara y ropa.
—Dean. —repite Esteban y se acerca con velocidad hasta él—. Dean. —lo zarandea logrado captar su atención—. Te encontré sobrino, nunca fue difícil encontrarte.
Dean parpadea varias veces.
—¡¿Tío Esteban?! —rapido lo abraza—. ¡Tío Esteban!
—Dean me ensucias de sangre.
El rubio lo obliga a alejarse de él y observa alrededor con una mueca.
—¿Lo hiciste tú sólo?
—Perdi un poco el control.
—Nah, esto es increíble Dean. Una verdera obra de arte.
—No, no está bien. Desde que estoy aquí he matado a varios humanos sin piedad. Entré aquí y admito que disfrute herirlos, robarles su sangre y matarlos a cada uno.
—No te sientes culpable Dean, es tú naturaleza.
Esteban retrocede al ver un charco de sangre, este apunto de manchar sus zapatos.
—De mi parte no vas a recibir regaño. Al contrario, estoy orgulloso Dean.
Él niega.
—Acepto mi naturaleza Tío Esteban, pero esto es demasiado. No estoy listo para estar aquí.
—¿Tan pronto te arrepientes?
—No, no es eso. Fue una buena experiencia pero será mejor que vuelva antes que se den cuenta.
—Sobre eso, hay un problema. —habla el rubio mientras lo mira fijamente—. Tienes un mayor problema Dean que preocuparte por estos malditos humanos.
—¿De qué hablas?
Él sonríe ampliamente.
—Nos descubrieron. Ya saben que huiste y yo te ayude. Tus creadores te están buscando y nena está muy molesta conmigo.
—No, no es posible.
Dean gruñe y golpea con fuerza la pared.
—Aun hay más. El imbécil de tu creador está aquí, en el mundo mortal y posiblemente ya te está buscando.
—Mi pa–padre. —balbuecea Dean—. Estoy en serios problemas.
Esteban asiente.
—Nena se quedó en el Castillo. Sólo él está aquí.
—Entonces, aún puedo regresar a tiempo. Antes de que mi padre me encuentre.
—Tranquilo Dean, él es débil. Se le complica más encontrarte que a mí. Le gané.
—No entiendo, como puedes estar tan tranquilo. Por mi culpa estás en problemas.
—Y ambos compartiremos el castigo querido sobrino.
Dean lo observa con confusión. Mientras él se encuentra alterado, nervioso. Esteban se muestra tan tranquilo.
—Yo no vine hasta aquí para llevarte al Castillo.
—¿Entonces?
Él curva una malicia sonrisa.
—Dean, tienes tu libertad, para que volver.
—No quiero preocupar a mis padres. Debo volver.
Esteban gruñe.
—Hazlo, pero no ahora.
—¡Si mi padre me encuentra, será peor!
—Shhh, control Dean. —Esteban se acerca peligrosamente a él. Dean agacha la cabeza y retrocede—. Mírame Dean. —él alza la cabeza— de todas formas, castigo vamos a recibir, que mejor por haber logrado lo que tanto querías. Puedes disfrutar un poco más de tu libertad, después regresamos al Castillo, podemos ir a cazar, es obvio que necesitas un guía, un control y aprender del mejor. Mírate Dean, estás repleto de sangre, el desastre y que no ocultes tu apariencia, es un problema que debes mejorar. —Esteban se detiene—. Aprenderás del mejor, te ayudaré.
—Pero mi padre...
—Olvidate de tú padre. Que te siga buscando. —pausa—. Tal vez es hora de que conozcas a pequeña.—Dean niega—. No está a discusión Dean. Primero nos iremos de aquí antes de que el imbécil de tú padre nos encuentre, después vamos de caza y finalizamos este momento de libertad cuando conozcas a las humanas más valiosos para nosotros. Vamos sobrino, tenemos mucho por recorrer.
Esteban avanza a la salida.
—¿Que hay del desastre? —le pregunta Dean mientras lo sigue.
—No fuimos responsables. —se limita Esteban a responder.
Ambos salen de la casa y enseguida se ponen en marcha, corriendo a la misma velocidad.
+++
Dos golpes en la puerta bastan para está ser abierta por Ana Liz, a ella sin importarle la advertencia de su madre. Apenas escuchó la puerta, corrió a abrir.
—Hola tía Ashley.
—¿Tía? —repite ella con una mueca—. Sé que lo soy pero decirlo en voz alta se escucha horrible, prefiero solo Ashley. —le sonríe—. ¿Podemos pasar?
—¿Eso incluye a él? —Ana Liz señala a Dominik.
—No puedo separarme de él.
Ana Liz hace una mueca y deja de verlo.
—¡Mamá! —grita. Sin embargo, Aylin hace una mueca al escucharla.
—Estoy detrás de ti hija.
La obliga a alejarse de la puerta y los observa.
—Hola Aylin, —la saluda Ashley con una amplia sonrisa—. ¿Nos permites pasar?
—Vaya, tenemos varias visitas mamá.
Aylin la ignora.
—¿Es necesario que entren los dos?
—Tengo prohibido atacarlas salvadora.
