Capítulo 20 ✗ Una mala discusión
A Y L I N
Critico a Darren cuando soy casi igual o peor que él. Ambos somos mentirosos y cobardes al enfrentar una situación.
Lo demostré al tener a Ana Liz frente a mi en la cocina hace unos minutos. Ella buscando respuestas, molesta y por mi parte sin encontrar una buena excusa que darle.
Aun confundida por lo ocurrido.
Evitacion.
Mi única salida.
Fui cobarde al dejar a mi hija sola de nuevo en la cocina. No ser valiente para decirle la verdad. El miedo a perderla no me ayuda, no quiero perderla, sin embargo ya lo estoy haciendo. Ana Liz me odia y cada vez nuestra situación de madre a hija es peor y mucho más desde la llegada de Darren. Tan fácil actúe, tras excusas me marché dejándola sola y probablemente confundida más que yo y molesta.
En este momento me encuentro en mi habitación, aún recordando lo sucedido. Sentada en la orilla de la cama con mis manos en mi regazo. Poso la vista en mi mano, no puedo creer que aun tenga el anillo. Hago una mueca al verlo, recuerdo la platica con Darren, sus inesperadas acciones tras confesiones.
Recuerdo el anillo, el beso.
Resoplo.
Molesta conmigo misma me quito el anillo con rapidez. Al tenerlo sobre mi mano lo observo un momento para terminar por lanzarlo sobre la cama. El objeto queda justo en medio de la cama, tan diminuto de valor para ellos.
Me volteo y regreso la vista al frente. Hago mis manos puños.
Fui víctima de nuevo de ese maldito poder que tiene sobre mi. Llegar de nuevo a ser capaz de hipnotizarme solo para obtener un simple beso de mi. Siendo yo una marioneta para él, porque estoy segura que eso pasó. De lo contrario, no me hubiera atrevido a aceptar besarlo ¿o si?
Suspiro fustrada.
Masajeo mis sienes, el dolor de cabeza se hace presente e inmenso.
Recuerdo sus palabras, la discusión, su rostro, su cercanía.
—No pienses en él, Aylin.
Me regaño a mi misma en un bajo murmuro.
Bajo mis manos y las apoyo en mis piernas. Suspiro, fija con la vista al frente.
Victoria sigue existiendo. Sigue siendo un peligro.
Aceptó el trato de la Corte, no volver a verme para salvarme.
Por mi.
Protegerme.
Darren pidiendo perdón.
Niego con la cabeza.
Tantas cosas que ya no sé que pensar cuando lo único que me importa ahora es arreglar las cosas con mi hija.
De pronto, la puerta de mi habitación es abierta. Me alarmo un momento, sin embargo me tranquilizo al ver a Carlos entrar, cerra la puerta y acercarse a mi.
Me levanto de la cama y finjo una sonrisa.
—Carlos llegaste…
—¿Por qué carajos lo hiciste Aylin?
Extrañada por su comportamiento me limito a verlo con el ceño fruncido. Él se detiene a una distancia prudente de mí, se cruza de brazos y todo su rostro muestra molestia/enojo.
—Carlos no sé…
—Te besaste con Darren. —inquiere en tono alto con molestia. —¿o me lo vas a negar?
Agacho la vista.
Lo que me faltaba.
Ni siquiera me atreví a darle una explicación a mi hija, no puedo hacerlo con él y esta situación será peor si no hablo.
Tomo una respiración profunda. Levanto la vista y lo miro a los ojos.
—No voy a negarlo —hablo en voz baja—. pero todo tiene una explicación Carlos, no es lo que crees. Las cosas no pasaron así…
—¿Qué más explicación quieres darme Aylin? Ya lo sé todo, ¡¿por qué lo hiciste?!
—Carlos cálmate, mi hija puede escucharnos.
Sin embargo a él le importa muy poco. Sigue alzando la voz, escucho sus reclamos mientras lo veo caminar de un lado a otro desesperado para terminar quieto frente a mi. Me volteo un poco, la diferencia de tamaño notoria.
