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Capitulo 35: El final de una era

  Habían pasado varias semanas desde que los piratas habían regresado a la Isla, y Rosie había cumplido todas las promesas que había hecho para mejorar la calidad de vida en aquel lugar, manteniéndose en contacto con Uma. Finalmente la reina de Costa Luna estaba haciendo todo lo que había querido hacer desde que llegó a Auradon y no podía estar más feliz.

Su madre la había ayudado con todo eso, además de que también había estado muy atenta a todo lo que Mal y Carter necesitaban para su fiesta de compromiso y su boda.

  Habían elegido dos fechas para ambas, respectivamente, y luego de mucho trabajo y ansias –y muchas pruebas de vestidos en Evie's 4 Hearts–; todos estaban reunidos en la plaza de Auradon.

Mientras tanto, en la Isla de los Perdidos, todos estaban reunidos en la plaza de aquel lugar; debido a que gracias a Carlos, Jane y Rosie, se había podido instalar una pantalla en aquel sector para transmitir eventos importantes como ese. Uma, Harry, Gil y Celia eran los más emocionados por aquella fiesta.

  La hija del Mayor Mason había invitado a la gente a la que consideraba su familia: Cinder, Scarlett, Cress (quien estaba más emocionada que el resto ya que no había muchas ocasiones en las que saliera de su satélite); Winter (la princesa de la Luna), Kai (el novio de Cinder), Wolf (el hombre lobo, pareja de Scarlett), Thorne y Alex. Incluso había hecho una invitación para su padre –pero se había arrepentido a último momento y había decidido no enviarla–, que había terminado escondida debajo de su almohada.

Evie estaba hablando con Carlos y Jay en cuanto Mal y Carter cruzaron el puente, captando su atención.

— ¡Y aquí vienen las más bellas, después de mí obviamente! —Dijo la chica de cabello azul, para luego reír. Carter, quien venía tomada de la mano de su prometida y saludando con su mano libre con una sonrisa, no pudo evitar soltar una carcajada. Mientras que la descendiente de Maléfica solo arrugó la nariz y le mostró su dedo del medio.

La reina de Auradon hizo contacto visual con su mejor amiga y la saludó con la mano, estando junto a su madre y el señor Elegante –sí, le había pedido a su diseñador de atuendos y amigo de su familia que viniera– quienes también se veían felices.

—Ya te lo dije antes, pero estas preciosa. —Le dijo la agente del PPP a la ojiverde, se detuvo delante de las escaleras que las llevaban al balcón y le sonrió. — ¿Subimos, dragoncita?

—Vamos a subir Car. —Accedió la VK, cuya felicidad se notaba. —Pero promete que me darás fresas. —Le pidió, seria.

—Claro que te daré fresas, y todo lo que quieras a partir de ahora. —Le dijo la chica de Luisiana, le guiñó el ojo y ambas comenzaron a subir las escaleras para luego acercarse hacia la baranda del balcón, mientras todos aplaudían y gritaban. Se acercó a su oído y murmuró—: ¿Quieres hablar tú o agradezco yo a todos por haber venido?

—Habla tú, tengo pánico escénico y los discursos no son lo mío. —Susurró Mal, mirándola con ternura, porque en ese momento solo tenía ojos para ella. Solo importaba su chica. —Si fuera por mí ya los habría hechizado a todos con una rueca...

—Como desees, cariño. —Accedió la muchacha, quien acomodó su cabello antes de volver a mirar a su alrededor y aclarar su garganta para que todos se callaran, lo cual afortunadamente logró. —Mi dragoncita y yo queremos agradecerles por acompañarnos en nuestra fiesta de compromiso, realmente significa mucho para nosotras que todos ustedes estén aquí. Y podría pasarme la vida entera hablando de lo mucho que amo a Mal, pero no los quiero aburrir; además... sé que la reina tiene algo que quiere compartir con todos nosotros. ¿Quieres subir, Rosie? —Dijo, dirigiendo su mirada hacia la susodicha.

— ¡Rosie, Rosie, Rosie, Rosie! —Se oyó a Cress y los demás agentes del PPP, coreando el nombre de su amiga mientras ella subía las escaleras hacia el balcón y se acercaba a la pareja, para observar a la multitud.