—Dominik está controlado. No se preocupen por él.
Aylin observa a su hija y asiente.
—Entren. —les permite el paso.
Dominik gruñe y es el primero en entrar. Ashley lo sigue. Aylin termina de cerrar la puerta y empieza avanzar alcanzando a Ashley.
—Darren me dejó a cargo de ustedes en su ausencia. Si no te molesta.
—Por mi no hay problema.
—No tengo elección. —emite en un murmuro Aylin.
Llegan a la sala. De pronto Ashley se detiene con el ceño fruncido.
—¡¿Amaris?! Woo que sorpresa. —se coloca a lado de Dominik, esté analizandolos con curiosidad—. Ian ¿Verdad?
Amaris asiente.
—El destino hizo que nos encontremos aquí.
—Si, vaya. —Ashley coloca sus manos en su cintura—. ¿Y a qué vinieron? No desconfío de ustedes pero tengo el cargo de ellas, si les pasa a algo Darren me elimina.
—Solo era una visita nada más. Hablar de cosas del pasado.
Mientras ellas hablan, Aylin le murmura a su hija:
—Ve a tú habitación.
—Ya habíamos quedado en algo mamá —espeta ella entre dientes—. No me iré.
—No voy a ponerte en riesgo, aqui hay mucho peligro. —emite Aylin en tono bajo.
De pronto, Dominik se voltea.
—Saben que las estamos escuchando. —le sonríe con malicia siendo visibles sus colmillos—. No nos costaría nada eliminarte a ti salvadora y después ir por tu hija.
—Nikc no las asustes. —interviene Ashley al darse la vuelta.
—No hablaba enserio Ley—observa a cada una—. Pero realmente estoy sediente y ni siquiera nos han invitado una copa de sangre.
—Aqui no se alimentan a vampiros. —le responde Aylin molesta.
—Ya vives rodeada de varios salvadora. Ambas pueden ser donantes indispensables.
Ambas se observan entre ellas.
Ashley ríe sin ánimos.
—Dominik guarda silencio. Si quieres sangre, después iremos a cazar a otro lado. —le da una mala mirada y regresa la atención en Aylin fingiendo una sonrisa—. Él solo bromeaba, tiene un raro humor.
El rubio gruñe.
—Creo que mejor sera que esperes afuera Dominik.—agrega Ashley dirigida a él.
—Lo prefiero a caer en la tentación de dos apetitosas humanas.
Se acerca a ellas, la observa segundos y pasa por su lado yendo en dirección a la salida.
—Tienes raros gustos con respecto a elegir a tú alma. —habla Ana Liz al escuchar la puerta ser cerrada.
—Es agradable de cierta forma, mientras no hable tanto. —emite Ashley y finge una media sonrisa. Se da la vuelta y toma asiento en el sillón cruzando las piernas—.
Bueno, él se quedará a vigilar desde afuera y sí no les importa, me quedaré aquí. Tal vez, logremos tener la misma relación de amigas que teníamos en el pasado Aylin.
—Lo dudo Ashley.
—Mamá recuerda lo que hablamos. —Ana Liz se deja caer en el sillón a lado de Ashley.—a mí me gusta tenerlos a todos aquí y a mi mamá también ¿verdad?
Aylin se cruza de brazos y suspira.
—Un poco, pero aún siguen siendo todos un peligro para mí hija aunque estén de nuestro lado y pretendan ayudarnos.
—Mamá. —se queja Ana Liz.
Aylin se encoge de hombros.
—Entiendo que para ti es difícil aceptarnos de nuevo en tú vida Aylin, pero todos queremos tu bienestar, a Darren le preocupan mucho y a todos nosotros nos importan. —Ashley hace una corta pausa—. Por cierto, siento lo de tú amiga.
—No quiero ser chismosa pero.... ¿Qué le pasó? —pregunta Amarís.
—Esta muerta por culpa de un maldito vampiro. —responde Aylin sin dejar de ver a Ashley.
Amarís se muestra sorprendida.
—Lo sentimos.
—Fue hace poco, mi madre aún está afectada.
Ana Liz apoya su mano en el hombro de Aylin.
—Se que nos culpas Aylin pero, ninguno de nosotros queríamos que ésto sucediera. Créeme que no queremos más muertes y más si tiene que ver contigo. Sabemos lo importante que son los tuyos para ti y cada uno de nosotros lo a respetado. Incluso Darren, tenemos prohibido herirte a ti, a tu hija e incluso a ese otro humano. Desgraciadamente, no se pudo proteger a esa amiga tuya.
Aylin está por responder cuando escucha la puerta ser abierta de golpe.
—¡Ley! ¡Ley están aquí! —expresa Dominik en tono alto apenas aparece rápido frente a ellas.
Ashley gira a verlo, por segundos confundida hasta que se percata de sus presencias.
—Estan cerca. —gruñe— . maldición. Debemos actuar, ya no tenemos tiempo de sacarlas de aqui. —dice mientras se acerca a él. —vamos, Aylin y Ana Liz suban a una habitación y no salgan, nosotros no dejaremos que entren a la casa.
—¿De qué hablan? —pregunta Aylin con preocupación.
