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Capítulo 8: ❝Bodas & Coronaciones❞ [Parte 3]

— ¡¿A la Isla?! —Repitió la descendiente de Mulán, incrédula.

— ¡Estas loca! —La acusó la chica de ojos celestes. — ¡No podemos ir ahí, es una pésima idea, nos matarán! —Se quejó, arrugando la nariz.

— ¿Estas embrujada? —Preguntó la joven guerrera, luego dirigió su mirada hacia su pareja. — ¡Jane, quítale el hechizo que Mal le hizo a Audrey ahora! —Suplicó, la vio asentir y sacar su artefacto mágico de su bolso para luego apuntar con el mismo a la rubia.

— ¡Por las palabras que odié, el hechizo de Mal te quitaré! —La pequeña hada recitó el encantamiento y la rubia quiso abalanzarse sobre la menor para golpearla pero Lonnie la tomó para separarla. —Si no funcionó... es porque no está hechizada.

— ¡No estoy hechizada! —Gritó bastante alto la princesa de Auroria. — ¡¿Y dónde más se supone que iremos?! ¡Da ideas si tanto quieres criticar la mía! —La desafió, indignada.

— ¡Cálmate Audrey, no quiero tener que darte un golpe por estar amenazando a mi querida novia! —Exigió la hija de Mulán, seria.

— ¡Existía la posibilidad de que lo estuvieras! —Se defendió la chica de ojos azules, guardando nuevamente su varita mágica en su bolso, mientras pensaba en otra solución menos drástica. — ¡Pues no lo sé! Lejos, muy lejos de aquí.

— ¡Maldición! ¡Estoy metida en un gran problema! —Alzó la voz la chica de vestido rosado, llevándose las manos a la cabeza y comenzando a caminar alrededor de sus mejores amigas.

—Tranquilízate, princesa. —Habló la joven guerrera con un tono cariñoso. —Pensemos bien las cosas. ¿A dónde podríamos escapar? Solamente la Isla es la respuesta, no creo que lleguemos a otro reino nosotras solas, ¡quiero luchar y conocer el mundo! ¡Volveré y luego le enseñaré a mi madre todo lo que logre! —Añadió con entusiasmo.

— ¡Lonnie! ¡Deja de emocionarte, mierda! —Masculló la rubia, desesperándose aún más. —La única solución que veo es ir a esa maldita Isla.

— ¡Ya cállense las dos! —Intervino Jane, cruzándose de brazos, ya estaba harta de oírlas hablar tanto. — ¡Bien, ustedes ganan! Nos vamos a ir a la Isla, pero no podemos irnos ahora, eso sería sospechoso. Tenemos que esperar a que sea el momento indicado.

— ¡Lo logramos, Audrey! —Gritó la descendiente de Mulán, tomando las manos de la princesa de Auroria, emocionada porque conocería un lugar nuevo.

—Lonnie, yo no quiero irme allí, ¿sabes? —Exclamó su mejor amiga, seria. —Creo que es la única opción, además de que no soy compatible con los villanos. —Añadió, haciendo una mueca de asco.

—Apoyo a Audrey en esto, yo tampoco deseo irme de aquí, pero... es la única opción que tenemos. Aún así, espero que podamos volver algún día. —Dijo la pequeña hada, suspiró hondo. —Eso se puede arreglar, nos puedo hechizar para que nos parezcamos y actuemos como unas perras... cuando el momento lo requiera.

— ¡¿Por qué no me dijiste que podías hechizarme para lucir como perra?! —Alzó la voz la hija de Aurora, pensando en cómo sería lucir como una villana para Mal.

—Porque nunca me lo pediste. —Respondió la chica de ojos azules con un tono inocente.

— ¿Estás fantaseando con Mal? —Inquirió la joven guerrera, dándose cuenta de que la rubia estaba perdida en sus pensamientos.

—Vas a tener que contarnos como es que te acercaste tanto a ella, pero será después porque deberíamos entrar ya. —Masculló Jane, quien se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el interior del palacio, siendo seguida por las chicas de Auradon.

  Mientras tanto, Carter caminaba por el salón principal mientras pensaba en la disculpa que le daría a la hija de Maléfica, cuando visualizó a la villana cerca de una de las mesas; alimentándose de forma extraña por lo tanto decide acercarse de manera silenciosa.

—Evie, ya te dije que me dejes en paz y que voy a comer lo que quiera, si no te gusta no me hubieras obligado a venir. —Protestó la chica de cabello morado cuando escuchó el sonido de unos tacones aproximándose a ella, pero estaba muy ocupada ingiriendo bocadillos como hacía cuando estaba por tener un ataque de ansiedad, por lo tanto no se dio vuelta y se sirvió una copa llena de alcohol para entonces bebérsela.

 La chica de Luisiana elevó ambas cejas y no pudo evitar sonreír ante la manera graciosa en la que Mal actuaba, sintió ganas de abrazarla pero se contuvo.

—No soy Evie. —Replicó la agente del PPP, transformando su semblante en uno más serio, vio como la villana dejó caer al suelo la fresa a la que acababa de ponerle chocolate debido a que definitivamente no esperaba que Carter le dirigiera la palabra.

— ¡Yo no fui! —Se excusó velozmente antes de arrodillarse para recogerla, dándole una buena vista de su trasero a la recién llegada quien la observó de la manera más descarada posible y quiso tocarlo pero se forzó a sí misma a reprimir aquel impulso de idiotez, la ojiverde tomó la fresa y se la comió para luego incorporarse y darse vuelta lentamente. —Hola... —Murmuró la hija de Maléfica, tan nerviosa que no supo que más decir, así que tomó otra fresa y se la metió en la boca.

—Hola Mal. —Contestó la Consejera Real de Rosie, tomando la mano de la chica de la que estaba enamorada para estrecharla, cosa que la última hizo a pesar de lo incómoda que se sentía y rompió el contacto velozmente; pues temía herirla de nuevo.

—Yo... no creí que volverías a hablarme, t-tal vez eso sea lo mejor para las dos... pero más para ti. —Susurró la joven de la Isla, comiendo una fresa más, ensuciándose los labios de chocolate; pero no le importó e ingirió una más. —Estuve pensando mucho después de lo que pasó y... tu padre tiene razón, soy mala para ti. —Admitió, apartando la mirada hacia la mesa, en donde llenó su copa de alcohol y se la bebió de un sorbo; ya ni recordaba cuanto había tomado pero eso tampoco le interesaba. Carter suspiró hondo al notar el comportamiento de la chica a la que había rescatado.

—Sé que lo mejor sería que él no nos viera... Quiero decir, que tuviéramos una distancia de por medio. —Se corrigió la prima de Alex Russo, bajando la mirada. —Pero estoy aquí por otra cosa. —Dicho esto, se armó de valor para observar a los ojos a la chica que tenía en frente.

—El mayor Mason debe estar con R-Rosie ahora, ella me dijo que sería él quien la llevaría al altar, y y-yo... n-no quiero meterte en p-problemas. —Tartamudeó la Princesa del Inframundo, más nerviosa que antes, volvió a comer otra fresa. — ¿A qué te refieres?

—Vine a disculparme por algo. —Habló Carter. —Yo te juzgué, te dije cosas horribles y ahora me arrepiento de haberlo hecho, te acusé de hurtar algo que realmente no robaste y por eso quiero pedirte perdón porque sé que no fuiste tú quien lo hizo. —Dijo y se mordió el labio inferior, pues los nervios también se estaban apoderando de ella.

  La ojiverde suspiró hondo, intentando concentrarse en las palabras que salían de la boca de la chica a la que amaba, pero no podía hacerlo porque algo se lo impedía.

 «Mal... Mal... No te resistas, mi pequeña Bestia». Ella comenzó a oír una voz en su cabeza, que le resultaba familiar, pero no podía reconocerla. «Mal, vas a ceder... Mal, no puedes negar quien eres ».

  De repente los recuerdos de la morocha teniendo un ataque de ansiedad por su culpa invadieron su mente, Mal apretó los puños, odiándose a sí misma por hacerle tanto daño.

—No t-tienes que hacer... e-esto. —Tartamudeó la hija de Maléfica, intentando respirar hondo para calmarse, pero eso no funcionó pues el sonido de aquella molesta voz en su cabeza seguía presente pero ahora la escuchaba más fuerte y eso era insoportablemente molesto. «Mal... Sabes que eres un monstruo. Mal, no vas a ganar. Mal... Mal... No luches contra mí porque perderás». —E-entiendo por qué lo hiciste. S-sabes de dónde v-vengo, sabes que... que yo... s-soy un m-monstruo. —Prosiguió con dificultad, en ese preciso momento sus ojos adquieren un brillo verde oscuro bastante intenso y ella se apresura a cerrarlos, asustada. Cuando los abrió, sus ojos ya habían regresado a la normalidad, así que miró a su alrededor con la esperanza de localizar a su mejor amigo; pero no lo encontró.

 Cuando Carter la oyó murmurar el nombre del descendiente de Jafar de manera desesperada, no tardó en darse cuenta de que la chica de cabello morado estaba teniendo un ataque de ansiedad.

—Tranquila, dragoncita, estoy aquí. —Aseguró la Consejera Real de Rosie, colocando sus manos sobre los hombros de la villana, mientras ella seguía oyendo la voz en su cabeza: «Cederás y acabaré contigo desde adentro, Mal». —Lo siento, nunca debí decir que eras un monstruo, perdóname. —Se lamentó la joven, la abrazó y sus ojos se llenaron de lágrimas, pero se obligó a sí misma a no llorar cuando la ojiverde claramente la estaba pasando mucho peor que ella.

— ¡No me toques! —Gritó la chica de la Isla, sintiendo temor. «No puedes huir de tu destino, nadie puede salvarte, Mal». —Carter... N-no puedo hacer esto... no ahora. Ya te lastimé y lo voy a seguir haciendo, no puedo evitarlo, me odio por eso. —Pidió mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas y ella comenzaba a temblar al oír esa voz que la atormentaba: «Ríndete ya, mi pequeña Bestia».

