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Capítulo 18 ✗ Por mi hija

“Por ella soy capaz de darlo todo...
Incluso mi propia vida”

~A Y L I N~
A estas alturas ya no puedo cambiar o impedir eso que tanto me esforcé y traté de ocultar.

Mi secreto fue revelado.

Ya es tarde, Darren lo sabe y para empeorar tengo el tiempo en mi contra. Me aterra que Ana Liz se entere de la verdad, ese ultimátum que se atrevió a darme él me fustra.

No tiene ningún derecho.

Era inevitable que no se diera cuenta, sin embargo, no estaba preparada para enfrentarlo. Verlo de nuevo.

Desearía que él fuera una alucinación más, una de mis tantas pesadillas y que al despertar, Darren no estuviera aquí complicandome de nuevo mi vida. Sin embargo no es así, es real. Darren está aquí de nuevo. Hace años atrás deseé que volviera y ahora no estoy muy segura.

Lo que más me preocupa es mi hija, que estén ellos cerca y sobre todo, Ana Liz cerca de Darren es lo que quiero impedir. Que ella descubra la verdad y lo peor que se entere de todo y no por su propia madre.

Estoy en un dilema, lo ocurrido con Darren me dejó pensativa, peor de lo que estaba.

Lo odio por aparecerse en mi vida, por volver y por atreverse a morderme de nuevo. Sentí esa misma sensación dolorosa de hacé años atrás cuando lo hacía, cuando se atrevía a arrebatarme mí sangre y por más que traté de justificarlo, Darren es un vampiro y es parte de su naturaleza. No cambiará, será siempre un peligro y un monstruo. Eso la antigua Aylin no lo entendía y trataba de justificarlo y ahora me queda claro. Lo odio por atreverse a advertirme, obligarme a hablar con mi hija.

Y por otra parte, muy ingenua pensé que por un momento se alegría a darle la noticia. En mi cabeza imaginé miles de formas de decirle tal noticia, en todas ellas él se emocionaria.

Tonta, tonta Aylin

Me repito en mi cabeza.

Fue todo lo contrario.

Lo tomó mal, ni siquiera una expresión de alegría a saber que tenemos una hija e incluso se nota el desprecio que le tiene.

¿Qué se puede esperar de él? De un vampiro como Darren.

Me alarmó que llegará Ana Liz en ese momentoy más que escuchará todo, por suerte no lo hizo. Darren se marchó, estoy segura que volverá y solo me dejó con Ana Liz y sus preguntas, curiosidad de saberlo todo. Por suerte, la evadi como siempre. Evité tocar el tema y solo me ocupé en regañarla por estar de nuevo suspendida del instituto, no es la primera vez que tengo problemas con ella por eso. Tendré que ir al instituto a hablar con el director de nuevo, mientras tanto ella está castigada, obviamente discutimos fuerte y ella terminó por encerrarse en su cuarto y en ese momento me sentí aliviada al verla marcharse molesta.

Por ahora me preocupa más el tema relacionado con Darren.

Tengo dudas, dudas que no quiero aclarar. Por una parte quiero preguntarle a mi hija cuando mencionó algo referente a "Darren también fue a despedirse de mí" pero tengo miedo que el tema cambié y terminé o no tenga más opción que contarle todo.

Después de eso me marché a mi habitación dispuesta a arreglar todo. Mi supuesta huída se cancela.

En este momento me encuentro regresando mi ropa a su lugar. Con fustracion/molesta lo hago. Guardo mi ropa, las cosas, las pocas maletas las vuelvo a dejar vacías mientras pienso en todo lo ocurrido y busco una forma de decirle todo a mi hija aunque una parte de mi no quiere hacerlo.

—Te odio Darren. —digo para mí misma.

Cierro el armario con fuerza y me dirijo a la cama. Tomo mi blusa, molesta la lanzo a la cama de nuevo. Trato de calmarme, con mis manos en mi cintura inhalo y exhalo.

Debo estar tranquila, una rabieta no me ayudará en nada, a solucionar esto. Ya no soy aquella chiquilla de 17 años de antes.