Ashley se detiene y gira a verla.
—Las creaciones de Victoria se están acercando, puedo sentirlo.
—Tenemos poco segundos para salir Ley.
—Aylin vayan arriba. ¡Ahora!
Ella se ven entre ellas.
Enseguida Ashley y Dominik desaparecen con velocidad. Ambos listos afuera, frente a la puerta preparados para el ataque.
Adentro, en Aylin y en Ana Liz es presente la angustia y miedo a la vez.
—Ian llévate a las humanas, te encargas de ellas. Que no salgan, iré ayudarles.
—Amaris no vas a pelear contra esos chupasangre.
—Ian deja de reprochar y házme caso. Rápido, suban.
Ian gruñe y avanza.
—No escucharon, muévanse.
Enseguida Aylin y Ana Liz reaccionan y lo siguen escaleras arriba. Ian las conduce a una de las habitaciones mientras Amarís se prepara, comenzando su transformación...
—¡Rápido! ¡Entren! —les grita Ian alterado.
Ambas entran a la habitación de Ana Liz, la chica enseguida se acerca a la jaula y saca al cuervo, este revoloteando.
—¿Qué hacemos?
—No estorbar, no dejaremos que lleguen a ustedes. Iré a ayudarle a mi hermana.
Ian sale de la habitación.
—¡¿Nos dejarás solas?! —le dice Aylin alterada.
—Me necesitan más allá abajo. Solo quédense aquí.
Dicho esto y el peliblanco cierra la puerta de golpe.
Aylin con el corazón acelerado, corre a la puerta y coloca el seguro. Retrocede y observa a su hija, ambas se alejan de la puerta sin dejar de verla. Ana Liz controlando al cuervo que insiste en moverse entre sus manos.
De pronto, escuchan ruidos extraños. Se ven entre ellas y en un susurro Ana Liz emite:
—Ya entraron mamá ¿Qué hacemos?
—Nada, no podemos hacer nada contra ellos. Solo hay que quedarnos aquí. —Aylin se coloca adelante de su hija—. Ellos lo tienen bajo control.
Sin embargo, es completamente falso. Varios vampiros logran entrar a la casa, enseguida está es invadida por varios que se enfrentan a Ashley y Dominik. Ellos juntos como equipo se encargan de pelear contra ellos, siendo evidente su transformación, logran derribar a varios. Por otro lado, Amarís en su transformación evidente, una loba de gran tamaño, pelaje blanco se avalanza a varios logrando profundas heridas en su cuello, les arranca la cabeza con un rápido movimiento. Ian convertido, casi la misma apariencia que su hermana, un lobo más pequeño, igual de salvaje se encuentra cerca de las escaleras gruñe y ataca sin permitir que se acerquen.
—¡Dominik son demasiados! —grita Ashley mientras con un rápido movimiento le arranca la cabeza a uno dejando su cuerpo caer al suelo. —¡Dominik!
El rubio vampiro se encarga de pelear com dos convertidos, sin muestra de cansancio, al contrario, una mirada maliciosa, la sensación de diversión a caer uno a unos por él.
Ashley gruñe al no lograr captar su atención, preocupada al verlo de esa forma sin embargo, le preocupa más esos otros vampiros enemigos.
—¡Vayan por las humanas! —grita aquel vampiro líder, apenas entra y ve a varios de los suyos derrotados.
El resto hace caso y continúan avanzando.
De pronto, varios vampiros atacan a Ian, logran derribarlo y enseguida Amarís corre en su ayuda.
Quedan en desventaja.
Ashley gruñe, derriba a uno con una patada, se inclina y con velocidad atraviesa su pecho sacándole el corazón. Se endereza y posa la vista en un vampiro que sube las escaleras. Rápido corre y lo detiene, sin embargo, esté logra sujetarla del cuello y la empuja contra la pared.
—Vas a pagar por esto maldito desgraciado.—masculla ella mientras forcejean.
—¡Ley! —grita Dominik al verla en desventaja, está por acercarse cuando tres de ellos lo enfrentan. Gruñe con molestia y comienza de nuevo el ataque.
Ashley logra empujarlo con una patada. El vampiro retrocede bajando un escalón y la observa con odio.
—¡No nos iremos sin esas humanas!
—¡No tocarán a esas humanas! —le grita Ashley y se le lanza encima.
Terminan por caer ambos de las escaleras. Ese vampiro rápido se posiciona sobre Ashley. Ella gruñe y clava sus uñas en su cuello. Él se inclina dispuesto a morderla cuando de pronto es lanzando lejos de ella.
—Necesitas ayuda bombón.
Ashley observa a ese rubio desde el suelo y asiente. Enseguida Esteban le ayuda a levantarse.
—Creo que llegué en el mejor momento. No tienen nada controlado.—agrega al rubio mientras observa a varios peleando contra ellos.
—Hay que seguir Esteban, son demasiados.
Rápido varios vampiros los atacan, ellos reaccionando.
—¿Dónde está pequeña y esa criatura?
—¡Arriba! —grita Ashley y le arranca la cabeza a uno—. Solas. —dice con dificulta mientras se defiende de otro.
