Capítulo 9: ❝Operación EVIE❞ [Parte 3]
— ¿Rosie? —Habló la chica de Luisiana cuando contestó la llamada, se quedó shockeada cuando escuchó sus palabras. — ¡Scarlett dale marcha atrás que nuestra mejor amiga mató a Ben!
— ¡Cállate idiota! Yo no lo hice, te lo juro, él quiso secuestrarme y matarme pero te juro que yo no lo hice. —Aseguró la reina de Auradon, queriendo golpearla por ser tan directa. —Carter, tienes que mantenerte al margen de esto. No puedes volver por mí. Yo estoy encerrada en esta cabaña pero encontraré la manera de salir de aquí y solucionaré todo esto. —Intervino, nerviosa.
— ¿¡Crees que él resucite y te mate a ti por intentar asesinarlo!? ¡Scarlett, acelera de una vez! ¡No me digas que no me involucre en esto, ya mismo estamos yendo a buscarte, quédate ahí mismo! Que suerte que podemos rastrearte por la ubicación de tu celular, ¡mi papá puede esperar unas cuantas horas más! —Gritó la morocha por teléfono. —Pero ¿¡qué pasó!? ¿¡Se murió de repente!?
— ¡Cállate, los muertos no resucitan! ¡Y dile a Scar que conduzca con cuidado, no quiero que las dos se maten! Nada de lo que te diga te convencerá de regresar a tu hogar, así que ¡claro que te espero aquí, no puedo irme a otro lugar, estoy encerrada y no encuentro la maldita llave de mierda, idiota! —Dijo Rosie, pasándose una mano por el cabello, alterada. —Cuando llegamos a la cabaña estaba muy extraño así que le envié un mensaje a Evie pero no me responde y luego él y yo empezamos a discutir, él comenzó a sentir punzadas en el pecho pero no quise acercarme porque temía que me lastimara, me quiso atar a la cama pero antes de que pudiera terminar de hacerlo se murió. No sé qué mierda hacer, Car.
— ¿Se murió sin siquiera un golpe tuyo? Ro, eso es muy raro. —Exclamó la morocha mientras pensaba en una explicación lógica para este desastre tan inoportuno. — ¿Punzadas en el pecho? No, no, no, ¡¿Y si lo envenenaron?! —Sugirió luego de analizar todo eso.
—Técnicamente yo sí lo golpeé en la entrepierna, fue en defensa propia porque me estaba lastimando, ¡y eso sí que se lo merecía! —Se justificó la reina de Auradon, frunció su ceño al escuchar esa teoría. — ¡Ya sé que es extraño! ¡Mi vida siempre fue rara, Car! ¡Pero eso no es posible, yo estuve con él en todo momento desde que nos casamos! Aunque... hoy sí me dijo que mí desayuno estaba raro pero rico.
— ¡Rosie, no hay otra opción! ¡Envenenaron a Ben en el desayuno durante esta mañana! —Insistió la prima de Alex Russo. —Y quien lo quiso matar estaba muy seguro de lo que hizo porque el veneno le hizo efecto en la luna de miel. —Dijo con preocupación.
—Pero es que ¿¡quién podría ser lo suficientemente cruel y perverso para hacer eso!? —Dudó la chica de Costa Luna, frustrada, sin embargo recordó una conversación que había oído en la boda. —Oye, ayer en la fiesta, fui a buscar a Mal & Evie. Las dos estaban muy borrachas, confesaron que estaban enamoradas de nosotras, luego Mal se fue así que hablé con Evie... y todo se puso muy raro, me preguntó si le perdonaría cualquier cosa, y Mal regresó y dijo algo sobre una operación ultra secreta que organizaron con Carlos y Jay.
—Ro, yo creo que los VKs tienen algo que ver con esto. Y no puedo creer que mi dragoncita ya se busque un problema tan grande al estar tras eso, aunque ni estoy segura de que ella envenenara al rey. —Exclamó Carter, observando por la ventanilla. —Y eso de la operación secreta me da escalofríos, Mal habla demasiado cuando está borracha.
—No, ¿por qué los chicos harían algo como esto? Les dimos la libertad que necesitaban, yo le dije a Evie que liberaría a la Isla, ¿por qué arruinarían todo ahora? —Dudó la reina de Auradon, sin querer aceptar esa posibilidad. —Tenemos que averiguar quién está detrás de todo esto, comienzo a pensar que alguien quiere incriminarme por esto. ¡Y yo sé cómo descubrirlo! Tenemos que revisar todas las cámaras que pusimos en la residencia y en el castillo de Bestia desde que llegamos hasta el día de hoy, así encontraremos al responsable de esto. —Habló con optimismo.
— ¡Recuerda que ellos aún son hijos de villanos! ¡¿Crees que olvidarán todo lo que sufrieron en su propio hogar de un día para el otro?! —Alzó la voz la hija del mayor Mason. —No vamos a averiguar nada, en este preciso momento te vamos a buscar y nos largamos a Costa Luna, es muy arriesgado estar en Auradon después de esto.
— ¡No estoy diciendo que lo olviden, pero nosotras los sacamos de ahí y estamos dispuestas a hacer lo mismo con todos los demás! ¿Por qué ellos querrían perjudicarme, Car? —Se defendió la castaña mientras negaba con la cabeza. — ¡Lo arriesgado es que ellos no sean responsables de esto y estén en peligro! Y regresar a Costa Luna solo va a empeorar las cosas, Auradon me necesita y la Isla también. ¡Tenemos que hacer algo! ¡Auradon está en peligro, Carter! No podemos escapar, no podemos dejar a los VKs solos en Auradon. —Insistió, nerviosa.
—Rosie, sé que eres la reina, pero piensa bien las cosas; allí nadie te creerá, todos te culparán del asesinato de Ben. —Habló su mejor amiga, tratando de hacerla entrar en razón, miró a Scarlett quien la observaba expectante. —Mal, Jay, Evie y Carlos están detrás de esto y presiento que lo peor aún no ha llegado, Ro, debemos alejarnos de Auradon cuanto antes.
—No me pidas que piense con claridad cuando estoy encerrada en una cabaña con el cuerpo sin vida de mí marido. —Pidió la chica de Costa Luna, desesperada. —Suponiendo que tengas razón, debemos volver a Auradon para conseguir pruebas, y si estás en lo cierto le informaremos al PPP y regresaremos a los VKs a la Isla. Y si todos me culpan, renunciaré a la corona, no pueden hacerme nada peor que eso. —Dijo, intentando negociar con ella, pues debía considerar todas las posibilidades.
— ¡Estas loca! ¡¿Sabes de lo que puede ser capaz Adam cuando se entere de que Ben está muerto?! —Gritó nuevamente la chica que solía vender cebo en Luisiana. — ¡Bajo ningún concepto volverás a Auradon, Rosalinda!
— ¡Ok, él no tiene que saberlo! Mentiré diciendo que olvidé algo, buscaremos las pruebas y nos marcharemos. —Sugirió la reina alzando la voz, exaltada. —Confía en mí, renunciaré a la Corona si eso te deja más tranquila. Ya no quiero tener nada que ver con Auradon, déjame hacer esto. —Sollozó entonces.
—No entiendo por qué siempre te hago caso, ¡ugh! —Protestó la prima de Alex Russo, arrugando la nariz.
—Nuestros padres no se van a enterar de esto, nosotras podemos solucionarlo, no necesitamos su ayuda. —Habló la castaña, intentando calmarse. — ¡Me haces caso porque eres más pasiva que Mal! —Se defendió, logrando exaltar a su mejor amiga.
— ¡Mira lo que dice la reina Rosalinda! ¡Me parece que tengo que aclararte la memoria sobre la última vez que estuvimos juntas en esa situación! —Gritó Carter, escuchó como su acompañante se aclaraba la garganta, incómoda.
— ¡Mejor cállate, idiota, o te voy a cortar y me voy a volver completamente loca mientras te espero! —Le advirtió su mejor amiga.
— ¡Cuelga de una buena vez por todas antes de que Scarlett se entere de que tan pasiva eres! —Insistió la morocha, indignada.
— ¡Tu reina te ordena que cierres la boca o te mato, estúpida! —Dicho esto Rosie cortó la llamada y bufó, frustrada, antes de marcar el número de la chica de la que estaba profundamente enamorada. —Contesta, contesta, contesta; te juro que si te estás masturbando te voy a cortar la mano y...
— ¡¿Quién rayos interrumpe los momentos de gloria de la gran reina Evie?! —La interrumpió la princesa malvada, quien estaba de mal humor al ser molestada.
— ¿Momentos de gloria? ¿Gran reina Evie? ¿De qué demonios estás hablando ahora, eh? —La cuestionó la reina de Auradon, sin poder evitar sospechar. — ¿No leíste mi mensaje?
— ¡Rosie! —Gritó la chica de cabello azul, incorporándose de la cama sin quitarse la mano izquierda de la entrepierna cuando reconoció la voz de su amada. — ¡Es que pensé que eran Carlos y Jay molestando mi sueño de belleza de 8 horas y ellos me llaman siem...! —Se excusó, pero entonces la hija de Maléfica ingresó a la habitación de la residencia y se encontró a su mejor amiga in fraganti.
— ¡E! ¡¿Llevas unas horas sin Rosie y ya te vas a toquetear?! —Alzó la voz la recién llegada, haciendo una mueca. —Pero si quieres yo te quito esas ganas como la última vez que te de...
— ¡Cállate Mal Igna! —Intervino la descendiente de Regina, evitando que Mal dijera algo que no debía ser oído por la chica de Costa Luna. — ¿Que decías, Rosie? —Dudó, cerrando los ojos debido a la desesperación y la vergüenza que sentía. Ella se recostó nuevamente en la cama y le hizo una señal con la cabeza para que cerrara bien la puerta y se acercara, Evie colocó la llamada en altavoz mientras dejaba el celular sobre el colchón.
— ¿Sueño de belleza de 8 horas? ¡Apenas y es mediodía! —Se quejó la agente del PPP, arrugando la nariz cuando comenzó a oír la discusión que ambas VKs estaban teniendo en ese preciso momento. —Primero, me van a dejar sorda, segundo... Estoy en problemas, Evie.
— ¿En qué problemas te metiste, mi reina? —Inquirió la princesa malvada con tono pícaro mientras que la Princesa del Inframundo cerraba la puerta y se dejaba caer a su lado en la cama, oyendo la conversación en silencio.
—Es que... Ni siquiera sé cómo decirte esto. Discutí con Ben, él... é-él quiso s-secuestrarme y asesinarme... y ahora Ben... está muerto, Evie. —Confesó nerviosa mientras caminaba de un lado a otro por la cabaña. —Yo no le hice nada, te juro que no, tienes que confiar en mí. Por favor dime que... mantendrás esto en secreto hasta que... decida que haré. —Suplicó con los ojos llenos de lágrimas.