—S-suéltame, n-no quiero herirte más. —Suplicó la chica de cabello morado, por lo tanto la hija del mayor Mason la obedeció. —J-Jay, ¿dónde e-estas, idiota? —Susurró, volviendo a buscar al VK con la mirada, pero él no estaba por ninguna parte.

  «Sé el monstruo que todos saben que eres». Demandó la voz en la cabeza de la ojiverde.

—Entiendo, Mal. Solo vine a pedirte las disculpas que merecías y a despedirme de ti. En fin, lo siento por todo. —Habló la agente del PPP, arrepintiéndose por haber intentado ayudarla en un momento de crisis, una lágrima cayó por su mejilla pero se apresuró a deshacerse de ella y volvió a observar a la villana. —Que seas muy feliz siempre, dragoncita. —Añadió antes de darse la vuelta y comenzar a alejarse de ella, destrozada.

—N-no, n-no es eso a lo que m-me refería... —Replicó Mal, desesperándose aún más cuando ella se separó, seguía temblando y ahora sudaba mientras que no podía dejar de oír esa molesta voz: «Mal, no te desharás de mí jamás». — ¡Carter, vuelve a mí, por favor no me dejes! —Sollozó angustiada, sus ojos volvieron a brillar tanto que su cabeza comenzó a dolerle.

 Dándole la razón a la voz en su cabeza, se sostuvo de la mesa, sabiendo que nadie vendría a salvarla. Pero de todas maneras continuó buscando a los VKs con la mirada, pero había demasiada gente a su alrededor y la salida principal estaba demasiado lejos. No creía poder llegar afuera sin desmayarse.

—N-no puedo seguir con esto... —Murmuró la chica de cabello morado, mientras la voz le seguía hablando. «Voy a destrozarte, Mal, no hay nada que puedas hacer para evitarlo». — ¡Jay! Por Lucifer, voy a carbonizar a ese imbécil si no aparece. —Gritó, sosteniéndose de la mesa con más fuerza mientras sus ojos brillaron más debido al enojo y la impotencia que sentía en ese preciso momento.

— ¡Mal! —Oyó la voz de su mejor amigo, quien apareció entre la multitud y se acercó a ella, preocupado. — ¿¡Estas bien!?

— ¡Estoy perfecta, ladrón pervertido! —Gruñó la hija de Maléfica, con los ojos llenos de lágrimas. —Estoy conversando con la mesa, ¿¡tú qué crees!? —Le recriminó, indignada.

—Voy a culpar a la ansiedad de tu mal carácter y a ignorar tu mala predisposición a recibir ayuda. —Dijo el chico de cabello largo, tomándola de la cintura y pasando uno de sus brazos por sus hombros. —Estas a salvo conmigo, M, ¿verdad?

—N-no...—Se opuso la Princesa del Inframundo, negando con la cabeza cuando sus ojos brillaron más intensamente mientras la voz en su cabeza la llamaba por su nombre sin cesar. —S-sácame de aquí, siento que e-es distinto esta vez. —Pidió ella, sintiendo como un escalofrío recorría su espalda. Vio como el mayor asentía y comenzaba a guiarla hacia la salida, esquivando a toda la gente.

  « Mal... »

 Los dos villanos corrieron hacia la puerta principal como si sus vidas dependiera de ello.

  « Mal, sé que me oyes...»

 La muchacha cayó de rodillas al suelo, sin dejar de llorar.

  «Mal, deja de resistirte...»

—Jay, no podemos hacer esto, Carter... nunca nos lo perdonará. —Sollozó la VK, temblando aún más al oír esa voz en su cabeza, refiriéndose al plan que habían ideado hace semanas. —Y y-yo... no quiero herirla más.

  «Ella se merece que le hagas daño, Mal »

— ¿De qué hablas, M? —Preguntó su mejor amigo, confundido, mientras se arrodillaba a su lado y la rodeaba con sus brazos para hacerle saber que no estaba sola en esto.

 «Carter es tu debilidad, debes destruirla, mi pequeña Bestia »

—E-ella tuvo... un ataque de ansiedad porque yo p-perdí su diario... fue mi culpa y no dejo de alejarla de mí porque soy un monstruo, pero lo único que quiero es tenerla cerca de mí siempre. —Explicó la ojiverde entre sollozos, aferrándose a su mejor amigo con fuerza mientras observaba hacia el suelo. —No puedo hacerle más daño. —Se opuso, negando con la cabeza, ignorando que de repente ambos chicos de la Isla estaban siendo rodeados por humo de color morado.

  «Mal, vas a ceder ante mí ».

— ¿Mal? —Susurró el joven ladrón, percatándose de aquella extraña situación y frunciendo su ceño al no comprender qué demonios estaba sucediendo. — ¡Mal!

 «Mal... »

— ¿No ves que estoy rota, Jay? —Volvió a sollozar la chica de cabello morado, cuyos ojos volvieron a brillar intensamente mientras el humo continuaba rodeándolos cada vez más rápido. — ¿¡Qué!? —Gritó y levantó la mirada, quedando sorprendida por lo que sucedía a su alrededor.

  «Vas a caer, Mal... »

— ¡No! ¡No va a pasar! ¡Basta ya! ¡Es suficiente! —Sentenció la chica de la Isla, en ese instante sus ojos dejaron de brillar y aquel humo desapareció. —Eso fue muy raro...

 El descendiente de Jafar la observaba sorprendido, con la boca abierta.

— ¿Qué... qué mierda sucedió? —Murmuró, él, shockeado. Mal suspiró hondo, nerviosa, pues jamás había hablado de eso con alguien.

—Yo... No sabía que podía hacer eso. —Admitió la hija de Maléfica, colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja. —Estaba por tener un ataque de ansiedad cuando Carter apareció, vino a disculparse por llamarme ladrona por ese estúpido diario, pero vio lo que estaba pasándome y quiso ayudarme pero no la dejé porque temo herirla; entonces se fue y me encontraste... Pero yo sé que esta vez fue diferente a las demás, hoy sentí... que el dragón dentro de mí... quería salir, Jay. —Explicó, le era difícil contarlo por el miedo que sentía. Su mejor amigo se apartó de ella lentamente, procesando sus palabras.

— ¿Crees que puedas ser un dragón como tu madre? —Inquirió el chico de cabello largo, alzando una ceja, provocando que la chica soltara una carcajada sin gracia.

—No lo creo, lo sé. Mamá siempre decía: "Cuando me saques de aquí, con la fuerza de tu dragón interior, nos desharemos de Aurora y su familia; de todo lo que es bueno y hermoso, recuperaremos el Ojo de Dragón y crearemos un nuevo mundo. Seremos las Emperatrices del Mal, mí pequeña Bestia. Y cuando ese día llegue, no antes ni después, por fin estaré orgullosa de ti." —Afirmó Mal, quien –a pesar de todo lo que había sufrido en su hogar por culpa de su progenitora– extrañaba a Maléfica. —Pero en la Isla, mi magia no funcionaba, así que lo olvidé. La ansiedad bloqueaba mis poderes, hasta el día de hoy. Ahora, mi magia se está descontrolando.

—Te imagino siendo un dragón y carbonizando Auradon, ¡gobernaremos todo sin restricciones, M! —Gritó Jay, emocionado al pensar en lo que podrían hacer juntos.

—Al único que voy a carbonizar serás tú si me vuelves a dejar sola cuando más te necesito. Y hablando del tema, ¿me puedes contar en dónde ruecas endemoniadas te habías metido? —Le gruñó la chica que lo acompañaba, dándole un golpe en el pecho. Luego hizo una mueca, pues tenía motivos para estar preocupada. —Hay... un pequeño problema con respecto a mis poderes. —Susurró, nerviosa.

—Estaba en el baño, ¡me dio un terrible dolor de estómago! —Respondió el moreno, encogiéndose de hombros. — ¿Cuál es el problema, dragona loca?

—Eso te pasa por comer mucho con Carlos. —Exclamó la chica de cabello morado, ladeando la cabeza. —Mi magia está aumentando pero, a medida que lo hace, es más difícil contenerla. Y... tener que reprimirla es agotador, además de que no sé cómo controlarla, entonces algunas veces mis poderes no funcionan. Como... La semana pasada, cuando quise hipnotizar a Carter y no logré hacerlo porque estaba muy enojada. Y no quiero herirte a ti, a Carlos o a Evie por accidente... así que creo que los usaré cuando sea completamente necesario. —Admitió, haciendo una mueca.

—Es una lástima, yo quería luchar al lado de un dragón, porque recuerdo que tu madre nos contaba sobre como se convirtió en esa bestia para destruir al estúpido de Felipe y siempre pensé que eso es genial. —Se lamentó el ladrón del grupo, suspiró decepcionado, pero sabía que su mejor amiga estaba haciendo lo que creía que era mejor –y más seguro– para ella ya que eso era lo importante. Dirigió la mirada hacia ella y le sonrió. —Sé que a nosotros jamás nos lastimarías, M.

—Tal vez lo hagas algún día, quiero decir, sí mañana las cosas se salen de nuestro control... probablemente deba transformarme. Sí, yo también pienso que es genial, pero es muy agotador. Además de que reprimirlo me cansa mucho y me da muchísima hambre. —Sugirió la ojiverde para luego reírse de sí misma. —Sé que a ustedes no los lastimaría a propósito, pero no quiero arriesgarme antes de tiempo, pero mañana... Todo esto será nuestro. —Murmuró aquellas últimas palabras, esbozando una sonrisa llena de malicia.

—Claro, Mal. —Concordó Jay.

—Imagínate: tú, siendo un gran hechicero con el cetro de tu padre, tal vez siendo un genio, y yo convertida en dragón atemorizando a todos, Evie usando su magia y Carlos sosteniendo la lámpara porque ahora es tu dueño... Es un futuro prometedor. —Dijo la Princesa del Inframundo, entusiasmada.

—Somos malos...—Susurró el hijo de Jafar, alzando su puño hacia delante. Su mejor amiga imitó su acción.

—...de corazón. —Respondió Mal. —Deberíamos volver adentro del castillo, no queremos perdernos la boda, ¿o si?

—Es verdad. —Accedió él, levantándose del césped y ofreciéndole su mano para ayudarla a incorporarse, la joven la tomó y se levantó. —Vamos, mi hermanita dragona.

