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capitulo 24

Ahora mismo Sam está buscando comentarios donde hablen mal de él, pero solo encontró diferentes noticias nada más.

Cómo era de esperarse todo lo relacionado con la infiltración de la información sobre el elenco de la película, fue solucionado. Si alguien llega a comentar cosas desagradable mi familia los van a demandar.

¿Eh? ¿Quién está llamando? Más a esta hora de la mañana, son las seis de la mañana. Debería de estar dormido ahora mismo pero después de que salí corriendo de la habitación de Dariel, no he podido dormir. Contestaré antes de que ese sonido me irrite.

—¡Sam!—Una voz eufórica casi rompe los tímpanos de los oídos de Sam.—¿Por qué no me comentaste que serías el villano de la nueva película dirigida por Dariel Simmons?—Esa persona en la pantalla de la laptop, habla muy rápido.

Su cabello lacio color menta se une con sus cejas algo delgadas recetas, el gris de sus ojos tiene un poco de azul, pómulos marcados, labios carnosos. Su piel es pálida, tiene una belleza incomparable, dinga del idol que es.

—Era un secreto, no tenía el permiso para hablar sobre eso.

—Pero soy tu único y mejor amigo, no soy cualquier persona.—Reprocha.

—Eso no te hace especial, Oriel.—Declaró.—A la hora de aguarda un secreto comercial eso también te incluye.

Oriel llevó su mano al pecho, puso una expresión de dolor. Incrédulo ante las duras palabras de su mejor amigo.

—Sam eres tan insensible, ¿aún me preguntó cómo es que nos hicimos amigos?

—Ya se te olvidó que fue por orden del tío.—Arqueo una ceja.—Y yo soy el insensible, en fin la hipocresía.

—Me lo seguirás hechando en cara cada vez que tengas la oportunidad ¿verdad?

—Si, me conoces tan bien.—Sonrio ampliamente.

—Como sea, no te llamé para que me recordarás mi desfachatez de aquel entonces. ¿Ya viste la guerra que tenían ayer en el internet? ¿Por qué el maestro Simmons no lo detuvo a tiempo?

—Yo le dije que no, marketing gratis.—Mordio una galleta que Gaspar vino a dejar por ordené de Dariel.

Falta poco para ir a desayunar, Dariel había dado la órden que primero desayunen antes de regresar a sus respectivos hogares.

—Aunque la mayoría de comentarios negativos van disminuyendo al pasar de las horas, eso no quita el hecho que aseguraron que compraste tu papel, ¿lo compraste?

—¡Miren a esta hiena, que poca fe me tienes!—Bufó—Eres idéntico a Kiera, y cuando tuve ese accidente donde salve a esa niña ni siquiera me enviaste un mensaje.

—No me compares con las hienas, ¡Te envié cuatro mensajes!

—Tienes razón, ellas son más bonitas y no he recibido nada.

—¿Disculpa?—Esta consternado.

—Lo que escuchastes.

Algo no está bien aquí, si fuera el Sam que conozco el ni siquiera hubiera contestado mi llamada, no sin antes maldecirme, gritarme de que me voy a morir. Pero ahora estoy hablando de lo más relajado con el, lo peor es que sabe cómo bromear, ¡Samuel Astor sabe bromear!

—¿Dónde está Samuel? ¿Quién eres tú?—Preguntó con la más seriedad del mundo, en esos ojos no había rastro de estar bromeando, quería saber la respuesta.

Samuel se tensó, él había actuado como lo hace con Dariel, olvidado por completo que Dariel es la única persona con la que no convivió el anterior Samuel, por lo que no sospecharía su nuevo comportamiento. Pero con los demás le tocaba fingir ser el narcisista joven maestro Astor.

—¿De que estás hablando pedazo de mierda?—Su expresión se volvió más negra.—Veo que te gusta que te insulté, ¿eres masoquista?

—No es eso, solo se me hace raro que estuvieramos hablado de una manera más humana, ya qué no eres ese tipo de persona.—Aun está con dudas.

—Bueno...tal vez el rompiendo de mi compromiso con Jimmy Wallet me hizo madurar un poco.

—Espera...¡¿Que?! ¿Cuando paso eso? ¿Por qué no me contaste?—Ahora entiendo el porque su cambio tan repentino, ¿tanto le afecto romper ese compromiso?

—Porque te encuentras de gira en el extranjero y porque no quería darte explicaciones.—Puso una mirada aburrida—Yo fui quien terminó el compromiso, estaba aburrido.

—¿Entonces por qué estás en la misma película que él?—Arqueo una ceja, como quién dice; no te creo.

—Eso es porque el maestro Simmons, me lo sugirió. Hizo un trato con el viejo sin pedir mi opinión. Al final fui a la audición y me quedé con el papel.