—Solas. —repite Esteban y se detiene—. ¿Cómo se atreven a dejarlas solas en esta pelea? Corren peligro.
—¡Cuidado Tío Esteban! —le grita Dean, este de pie en la entrada sin atreverse a intervenir.
Esteban en empujado contra la pared, lejos de Ashley, rápido un vampiro lo ataca presionando su cuello.
—Maldito convertido. —gruñe Esteban mientras deja crecer sus largas uñas y lo sujeta de la misma forma del cuello—. ¿Crees que puedes vencerme? —logra safarse de su agarre y con un rápido movimiento hace girar bruscamente su cabeza—. Eres débil.—menciona al verlo caer al suelo. Gruñe y acomoda su camisa—. Con ustedes no es necesario armas, son tan débiles. —se burla.
Enseguida Dean llega hasta él.
—¿Estás bien?
—Mejor que nunca sobrino.
—¿Qué hace él aquí? —cuestiona Ashley al llegar hasta ellos. Se levanta del suelo y observa con desprecio al vampiro que la empujó.
—Fue mí culpa, lo ayude a huir del Castillo y probablemente el imbécil de su padre lo debe estar buscando y nena ya me odia.
Ashley desvía segundos la vista en el rubio.
—Como sea, después me explicas con detalles. Tenemos que acabar con ellos. Esteban tú sube con ellas y Dean, ayúdanos. —Ashley regresa la vista en su objetivo—. Tengo que encargarme de alguien ¡Vamos! ¡Ayúdenos!
Con velocidad se aleja de ellos mientras pelea con ese vampiro.
—Se ve tan hermosa cuando pelea, en fin, vamos Dean, es hora de poner en práctica lo que sabés.
Esteban rápido se une a la pelea derribando a varios vampiros con velocidad.
—Pero yo nunca he enfrentado a uno de nosotros de verdad. —emite el joven vampiro mientras observa a cada uno usar ágiles movimientos, sin piedad logrando eliminar a la mayoría. Observa como Ashley mata a unos, Esteban con burla pelea con dos al mismo tiempo, Dominik en la esquina derribando a tres de ellos, desvía la vista en esos lobos y se sorprende al reconocerla a ella.
De pronto es golpeado por uno vampiro convertido. Un empujón que lo hace chocar contra la pared.
—Vaya, vaya, si tenemos a un joven vampiro, fácil de matar.
Ese vampiro lo vuelve atacar. Dean sin saber reaccionar se cubre, falla en el intento cuando logran tomarlo del cuello con fuerza. Gruñe imitando su acción. De pronto, el vampiro lo suelta derribandolo al suelo, se le acerca y lograr morderlo, Dean soltando un quejido de dolor.
Esteban logra eliminar a sus contrincantes y corre con velocidad hasta él. Logra alejarlo de él y lo empuja contra la pared.
—Maldito débil, con mi sobrino no te metas. —abre la boca y con velocidad encaja sus colmillos en su cuello sin detenerse hasta ver débil al convertido. Le aleja de él con hilos de sangre bajando por su boca, ese vampiro se desliza por la pared hasta caer al suelo y con un rápido movimiento, Esteban le arranca la cabeza. Gruñe y desvía la vista en Dean. —¿Esa es tu forma de defenderte?
Él sentado en el suelo se limita a verlo.
—Yo... Yo no sé...
—Levantate. —emite Esteban entre dientes— ¡Levántate! —lo obliga a ponerse de pie—. Estás en una guerra Dean, si no te defiendes, terminarás sin cabeza. Eres más fuerte que todos éstos débiles, no siempre voy a ayudarte.
—No quiero pelear.
Esteban gruñe y lo empuja a la pared.
—Escucha Dean, tengo que seguir eliminando malditos débiles convertidos ¡Date cuenta carajos! —se aleja de él.
Dean se limita a verlo.
—Tio Esteban. —nota movimiento en la parte de arriba—. Van por ellas.
Esteban gira la cabeza y gruñe. Maldice y con velocidad corre hasta detener a ese vampiro. Logra empujarlo a la pared, sin embargo, él rápido se safa.
—Esteban Williams, que gusto conocerlo.
Ese vampiro se le lanza encima, de su bolsillo saca un arma y logra herirlo de la mejilla. Esteban gruñe, lo empuja y enseguida siente ardor en su mejilla por la plata.
—No me interesa quién seas o si me conoces, vas pagar por eso.
El vampiro curva una sonrisa maliciosa.
—No entiendo porque defienden a unas humanas, acabemos con esto, no interfieran y rápido nos iremos, solo las queremos a ellas.
—¿Y crees que tan fácil se las entregaremos? Esas humanas nos pertenecen.
Vuelven al ataque. Esteban vuelve a ser atacado con esa arma debilitandose un poco. Gruñe y logra empujar al vampiro mientras retrocede.
—Debi alimentarme antes. —emite y ataca al vampiro. De reojo logra ver a Dean pelear con uno, matarlo y llegar hasta él.
—¿Quieres que te ayude?
