Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13. Búsqueda

Existen momentos en la vida donde todo cobra sentido: momentos de intensa emoción en los cuales el universo entero se carga de voces que no saben más que gritar saturando nuestros pensamientos, aunque a veces pasa lo contrario; los acontecimientos se arremolinan transfigurándose en escenas de profunda reflexión donde las voces se aquietan y el silencio aprende a hablar o a llorar, según nuestro espíritu lo requiera.

Es en esos momentos donde nuestra vida parece dar un giro y cobrar un sentido nuevo. A veces las personas anhelan esos momentos, los buscan como si de un tesoro se tratase sin saber dos cosas muy importantes: primero, no se puede forzar a que sucedan puntos de inflexión en nuestras vidas, simplemente ocurren; y segundo que, sin importar cuánto nos impacten las circunstancias así, no existen los cambios abruptos. Habrá momentos en los que aceptemos que tenemos que cambiar, pero nuestra evolución personal siempre es lenta, no podemos apurarla porque eso violentaría nuestra condición humana.

No obstante, aunque sean sólo una ilusión, esos momentos están. No serán la bisagra de nuestras vidas, pero son el inicio de la curva, su puerta de entrada.

Nada había sido estático en la vida de Satoshi. Desde pequeño había sufrido cambios abruptos: la partida de su padre para volver a intentar ser un Maestro Pokémon, las ausencias de Delia buscando dar sustento a su pequeño niño, llegar a los diez años y cruzar su región viviendo tantas experiencias fuertes que su carácter se vio golpeado como la roca al ser alcanzada por el cincel del artista, uno a uno sentir los impactos percutiendo su corteza hasta darle a la masa amorfa que había sido la imagen de un hombre, ganar en los gimnasios, perder en la prueba máxima, una tras otra ver caer sus oportunidades en cada liga de cada región y así detallar hasta la perfección en el arte perenne de mantener la esperanza inerte, conocer personas, conocer amigos, aprender a querer más allá de las limitaciones del niño, aprender a entrenar hasta lograr un vínculo tan fuerte con sus pokémon que su amistad se tradujera en poder, vencer sólo para vivir a las sombras de lo que una vez aprendió a ser, renunciar a su título y a todos sus sueños con tal de mantener a salvo a las personas que amaba, arriesgarlo todo por amor y, otra vez, volver a empezar.

Nada había sido estático en la vida de Satoshi, él sabía lo que era vivir entre cambios continuos hasta que el cambio resultara ser la única constante en su vida. Y así, sumergido en la inconsistencia, su vida había avanzado llevándolo por diferentes altibajos hasta situarlo aquí.

—Ho-oh.

Su voz alcanzó al fénix circunspecto e inmutable y el muchacho quiso acercarse, pero el ave enterró en el café de sus ojos una mirada repleta de silencios que pudo, pese a su simpleza, cargar en él la sensación más indescriptible que pudiera experimentar.

Pikachu sobre su hombro trató de animarlo a continuar la subida, pero Satoshi se negó a hacerlo y, acariciándolo con ternura, le susurró en voz baja.

—No tiene caso, huirá antes de que pueda acercarme.

El pokémon legendario emprendió vuelo y El Azabache lo vio con resignación.

—Aún no estoy listo, Pikachu.

Una pluma de varios colores cayó frente a Satoshi y este la recogió alzándola a la altura de sus ojos para poder examinarla mejor. Contaba con un brillo especial y una sensación de calidez pobló su pecho al guardarla bajo su chaqueta.

—¿Qué crees que sea esto, Pikachu?

El pokémon en su hombro vociferó su nombre con alegría.

—¿Crees que sea un regalo de Ho-oh? No es la primera vez que lo vemos, pese a que nadie lo ve últimamente... Quizás tenga algún asunto que resolver con nosotros y no sepa cuál es.

Su roedor eléctrico saltó de su sitio robándole la gorra, causando un gran enojo en el entrenador quien lo persiguió hasta el campamento nuevamente. Al llegar encontró todo tal como lo había dejado, circunstancia que le provocó una inmensa ternura.

—Ellos siguen aquí; nada ha cambiado, pero siento que esto —Apoyó la mano en la pluma escondida en su pecho— tiene más que ver conmigo de lo que solía relacionar cuando era niño.

El Mostaza caminó junto a su pokémon hasta regresar a la bolsa de dormir para acostarse juntos y hacerse compañía en la silente meditación. 

—Al volverme Maestro Pokémon cumplí mi meta, besar a Serena por segunda vez fue sin dudas encaminarme hacia un nuevo objetivo y estudiar el vínculo de los entrenadores con sus pokémon junto a ella ha resultado muy divertido, pero creo que al crecer me fui quedando sin propósitos que me motivaran a sentirme desafiado. Tal vez exagero, pero creo que Ho-oh espera algo de mí. La leyenda dice que él perdió la unión con los humanos y que sólo cuando la humanidad esté lista para ello, Ho-oh regresará a restaurar el vínculo. —Pikachu inclinó la cabeza confundido—. Tal vez esto no sea coincidencia: tal vez yo soy hoy un experimentador sobre vínculos con pokémon por algo... ¿No lo ves? Tal vez haya sido Ho-oh quien me llamara desde la primera vez que lo vi a desarrollar el vínculo con mis pokémon hasta poder comprender algo, y que ese algo pueda enseñarse a la humanidad para que todos puedan verlo otra vez.

Hubo alegría en la reacción del roedor, pero esa misma emoción, lejos de contagiarse a su entrenador, desapareció de su rostro tan pronto como meditó mejor lo que estaba diciendo.

—¿Pero de qué estoy hablando? No es que todos mis vínculos sean tan sanos como para poder sanar los de los demás, ¿sabes?, tal vez sólo me estoy haciendo ilusiones porque quiero engrandecer este viaje. Tal vez sigo siendo un poquito infantil.

Pikachu no tuvo respuesta.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro