Capítulo 24 ✗ Un problema con la Corte Real
🦇 NARRADORA 🦇
La reina de ese Castillo avanza por esos extensos y largos pasillos. Sin detenerse hasta encontrar su objetivo: encontrar a Owen. Desea pedirle su ayuda, aunque está segura que será difícil que acepte. Sin embargo, no se dará por vencida. Es el único que puede ayudarle, siendo esa confianza misma del pasado, desde hace siglos.
Ashley ignora las reverencias que obtiene, el respeto de varios vampiros al pasar. Simplemente es algo que no le importa. Llamar la atención, obtener respeto, que la vean como alguien superior todo el mundo vampirico, es algo que la vampiresa aún no se acostumbra.
Rápido se detiene y observa alrededor. Tan pronto, por su excelenta vista, lo ve. En el segundo piso del Castillo, cerca del barandal. Ashley gruñe, sin borrar su aspecto de vampiresa, corre con velocidad hasta llegar a él. Siendo la terquedad en ella hasta conseguir lo que quiere.
—Hasta que te encuentro Owen. —inquiere ella apenas se detiene detrás de él.
—¿Qué se le ofrece mi reina? No estoy para que me molestes.
—Owen deja de estar molesto con todo el mundo, conmigo. Sabes que hice todo para detenerlo.
Él guarda silencio.
—Owen necesito tu ayuda. —agrega ella ante su silencio. Levanta un poco su vestido negro largo y se acerca al barandal colocándose a su lado. —estoy preocupada por Darren y Esteban, ya deberían volver.
—Esos desgraciados no van a regresar Ash. Deja de hacerte ilusiones erróneas.
—¿Cómo puedes decir eso Owen? Después de todo lo que Darren a hecho…
Rápido Owen se da la vuelta, la enfrenta siendo su apariencia de vampiro evidente.
—¿Entonces debo agradecerle por hacerme esto? Dime Ashley. Debo sentirme afortunado por aceptar su maldita tortura.
—Owen no me refería a eso. —menciona ella viendo esas marcas visibles en el cuello del vampiro. A pesar de toda la sangre que a bebido, en grandes cantidades para sanar, recuperarse. Esas dos marcas en su cuello permanecen. —además tu…
—Lo merecía. —termina por ella. Ashley desvía la vista. —es lo que todos dicen y si Ash, tal vez. —Owen recarga su espalda en el barandal y se cruza de brazos —. Pero sabes cual es mi molestia, es que nosotros recibimos los castigos de algo que Darren ocasionó. —ella gira a verlo —mira ahora, todos tan preocupados por ellos, esos dos imbéciles sin regresar sin importarles el riesgo que nos ponen a todos.
—Yo sé que van a regresar Owen. —inquiere ella con seguridad.
—Dejame adivinar, ¿tuviste una visión?
Ashley hace sus manos puños y rápido se coloca frente a él.
—No, lo sé porque a ambos los conozco. Entiendo tu molestia con Darren, su patética rivalidad de poder o demostrar quien es mejor, cuando para mi, los dos…
—Callate Ashley. —la interrumpe él frívolo —. No sigas con tu asqueroso discurso. No entiendo porque todos creen que Darren es alguien bueno, que todo esto lo hace por nuestro bien cuando es lo contrario. De forma errónea, son sus equivocaciónes. Después de todo es un vampiro despiadado —se encoje de hombros —nadie quiere darse cuenta o tal vez ya lo saben. Yo fui prueba de ello, tal vez les asusta provocar y darse cuenta del vampiro que siempre a sido.—se inclina un poco —o tal vez ese vampiro ya despertó y se volverá mucho peor.
—Estoy consciente de eso Owen. —inquiere Ashley molesta—. Y por ahora no es algo que nos preocupe si Darren sabe controlarse.
Owen ríe sin ánimos.