—Hoy estamos aquí para conmemorar algo muy importante. Hoy es la fiesta de compromiso de mi mejor amiga, Carter. —Comenzó a hablar la chica de Costa Luna, mirando a su compañera de misión con orgullo para luego volver a mirar al frente. —Hoy mi mejor amiga, una chica magnífica y perfecta, se compromete con Mal: la hija de la villana más temida por todos. —Dijo, mirando a la ojiverde.

Lucifer/Maléfica, quien estaba entre la multitud, maulló para hacerse notar.

—Y precisamente para eso estoy aquí, no para hablarles como su reina; sino como una amiga. —Prosiguió Rosalinda, sonriendo. —Hace más de siete meses, yo, Rosalinda Marie Montoya; reina de Costa Luna, decidí como agente secreta de una organización protectora de princesas como es el PPP, traer aquí, a Auradon, a cuatro chicos de la Isla. —Confesó, causando sorpresa en los habitantes de Auradon que se encontraban en la celebración, quienes inmediatamente comenzaron a murmurar.

La joven esperó unos segundos antes de continuar hablando.

—Admito que fue una decisión un tanto precipitada, que tuvo consecuencias horribles, sin embargo considero que nadie; por más malo que sea, debe vivir bajo las condiciones inhumanas en las que viven los VKs. —Prosiguió la muchacha, mirando específicamente  a Evie, Jay; Carlos y Mal. —Soy consciente de que un corazón humano puede ser oscuro; pero para quien vive rodeado de luz es imposible volver a caer en la oscuridad.

Entonces la joven observó a sus súbditos, quienes se habían callado para oírla.

—Hay rencores eternos, hay odios que permanecen intactos por varias décadas, incluso existen sentimientos y personas horribles; las cuales no son más que el resultado de un comportamiento déspota, tirano, y cruel de los "buenos". —Exclamó Rosie, segura. —Siempre serás el villano de una historia mal contada, siempre serás el malo de esa persona que te detesta. —Dijo, mirando a Lucifer/Maléfica que se había sentado cerca de Dizzy, observando a la reina con cierto interés.

Carter sonrió, asintiendo ante sus palabras.

—Por eso los cito a analizar bien las cosas. —Propuso la gobernante, mirando hacia la Isla. — ¿En serio es justo que gente inocente permanezca en una prisión por crímenes que no
cometieron? ¿En serio es justo fomentar tanto rencor en las generaciones futuras y pasadas? —Los interrogó, causando que la gente volviera a hablar en voz baja.

—No lo es. No es justo para nadie. Todos merecemos una segunda oportunidad, aunque luego nos traicionen, al menos no quedó en nuestras manos. Todos somos humanos, hechiceros, hadas; princesas o príncipes, dragones o diseñadores, o quizás mendigos; pero
eso no nos hace diferentes. —Aclaró la chica, negando con la cabeza, haciendo que todos los VKs –que estaban en la Isla y en Auradon– sintieran un poquito de esperanza, se sintieran comprendidos por primera vez en sus vidas. —Desde que llegué aquí, aprendí que no puedes vivir con el miedo de decir tu opinión. Tienes que hacerte oír, si la gente no está dispuesta a escucharte, alza tu voz. Grita si lo necesitas, pero no puedes quedarte en silencio. Todos tenemos el derecho de ser escuchados, el miedo no te protege de nada. El miedo te limita a seguir tus sueños. El miedo te paraliza, por eso vivir con miedo no es una opción que quiero que ustedes sientan mientras este sea mí reino.

Los VKs intercambiaron miradas, había lágrimas en sus ojos.

—Nunca sabes de dónde vendrá la maldad. Y tampoco sabes de dónde vendrán los héroes. —Masculló la chica de Costa Luna. —Cuando conocí a Mal, Evie, Carlos y Jay; solo eran cuatro adolescentes asustados y capaces de hacer cualquier cosa. Tal vez, al principio, no tuvieron las mejores intenciones. Hicieron cosas con las que tendrán que vivir durante el resto de sus vidas. Pero pasaron por mucho y aprendieron lecciones valiosas. Ellos iniciaron el caos, pero sin ellos, y sin Uma y sus piratas; ni sin Celia, sin Jane, Audrey, Lonnie ni sin mis compañeros del PPP... Auradon ya no existiría.