Me repito a mí misma.

—¿Se puede?

Esa voz reconocida me hace girar la cabeza. Finjo una sonrisa al ver a Ana Liz en el marco de la puerta cruzada de brazos.

—Pasa hija

Ella se adentra a la habitación, se detiene al dejar una distancia de mí. La miro fijamente, en todo momento ella evita mi mirada.

—¿Qué ocurre? —le pregunto empezando a preocuparme.

—Solo vine a disculparme contigo —ella agacha la vista— no debí comportarme contigo de esa forma. Es solo que estaba molesta por lo sucedido en el instituto, me expulsaron de nuevo y bueno me sorprendió ver a Darren aquí.

Paso saliva.

—Lo siento mamá.—levanta la cabeza— no volverá a pasar.

Levanto mi mano y acaricio su mejilla.

—¿Me perdonas? Aveces no quiero gritarte pero no puedo controlarme, pero te juro que lo que te dije no es cierto. Te quiero mamá, no te odio.  —agrega Ana Liz y da un paso adelante.

Asiento

—Sabes que no puedo estar molesta contigo, eres lo más valioso que tengo. —bajo mi mano— Aunque aun así no te salvaras del castigo.

—Mamá —se queja ella.

Coloco mis manos en mi cintura.

—Ana Liz

Ella bufa

—Bien, acepto el castigo, me porté mal.

La veo rodar los ojos.

Sonrío al ver su expresión.

Ella observa alrededor, la veo fruncir el ceño al ver las maletas.

—¿Qué es todo esto? —posa la vista en mi— ¿Te vas?

Niego rápidamente.

—No, para nada es solo que —hago una corta pausa— estaba arreglando la habitación, hay ropa que ya no uso y voy a donarla— miento con facilidad.

La expresión de Ana se relaja.

—Oh, eso es bueno mamá.

Asiento

Ella toma varias prendas de mi ropa.

—No has considerado en cambiar de ropa.

—¿Qué tiene de malo?

Ana Liz ríe y deja la ropa en su lugar.

—Mamá no te molestes pero eres joven aún, está ropa que usas es muy... —la observo fijamente, ella guarda silencio y suspira— que creo que te haría bien un cambio de look, eres hermosa mamá, joven hay ropa más bonita que esta.

—No voy a cambiarla hija.

Ella toma asiento en la cama.

—¿Me dejas arreglarte? —estoy por responder cuando ella continúa— ya sé, hay ropa en mi armario que puede ayudarte, te arreglaré muy hermosa.

—Hija agradezco lo que quieres hacer pero no compartimos los mismos gustos.

—¿Qué tiene de malo usar ropa negra mamá? —cuestiona en tono molesto.

—Nada hija, eso solo que...

Darren

Toco mi frente y suspiro.

—Bien entiendo, pero no toda mi ropa es negra, hay ropa de color que ya no uso y bueno casi estamos igual. —espeta Ana Liz— aunque te imagino completamente de negro te mirarias fabulosa mamá.

Hago una mueca

—Eso nunca —contesto y me cruzo de brazos.

—Entonces, ¿me dejas arreglarte? —suplica ella— antes lo hacía, ¿recuerdas cuando nos vestiamos igual o más bien me obligabas a vestir igual que tú?

Ana Liz ríe.

Sonrío al recordarlo.

—Siempre que me mirabas arreglarme querías que también te arreglara a ti. —menciono.

—Y luego te obligaba a tomarnos muchas fotos juntas.

Ambas reímos

—Aun lo recuerdo —dice Ana Liz de pronto.

Suspiro

—Extraño a mi niña de antes —tomo asiento a lado de ella y coloco su mano sobre la suya— tan rápido creciste.

—Mamá no empieces con eso.

Muerdo mí labio inferior y río sin ánimos.

—Lo siento —hago una corta pausa y fijo la vista al frente— hija, prometeme que pase lo que pase siempre estaremos juntas, no vas a odiarme y me verás siempre como tú madre.

De pronto Ana Liz se levanta y se coloca frente a mi.

—¿Por qué me dices eso?

Duro en responder.

