Capítulo 5: ❝Injusticias y regalos❞ [Parte 1]
28 días para la operación EVIE.
El lunes por la tarde, Carlos y Jay habían llegado a la práctica de R.O.A.R, en donde Scarlett, Cinder y Carter estaban estirándose para comenzar con las pruebas para entrar al equipo.
—Muy bien chicos, tomen sus espadas y vamos a alinearnos. —Ordenó el capitán del equipo, Chad Charming, una vez que terminó de peinar su cabello mientras esperaba a que todos estuvieran listos. —Las personas que quieran entrar al equipo van a luchar primero, pueden escoger a su pareja de combate y pelearán únicamente cuando yo se los diga, y si no tienen compañero... lucharán conmigo. —Explicó mientras caminaba hacia el centro del gimnasio.
—Carlos, ven conmigo, vamos. —Pidió el chico de cabello largo para luego darle una palmada en la espalda, indicándole que lo siguiera, entonces él se colocó exactamente detrás del rubio.
—Sí, claro, como quieras. —Murmuró De Vil, tomando con firmeza su arma para luego caminar hasta estar frente a su pareja.
La pelirroja intercambió miradas con Cinder y la primera se posicionó detrás del hijo de Jafar, mientras que la rubia se colocó detrás del pecoso, Carter suspiró al no tener con quien luchar pero no se resignó y se puso detrás de Scarlett.
—Presenten armas. —Indicó el príncipe de Charmington, elevando su espada y moviendo hacia atrás el brazo que tenía libre, las cinco personas que deseaban entrar al equipo imitaron sus acciones. —Saluden. —Añadió, flexionando el brazo con el que sostenía la espada, sonrió al ver que todos lo seguían.
—Bajen la punta. —Exigió, haciendo exactamente lo que había dicho, las cinco personas nuevas lo obedecieron. —Bajen sus máscaras. —Pidió, con su mano libre se cubrió el rostro con su máscara, al igual que los demás.
—En guardia. —Comentó el capitán del equipo, entonces todos se pusieron en sus posiciones de lucha. —Pareja uno, demuestren sus capacidades. —Masculló, dirigiéndose a los dos VKs, quienes no tardaron en comenzar con el combate.
El menor fue el primero en atacar pero Jay sabía cómo bloquear sus movimientos.
— ¡Mantén tu centro! —Le aconsejó el rubio a Carlos, justo en ese momento su pareja lo tomó por la muñeca con su mano libre y lo hizo girar varias veces para marearlo, haciendo que quedara de espaldas a él.
— ¡Ojos en tu oponente, pequitas! —Dijo el descendiente de Jafar, sonriendo con picardía para luego tocarle el trasero con su espada, ocasionando que su novio se volteara para continuar con aquel enfrentamiento. —Te dejaría ganar, pero eso no es divertido. —Se encogió de hombros y con un rápido movimiento logró desarmarlo.
Inmediatamente el resto del equipo, las porristas que se encontraban en el balcón, y las chicas que aún esperaban ser evaluadas; comenzaron a aplaudir hasta que el hijo de Cenicienta levantó la mano para indicarles que dejaran de hacerlo.
—Impresionante, ahora háganse a un lado y continuemos con esto. —Admitió Chad, entonces ambos jóvenes caminaron hacia donde se encontraba el resto del equipo y el príncipe se dirigió hacia las dos miembros del PPP. —Adelante, chicas. —Murmuró, así que Scarlett y Cinder no perdieron el tiempo y en pocos minutos, la pelirroja estaba tirada en el suelo mientras que su compañera de misión le apuntaba al pecho con su espada; pero la alejó y le ofreció su mano para ayudarla a incorporarse. Scarlett la tomó y se levantó velozmente.
—No es justo, ser mitad Cyborg te da más ventaja, Cin. —Murmuró la última en el oído de la rubia mientras ambas caminaban hacia donde estaban los VKs.
—Eso fue... interesante. —Exclamó el capitán del equipo. —Ahora lucharás conmigo pero vas a perder porque soy más fuerte que tú. —Alardeó él, poniéndose en posición de combate frente a la descendiente del mayor Mason, pero no tardó en comenzar a atacarla; tomando por sorpresa a la chica.
—Ya lo veremos. —Contestó la morocha, quien se apresuró a defenderse con su propia espada, tal y como su padre le había enseñado.