—¡Ya estoy harto de todo esto Aylin! ¡En todo este tiempo solo me has utilizado para olvidar algo que no quieres hacer!¡Ahora entiendo tu aptitud desde que él regresó, que no quieras irte y que lo hayas besado!
El dolor de cabeza aumenta. Me enojo tan solo escucharlo. Este no es mejor momento para hablar, quisiera decirle. Sin embargo, alterada grito al igual que él.
—¡Yo no quise besarlo! ¡Estas imaginando cosas que no son Carlos!
—¡Por favor Aylin es más que claro! —Carlos avanza a unos pasos de mi. Soporto el nudo en mi garganta y esas ganas de llorar. —Decídete de una vez Aylin, ¿eliges a ese monstruo o a mi?
Niego sintiendo las lágrimas acumuladas en mis ojos. Sin tener la fuerza para seguir con esto.
(Minutos antes...)
Ana Lizbeth
¿Estoy molesta con mi madre?
Por supuesto que si.
Me molesta que siempre evada las cosas. Que siempre busqué una excusa para irse y no contame nada. Si no lo cambia por un regaño, es una excusa de sentirse mal. Como pasó en este momento, estaba lista para mi interrogatorio para ella, ver a Darren aquí y más después de lo vi es obvio que la curiosidad se hizo presente. Lo confieso, sentí celos al verlos juntos. Ver su comportamiento con ella cuando conmigo es diferente. Me rechazó y con mi madre se deja besar. No entiendo nada.
Quiero respuestas.
Es lo que quiero en todo este tiempo. Respuestas que mi madre no se atreve a decirme. Quiero descubrir la verdad. Estoy cansada de fingir que no me importa saber quien es mi padre cuando es todo lo contrario, desde el momento que me di cuenta de que Carlos no lo es, esa curiosidad y necesidad de saber me torturado en todos estos años.
Y mi madre me lo sigue ocultando.
Con un pretexto de sentirse mal, terminó huyendo. Me preocupa, tampoco quiero alterarla. Siendo no o si de forma fingida no insistí más y la vi marcharse.
Sin embargo, no me doy por vencida. Mi madre no quiere decirme la verdad, lo he intentado varias maneras. Mi tía Sam, su confidencia y amistad con mamá también lo oculta. Mi único alternativa es Carlos, tal vez él me diga la verdad, a pesar de que me cae mal, puede ser útilidad para saber quien es mi padre de una vez por todas.
Me dedico a esperarlo sentada en las escaleras. Espero a que regrese a casa después de su trabajo. Debo actuar rápido antes de que mi madre salga de su habitación. Espero impaciente hasta que escucho la puerta ser abierta. Me levanto con rapidez y sujeto la chamarra que traigo conmigo. Bajo los pocos escalones y visualizo a Carlos.
—Hasta que llegas, necesito hablar contigo.
Él se detiene, con el ceño fruncido me observa.
—Hola Ana Liz, que raro si nunca me esperas. —se da la vuelta y se dirige a la sala. Con molestia lo sigo. —¿y tú madre? —me pregunta al llegar a la sala y dejar su saco y maletin sobre el sillón.
Me detengo frente a él sin rodear el sillón.
—Esta en la habitación. —hago una corta pausa—. Me urge hablar contigo.
—¿Sobre qué cosa Ana Liz?
—Primero que nada, ¿esta chamarra es tuya? —se la muestro.
Carlos la observa curioso notando su confusión al verla.
—No, no es mi estilo. Nunca la había visto.
Le creo y bajo la chamarra siendo mis sospechas ciertas.
—¿Por qué preguntas? ¿De dónde la sacaste?
Hago una pequeña pausa.
—No, no ya no importa. —ignoro la chamarra y paso a lo siguiente. Recupero mi carácter mostrandome valiente ante él —Ambos tenemos valiosa información que nos conviene saber a los dos. Yo te digo lo que sé y tu me dices quien es mi padre. —le digo sin rodeos.