—Por nada

Ella frunce el ceño.

—Madre sabés que puedes decirme lo que sea. No has dicho tú que entre madre e hija debe haber confianza.

Y en eso he fallado.

Me limito a asentir.

—Lo sé es solo que ... —suspiro— no quiero perderte. Solo es eso.

Ella me observa

Carraspeo

—¿Entonces me arreglaras? —cambio de tema.

Ana Liz asiente

—Si, vamos a mí habitación.

Me levanto, Ana Liz avanza unos pasos cuando se detiene.

—Mamá —se da la vuelta y se cruza de brazos— ¿Qué hacía Darren aquí?

Trago saliva.

—Ya te había dicho

—Si, lo sé pero me extraña que... —suspira— olvídalo.

Asiento

Ambas guardamos silencio.

Dudo en preguntarle o no. Sin embargo la curiosidad me gana.

—Dijiste que había ido a despedirse de ti. —hablo de pronto.

—Asi fue y lo tomo muy mal.

—¿Por qué lo dices?

—Pues hice algo —hace una corta pausa— ya no importa —Ana Liz da un paso adelante— mejor vamos a arreglarte. —me sonríe— espera, ¿qué es eso?

Ella pasa por mi lado, me volteo y la veo dirigirse al bote de basura. Abro los ojos por completo cuando saca la chamarra.

—¿Qué hace esto aquí? ¡Es hermosa!

—Hija no, ya no sirve.

—¿De quién es? —pregunta mientras contempla la chamarra ilusionada— yo la veo en buen estado.

—Es de... Carlos, él ya no la quiso.

Ella gira a verme aún con la chamarra en su mano.

—No me imagino a Carlos con algo así puesto. A él lo veo muy distinto, no sé, muy cursi.

—Hija

—Lo siento mamá, no es una ofensa a tu esposo —sonrie— entonces si no la quiere, ¿puedo quedarmela?

—No, Ana Liz regresa eso en su lugar.

—Por favor mamá —ella hace puchero.

—Es de hombre hija, además no te queda. Es talla grande para ti.

—Eso no hay problema y tampoco me importa. —Ana Liz se la coloca, niego al verla, estira los brazos, la diferencia de tamaño es poca— me queda bastante bien.

Ella da una vuelta con la chamarra puesta mientras ríe y se observa a ella misma.

De pronto al verla varios flashback me invaden. Cierro los ojos evitando pensar en ese día, varias imágenes se reproducen en mi cabeza...

Pontela

Darren me entrega su chamarra con brusquedad. Aún llorando me la coloco viéndolo a él y a...

Zack

Te devolveré tu chamarra.

No es necesario, quedatela. Después me la devuelves.

No creas que aquí yo soy el bueno....

Yo Aylin seré tú maldita pesadilla.

Abro los ojos ignorando todo recuerdo que me vincule con Darren y con mí pasado.

—¿Estas bien mamá?

Su voz me regresa a la realidad. Veo a mi hija observándome con preocupación.

Asiento

—¿Me la puedo quedar?

Suspiro

—Esta bien, solo no quiero volver a ver esa chamarra.

—¡Perfecto! —chilla ella de alegría y avanza hasta mi— ven, vamos a mí habitación y empezamos con tu cambio, —Ana Liz toma mi mano y me jala a la salida— te dejaré hermosa para Carlos.

Finjo una sonrisa y me dejo guiar por ella.

+++

Tiempo después...

—¿Y bien? ¿Te gusta la nueva Aylin?

—Hija

—Lo siento, ¿Te gusta como te ves mamá?

Me observo al espejo, realmente mí hija a hecho un buen trabajo conmigo. Hace mucho que no me arreglaba así. Veo el perfecto maquillaje en mi rostro, mi cabello lacio que me llega más abajo de los hombros, obviamente lo recorté hace años. Extrañaba verlo así, ahora solo lo ondulo de las puntas. Un buen aspecto y por supuesto, esas ojeras notorias el maquillaje lo a borrado.

—Me gusta

Ana Liz aplaude y termina los últimos retoques de maquillaje.