Y entonces una persona enmascarada se metió en aquella batalla y, junto a la Consejera Real de Rosie, no tardaron demasiado en desarmarlo y la persona que se había entrometido lo arrojó al suelo y le pisó la espalda para evitar que se incorporara.
La chica que solía vender cebo en Luisiana se quitó la máscara y no pudo evitar sonreír.
—Gran batalla. —Confesó la prima de Alex Russo. —Dominas bien la espada. —Dijo antes de caminar hacia donde se encontraban sus compañeras de habitación.
Nadie tenía idea de quién había tenido la fuerza suficiente como para ridiculizar al hijo de Cenicienta de esa manera, hasta que aquella persona se quitó la máscara.
— ¡Es Lonnie! —Anunció con emoción Jane, quien había visto la escena desde el balcón, comenzó a aplaudir y las demás porristas imitaron su acción.
— ¡Así se hace, preciosa! —Exclamó la hija de Aurora, quien lideraba ese escuadrón, aplaudiendo sin cesar. — ¡Muéstrales que no necesitas ser rescatada!
—Wow, ella es muy buena. —Dijo Cinder, impresionada.
—Necesitamos más mujeres como ella en el trabajo. —Aseguró la pelirroja, quien estaba a su lado. —Tiene talento puro.
—Ella lleva la lucha en sus venas, sería una excelente agente. —Murmuró la chica que solía vender cebo en Luisiana, luego les guiñó el ojo a sus amigas. — ¡Bravo, querida!
—Tú eres una chica ruda, me agradas. —Admitió el pecoso. —Yo... realmente veo lo fuerte que eres.
—En un mundo en donde la mayoría de la gente quiere mantenerte callada y obediente, debes alzar tu voz y hacer lo que tu corazón dicte. —Habló la joven guerrera para luego dedicarle una sonrisa amable. —Heredé mi fuerza de mamá. —Respondió con orgullo.
—Sí, creo que ya todos nos dimos cuenta de ese insignificante detalle. —Masculló Chad Charming desde el suelo, lamentablemente no podía levantarse debido a que Lonnie pisaba su espalda. — ¡Quítate de encima, me estas aplastando como a un cangrejo, mujer! —Pidió con fastidio, entonces la morocha le hizo caso.
—Déjame ayudarte. —Se ofreció Jay, ofreciéndole su mano, el rubio la tomó y se incorporó velozmente. El villano le dedicó una sonrisa victoriosa a la muchacha que había humillado a un hombre en frente de mucha gente. —No estuvo mal, nena.
—Entonces, debería entrar en el equipo. —Sugirió la descendiente de Mulán, colocando una mano en su cadera.
— ¿¡Qué!? ¡No! ¡Seremos el hazmerreír de la liga! —Gritó el hijo de Cenicienta, indignado. — ¿Y qué pasará después, eh? ¿Habrá mujeres jugando Tourney? Vamos, chicos. —Prosiguió con un tono burlón que hizo que todas las chicas se tensaran.
— ¿Y? —Dudó el menor de los VKs, alzando una ceja pues no comprendía cuál era el punto que su compañero quería destacar.
—Y ustedes no conocen el reglamento porque son nuevos así que permítanme darles una demostración. —Dijo el príncipe, quien sacó un pequeño libro del bolsillo de su pantalón y comenzó a buscar unas páginas en específico. —Sección 2, párrafo 3, 11-4. "El equipo debe estar compuesto por un capitán y ocho hombres". —Leyó en voz alta para luego mostrárselo a la joven guerrera y a los demás presentes.
Las porristas intercambiaron miradas, incómodas, la hija del hada madrina bufó y Audrey se cruzó de brazos.
— ¿Y tú quién te crees que eres para faltarnos el respeto de esta manera? —Intervino Carter, avanzando hacia donde estaba la chica que la había ayudado a derrotarlo. — ¿Te da miedo que ella te vuelva a dejar en ridículo? ¿O que sea más fuerte que tú? ¿O te asusta no tenernos controladas?
—Yo soy el capitán de este equipo, eso significa que yo tengo la última palabra, además las reglas fueron hechas para ser respetadas. Y yo no voy a dejar que nadie, sobre todo ninguna chica, me desautorice. —Alardeó Chad. —Yo no le tengo miedo a nada, las princesas no deben meterse en nuestro territorio.