Es un milagro que ya esté articulando con él más de dos palabras. En beneficio lo hago.
Lo veo tensarse y observar varias veces a las escaleras para terminar de posar la vista en mi. Debe presentir de que hablo.
—Ana Liz no voy a decirte nada, eso es algo que debes hablar con tu madre.
—Ella no me quiere decirme nada, mi tía Sam tampoco. Te confieso que tu no me caes bien pero eres mi única opción.
Él se cruza de brazos.
—No entiendo porque me odias, te he visto como una hija en todo este tiempo.
Sonrio con burla.
—Ya deja de fingir como mi madre Carlos. —le respondo—. Admite que no te caigo bien, me odias es obvio tu rechazo hacia mi.
—Eso no es cierto.
—No soy tonta Carlos, me doy cuenta de lo sucede a mi alrededor. De hecho desde que era una niña recuerdo tu desprecio hacia mi.
Él hace una pausa. De nuevo voltea a ver las escaleras.
—Estas equivocada, eres tú la que me odia. Me aleja y no me ve como un padre.
—Porque nunca lo serás para mí. —dejo la chamarra colgada en el respaldo del sillón y me cruzo de brazos—. Desde niña sentí y vi tu rechazo. Te molesta que este cerca de mi madre, recuerdo cada mirada de desprecio que me dabas cuando pasaba tiempo con ella, cuando querías salir con ella y siempre yo era ese obstáculo que lo impedía. Mi Mamá prefería quedarse conmigo. No entendía como mi padre, el que creí que era me odiaba hasta que logré hacer esa prueba y por suerte salió que no lo eras. Lo entendí todo. Me alivia no ser tu hija —pausa—. Por eso te rechazo, supongo que desde niña no te vi como un padre y por eso mi aptitud contigo. Me gustaba ver tu cara cuando mi mamá quería estar conmigo, cuando prefería a su hija que a ti.
Sonrio ampliamente.
Lo veo nervioso.
—Como puedes acordarte de eso, eras solo una niña.
—Una niña que se dio cuenta de su desprecio desde muy pequeña y ahora sigue igual o peor. Ya deja de mentir Carlos porque te confieso que tampoco me caes bien, no te quiero para mi madre aunque esa es su decisión.
Lo veo resplar.
—Pues no te equivocas, todo es cierto. Si el único motivo porque te soporto es porque eres hija de Aylin. La única que me interesa es tu madre y si para estar con ella debo soportarte pues lo haré.
Admito que me extraña al verlo de esa forma. Actuando como nunca pensé llegar a verlo. Su verdadera forma de ser.
—Vaya, si eres bueno fingiendo después de todo, que te crea mi mamá porque yo no. Que bueno que seamos claros Carlos. Ya basta de falsas mascaras.
—Lo mismo digo, al fin muestras tu carácter —me dice—. No tengo nada contra ti Ana Liz pero tan solo verte me recuerdas a él, eres idéntica en cuanto a la forma de ser.
Justo lo que quería escuchar.
—Yo no voy a engañarte con mentiras de que te quiero como un papá porque no es así. —lamo mis labios—. Y si es cierto lo que dices, me alegra parecerme a él, debe ser sorprendente. —Carlos no finge su mirada de desprecio mientras niega—. Dejando a un lado nuestra diferencia, ya dime quien es mi padre, es obvio que lo conoces.
—No me corresponde decirte. Ya deja de insistir con eso y agobiar a tu mamá.
—No entiendo tu cariño hacia ella. Aunque después de esto dudo que ese "amor" siga al saber que te engañó.
Esa mirada desaparece. Siendo reemplazada por confusión.
—¿Qué quieres decir con eso? Explicate de una vez Ana Liz.
No evito sentirme bien al verlo así, apunto de perder la paciencia. Mal.
Suspiro
—Seré directa Carlos, tú me dices quien es mi padre y yo con quien te engañó mi mamá. Nos conviene a los dos.
Apesar de que tendré que romper una promesa y afectarla.
Sin embargo recuerdo lo visto en la cocina y mis planes siguen.
Lo veo bajar sus manos y negar varias veces.
—No voy a decirte nada.
—Entonces yo tampoco. —me doy la vuelta dispuesta a marcharme.
—¡Espera!
Su grito me detiene y regreso a mi posición.
—Tu hablas yo lo hago, vamos Carlos, dime quien es mi padre por favor.
Nos observamos largos segundos.
Bufa y despeina su cabello. Da un paso adelante, por mi parte atenta al ver su intención de hablar.
—Tu padre…—pausa desesperada—. es un monstruo y es lo único que puedo decirte.
—Eso no me ayuda en nada.
—Ya deja de preguntar Ana Liz, te vas a arrepentir si te enteras de la verdad.
Me alzo de hombros.
—Seré la única que se lleve la desepcion. No finjas que te importo.
Ambos guardamos silencio.
—¿Con quién… me engañó tu mamá? —me pregunta de pronto más calmado.
Lo observo y niego. Tomo la chamarra dispuesta a irme. Sin embargo, ante una necesidad de verlo afectado, con una sonrisa amplia reflejada en mi rostro hablo:
—Encontré a mi madre besándose con Darren en la cocina y no es la primera vez que los veo juntos y solos. —pausa—. Y es lo único que te diré.
Sonrio con suficiencia.
Él rostro de Carlos cambia a enojo.
—No, no eso no es cierto.
—Yo no tengo porque mentirte Carlos, ve y preguntale a mi mamá, que se atreva ella a negarlo.
Dicho esto y Carlos con molestia se dirige a pasos rápidos a las escaleras. Maldiciendo, negando. Tan tonto por no creer la realidad.
Dejo de verlo y sonrio soportando la burla.
Suspiro y finalmente me doy la vuelta rumbo a mi habitación con la chamarra en mi mano.
Al terminar de subir las escaleras, avanzar por el pasillo veo a Carlos entrar a la habitación de mi madre furioso. Me encojo de hombros y me dirijo a la mía. Al entrar cierro la puerta. Me adentro y me acerco a la jaula, antes lanzo la chamarra a la cama, escucho su discusión siendo resaltada la voz de Carlos molesto.
Llego hasta la jaula, la abro y saco a Darki mientras lo tomo entre mis manos.
—Te portaste mal Darki —rio y beso su pico—. Tenía que hacerlo.
Me siento en la cama y lo acaricio sin evitar sonreír, disfrutar sin arrepentimientos de lo que he provocado. Con una mano lo cargo, me ocupo a poner mi musica alta disfrutando todo esto.
+++
Aylin
—No voy responderte eso Carlos, es completamente tonto.
—¡Vamos Aylin, ya deja de ocultarlo! —trata de calmarse—. Acepta que aún lo quieres. —murmura—. Que me has utilizado todo este tiempo. Que incluso esa chamarra que tiene tu hija es de él, que la has guardado todo este tiempo.
Me cruzo de brazos.
Escucho la música alta provenir desde la habitación de Ana Liz. Siempre lo hace al estar molesta y ahora lo agradezco para que no nos escuche.
—Carlos será mejor que nos calmemos.
—¡No! Igual forma me seguirás mintiendo. Sabes algo Aylin, ya me queda claro tu decisión.
Él molesto se da la vuelta y se dirige a la salida.
—Carlos, Carlos espera… —intento alcanzarlo—. ¡No te vayas!
Demasiado tarde, él termina por salir de la habitación con un azote en la puerta. Me detengo, miro la puerta y dejo bajar mis lagrimas por mis mejillas. Con miles de emociones a la vez me doy la vuelta. Me cruzo de brazos mientras lloro en silencio.
—¿Lin se puede?
Cubro mi boca. Cierro los ojos y trato de calmarme.
—Amiga voy a entrar de todas formas. —escucho la voz de Sam.