—Está bien, mi amor, no diré nada; esto es algo muy serio y te pueden inculpar por esta inesperada tragedia. —Accedió la princesa malvada, sonriéndole perversamente a su mejor amiga, quien le devolvía la sonrisa y luego se llevó la mano hacia sus labios para no reírse. — ¿Dices que se murió entonces sin que lo tocaras? —Inquirió, fingiendo estar asustada.
—Yo no hice nada, por favor dime que me crees. Ya tuve suficiente, cariño, no puedo seguir con esto. Ya no lo soporto, es demasiado para mí. Sí, eso es lo que digo, no lo toqué. Pero él... Fue un monstruo conmigo, Evie, quiso atarme a la cama. Jamás le gustó la idea de que yo sea reina, iba a matarme. —Sollozó la castaña, destrozada. —Creo que voy a renunciar a mi corona, Evie.
Al oír aquello, la chica de cabello morado se apresuró a cubrirle la boca a su compañera de habitación antes de que ella gritara y solo le quitó los dedos de los labios cuando estuvo segura de que ella se había tranquilizado.
—Sé que no tienes nada que ver con ese asesinato, tú no serías capaz de hacer algo tan horrible. Pero de cierta manera al parecer murió por estúpido y bestia... Digo, por injusto y mal nacido. —Se corrigió a sí misma la chica de cabello azul, sonriéndole a su acompañante para luego tocarle la punta de la nariz.
—Claro que no, yo no quería que esto sucediera, te lo juro. No sé qué haré, no sé qué va a pasar, no quiero arruinar todo lo que hice por ustedes cuatro, Evie. Ben era un maldito, pero... Jamás quise que algo malo le pasara. —Se lamentó la reina de Auradon, dejándose caer de rodillas al suelo. Evie frunció el ceño al oír aquello. —No sabes cuánto te necesito ahora mismo.
—Entiendo. —Masculló seria la princesa malvada, cuyo corazón se aceleró cuando la escuchó decir aquellas últimas palabras. —Tú... ¿Me necesitas? —Preguntó, bajando la mirada cuando se siente culpable por hacerla sufrir tanto, pero era consciente de que esa no sería la última vez en la que la heriría.
—Estaba asimilando la idea de que tendría que pasar un año con él y luego sería libre para estar contigo, pero ahora... no sé que puede pasar, Evie. —Habló con tristeza la castaña. —Claro que te necesito, princesa. Tal vez, luego de que renuncie a mi corona, podríamos... irnos a vivir juntas a Costa Luna. Y los demás también pueden venir con nosotras, claro que son bienvenidos allá.
—Afortunadamente ya no tienes que pasar ningún año con él. —Gruñó la princesa malvada, aliviada y un poco enojada. —Sin embargo, no creo que se tomen muy a bien la muerte del rey, amor mío, creo que harán todo lo posible por inculparte. Y sé muy bien que tienes buenas intenciones, mi reina, pero no vas a salir ilesa de Auradon; lo sabes, ¿no? —Prosiguió, sonriendo perversamente y sacando la mano izquierda de sus bragas para acariciar la mejilla de Mal y luego tomar su labio inferior y estirárselo.
—Sí, supongo que en eso tengo suerte... —Concordó la chica de Costa Luna, mordiéndose el labio inferior debido a los nervios que tenía. —Carter me dijo exactamente lo mismo, que por eso no tengo que regresar a Auradon, pero no quiero que ustedes se queden en Auradon si todo es tan peligroso... Por mi culpa. Y no te llamé para que me asustes aún más, preciosa, pero sí lo sé. —Dijo, bajando la mirada.
Ahí fue cuando Mal se dio cuenta de que su mejor amiga la estaba acariciando con la mano con la que se había estado masturbando y se apresuró a morder el dedo.
— ¡Mierda! ¿¡Estas loca!? —Gritó la chica de cabello azul, adolorida, comenzó a mover su dedo intentando que se le pase el dolor y ve a la ojiverde haciendo pucheros así que le acaricia la mejilla con su otra mano. —Solo soy realista mi amor, de seguro Adam no parará de acusarte, pero no te preocupes que mis amigos y yo estamos de tu lado y esa bestia papi no te tocará. —Consoló a la reina de Auradon, sonriendo perversamente.
—Eres la mejor, no me arrepiento de haber confiado en ustedes, gracias por apoyarme siempre, cariño. Significa mucho para mí. Si vuelvo a Auradon... será por ti. —Admitió la agente del PPP, luego se le ocurrió una idea. —Tengo curiosidad, ¿sabes algo sobre cómo enterrar un cuerpo sin dejar evidencias?
Rosalinda era consciente de que Carter jamás la dejaría hacer tal cosa –y mucho menos permitiría que enterrara un cadáver con gente en la que ella ya no confiaba– pero... su mejor amiga no estaba ahí para detenerla.
—No debes agradecerme, te cubro la espalda porque lo que nosotras tenemos es amor mutuo. —Exclamó la descendiente de Regina, se mordió el labio inferior cuando escuchó la pregunta de su amada. —Oh, enterrar un cadáver... Creo que los chicos y yo podríamos ayudarte a hacerlo. —Accedió entonces.
—Te amo, te amo, te amo, te amo tanto y siempre lo haré. —Afirmó la reina de Auradon y luego de que la VK accediera, se dio cuenta de lo horrible que parecía hacer tal cosa, por lo tanto negó con la cabeza. —Yo... Ya no creo que sea una buena idea, hermosa. Creo que ya estoy perdiendo la cabeza, no me hagas caso, además si Carter se entera me mata. No sé que pasará si regreso, Evie... pero si estás a mi lado, no tengo miedo. —Murmuró, pero ella estaba mintiendo, ya que sí estaba asustada.
—Yo también te amo, mi amor, deberías estar conmigo ahora. —Dijo la princesa malvada, mirándose las bragas y recordando lo que estaba haciendo antes de que ella la llamara. —Pero creo que deberíamos enterrar el cadáver urgentemente. —Insistió, sonriendo con malicia.
—Créeme que desearía no haber venido jamás a esta luna de miel que está arruinando todo, preciosa, desearía estar contigo ahora mismo. —Confesó Rosie, bufó cuando volvió a escuchar la sugerencia de la villana. —Honestamente, creo que voy a enloquecer totalmente si paso un minuto más encerrada en esta cabaña de mierda con el cadáver de Ben en la cama, yo... necesito que lo desaparezcan.
La chica de Costa Luna no tenía otra opción.
Pero antes de que pudieran hacer algo más, la puerta de la cabaña se rompió de repente.
— ¡Rosalinda Marie, llegó el rescate! —Gritó Carter, quien estaba acompañada de Scarlett, entonces se dio cuenta de que ella estaba usando su celular. — ¿¡Con quién hablas!? —Le recriminó mientras la castaña se incorporó para ir a abrazarlas a ambas.
Las Vks aún escuchaban todo, la chica de cabello morado abrazó a su mejor amiga cuando reconoció la voz de la hija del mayor Mason, mientras que la dueña del celular volvió a meterse la mano izquierda dentro de sus bragas para seguir con lo que estaba haciendo antes de ser interrumpida.
—Con Evie. —Respondió la reina de Auradon con sinceridad para luego separarse de las dos, bajando la mirada. La prima de Alex Russo se cruzó de brazos, mirándola con desaprobación y enojo. —Ya sé lo que vas a decirme, Car, que estoy metida en un gran problema. —Añadió, arrugando la nariz.
—Dame el teléfono, Rosalinda. —Pidió su mejor amiga, extendiendo un brazo hacia ella.
—Pero es mío, mi mamá me lo regaló para mí cumpleaños. —Demandó la castaña, haciendo pucheros como una niña pequeña. —No hagas nada raro porque te mato. —Le advirtió antes de entregarle el celular de mala gana, por lo tanto su Consejera Real lo tomó y se lo acercó al oído.
— ¿Evie? —Habló la descendiente del mayor Mason, frunciendo su ceño, pero solo escuchó una respiración agitada del otro lado de la línea telefónica y luego un profundo silencio.
—E, Carter pregunta por ti. —Murmuró Mal, cubriendo la bocina del celular y mirando a su mejor amiga, luego dirigió su vista hacia la mano que tenía dentro de sus bragas.
—No quiero hablar con ella, déjame seguir con lo mío antes de que se me quite la calentura. —Se opuso la princesa malvada, cerró los ojos debido al placer que estaba sintiendo. —Mh, Rosie...
—Maldita pervertida del demonio. —Gruñó la ojiverde, destapando la bocina del teléfono y respirando hondo antes de hablar—: ¿Car? —Preguntó, ilusionada, logrando que su amada palideciera al oír su voz.
—Oh, Mal... —Exclamó Carter, observando a la reina de Auradon con ganas de asesinarla. — ¿Qué está haciendo Evie?
—E se encuentra muy ocupada ahora. —Se excusó la hija de Maléfica, viendo la cara de placer de su mejor amiga, quien se mordió el labio inferior para no gemir en voz alta.
—Ya veo. —Respondió la morocha. — ¿Y qué haces tú con su celular? —Inquirió, deseando saber si ella se había enterado sobre la muerte de Ben.
—Ehm... yo... yo entré al cuarto y E me dijo que estabas al te-teléfono y me lo dio porque yo quería saludarte, Car. —Mintió la villana, a quien le costaba concentrarse debido a las acciones de su compañera de habitación, así que tomó la mano de Evie y se la quitó de las bragas para entonces cubrir la bocina del celular. — ¡Deja de masturbarte delante de mí, E! —Le recriminó, recibiendo una mirada llena de odio por parte de la princesa malvada, quien se volvió a meter la mano en las bragas.
—Ah, Rosie... —Volvió a gemir la descendiente de Regina, mordiéndose el labio inferior con fuerza.
—Yo también quería saludarte pero ahora lamentablemente debo colgar porque estoy algo ocupada. —Habló la prima de Alex Russo, mirando a sus amigas de reojo. —Un beso, dragoncita.
—Un beso, Car. —Murmuró Mal, sonriendo como estúpida enamorada para luego finalizar la llamada y recostarse al lado de su mejor amiga. —Cuanto amo a esa chica...—Dijo, cerró los ojos y colocó el celular en su pecho, ignorando los gemidos de la otra VK.
— ¿¡Me puedes explicar por qué mierda llamaste a Evie cuando sabes que ella puede estar tras esto, Rosie!? —Exigió Carter cuando su amada cortó la llamada, exaltada, viendo a la castaña. — ¡Puede ser peligroso!
—La llamé porque si no lo hacía iba a volverme loca mientras las esperaba, además... fue parte de una estrategia. Cuando ella me atendió, dijo "¿¡Quién rayos interrumpe los momentos de gloria de la gran reina Evie!?" —Se defendió ella, sin atreverse a mirarla, por lo tanto desató su cabello y comenzó a jugar con sus dedos mientras intentaba imitar la voz de su amada. —Y si Adam & Bella se enteran de lo que le pasó a Ben, sabremos que ella fue quien se los dijo. —Finalizó.