—Ah, y Jay... —Comenzó a hablar la chica de cabello morado mientras ambos caminaban hacia la entrada del palacio. —...aléjame del alcohol o verás una dragona borracha escupiendo fuego.

 Y así ambos VKs ingresaron de nuevo al castillo y regresaron al salón principal, en donde el gran evento real estaba por comenzar.

  Unos minutos después, la música que indicaba la entrada de la novia comenzó a sonar, todos los invitados se incorporaron de sus asientos y las puertas fueron abiertas. Rosie comenzó a caminar por el pasillo, estando acompañada por el mayor Mason, mientras todos los miraban.

 Lamentablemente para ella, llegaron al altar más rápido de lo que la joven había pensado y el padre de Carter la dejó con Ben, el hada madrina, Bella & Adam.

  La joven de Costa Luna miró a su Consejera Real, quien estaba en la primera fila del lado izquierdo junto a su progenitor, sus amigas y la ex reina Sophia, luego dirigió su vista hacia Mal, Jay, Evie y Carlos; quienes estaban en la primera fila del lado derecho. Le sonrió a la chica que amaba, pero la última se mantenía seria.

—Pueden sentarse. —Habló la madre de Jane, los invitados la obedecieron. —Estamos aquí reunidos para concretar la unión entre dos amantes y dos países, así que vamos a comenzar con los votos matrimoniales. —Dijo para entonces observar al príncipe de Auradon, esperando a que él hablara, mientras que la chica de Luisiana se acercó hacia ellos para entregarles los anillos a la pareja real; quien los tomó y la dama de honor regresó a su asiento.

—Rosalinda Marie, acepto cuidarte, respetarte; honrarte y amarte tanto en la salud como en la enfermedad hasta que la muerte nos separe. —Exclamó el castaño, mirando los ojos de la chica que tenía en frente con una expresión seria, para luego colocar el anillo en su dedo y besar el dorso de su mano porque sabe que a ella le molesta ese gesto.

—Benjamín Florian, acepto cuidarte, respetarte; honrarte y amarte, tanto en la salud como en la enfermedad hasta que la muerte nos separe. —Aseguró la futura gobernante de Auradon, mirándolo con desprecio porque odia que la llamen por su segundo nombre, cuando él besó el dorso de su mano ella desvió la mirada hacia la descendiente de Regina; quien había tomado la mano de su mejor amiga.

—Puedo carbonizarlo ahora sí así lo deseas. —Sugirió Mal en el oído de su compañera de cuarto, pero la princesa malvada negó con la cabeza.

— ¿Hay alguien que esté dispuesto a oponerse a la unión de estos dos amantes? ¡Si es así, que hable ahora o calle para siempre! —Exigió el hada madrina.

 La joven en el altar no dejaba de observar a la villana, pidiéndole silenciosamente que gritara, que se opusiera, que la sacara de ahí... pero sabía que si ella lo hacía, probablemente Ben iría tras ellas.

  La princesa malvada apretó los labios, deseando –por una vez en su vida– confesarle su amor delante de todo el mundo, pero no podía.

 La morocha regresó su mirada hacia el príncipe de Auradon, sabiendo que Evie haría lo correcto.

  No hablaría. Se quedaría callada, porque así era como las cosas debían ser.

 Pero Rosalinda lucharía por ambas. Por lo que era correcto. Por su pueblo, por su amor.

  Sería la reina y todos la escucharían porque ya no iba a permanecer callada.

— ¡Entonces los declaro marido y mujer! —Sentenció la mujer para luego mirar a su futuro rey. —Puedes besar a la novia. —Añadió, entonces él la tomó por la cintura y acercó su rostro al de ella.

—Lo lamento, Marie. —Murmuró antes de unir sus labios en un beso que confirmara su unión.

—No te atrevas a mentirme en la cara, Florian. —Le susurró la reina de Costa Luna para luego corresponder a su beso.

—Iré afuera. Déjenme sola. —Pidió la chica de cabello azul, cuyas lágrimas caían por sus mejillas, soltó la mano de Mal y se dio media vuelta para marcharse sin siquiera mirar atrás.

—E...—Murmuró la ojiverde, pero sin embargo la dejó ir.

 Unos segundos después, Rosie se apartó de su esposo y observó con tristeza como su chica se retiraba, sintió que se le rompió el corazón. Deseaba ir a buscarla, pero todavía no podía hacerlo.

—Y ahora continuemos con el momento que todos hemos estado esperando, ¡sus coronaciones! Por favor, arrodíllense. —Prosiguió la madre de Jane, la pareja real hizo lo que ella les pidió mientras que Adam le entregaba su varita mágica a la mujer, quien hizo una reverencia ante él para luego tomar su corona y colocarla en la cabeza de su descendiente. — ¿Juras solemnemente gobernar con justicia y piedad durante todo tu reinado?

—Lo juro por mi honor. —Contestó Ben, sonriendo. Miró a su padre, cuyo rostro reflejaba orgullo, mientras que el hada madrina tocaba sus hombros y su cabeza con su artefacto mágico.

—Entonces con mucha alegría te nombraré nuestro nuevo rey. —Habló el hada madrina, se volteó para abrazar a Bella y tomó su tiara para colocársela a Rosie. — ¿Y tú, juras solemnemente gobernar con justicia y piedad durante todo tu reinado? —Dudó la mujer, sonriendo.

—Lo juro solemnemente. —Accedió la chica de Costa Luna, emocionada, mientras la mujer posaba la varita mágica sobre sus hombros y luego sobre su cabeza. Su madre la observaba con admiración y orgullo.

—Entonces con mucho honor y mucha alegría te nombraré nuestra nueva reina. —Dijo la madre de Jane mientras la pareja real se levantaba y se volteaba para ver a sus súbditos. — ¡Les presento a Ben y a Rosalinda, reyes de Auradon! —Anunció con felicidad.

¡Que viva la reina Rosie! —Gritó Carter, llena de orgullo por su mejor amiga.

— ¡Que viva la reina Rosie! —Repitieron Mal, Carlos y Jay.

— ¡Que viva la reina Rosalinda! —Los corrigieron el mayor Mason y la ex reina Sophia.

— ¡Que viva el rey Benjamín! —Alzó la voz Bestia. —Estoy muy orgulloso de nuestro muchacho. —Le dijo a su esposa.

—Va a ser un gran rey mientras que ella hará cosas increíbles, pero lo más importante es que lo hará feliz. —Habló Bella, mirando a Adam y luego a su hijo, quien tomó la mano de Rosie.

—Debemos aparentar al menos una vez. —Murmuró el rey de Auradon en el oído de su esposa.

— ¿Y qué crees que hice desde que llegué, cariño? —Le susurró ella, sonriéndole para luego mirarlo a los ojos. —Pero si quieres que todos se lo crean, tenemos que hacerlo muy bien. —Añadió antes de acariciar su mejilla y besarlo nuevamente.

 Le dolía menos unir sus labios con los de él cuando Evie no estaba presente.

— ¡Y ahora disfruten del resto de la velada! —Habló Lumiere mientras que Rosie se apartaba de Ben.

—Y... ahora que soy reina, ¿qué te parece si te digo cuál será mi primera proclama oficial, bonito? —Propuso Rosie, rodeando el cuello del castaño con sus brazos mientras que Ben la miraba frunciendo el ceño, sin saber que ella tenía un plan que llevaría a cabo en ese preciso momento. —Ahora que estamos casados, es tu deber hacerme feliz, ¿no es así?

—Está bien, pero vámonos de aquí. —Accedió el descendiente de Bella y Bestia, pensando en qué demonios estaba tramando su esposa, pero no lograba descifrarlo.

—Ok, pero tú conoces este castillo, tú me guías... y si nos ponemos de acuerdo con respecto a mi proclama; tal vez podamos... darnos algo de amor. —Sugirió la castaña, sabiendo que su mejor amiga definitivamente se burlaría de ella más tarde, pero una reina tenía que hacer lo que tenía que hacer.

—Sígame, mi hermosa reina. —Pidió el nuevo gobernante de Auradon, sonriendo como un estúpido al oír las palabras de su chica, se separó de ella e hizo una reverencia ante la joven y tomó su mano.

—Como quieras, mi precioso rey, a ver si es cierto eso que dicen sobre que eres una bestia en la cama. —Exclamó la agente del PPP con tono coqueto para luego guiñarle el ojo de una manera bastante seductora. —Creo que es mejor festejar nuestra unión... en privado. —Murmuró, dejando atónito a Ben ante la disposición de su esposa, él sonrió y comenzó a caminar abriéndose paso entre la gente para poder llegar a las escaleras y empezó a subirlas; con su chica siguiéndolo.

  Rosalinda también tenía una enorme sonrisa en su rostro, pero no era porque le hacía feliz casarse con él, sino porque ahora tendría una oportunidad de llevar a cabo su proclama.

 Creo que pasar un año entero con este chico no será tan terrible como lo imaginé, pensó la joven, mientras ambos terminaban de subir las escaleras y caminaban por los pasillos hasta llegar a la habitación del rey de Auradon. Él se detuvo delante de la puerta de su cuarto.

—Rosalinda, ¿realmente eres tú, ahora? —La interrogó el castaño, sin poder creer que su esposa estaba más que dispuesta a estar con él, aunque las palabras que la chica de Costa Luna le había dicho en el Día de la Familia seguían en su mente. Ante aquella pregunta, la mejor amiga de Carter frunció su ceño, pero entonces recordó que ella le había dado motivos para desconfiar de sus intenciones.

—Sí, no quiero que tengas una impresión errónea de mí, y... no me comporté correctamente los últimos días, es que dejo que mi corazón me guíe y tal vez me dejo llevar demasiado por la pasión que siento. —Se excusó la descendiente de la ex reina Sophia, soltando la mano de Ben y comenzando a desabrocharle los botones de la camisa rápidamente, cuando iba a quitársela él tomó sus manos para evitar que le arrebatara la prenda. — ¿Te vas a hacer el difícil ahora? No tienes que fingir, sé cómo me miras desde que llegué, los dos sabemos que me deseas.