—Yo lo que quiero es ver es eso. Que llegue a su limite, se descontrole y al fin termine en el lugar que merece. —sus ojos rojos se tiñen más oscuros, esos colmillos sobresalen de su boca de gran tamaño. Desvía la vista sin borrar esa sonrisa sádica de su rostro —. En una maldita celda atado con cadenas de plata, bajo tortura. Lo que merece un vampiro descontrolado como él.
—Owen…
Ashley levanta su mano y lo obliga a verla dejando su mano en su barbilla. Owen conecta sus ojos con los de ella, regresando a su estado normal de inmediato.
—No dejes que tu odio te ciegue como en el pasado. Por favor Owen, nada de venganzas, suficiente tenemos con todo esto. —agrega ella.
El vampiro se safa de su agarre bruscamente.
—Sólo digo lo obvio. Lo que todos quieren evitar incluso la Corte.
Ashley coloca sus manos en su cintura.
—Eso es lo peor, ahora el gran problema es con ellos si no regresan y nos descubren. Por suerte, ninguno de la Corte a venido al Castillo, pero te imaginas si eso pasará. —Ashley toca su frente y regresa a su estado normal —. Y lo peor es que no puedo usar mi poder para tener una visión de ellos, es como si este lugar me afectará. Nos afectará a todos.
—Relájate Ashley, tu misma sabes que ese don tuyo es impredecible. No has aprendido nada de ese rubio de tu alma.
Ashley le da una mirada fulminante.
—No empieces Owen. —se cruza de brazos —yo lo único que quiero es que ellos estén aquí, por eso te buscaba. Quiero que vayas al mundo mortal.
—Eso jamás.
—¡Owen!
—¡Ve tu si tanto te preocupan!
Ella gruñe. Sus ojos vuelven a teñirse de rojo rápidamente.
—No puedo, sabes que como la reina, mi deber es estar aquí.
—Y que el rey se largue a causar más problemas ¿no? Eso no era parte del trato Ash, date cuenta que él solo nos está utilizando, como malditos esclavos.
Ella niega.
Está por hablar cuando Owen la interrumpe.
—No iré por ellos. —sentencia.
—Owen tengo un mal presentimiento. Me preocupa que algo les haya pasado, hay algo que no me explico, sentir esta angustia por Darren.
El vampiro frunce el ceño y observa a Ashley curioso.
—Hazlo por mi. —agrega ella y sonríe siendo visibles sus colmillos—. ¿Lo harás?
Owen gruñe y desvía la vista de ella. Lo duda, resopla teniendo su respuesta. Sin embargo, apenas piensa en hablar cuando la verlo su rostro muestra sorpresa.
—Owen, oye te estoy hablando.
Él reacciona y gira a verla.
—Estamos en problemas. —le murmura.
La vampiresa frunce el ceño. Sin embargo, al sentir esa poderosa presencia, se gira viendo al responsable de la reacción de Owen. Ashley maldice a sus adentros, sin dejar de verlo. Imaginando verse más pálida de lo que ya es.
Ese antiguo vampiro llega tan pronto hasta ellos, con las manos detrás de su espalda les sonríe siniestrame sin ocultar su horrible aspecto de vampiro.
—Me da gusto verla mi reina. —Black toma la mano de Ashley dejando un casto beso en su muñeca —estoy buscando a Darren, ¿dónde está?
La suelta regresando su mano al mismo lugar con anterioridad.
Ellos se ven entre ellos y tan pronto hacen una rápida reverencia hasta enderezarse.
—Darren, él debe estar por aquí. —Ashley observa alrededor—. Debe estar en su habitación, su alteza.
Él ensancha esa diabólica sonrisa.
—Que raro, acabo de estar ahí y no lo encontré, supuse que su reina tendría informes sobre él.
Ella se queda sin excusas.
—Nuestro Rey debe estar en la sala, en su trono como debe ser su alteza. —interviene Owen.
Black le da una mirada fría a los dos.
—Entonces, vayamos con él, ¿haría el honor de acompañarme mi reina? —extiende su pálida mano en dirección en Ashley. Ella lo duda, lo observa notando esas largas uñas.