—Aunque no era necesario hija, no voy a salir.

—Mamá puedes estar siempre hermosa aunque no salgas.

Ana Liz termina por acomodar mi cabello.

—Me gusta como te ves.

Giro a verla y le sonrío.

—Gracias, tengo una hija hermosa.

—No soy tan bonita como tú mamá.

Ana Liz deja el cepillo y se aleja. Por el espejo veo su reflejo hasta verla sentarse en la cama. Suspiro y me levanto.

—No digas eso hija —me doy la vuelta y me acerco a ella— tu también eres hermosa.

—No tanto para que me rechacen.

Tomo asiento a su lado.

—¿Por qué dices eso?

—Bueno porque me afectó que alguien me rechazara hoy en el instituto, yo solo quise...

—¿Dónde están las dos mujeres más hermosas de todo el mundo?

Ana Liz se calla al escuchar la voz de Carlos. Ambas volteamos en dirección a la puerta al mismo tiempo.

Ana Liz se cruza de brazos molesta al verlo.

—Carlos ya regresaste —digo y me levanto.

Él se adentra a la habitación y se acerca a nosotras.

—Woo, amor te ves hermosa.

—Gracias, esto es... Todo crédito a Ana Liz.

—Hiciste un buen trabajo Ana Liz, tu madre se ve hermosa.

Carlos llega hasta mi y me da un corto beso.

—Si, soy consciente de eso Carlos. Solo lo hice por mi madre.

Carrapeo

—Que bueno que llegaste, —me dirijo a Carlos— quiero hablar contigo sobre algo importante.

Él asiente

Volteo a ver a mi Ana Liz.

—Gracias por arreglarme hija.

—No me agradezcas mamá, —ella se levanta— ¿esto me libera del castigo?

—No, aún así lo recibirás.

Bufa.

—Nimodo

—De nuevo castigada, ¿qué hiciste ahora Ana Liz?

—Que mi madre te diga, yo arreglaré esto y me daré un baño.

Carlos voltea a verme.

—Adelantate a la habitación —le murmuro.

Él asiente, se despide de Ana Liz que ella lo ignora y termina por marcharse.

Al estar solas me acerco a mi hija que se encuentra acomodando todo el maquillaje expacido en el tocador.

—Ahora vuelvo, —beso su mejilla, ella me sonríe— tenemos mucho que hablar.

—Y tomarnos muchas fotos —asiento al escucharla decir eso— hablamos después de que atiendas a Carlos, en espera y ya que estoy aburrida me tomaré fotos con Darki —Ana Liz desvía la vista en el cuervo que se haya en su jaula sereno— por ahora está tranquilo, así como yo, aveces se porta mal y me obliga a regresarlo a su jaula.

Ana liz pasa por mi lado y se acerca a la jaula.

—Anda mamá, no dejes esperando a Carlos.—agrega y concentra la vista en el cuervo.

Asiento y termino por dirigirme a la salida. Sin embargo estoy por salir cuando su voz me detiene.

—Mamá... —repite.

Me doy la vuelta y la observo.

—Sé que me ocultas algo y no sé porque siento que está chamarra tiene algo que ver con mi padre, mi verdadero padre. Lo sé porque Carlos no me reclamó por llevarla puesta, apuesto que no es suya —me sonríe— dime cuando estés lista, realmente a estas alturas, ya no me interesa saber quien es.

Paso saliva

Sin responderle, finjo una sonrisa y salgo de la habitación rápidamente en dirección a la mía.

...

—Me preocupas Aylin, ¿qué pasa? —me pregunta Carlos por tercera vez.

Apenas entré a la habitación, cerré la puerta de un portazo. Ahora él se encuentra sentado en la orilla de la cama y yo caminando de un lado a otro.

—Aylin, amor dime que pasa. —insiste.

Tomo una profunda respiración y me detengo quedando frente a él.

—Carlos no nos vamos a ir a ningún lado.

—¿Por qué no? Ya... Ya lo habíamos hablado, Aylin entiende que...