—Tu plan es muy tonto Rosalinda, principalmente porque me dio la impresión de que "el momento de gloria de la gran reina Evie" era la masturbación que se estaba haciendo aún estando al lado de mi dragoncita... —Gruñó la chica que solía vender cebo en Luisiana, su mejor amiga hizo una mueca de asco al oír aquello, sin embargo –a pesar de las dudas que sentía– se atrevió a preguntar si debían hacer lo correcto—: Pero si Adam y Bella se enteran ya sabes a quien inculpar, y también sabemos a quien debemos mandar a la Isla sin duda, ¿no?
— ¡Ugh, Carter! ¡No quería saber eso! —Protestó la agente del PPP. —Car, aún si ellos son culpables, nadie nos creerá si no tenemos pruebas. Y Adam ya me odia así que dudo que confíe en mí a menos que le muestre pruebas. Pero... si ellos están detrás de esto, no tenemos otra opción que regresarlos a donde pertenecen. —Mencionó dolida, pues no quería perder a su princesa malvada, por lo tanto la morocha la abrazó.
—Ro, la verdad es que nunca esperé que algo tan loco como esto sucediera, pero si de verdad ellos están tras eso los mandaremos a la Isla otra vez aunque nos duela muchísimo. —Dicho esto se aferró a ella con más fuerza, siendo correspondida de inmediato, pero se apartó y tomó sus manos. —Estoy contigo, pase lo que pase.
—Nunca quise que esto pasara, te lo juro. —Murmuró la reina de Auradon, suspiró mirándola. —Regresemos a Auradon, por favor. Tengo un deber con mi pueblo y esto es algo que no entenderás. Mi país me necesita.
—Tienes razón. Ellos te necesitan. Ellos te necesitan para que los gobiernes y para que los protejas. —Concordó Carter, observándola con atención. —Y eso es algo que no puedes hacer desde la cárcel, que es exactamente en donde terminarás si vuelves a Auradon. —Prosiguió, su mejor amiga apretó sus manos, rogándole con la mirada que le hiciera caso.
—Bien, si eso es lo que deseas entonces lo haremos, pero te lo advertí. —Accedió la descendiente del mayor Mason, haciendo una mueca. Podía discutir con ella por horas, pero no la haría cambiar de opinión, así que la apoyaría.
—Ok, entonces nos vamos. —Exclamó Scarlett, caminando hacia la puerta para dirigirse a la limusina en la que había venido con la morocha, pero se detuvo apenas llegó a la salida. — ¿Y qué hacemos con Ben? ¿Lo enterramos o lo llevamos con nosotras? Tal vez sus padres quieran sus restos. —Dudó, ambas miraron a la morocha, esperando a que ella decidiera por todas.
—Nos lo llevamos. —Respondió la prima de Alex Russo. —Si lo enterramos por ahí tenemos riesgo a que nos inculpen aún más, además de que esta mentira no durará mucho aunque nos escapemos. Seamos realistas, aunque no me guste la idea de tener que hacer esto. —Dicho esto, suspiró hondo.
—Excelente decisión. —Admitió la pelirroja, acomodando su cabello con su mano derecha. —Otro día normal en el trabajo, merezco un aumento de sueldo por cada cadáver que me hacen cargar. Car, abre el maletero de la limusina, lo meteremos ahí. Ro, lleva tus maletas al auto por favor y después larguémonos de aquí. —Ordenó mientras caminaba hacia la cama para levantar el cuerpo y luego darse la vuelta para llevarlo hacia el vehículo, inmediatamente sus amigas hicieron lo que ella les pidió.
La reina de Auradon guardó su equipaje en el asiento trasero y se sentó allí, colocándose el cinturón de seguridad, mientras que la morocha corrió velozmente fuera de la cabaña y se detuvo cuando llegó detrás del auto para abrir el maletero.
—Anda, tira al muerto ya. —Pidió la descendiente del mayor Mason, impaciente.
—Voy a empezar a pedir dinero cada vez que me dicen esa frase. —Dijo Scarlett antes de arrojar el cadáver dentro del maletero y cerrarlo, en ese momento su compañera aprovechó la oportunidad para quitarle las llaves del auto. —Andando, esta será la última vez que pisemos Auradon.
—Conduzco yo esta vez. —Intervino la mejor amiga de Rosie, dirigiéndose hacia lado del conductor y entrando a la limusina.
—Espero que no nos mates. —Masculló la pelirroja mientras caminaba hacia el lado del copiloto y se subía, cerró la puerta y se colocó el cinturón de seguridad.
—Yo le voy a explicar a tu padre por qué no estás en Luisiana todavía, Car, es mi responsabilidad. —Murmuró la castaña, desanimada.
—Me despedí de todo el mundo y luego Rosalinda me hizo volver a buscarla por asesinar a su marido. —Habló su Consejera Real, conteniendo la carcajada y colocándose el cinturón de seguridad. —Le diré a Mal que debemos huir bien lejos de ustedes. —Prosiguió, aguantándose la risa pues amaba molestar a Rosie.
—Yo no te dije que regresaras por mi, tonta. Solo quería avisarte que mi luna de miel había sido un fracaso. —Replicó la chica de Costa Luna, haciendo una mueca pues no había captado la broma. —Cállate, idiota, que no puedes vivir sin mí. —Añadió, logrando que su mejor amiga la observara por el espejo retrovisor con los ojos entrecerrados.
—Oh Rosalinda, todo el que está a tu lado corre peligro, mira lo que le pasó a tu esposo en la luna de miel... ¡y ahora estas aquí con nosotras, eso significa que nos persigue la desgracia! —Hizo una pausa para encender el auto y comenzar a conducir. —Creo que lo mejor será bajar a Rosie de la limusina antes de que se rompa.
— ¡Pensé que lo decías en serio, estúpida! —Protestó la joven cuando comprendió que aquello era solo una broma. —Mejor conduce callada o te rompo los huesos por insolente. —Bromeó.
— ¡Bájate del auto ahora mismo! —Alzó la voz la morocha, intentando parecer seria, pero soltó una carcajada. — ¡No queremos a una reina viuda en su luna de miel en este auto! —Gritó, volviendo a reírse.
— ¡Cierra la maldita boca, idiota, nos vas a matar en serio! ¡Y quiero volver a ver a mi mamá! ¿Sabes? —Le recriminó Rosie entre risas.
—Creo que no voy a volver a dejarla conducir. —Murmuró Scarlett, negando con la cabeza.
— ¡Se callan las dos o las saco del vehículo! —Alzó la voz Carter, acelerando a máxima velocidad para asustar a sus amigas. —Hoy se murió el rey de Auradon, ¿y por qué la reina no? —Cuestionó con una sonrisa llena de malicia para luego girar el volante bruscamente en una curva mientras se mordía el labio inferior.
— ¡Basta, inconsciente de mierda! Seguro falsificaste tu licencia de conducir, maldita loca. —La acusó la castaña, indignada. — ¡No bromees con la muerte, imbécil!
— ¡Llamen a la policía que esto es un secuestro a la reina de Auradon! —Gritó la chica de Luisiana, girando en otra curva peligrosa haciendo que el auto se balancee.
— ¡Basta imbécil, nos vas a matar de verdad, no es un buen día para tus bromas! —Se quejó Rosie, harta. — ¡Te voy a secuestrar yo si no nos dejas sanas y salvas en Auradon, psicópata! —Le advirtió, pero su mejor amiga la ignoró al encender la música de la limusina a todo volumen.
— ¡Oh, sí! —Alzó la voz la morocha, volviendo a dar otro giro peligroso y traspasando la luz roja del semáforo. — ¡Hoy Carter Mason no cree en las reglas!
—Si salgo viva de esto te juro que te quito la licencia para siempre. —Aseguró la reina de Auradon, asustada, sintiendo ganas de asesinar a su mejor amiga.
— ¡Yo no creo en las hadas! ¡Oh, esperen, así no era! —Gritó la pelirroja, quien arrugó su nariz. — ¡Yo sí creo en las hadas, creo, creo!
Apenas estacionan la limusina en la entrada del castillo, Rosie se quitó el cinturón y bajó del auto, arrojándose al suelo.
— ¡Tierra! ¡Al fin tierra! ¡Oh, adoro esta maravillosa tierra! —Alzó la voz la castaña, emocionada, pero luego recordó en dónde estaba por lo tanto se incorporó y se sacudió la ropa mientras las veía descender del vehículo. —Nadie va a volver a hablar de eso. Ahora, hagamos esto de una vez por todas... Pero tengan sus armas listas en caso de que todo se salga de control. —Les advirtió mientras se acomodaba el cabello, nerviosa.
—Ya escuchaste, Scarlett, prepárate que aquí se va a armar una buena pelea. —Dijo la prima de Alex Russo, quien revisó su arma y la guardó, luego miró con atención a su mejor amiga. —Comenzando la operación "Suicidio de la reina". —Añadió, recibiendo un codazo por parte de la chica de Costa Luna.
—Cállate imbécil que casi nos matas en el auto, no me pongas más nerviosa de lo que ya estoy porque me voy a vengar avergonzándote frente a Mal. —Gruñó la hija de la ex reina Sophia, señalándola con el dedo y sacando su pistola de su chaqueta para asegurarse de que estuviera cargada, luego la guardó.
—No me des ordenes, Carter, casi me muero en la limusina por tu culpa. —Masculló la pelirroja, sacando su arma y quitándole el seguro para luego volver a guardarla en el bolsillo de su pantalón.
Una vez que estuvieron listas, las tres ingresaron al palacio y caminaron hacia la sala de estar, en donde Bella estaba leyendo un libro mientras que su esposo estaba sentado en el sillón, escribiendo algunos documentos.
— ¡Hola suegritos queridos! —Habló la recién llegada con una sonrisa falsa, al oír su voz la ex reina cerró el libro que estaba leyendo para prestarle atención. —Sé que no esperaban que regresáramos tan pronto, pero... surgieron unos problemitas y tuvimos que volver. —Comenzó a explicar, mientras que sus amigas estaban detrás de ella, calladas pero preparadas para escapar en cualquier momento.
—Hola bonita, es bueno tenerte de vuelta. —Habló con sinceridad la mujer de vestido amarillo, pero luego su sonrisa se borró y dirigió la mirada hacia su marido, tan preocupada como confundida. — ¿Problemas? —Repitió, mientras que Adam se levantó de su asiento velozmente y la observó con desconfianza.
— ¿Qué ocurre? —Inquirió el hombre, mirando a su alrededor para darse cuenta de que su hijo no estaba con las chicas. Bella se levantó y tomó del brazo a su esposo para controlarlo en caso de que él volviera a perder los estribos. — ¿Ben no vino contigo?
— ¿Qué sucede, cariño? —Dudó la ex reina, preocupada.
—Lo que pasa es que... —Comenzó a hablar Rosie, sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas pero se obliga a sí misma a no perder la compostura frente a ellos. —...Ben está... Muerto. —Finalizó, preparándose mentalmente para cualquier cosa, al igual que Carter y Scarlett; quienes observaban atentamente a Bestia pues eran conscientes de que en cualquier momento él querría asesinar a la adolescente.
