TERCER DÍA; ATADURAS.
005.
—Ah... ah... ah... ¡Ah! —gimió Jungkook tras ser penetrado gustosamente.
La noche anterior había resultado mal. Sin embargo, Vim no dio mayores explicaciones a lo sucedido. Él simplemente salió a trabajar como era de costumbre, regresó en la noche y, nuevamente, sin decir nada, desnudó a Kook, lo ató a la cama con unas cuerdas considerablemente gruesas y apretadas, le abrió las piernas y lo folló. El menor, si bien no dijo o hizo algo al respecto, tenía miedo de que se diera otra situación como la de anoche.
—Sí... sí... ah... —estaba completamente inmovilizado; a merced del pelirrojo, quien arremetía sin reparo alguno—. Rico... ah...
—¿Rico? —quiso asegurarse, sacando su pene casi totalmente, únicamente para meterlo a fondo tiempo después. Kook chilló, asintiendo con la cabeza torpemente.
—Sí... rico... ah, ah...
A diferencia de las otras noches, Vim no portaba ropa. Su cuerpo absolutamente lleno de tatuajes era apreciado por el azabache, que se preguntaba mentalmente qué significaban ciertas cosas. Habían letras y figuras extrañas por doquier. Era casi seguro que la única zona que no tenía tatuada era la cara, porque lo demás llevaba encima tinta negra, en otras roja y verde. No obstante, todo tatuado de alguna u otra forma.
—Ah... Joder... —sintiéndose llenado por el semen del otro, Kook se corrió enseguida. Vim se retiró con lentitud, comprobando que, al igual que la noche anterior, el ano de Jungkook sangraba. Sabía que tenía que ser más amable, pero sencillamente no se le daba la gana—. Desátame.
—Nah. Te ves mejor así —fue en busca de un cigarrillo en cuanto se reincorporó. Posteriormente de haberlo prendido, se lo llevó a los labios—. Das menos problemas, cariño —exhaló paulatinamente. Eso a Jeon le pareció jodidamente sexy.
—¡Pero estoy incómodo! Además... —El ruido de un teléfono celular sonar fue el encargado de interrumpirlo. Jungkook agrandó sus ojos, reconociendo que se trataba del suyo—. ¡Debe ser mi novia! ¡Debo hablar con ella!
La curvilínea maligna en los labios de Vim no le dio buena espina. El mayor se aproximó al celular, el cual contestó rápidamente.
—¿Sí? —Kook lo observó con pánico—. Soy... —su mirada recorrió al pelinegro en la cama. Guiñó su ojo y le tiró un beso, aumentando el pavor en el chico—. Su amigo cercano... bastante cercano diría yo —rio, aparentemente "dulce"—. ¿Su prometida? Oh, qué extraño, nunca me platicó de ti... —le dio una bocanada al cigarrillo, colmado de burla y evidente maldad—. Nou, no lo he visto con ninguna mujer. Al parecer prefiere la compañía de los chicos, así que puedes estar tranquila —Jungkook pataleó, alertado—. Es tan feliz estando con otros chicos que se pone a gritar. ¡Deberías escucharlo! Grita a todo pulmón, es realmente ruidoso... —volvió a carcajear, mientras que el menor se retorcía atado en la cama—. Claro que lo cuidaré, cuenta con ello —su penetrante mirada se clavó en Jeon—. Lo cuidaré muy bien...
Y luego de una concisa despedida, colgó.
—¡Eres un hijo de puta! —vociferó cuando ya no estuvo en peligro de ser escuchado—. Escúchame, Vim, no quiero que hables con mi novia. ¡Ella no forma parte de esto! Jamás vas a volver a hacer algo como lo que hiciste porque no sabes lo que sería capaz de ha...
—¿Qué harías? ¡Vamos, dime! —también alzó la voz, alarmando al más pequeño—. ¡Contesta, joder!
—¡La amo! —confesó, tratando de desatarse—. Fue amor a primera vista. ¡La amo de verdad y no quiero perderla!
—¿La amas y por eso estás aquí revolcándote conmigo?
—¡No tuve elección!
—Oh, pero por supuesto que la tuviste. Eres un mal perdedor porque crees que lo único que se puede perder es el dinero, pero estás equivocado, cariño —una calada más y reanudó—: estás perdiendo la dignidad, la confianza de tu prometida y tu heterosexualidad, aunque esa siempre estuvo perdida. A leguas se nota cómo te gusta que te rompan el culo como a una pu...
—¡No lo digas!
—Como a una puta —lo dijo de todos modos. Jungkook endureció su expresión. Vim sonrió victorioso—. Eso eres, cariño.
—¡Suéltame ahora mismo!
—¿Qué pensaría la gente si supiera que el gran multimillonario y codiciado Jeon Jungkook anda disfrutando de ser penetrado y maltratado por mí? Es un título atrayente para un periódico...
—Tú no lo harías —susurró, al borde del llanto. El simple hecho de visualizar su vida a partir de eso, hacía que se quisiera suicidar. Vim se encogió de hombros—. ¡Tú no lo harías!
—No lo haría porque no me interesas, cariño. Solamente me jode que seas tan tacaño, infiel y descarado. Nada más. Lo único que me importa de ti es tu físico, porque al parecer es lo único que no tienes podrido en ambición y privación.
—Pues síguete jodiendo porque no voy a cambiar ni por ti ni por nadie. Vete a la mierda, Vim.
—Me voy a la mierda, pero tú te vienes conmigo.
Como si hubiera un imán de por medio, sus labios se encontraron y maltrataron. Era la primera vez que se besaban, mas parecía la milésima. Sus lenguas se movían rápidamente, al igual que sus labios y sus dientes mordiendo con ímpetu cada rincón de sus bocas. Era un beso salvaje y desorientador que los dos sabían cómo llevar a cabo.
—Para que te acuerdes de mí cuando le hagas el amor a tu futura esposa, cariño —dirigió el cigarrillo aún entre sus dedos al brazo ajeno, apagándolo ahí.
Jungkook gritó de dolor.
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