Abro los ojos y limpio mis lágrimas con rapidez. Inhalo y exhalo varias veces. Me siento en la cama y tomo una profunda respiración.
—Adelante Sam.
Ella tan pronto abre la puerta. Evito verla. Ella se a adentrado y escucho sus pasos acercarse.
—Acabo de ver a Carlos muy molesto. Quise detenerlo pero me evitó. Los escuché, ¿qué pasó?
Sam toma asiento a lado mío.
—Nada
—Lin po Dios, estabas llorando, no me mientas, ¿qué te hizo Carlos?
Sorbo mi nariz.
—Solo es una discusión como siempre Sam, pequeños problemas entre nosotros.
—Aja —la miro de reojo cruzarse de brazos—. Lin dime, cuentas conmigo, platicame.
Giro a verla.
Dudo en hablar.
Necesito hacerlo.
—Carlos se molestó conmigo porque… Besé a Darren y Ana Liz nos vio.
Ella abre los ojos sorprendida.
—No, no es cierto. No es… —me mira fijamente—. Lin no.
—No pasó como crees. —digo en un hilo de voz.
Sam apoya su mano sobre la mía.
—Entonces te escucho.
La miro, me armo de valor y le cuento absolutamente todo. La única que me escucha.
—… por ende nuestra discusion. —termino de contarle a Sam.
—Te creo, Lin yo te creo. Sé lo que es capaz de hacer ese maldito vampiro. —Sam bufa—. Todo esto es culpa de él.
—Mi hija me odia y Carlos, tu lo viste. Se fue molesto. Estoy sola.
—Oye me tienes a mi. —Sam se levanta y se coloca frente a mi—. Yo no voy a dejarte okey.
Me limito a asentir.
—Lin, dile la verdad a tu hija.
Niego
—Aylin hazlo, será peor. Date cuenta, mira ahora, ya la estás perdiendo. El idiota de Darren lo está logrando, te quitará a tu hija, vas a perderla si no haces algo. Él ganará, ¿lo dejarás?
—No, por supuesto que no.
—Entonces lucha por tu hija. Lucha contra ellos. Lin ya deja de torturarte, llorando no solucionaras nada ni alejando más a tu hija con estas discusiones. Vas a perderla si sigues así.
No respondo aunque admito que tiene razón. Ambas estamos mal a pesar de que Ana Liz aún no descubre la verdad.
Sam no insiste.
Ambas guardamos silencio. No tengo ánimos de seguir hablando.
—Con respecto a lo que me dijiste, dices que solo lo sabía obvio tu y Darren sobre el beso —escucho decir a Sam de pronto.
—Sam ya no quiero hablar de eso.
—No Lin, entiendo como te sientas pero aquí solo hay explicacion de como Carlos se enteró . —Sam chasquea los dedos—. Claro, Liz se lo dijo. Agh como se atreve.
—No Sam ella no…
Me callo al saber que tiene la razón.
—Esa niña va a escucharme.
Sam se dirige a la salida.
Me toma segundos en reaccionar. Me levanto y la sigo mientras la llamo. Con rapidez ambos salemos de la habitación y ella se dirige a la siguiente habitación de mi hija.
—Sam detente, no lo hagas.
Me ignora, llega a la puerta y la golpea varias veces siendo escuchada solo la música se Ana Liz.
—¡Abre la puerta niña! ¡Liz abre!
—Sam ya basta, vámonos. —la tomo del brazo.
—No, —se safa de mi agarre—. Antes hablo con ella, es tu hija, como te hace eso. —vuelve a golpear la puerta— ¡Liz abre la puerta carajo!
Poco tiempo después la puerta es abierta por Ana Liz con el cuervo entre sus manos. Sam sin permitirle hablar se adentra a la habitación mientras la empuja. Suspiro y la sigo. Ana Liz se aparta de la puerta, la cierra y se aleja de mi.
—¡Eres una desgraciada Liz!
Mi hija frunce el ceño mientras vuelve a tomar asiento.