Los mencionados bajaron la mirada, las AKs sonreían con tristeza.

—Todos somos capaces de ceder ante el bien o ante el mal, sin importar de qué lado de la barrera provengamos, así que todos merecemos ser tratados con respeto; con paciencia y con amor. —Les dijo la descendiente de la ex reina Sophia, quien sonrió. —Por eso el día de hoy, yo decidí llevar a cabo una gran decisión. Posiblemente vaya en contra de los principios de muchos de ustedes; pero vuelvo a recalcar: todos somos iguales, todos merecemos una segunda oportunidad. —Añadió, haciéndole una seña a la descendiente del Hada Madrina para que se acercara, la menor no tardó en subir las escaleras para aproximarse hacia ellas; con su objeto mágico en sus manos.

—Hoy dos tierras se unirán, hoy vamos a considerarnos humanos. Hoy seremos solidarios y bondadosos, hoy entenderemos que no hay nada que el amor no pueda lograr. —Prosiguió Rosie, Jane le entregó su varita mágica para luego hacer una reverencia ante ella, sin dejar de sonreír mientras se movía hacia un costado. —Yo, la reina de Auradon, decido hoy; romper de una vez por todas esa barrera. —Dijo para luego hacerles una señal a Evie, Carlos y Jay para que se unieran a ellas.

—Esa es mi reina. —Mencionó Carter con orgullo, colocando una mano en su hombro como muestra de apoyo, mientras sonreía.

Evie aún observaba a sus amigos, demasiado conmovida por aquel discurso, por lo tanto aún no había podido reaccionar.

— ¡Sí! —Gritó Carlos, emocionado, asustando a la princesa malvada; provocando que los demás solamente se rieran. — ¡Al fin alguien se atreve a hacer lo que nosotros temíamos!

—Pellízcame porque no puedo creer que esto es real. —Murmuró la hija de Regina, mirando de reojo a Jay, aún estando conmovida.

—Dragoncita... —Habló Carter, llamando la atención de su prometida, sonriendo. —Rómpela. —Le dijo, la VK la observó con todo el amor del mundo mientras colocaba sus dos manos en el rostro de la chica de Luisiana para entonces besarla apasionadamente.

La multitud comenzó a aplaudir, y fue el momento en el que el hijo de Jafar le ofreció la mano a Evie para subir al balcón, siendo seguidos por el pecoso.

  Rosie se acercó a Mal para entregarle la varita mágica, asintiendo con la cabeza, sin dejar de sonreír. Los tres VKs restantes llegaron a su lado, mientras el público los alentaba.

—No puedo creerlo. —Habló la ojiverde, viendo como Lucifer se acercaba a Audrey de manera amigable, luego la chica de cabello morado miró a su mejor amiga y tomó su mano con la que Mal sostenía la varita; mientras Carter y Rosie se colocaban detrás de los cuatro. — ¿La rompemos, E? —Dudó, mirándola con lágrimas de emoción en sus ojitos.

La dueña de Evie's 4 Hearts entrelazó sus dedos con los de su compañera y la miró a los ojos.

—La rompemos, M. —Afirmó con seguridad para luego ver a los muchachos, ofreciéndole su mano libre a Carlos. — ¿Juntos hasta el final?

—Juntos hasta el final, E. —Prometió el menor de los VKs, tomando la mano que le ofrecía, feliz.

—Juntos hasta el final. —Habló el ex ladrón, agarrando la mano libre que Mal, con el corazón lleno de orgullo.

— ¿Crees que necesiten una varita más? —Murmuró Carter en el oído de Rosie, dispuesta a ayudar. —Puedo darles la mía... si es necesario.

—No creo. —Se opuso la reina, tomando la mano de su compañera de aventuras.

—Lo hiciste, Ro. —Le recordó la descendiente del mayor Mason, pero la joven negó con la cabeza.

—Lo hicimos juntas, Car. —La corrigió su mejor amiga.