— ¿Y sabes quién soy yo? ¡Soy la Consejera Real de la futura reina, y mis compañeras que han hecho la prueba para entrar son miembros de la Guardia Real de Costa Luna, por lo tanto si no quieres tener problemas con ella, harás que todas nosotras entremos al equipo! —Exigió la mejor amiga de Rosie, seria. —El mundo no gira en torno a los hombres con la masculinidad frágil, si queremos algo lo vamos a conseguir así que te aconsejo que no te metas en nuestro camino.
—Nosotras vinimos a hacer que Auradon sea mucho mejor y cambiaremos esas reglas anticuadas y misóginas. —Habló Scarlett, mirando con odio a ese príncipe presumido e insoportable.
—Además, les faltan cinco hombres, uno de ellos era Ben quien tuvo que abandonar porque está muy ocupado con todo lo que necesita conseguir para su boda. —Exclamó Lonnie.
—Exacto, nos faltan cinco hombres. —Concordó el rubio.
—Nosotras podemos hacer todo lo que ustedes hacen, ¿quieres otra demostración de nuestras capacidades? —Mencionó Cinder, alzando una ceja.
—Además, de donde nosotros venimos, si eres fuerte; te queremos de nuestro lado, sin importar si eres chica o chico. —Añadió el descendiente de Jafar. —Y esta es la tierra de las oportunidades, así que deberías darle una a ella.
— ¡Quiero silencio porque su capitán les va a hablar! —Alzó la voz el príncipe, quien odiaba ser cuestionado. —He visto su desempeño y quienes han logrado entrar al equipo son Carlos, Jay y el trío de chicas nuevas que pueden meterme en problemas con la próxima heredera al trono, no necesito que vayan corriendo con ella porque todo esto fue solo un malentendido.
— ¡Eres un bastardo infeliz, sabes perfectamente que mi novia estuvo tratando de conseguir un lugar en este equipo desde hace años y no eres capaz de darle el puesto que se merece! ¡Eres el capitán de los misóginos! —Se quejó la hija del hada madrina, cuyos ojos emitían un brillo celeste intenso debido a la furia que sentía. — ¡Si pudiera usar magia, te desterraría a la mismísima Isla de los Perdidos, basura!
—Tranquila, respira conmigo, él siempre será un imbécil. —Murmuró la líder de las porristas, tomando su mano y acariciando su cabello lentamente. —Calma, pequeña...
— ¡Cierra la boca, entrometida! ¡No deberías hablar así del mejor amigo del futuro rey si sabes lo que te conviene! —Exigió el rubio, señalándola con su espada. — ¡El entrenador confía en mí y no seguiré siendo el mejor capitán que ha tenido este equipo si ignoro el reglamento!
— ¡Si mi madre hubiera pensado así, habría perdido la guerra! —Le recriminó la joven guerrera, furiosa.
—Pues dile que debió haberse quedado en donde pertenece, lavando platos y aprendiendo a ser buena esposa. —Contraatacó Chad. — ¡Ahora, la práctica se terminó! ¡Lárguense de mi vista! —Dicho esto él se retiró, al igual que los demás miembros del equipo, dejando solos a los VKs junto a las jóvenes del PPP y las tres chicas de Auradon que habían tenido que soportar el comportamiento del capitán del equipo.
—Algún día, ese bastardo presumido e idiota aprenderá a respetarnos... por las buenas o por las malas. —Gruñó la pelirroja. —No mereces ser tratada de esa manera, Lo.
—Ese imbécil tiene que pagar. —Habló el pecoso, indignado.
—Él no ha vivido en un mundo de mujeres, si no puede ver que no puede tratarnos así, entonces debemos hacer que eso cambie. —Comentó Carter.
— ¡Se merece que lo convierta en una rata! —Protestó la pequeña hada, entonces respiró hondo y sus ojos dejaron de brillar, por lo tanto dirigió su atención a la Consejera Real de Rosie. —Y hablando de cambios, mañana nos reuniremos para organizar los preparativos del Cotillón Real, si quieres ayudarnos eres bienvenida. Puedes traer a alguien más si así lo deseas.
—Estoy de acuerdo, pero no lograremos ningún cambio si ejercemos la violencia, debemos ser estrategas. —Intervino la descendiente del mayor Mason para luego sonreír ante la invitación. —Allí estaré.