—Claro. —se limita a decir.
Black toma su mano, se da la vuelta mientras avanza en dicha dirección en compañía de esa vampiresa. Ella sintiendo crecer la preocupación crecer dentro de ella, estando segura de sus mentiras, comprobar que Darren no esté en dicho lugar y la Corte los descubra. Un problema mayor.
De pronto, Black se detiene, Ashley imitando su acción.
—Owen Ruthwen. —pronuncia Black con lentitud—. ¿Nos acompaña? Siempre es bueno tener al ayudante del Rey cerca.
Owen maldice y se limita asentir. Sin tener excusa o escapatoria, acata la orden. Empieza a avanzar hasta ellos. Los tres continúan su camino hasta la sala sin esos dos vampiros darse cuenta de las verdaderas intenciones de ese antiguo despiadado vampiro.
…
—Adelante. —inquiere Black al llegar a la sala. Se coloca delante de ellos, reciben esa sádica sonrisa y abre ambas puertas esperando que entren.
Sin mencionar palabras, una guerra de miradas de ellos, Ashley y Owen entran a la sala con un mal presentimiento con Black detrás de ellos.
Apenas avanzan varios pasos cuando se detienen al mismo tiempo. Sienten ese poder y notan la presencia de todos los integrantes de la Corte Real frente a ellos.
—¿Lo encontraste Black? —cuestiona Victor con voz grave, él siendo el único sentado en aquel trono. El resto de pie, de cada lado del trono.
—Me temo que no Victor, nuestra reina debe saber su paradero.
Black con velocidad llega junto a ellos.
Victor gira a verla.
—¿Dónde esta su rey? No siento su presencia aquí, cerca. La escucho.
—Él… bueno Darren debe… Creo…. —Ashley fija la vista en cualquier punto X de la sala, sin atraverse a verlos sin alguna excusa creyente.
—Darren fue al mundo mortal, su alteza —la voz de Owen resuena en esa sala. Ante el profundo silencio, siendo escuchado perfectamente.
Ashley gira a verlo con una mirada fulminante.
—Sin nuestro permiso. —inquiere Victor con total fingida tranquilidad. —se atrevió a desafiarnos cuando se lo prohibimos.
—¿Fue solo? —cuestiona Daimon.
Owen deja de prestarle atención a Ashley y fija la visita en ellos mientras niega.
—Fue acompañado de Esteban Williams su alteza, solo para ver esa maldita humana y no es la primera vez que se larga.
—Owen. —masculla Ashley su nombre con irritación.
Él por supuesto la ignora. Sintiendo la safisfacion de vengarse de ellos, sin embargo, a la vez consciente de las consecuencias al estar involucrado.
—Darren a fallado con el contrato Victor ¡No vamos a permitirlo!
Victor le advierte con esa fría mirada a Gabriel por su intervención.
—Si me permite su alteza. —menciona Owen—. Prácticamente todos estamos en esto, enterados, cómplices. Solo le suplico que…
—Guarda silencio. —lo interrumpe Victor y se levanta. —¿cómo es que salió tan fácil? ¿Dónde están los guardias?
El silencio los invade.
Victor con una rapidez llega hasta ellos. Con un rápido movimiento toma de las mejillas a Ashley clavando sus propias uñas en su pálida piel. Ella soltando un leve quejido. La obliga a verlo mientras se acerca a ella.
—¡Ashley no tiene nada que ver!
Owen esta por acercarse a ella cuando tan pronto, Black lo detiene colocándose frente a él.
—Su alteza…. —pronuncia Ashley sintiéndose débil.
—La reina tiene mucho que explicarnos.
—¡Yo puedo decirles todo lo que quieran, solo sueltenla! —inquiere Owen con preocupación —su alteza por favor.
Le da una mirada a Black, este sin inmutarse en apartarse de su camino.
—¿Quieres que vaya por Darren, Victor? —le pregunta Black desde su lugar sin apartar la vista de Owen.