Me dirijo a pagar la música mientras las escucho discutir. Regreso con Sam quedando de pie ambas frente a ella.
—¿Qué pasa contigo tía Sam?
—Ya tu madre me contó todo, eres una malagredecida con ella, no debiste acusarla después de todo lo que a hecho por ti.
Ana Liz me da una mirada rápida y regresa la atención en Sam.
—Lo que hizo mi madre estuvo mal.
—No tienes que juzgarla cuando solo te a protegido todo este tiempo.
—Proteger a base de mentiras. —Ana Liz se pone de pie—. Yo no tengo nada de que hablar con ninguna de las dos, váyanse ahora.
—No, antes vas a escucharme.
—Tu no eres mi madre tía Sam, de hecho ni mi verdadera tía eres. Aquí solo eres una arrimada, que se mete en la vida de los demás porque no tiene la suya propia.
—¡Ana Liz ya basta! —le grito.
—No Aylin no voy a callarme. Ustedes son las que vinieron y eso es lo que pienso. Ambas son unas mentirosas. A ninguna le importo, saben algo prefiero irme con mi padre.
—Hija…
—Entonces vete y deja de alterar a tu madre. Tanto buscas a tu maldito padre cuando a él ni siquiera le importas al dejarte.
—Sam no sigas. —le digo.
Es notoria la molestia en su voz.
Me preocupa que le diga la verdad.
Veo a Ana Liz, ella con el semblante molesto.
—¡Tu madre es la que te a cuidado todo este tiempo Liz y ni así le agradeces! ¡Solo ella, porque tu padre no! —Sam suspira —Ella no esta sola, me tiene a mi okey.
—Tú no sabes nada…
—Sé más que tu y soy testigo de los sacrificios que hace tu mamá por ti. Realmente quieres saber quien es tu padre, porque es una maldito que no te quiere.
Intervengo entre las dos.
—¡Ya basta las dos! ¡Samantha ya vete, dejame a solas con mi hija!
Voltea a verme.
—Lin pero…
—Vete, necesito hablar con ella. —digo en tono serio.
Sam bufa, asiente y se da la vuelta.
—Bien, pero cualquier cosa me llamas, estaré escuchando detrás de la puerta. —dice y termina por abandonar la habitación.
Suspiro y me cruzo de brazos.
Recibo una mala mirada por parte de mi hija.
—Te pedí que no le contaras nada a Carlos, ¿por que lo hiciste hija?
—Yo te pedí explicaciones y no me las diste. Estamos a mano mamá.
—Hija no quiero que seamos enemigas. Soy tu mamá.
Ella toma asiento en la cama.
—Pues con tus secretos empeoras nuestra relación de madre a hija. Ya basta mamá, ya deja de mentirme y dime la verdad que tanto quiero saber. Tu misma has fallado en la supuesta confianza que debe existir entre nosotras.
—Ana Liz no quieres saber la verdad. Es por tu bien hija, solo quiero protegerte.
Susurro la última palabra.
Proteger
Lo mismo que me repitio Darren.
Él protegerme.
Yo a mi hija.
—No quiero que estemos así. —finalizo.
—Entonces dime la verdad. ¿Qué hacía Darren aquí? ¿Qué relación tienes con él? No es la primera vez que lo veo aquí mamá. Hay cosas que no entiendo. Primero conocerlo en el cementerio y que él te conozca, después lo traigo a casa y te sorprendes al verlo. Luego lo veo aquí supuestamente vino a despedirse de ti y ahora te encuentro besandote con él ¿qué sigue? —pausa— Mamá es mas joven que tu, debe ser un poco mayor que yo pero no entiendo porque se fijó en ti.
Si supieras la verdad.
Guardo silencio.
Tomo una profunda respiración.
—¿De dónde conoces a Darren? ¿De qué historia entre ustedes hablaba? Dime mamá, porque todo esto solo me lleva a sacar conclusiones. —agrega ante mi silencio.
—Yo no tengo nada que ver con él. —suelto frustrada.
—¿Entonces por qué te besaste con él?
—¡Él me beso!
—Y tu bien puesta mamá.
Molesta le doy una cachetada.
—No me hables así Ana Lizbeth, soy tu madre a pesar de todo.
Bajo mi mano.
Ella soba su mejilla y voltea a verme.
—Te odio mamá. —masculla entre dientes. Baja su mano y a pesar del dolor en su mejilla sonríe— Si le conté a Carlos fue por venganza, porque quería ver su cara y porque no acepto que Darren te haya elegido a ti.
—¿De qué hablas?
—De que a ti te besa y a mi me rechaza. De eso hablo mamá. —Ana Liz hace una corta pausa—. Antes de que se fuera lo besé en el instituto y recibí su rechazo y una amenaza de su parte cuando contigo fue todo lo contrario.
Abro los ojos en shock.
No puede ser.
—¡¿Qué estás diciendo Ana Liz?!
—Que me gusta Darren mamá pero ya veo que a él no le importo. Como siempre te eligen a ti.
Nego y retrocedo dos pasos.
—Me rechazó e incluso se enojó . Tal vez me confundí pero creí ver algo raro en él. Sus ojos… Es como si su aspecto cambiará a...
Tan cerca de la verdad.
—¡No puedes sentir eso por él! ¡Está mal! —estallo.
—¿Por qué no mamá? —me desafía.
—Porque él es… Darren es… Esta mal que sientas eso, no hija tu no puedes. —me arrepiento de todo, la veo y con seguridad continuó—Solo te quiero lejos de él ¿entendido?
Sin esperar su respuesta salgo rápido se la habitación.
Cierro la puerta al salir y me recargo en ella.
—Escuché todo. —giro la cabeza al escuchar la voz de Sam. Ella situada a unos pasos lejos de mi.— me aseguré de hablar con Carlos pero él se fue en su auto, no pude detenerlo y pues regresé por si necesitabas ayuda.
Me alejo de la puerta y me acerco a ella.
—No pude, te juro que por un momento estaba dispuesta a contarle todo pero ahora con esto… Me arrepentí Sam.
—Entiendo Lin pero no puedes seguir alargando esto, ya es tarde e imposible que quieras seguir con el secreto. —me detengo al llegar hasta ella—. Tras la confesión de Liz… Sabes que eso es imposible entre ellos.
Asiento
—Mis mentiras me han llevado a esto Sam y ya no sé que hacer.
—Habla Lin, es lo mejor. No puedes perder a tu hija.
—Ella es lo única que tengo. —digo sintiendo las lágrimas acumuladas en mis ojos.
—Lo sé amiga. —Sam extiende sus brazos—. ven aquí—. corto la distancia y la abrazo— tranquila Lin, cuentas conmigo en lo que sea, sé que en el pasado fui mala amiga, me arrepiento. Tuve una segunda oportunidad y ahora quiero cambiar y ser esa amiga que necesitas.
—Me consta Sam, no me has dejado sola en todo este tiempo. —le digo recargando mi barbilla en su hombro.
—Y no lo haré, tendrás mi ayuda al menos hasta que la vida me lo permita y me vaya de este mundo.
Me alejo rápidamente se ella al escucharla sin importarme en limpiar mis lágrimas que sin evitar se deslizaron por mis mejillas.
—No digas eso Sam, estaremos juntas mucho tiempo. Ahora eres la única compañía que tengo. Ahora no tengo a mi hija, estoy sin Carlos, con problemas. —pausa—. Te necesito para que me ayudes a sobrellevar esto.
Ella me sonríe y la vuelvo a abrazar.
Me niego a esa idea. No quiero perder a Sam. No soportaría si dejara de estar a mi lado, la necesito cerca si quiero enfrentarme de nuevo a ellos, a Darren, a vampiros estando esta vez en su contra.
🦇🦇🦇
Foto en multimedia Aylin la verdadera ohu 🤧😭💔
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