Sin decir ni una palabra más, todos se fueron por caminos separados, tenían muchas cosas que hacer durante esa semana.
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27 días para la operación EVIE.
El martes, las AKs estaban reunidas en la habitación de la residencia de Audrey junto a Mal y a Carter, ya que la morocha le había dicho que esa sería una oportunidad excelente para que ella conviviera con las princesas.
A pesar de que la joven de cabello morado no estaba muy interesada en planear eventos –a los que ni siquiera quería asistir pero tenía que hacerlo pues era su maldito deber–, solo había aceptado para que la prima de Alex Russo no la molestara. Y, mientras las demás hablaban de qué recuerdo de la fiesta podrían entregar –no se decidían entre cadenas, llaveros o cubre-lápices–, Mal simplemente observaba cada rincón de la habitación.
Todo era de color rosado, la cama era enorme y se veía muy cómoda, en las dos mesas de luz se encontraban fotografías de la dueña del cuarto junto al futuro rey de Auradon en diferentes etapas de sus vidas; también había retratos de ambos encima de la chimenea, por lo tanto fue fácil que la villana dedujera que esos dos habían sido muy cercanos durante muchísimos años... hasta que el compromiso de Rosie y Ben fue arreglado.
— ¡No puedo creer que él quiera que entreguemos llaveros! ¡Tiene muchísimo dinero y pretende regalar algo tan insignificante como eso! —Protestó la rubia, frustrada.
—Al menos a ustedes no le da las sobras de comida. —Masculló la ojiverde, algo distraída pues durante dieciséis años había soñado con tener una habitación tan grande como esta –obviamente no tendría ese color rosado chillón en las paredes pues lo odiaba con toda su alma– pero desgraciadamente había nacido en la Isla de los Perdidos.
Aunque, pronto, ella sabía que todo esto sería suyo. Solo... tenía que ser paciente, a pesar de que eso le costaba muchísimo.
Carter le dio un codazo que logró sacarla de sus pensamientos y percatarse de que las cuatro chicas la estaban mirando atentamente.
—Claro que yo nunca tuve que pasar por eso porque en Costa Luna jamás me faltó nada gracias a Rosie. —Mintió la villana. —Ustedes dijeron que Ben quiere sorprender a su chica con un vitral especial, yo podría diseñarlo si les parece bien. —Cambió de tema velozmente al darse cuenta de que la hija de Aurora había abierto la boca, seguramente para comenzar a interrogarla.
— ¡Esa es una idea magnífica! Él tendrá que aprobarlo pero estoy segura de que le encantará lo que planees hacer, tiene que ser perfecto, tiene que expresar el amor verdadero que hay entre ambos. —Exclamó Jane.
La ojiverde tuvo que apretar los labios para impedir que se le escapara una carcajada, pues ella era consciente de que la pequeña hada no tenía razón y, por más que se moría de ganas de confesar la verdad, sabía que no le convenía que aquel secreto saliera a la luz.
Además, ella creía que la oportunidad de exponerlo jamás se le presentaría.
—Ya que eso era la última cosa que debíamos definir, declaro esta reunión oficialmente concluida. —Dijo la princesa de Auroria, sonriendo victoriosa. —Gracias por haber venido, pueden irse ya. —Añadió antes de levantarse del sofá en el que se había sentado.
—Espera un momento...—Intervino la joven guerrera, tomándola de la mano para detenerla—... ¿qué es eso que tienes en el brazo?
Inmediatamente todas observaron aquella parte de su cuerpo y se dieron cuenta de que allí había una marca bastante peculiar.
— ¿Ben te hizo eso? —Cuestionó la chica de ojos celestes, recordando aquel pequeño espectáculo que ambos habían realizado antes de que los nuevos aparecieran en la celebración que habían hecho en su honor.
Cuando Audrey asintió con la cabeza, Mal se dio cuenta de que la futura reina no había sido la única que había tenido que soportar la ira del chico Bestia.
—Oh, eso es horrible. —Dijo Carter, sorprendida por lo que acababa de oír, pues él no era ningún príncipe encantador. — ¿Cuándo sucedió esto? ¡Tenemos que hacer algo!