—Me muero por hacerte mía. —Contestó el chico Bestia con sinceridad, mirándola de arriba hacia abajo y viceversa mientras se relamía los labios. —Vamos adentro, es que no me gustaría que me vieran con mi esposa en pleno pasillo haciendo una escena íntima y supongo que a ti tampoco te agradaría eso. —Añadió, sonriéndole para luego abrirle la puerta, esperando a que ella entrara primero.

—Ay por favor, ¿quién nos va a cuestionar? Somos los reyes, podemos hacer lo que queramos. —Replicó Rosie, tocándole la nariz y riéndose antes de ingresar a su habitación –siendo consciente de que su esposo le miraría el trasero de todas maneras, pero fingiendo que no se daba cuenta–, él fue tras ella y cerró la puerta. La chica se apresuró a quitarle la camisa y arrojarla al suelo, luego no tardó en besar su cuello, dejando la marca de su labial sobre su piel; unos pocos minutos después se apartó de él para observarlo a los ojos. —Y para que lo sepas, no te quiero muerto... Necesito mucho de ti. —Afirmó ella, mientras que el rey de Auradon la guiaba hacia su cama, en donde la recostó sobre el colchón.

—Quítate el vestido, nena. —Exigió Ben, colocándose encima de ella mientras colocaba sus manos a cada lado de su cabeza y sus rodillas a los costados de su cintura. —Vas a conocer la bestia que soy en la cama. —Susurró, besando sus labios con pasión y deseo y luego bajando los besos hasta donde la ropa blanca de ella se lo permitía.

—No, esto no va a pasar... ahora mismo. Pienso que deberíamos esperar hasta mañana, sería mejor hacerlo en nuestra luna de miel, en donde sí estaremos completamente solos y nadie podrá oír lo mucho que me harás gritar de placer. —Intervino la chica del PPP, mirándolo extrañada. Claro que le había dado motivos para que él creyera que deseaba entregarse a su esposo, pero esa solo había sido una excusa para que pudieran estar solas. El dueño de la habitación se hizo a un lado, intentando procesar que había sido rechazado, entonces la castaña tomó asiento en la cama. —Ahora, vinimos aquí para hablar de mi primera proclama como reina: quiero liberar a la gente de la Isla de los Perdidos. —Dijo con seguridad.

— ¿¡Qué dijiste!? —Preguntó el hijo de Bella y Adam, arrugando la nariz y haciendo una mueca.

—Lo que oíste, Ben. —Habló la agente del PPP, cruzándose de brazos y observándolo atentamente para demostrarle que estaba hablando en serio. —En ese lugar deben existir miles de niños, hijos de villanos que pagaron el precio de los errores de sus padres, y no merecen seguir encerrados por algo que ellos no hicieron. Es hora de que Auradon perdone y olvide, podemos cambiar su vida, déjame hacerlo... O mejor aún, hagámoslo juntos.

—Rosalinda, eso puede traer muchas consecuencias serias para Auradon, no podemos romper esa barrera. —Aclaró él, con su semblante serio. —Dentro de aquella prisión también están los villanos, si ellos vienen aquí pueden destruir todo y lo sabes. Eres una mujer inteligente, piensa, ¿qué pasa si de un momento a otro todos esos villanos enfurecidos por tantos años de cárcel en esa isla llegan aquí? —Inquirió, tratando de hacerla entrar en razón.

  Pues ya hay cuatro VKs aquí y no ha pasado nada malo, pensó Rosie, pero no podía decirle tal cosa.

— ¿Y no pensaste en las consecuencias que ellos sufrirían al aislarlos por 20 años? ¡Las sobras de Auradon son su comida, viven sin esperanza y consumidos por el odio! Eso no es vida, Ben. —Replicó la mejor amiga de Carter, alzando una ceja. —Sé los riesgos, pero si tienes tanto miedo entonces no liberes a los villanos, pero ¿qué hay de sus descendientes? No merecen estar en la Isla, no hicieron nada malo. ¡Podemos traerlos para que estudien y tengan una vida mejor! Podemos marcar la diferencia. —Insistió, ilusionada.

 El dueño de la habitación la escuchaba mientras pensaba, comenzando a sospechar que aquella táctica de seducción que su esposa había usado solo había sido una excusa para que tuvieran esta conversación en privado, ella lo estaba usando a él.

—No sé qué te hizo llegar a pensar de esta manera, pero dime algo, ¿cómo sabes tanto de la Isla? —La interrogó el chico Bestia, curioso, logrando tomar por sorpresa a la joven; quien probablemente había dicho demasiado.

  Sin embargo, para Rosie, contar la verdad jamás sería una opción.

—Pienso así porque me preocupo por los demás. —Contestó con sinceridad la chica de Costa Luna. —Sé mucho sobre la Isla porque desde el momento en que me enteré sobre nuestro matrimonio arreglado, me puse a investigar sobre todo. Especialmente la Isla. Ellos son mi gente y no voy a dejar que Auradon vuelva a darles la espalda. Tengo muchas ideas que podemos llevar a cabo, Carter y yo hemos pensado esto por meses, las personas de la Isla merece tener las mismas oportunidades que tiene la gente que ha nacido aquí.

—No creo que sea una buena idea, Rosalinda. —Se opuso el castaño, sentándose a su lado en la cama para luego mirar hacia el suelo. —No, no me vas a convencer de eso bajo ninguna circunstancia. —Negó con la cabeza y sus pupilas se dilataron, cerró los ojos, buscando calmarse para no actuar por impulso.

— ¡Es una magnífica idea, pero no quieres darme la razón porque siempre fuiste muy egoísta! ¿No quieres liberarlos? Bien, alguien más lo hará tarde o temprano, pero no voy a dejar que sigas arruinando sus vidas. Ni se te ocurra quitarles lo poco que tienen. —Le advirtió su esposa, incorporándose de la cama, furiosa.

 El chico Bestia todavía seguía mirando al suelo, tratando de concentrarse en su respiración para no perder el autocontrol que tenía.

—No sé cómo pude creer que esto podría funcionar, o que ibas a escucharme, ¿sabes por qué tus padres te obligaron a casarte conmigo? —Prosiguió la agente del PPP, caminando de un lado a otro por la habitación para luego acercarse al oído del joven que aún seguía en la cama. —Porque tú jamás serás un buen rey.

—No me ofendas, estoy intentando dar lo mejor de mí para ti, pero tú hablas de todo esto de repente. No es fácil escuchar una propuesta de esta magnitud en el día de nuestro casamiento, Rosalinda. —Le gruñó Ben, levantando la mirada para observarla con el ceño fruncido ante su repentino cambio de actitud. —Mira, no quiero perder la cabeza contigo. Hace unos minutos estabas muy cariñosa, y ahora me tratas de esta manera tan irrespetuosa. —Añadió, soltó un suspiro.

—Si no te lo dije antes fue porque estabas muy ocupado planeando esta boda tú solo y sabía que mi opinión no te importaría, no me sorprende que ahora tampoco te interese oírme. —Masculló la castaña, colocando las manos en sus caderas. —Una reina tiene que hacer lo que tiene que hacer para conseguir lo que quiere. —Alardeó y acomodó su cabello.

— ¿Utilizando tus dotes para seducirme? —Le recriminó su esposo, bufó. —Eres increíble.

— ¿Yo? ¿Usando mis dotes para seducirte a ti? —Repitió la mejor amiga de Carter, incrédula, no pudo evitar reírse delante de él. —Oh no, hay mucha gente en este reino que daría cualquier cosa para estar conmigo. —Presumió, refiriéndose a Evie, se mordió el labio inferior al pensar en ella.

—Una reina no tiene necesidad de fingir para lograr algo, pensé por un momento que eras sincera conmigo pero ahora es cuando me doy cuenta de que solo has estado tras tus intereses. —Habló Ben, observando a la pared pues no quería ni mirarla. —Quizás esos niños no tengan que estar allí, y lo sé, pero tampoco puedo mover cielo y tierra aunque sea el rey.

  Si él realmente se interesara por ella –cosa que jamás había hecho–, sabría que se estaba equivocando con Rosie, pues ella había tenido que fingir que era una chica normal para poder volver a su hogar justo a tiempo para ser coronada como reina de su propio país.

—Los tiempos desesperados requieren medidas desesperadas... Disculpa, ¿me estás llamando egoísta? —Exclamó la castaña, comenzando a ofenderse. —Esto es por el Consejo Real, ¿verdad? Yo puedo convencerlos, planifica una reunión con ellos luego de nuestra luna de miel y descubrirás lo que soy capaz de hacer por mí gente.

—No te llamé egoísta, quizás tu comportamiento hacia mí sí es un poco manipulador y eso me molesta. —Replicó el rey, atreviéndose a observarla. —El Consejo no aceptará eso ni aunque los dos juntos estemos allí, en fin, tal vez nos acusen de estar bajo algún maleficio o hechizo; es una completa estupidez pero son capaces de todo.

—Sí realmente quieres que este matrimonio funcione, no te conviene criticarme ni decir que trato de manipularte. Y si lo hago, no es con mala intención. —Aseguró la reina, frunció su ceño al escucharlo hablar así de los héroes y heroínas que conformaban el Consejo Real Auradiano. —Pues entonces el Consejo necesita nuevos miembros, y eso sí lo podemos lograr, y yo tengo... cuatro sugerencias para cuatro puestos. —Dijo, pensando en los VKs.

—Claro que quiero que lo nuestro funcione, sin embargo no te estoy criticando sino que estoy siendo realista, de todas maneras yo sé que no me comporté como merecías pero a pesar de eso estoy aquí escuchando una charla que sinceramente no me gusta nada; porque deseo agradarte. —Comentó el descendiente de Bella y Bestia.

— ¡Sí me estás criticando al decirme que te manipulo! —Se quejó Rosie, indignada, sin embargo suspiró hondo para calmarse. —Es lindo que me escuches por una vez. Así que por favor... Prométeme que organizarás una reunión con el Consejo Real pronto, quiero ayudar a nuestra gente.

—Ya me da igual que me manipules, ¿sabes? —Dijo Ben, quien seguía estando molesto con ella. —Hablaré con los miembros del Consejo e intentaremos hacer algo por esas personas. —Accedió, pues un rey siempre intentaba hacer lo que era mejor para su pueblo.