— ¿Qué fue lo que dijiste? —Preguntó el ex rey, atónito, sin comprender las palabras de la joven.
—B-Ben... Mi bebé...—Murmuró su esposa, cubriéndose la boca con su mano libre mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas, estando shockeada y atónita.
—Dije que Ben está muerto. —Dijo la reina de Auradon con más seguridad y se apresuró a explicar—: Resulta que su descendiente se puso muy violento conmigo, comenzamos a discutir y luego él se hartó y me arrojó a la cama, en donde quiso atarme y me confesó que tenía planeado secuestrarme y asesinarme porque no quería que gobernara a su lado. Y mientras me ataba, de un momento al otro, comenzó a sentir puntadas en el pecho y luego se desmayó. Quise salvarlo pero ya era muy tarde... Y de acuerdo a los síntomas, tenemos motivos para creer que él ha sido envenenado.
— ¡Mataste a mi hijo, puta de mierda! —Alzó la voz Adam, quien quiso abalanzarse sobre su nuera, pero Carter fue más rápida y sacó la pistola de su chaqueta; interponiéndose entre ambos y apuntándole con el arma mientras que la pelirroja se colocaba delante de la castaña para evitar que el hombre la tocara.
— ¡Ni un paso más o disparo! —Gritó la morocha, seria. — ¡Ella no mató a nadie!
— ¡No me falte el respeto que su hijo era mucho peor que usted! No asesiné a nadie, jamás lo haría, a pesar de que Ben fue un monstruo conmigo desde el momento en que lo conocí ¡yo jamás le haría daño! —Alzó la voz Rosie, furiosa. —Y ahora que él ya no está con nosotros lamentablemente, eso significa que yo tengo el poder absoluto, y les guste o no eso no me lo van a poder quitar jamás. El cuerpo de Ben está en el maletero de la limusina por si quieren organizarle un funeral, hagan que la prensa se entere y lo divulgue, eso es lo mínimo que Ben merece... Aunque no fue un rey ejemplar y mucho menos un esposo honesto.
Bestia fue más rápido y pateó la mano de la hija del mayor Mason, logrando que soltara su arma.
— ¡Eres una zorra! —Le gritó Adam, queriendo lanzarse encima de la reina, pero Carter se interpuso.
— ¡Yo no soy ninguna zorra! —Replicó la castaña, pero vio como su mejor amiga se abalanzaba sobre él para protegerla. — ¡Car, no!
— ¡Tú también la pagarás! —Dijo el hombre, comenzando a estrellarla violentamente contra la pared, logrando que la morocha gimiera de dolor e intentara rasguñar los brazos de Bestia para que la soltara, pero aquello fue inútil.
— ¡No la toques, desgraciado! —Masculló la pelirroja, empezando a golpear su espalda para que la soltara, él le dio un codazo en el abdomen que la hizo retorcerse del dolor y retroceder.
— ¡Ya fue suficiente! —Gritó la chica de Costa Luna, sacando el arma de su chaqueta y disparándole a una de las ventanas para demostrar que estaba cargada, el vidrio se rompió en mil pedazos y Bella gritó. — ¡Deja a mis amigas en paz o no te va a gustar en donde va a terminar otra bala! —Le advirtió, decidida a ponerle fin a esto de una forma u otra.
—Adam, basta, no hagas esto... —Suplicó la mujer de vestido amarillo, paralizada del miedo, pero él volvió a estrellar a la joven contra la pared.
— ¡Carter! —Gritó la reina de Auradon, asustada cuando vio aquella escena, por lo tanto siguió sus impulsos y apuntó a Bella con el arma. —Déjala ir o la mato. —Dicho esto le disparó a la lámpara que estaba al lado de la mujer de vestido amarillo y volvió a apuntarle a ella, pero al hombre no le importó, pues tomó a Carter del cuello.
— ¡Te voy a matar! —Aseguró él, comenzando a ejercer presión sobre su cuello, la morocha inmediatamente comenzó a quedarse sin aire y empezó a lanzar patadas hacia su atacante; aunque eso no servía de mucho.
Scarlett observó a todos lados, buscando un objeto con el que pudiera detenerlo, hasta que visualizó un florero en la mesa ratona de la sala de estar y corrió hacia allí para tomarlo.
— ¡Carter, no! —Alzó la voz la castaña, horrorizada al ver aquello mientras que su corazón se rompía en mil pedazos, vio que la pelirroja tomaba ese florero y se acercaba lentamente hacia Bestia.
— ¡Hijo de puta, suéltala! —Demandó Scarlett antes de arrojarle el objeto en la cabeza, haciendo que él se tambaleara por unos segundos, en los que la pelirroja retrocedía.
En ese instante Rosalinda comprendió que había una diferencia entre ella y Adam: la joven reina jamás asesinaría, por lo tanto le colocó el seguro a su pistola y la guardó para entonces sacar su arma de electrochoque.
— ¡Déjala en paz, infeliz! —Gritó la chica de Costa Luna, avanzando hacia él y dándole una descarga eléctrica para detenerlo de una vez por todas, logrando que se desplomara en el suelo y que la prima de Alex Russo cayera de rodillas al suelo y comenzara a toser. La castaña guardó su arma y se agachó para quedar a la altura de Carter mientras la oye toser, no puede evitar sentirse muy culpable por no haberla oído antes, pero ahora debía priorizar su bienestar.
— ¿¡Estas bien, Car!? —La interrogó Scarlett, arrodillándose para estar a su altura, preocupada. — ¡Car, contéstame! —Pidió desesperada, la vio hacer un gesto con su mano pidiéndole que espere mientras ella tosía.
—Hay que llevarla a nuestro cuarto, en donde podremos descansar. Todas lo necesitamos. —Murmuró, mirando a las agentes del PPP. —Car, ya está, ya pasó. Ya estas a salvo.
—Tú levántala por un brazo, yo por el otro, Ro. —Habló la pelirroja, tomando a su amiga por el brazo izquierdo, ella volvió a toser mientras que la castaña la sostenía por el brazo derecho.
—Ya está, vamos arriba, a descansar. —Susurró la chica de Costa Luna, dirigiéndose junto a sus amigas hacia las escaleras, pero se volteó para observar a su suegra, quien intentaba hacer reaccionar a su esposo. —Esto solo fue una advertencia, si él intenta volver a dañarme a mí o a mi gente, haré que lo arresten por traición a la Corona. —La amenazó antes de darse la vuelta y ayudar a su Consejera Real a subir las escaleras, una vez que lo hicieron caminaron hacia la suite que compartían y la ayudaron a recostarse en su cama.
— ¿¡Qué sucedió!? —Dudó Cinder, acercándose a ellas.
—Ben está muerto y Adam cree que es mi culpa. —Respondió Rosie, mirando a su mejor amiga. —Perdón, perdón, perdón, debí haberte oído, Car.
—Ya no importa, Ro, lo importante es que ese desgraciado no te tocó. —Dijo la morocha mientras se acomodaba mejor en la cama.
—Sí que importa porque no mereces esto, Car. —Murmuró la reina y suspiró hondo, tratando de pensar con claridad.
— ¡Me asustaste, tarada! ¡En vez del suicidio de la reina, iba a ser el suicidio de la consejera! —Gritó Scarlett, dándole un golpe en el hombro sin siquiera pensarlo dos veces. — ¡Perdón Car! —Se disculpó al percatarse de su error.
—No es para tanto Scarlett... —Gruñó la hija del mayor Mason, llevando la mano hacia el lugar en donde había recibido el golpe que le había dado la pelirroja.
—En cuanto Mal se entere de lo que te hizo esa bestia, adiós a la paz en Auradon. —Se lamentó la castaña, haciendo una mueca. — ¿Saben qué? No voy a seguir exponiéndolas más, ni a ustedes ni a los VKs. —Aseguró.
—Ro, no tomes una decisión precipitada. —Pidió la rubia.
—Estoy protegiendo a quienes me importan, Cin. —Habló la reina, caminando hacia su escritorio y sentándose para tomar su diario y un bolígrafo y comenzar a escribir en aquel libro. —Llama al PPP y haz que te consigan un helicóptero, en dos días nosotras nos vamos a Costa Luna con Mal, Jay, Evie y Carlos.
—No creo que nos dejen irnos fácilmente después de lo que pasó con ese maldito bastardo... —Gruñó la prima de Alex Russo, refiriéndose a Adam.
—No perdemos nada en intentar huir, pero no creo que sea buena idea porque son capaces de ir a buscarnos allá. —Opinó Scarlett, haciendo una mueca.
—Tienen razón, y no quiero poner en peligro a Costa Luna, nos perseguirán a donde sea que vayamos. Creo que no tenemos más opción que llamar a tu padre para pedirle ayuda, Car, pero antes debemos encargarnos de algo más... —Sugirió Rosie mientras continuaba desahogándose en su diario, escribiendo todo lo que había sucedido con Ben, levantó la vista hacia sus compañeras de misión. —Cin, Scar, ustedes revisen todos los archivos de nuestras cámaras de seguridad desde que llegamos aquí hasta el día de hoy. Vamos a descubrir quién mató a Ben... y si confiar en los VKs fue una buena idea. —Dijo, mirando a la chica que estaba recostada en su cama.
—Por supuesto. —Accedió la rubia, quien tomó su computadora portátil y se acomodó en su cama para luego comenzar a buscar lo que ella les había pedido, mientras que Scarlett aún observaba a las tres.
—Hazlo, Scarlett, tenemos que saber la verdad. —La motivó la morocha, por lo tanto la susodicha la obedeció y se dirigió hacia su computadora portátil para comenzar a teclear velozmente.
—Y tú descansa mientras que yo te doy un poco de amor porque fuiste muy valiente hoy. —Habló la reina de Auradon, cerrando su diario y levantándose de su asiento para avanzar hacia su cama y sentarse a su lado, comenzando a acariciar el cabello de su Consejera Real mientras las demás trabajaban.
—No me digas valiente, hice lo que tenía que hacer por mi mejor amiga. —Exclamó Carter, orgullosa de sí misma.
—Pero lo fuiste, tu madre estaría muy orgullosa de ti porque hiciste lo que ella siempre hizo: proteger a los demás. —Dijo la castaña antes de besar su frente y continuar acariciando su cabello. —Te adoro, consejera suicida y demente. —Añadió para luego reírse.
—Haría todo por proteger a mi hermana que aunque no sea de sangre si lo es de corazón. —Aseguró la chica de Luisiana, sonriendo. —Y mi madre estaría orgullosa de eso, lo sé.
—Nunca te cansas de cuidarme, por eso siempre voy a estar agradecida contigo. —Dijo la joven de Costa Luna, tomando las manos de su chica y entrelazando sus dedos mientras la miraba a los ojos. —Lo único bueno de toda esta situación... Es que puedo pasar más tiempo contigo, Car.