—A la una... —Empezó a hablar Mal, mirando a Evie.

—A las dos... —Continuó la princesa malvada, observando a los chicos.

—A las tres...—Dijeron los cuatro VKs.

Este mundo debe ser diferente... —Comenzó a hablar Mal, mirando su hogar a lo lejos.

Tenemos que hacerlo frente a frente. —Se unieron Evie, Carlos y Jay, entonces las chicas apuntaron hacia la Isla con el artefacto mágico, del cual salió disparado un rayo que comenzó a desaparecer la cúpula que rodeaba ese pedazo de tierra; al igual que las nubes que solían estar encima de la Isla.

  La gente de Auradon comenzó a gritar de emoción cuando el puente de Auradon empezó a unirse con el de la Isla por arte de magia, mientras los core four observaban todo, shockeados.

  Mal rió y Jay la abrazó, Carlos rodeó con sus brazos a Evie quien lloraba de la emoción, la chica de cabello azul tomó la mano de Mal y finalmente los cuatro sostuvieron la varita para finalmente abrazarse.

  Carter abrazó a Rosie.

Mientras tanto en la Isla, todos se acercaron al puente al sentir los cálidos rayos del sol que les llegaban. Celia y los piratas fueron los últimos en acercarse y sonrieron.

  La pequeña Facilier abrazó a sus hermanas, Valentina y Sabrina también se abrazaron con su padre, Harry rodeó a Gil con sus brazos; mientras que Uma solo observaba hacia el horizonte, sonriendo y negando con la cabeza, pues aún no podía creer lo que veía frente a ella.

—Mi plan... —Mencionó la hija de Úrsula, con una gran sonrisa, antes de dar varias vueltas en su lugar; con los brazos extendidos. Ya podía sentir la libertad otra vez y lo más gratificante de todo era que esta vez aquello duraría para siempre. — ¡Sí! —Gritó con alegría para luego subir corriendo las escaleras hacia el balcón que había en la plaza de la Isla.

  Por otro lado, en Auradon, Mal estaba devolviéndole la varita a Jane y abrazándola con fuerza; mientras que sus amigos estaban detrás de ella; charlando con Carter, Rosie y los demás AKs –incluido el hermano de Lonnie, claramente– sobre lo que acababa de pasar.

  La chica de cabello morado volvió a acercarse a la baranda del balcón, apoyando sus brazos en la misma.

It's time to it bring together, time for a brand new start. —Empezó a cantar, con una sonrisa enorme.

We're gonna put it in mo-oh-otion, break down what keeps us apart. —Cantó Uma, acercándose a la baranda del balcón de la Isla, los VKs la vitoreaban. Sus piratas y Celia se encontraban detrás de ella.

No more, no division, we down. New team, got the vision... —Siguió la ojiverde, chasqueando los dedos.

United. —Cantaron ambas al mismo tiempo.

So we stand, now we living marching in the light, one two, one two like... —Continuó la chica de cabello turquesa.

I see you. —Exclamó Mal, extendiendo sus brazos en dirección hacia la brujita del mar.

You see me. —Dijo la capitana, señalándola con felicidad.

Imperfect. —Masculló la ojiverde, extendiendo sus brazos.

Perfectly. —Cantó la morena, abrazándose a sí misma.

Face to face we can see clearly our similarities like... —Cantaron las dos.

Day and night. —Habló la pirata.

Wrong or right. —Exclamó la descendiente de Malefica, mientras los tres VKs estaban abrazándola, haciendo los coros.

We come together for a good time. —Dijo la brujita del mar, mientras sus piratas y Celia se acercaban, ella abrazo a la menor.

We're gonna break this down, we're gonna rock the town. —Cantaron los core four, junto a los piratas, los AKs, Carter y Rosie. Uma, Celia, Harry y Gil se dirigieron hacia las escaleras, mientras que los demás seguían cantando en su respectivo balcón.  —Everyone all around, let's be whoever like this, stronger together like this. —Dicho esto, los jóvenes corrieron hacia las escaleras, emocionados por el reencuentro. 

Believing in second chances. —Exclamó la chica de cabello turquesa, bajando las escaleras junto a la pequeña Facilier.