—Me casé con un gobernado. —Murmuró la chica de Costa Luna, siendo consciente de que su esposo estaba enojado con ella por lo que le había hecho. — ¿¡De verdad!? ¡Gracias! ¡Siempre supe que serías el mejor rey! —Dijo emocionada y lo besó por impulso, pero no fue correspondida, por lo tanto se apartó rápidamente.

— ¡Rosalinda Marie, no me digas así! —Le recriminó el dueño de la habitación, quien ni siquiera se inmutó ante las palabras de la joven. —Hace unos minutos me susurraste que nunca iba a ser un buen rey y ahora me dices esto.

—Ay, Bennyboo, no lo dije en serio. ¡Perdona y olvida, este es el reino de las oportunidades! —Exclamó la mejor amiga de Carter. —Ahora vamos a disfrutar, esta fiesta es para nosotros. —Cambió de tema, guiñándole el ojo.

—Ve tú a la celebración. Yo no tengo ganas. —Habló Ben, cruzándose de brazos y dándole la espalda. —Y cierra la puerta cuando te marches.

—Una mujer cambia de opinión al igual que cambia de vestuario. —Se excusó la reina de Auradon, apretó los labios cuando él no quiso acompañarla pero no deseaba seguir discutiendo con su esposo. —Sí así lo quieres... —Murmuró y se retiró del cuarto, cerró la puerta con cautela.

 Mientras caminaba por el pasillo hacia las escaleras, deseaba hablar con Evie para contarle las buenas noticias, pero primero tenía que localizarla. Al llegar a las escaleras, las bajó con elegancia mientras tenía una sonrisa victoriosa en su rostro hasta que llegó al salón principal y comenzó a caminar entre la gente hasta que vio a la hija del mayor Mason así que no dudó en acercarse a ella.

¡Car! ¡Tengo novedades con respeto a mi primera proclama como reina! —Dijo la castaña con emoción cuando llegó a su lado. —Convencí a Ben para que convocara una reunión con el Consejo Real para decidir el futuro de la Isla de los Perdidos, ¿¡no es fantástico!?

—Me alegra, Rosie. —La susodicha le sonrió, a pesar de que no estaba de buen humor.

¿Y a ti qué te pasa? —Dudó la recién llegada, una vez que se percató de su actitud tan extraña. — ¿Quieres contarme de qué me perdí?

—Fui a pedirle disculpas a Mal y me puse peor de lo que ya estaba cuando nosotras hablamos hace unas horas. —Explicó la chica que solía vender cebo en Luisiana, indignada.

¿De verdad? ¿Por qué? ¿Te hizo algo malo? —Preguntó Rosalinda, alzando una ceja, curiosa. —Porque puedo ir a ponerla en su lugar, nadie se mete con mi mejor amiga.

—No te preocupes, me equivoqué al creer que darle cariño a esa maldita iba a solucionar las cosas, ella no hace nada bien definitivamente. —Dijo la prima de Alex Russo, negando con la cabeza.

—Car, no pienses así, tal vez Mal tuvo un pésimo día y se desquitó contigo... pero todos merecemos ser amados. —La consoló su compañera de habitación, tratando de hacerla entrar en razón. — ¿Has visto a Evie? Debo ir a contarle las buenas noticias pero luego volveré a buscarte y la pasaremos bien, ¿te parece?

—Sí, lo que tú digas, preciosa. —Dijo la morocha, sin querer creer en la manera en la que su mejor amiga estaba justificando a la hija de Maléfica, sin embargo cuando escuchó su pregunta alzó sus cejas mientras pensaba en si había visto a la chica de cabello azul y no tardó en recordar que sí lo había hecho. —Ella se fue corriendo cuando estaban en la boda, debería estar por allá afuera tomando aire. Pero ve tú, que si anda con Mal me estresaré otra vez.

—Bien, iré a buscarla, pero no te emborraches. —Le advirtió la chica de Costa Luna, pues la conocía y era consciente de que probablemente eso era lo que su mejor amiga deseaba hacer.

—Ay Ro, lo que más quiero hacer ahora es emborracharme. —Protestó Carter, arrugando la nariz.

—Diviértete un poco, ¡pero no tomes demasiado! —Sentenció la reina de Auradon, señalándola con un dedo. — ¡Ya vuelvo! —Dijo antes de dirigirse hacia la salida del castillo con la intención de buscar a la chica de la Isla, pues quería que ella se alegrara con la noticia que anhelaba compartirle.

  Solo tuvo que caminar unos metros para encontrarse a Mal junto a Evie, sentadas en el césped, compartiendo una botella bastante fuerte de alcohol; por lo tanto decidió acercarse a ellas.

— ¡Y entonces vinimos a Auradon y ahora estamos borrachas por dos agentes secretas que nos vuelven completamente locas! —Gritó la chica de cabello morado, pasándole un brazo por arriba de los hombros a su compañera de habitación, luego bebió de la botella.

—Estas mujeres nos tienen obsesionadas con lo que tienen entre las piernas, M. —Dijo la princesa malvada. —Dame esa botella, zorra, hoy voy a tomar hasta no recordar como Rosie se fue con Ben. —Gruñó antes de arrebatarle la misma y beber un largo trago. Mal frunció el ceño al verla hacer tal cosa.

 Al escuchar aquello, la castaña decidió que sería mejor no interrumpirlas, por lo tanto se quedó lo suficientemente cerca de las VKs para poder oír su conversación.

¡Dame eso, puta! Estamos aquí para desahogarnos, estúpida, ¡hip! —Le recriminó la descendiente de Maléfica y le quitó la botella para beber de la misma. —Mierda, este hipo es peor que ver a Carter llorando. —Protestó, provocando que la hija de Regina se riera de ella.

—Mal Igna está enamorada de una espía, ¿¡quién lo diría!? —Habló Evie, pestañeando varias veces ya que el alcohol estaba afectando su vista. —Suelta la botella ya, loca, que ya soporté tu charla sobre Carter, ahora es mi turno de hablar de Rosalin... Ros... Rosie... Me tiene muy... —Masculló, arrastrando las palabras, tirándose encima de su mejor amiga para tomar la botella y alzarla hacia el aire.

  La agente del PPP se cruzó de brazos, ella sabía perfectamente que no era correcto espiar charlas ajenas pero la situación lo ameritaba, además ¡estaban hablando de ella!

—Y después dices que yo soy la enamorada, ¡hip! —La interrumpió la ojiverde, empujándola para separarse de ella. — ¡Rosalinda te tiene enamorada E! —Alzó la voz y dejó escapar una fuerte carcajada mientras que la princesa malvada bebía otro sorbo más de alcohol.

—Cállate, así no ayudas, estúpida. No sabes como me dolió no decir que estaba en contra de ese estúpido casamiento de mierda. —Comentó la chica de cabello azul, sorprendiendo a la espía, quien sonrió al pensar que la villana realmente la quería y tal vez sí estaría dispuesta a esperar por ella durante un año entero. Evie volvió a beber antes de proseguir—: Rosie es mía, ese maldito rey no sabe lo que le espera si la toca, ¡te lo juro, M! —Advirtió, sonriendo con malicia, logrando que la sonrisa desapareciera del rostro de la reina de Auradon.

—Por lo menos tú no has perdido a Rosie, porque Carter de seguro no quiere saber de mí, ¡hip! y ni la culpo, soy una idiota que hace todo por impulso ¡hip! —Habló Mal, teniendo que soportar aquel maldito hipo. — ¡Mierda, maldito hipo!

—Eso te pasa por borracha y estúpida. —Le recriminó la princesa malvada, proporcionándole a su compañera un golpe en la nuca. —Espero no perder a Rosie porque realmente esa mujer es fantástica. Sabes, M, a mí me gustaría tener un final feliz con Rosie. —Admitió, recostando su cabeza en el regazo de su mejor amiga.

—Somos villanas, E, ¡hip! —Habló la chica de cabello morado, mirándola con el ceño fruncido. —Los finales felices solo existen para la gente de Auradon...

 Rosalinda se mordió el labio inferior al escuchar las hermosas palabras de su chica y sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas, pues finalmente había encontrado a la persona de la que estaba enamorada completamente y esa era Evie.

—Daría cualquier cosa por haber sido la persona que se casó con ella, en lugar de ese chico Bestia. —Murmuró la descendiente de Regina, observando el cielo, cerró los ojos con fuerza para evitar llorar en ese momento.

— ¡Ya perdiste la cabeza, E! ¡Creo que necesitaré ayuda porque ya estás completamente loca! —Gritó la ojiverde, logrando que la otra VK se levantara de su regazo y le diera otro golpe en la nuca.

— ¡Loca! ¡Eso te pasa por puta! —Comentó la chica de cabello azul. — ¡Escúchame cuando te hablo, idiota!

¡No me golpees, mujer que está enamorada de la reina! —Alzó la voz Mal, tocándose la nuca, luego hizo pucheros. — ¡Deja de hacerle caso a tu corazón o acabarás peor que yo! ¡Hip!

¡Debiste habérmelo dicho antes, porque ahora ya es muy tarde! —Gritó Evie, angustiada. — ¡Me enamoré de la reina y lo peor es que ahora tiene esposo! —Se lamentó, escondiendo la cabeza entre sus piernas, quiere beber alcohol pero se da cuenta de que la botella está vacía y la deja en el suelo.

—Cierra la boca, E, ¡hip! —Susurra la ojiverde, acomodándose mejor para sentarse tras ella y abrazarla por la espalda. —Por favor, no llores. —Pidió, pero ya era tarde, pues comenzó a escuchar los sollozos de su compañera.

  La castaña que aún las estaba espiando no pudo evitar comenzar a llorar al escucharlas hablar, deseaba interrumpirlas pero sabía que no debía hacerlo... por ahora.

—E, cálmate, yo estoy aquí. Sé que no soy el amor de tu vida, ¡hip!, pero de todas maneras te amo, princesa. —Continuó hablando Mal, abrazándola con fuerza mientras sus ojos se llenan de lágrimas a pesar de que el maldito hipo continuaba molestándola pero eso no le importaba. —Deja de llorar E, p-por favor. —Suplicó, empezando a ponerse nerviosa.