—¡Ya no es necesario Carlos! —exclamo alterada, respiro profundo y suelto el aire acumulado. Doy un paso adelante y ante la atenta mirada de Carlos continuo— Darren ya lo sabe todo, él estuvo aquí y ya sabe que Ana Liz es su hija —digo en tono bajo lo último.

Esto lo hace levantar rápidamente.

—¡¿Qué?! ¿Cómo...? ¿Le dijiste la verdad?

Niego rápidamente.

Carlos se acerca a mi y me toma de las manos. No me he dado cuenta en que momento empecé a temblar y sentir mis mejillas humedas por las lágrimas que sin evitar bajan.

—No, él... Darren no es tonto y solo lo descubrió. No me quedo de otra que confirmar su teoría... Ya no podía Carlos, tenerlo cerca y seguir mintiendo, por más que busqué excusas no pude... —limpio con brusquedad mis mejillas— lo sabe y lo tomó mal. Desprecia a Ana Liz, su propia hija.

—Tranquila Aylin, —Carlos me abraza, evito llorar más— ¿Te hizo algo ese monstruo?

Carlos se aleja de mi y con delicadeza toma mi cara con ambas manos.

—Dime, ¿te hizo algo?

Paso saliva.

—No entiendo como pero de una forma... Darren lo vió todo, él me... mordió.

El rostro de Carlos cambia a furia, me suelta y lo veo alejarse de mí.

—¡Es una maldito! ¿Cómo se atreve?

—Carlos cálmate, Ana Liz puede escucharnos. —le suplico.

Lo veo tratar de calmarse.

—Juro que si lo veo... —Carlos le da un golpe a la cama y se queja al sentir el dolor en su pie— me las va a pagar. —gruñe y jala su cabello fustrado— no tiene porque hacerte esto, no voy a permitir que te haga daño. Con más razón amor debemos irnos.

Carlos se acerca de nuevo a mi y limpia mis mejillas con delicadeza.

—No puedo, Carlos igual forma nos va a encontrar.

Él frunce el ceño.

—Ademas, quiere que se lo diga a Ana Liz o lo hará él —agrego— tengo la certeza que va a regresar.

—Y se atreve a amenazarte, vaya imbécil. Me sorprende su cinismo. Ese maldito monstruo no deja de sorprenderme, ahora estoy más seguro que realmente lo odio, ¿para que volvió? Todo estaba bien sin él, que se regrese con su especie, a ese asqueroso Castillo infectado de malditos vampiros.

Carlos se cruza de brazos molesto.

Ambos guardamos silencio.

—Aylin debemos irnos —dice más calmado. Niego— ¿Por qué no? ¿Realmente no quieres o solo... quieres verlo de nuevo?

—No es eso Carlos

—¿Entonces? Dime Aylin, ¿a cambiado tu forma de pensar con el regreso de Darren? ¿Aún lo sigues...?

—¡MAMÁ!

El grito de Ana Liz lo interrumpe y agradezco por eso.

—Vamos a hablar de esto más tarde, iré a ver que quiere mí hija.

Carlos asiente

Apenas doy un paso adelante cuando él me detiene.

—Aylin apesar de todo tienes mi apoyo, lo sabes ¿no? —asiento— sea la desición que elijas a mi siempre me tendrás aquí para protegerte y no dejarte sola —corta la distancia y besa mi frente— te amo.

Me suelta y lo veo darse la vuelta hasta que lo pierdo de vista quedando sola en esas cuatro paredes.

...

Al recuperarme salgo de la habitación, avanzo por el pasillo y bajo las escaleras. Al llegar a la sala los veo a todos reunidos y a Sam con varias maletas cerca de ella.

—Ya iba a subir por ti, Lin llegó tu amiga. —bromea ella y ríe.

Me acerco a ella, la abrazo y me alejo de ella.

—Lo siento es que no me sentía bien.

—¿Qué tienes mamá?

—Tu madre ya está mejor, solo está cansada.— le responde Carlos por mí.

Ana Liz le da una mirada fulminante y fija la vista en mí.

—¿Es cierto eso mamá?

—Si hija, ya estoy bien.

—Vaya Lin te ves hermosa.