—Siempre estoy contigo y lo estaré siempre, no lo dudes. Te amo, mi reina. —Habló la morocha, para luego darle un beso en la mejilla.
—De eso no tengo ninguna duda, porque eres una de las pocas personas que ha estado conmigo siempre desde el momento en que nos conocimos. Te amo más, mi consejera salvaje y valiente. —Exclamó Rosie, sin apartar la mirada de ella.
—Y no dudes que siempre estaré a tu lado mi reina. —Afirmó su mejor amiga, sonriendo victoriosa. —Ese pendejo no te merecía, cariño, alguien tan perfecta como tú no puede estar a su lado.
—Y eso no cambiará jamás. —Aseguró la castaña y le guiñó el ojo de forma cómplice, asintió al oír sus palabras pues ella tenía razón. —No, claro que no, yo jamás iba a ser feliz a su lado. En cambio, tú y yo lograremos grandes cosas juntas. —Dijo ilusionada, pues juntas iban a cambiar el mundo.
Alguien golpeó la puerta de la habitación y las chicas del PPP intercambiaron miradas, pues no esperaban a nadie.
— ¿Llamaste a Evie otra vez? —Dudó Carter, arqueando una ceja.
—No, tú no me devolviste mi teléfono, pero yo abro. —Respondió la descendiente de la ex reina Sophia, levantándose de la cama y acomodando su cabello antes de abrir la puerta, sin tener idea de quien podría necesitarla. Frunció su ceño cuando se encontró con dos guardias frente a ella. — ¿Y ahora qué sucede?
—Tenemos órdenes de arrestarla, reina Rosalinda, por traición a la Corona. —Dijo uno de ellos, con su semblante serio.
— ¿Qué demonios significa esto? ¡No pueden arrestar a su reina! —Protestó la joven antes de voltearse para ver a sus amigas. —Chicas...
— ¿Quieres que les dé una lección? —Preguntó Cinder, cerrando su computadora y poniéndose de pie. —Porque quienes la protegemos somos nosotras, señores. —Gruñó, mirando con desprecio a los recién llegados.
—Hagan lo que les pedí, ¿si? —Exclamó la castaña, tratando de mantenerse calmada porque no quería alterar a las demás. — ¡Y no le digan a mi madre! —Suplicó ella, viendo como su mejor amiga se levantó de la cama rápidamente.
— ¡No pueden llevarse a Rosie! —Intervino la prima de Alex Russo, caminando hacia los hombres con la intención de golpearlos. — ¡Ella es la reina!
—Estamos bajo las órdenes de la realeza, señorita. —Se justificó el primer guardia, dirigiéndose hacia la morocha que se veía amenazante, luego miró a la joven que habían venido a buscar. —Coloque las manos hacia delante, por favor. —Demandó mientras sacaba unas esposas.
—Quieta, señorita. ¿Desea usted que la arrestemos también por agresión? —Le advirtió el segundo guardia cuando se dio cuenta de que Carter estaba a punto de actuar.
— ¡Pues me da lo mismo! ¡A ella no se llevan! —Gritó la descendiente del mayor Mason, pero antes de que pudiera hacer algo de lo que probablemente se arrepentiría, Scarlett la tomó de los brazos.
—Car, tranquila, voy a estar bien. —Mintió la reina, pues no estaba segura de eso.
— ¡Detente Car! —Intentó calmarla la pelirroja, sin soltarla. — ¡Ro nos necesita! ¡No pierdas la cabeza!
— ¿Órdenes de la realeza? ¡Pero si yo soy la realeza! —Protestó la castaña, mirando al guardia, era consciente de que resistirse solo empeoraría la situación por lo tanto extendió sus manos y uno de los guardias le colocaba las esposas. — ¡Carter! Cálmate, no me va a suceder nada, ¿si? No te preocupes por mí. Voy a estar bien. Necesito que te concentres en tu objetivo, solo así me ayudarás... Hazlo por mí, Car. —Suplicó al ver como su Consejera Real todavía luchaba para separarse de Scarlett.
—No, Ro, no. —Se opuso la prima de Alex Russo, cuyos ojos estaban repletos de lágrimas de impotencia. — ¡No te dejaré ir! ¡De ninguna manera permitiré que esto pase! —Gritó, intentando avanzar hacia ella, pero la pelirroja la sostenía con fuerza mientras que sus ojos también estaban llenos de lágrimas al ver que ambas sufrían tanto.
—Te dije que siempre estaremos juntas, no importa la distancia, ¿recuerdas? —Rosie trató de consolarla, pero desvió la mirada ya que sabía que ambas terminarían llorando tarde o temprano. —Car, sabes que esto es culpa de Adam, descubre la verdad.
—Nos vamos. —Habló el primer guardia, colocando una mano en la espalda de la castaña para guiarla hacia la salida, mientras que su compañero se colocaba detrás de él para esperar a que salieran. Los tres salieron de la habitación mientras la castaña lloraba, escuchando los gritos desesperados de su mejor amiga.
— ¡Suéltame, Scarlett! ¡Tengo que salvarla! ¡Me necesita! ¡Por favor, déjame ir, te lo suplico! —Alzó la voz la morocha, comenzando a llorar al ver como se la llevaban lejos de ella. — ¡Rosie! —Fue lo último que se oyó antes de que Cinder cerrara la puerta del cuarto.
—Written in stone, every rule, every word, centuries old and unbending. —Empezó a cantar la reina de Auradon mientras la forzaban a caminar por el pasillo. —"Stay in your place, better seen and not heard" but now that story is ending, 'cause I, I cannot start to crumble, so come on and try, try to shut me and cut me down. —Prosiguió mientras la hacían bajar las escaleras hasta el segundo piso.
—I won't be silenced, you can't keep me quiet, won't tremble when you try it, all I know is I won't go speechless, speechless. —Murmuró la castaña, comenzando a forcejear con los guardias para liberarse, pero fue en vano. Reconoció las habitaciones que se les habían sido asignadas a los VKs pero todo estaba en completo silencio, no iban a venir a salvarla.
Los hombres que la guiaban pronto la hicieron bajar nuevamente las escaleras hasta que llegaron a la sala de trono, en donde se encontraban Bella y Adam, sentados en los tronos que les correspondían a Rosie y a Ben.
—Let the storm in, I cannot be broken, no. —Aseguró ella mientras caminaban hacia el calabozo, Adam le sonreía victorioso, la chica de Costa Luna lo miró con odio. —I won't live unspoken, 'cause I know that I won't go speechless. —Dijo antes de que la hicieran entrar al calabozo y la empujaran dentro de una de las celdas para luego cerrarla con llave.
—Try to lock me in this cage, I won't just lay me down and die. —Exclamó la castaña, corriendo y tomando las rejas, mirando como los guardias se marchaban. —I will take these broken wings, and watch me burn across the sky.
—And it echoes saying, I won't be silenced, no, you will not see me tremble when you try it, all I know is I won't go speechless, speechless. —Prosiguió la agente del PPP, recordando a Ben, ella se había defendido y ahora debía hacerlo de nuevo ante su familia. —'Cause I'll breathe, when they try to suffocate me, don't you underestimate me, 'cause I know that I won't go speechless, all I know is I won't go speechless, speechless.
Rosie ya no se quedaría callada. Haría lo correcto, costara lo que costara.
♛♛♛♛
Carlos ingresó a su habitación con una bandeja llena de galletas y bebidas para su pandilla pues tenían mucho que festejar, cerró la puerta con su pie y caminó hacia su cama para dejar la bandeja sobre su mesa de luz. Su novio tomó una de las galletas y comenzó a comerla.
—Propongo un brindis. —Sugirió el pecoso, tomando una de las bebidas y mirando a sus amigos. —Por nosotros y porque la operación EVIE está siendo un éxito.
— ¡Al fin trajiste comida! Me muero de hambre y de sed. —Exclamó la princesa malvada, tomando una de las bebidas y alzándola. —Por nosotros y porque la operación EVIE está siendo un éxito. —Repitió con una sonrisa victoriosa, por lo tanto Jay tomó una bebida.
— ¡Un brindis señores! —Insistió el chico de cabello blanco y negro, mirando a su pareja. — ¡Por nuestra nueva vida siendo felices! —Dijo, emocionado. Carlos le dio un sorbo a su bebida y acarició su mejilla.
— ¡Exacto! —Concordó la ojiverde, tomando la última bebida y alzándola, pero no puede evitar pensar en que ella posiblemente no tendría un final feliz ya que la operación EVIE implicaría perder muchas cosas. —Sí... Por nuestros finales felices.
—Y porque somos malos... —Sugirió De Vil, dejando la bebida en su mesa de luz y tomando una galleta para metérsela en la boca.
— ¡De corazón! —Se apresuró a contestar Jay para luego tomar un sorbo de su bebida y dejar la misma encima de su mesa de luz, le dio una palmada en el hombro a su novio.
— ¡De corazón! —Gritó Evie, bebió su bebida y la dejó en la mesa de luz al darse cuenta de que su labial probablemente acababa de correrse, por lo tanto metió la mano en su bolso para buscar su espejo mágico; lo sacó y se dio cuenta de que Mal parecía estar ausente. —Chicos, esperen... ¿Estas bien, M? —Cuestionó, pues su mejor amiga era más importante que cualquier cosa. La chica de cabello morado se quedó en silencio durante unos instantes.
—No es nada, E. —Contestó la hija de Maléfica, forzando una sonrisa para luego beber de su vaso. —Todo será un éxito.
—Nada que quieras admitir, M. —Dijo la chica de cabello azul, encogiéndose de hombros. —Claro que sí porque ya nada puede fallar. —Afirmó.
—Yo quiero esta galleta para mí. —Exclamó Jay antes de arrebatarle una a su novio y darle una mordida.
— ¡Pero esa era mía! —Se quejó el menor de los VKs, mirándolo mientras se la comía.
—Me veo sensacional como siempre, yo sí que soy perfecta. —Presumió la descendiente de Regina luego de verificar su maquillaje, sin embargo la curiosidad la invadió. —Espejito mágico, muéstrame a Rosie. —Demandó ilusionada, el objeto le mostró a la reina de Auradon encerrada en una celda y el semblante de la villana se transformó en uno serio.
— ¿Qué pasó, E? —La interrogó el chico de cabello largo, pero ella no contestó.
Mal dejó de comer su galleta, intrigada, se acercó a ella para ver el objeto mágico.
— ¿Qué mierda sucedió que no me enteré? —Dudó la Princesa del Inframundo al ver la imagen que le mostraba el espejo mágico.
— ¿Y ahora qué? —Inquirió Carlos, intrigado.
—No lo sé, pero el misterio acaba ahora. —Masculló la chica de cabello azul, apretando los labios. —Espejito mágico, muéstrame qué hizo Rosie para terminar en la cárcel. —Ordenó, en ese momento los muchachos se bajaron de la cama y empezaron a caminar hacia ellas.