—Ve y cuída a las humanas. —Esteban gruñe y empuja al vampiro al barandal. —yo me encargo de está escoria. —gruñe al sentir otro corte en su mejilla— ¡Rápido Dean!
Dean reacciona y se da la vuelta. Avanza en busca de ellas, pasa cerca de cada habitación hasta sentir su presencia y con una rápida velocidad llega hasta la puerta.
Por otro lado, Aylin y Ana Liz escuchan cada ruido provenir desdé afuera.
—Siguen pelando mamá, tenemos que ayudarles.
—No, no saldremos de aquí. —Aylin pega un brinco al escuchar más ruido cerca—. Están cerca. —gira a ver a su hija—. Voy a protegerte okey. —Ana Liz asiente.
Ambas desvían la vista en la puerta al ver la perilla moverse con violencia. De pronto se detiene, con un rápido empujón la puerta es abierta por Dean.
—Mamá ya están aquí.
Ambas retroceden.
Dean se adentra a la habitación mientras observa a cada una con detenimiento, sin disminuir su apariencia, sus colmillos creciendo cada más.
—Alejate o te juro... —Aylin pasa saliva y lo mira asutada.
Dean se detiene y curva una malicia sonrisa.
—Aylin Villanueva, la humana preferida de todos, mi madre me a hablado mucho de ti. —hace una corta pausa—. Mía.
Aylin frunce el ceño y lo observa de arriba a abajo.
—Me mandaron a protegerlas. —agrega Dean y empieza avanzar hastas ellas. Sus ojos rojizos se intensifican, sus uñas y colmillos crecen más.— pero ni si quiera están a salvo conmigo.
Ana Liz grita al ver a Dean atacar a Aylin. La empuja hacía la pared, Aylin llena de miedo. Sin dejar de verlo, quedando prisionera por él.
—¡Vete de aquí Ana Liz!
—¡No, no te dejaré!
Ana Liz duda y suelta al cuervo este saliendo volando. Sin dudar se lanza encima a Dean sobre su espalda.
—¡Aléjate de mi mamá!
Dean retrocede y trata de quitarla de encima, logrando arañar a Ana Liz de sus brazos, manos, a ella sin importarle.
—¡Hija, no!
Aylin sin saber que hacer observa alrededor.
De pronto, Ana Liz cae al suelo. Dean la jala del brazo con fuerza dispuesto a morderla. Ella reacciona dándole patadas que falla.
Aylin con valentía, toma una profunda respiración y toma la lámpara de su hija.
—Alejate de mí hija. —golpea a Dean en la cabeza.
Él rápido la suelta y desvía la atención en Aylin. Ella pasa saliva y sujeta el palo de la lámpara que le queda como arma.
—¿Qué esperas? Atacame.
—¡Mamá estás loca!
—¡Te estoy protegiendo!
Dean con velocidad llega hasta ella y la empuja a la pared. Aylin quejándose de dolor al chocar contra está. Él rápido le arrebata el arma que usaba como defensa.
—¡Mamá!
Ana Liz rápido se levanta.
Dean rodea su mano alrededor del cuello de Aylin, ella llena de pánico. Dean deja expuestos sus colmillos cuando de pronto, lo obligan a soltarla.
Aylin se sobresalta al ver a Dean caer al suelo apenas Esteban apareció y con un rápido movimiento giró bruscamente su cabeza. Dean cae al suelo. Esteban recupera el control y sus colmillos y ojos rojizos desaparecen.
—¿Están bien? —observa a cada una.
Aylin con dificulta asiente sin dejar de ver a Dean.
—¿Lo ... mataste?
—Solo perdió la conciencia. Estará bien.
Ana Liz corre hasta llegar hasta su madre y la abraza.
—Hija. —Aylin reacciona y la obliga a alejarse de ella. La analiza con preocupación—. ¿Estás bien hija? ¿Herida?
—Estoy bien. —Aylin nota leves cortadas en sus brazos—. Descuida, no es nada.
Aylin la observa con preocupación y la abraza de nuevo. Posa la vista en Esteban, él sin dejar de verlas.
—Ya está todo bajo control, se han ido. Ahora solo falta limpiar este desastre. —emite el rubio con una risa sin ánimos.
Minutos después...
Todos se encuentran reunidos en la cocina, el lugar con menos desastre a comparación de la sala, la casa destrozada con varios cuerpos, sangre por todas partes.
Aylin y Ana Liz en una esquina de la cocina abrazadas, Aylin sin soltar a su hija de sus brazos.
El resto se mantiene de pie, alrededor, en silencio.
—Debemos curarlas. —emite Ashley al verlas.
—Yo me encargo. —dice Esteban y se acerca a ellas.
Aylin se obliga a soltar a su hija. Esteban le sonríe y comienza a curar sus heridas. Ana Liz sorprendida al ver las gotas de sangre caer en sus brazos que increíblemente sanan.
—Maldita Victoria. —maldice Ashley—. Nos tomó desprevenidos.
—Controlate bombón, al menos ellas están a salvo, logramos eliminar a varios aunque varios escaparon, no maté a esa escoria que me hirió con plata, tan mandón.
—Era el líder, seguían sus órdenes. —emite Dominik.—apesar de ser convertidos, son fuertes y creo que él lo era más.