—Espera, deja que digiera despacio tanta información, me he perdido de tanto y eso que solo han pasado cinco meses que he estado fuera.—Frota su sien.—Lo bueno que regreso hoy, ¿puedes venir al aeropuerto por mí?

Esta gira fue corta porque fue casi como un sorteó que hizo la agencia T&B, Como regalo navideño para los fanáticos de Andromeda.

—¿Qué no irás con los demás?

—¡No, Oriel dice que ya esta cansado de ver nuestros rostros!—Grito un joven guapo que esta entrando a la habitación de Oriel.—Hola, joven maestro Astor.

Su piel trigueña es muy hermosa, ese cabello azabache queda tan perfecto con esos ojos azul cielo. Y esa ropa casual hace que su esbelta figura se a más visible. Los ídolos son unas bellezas.

—Hola, Charles. ¿No deberías de ser tu el que esté aburrido de ver a Oriel.

—Verdad, es lo mismo que pensamos todos.—Se sentó junto a Oriel, Sam logro notar que las mejillas de su amigo se tornan un poco rojas.

—¿Quién dijo que podías sentarte?—Se alejó un poco de Charles.

—Oriel ¿estás enfermo?

—No ¿por qué?—Preguntó confundió.

—Tus mejillas están rojas.—Oriel Miro a su mejor amigo con mucha incredulidad, Sam aveces era demasiado adorable.

Charles tocó la frente de Oriel, logrando que el nombrado se vuelva una piedra por ese repentino gesto por parte de su líder.

—No esta enfermo, para que Oriel se enferme ese día esta demasiado lejos.—Se levantó de la silla.—Regresa rápido, tienes que cambiarte.

—¡Auch!—Charles había golpeado con sus dedos la frente de Oriel.—Un día voy a irme de este grupo.—Susurró.

—Si, como digas. Ni tu mismo te lo crees.—Rodo sus ojos.— Hablamos después.—Sam corto la llamada, cerró la laptop.

Tras dejar salir un suspiro se dejo caer en la cama. "Eso estuvo cerca, por un momento creí que me descubriría." Pensó.

‹Actué demasiado relajado, las personas a mi alrededor no son Dariel. Solo con Dariel puedo ser Alen y no Samuel Astor, solo a él le he mostrado que tan vulnerable puedo llegar hacer. Eso me molesta un poco.›

Sam abrazo la almohada, hundió su rostro en ella, preguntándose hasta cuando durara esto. ¿Si toda su vida se basara en una mentira? ¿Si tendrá que convertirse en el villano que describió? y ejercer su papel. Son muchas preguntas las que se hace.

‹Deja de pensar en cosas aburridas, soy Samuel Astor, nadie brilla más que yo. Tengo dinero, puedo hacer y deshacer a mi antojo, ¿por qué demonios tengo estar asustado por una persona muerta? Ahora yo soy Sam y eso no cambiará.›

Samuel se levantó de la cama, abrió la puerta solo para encontrarse con la persona que está invadiendo sus pensamientos.

—¿A dónde vas?—Preguntó mirándole fijamente.—Todavia faltan treinta minutos para el desayuno.

—Estoy aburrido, quería ir a ver ha nieves.

—Por eso los traje aquí.

Colmillo y nieves rodeaban a Samuel con sus colitas levantadas esperado mimos, se veían tan adorables que Sam no se puedo controlar y solo les dio mimos.

—El maestro simmons parece más mi empleado que mi jefe ¿verdad? Mis peluditos.—Sam acaricio los peludos, suaves, pelajes de ambos animales.

Dariel frunció el ceño no le gustó que Samuel lo llamara de esa manera, al estar solos espera que solo se dirija a el como Dariel.

—Samuel.—Su voz era monótona, sin calidez en ella.

Sam se estremeció al escuchar ese tono de voz, recuerdos de esa pesadilla se volvieron alojar en su cerebro tan claros como el cristal.

—No me llames de esa manera.—Lo miro a los ojos.—No me gusta.—Dejo de estar en cuclillas.—Vamonos nieves.

Estoy haciendo una rabieta por algo absurdo, pero escuchar esa voz tan monótona me causo conflicto, miedo.

—Sammy...

—No quiero hablar contigo.—Sam camina sin rumbo.

—No quise hablarte de esa manera, a mi tampoco me gusta que me llames maestro simmons cuando estamos solo nosotros dos.

—¿Por qué?—Giro un poco su rostro para ver los hermosos ojos azul-Violeta.

Sammy enserio me estas volviendo loco, si supiera que no te alejaras de mi te besaria aquí mismo, pero se que saldría corriendo y jamás me volverías hablar.

—Precisamente por lo mismo que a ti tampoco te gusta qué te llamé Samuel.