—Gracias Sam

—¿Y a que se deben esas maletas tia Sam?

—Oh esto es...

—Le pedí a Sam que viviera aquí con nosotros. —respondo por ella— y acepto.

—¡¿Enserio?! Eso es increíble.

—Si, voy a vivir aquí —Sam voltea a verme siendo notoria su confusión— espero que no tengan problemas.

—Por mi no, me encanta tenerte aquí tía Sam, sabes que te aprecio.

—Gracias Liz, eres mi sobrina consentida.

Sam le sonríe.

—¿Tu no dirás nada Carlos? —ella se dirige a él.

Él reacciona

—Lo siento, claro, no hay problema con que te quedes Samantha.

—Perfecto

—¿Y dónde se quedará mamá?

—En la tercera habitación hija, ¿puedes arreglarla un poco en lo que hablo con tu tía? —Ana Liz asiente— Carlos...

—Yo me encargo.

Él toma las maletas de Sam, ella le sonríe y lo empuja un poco. Veo a Carlos dirigirse a las escaleras con las maletas en sus manos.

—Mamá yo puedo hacerlo sola, no necesito que Carlos me ayude.

—Hija por favor

Ella bufa y se da la vuelta, puedo jurar que la escucho maldecir.

—Yo me encargo Carlos, siempre quieres quedar bien con mi madre. —le dice Ana Liz mientras lo sigue.

—Estas equivocada Ana Liz —le responde él.

—Si claro

Dejo de prestarle atención, los pierdo de vista al verlos subir las escaleras y regreso la atención en Sam.

—Okey, si los has corrido es porque te urge hablar conmigo, ¿qué pasa? Es algo malo ¿verdad?

Asiento

La agarro de la mano y la guío hasta la cocina. La suelto al llegar y asegurarme de que nuestra plática sea inaudible para Ana Liz.

—¿Qué sucede Lin? —me pregunta ella mientras se cruza de brazos.

Me recargo en la pared y suspiro.

—Ya no nos vamos a ir Sam, —ella frunce el ceño— Darren sabe que es el padre de Ana Liz.

—¡No puede ser! Cuéntame que pasó exactamente.

Tomo una profunda respiración y le relato absolutamente todo a Sam, me esmero en darle lujos de detalles. A ella no puedo ocultarle nada. Su rostro muestra sorpresa e irá mientras le voy contando las cosas y unas cuantas maldiciones para Darren.

—... Tengo dos días para decirle la verdad a Ana Liz. —finalizo.

—¡Maldito desgraciado! —Sam golpea con su puño la mesa sin hacer ninguna mueca de dolor— ¿Lo harás?

—No estoy segura.

—¿Quién se cree? Agh, —Sam trata de calmarse— por eso no nos iremos ¿verdad? —asiento— ¿Carlos ya sabe...?

—Acabo de hablar con él hace poco.

Sam se acerca y coloca su mano en mí hombro.

—Cuentas conmigo amiga para lo que sea, pero debes buscar una solución rápido. Lo mejor será que Ana Liz se entere de la verdad.

—¡No! De ninguna manera, no tiene que saberlo.

Ella baja su mano.

—Lin no insistas en querer ocultar algo que ya es imposible. Odio lo que voy a decir porque sería darle la razón al maldito vampiro pero tú hija merece saberlo. Es lo mejor para ella, tienes que hacerlo antes de que el idiota de Darren lo haga. No permitas eso y pierdas a tú hija.

—No puedo Sam, no sé como...

—Lin por favor dile la verdad. Será mejor para ella y sobre todo entenderá muchas cosas. Piénsalo bien, si ella se entera, podrás hacer que se aleje de Darren. Si se entera de la verdad va a odiarlo por abandonarla.

—Pero Darren no sabía de su existencia —murmuro.

—¿Lin de que parte estás? ¿Con Darren o con tu hija? —Sam coloca sus manos en su cintura— tú solo haz lo posible para que tu hija no te odie y sobre todo que se aleje de él y de todos esos vampiros, no dejes que ellos se vinculen con ella, por tu hija Lin.