El líder suelta a Ashley bruscamente. Ella toca sus mejillas manchando sus dedos de pequeñas gotas de su sangre.
—No, no es necesario que vayas Black. —deja de ver a Ashley y rápido se dirige hasta Owen. Black se aparta. Owen al ver a Victor tan cerca de él retrocede torpemente dos pasos. —tú iras por él. Te advierto, si no llegas enseguida con ellos, su reina desaparece. Me encargaré de que Black vaya por ustedes si tardan demasiado, que regrese con Darren y elimine al resto. Después de todo, Darren es el único que nos importa.
—¡Owen no lo hagas! —le grita Ashley teniendo en cuenta de la riesgosa situación que se encuentra.
—Lo haré su alteza. —responde Owen sin verla, ignorando su petición. —haré que ahora mismo regresen. —desvía la vista en Ashley que niega —es lo que querías desde un principio Ahs, que regresarán.
—No tienes todo el tiempo, que sea rápido. —espeta el más antiguo vampiro.
Victor se da la vuelta regresando tan pronto con Ashley. Se coloca detrás de ella mientras la sujeta del cuello sin apartar la vista de Owen.
—Te sugiero que te des prisa, descuida. Nuestra Reina quedará en buenas manos. —le sonríe sadicamente mostrando sus largos, filosos, blanquecinos comillos.
Owen asiente. Observa a Ashley, a cada miembro de la Corte y a regañadientes se da la vuelta saliendo con velocidad por esas puertas dejándola a sola.
Rápido se pone en marcha en busca de Lezy para atravesar esa barrera y ir al mundo mortal por ellos antes de que sea demasiado tarde.
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D A R R E N
Apenas veo a esa maldita niña mortal salir de la casa dramáticamente, con molestia. Verla atravesar esas puertas, sin tener más tiempo que soportarla y dirijo mi vista en el desgraciado de Esteban. Esas palabras de esa niña se repiten en mi cabeza una y otra vez sacando conclusiones apresuradas, teniendo la certeza que tendre que arrancarle la cabeza a este maldito rubio.
—¿A qué se refería ella? —me cruzo de brazos—. Habla de una maldita vez Esteban.
—Sobre eso… —retrocede hasta chocar con ese sillón—. No le hagas caso, esa niña solo lo dijo sin pensar.
—Esteban. —pronuncio su nombre con irritación—. Me estas haciendo perder la paciencia, no me hagas volver a repetirlo.
—Solo si me prometes me que no querrás arrancarme la cabeza.
—¿Debería? ¿Qué hiciste esta vez?
Él duda en responder.
—Antes te pido que te controles. —con rapidez se aleja, se detiene del otro lado del sillón —puedo explicar las cosas si nos relajamos, con una copa de sangre…
Me acerco a él.
—¡¿Qué tienes que ver con ese maldito mortal?!
Me detengo hasta llegar al sillón. Siendo un obstáculo para atacarlo. Realmente estoy molesto por atreverse a traer a esa niña hasta aquí, sin mi permiso, por intervenir y sobre esto. Que no me de ninguna explicación me irrita más de lo que ya estoy.
—De todas formas vas a querer matarme —se encoje de hombros—. Al menos deja que te explique antes de que quieras mandarme al maldito infierno con mi alma. —gruño, deja sus manos dentro de sus bolsillos y desvia la vista— yo obtuve el perdón de pequeña. Eso es todo.
—¿Cómo lo lograste? ¿Con qué la amenazaste está vez?
Voltea a verme.
—¿Por quién me tomas? Soy incapaz de hacer eso.
—Te conozco Esteban, no me has dicho lo quiero saber.
Él resopla.
—Okey, te seré sincero. Pequeña me perdonó a cambio de que salvará a ese mortal, lo hice. Cure por completo a tu rival, ella estuvo en deuda conmigo, me dejó hablar con ella y finalmente aceptó y me perdonó.