—Disculpa, M. —Se lamentó la princesa malvada, sin dejar de llorar. —Es que yo nunca pensé enamorarme, Mal, nunca creí que siendo la rompecorazones, algún día me romperían el corazón a mí.

—E, ca-calma o no me contendré por fa-favor. —Gruñó la chica de cabello morado, sin soltarla, la susodicha la observó y se dio cuenta de que su mejor amiga estaba muy nerviosa.

—Tranquilízate, M, estoy bien. Y quiero que sepas que te amo, no sé qué sería de mí sin ti, yo estoy bien. —Dijo Evie, quedándose quieta para relajarse, luego se apartó de su compañera de habitación y se acercó a ella para besar su mejilla y acariciar sus manos; que temblaban, por lo tanto besó sus labios para calmarla y ella le correspondió pero luego la princesa malvada se separó. —Aunque tenga el corazón roto, al menos te tengo a ti para cuidarme, Mal.

 La ojiverde se quedó callada, inhalando y exhalando para poder tranquilizarse mientras que su mejor amiga continuaba acariciando sus manos.

—No te alteres por Rosie, sé que ella no quiso casarse y hacerme sufrir. —Murmuró la princesa malvada, sin dejar de acariciar sus manos. —Ahora, por favor regresa al castillo para buscar otra botella, ¡y asegúrate de que Carlos y Jay no estén haciendo cosas raras! —Pidió con un tono de voz dulce y reconfortante.

—I-iré pero prométeme que no llo-lloraras más, E. —Tartamudeó la Princesa del Inframundo, nerviosa.

—Prometo que no lloraré más, M, pero no te demores. —Le aseguró Evie, sonriendo de lado, entonces la chica de cabello morado le dio un beso en la mejilla para luego incorporarse del césped.

—Te amo, princesa, vuelvo rápido. —Susurró Mal antes de darse vuelta y comenzar a alejarse, tambaleándose, hacia su nuevo destino.

—Yo también te amo. —Murmuró la chica de cabello azul y la vio alejarse, suspiró hondo antes de volver a ponerse a llorar. — ¿Por qué la tengo que amar?

  La castaña observó como la hija de Maléfica se retiraba y como su chica volvía a sentirse destrozada cuando se quedó sola, por lo tanto no dudó ni un segundo en limpiarse las lágrimas que descendían por sus mejillas y acercarse hacia ella para luego sentarse a su lado.

—Evie, nunca quise que esto sucediera, yo no lo amo a él. Yo te amo a ti... Por favor ya no llores, princesa, si estás dispuesta a esperar un año por mí, te juro que estaremos juntas. —Suplicó Rosie antes de secar las lágrimas que descendían por las mejillas de la chica que amaba. —Te traje buenas noticias, hermosa. Hablé con Ben y lo convencí para que organice una reunión con el Consejo Real, quiero mejorar la vida de la gente de la Isla y es por eso que los convenceré de ayudar a la Isla, quiero libertad para todos.

 Al oírla hablar, la hija de Regina se sobresaltó.

—No debiste de asustarme así. —Exclamó la chica de cabello azul, apartando la mirada de la reina. —Yo solo estoy dolida. No me hagas caso. —Se excusó, asintió con la cabeza cuando escuchó sus últimas palabras.

—Lo siento, no fue mi intención asustarte. —Se disculpó la castaña, apenada por su comportamiento. —A mí también me duele todo esto, no mereces sufrir así. No quiero tener una vida de lujos mientras que la mitad de mi gente se muere de hambre en una Isla. La reunión será luego de nuestra luna de miel, pero si no puedo llegar a un acuerdo con ellos, los sacaré del Consejo y tú, Mal, Carlos y Jay los reemplazarán. Hago todo esto por ti, porque te amo, jamás dudes de eso. —Añadió, logrando que el corazón de la princesa malvada se acelerara cuando la escuchó decir que la amaba.

—Yo... Yo también te quiero. —Dijo Evie mientras seguía llorando sin que la recién llegada se diera cuenta pues no la estaba viendo. — ¡Mal! ¿Dónde mierda está? Debería estar aquí conmigo. —Gritó de repente, pues no quería que Rosie se diera cuenta de que estaba cediendo ante su amor. No podía hacerlo.

—Estaba pensando en que podríamos hacerle una pequeña despedida a Carter, si quieres ayudarme a organizarla. —Sugirió la hija de la ex reina Sophia, cambiando de tema drásticamente. —No creo que te escuche, está lejos. Pero puedo ir a buscarla si quieres...Yo esperaba estar a solas contigo un rato, porque tú eres la chica con la que quiero casarme.

—No sería mala idea hacerle una despedida a Carter, quizás así M se sienta mejor y pueda hablarle. —Concordó la villana, pensando en su mejor amiga, pero al oír que Rosie se iría a buscarla se apresuró a tomarla del brazo. — ¡No! ¡No te vayas, me haces falta aquí ahora! —Habló rápidamente, mirándola entonces, pero al darse cuenta de que estaba siendo muy obvia se sonrojó y la soltó.

—Sí, Carter me dijo algo sobre lo que pasó con ellas, pero no dio detalles. Y yo quiero que las dos sean felices juntas, nadie se los impedirá. Ella se irá mañana... pero si me lo pides así, no me iré, quiero estar contigo cada segundo de mi vida. —Accedió la reina de Auradon, observándola con atención, por lo tanto se acercó más a su rostro. — ¿Qué te gusta más? ¿Mi corona o mis labios? —La interrogó, mirándola expectante, logrando que la chica de la Isla se pusiera nerviosa ya que esa era una elección muy difícil de tomar.

—Estas muy cerca de mí, Rosie... —Murmuró la descendiente de Regina, observando la hermosa tiara que estaba sobre la cabeza de la chica que la había salvado, estiró su mano para tocarla pero entonces fijó su mirada en los labios de la joven proveniente de Costa Luna. —Mierda, cariño, me estas tentando mucho.

—Creí que eso era lo que querías... —Exclamó la castaña, sonriéndole. —Bueno, esa era mi intención, ¿me vas a contestar o me vas a callar de un beso? —La desafió, alzando una ceja, logrando que la villana le sonriera con malicia.

—Si sigues provocándome voy a terminar rompiéndote el vestido que yo misma hice para este día. —Le advirtió la chica de cabello azul, quien se atrevió a morder el labio inferior de la reina para luego soltarlo. —No sabes como me tienta hacerte mía y escucharte gritar mi nombre mientras usas esa corona, Rosie. —Confesó, aún estando peligrosamente cerca de ella.

—No me lo vas a romper porque no te lo perdonarías a ti misma pero sí quiero que me lo saques. —Replicó la mejor amiga de Carter, quien disfrutaba de tenerla tan cerca y escuchar sus comentarios. —Esa es una idea tentadora y excelente, discutí con Ben así que no creo que me busque, aún así la única persona con la que quiero estar ahora eres tú. —Le dio la razón, pero la princesa malvada se alejó de su rostro, frunciendo su ceño.

— ¿Quién dijo que no lo puedo romper? Tú haces lo que yo diga, mi reina, y ese vestido será destrozado por no haber sido usado conmigo. —Dijo Evie, acercándose a su oído. — ¿Entiendes?

—Ok, yo soy la reina pero estoy a tu disposición hoy y siempre. —Accedió Rosie, sin dejar de sonreírle. —Comprendo perfectamente, mi princesa. —Le dio la razón, sin embargo la chica de la Isla volvió a alejarse y ladeó su cabeza mientras observaba la diadema que seguía en la cabeza de la reina.

—Espero que el idiota de Benjamin no intente desubicarse contigo. —Habló la chica de cabello azul, quien continuaba mirando la tiara.

—No creo que lo haga, pero si se atreve, lo voy a poner en su lugar. Lo engaño contigo, no al revés. —Aseguró la agente del PPP. — ¿Acaso estoy muy linda y esa es la razón por la que me ves tanto? —Dudó, sin darse cuenta de que Evie seguía mirando la corona como si fuera un objeto muy valioso que jamás pudo tener.

—Te ves preciosa. —Comentó la villana, refiriéndose a la tiara.

—Muchas gracias, bonita. —Le agradeció Rosie, sintiéndose halagada. —Significa mucho que me lo digas tú. —Añadió, pues era feliz a su lado. Siempre lo sería.

—Pronto estarás con mami, tú y yo solas... —Prometió la descendiente de Regina, sin prestarle atención a la joven, pues aún miraba el accesorio en su cabeza. —Eres mía, solo mía. —Dijo mientras sus pupilas se dilataban.

—Cuando estoy contigo, nada más me importará. —Afirmó la castaña. —Y siempre seré tuya.

—Eres lo que más anhelo tener. —Prosiguió la villana, pero bajó la vista hacia los ojos de la reina, que parecía estar completamente enamorada de ella. — ¿Rosie?

—El sentimiento es mutuo. —Exclamó la reina de Auradon, quien sentía que su corazón latía más fuerte cada vez que estaba cerca de la chica de la Isla. — ¿Sí, cariño?

— ¿Alguna vez te dije que eres lo más valioso que puedo tener? —Cuestionó, mirando los ojos de la joven sin siquiera pestañear, no quería dejar de observarlos.

—No, pero eres muy dulce, preciosa. —Admitió la chica de Costa Luna, sonriendo con emoción ya que era la primera vez que alguien le hacía un comentario tan precioso como ese, por lo tanto acarició la mejilla de Evie. —Te amo tanto, bonita.

—Rosie, ¿podrías... quitarte la corona por un momento, por favor? —Pidió Evie, volviendo a ver la tiara y sintiéndose incómoda por alguna razón que ella no lograba comprender. La susodicha la observó extrañada.

—Sí, por supuesto. —Accedió la castaña, se quitó aquel accesorio de la cabeza y la sostuvo entre sus manos, para luego volver a mirar los ojos de la chica que la acompañaba. La princesa malvada observó la diadema y sus ojos brillaron por unos segundos, pero cuando dejaron de hacerlo se atrevió a mirar a la reina de Auradon, intentando aclarar su mente.

  La mejor amiga de Carter aún la observaba, expectante.