Ambas guardamos silencio, observo a Sam fijamente ahora más confundida.

—Tu hija se encargará de todo, prácticamente me terminó corriendo.

Ambas volteamos a ver a Carlos al escucharlo. Él se adentra a la cocina y se acerca a nosotras.

—Se nota que te adora —se burla Sam— tienes que ganartela.

—¿Y crees que no lo lo he intentado Sam? Aylin es complice de todo, pero ella siempre me rechaza, es como si me odiara.

—No es eso Carlos —le digo.

Sam voltea a verme.

—Pues yo creo que es obvio. Tú hija si te "adora" —Sam hace comillas con sus dedos.

—Ella no es mi hija. —Carlos se detiene y voltea a verme— digo no biológica, la quiero como si lo fuera pero es difícil acercarme a ella. Ana Liz es... diferente.

—Si porque es la hija de un vampiro.

—Samatnha ya basta, no estoy para tu raro humor, no uses esto para tomarlo a broma.

Todos guardamos silencio.

Me cruzo de brazos molesta, molesta conmigo misma y evito verlos.

—No era mi intención Aylin, solo quería hacerte reír, todo esto se nota que te tiene muy mal.

Le doy una mirada fulminante.

—Bueno no vamos a pelear por esto. —escucho decir a Carlos— Sam ya sabe...

—Lo sé todo y estoy al tanto de todo lo que pasa. —le responde ella por mí.

—Bien, en ese caso solo hay que buscar una solución juntos, apoyar a Aylin.

Poso la vista en Carlos y finjo sonreírle.

—Por ahora no quiero pensar en nada, solo quiero olvidar todo lo que pasó.

—Lin no puedes evadirlo.

—Sam ya basta, —le dice Carlos— ella está muy alterada, por ahora hay esperar a que se calme y más tarde buscamos una solución.

—Esta bien —Sam voltea a verme— que la única solución es que hables con tu hija.

—Samantha

—Okey ya entendí.

Sam levanta ambas manos rendida.

Carlos niega con la cabeza.

Los observo a los dos.

—Gracias por apoyarme apesar de todo.

—Somos tus amigos, bueno Carlos tu esposo, lo haremos siempre. —me dice Sam y se acerca a mi— cuantas con nosotros. Vamos a ayudarte con esto. Los tres juntos contra esos malditos vampiros.

Sam termina por abrazarme, recibo su abrazo y recargo mi barbilla en su hombro. Veo a Carlos que me sonríe y toma mi mano.

Con ellos cerca puedo sobrellevar esto.

Aunque, apesar de todo, no quiero engañarme a mi misma. El regreso de Darren solo trajo más caos.

🦇🦇🦇

N/A:
Bueno, bueno un capítulo un poco tranquilo. Gracias por leer, su apoyo y estar al pendiente de la historia apesar de esta escritora durar en actualizar, sorry... VDS llegó a 2K vistas OMG, gracias tanto a los lectores fantasmas y a los que votan, sin usted está historia no sería nada y no recibirá tanto apoyo... Los amo 🖤, estoy segura que segura creciendo más y vengo dispuesto a sorprender más con esta historia que falta MUCHO por descubrir/leer, poco a poco ¿verdad?

Me gustó escribir esté capítulo. Se nota la Bonita relación entre madre e hija porque apesar de todo, Aylin & Ana Liz comparten una gran lazo y es difícil separar madre e hija o eso creo yo, ya veremos después jajaja.

En fin, les agradezco mucho por su apoyo. Un pequeño adelanto del siguiente capítulo que será uno de mis favoritos (tengo varios ja) ...

»»Lo más esperado en la segunda parte, bueno de lo que cabe. Un acercamiento muy bueno entre Darren y Aylin, se sabe que él regresará, para mal que hará a la pobre de nuestra querida Aylin estar CONFUNDIDA.

#TeamDarren
#TeamCarlos

Lo sé, siempre quise poner eso y les soy sincera, amo a los dos, es imposible. Elijan.

Otra cosa, que buen recibimiento para Darren con besos, en fin ya no digo más spoiler««

Nos leemos pronto 🦇🦇

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