And we're all starting today. —Dijo Celia, acomodándose la chaqueta y bailando hasta llegar junto a los demás VKs. 

Marching on in a new land. —Cantó Harry, acercándose hacia su capitana. 

Our world's a better, a better place. —Aseguró el primer oficial junto a la hija de Úrsula, entonces ambos se tomaron de las manos, luego Uma entrelazó su mano libre con la de la pequeña estafadora y ella hizo lo mismo con la del descendiente de Gastón; comenzando a avanzar hacia el puente sin dejar de danzar, siendo seguidos por un montón de VKs.

Welcome, the addition new love. —Masculló Evie, dirigiéndose hacia el puente con los brazos extendidos, con sus mejores amigos a sus costados y bastantes AKs detrás.

Unity, new beginning for us. —Añadió el pecoso.

Harmony, that's the mission marching. —Comentó el hijo de Jafar, mientras cruzaban el puente que les daba la bienvenida a Auradon.

In the light, one two, one two like... —Cantaron los core four, los sea three y Celia, mientras se acercaban cada vez mas hacia donde el otro grupo estaba.

I see you. —Exclamaron Mal, Evie, Carlos y Jay; señalando a los VKs con entusiasmo.

You see me. —Respondieron el trío de piratas y la pequeña Facilier.

Imperfect. —Dijeron los core four.

Perfectly. —Exclamaron Uma, Harry, Celia y Gil.

Face to face we can see clearly our similarities like... —Cantaron los VKs.

Day and night. —Comentaron Mal, Evie, Carlos y Jay.

Wrong or right. —Replicaron el trio de piratas y la hermanita menor de Freddie.

We come together for a good time. —Cantaron los ocho VKs, encontrándose frente a frente por primera vez desde que se habían separado.

We're gonna break this down, we're gonna rock the town. —Exclamaron todos los VKs, bailando cada vez mas cerca. Mal tomo la mano de Uma, Evie sostuvo la mano de Celia, Jay entrelazo su mano con la de Gil y Carlos tomo la de Harry para entonces comenzar a correr hacia el lado de Auradon; con el resto de la multitud siguiéndolos. Por fin eran libres. —Everyone all around, just be whoever like this, stronger together like this, we reunited like this. 

  Cuando estuvieron a unos metros de la gente de Auradon, los VKs observaban todo a su alrededor con entusiasmo. Rosie se encontraba adelante de sus súbditos, con Carter a su derecha.

Bringing it, bringing it, b-b-b-bringing it down, bringing it, bringing it, b-b-b-bringing it down. —Cantaron todos mientras bailaban. —Bringing it, bringing it, b-b-b-bringing it down, bringing it, bringing it, b-b-b-bringing it down.

—Down! —Exclamo Mal, mientras todos los VKs que vivían en Auradon corrían con entusiasmo hacia donde se encontraban sus parejas en el lado del reino, acomodándose entre los AKs. La chica de cabello morado acaricio la mejilla de su prometida cuando llego a su lado, mientras que los otros VKs aun asimilaban que aquello realmente estaba pasando. 

 Cuando la reina de Auradon hizo una reverencia ante ellos, que todos los que estaban a su alrededor imitaron, fue cuando Uma sonrió victoriosa. Eran oficialmente bienvenidos a Auradon para quedarse ahí para siempre, si así lo deseaban. Observo a la descendiente de Aurora, quien aun permanecía inclinada en señal de respeto, entonces la brujita del mar grito de la emoción y corrió hacia los brazos de Mal; dando un par de vueltas con ella para luego ir a reencontrarse con su novia, con quien unió sus labios en un apasionado beso. Harry, Gil, Celia y los demás también corrieron hacia el reencuentro con sus familiares o con completos desconocidos que los estaban recibiendo de tan buena manera.  

 Y siguieron bailando en parejas, disfrutando que eran libres y felices, que no tenían que preocuparse por ningún peligro; que ya todo estaba bien y habían conseguido lo que todos tanto anhelaban: libertad. La luz del sol los iluminaba, pues en Auradon los días siempre eran así de alegres. 

We're gonna break this down. —Cantaron todos, sin dejar de danzar. 