—Volviste a intervenir Esteban. —hago mis manos puños—. Estuve apunto de matar a ese asqueroso humano y tu lo salvas. —puedo jurar mi transformación de vampiro ser presente.
—Fue para una buena causa.
—Solo te benefició a ti.
—Tal vez, hice lo que pude pero pequeña no quiere perdonarte.
—Si debería eliminarte. —empiezo a avanzar hasta rodear el sillón. Él retrocede evitandome.
—No todo fue tan malo. —dice, tropieza golpeando contra el sillón, se recupera y sigue retrocediendo—. Me enteré de muchas cosas, creo que pequeña va a separarse de ese mortal, eso que hacen los humanos. —chasquea los dedos— ¿divorciarse? —asiente—. Eso, tendrás una oportunidad con ella. —me detengo—. Vamos Darren, no seas malagradecido conmigo, solo quise ayudarte un poco. Si pequeña se alejará de él es por ti.
—No me interesa Esteban. Lo que quiero ahora es arrancarte esa cabeza.
—¡Maldita seas Darren! ¡Nunca escuchas con atención!
Con rapidez llego hasta él, lo tomo del cuello y con fuerza, rapidez y brutalidad lo empujo hasta la pared.
—No solo es eso, en primera no debiste traer a esa niña. —ejerzo fuerza.
—Ella quería hablar contigo, no podía decirle que no a esa criatura.
Gruño.
—¿Hasta cuándo dejaras de joderlo todo? Contigo cerca, no se puede. —noto su evidente transformación. Él sin inmutarse en luchar— no vale la pena eliminarte.
Lo suelto y me alejo de él con rapidez llegando en el centro de la sala.
—Admite que me necesitas.
—Mejor callate.
Su fastidiosa risa resuena.
—Darren de verdad no quería interferir. —dice mientras se acerca. Esa marcas comenzando a sanar—. Solo que solo aproveché esta jugosa oferta. —ríe—. No es para tanto.
Guardo silencio mientras niego y desvío la vista.
—Yo puedo ayudarte a que pequeña te perdone. Que de nuevo vuelvan a estar juntos como en el pasado.
—No te atrevas. —le advierto—. No quiero su perdón, a estas alturas ya nada me importa. Puedo y acepto su odio. Es mutuo.
—Son tan metirosos los dos. —lo escucho decir con burla.
Giro a verlo con una mirada asesina.
Él carraspea.
—Ignora que dije eso. —pausa—. Tendrás otra oportunidad para matar a ese mortal. Creeme que no pienso ayudarlo la próxima vez.
—No habrá próxima vez Esteban. No haré esta vez nada. Que ella se quede con él.
—¿Tan fácil te rindes? Date cuenta hasta que punto hemos llegado.
—¿Para qué Esteban? Justo por eso lo digo. —hago una larga pausa—. Ya entendí, mi lugar es estar en el Castillo, no debí volver, no pertenezco aquí, ninguno. Date cuenta tu que si estamos aquí es solo para alimentarnos de esos humanos, son nuestro alimento y así debe ser. No debí relacionarme con ella. —murmuro lo último.
—No puedo creer lo que estoy escuchando. Y presumes ser fuerte, eres un maldito débil con esto. Lo dices porque aún estás molesto con pequeña, pero si le das una oportunidad….
—No Esteban. —lo interrumpo— de hecho, ya tomé una decisión y es volver al Castillo, ya no pienso volver de nuevo.
—¿Y qué pasará con tu alma? ¿Con tu venganza, con tu hija? Todas están en este mundo. Pequeña y esa niña te necesitan cerca y más ahora.
—Pudieron estar todo este tiempo sin mí Esteban y con respecto a Victoria, no sabemos nada sobre ella. Es una maldita venganza que nunca se llevará acabo. Pierdo mi tiempo aquí.
—Yo no pienso irme y regresar a ese Castillo. —sentencia.
—Lo harás, no te quedaras. —lo apunto y bajo mi mano — vamos Esteban, es lo que tanto quiere ella, se cumplirá lo que quiere, tenerme lejos.