—Fue antes de que ustedes llegaran al Banquete de Bienvenida, supongo que a mi ex mejor amigo no le gustó que le dijera sus verdades en la cara y cuando quise irme, él me siguió hasta que me encontró y me tomó del brazo con fuerza para evitar que me marchara; se negó a soltarme, afortunadamente ustedes aparecieron en el momento perfecto para que yo pudiera salir de ahí sin ser vista. —Respondió la rubia, suspiró y entonces negó con la cabeza. —No podemos hacer nada, él será el rey, además ¿quién creería que el futuro heredero al trono es un monstruo? Absolutamente nadie. Los Beast han tenido engañado al reino por años.
—Cuando ustedes estaban saliendo, también te golpeaba, pero tú ponías excusas tontas para cubrirlo... —Admitió Lonnie, recordando todos esos años en los que la princesa había sufrido en silencio y no se había dejado ayudar. Al mirarla, se dio cuenta de que ella estaba a punto de largarse a llorar y la abrazó con fuerza. —... pero ya no te vas a quedar callada.
—No sé qué hice para merecer todos sus maltratos, ¡quise darle lo mejor de mí, nunca cuestioné ni una sola de sus decisiones! Y aún así, no fui suficiente; lo soporté por años hasta que por fin tuve el valor de abandonarlo. —Sollozó la descendiente de Aurora, buscando refugio en los brazos de su amiga. —Todo estaba bien entre nosotros cuando éramos niños, pero cuando crecimos todo cambió, desde ese momento fui infeliz a su lado.
—Hey, tú no hiciste nada mal, él quiso hacerte creer eso desde que comenzó a manipularte; hiciste lo correcto al dejarlo. —Exclamó la hija del hada madrina, uniéndose al abrazo.
La chica de cabello morado se incorporó de su asiento y la mejor amiga de Rosie le hizo una señal con la cabeza para indicarle que sería bueno que ella también le mostrara su apoyo a Audrey, pero en lugar de eso la villana caminó hacia su cama y se dejó caer en la misma.
— ¿Cómo alguien con esta cama puede ser infeliz? —Protestó la ojiverde, pero la verdad era que no comprendía el infierno por el que la princesa había tenido que pasar, ya que sus vidas jamás se habrían cruzado si las agentes del PPP no hubiesen aparecido en la Isla de los Perdidos para rescatarlos.
La joven que solía vender cebo en Luisiana llevó su mano a su frente mientras negaba con la cabeza, Mal definitivamente tenía mucho que aprender aún.
—Hermosa, no lo necesitas, te mereces a alguien mucho mejor que sepa valorarte y estoy segura de que encontrarás a esa persona tarde o temprano. —Habló la morocha, dirigiéndose hacia la dueña de la habitación, luego avanzó hacia la cama en la que se hallaba la Princesa del Inframundo. —Y en cuanto a ti, debes venir conmigo, es hora de que te de una lección privada sobre la empatía. —Ordenó, cruzándose de brazos.
— ¡Pero estoy muy cómoda! —Se quejó la compañera de cuarto de Evie, haciendo pucheros mientras se acomodaba mejor en la cama, pero entonces asimiló que Carter deseaba estar a solas con ella y se levantó rápidamente. —No perdamos el tiempo, sugiero que vayamos a mi cuarto porque puedo poner un dibujo de un dragón en la puerta para que mi mejor amiga sepa que no debe interrumpir porque estoy pasando un buen rato con una chica, pero existe la posibilidad de que se nos una porque le encantan los tríos; ¡hasta la próxima, princesitas! —Dicho esto, saludó con la mano a las AKs para luego abrir la puerta y retirarse.
— ¡La última en llegar a tu habitación es la pasiva! ¡Adiós, chicas! —La desafió Carter antes de ir tras la villana.
— ¡Usen protección! —Les recordó la joven guerrera. — ¡Me refiero a guantes de látex!
—Noble corcel, fuerte y capaz, a mi cuarto me llevarás. —Susurró la chica de cabello morado y entonces un humo verde y violeta la rodeó, unos segundos después llegó a su destino así que buscó el dibujo de dragón –el cual simbolizaba un código de la Isla que ella solía usar con su pandilla– y lo colocó en la puerta, luego se volteó para dirigirse hacia su cama pero se sorprendió al ver a Carter sentada sobre la misma. — ¿Cómo mierda llegaste antes que yo?