Break this down. —Exclamo la chica de Luisiana. 

We're gonna rock the town. —Insistieron todos.

Oh, we're gonna rock this town. —Aseguro la hija de Úrsula, feliz. 

Everyone all around. —Gritaron todos. 

Oh, around. —Añadio Evie, bailando junto a Rosie.

Just be whoever like this. —Cantaron todos. 

Come on! —Los alentó Carter. 

Stronger together like this. —Mencionaron todos con orgullo.

Uh. —Tarareo Uma.

We be united like this. —Gritaron los demás. —We're gonna break this down.

Come on! We're gonna break this down. —Cantaron Mal, Evie, Carter y Rosie.

We're gonna rock the town. —Insistieron todos.

Come on. —Alzo la voz Lonnie.

Everybody on the isle gonna like this. —Cantaron las VKs.

Everyone all around. —Gritaron todos.

Oh, around. —Añadió Jane.

Just be whoever like this. —Mascullaron los AKs y VKs. —Stronger together like this.

Stronger together like this. —Repitieron Uma y Audrey.

We reunited like this. —Cantaron todos.

Hey! —Grito Evie.

Bringing it, bringing it, b-b-bringing it down. —Finalizaron todos, dejando que sus brazos cayeran a los costados de sus cuerpos, mientras respiraban profundo.

   Valentina y Sabrina se acercaron a Jane para abrazarla, Carter y Rosie las imitaron, al igual que Freddie y Ariana hicieron lo mismo con Celia; quien luego de eso se aparto para correr junto a Dizzy hacia donde estaba Mal, quien las abrazo a ambas. Evie no tardo en unirse a aquel abrazo, que fue interrumpido por la pequeña pelirroja, quien al ver como sus parientes cruzaban el puente; se apartó para ir corriendo hacia ellas. 

— ¡Abuela! ¡Mamá! ¡Tía! —Gritó la menor, abrazándolas en cuanto llegó junto a ellas, quienes le correspondieron el gesto con bastante incomodidad. —Amaran estar aquí, les mostraré dónde se comen los ricos helados y...

—Wow, wow, wow, un momento, pequeña ra... hijita. —Intervino Drizella rápidamente, apartándose de ella luego de unos segundos, acomodó su vestido mientras observaba el entorno. — ¿Dónde está el gato? —Se atrevió a preguntar.

— ¿Se lo comieron los ratones? —Se burló Anastasia, buscándolo con la mirada hasta que lo encontró, cerca de ahí; entre la gente. El felino abrió  los ojos con sorpresa y maulló justo cuando la recién llegada estiró su brazo para señalarlo. — ¡Mira al gato cagón! ¡Está más gordo y negro que la última vez! ¡Vamos a comerlo! —Alzó la voz, comenzando a correr para alcanzarlo junto a su hermana.

— ¡No se lo pueden comer! —Replicó la nieta de Lady Tremaine, haciendo una mueca al ver como su mascota trataba de buscar un escondite, o alguien que lo salvara. — ¡Es que no les gustará ya! —Gruñó, negando con la cabeza.

— ¡Niñas, niñas! ¡Compórtense como las damas que eduqué, dúo de imbéciles! —Las regañó la madrastra de Cenicienta, para luego bufar. —Ese maldito gato...

— ¡Agárralo de una pata, Anaspotasa, yo lo sostendré de la otra! —Exigió Drizella, corriendo, solo para ver como la pelirroja trataba de tomarlo por la cola delante de la gente de Auradon. — ¡Estúpida, te dije que por la pata! —Le recriminó.

— ¡A mí no me des órdenes, Dricerda! ¡Yo soy la mayor, por lo tanto tú me obedeces a mí! —Gritó Anastasia, empujando a los auradianos que bailaban para tratar de alcanzar al felino. — ¡Te comeré, Lucifer! ¡Ya verás gato cagón!

—Ay, pero que vergüenza. —Exclamó Dizzy, negando con la cabeza y llevándose la mano al puente de la nariz, avergonzada. —Yo no las conozco, ellas no son mis familiares, no. —Le dijo a su abuela. 