—Yo... quiero que sepas que eres muy es-especial para mí, tengas o no un título real, tú... eres... eres la chica que me robó el corazón. —Habló la princesa malvada con algo de dificultad, sintiendo que se había quitado un enorme peso de encima, por lo tanto tomó la mano de Rosie; haciendo que ella dejara la tiara en el césped. Volvió a mirarla a los ojos. —Yo... Yo te amo aunque no tengas esa corona en la cabeza.

—Eso significa mucho para mí Evie, porque alguien que tiene mi posición jamás está segura de en quien puede confiar o a quien puede darle su cariño... Pero yo deseo darte mi corazón. —Confesó la chica de Costa Luna, observando sus ojos mientras le sonreía.

—Me hace muy feliz no dejarme llevar por mi ambición y poder admitir que te amo con todo lo que soy. —Continuó la chica de cabello azul, pero luego se arrepintió al sentir que tal vez esas palabras debían haberse quedado en su mente, pero las había dicho sin siquiera pensarlo dos veces. — ¡No fue eso lo que quise decir! —Exclamó, muy nerviosa, se mordió el labio inferior con fuerza; odiándose a sí misma por ser tan estúpida.

 La agente del PPP frunció su ceño al escuchar aquello, pero decidió ignorarlo, no quería arruinar el hermoso momento que estaba pasando con la hija de Regina.

—Si me amas, eso es todo lo que debe importarnos. —Replicó Rosie, tomando su otra mano y entrelazando sus dedos.

—No me importa que seas la reina de Auradon, para mí eres mucho más que eso, eres la reina de mi corazón. —Dijo Evie, dirigiendo su mirada hacia los labios de la chica que la había salvado –quien ahora la veía con admiración luego de haber oído esas palabras tan dulces– para entonces unirlos con los suyos

  La villana había querido besarla durante todo el día, pero no había tenido la oportunidad, hasta ahora. El sentimiento era mutuo, por lo tanto la castaña no tardó en corresponder aquel beso, rodeándole el cuello con sus brazos. La princesa malvada imitó su acción pero, antes de que pudiera hacer algo más, se apartó de ella lentamente sin dejar de observar sus ojos.

—Sería capaz de olvidarme de todas mis ambiciones y metas por ti... —Habló la chica de cabello azul, sin siquiera pensarlo dos veces. «Sabía que no tienes lo que necesita para ser una reina malvada » oyó de repente aquella voz en su cabeza y pestañeó varias veces, tratando de no prestarle atención pero la preocupación ya había comenzado a invadirla, por lo que se atrevió a preguntar —: ¿Tú serías capaz de perdonar cualquier cosa que yo te hiciera? —La interrogó, comenzando a sentirse insegura, pensando en la operación EVIE.

 Sin embargo, Rosie casi ni le había prestado atención, ya que admiraba la profunda belleza que la princesa malvada poseía.

—Claro que sí, pero sé que tú jamás harías algo que me dañara, preciosa. —Contestó la reina de Auradon, logrando que chica de la Isla olvidara sus inseguridades y le sonriera con tranquilidad.

—Estaremos juntas muy pronto. —Afirmó la descendiente de Regina, quien volvió a besarla. —Te amo. —Murmuró entre besos.

—Sí por pronto te refieres a en 365 días, entonces sí. —Le dio la razón la joven de Costa Luna, correspondiendo aquel beso. —Yo te amo más. —Insistió, disfrutando de lo bien que se sentía cuando sus labios estaban juntos.

— ¡Puta de mierda! ¿¡Con quién te estás besando ahora!? ¡Le diré a Rosie! —Gritó la chica de cabello morado, caminando hacia ellas con una bebida alcohólica en la mano, estaba tan borracha que ni siquiera las reconocía. — ¡No la traiciones, E! ¡Mira el problema, hip, en el que me metí yo por tarada! —Añadió, siendo víctima de un ataque de hipo.

  Ambas chicas se separaron al ser interrumpidas, maldiciendo a la villana entre dientes.

—Ok Mal, tal vez bebiste demasiado... —Intervino la reina de Auradon, intentando contener la risa que le daba verla así, pero le era imposible.

— ¡Silencio descarada! —Masculló la ojiverde, luego miró a su mejor amiga a quien logró reconocer y la señaló con la mano en la que no sostenía la botella. — ¡Y tú! Te traje la botella, zorra, ¡pero me voy a quedar contigo porque no te vas a follar a esta! hip y para que sepas Jay y Carlos y yo estuvimos hablando de la operación ultra secreta y concluimos que será un éxito a pesar hip de todo. —Habló a pesar del maldito hipo.

 Rosie continuó riéndose de todo lo que Mal decía, pero al escuchar lo de la operación ultra secreta, frunció su ceño.

—Sí, claro, quédate con nos...—Empezó a hablar la chica de cabello azul, tomando la botella y riéndose de las estupideces que su compañera de habitación decía, hasta que se percató del significado de sus palabras y comenzó a empujarla en dirección al palacio para que se marchara. — ¡Vete de una vez, M! ¡Tú ya te acostaste con Audrey así que ahora déjame divertirme con mi chica! —Alzó la voz, sin importarle nada más que hacer que Mal cerrara la boca antes de que dijera algo que las perjudicara.

— ¡Ok, E, ya entendí que no me quieres tener cerca! —Dijo la hija de Maléfica, ofendida mientras su mejor amiga la seguía empujando. —Pero ¿¡sabes qué!? ¡Me voy a hacer un trío con Rosie y el chico Bestia! ¡Lo haría contigo y esta extraña pero ustedes se lo pierden por estúpidas! —Dicho esto, se volteó y se alejó de ambas, tambaleándose y maldiciéndolas por rechazarla.

—No le hagas caso, mi reina, ella está demasiado borracha. —Se excusó la chica de cabello azul, sonriéndole para luego alzar la botella que le había arrebatado a su compañera de cuarto. — ¿Te me unes?

—Creo que no deberías dejarla tomar tanto alcohol. —Propuso la castaña, quien alzó una ceja cuando escuchó aquella sugerencia. —Me encantaría pero tenemos que volver al castillo, ya va a ser hora del brindis. ¿Me acompañas, bonita? —Pidió, ofreciéndole su mano.

—No dejaré que la vuelva a hacer. —Aseguró Evie, tomando su mano. —Vamos entonces, hermosa. —Accedió, entonces caminaron hacia el interior del palacio, en donde todo el mundo estaba celebrando la boda.

  Cuando entraron al edificio, el rey de Auradon se dirigió hacia ellas apenas las vio, tomadas de las manos.

— ¡Amor! —Exclamó Ben, logrando que ambas se soltaran. — ¡No sabes cuanto te he extrañado, mi reina! —Añadió, tomándola de las mejillas y besándola apasionadamente, provocando que la villana apretara los puños y sus ojos brillaran debido a la furia.

— ¡Muy bien, muy bien! ¡De eso estaba hablando! —Gritó Lumiere, que se encontraba en el centro del salón, con una copa llena de alcohol en su mano derecha; la pareja real se separó para prestarle atención al Consejero Real. —Ahora todos recibamos con un fuerte aplauso a la dama de honor: ¡Carter Mason! —Añadió, la susodicha se acercó a él y tomó una copa que le ofrecía uno de los sirvientes del palacio, Evie hizo lo mismo cuando una mucama le ofreció una. Ben & Rosie también tomaron sus respectivas copas.

A toast to the groom! —Comenzó a cantar la chica de Luisiana, alzando su copa en dirección a los recién casados.

To the groom! —Dijeron todos los hombres, imitando la acción de la dama de honor y dirigiendo sus miradas hacia el hijo de Bella y Bestia, ya que brindaban por él. —To the groom!

To the groom! —Repitieron todas las mujeres, señalándolo a él con sus brazos.

To the bride! —Propuso la hija del mayor Mason, mirando a Rosie con una sonrisa llena de felicidad por ella.

To the bride! —Insistieron todas las chicas.

To the bride! —Concordaron todos los hombres.

To the bride! —Repitieron las mujeres.

From your best friend—Añadió la morocha, mientras Scarlett y Cinder se acercaban hacia ella.


Carter! —La nombraron todos los chicos. —Carter!

Carter! —Dijeron las chicas, señalándola con sus brazos libres.

Who is always by your side—Aseguró la chica que solía vender cebo en Luisiana.

By your side! —Exclamaron todos los hombres.

By your side! —Gritaron las mujeres.

To your union! —Insistió Carter, vio como los reyes volvían a besarse y se obligó a sí misma a no sacar a su mejor amiga de allí.

 Los ojos de Evie brillaron más intensamente, pero ella no era el centro de atención, así que comenzó a alejarse de ambos para perderse entre la gente y buscar a sus amigos.

To your union! —Cantaron los muchachos, mientras que la hija de Regina sentía cada vez más ganas de vomitar al ver a la pareja real besándose nuevamente.

To the union! —Exclamaron las chicas, felices.

To the revolution! —Murmuraron las VKs cuando se encontraron en medio de la multitud.

And the hope that you provide...—Sugirió la joven de Luisiana.

You provide! —Cantaron Jane, Lonnie y Audrey, cerca de las chicas de la Isla.

You provide! —Insistieron todos los hombres, excepto los VKs, que se reunieron con sus mejores amigas en ese instante.

May you always...—Cantó Carter, mirando a Ben y a Rosalinda, fingiendo como solo ellos sabían hacerlo.

Always...—Dijeron las AKs.

Be satisfied! —Gritó la descendiente del mayor Mason, todos hicieron una reverencia ante la pareja real.

Regresa, revierte... —Murmuró la princesa malvada mientras sus ojos brillaban aún más, comenzando a conjurar un hechizo, mientras el dolor en su cabeza comenzaba a molestarla de nuevo. —Regresa, revierte... —Insistió, tratando de recordar como seguía el encantamiento. Cerró los ojos con fuerza para concentrarse.


¡Indefensa! —Se oyó la voz de Rosalinda por todo el salón.

No tienes lo que se necesita para ser una reina malvada... —Susurró la voz de Regina en la cabeza de la villana, entonces el pecho de Evie comenzó a cerrarse.