—Pequeña no sabe lo que dice. —se cruza de brazos—. Le mintió a su hija con tal de alejarla de ti, le hizo creer que la abandonaste al enterarte supuestamente de su embarazo cuando ni siquiera sabías de tu existencia hasta ahora. Mentiras por el miedo que le tiene a que la pierda.
Guardo silencio.
Analizo sus palabras.
No me extraña a estas alturas de Ayline.
Ahora entiendo esa insistencia de Ana Lizbeth.
Gruño.
Maldita la hora en que le puso así.
—Pues puede estar tranquila. Porque eso no pasará cuando ya no pienso proteger a ninguna de las dos. —finalizo.
Recibiendo esa maldita mirada de parte de él.
No obstante, la puerta es golpeada y abierta de pronto. Rápido ambos nos ponemos alertas, precavidos.
—¡Hasta que los encuentro maldita sea!
Owen aparece rápido frente a nosotros.
—¿Owen qué carajos haces aquí?
—Vaya forma de entrar sin permiso convertido.
Él ignora el comentario de Esteban y se acerca a mí. Siendo evidente la molestia, no lo culpo por lo ocurrido siendo esas marcas visibles en su cuello prueba de ello.
—¿Qué haces aquí?
—Tenemos un problema.
—¿Y no pudiste solucionarlo solo? Siempre supe que eres un débil convertido.
Owen gruñe y gira a verlo.
—Mejor cállate idiota que esto también te involucra a ti, a todos. —regresa la vista en mi— tenemos un problema con la Corte, ya se enteraron de todo y quieren verlos ahora en el Castillo.
—No, eso no es posible. —inquiere Esteban— ¿qué si es una maldita broma débil…?
—Estaría bien que fuera una broma imbécil. —le responde Owen en tono alto, molesto —Maldita sea Darren, debemos regresar ahora, tienen a Ashley y van a eliminarla si nos tardamos.
—Mi bombón. —Esteban gruñe y jala su cabello fustrado — maldita sea, Darren no podemos volver.
—¿Qué estás diciendo? ¡Tienen a Ashley! ¡A todos y vendrán a buscarnos!
—Yo no pienso regresar convertido, nos querrán eliminar. Es nuestra condena de muerte.
—Veo que eres un débil cobarde.
Esteban gruñe y lo empuja. Esta por atacarlo cuando lo detengo.
—¡Suficiente Esteban! No es momento para esto. —los observo a los dos— hay que volver al Castillo.
Él niega y retrocede.
—Es hora de enfrentar a la Corte. —finalizo, queriendo terminar con este problema de una vez por todas.
(...)
—Se dan cuenta de la locura que hemos hecho. No debí aceptar venir con ustedes.
—Te la pasaste quejando por todo el maldito camino como un cobarde.
—Guarda tus malditos comentarios convertido que no estoy de humor para soportarte.
—Cállense los dos de una vez. —les digo a ambos terminando con mi poca paciencia.
Paciencia que se agota en cada instante. Suficiente tengo con lo ocurrido con esos mortales, aún molesto con todo el jodido mundo. En recuperación por esa maldita batalla que no conseguí nada para ahora batallar con la Corte, un maldito problema mayor.
Los tres avanzamos por los pasillos. Tan pronto, con velocidad llegamos al Castillo.
—Ni siquiera pude despedirme de pequeña. Al menos obtuve su perdón. Mi amada, nos encontraremos.
Gruño al escuchar a Esteban dramatizar. Escuchando perfectamente el murmuro de Owen, "ya va a empezar" igual de harto que yo.
—Voy a solucionar esto, no se quejen que ninguno saldrá implicado.
—Lo único que sabes hacer es causar problemas Darren, es lo único bueno que sabes hacer. —me responde Owen con molestia.
Llegamos a la sala. Nos detenemos viendo esas puertas cerradas y la presencia de todos ellos del otro lado.