— ¿Qué tanto miras? —Inquirió Jay, en ese momento el espejo les mostró la escena de las chicas del PPP discutiendo con Adam y Bella. —Al demonio, no tardaron en actuar.
—E, creo que ella no merece estar encerrada después de enfrentarse a esa bes... —Comenzó a hablar Mal, frunciendo su ceño y mirando aquello con preocupación hasta que vio como el ex rey golpeaba a Carter. — ¡Te voy a matar, hijo de puta! —Gritó y apretó la mandíbula mientras que sus ojos adquirieron un tono verde fosforescente, se apresuró a quitarle el espejo a su mejor amiga.
—Ok, quiero un arma como esa. —Dijo Carlos cuando vio como Rosie y Scarlett atacaban al ex rey para que liberara a la morocha. —Bueno, si se defienden así, creo que nos van a complicar un poquito la última fase de la operación EVIE. —Dicho esto, arrugó la nariz cuando la ojiverde le quitó el objeto mágico.
—Claro que no lo merece, pobrecita, yo... oh no. —La princesa malvada hizo una mueca cuando vio todo lo que pasaba hasta que Mal le quitó lo que le pertenecía. — ¡Hey! ¡Devuélveme eso que no tiene la culpa de nada!
— ¿¡Cómo se atreve a tocar a mí Carter!? —Le gritó la chica de cabello morado al espejo y apretó los puños, furiosa. — ¡Maldita bestia, te voy a matar! —Alzó la voz antes de lanzar el espejo en dirección a los chicos, el objeto golpeó el rostro de Carlos y luego Jay lo atrapó antes de que se cayera al suelo.
— ¡Auch! ¡Eso sí me dolió! —Se quejó el pecoso, indignado.
— ¡Mal! ¡Carlos no tiene la culpa de esto! —Gritó Jay, pero se dio cuenta de que ella estaba demasiado enojada y no lo estaba escuchando.
— ¡Lo voy a incinerar! —Afirmó la ojiverde, comenzando a caminar hacia la puerta para marcharse.
— ¡E! ¡Agárrala antes de que salga y queme todo! —Le advirtió el descendiente de Jafar.
— ¡Mal! ¡No vas a salir del cuarto para matarlo! —Aseguró la princesa malvada, hizo un gesto con su mano para cerrar la puerta con su magia y se apresuró a correr hacia la villana para tomarla por los hombros y mirarla a los ojos. —M, tranquila, respira, Carter está bien. Te juro que nos vamos a vengar pero no ahora, tenemos que ser pacientes, ¿si? M, por favor, tranquila. —Pidió, tratando de mantener la calma.
— ¿Estas bien mi amor? —Le preguntó el joven ladrón a su pareja, luego dirigió su mirada hacia sus amigas y apretó los dientes con miedo. —Yo creo que la bestia es ella.
—Sí, estoy bien...—Accedió el menor de los VKs, quien observó a Mal con temor. — ¡Cállate que si te escucha te mata!
— ¡Déjame ir, E! ¡Voy a matar a ese bastardo ahora mismo! —Masculló Mal, forcejeando con ella, estaba tan molesta que de repente el humo morado empezó a rodearla. — ¡Lo voy a hacer cenizas! —Amenazó, mirando la puerta con odio.
— ¡Evie, no la sueltes bajo ningún concepto o todos moriremos! —Le aconsejó Jay, abrazando a su novio con miedo, comenzando a retroceder.
— ¡Soy muy joven para morir! —Se quejó Carlos, asustado. — ¿¡Qué mierda le está pasando!?
— ¡Mal! ¿¡Qué carajo significa esto!? —La interrogó la princesa malvada, nerviosa cuando ve el humo morado, pero ella solo cerró los ojos durante unos segundos y al abrirlos brillaban con más intensidad.
—Jay, ¿acaso tú sabes algo que nosotros no? —Dudó Carlos, asustado.
—Mal se va a con-convertir en una dragona... —Tartamudeó su pareja, abrazándolo con más fuerza.
— ¿Dragona? —Repitió la chica de cabello azul, asustada, quería esconderse pero no iba a dejar a su mejor amiga así.
— ¿Dra-dragona? —Tartamudeó el menor de los VKs. —Eso es nuevo... Y aterrador... —Dicho esto, cerró los ojos pues no quería ver lo que iba a pasar.
—Dragona ven a mí... —Susurró la chica de cabello morado, el humo comenzó a rodear su cuerpo.
— ¡No permitiré que hagas una locura, M! —Intervino la descendiente de Regina, separándose de ella y recitando un hechizo para inmovilizarla, observó sus ojos aún sintiéndose intimidada pero tomó las manos de su mejor amiga. — ¡M, estoy aquí, cálmate por favor! Concéntrate en mí voz, no quiero que te hagas daño a tí misma, ni a nosotros. —Dijo, al escuchar la última frase los ojos de la chica de cabello dejaron de brillar.
—E-Evie, no me suel-sueltes o no me con-contendré. —Tartamudeó la hija de Maléfica, observando los ojos de su compañera de habitación en busca de paz.
—M, tranquila, estoy aquí. Resiste. —Suplicó la princesa malvada, sin dejar de observarla con atención. —No quieres lastimarnos, así que no lo dejes salir. M, aquí estamos.
—No lo dejaré salir... No lo haré... No voy a perder el control... No voy a herir a mis amigos. —Exclamó Mal, apretando las manos de su chica, respiró hondo y logró tranquilizarse casi por completo así que dejó de sujetar tan fuerte las manos de la otra VK, aún así estaba nerviosa. —Todo está bien...—Susurró, insegura, entonces el humo desapareció lentamente.
—Así se habla, esa es mi chica malvada. —Comentó Evie, sonriendo al ver como ella lograba calmarse. —Ok M, entonces voy a quitar el hechizo. —Murmuró y soltó una de sus manos para chasquear sus dedos y revertir el encantamiento de ella.
—Yo pensé que estábamos acabados. —Habló Jay, tocándose el pecho y mirando de reojo al menor de los VKs. —Estamos salvados, amor.
— ¿Aún estamos vivos por alguna razón? ¿No estamos en el infierno luego de ser carbonizados? —Murmuró el chico de cabello blanco y negro, abriendo los ojos lentamente para darse cuenta de que todo regresó a la normalidad. — ¡Estamos vivos, gracias a Lucifer! —Gritó de felicidad antes de besar a su pareja.
— ¿Cómo estás, M? —Preguntó la princesa malvada, preocupada. —Y... ¿por qué no nos dijiste a Carlos ni a mí? Somos tus amigos. —Murmuró algo dolida.
—Estoy bien, E. —Susurró la ojiverde, bajó la mirada, sintiendo vergüenza. —Yo... Yo los vi muy ocupados y tuve pena de hablar de esto... Pensé que solo los estresaría más y no quise preocuparlos, no quise ser un estorbo en el plan. —Dijo, levantando la mirada.
—M, no importa cuan ocupados estemos, nosotros siempre vamos a tener tiempo para ti. —Aseguró la descendiente de Regina, haciendo un gesto con su mano para dejar de bloquear la puerta con su magia, luego volvió a tomar las manos de su chica. —No nos estresas, si nos preocupamos es porque nos importas mucho, eres nuestra mejor amiga. No eres un estorbo, M.
Carlos se separó de Jay para entonces avanzar hacia donde se encontraban las chicas.
—Ella tiene razón, ahora nuestra prioridad es que tú estés bien y hables de esto. —Dijo él, colocando una mano en su hombro. — ¿Desde hace cuánto sabes que esto podría pasarte y cuándo te sucedió por primera vez, Mal? —La interrogó, logrando que la joven volviera a bajar la mirada, sintiéndose más avergonzada que antes.
—A veces sentía que el dragón estaba cerca, pero eso se hizo más frecuente durante la boda de Ben y Rosie. —Comenzó a explicar la chica de cabello morado. —Pero ahora la presencia de esa bestia se incrementó y sentí que el dragón me poseía, estuve a punto de dejarme llevar por él sin importar a quien lastimaba. —Finalizó, así que el descendiente de Jafar se acercó al resto de su pandilla y depositó su mano en la espalda baja de Mal.
—Mal, pase lo que pase yo estaré contigo, también Carlos y Evie, no dejaremos que ese dragón te posea. —Afirmó el joven ladrón, sonriéndole para darle seguridad, luego se acercó al oído de la chica. —Y cuando tú domines al dragón haremos un equipazo juntos. —Murmuró, riéndose perversamente, contagiándole la risa a su mejor amiga.
—Ese casamiento sí que nos afectó. —Admitió la princesa malvada, quien relamió sus labios lentamente. —Hey, no vamos a dejar que te posea, estamos aquí para ti siempre. Lo controlarás, yo sé que puedes hacerlo.
—No te preocupes, M, si enloqueces te volveremos a la normalidad con la magia de Evie. —Añadió De Vil, mirándola con atención. —Cuando domines al dragón, podrás carbonizar a ese idiota. —Dicho esto, le guiñó el ojo de forma cómplice.
—No creo que Bestia se merezca una muerte rápida. —Exclamó la chica de cabello azul, encogiéndose de hombros, al oír aquel nombre los ojos de Mal volvieron a brillar.
—Yo le daré su merecido a ese bastardo, él morirá lenta y dolorosamente. —Habló Mal, imaginándose muchas maneras en las que podría torturarlo que la hicieron sonreír con malicia.
—Así se habla M, vas a dominar a ese dragón y lo vas a destruir. —Concordó el ladrón del grupo.
—Creo que alguien no aprendió su lección y va a terminar convertido en una bestia de nuevo. —Sugirió Evie, chasqueó los dedos para lograr que todos los vasos que habían usado aparecieran en las manos de cada uno. — ¿Brindamos por el fin de Auradon y que la última fase de la operación EVIE sea un éxito, además de que nadie impedirá que recuperemos lo que nos pertenece? —Propuso, alzando su bebida.
—Estoy muy orgulloso de ti, M. —Habló el hijo de Cruella, elevando su vaso. —Y por nuestra venganza.
—Yo también estoy orgullosa de nosotros, y del éxito que tendremos. —Comentó Mal, alzando su vaso junto a Jay. —Porque somos malos...
—De corazón.
♛♛♛
Audrey, Jane y Lonnie se encontraban reunidas en la habitación de la princesa de Auroria, pues habían organizado una pijamada... que acababa de arruinarse luego de ver el anuncio de Blancanieves en la televisión.
Benjamín Florian Beast estaba muerto. Y la culpable –según Adam– era Rosalinda.
— ¡Oh, Dios mío! —Exclamó la rubia, horrorizada, sintiéndose mareada. — ¡Chicas, vengan a ayudar a su reina! —Suplicó.
— ¡Oh no! —Murmuró la pequeña hada, apresurándose a sostener a su amiga. — ¡No te mueras tú también, idiota!
—No puede ser... —Habló la descendiente de Mulán, colocando una mano en la espalda baja de la hija de Aurora, frunció su ceño. — ¿Cómo que reina?