—Una agente inteligente jamás revela sus trucos, dragoncita. —Respondió la descendiente del mayor Mason antes de guiñarle el ojo. —Sin embargo, yo creo que mereces unos besos por tu esfuerzo. —Sugirió mientras dejaba su bolso en el suelo.
— ¡Por Lucifer! ¡No puedo creer que tenga que ser la pasiva otra vez! —Se quejó Mal y bufó, sin embargo al oír aquella propuesta caminó hacia la morocha y se sentó sobre sus piernas, Carter unió sus labios apasionadamente y la ojiverde le correspondió mientras que la chica que solía vender cebo en Luisiana le quitaba el chaleco. — ¿Haces esto con todas las princesas a las que rescatas? —Dudó entre besos.
—Te juro que conmigo disfrutarás. —Aseguró la mejor amiga de Rosie, quien se separó de ella para recostarla en la cama y empezar a besar su cuello, al oír aquella pregunta no pudo evitar soltar una carcajada que logró estremecer a la dueña de la habitación. —No, solo con las más peligrosas... eso significa que tú eres la primera con la que me acuesto, dragoncita.
—Estas haciendo que cada centímetro de mi cuerpo arda de placer cada vez que me llamas de esa manera. —Confesó la hija de Maléfica, mordiéndose el labio inferior con fuerza. —Espero que seas consciente de que estas jugando con fuego y vas a quemarte...
—Bueno, solo hay una manera de comprobarlo. —Murmuró la morocha mientras llevaba una de sus manos hacia la entrepierna de la villana para acariciarla por encima de su falda. —Amo el peligro, así que está bien para mí.
—A ver si esto es todavía mejor... —Exclamó la ojiverde para acto seguido quitarse la blusa violeta en la que tenía el símbolo de un dragón morado y uno verde abrazados, dejando al descubierto su sostén de color púrpura. Carter alzó una ceja, observando con atención el cuerpo de la mujer que se encontraba a su merced, no dudó en llevar su mano libre sobre la tela para acariciar sus senos pero la dueña del cuarto fue más veloz y la tomó de la muñeca antes de que la tocara—. Ah-ah, cariño, te dejaré hacerlo cuando yo pueda ver lo que me interesa. —Intervino, mirando sin disimulo la camisa que ella estaba usando.
—No tienes actitud de pasiva, eso me agrada. —Dijo la agente del PPP antes de comenzar a desabrocharse los botones de la camisa lentamente, luego se la quitó y la tiró al suelo, mostrando su sostén de encaje rojo. —Tengo una sorpresa para ti, está en mi bolso, así que búscala. —Cambió de tema al recordar el verdadero motivo por el que había querido estar a solas con ella.
—Más te vale que valga la pena o voy a hacer que te arrepientas de haberme conocido... —Le advirtió la chica de la Isla mientras que Carter se levantaba de encima de ella, la última tomó el bolso que se encontraba en el suelo y se sentó sobre las piernas de la morocha mientras revisaba el mismo hasta que sacó un libro—... ¿acaso aquí es donde tú escribes tus fantasías sexuales? —Preguntó, algo confundida, pero empezó a besar el cuello de la morocha mientras que sus manos acariciaban la espalda de la última; buscando desabrochar su sostén.
— ¡Sí! Digo no, digo sí... ¿sabes qué?, eso no importa porque... yo sé que tarde o temprano lo descubrirás. —Contestó la prima de Alex Russo, quien comenzó a gemir debido a las provocaciones de Mal, le costaba mucho concentrarse pero dio lo mejor de sí misma para lograrlo. —De hecho, este fue mi diario íntimo durante años, pero ahora quiero regalártelo... porque podrás desahogarte escribiendo cuando tengas otro ataque de ansiedad, a mi me funcionó cuando los tuve. —Prosiguió entre gemidos.
La villana finalmente logró desabrochar el sostén y se separó de su cuello para poder deshacerse de aquella prenda, entonces observó a la mejor amiga de Rosie, sin encontrar las palabras para agradecerle por aquel gesto tan dulce; se mordió el labio inferior y depositó el libro encima de su mesa de luz para luego acomodarse mejor sobre la cama mientras que la chica que la había rescatado le quitaba la falda junto con sus bragas y se colocaba encima de ella, lista para hacerla gozar.
Mal no tuvo relaciones sexuales con Carter. Mal hizo el amor con ella por primera vez en su vida.
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