—Si nos dimos cuenta. —Esteban le da una mala mirada y regresa la atención en Ana Liz—. Listo criatura, ya estas por completo sanada.
—Gracias rubio. —le sonríe ella.
Esteban gira a ver a Aylin y se acerca a ella.
—Dejame revisarte pequeña.
—Estoy bien, solo cura a mi hija.
—Pequeña, insisto.
Ella asiente. Esteban la hace girar un poco la cabeza notando heridas en su cuello. Hace una mueca y la suelta.
—Sanaras rápido.
Repite acción con ella.
—Fueron valientes Aylin, las dos lo fueron. —les dice Ashley.
—La verdad, entre las dos nos ayudamos.—responde Ana Liz.
—No iba dejar que lastimaran a mi hija... Auch. —ella se queja al sentir los fríos dedos del vampiro en sus heridas.
—Lo siento pequeña. Trato de no lastimarte tanto. Dean logró herirte con sus uñas.
Finalmente, ambas quedan curadas por completo.
Ana Liz se acerca a su madre y se recarga en su hombro.
—Gracias a todos por salvarnos. —les dice Aylin viendo a cada uno.
—Somos un equipo pequeña, las dos son valiosas para todos nosotros. —Esteban retrocede y se cruza de brazos—. Todos lo hicimos muy bien, incluso esos lobitos. —el rubio desvía la vista en Amarís e Ian, ellos juntos en una esquina de la cocina siendo su transformación normal.
—Fue un gran apoyo que estuvieran aquí Amaris, Ian. Gracias, les debemos. —les dice Ashley.
—No tienen que agradecer, lo hicimos por ellas.
—Debo admitir que son buenos para pelear, me sorprende que su especie sea fuerte. Eres buena pelando lobita, a tú hermano le falta mejorar, pero nada mal.
—No es la primera pelea en la que ambos estamos involucrados vampirito. —le responde Amarís con burla logrando una leve sonrisa en el rubio.
—Pero si pocas veces contra chupasangre.
—Lo bueno es que ninguno salió tan mal herido.
Amarís e Ian asienten de acuerdo. Con leves heridas que ambos se negaron a dejarse sanar por ellos.
—Yo debo reconocer que tú maldita alma lo hizo bien bombón, que haya ayudado a proteger a pequeña y a criatura, se gana una pequeña parte de mí agrado.
—No empieces con sentimentalismo Williams, lo hice por Ley.
—Me da igual tus motivos.
Esteban deja de verlo y posa la vista en Aylin y Ana Liz.
—Yo extraño a Darki, lo solté y se fue. Era el mejor cuervo de todos y no lo encontré. —emite Ana Liz con tristeza.
—¿Te refieres a esto? —Dean entra a la cocina con el cuervo entre sus manos. Su apariencia siendo normal—. Lo encontré escondido en la parte de arriba, fue difícil atraparlo.
—¡Darki!
Ana Liz está por correr hasta él cuando Aylin la detiene.
—Hija, no. —mira con molestia a Dean.
—Tranquila pequeña, Dean no les hará nada ¿verdad?
Él asiente y llega hasta ellas dejando una cierta distancia. Extiende sus brazos, Ana Liz imita su acción y el cuervo pasa de manos. Enseguida Ana Liz lo acaricia sonriendo al tenerlo con ella.
—Gracias.
—Te lo debía. —Dean baja sus brazos y las observa—. Lo siento, a las dos. No debí atacarlas, perdí el control. Aún no controlo estar cerca de mortales. Estoy arrepentido.
—Lo entendemos. No querías hacerlo ¿verdad mamá? Tiene nuestro perdón.
—Supongo.
—Vamos, Dean lo merecía. Fue bueno que se defendieran de él. —emite Esteban con burla—. Yo no me arrepiento de haberte controlado sobrino.
—Si, ya recuerdo de que forma. —él lleva su mano tocando su cuello.
—El es el hijo de Mía y Drake, Aylin, gracias a ti ella logró salvarse aquélla vez y tuvo a Dean.
—Lo sé Ashley, él me dijo algo similar antes de atacarnos y perder el control. Recuerdo bien a Mía.
—Ella me a hablado mucho de ti. De hecho he escuchado muchas cosas de ti viniendo de varios de nosotros. Cosas buenas. —le dice Dean.
—Oigan, yo tengo esa duda, Dean no debería estar aquí.
—Ya lo sabemos Bombón, sabemos el castigo que ganaremos nosotros. De cierta forma, fue mí culpa. Yo lo convencí de salir y arriesgarlo de está forma. Reconozco que Dean aún no está listo para este tipo de enfrentamientos. Lo siento Dean.
—No es toda tu culpa Tío Esteban, aunque si me falta mucho por aprender de todos ustedes. —Dean ríe y nota la mirada de Amarís. —si me comporte como un débil.
—Yo digo que eres fuerte para tu corta edad.
Todos desvían la vista en Amarís al escucharla. Varios con confusión, Ian con el ceño fruncido viendo a su hermana y Esteban con burla.
—Solo digo. —carraspea y baja la vista.