— ¡Soy la reina, obedece! —Gruñó la dueña de la habitación, arrugando la nariz.
—Si tú lo dices. —Exclamó la joven guerrera, sin estar muy convencida.
—Santo Dios, no puedo creerlo. Ben está muerto, ¡¿qué demonios paso?! —Gritó la rubia, escuchando como Blancanieves contaba que la reina había sido acusada y encarcelada cuando había regresado de la luna de miel, después comenzó a hablar sobre el funeral que se llevaría a cabo mañana y que al día siguiente se realizaría el juicio hacia Rosalinda. — ¡Imposible!
— ¡Yo que sé que sucedió, no dan detalles aún, pero tal vez pronto lo hagan! —Habló Jane, desesperada.
—No puede ser. —Exclamó Lonnie, pasando una mano por su cabello y mirando a las chicas. —Ustedes no creen que fue Rosie, ¿o si?
—Claro que Rosalinda no lo hizo. Ella no mataría a Ben y regresaría aquí, creo que nadie en su sano juicio de asesino haría eso. —Se apresuró a aclarar la princesa de Auroria. —Obviamente aquí hay alguien más detrás de todo este desastre. —Afirmó, colocando sus manos en sus caderas, no pudo evitar sonreír al pensar en Mal.
—Exacto, y supongo que las tres coincidimos en quienes son los responsables de esta catástrofe. —Aseguró la hija de Mulán. —Necesitamos hacer algo al respecto... antes de que muera a alguien más.
—Claro, por eso huiremos, para que no nos maten a nosotras. —Replicó la pequeña hada, haciendo una mueca. —Pero... ¿qué pasará con los demás?
—No sé que sucederá, pero algo bueno no será. —Exclamó Audrey, preocupada. —Sin embargo no podemos escapar ahora, los Beast pueden ser capaces de incriminarnos también por huir luego de la muerte de Ben. —Sugirió, tragó saliva con dificultad, nerviosa.
—Entonces quedémonos hasta el funeral de Ben, así también... podremos despedirnos de él. —Murmuró Lonnie, cuyos ojos estaban llenos de lágrimas. —Pero luego sí nos marcharemos, porque es obvio que Mal, Jay, Evie y Carlos irán tras de ti por haberles robado lo que sea que les arrebataste.
—Pero... si Rosie está en la cárcel, ¿los Beast asumirán el trono de nuevo? —Cuestionó Jane. —Porque está claro que no quieren que ella tenga la corona. —Puntualizó.
—No lo sé, probablemente sí asuman el poder otra vez. —Le dio la razón la rubia, indignada. —Seguramente los VK's acabarán con el reino, y lo peor es que no podemos hacer nada para evitarlo.
—Es evidente que los VKs no desean que Adam y Bella estén en el trono nuevamente, chicas. —Añadió la chica asiática, nerviosa.
— ¡No me recuerdes lo que me robé que aún ni lo he leído entero! —Gruñó Audrey, mirando a la joven guerrera. —Y no vamos a dejar que nos hagan daño, escaparemos y no nos verán más hasta un buen tiempo.
—Pues deberías hacerlo, tal vez encuentres algo que nos sirva. —Sugirió la hija de Mulán, quien suspiró hondo. —De hecho, podemos escondernos en la Isla y sí ellos abren la barrera, los atacaremos de sorpresa... Y probablemente terminemos muertas porque ellos son más que nosotras. —Finalizó, frustrada.
—Solo nos queda escapar... El día del juicio que le harán a Rosie, porque de todas maneras es un juicio cerrado, no podríamos entrar aunque quisiéramos. —Habló Jane, tímida.
—No tengo ganas de leer ese libro raro, y menos con la letra de Mal, a esa chica nadie le dio clases de caligrafía. —Masculló la princesa de Auroria, imaginándose a la hija de Maléfica escribiendo en aquellas páginas, la pequeña hada se rio al escuchar aquel comentario. —El día del juicio escaparemos de aquí sin duda alguna, y no los atacaremos, nos esconderemos en la Isla como villanas pero no lucharemos. Mal nos destrozaría si la enfrentamos.
—No creo que a los villanos les interese que sus descendientes aprendan sobre caligrafía. —Opinó la menor de las AKs.
— ¿¡Entonces somos cobardes e inútiles!? —Se quejó Lonnie, cruzándose de brazos, sintiéndose impotente. —Ugh, a ti de seguro te ha destrozado en la cama, ¿no?
—No somos cobardes, solo utilizamos las neuronas. —Replicó la rubia. — ¡No me faltes el respeto! ¡Ya hubieses querido que te hicieran lo que ella me hizo a mí! —Alzó la voz, apuntándole con el dedo, pero luego sonrió al volver a pensar en Mal y se mordió el labio inferior.
—Y yo quería pelear. —Masculló la joven guerrera, sobresaltándose cuando la dueña de habitación le gritó. — ¡No te falté el respeto! Y no quiero saber qué te hizo si reaccionas así.
— ¡Hey, no le grites a mí novia! —Le advirtió Jane, acercándose peligrosamente a la princesa de Auroria. —No queremos saber lo que haces al pensar en Mal.
— ¡Se callan las dos ahora! —Exigió Audrey. — ¡No sé con que vergüenza hablan si siempre me piden de hacer un trío! ¡Par de pervertidas! —Volvió a gritarles antes de dirigirse hacia su tocador.
—No tenemos vergüenza, sigo indignada porque nunca podemos hacerlo. —Se lamentó Lonnie, indignada.
— ¿Podemos volver a concentrarnos en lo importante? —Suplicó la pequeña hada.
—Jane tiene razón. —Le dio la razón la hija de la Bella Durmiente. —Vamos a lo importante.
—Gracias. —Murmuró la menor de las AKs, esbozando una sonrisa. —Empaquen poco, nos vamos a la Isla, no a un spa. No guarden nada que sea demasiado costoso, solo lleven lo básico, o nos reconocerán a pesar de que luzcamos como ellos.
—Y llevaremos armas de todas maneras. —Añadió su novia.
— ¡¿Tan rápido debo hacer las maletas?! —Chilló Audrey, sorprendida, caminó hacia su cama y se agachó para sacar unas maletas que guardaba debajo de la misma; las colocó encima de su cama y corrió hacia el tocador nuevamente. — ¡Primero debo maquillarme para lucir más hermosa y perfecta de que soy! Necesitaré mis labiales, me los llevaré si o si. —Exclamó mientras empezaba a sacar cosas de su tocador.
—Pues sí nena, nos vamos en dos días. —Murmuró Jane, como si fuera lo más obvio del mundo. —No, no creo que en la Isla tengan maquillaje, así que no lo hagas.
—Ayudémosla a hacer las maletas o arruinará todo el plan. —Sugirió Lonnie. —...y no es que este buscando una excusa para ver tus bragas.... Bueno, tal vez sí. —Dijo con sinceridad, recibiendo un golpe en el brazo por parte de su pareja.
—Lonnie pon las bragas rosadas de encaje, absolutamente todas, ¡y no se te olvide esa que tiene encajes negros que es especial! —Ordenó la rubia mientras comenzaba a tomar labiales, su amiga la obedeció y llevó su ropa interior hacia la cama para guardar las prendas en una maleta. —Solo me llevaré unos pintalabios... —Exclamó, pero cuando sus amigas estaban distraídas, escondió unos cuantos dentro de su ropa.
— ¿Crees que vas a tener sexo con todas las villanas de la Isla de los Perdidos para olvidarte de Mal? Te vas a llevar una sola maleta, nada más. —Habló la pequeña hada, caminando hacia su enorme armario para comenzar a sacar su ropa. —Audrey, ¿no tienes nada de cuero? Porque voy a tener que hechizar todo esto si quieres usarlo.
— ¿Y dónde vamos a vivir, específicamente? —Cuestionó la joven guerrera.
—Ya pensé en eso, en casa de mi padre. —Respondió Jane, guiñándoles el ojo.
—No voy a dejar que ninguna villana asquerosa me toque, ya me tocaré por lo que exijo tener un cuarto para mí sola como la reina que soy. —Replicó la rubia, guardando el maquillaje en su maleta cuando sus amigas no la veían. —Mi ropa es fashion, nada de cuero. —Aclaró con orgullo.
—Pero sí tú misma dejaste que Mal te tocara... ¿y qué crees que pasaría si mientras te estás tocando, tu suegra aparece por casualidad? —Dudó la pequeña hada, curiosa, refiriéndose a Maléfica. —Tu ropa fashion va a lograr que te maten, así que lo siento pero te necesito viva. —Dicho esto sacó su varita mágica y hechizó las prendas para luego guardarlas en la maleta.
— ¡Jane! ¡No vuelvas a decir eso nunca más! —Gritó Audrey, horrorizada, corrió hacia su cama y sacó el diario robado que había ocultado bajo su almohada para luego avanzar y meterlo en su maleta. — ¡Deja mi ropa fashion! ¡Me la llevaré sí o sí!
—Solo te advierto que ella visitó a mí padre últimamente, así que... Puede pasar. —Dijo la descendiente del hada madrina, encogiéndose de hombros. — ¡Pero tu ropa fashion grita "soy una princesa de Auradon, vengan por mí"! —Protestó.
—Hey, ese no es tu diario. —Exclamó Lonnie al verla guardar aquel objeto.
— ¡Santísimo Jesucristo Jane! ¡No quiero ver a la madre de Mal! ¿¡Y si esa bruja gótica es más caliente que la hija!? ¡No voy a estar cerca de esa mujer! —Alzó la voz la rubia, negando con la cabeza. —Este no es mi diario, es... Otro diario.
— ¿¡Cómo puedes pensar en hacer eso con tu suegra!? ¡Maléfica te mandaría al infierno si te descubre! —Gritó la menor de las AKs, traumada y asqueada. — ¡Audrey Rose, no puedes pensar en eso!
—Deja que Maléfica intente lo que quiera conmigo, yo sé muy bien que entre ella y mi madre hubo algo. —Habló la dueña de la habitación, poniéndose la mano en la barbilla, simulando que estaba pensando. —Yo sabía que mi lesbianismo había sido hereditario.
— ¿Ah sí? ¿Y podemos leer el diario? —Pidió la hija de Mulán, quien solo estaba siendo cortés, así que caminó hacia la maleta y lo sacó de la misma para abrir el libro y comenzar a verlo. — ¿Y dónde empieza lo interesante? Por ahora solo veo páginas en blanco.
—Es de Mal y ya te dije que escribe raro. —Aclaró Audrey, sin darle demasiada importancia a aquel objeto.
—Es que... Literalmente no hay nada en las primeras 20 páginas, ¿no es raro? —Dijo la joven guerrera, recostándose en la cama de la rubia para comenzar a leer alguna página en la que la villana había escrito.
— ¿Y jamás le preguntaste a tu madre sobre eso? —Cuestionó Jane, intrigada, mientras tomaba varios zapatos. — ¿Cuáles te guardo?