—Mi caso es diferente por eso te permito que me llames así.

—¿Me permites?—Llego junto a Sam.—No sabia que necesitaba permiso para llamarte Sammy.—Suavemente hizo que Sam tocara la fría pared con su espalda, sus miradas siguen conectadas entre sí.

"Badum, Badum." Mi corazón está volviendo a palpitar aceleradamente, esa sonrisa juguetona en los labios de Dariel es hermosa, la manera en que sus ojos me miran no es de una manera burlona es al contrario, su mirada está cargada de...¿Eh? ¿Que hace? No te acerques más, si lo haces escucharas a mi rugiente corazón.

"Estoy tan cerca de el puedo escuchar, sentir, su respiración caliente tocado mi rostro, sus precios ojos marron verdoso me ven con nerviosismo, esas mejillas están un poco rojas, adorable, Sammy es tan adorable. Quiero besarlo. Voy arriesgarme, tentare a mi suerte." Eran los acalorados pensamientos de Dariel.

Por instinto o sorpresa, Samuel cerró sus ojos en vez de golpearlo, al ver eso Dariel sonrío ampliamente como si eso le dijera que tiene permiso de proceder.

—Jimmy ¿A qué vienes?

Dariel con mucha irá en su ser se alejó de Samuel, no quería que el alfa menor pasará un mal rato por culpa de este par.

—¿Lo mismo te pregunto?

—Solo venía a preguntarle algo al maestro Simmons.

—Yo también.

Sin decir nada pase junto a Jimmy y Kenai, sentí mi rostro arder, ¿tengo de nuevo fiebre? Me siento tan molesto por algún motivo.

¡Demonios! ¿Que era lo que estaba esperando? ¿Dariel iba a besarme? ¡No imposible! ¿Entonces por qué estoy decepcionado? ¿Acaso inconcientemente esperaba un beso? agh, me estoy volviendo loco.

—¿Estas bien?

—Si, ¿por qué no lo estaría?—Pero mentalmente tenía una guerra con sigo mismo, una guerra con la cordura y la locura.

—Ya no tienes fiebre pero estás como un tomate.

—Es el clima, si eso es—¿Qué querían esos dos con Dariel? Mire en esa dirección pero no podía verlos, ¿por qué me siento ansioso? Quiero saber de qué hablan. Mi boca se siente agria.

—¡Sam!

—¿Qué?

—Estas dejado salir tus feromonas.—Puedo olor que está enojado pero también un olor un tanto agrió ¿Celoso? ¿De qué o de quien?

—Lo siento, no me di cuenta.

—¿Qué sucede?

—¡No lo sé!—Apoyo su frente en el hombro de Kiara—Estoy en conflicto con mis emociones, es frustrante.

—¿Qué sientes ahora mismo?

—Enojo, quiero golpear a alguien.

—¿Por qué estás enojado?

—Porque....por nada.—Volvio a su semblante sereno.

No quiso admitir que está enojado porque ese par de Omegas interrumpieron ese momento que tuvo con Dariel, y porque quiere saber que querían con el.

—Si quieres desahogar tu frustración ve y haz lo mismo que ellos dos hicieron—Kiara ya sabía lo que lo molestaba.

—¿De que hablas?

—¡Solo ve! Inventa cualquier excusa para llevártelo de ahí.

¡¿De que demonios está hablando?! ¿Me voy a llevar a quien? ¿A dónde? Kiara se está volviendo mas rara que yo.

Samuel llevo su mirada en dirección donde estuvo anteriormente, logrado ver a Dariel y ha los dos Omegas, omegas que hablan tímidamente a la vez que dejan salir sus feromonas.

En ese lugar está mi habitación, eso quiere decir que debo pasar por ahí para ir al comedor, no es porque quiera interrumpir nada.

Sam caminó agrandes sacadas en esa dirección, volvió a pasar junto a ellos. Disimulando lo mas que pudo para no levantar sospechas que quería escuchar de que hablaban.

—La próxima vez preguntarle a mi asistente no es necesario que me busquen para esas cosas tan tribales.

Inconscientemente en los labios de Sam, se formó una gran sonrisa. Le gusto la manera en la que Dariel les hablo, no era nada dulce.

—Joven Astor.

—¿Si? Director.—Intento disimular su sonrisa.

—Ya es hora de desayunar.

—Justo me dirijo al comedor.

—Entonces vamos.

Cómo siempre Sam querido ser el centro de atención o volvió solo para interrumpir mi conversación con Dariel, otra vez me está molestando. No quiere que hable con nadie justo como el tiempo en el que estuvimos comprometidos.

Sam ni siquiera se acuerda de él ni cuando va al baño, Jimmy estaba pensando de más. Le cuesta entender que lo que haga ya no le importa a Sam.

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