—Como sea, será mejor que Dean regrese al Castillo. —habla Esteban captando la atención de todos.
—Y será mejor que nosotros nos vayamos ¿verdad hermana? La manada nos necesita y no podemos dejar a Yael a cargo ya que todo ésto acabo.
Amarís alza la cabeza y asiente.
—Tienes razón hermano. Nosotros nos retiramos, fue una placer pelear juntos a ustedes.
Ian bufa.
—Pero aún siguen siendo nuestro enemigo chupasangres. Nada cambia.
—¡Ian! —lo regaña Amarís. Le da una mala mirada y avanza a la salida—. Cualquier cosa, nos buscan. —se despide de todos y camina a la salida junto a su hermano.
No obstante, se detiene al ver un vampiro frente a ella y reconocerlo.
Dean retrocede y maldice.
Drake la observa de arriba abajo con recelo y pasa por su lado empujándola. Rápido observa a cada uno y termina en su hijo.
—Dean, nos veamos.
—Padre... yo... lo siento.
—¡Cállate y vámonos, regresamos al Castillo! ¡Tienes mucho que explicar!
—Amaris, vámonos. —le susurra Ian a su hermana. Ella mira con lástima a ese joven vampiro. La voz de su hermano la hace reaccionar, asiente, le da una última mirada y ambos desaparecen de su presencia.
—Quieres calmarte, si hubieses venido minutos antes, incluso hubieras sido de ayuda.
—¡Tu cállate Williams! ¡No te metas!
Drake avanza peligrosamente hasta su hijo. Rápido Esteban avanza y obliga a Dean a colocarse detrás de él. Aylin y Ana Liz observan con atención, Aylin reconoce a Drake y obliga a su hija a alejarse un poco de ellos.
—De una vez te digo que Dean no irá contigo. Si quieres llegar a él, tendrás que pasar primero por mi. Te recuerdo que sigo siendo más fuerte que tú aunque no tenga un maldito don.
—Apartate Williams. —masculla Drake mientras se detiene. Sus ojos enseguida se tiñen de rojo—. Es mí hijo, me lo llevaré así sea a la fuerza.
—Esteban no compliques esto y dejá que se lo lleve. No queremos más enfrentamientos por hoy y menos entré nosotros.
—No Ashley, no dejaré que se lo llevé.
La vampiresa gruñe.
Drake ladea la cabeza y posa la vista en su hijo.
—Dean, dije vámonos.
—No te lo llevaras.
Esteban logra empujarlo varios pasos atrás.
Drake está por atacarlo cuando rápido Dean interviene entré ambos.
—¡Basta los dos! —observa a cada uno—. No van a pelear entre ustedes. —se dirige a Esteban—. Gracias tío por tratar de ayudarme, por ti tuve ciertos minutos de libertad pero debo regresar con mi padre. Debo estar con ellos, yo no pertenezco aquí, mi lugar es en ese Castillo, con mis creadores.
—Dean no digas tonterías...
—Tio Esteban basta, ya lo decidí. No intervengas okey. Gracias por salvarme. —desvia la vista en su creador—. Lo siento padre, sé que no debí salir. Aceptaré mi castigo, vámonos.
Drake asiente, sus ojos vuelven a la normalidad.
—Dean. —masculla Esteban con irritación. Sin embargo, él lo ignora.
—Que sea la última vez que involucran a mí hijo en esto. No me interesa lo que haya pasado pero no lo quiero ver cerca de esas humanas o esa maldita Alfa ¿Entendido Williams? Me encargaré yo mismo que Mía te desprecie y no te quiera cerca de ella. —observa a su hijo—. ¡Vámonos Dean!
Dicho esto y se da la vuelta. Dean se dedica a seguirlo en silencio.
—Drake espera.—rapido Ashley llega frente a él—. Quiero que le avises de ésto a Darren, lo necesitamos aquí.
—¿Bombon qué crees que haces?
Ella ignora al rubio y continua:
—Drake dile que regrese. Que las creaciones de Victoria nos atacaron, que eliminamos a varios y la mayoría escapó. Que sus humanas están a salvo, por favor.
—Lo haré, estará enterado aunque conociéndolo, no lo tomará nada bien. Suerte con nuestro Rey.
Ashley asiente y lo deja pasar.
Tan pronto, Drake y Dean desaparecen de su vista.
—¡Te das cuenta! ¡Si Darren está aquí, estaremos en serios problemas!
—¡Ya lo sé Esteban! —le responde Ashley en el mismo tono— pero será peor si se entera después okey. Solo hay que esperar a Darren. —menciona ella tratando de controlarse. Ignora la molestia en el rubio, su acción al maldecir varías veces en voz alta, fustrado. Por un momento, arrepentida de su desición.
+++
Todos están en silencio, cada vez pasan más minutos, todos en espera de que Darren llegue.
—¿Creen qué tarde demasiado? —les pregunta Ana Liz sin soltar al cuervo entre sus manos.
—Ya debe estar en camino si ya se enteró.
—Yo sigo diciendo que es una mala idea bombón. Somos los encargados de cuidar a pequeña y a su hija y no lo hicimos bien.
Esteban camina de un lado a otro alterado.
—Hicimos lo que pudimos Esteban. Si a Darren no le parece, entonces que él se encargue de cuidarlas y no se vaya. También lo necesitamos aquí.
—Si supieras bombón. —Esteban deja de caminar y la observa fijamente—. Creeme que en éste momento prefiero que esté con esa maldita de Blareli que aquí. Yo sí valoro mi eternidad.
—Yo me encargo de él okey. Solo déjenme hablar a mi cuando llegue. Darren no tiene que saber todo.
—Yo creo que si Ashley y es mejor que comiencen a hablar.
Ella gruñe y se da la vuelta con lentitud.
—Darren. —le sonríe al verla frente a ella. Él de pie, cruzado de brazos en el marco de la puerta—. Me alegra verte aquí.
—¿Que pasó exactamente? El maldito de Drake no fue tan explicito y tampoco lo dejé hablar, enseguida salí del Castillo.
Darren avanza y observa inexpresivo a cada uno, ignorando las manchas de sangre en cada uno.
—Bombon te lo va a explicar, a ella la dejaste a cargo.
Ashley gruñe al escuchar la respuesta del rubio.
Darren se detiene frente a Esteban y ladea la cabeza.
—Despues hablaremos de tu castigo y el de Dean Esteban, ahora apartate. —él rubio obediente asiente y retrocede. Darren observa a cada una.—no a pasado ni un día desde que me fuí y ya están en peligro. —se acerca hasta ellas con velocidad. —¿Están heridas? —esta por tocar la mejilla de Aylin cuando ella le da un manotazo que lo obliga a bajar su mano.
—Ya curaron nuestras heridas. —le responde Ana Liz sin dejar de verlo. Ella feliz de verlo aquí.
—Las lastimaron. —Darren enseguida se da la vuelta— dejaron que se les acercaran.
—Darren no es como crees que pasó. —le dice rápido Ashley.
—No fueron esos vampiros, la verdad todos ellos acabaron con muchos, mira la sala. Todos hicieron un equipo con esa Alfa y su hermano—Darren deja de ver a Ashley y regresa la vista en su hija al escucharla.— fue ese otro vampiro.
—Nombre.
—Darren no...
—¡¿Quién fue?!
—Fue Dean okey. —le dice Ashley alterada— no quiso hacerlo, perdió el control. Lo dejamos encargado de ellas mientras derrotabamos a esos convertidos.
—Entonces encontraré un buen castigo para él. —responde Darren y se voltea—. Te dejé a cargo Ashley, mirá los resultados. Ninguno logró cuidarlas.
—Hicimos todo lo posible Darren.
—Tu cállate Esteban, tu permitiste que Dean viniera hasta aquí.
—Darren. —lo llama Aylin. Sin embargo, él la ignora, sin dejar de ver a cada uno con molestia. Ella suspira, le da una última mirada a su hija y se acerca a él—. Darren. —bufa al no captar su atención— ¡Darren!
—¡¿Qué quieres Ayline?! —él rapido se da la vuelta observandola.
—Ellos nos salvaron, estamos bien. —con lentitud, Aylin estira su brazo y rodea su muñeca—. Controlate. Estamos bien. Por solo ellos estamos bien, puedes regresar al Castillo con... Ya no tienes nada que hacer aquí, estamos a salvo.
—Sueltame. —masculla él entre dientes. Aylin asiente y lo suelta. —ya me doy cuenta Aylin. —se gira y avanza tres pasos—. Bien, quiero que me cuenten que pasó exactamente.
—Que no sería mejor irnos antes. —dice Esteban—.Este lugar está destrozado, esos convertidos de Victoria ya saben llegar aquí. Lo que debemos hacer es sacar a pequeña y a tu hija de aquí. Debemos ponerlas a salvo Darren, después nos castigas o te molestas con nosotros.
—Esteban tiene razón Darren, ya no es seguro que estén aquí. Después te cuento todo lo que pasó. —menciona Ashley—. ¿Qué hacemos con ellas?
Darren gruñe y se mantiene en silencio por varios segundos.
—Se irán de aquí.
—No nos podemos ir, antes tengo que avisarle a Carlos de...
—Se irán se aquí Ayline. —inquiere Darren en tono alto y se voltea quedando frente a ellas.—no está a discusión. Decide, ¿te quedas aquí sola esperando a ese maldito mortal, en peligro a que vuelvan a atacarte o te vas con nosotros? De todas formas, me llevaré a Ana Liz con o sin tu permiso. —Darren da dos pasos hasta ella.— volveras a estar rodeada de vampiros Aylin, las dos. —Darren curva una malicia sonrisa siendo sus colmillos obvios—. Decide, ¿te quedas sola o te vas con nosotros a tu nuevo hogar?
Aylin molesta se limita a verlo y guarda silencio.
—¿Y dónde piensas llevarlas Darren? —interviene Esteban curioso.
—A nuestro escondite en este maldito mundo. —Darren hace una corta pausa—. Descuida Aylin, es igual a está casa, la diferencia es que ambas convivirán más con vampiros.
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