—Fue bueno conocerlos malditos desgraciados. —Owen es el primero en empujar la puerta y entrar. Dejandola abierta.
—Vaya, nos aprecia el convertido.
Niego y le hago un ademán con la cabeza a Esteban. Él gruñe y observa el interior.
—De todas formas mi fin llegaría tarde o temprano. —gira a verme— Que si pequeña no logró eliminarte, ellos lo harían. —dicho esto y entra a la sala.
Sin esperar lo sigo. Entro con mis manos en mis bolsillos. Me detengo hasta llegar frente a Victor. Dándoles a todos una rápida mirada, sin hacer esa estúpida reverencia para ellos. Él yace en el trono sentado, ambas manos de cada lado de la silla haciendo con esas uñas largas un ruido desesperante.
—Nuestro Rey está de vuelta.
Dejo de verlo y observo a Ashley. Ella la mantienen sujetada por Gabriel. Su agarre forzado en sus manos hasta dejarle marcas por sus uñas, leves hilos de sangre obvios. Ella forcejendo.
—Tu reina no a cooperado. —agrega Victor con burla—. De hecho, varios quisieron intervenir.
—¡Darren no debiste venir! —me grita Ashley.
—¡Ley por él es que estas así! ¡Que me suelten o juro que…!
Desvío la vista rápidamente viendo a Dominik siendo torturado por Hugo. En malas condiciones, esas herida en su rostro y cuello aún sin sanar, arrodillado en el suelo con manchas de sangre. Cerca de él Lezy, ella quieta siendo vigilada por Daimon.
—¡Le dije que no interfiriera pero no me escuchó!
Recibo su mirada fulminante. Regreso la atención en Ashley al escucharla.
—Sueltalos Victor, ellos no tienen nada que ver. —los observo a todos y doy tres pasos hasta él —yo soy el único responsable. Todos ellos siguieron una orden mía. Aquí me tienes, si vas a castigarme, adelante.
—¡Darren no!
Ignoro el grito de Ashley.
Una guerra de miradas desafiantes entre ambos.
—Victor, petición aceptada. Esto es solo problema del Rey.
—No intervenga Black.
Victor se levanta.
—Primero escuchame Victor, te progongo un excelente nuevo trato. Aceptaré y haré lo que quieras pero dejalos a todos fuera de esto.
Malditamente suplico. Hasta que punto llegué solo por esos desgraciados.
Un maldito silencio irritante reina.
Victor sonríe con malicia.
—Liberenlos. —ordena con voz grave— y todos salgan de aquí, estoy solo se hablará con el rey.
Me doy la vuelta observandolos.
—Encargate Esteban.
Él asiente y rápido llega hasta Ashley. Ella lo esquiva y pasa por su lado.
—Esto también me corresponde a mi. Estamos juntos en esto Darren.
—Vete Ashley, todos.
—Bombón, Darren lo va a solucionar.
Ella niega.
—¡Ley!
Desvia la vista al escucharlo. Tan pronto ese maldito rubio llegando hasta ella. La revisa y posa la vista en mi.
—Mereceras tu castigo Collins, mientras Ley no esté implicada no es mi asunto. —me dice Dominik mientras avanza con Ashley a la salida.
Recibo una última mirada de ella y se marcha con él.
Todos tenemos prioridades.
—Suerte supongo.
—No la necesito Esteban, largate. —le respondo al escucharlo.
—Como quieras, si necesitas ayuda, solo llamame. Encantado de acompañarte al infierno.
Dicho esto y se da la vuelta. Dejando de ver su presencia al abandonar la sala. Seguido de él, Owen, que sin mencionar nada se retira junto a Lezy.
—Te escuchamos Darren, ¿cuál es el trato esta vez?
Me doy la vuelta.
Enfrento a la Corte.
Teniendo en mente, un nuevo plan, trato elaborado. No muy seguro de que acepten. Consciente que de cualquier forma voy a condenarme de nuevo sin a estas alturas importarme el precio de mis acciones.
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