—Nunca le hablé de eso porque no quería hacerla pasar por el amargo momento de tener que decir: "Maléfica literalmente me violó", por lo que no le pregunté. Pero es obvio que ellas dos tuvieron algo... Y lo sé porque escuché a mi abuela una vez hablando cosas raras —Confesó la princesa de Auroria, sentándose en la cama. —Mete todos, no dejaré ni un par. —Demandó.
— ¿Y si le preguntas cuando tú abuela no esté cerca? —Sugirió la pequeña hada, luego hizo una mueca. — ¿Qué cosas raras específicamente? —Continuó interrogándola, obedeciendo a su amiga, sin decir que creía que llevaba mucho calzado.
—Jane, no seas indiscreta, esas cosas no se preguntan. —La regañó Lonnie. —Pero... ¿crees que Mal sería capaz de hacerte eso alguna vez? —Cuestionó luego de haber leído un par de páginas, cerró el diario ya que no quería continuar leyendo.
—Mi abuela estaba protestándole a mi mamá porque aún después de que Maléfica la pusiera bajo un maleficio por dieciséis años, mi mamá dejaba que la villana le diera "calorcito". —Explicó Audrey, haciendo comillas con sus dedos y arrugando la nariz para luego mirar a la hija de Mulán. — ¿Que si Mal podría violarme?
—Ok... Creo que te va a hacer bien alejarte por un tiempo de tu familia. —Susurró Jane, incómoda, tomó asiento al lado de su novia y la rodeó con sus brazos al percatars de que lucía extraña. — ¿Qué pasa, Lo? —Dudó, preocupada.
—Solo era una pregunta tonta, ya sabes lo que dicen, de tal madre, tal hija... —Se excusó la chica asiática para luego observar a su pareja. —Nada, mi hadita hermosa. Pero creo que Audrey debería devolver el diario, tal vez Mal ni se dio cuenta de que no lo tiene.
— ¿Me vas a decir que leíste o tengo que averiguarlo yo misma, Lonnie? —La desafió la rubia, frunciendo su ceño.
—No leí nada porque no entiendo su letra, fin del asunto, no tiene sentido que intentes leerlo porque tú tampoco lo comprenderás. —Mintió la joven guerrera, alejando el diario de la princesa de Auroria.
—Dame ese diario ahora mismo, Lonnie, no quiero tener que quitártelo. —Gruñó la dueña de la habitación, extendiendo una mano hacia ella.
— ¿Estas amenazándome? —Dudó la susodicha, elevando una ceja. —No te voy a dar nada.
—No puedo creer que se peleen por un libro. —Dijo Jane. —Audrey, si le haces daño te convierto en una gata. —Le advirtió seriamente.
—Lo voy a repetir por última vez, dame ese diario ahora. —Exigió la rubia, apretando los dientes debido al enojo que sentía.
—Voy a oponerme por última vez, no. —Afirmó Lonnie, segura.
—Audrey... —Insistió la pequeña hada.
— ¿¡Y quién te crees tú para decidir si darme ese diario o no?! ¿¡Acaso es tuyo!? ¡No lo es! —Gritó la hija de la Bella Durmiente. — ¡Tú insististe en tomarlo sin permiso de mi maleta! ¡Ahora me lo vas a devolver porque tengo todo el derecho del mundo a que lo pongas en su lugar!
—Mal podría decirte exactamente lo mismo. —Respondió la joven guerrera con tranquilidad y observó sus uñas, ignorando sus gritos, pero era consciente de que ella no dejaría de molestarla así que se lo entregó. —Listo, y deja de gritar. —Dijo, fastidiada.
—Pero ella no está aquí, y ahora mismo voy a leer que tanto hay escrito en esta mierda como para que te pusieras tan extraña. —Dijo Audrey. —A ver que misterio guarda esta basura. —Murmuró, acostándose en la cama y abriendo el diario para empezar a leerlo, encontrándose con hojas que hablaban sobre Carter.
—Que conste que te advertí que es una mala idea que lo hagas pero eres tan terca que no quisiste escucharme. —Protestó Lonnie, moviéndose para darle la espalda, pues no quería observar la reacción de su amiga en cuanto leyera el diario.
—Esta pendeja tiene que desaparecer de la faz de la tierra. —Gruñó la rubia, quien siguió leyendo los párrafos, apretando los dientes con enojo.
— ¡Audrey! No digas esas cosas. —La regañó Jane, quien comenzó a acariciar el cabello de su novia para tranquilizarla.
— ¿Mal escribió de mi aquí? —Cuestionó la princesa de Auroria cuando llegó a una parte interesante de su lectura.
—S-sí... —Tartamudeó la hija de Mulán, incómoda.
— ¿Qué escribió Mal sobre ti? —Inquirió la pequeña hada, observándola, expectante.
— "Querido diario del demonio, hoy estuve en la fiesta del día de la familia, nunca estuve en una celebración tan tediosa como la que tuve hoy, el padre de Carter se dedicó a decirme horrores y estupideces, no sé de dónde salió la hija buenísima que tiene". —Ella comenzó a leer en voz alta, odiando lo que estaba leyendo. —Tuve un ataque de ansiedad y una princesa primorosa llamada Audrey me sacó a rastras de la fiesta, tremenda suerte que tuve porque la rubia está buenísima, pero lo de buena lo tiene de curiosa porque no paró de preguntarme sobre mi madre en toda la maldita conversación". —Dejó de leer y levantó la vista hacia sus amigas, dispuesta a pasar la página para leer lo que seguía.
—Mal tiene razón, Carter está buenísima. —Concordó Jane, recibiendo un codazo por parte de su novia, quien estaba celosa. — ¿Le preguntaste por su madre? ¿Y cómo fue que terminaron besándose? Hasta ahora, no hay nada tan malo...
—Cállate y déjala seguir leyendo. —Intervino la joven guerrera.
—"La rubia esa me colmó la paciencia varias veces, lo admito, pero es que estaba tan buena que no pude evitar querer tener sexo con ella así que con una miradita la dejé boba y le subí la temperatura corporal y la hice caer en mis manos, hasta le dije el nombre de mi madre, ¿puedes creer que la rubia es la hija de Aurora? Pero lo mejor no fue eso, sino que besé a Audrey justo cuando apareció Carter, ¡que suerte la mía, diario! ¡Ahora voy a darle celos a Carter con la rubia durmiente! Soy perversa, lo sé." —Dijo la princesa de Auroria, sintiendo como la furia corría por sus venas tras leer eso. —La rubia y yo acordamos que tendríamos sexo durante esa misma noche, y la verdad que me impacienté porque ese culo que tiene ella me tiene babeando, esa rubia va a ser una pieza genial para darle celos a Carter" —Terminó de leer y pasó la página, enojada.
—Ok, con solo escuchar eso, te digo que debes alejarte de ella. —La aconsejó Jane, mordió su labio inferior. —Pero sí te quiere para darle celos a Carter, entonces te necesita, eso significa que no va a destruirte.
—Al menos... No todavía. —Añadió Lonnie.
— "Pero mi paz es más efímera que la paciencia de mi madre, oh si diario, me creo una escritora poniendo frases hermosas, pero el mayor problema llegó cuando Carter comenzó a decir que yo lo había arruinado todo, agh, de cierta manera dolió y bastante, ¡pero es que yo quería tener sexo con Audrey! Admito que cuando Carter se enoja se ve magníficamente sensual, me dieron unas ganas de agarrarla del cabello y arrastrarla hasta el cuarto y hacerla mía, agh, que lástima que no pude. Pero mi desgracia empeoró, ¡con Evie! ¿Qué tengo yo para que estas mujeres me jodan tanto la vida? ¡Evie estaba sufriendo un ataque de locura y se atrevió a decir que yo le contaría a la rubia durmiente el plan ultra secreto y perfecto! Eso solo se le ocurre a esa princesa malvada, ni que yo fuera a revelar nuestra operación secreta a la rubia estúpida que solo quiero para tener sexo y dar celos a Carter, Evie realmente es estúpida". —Prosiguió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas al leer esas palabras. — "Tuve una discusión intensa con mi mejor amiga, pero nos reconciliamos porque ella no puede vivir sin su dragón, Evie me ama, yo lo sé. También tuve que soportar las escenas de Carlos y Jay queriéndose tocar... Si Cruella y Jafar se enteran creo que mis amigos correrán un gran peligro. Ah, pero lo mejor de hoy es que hace unos minutos tuve sexo con la rubia durmiente, ¡no puedes imaginar la felicidad que tengo en este momento, diario! ¡Y lo mejor de todo es que hasta me dejó marcas en el cuello las cuales presumiré ante Carter! Evie se queja de que tuve sexo con la rubia, pero tengo que admitir que esa Audrey tiene un olor delicioso, de tan solo pensarlo me dan ganas de volver a tener sexo con ella, aunque sé que eso pasará muy poco pues a penas se cumpla la operación EVIE esa rubia durmiente va a descansar por mil años y nadie la va a despertar, claramente yo no lo haré porque si esa rubia se cree que me voy a enamorar está muy equivocada. Espero que mi madre no se entere de que me acosté con la hija de Aurora porque si lo descubre me va a dar muchos golpes, ¡pero que no se haga la santa, diario! ¡Yo sé muy bien que ella se violó a Aurorita! ¡A mi Maléfica no me engaña! En fin, espero que Evie deje de pelear porque tuve sexo con la rubia... Yo creo que la adicta a la pintura facial y a las manzanas (pero más al trasero de Rosie) también está celosa de la rubia, esta Audrey no sabe en el lío que se metió, ahora voy a dormir que tengo que aprovechar que Evie me dejó sola por irse con Carlos y Jay a hacer parte del plan. Al fin tengo un poco de paz." —Terminó de leer en voz alta y empezó a llorar sin poder evitarlo.
—Te dije que no lo leyeras. —Susurró la hija de Mulán, dándose la vuelta cuando la escuchó llorar, por lo tanto ella y su novia la rodearon con sus brazos. —No te merece y lo sabes, no merece tus lágrimas.
—Aún así, desahógate todo lo que quieras. —Añadió la pequeña hada.
— ¡Suéltenme ambas! ¡Váyanse de mi habitación ahora mismo! —Gritó la rubia, entre sollozos. — ¡No quiero su maldita lástima! —Exclamó, destrozada.
—Pero... —Empezó a hablar Jane.
—Déjala amor, necesita desahogarse y si no quiere que sus amigas estén con ella, hay que respetar su decisión. —La interrumpió su novia, tomándola de la mano y bajando de la cama junto a ella, entonces Lonnie se volteó para mirarla por última vez. —Pero que conste que te lo dije.
—Y para que lo sepas, no te tenemos lástima, nos preocupamos por ti porque nos importas. —Murmuró la descendiente del hada madrina para luego retirarse junto a su chica dando un fuerte portazo.
Auradon había comenzado a sufrir... pero no tenían idea de que lo peor aún no había llegado.
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