Ahogándome al verlos, cediendo ante ella... —Murmuró la chica de cabello azul, sin comprender que demonios sucedía. —Regresa, revierte... ¡No! —Se opuso y abrió los ojos, dándose cuenta de que se encontraba sola en aquella habitación.

I remember that night, I just might... ¡Regresa, revierte! —Suplicó al recordar la noche del Día de las Madres en la Isla de los Perdidos. —I remember that night, I just might... ¡Regresa, revierte! —Chilló, acordándose de lo mucho que deseaba que su vida fuera diferente.

I remember that night, I remember that—Dijo ella, llevando sus manos hacia la cabeza, negándose a aceptar su realidad. —I remember that night, I just might regret that night for the rest of my days.

I remember those Isle boys, tripping over themselves to win my praise. —Exclamó, recordando como todos los VKs la deseaban, pero ella no estaba interesada en ninguno de ellos. —I remember that dreamlike candlelight, like a dream that you can't quite place.

But Rosie, I'll never forget the first time I saw your face. —Masculló y se sorprendió al ver a la reina de Auradon, quien había aparecido de repente, en el otro lado del salón. Caminó hacia ella, decidida. —I have never been the same, intelligent eyes in a hunger-pang frame, and when you said "Hi," I forgot my dang name, set my heart aflame, every part aflame. —Dijo Evie, acariciando la mejilla de su chica, quien parecía estar en una especie de trance pues ni siquiera se movía.

This is not a game...—Cantó la princesa malvada junto a Mal, Carlos y Jay, que ahora estaban detrás de ella. La primera chasqueó sus dedos para llamar la atención de la chica que estaba enamorada, quien reaccionó al instante.

Me ves como una mujer que nunca ha estado satisfecha. —Habló la castaña, mirándola con lujuria mientras acariciaba las piernas de Evie con deseo.

No sé a qué te refieres, olvidas tus modales. —Replicó la descendiente de Regina, divertida.

Eres como yo, nunca estaré satisfecha. —Afirmó Rosalinda, tomándola del mentón para obligarla a mirarla.

¿Eso es cierto? —Murmuró la villana, cerca de sus labios.

Nunca estaré satisfecha. —Insistió la reina de Auradon antes de besarla de manera apasionada, Evie le siguió el beso y cerró los ojos.

 Al abrirlos, estaba en la Isla, presenciando la noche en la que había conocido a la chica que cambiaría su vida para siempre.

—No sé quienes son y tampoco me interesa pero ya las odio por haber arruinado mi sueño de belleza de ocho horas. —Habló la chica de cabello azul.

—Lamentamos despertarla, señorita, pero estamos buscando a una persona: Evie Grimhilde. —Fueron las primeras palabras de Rosie hacia ella.

—Pues ya me encontraron, así que si eso es todo lo que necesitan de mí, pueden volver al agujero del que salieron. —La hija de Regina les sonrió falsamente para acto seguido disponerse a cerrarles la puerta en sus caras, pero antes de que pudiera hacerlo Carter colocó su pie para evitar que lo hiciera, la recién llegada comenzó a quejarse mientras que Evie volvió a abrir la puerta para finalmente cruzarse de brazos. —Ustedes dos son muy extrañas y es muy obvio que no pertenecen aquí, así que les conviene hablar: ¿quiénes son y qué quieren de mí?

—Permíteme presentarnos: yo soy Rosie y ella es Carter, somos agentes encubiertas del PPP, estamos aquí para sacarte de la Isla de los Perdidos para siempre.


  Evie suspiró con nostalgia al recordar eso y volvió a cerrar los ojos, al abrirlos se dio cuenta de que estaba en el castillo de Auradon, con la hija de Maléfica a su lado.

So so so, so this is what it feels like to match wits with someone at your level! What the hell is the fucking catch? It's the feeling of freedom, of seein' the light, you see it, right? Chilló la princesa malvada, contándole a su mejor amiga lo bien que se sentía coquetear con Rosie, quien había venido a salvarla de una vez por todas. The conversation lasted two minutes, maybe three minutes, everything we said in total agreement, it's a dream and it's a bit of a dance, a bit of a threat, it's a bit of a stance. She's a bit of a flirt, but I'm gonna give it a chance. Pestañeó varias veces, regresando a la realidad, en donde la boda se celebraba y la pareja real danzaba en el centro de la pista.

Handsome, girl, does she know it?Cantó Evie al verla bailar con él, sabía que Rosie tenía que fingir una felicidad que no sentía. I wanna take her far away from this place. Añadió, caminando hacia ellos para separarlos, pero la chica de Luisiana –quien estaba bailando con Scarlett a unos centímetros de los reyes– le guiñó el ojo a la villana y empujó a Ben, logrando que el chico soltara a su esposa y que ella cayera en los brazos de la descendiente de Regina.

Then I turn and see my girl's face and she is...Dijo la chica de cabello azul.

Helpless...Se lamentó Rosie al estar atrapada en un matrimonio que jamás quiso.

And I know she is...Insistió la princesa malvada, mirándola con admiración.

Helpless...Repitió la reina de Auradon, acercándose a ella mientras miraba sus labios.

And her eyes are just...Murmuró Evie, observando sus ojos.

Helpless...Habló la morocha, quien estaba a punto de besarla, pero su esposo las separó y se llevó a Rosalinda para volver a bailar con ella.

And I realize... Gruñó, buscando a sus amigos.

Three fundamental truths at the exact same time...Cantaron los 4 VKs mientras la princesa malvada cerraba los ojos, recordando el Cotillón Real.

 La chica de Costa Luna empezó a avanzar hasta quedar frente a su prometido.

  Ben hizo una reverencia ante ella y la joven imitó su acción.

—Rosie, desde que oí tu nombre por primera vez, sentí una conexión entre nosotros. Fue amor a primera vista, porque me di cuenta de que tú y yo somos muy parecidos, estamos destinados a estar juntos. —Dijo el castaño, mientras que Rosie deseaba que se la tragara la tierra, sin entender cómo es que su prometido podía ser tan malditamente hipócrita. — ¿Me concedes este baile, amor?

—Ahora soy yo la que quiere vomitar. —Le susurró la chica de cabello azul a su mejor amiga, quien había tomado su mano para darle fuerzas. —Desgraciado, mentiroso, hijo de...

—Claro que sí. —Accedió la futura reina, quien tomó su mano nuevamente y entonces la música de vals comenzó a reproducirse, así que ambos empezaron a bailar.

Number one!Gritaron Mal, Carlos & Jay, sacando a su mejor amiga de sus pensamientos.

I'm a girl in a world in which my only job is to marry rich, my mother has no sons so I'm the one who has to social climb for one, so I'm the unique and the fairest and the gossip in. Se quejó ante su pandilla, indignada. Auradon is insidious, and Rosie is rich, ha! That doesn't mean I want her any less.Murmuró, pestañeando varias veces al recordar aquel momento en el que casi fue besada en el Cotillón Real, pero el hijo de Bella y Bestia tuvo que arruinarlo todo.

—Y ahora, para la inauguración de la obra maestra del príncipe de Auradon, diseñado especialmente para su Dama. —Intervino el hombre francés, señalando a Rosalinda. Las trompetas volvieron a sonar y todos se separaron, Evie abrió los ojos y ambas se voltearon para ver el vitral.

  Todos los demás dieron media vuelta, esperando ver la sorpresa que el hijo de Bella tenía para su prometida.

 Uno de los guardias destapó la manta que cubría el vitral y todos comenzaron a murmurar sobre lo hermoso que era, sobre lo tierno que era el príncipe y demás mientras comenzaban a aplaudir, excepto la princesa malvada; cuyos ojos estaban llenos de lágrimas.

— ¿Ben hizo eso? —Susurró la futura reina, sorprendida por la belleza de aquella pieza de arte.

—Sí, lo hizo. —Masculló la villana con rencor.


Number two!Gritaron Mal, Carlos y Jay.

She's after me cuz I'm a Grimhilde daughter, that won't elevates her status, I'd have to be naïve to set that aside. Maybe that is why they introduce Ben to Rosie, now that's his bride. Dijo la princesa malvada, volteándose para ver como él murmuraba cosas en el oído de su esposa. Nice going, Evie, she was right, you will never be satisfied.

— ¡Entonces los declaro marido y mujer! —Sentenció la mujer para luego mirar a su futuro rey. —Puedes besar a la novia. —Añadió, entonces él la tomó por la cintura y acercó su rostro al de ella.

—Lo lamento, Marie. —Murmuró antes de unir sus labios en un beso que confirmara su unión.

—No te atrevas a mentirme en la cara, Florian. —Le susurró la reina de Costa Luna para luego corresponder a su beso.

—Iré afuera. Déjenme sola. —Pidió la chica de cabello azul, cuyas lágrimas caían por sus mejillas, soltó la mano de Mal y se dio media vuelta para marcharse sin siquiera mirar atrás.

—E...—Murmuró la ojiverde, pero sin embargo la dejó ir.

Number three!Gritaron Mal, Carlos y Jay.

I know my girl like I know my own mind; you will never find anyone as trusting or as kind. Prosiguió Evie, sin apartar la vista de la pareja real. If I tell her that I love her he'd be silently resigned, she'd be mine, he would say, "I'm fine".

He'd be lying...Replicaron los cuatro VKs.

But when I fantasize at night, it's Rosie's eyes, as I romanticize what might have been if I hadn't sized her up so quickly... Habló la descendiente de Regina, apretó los labios al verla con él. At least my dear Rosie's his wife; at least I keep her eyes in my life...Murmuró, sus ojos volvieron a brillar y ella los cerró, al abrirlos supo que aquella fantasía había concluido pues había estado soñando despierta durante todo ese tiempo; mientras que todo el mundo continuaba brindando por los nuevos reyes de Auradon.

May you always... Cantó Carter.

Always...—Dijeron las mujeres.

Be satisfied! —Gritó la descendiente del mayor Mason.

Be satisfied! —Exigieron todos los chicos.

Be satisfied! —Demandaron las AKs.

And I know she'll be happy as his bride. —Empezó Evie, mientras oía como todos le insistían para que se quedara satisfecha. —And I know she will never be satisfied, I will never be satisfied. 

  Rosie tenía razón, ella jamás estaría satisfecha. 

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