El gato, que estaba bastante gordo porque Chad le había dado cualquiera comida para evitar que se lo comiera –al parecer el felino seguía viéndolo como una presa aunque ya no era un pez–, se cansó de correr y con torpeza saltó hacia el hombro de la primera persona que reconoció: Audrey.

  La rubia no tardó en darse cuenta de aquello, y con algo de miedo, cargó al animal en sus brazos.

— ¡Bestia! ¡No lo rompas! —Lo regañó la adolescente, pero el gato se acurrucó en sus pechos de forma descarada, pues era costumbre familiar que las rubias les llamaran la atención. La hija de Úrsula, que estaba a unos pasos lejos de ella bailando con Rosie y Evie, alzó una ceja.

El escándalo provocado por la chica de Auroria interrumpió la sesión de besos y toqueteos de la pareja homenajeada, por lo tanto ambas se separaron.

— ¡Mamá! —Gritó Mal, dándose cuenta de lo que pasaba. — ¡No toquen a ese gato! —Les advirtió, corriendo hacia el lugar, dejando a su prometida sola. 

— ¿¡Es en serio!? —Se quejó Carter, indignada. — ¿¡Ni en mi fiesta de compromiso puedo tener un momento íntimo con mi chica!? ¡Esto es inaudito!  —Protestó, pero entonces visualizó a su prima, que estaba danzando a unos metros; así que fue con ella.

— ¡Ahora sí! ¡Te encontramos, gato de mierda! —Gritó Anastasia cuando llegó junto a su hermana hacia donde estaba la otra joven.

— ¡Dame a ese gato pulgoso, rubia teñida! —Demandó la madre de Dizzy, seria. — ¡Me lo voy a comer!

— ¿¡Rubia qué!? —Alzó la voz la hija de Aurora, enojada. — ¡Esto es una falta de respeto! ¡Yo soy la reina de Auroria! ¡Callénse ya; dúo de ineptas maleducadas! —Se quejó, sosteniendo mejor al gato, que las miraba con odio mientras unos pequeños cuernos negros aparecían en su cabeza.

— ¡Drizzy, tú agárrala de las extensiones, yo me robo al gato! —Le dijo Anastasia a su pariente, pero entonces la pequeña Tremaine corrió hacia ellas junto a Lady Trenaine, la hija de Drizella se interpuso.

—Ya dejen al gato y a Audrey en paz, ella me cuidó así que no la molesten, por favor. —Intervino Dizzy, mientras Mal se acercaba. —Ese gato es el demonio. —Dijo al ver sus cuernos.

— ¡Que nadie se mueva ni un puto metro! —Exigió la chica de cabello morado. — ¡Ese gato no es Lucifer! ¡Ese gato es mi madre!

— ¡A ver si ahora quieren al gato, estúpidas! —Se burló Audrey, acariciando los cuernitos del felino mientras el gato sonreía de manera perversa, las villanas chillaron y retrocedieron unos pasos.

— ¿Ese gato es Maléfica? —Dudó Drizella, llevándose una mano al pecho. — ¡Mamá! ¡Mamá, el gato está endemoniado!

—Si eso es verdad, entonces ya no molesten, niñas. —Les dijo Lady Tremaine, como si no fuera lo más obvio del mundo, golpeando el suelo con su bastón.

—Pues al fin Lucifer le hace honor a su nombre. —Habló Dizzy, quien acomodó su cabello. —Pero pueden molestar a Chad, se los presentaré si quieren. —Añadió, elevando las cejas, esperando que con eso podría convencerlas.

— ¡Sí! —Chilló Anastasia.

— ¡Les encantará conocerlo! ¡Estoy muy segura! —Exclamó Audrey, sonriendo de forma perversa, buscando con la mirada a su amigo; que bebía una copa a unos metros de ellas, cerca de Gil, Harry, Carlos y Jay; que movían los traseros al ritmo de la música de la fiesta. — ¡Chad! ¡Ven acá que tengo una misión para ti! ¡Apúrate, esclavo! —Gritó, haciéndole señas para que se acercara. El rubio se atragantó con su bebida cuando se dio cuenta de quienes estaban con ella.

— ¿Quién es ese Chad? —Quiso saber Drizella, mirando al rubio, que estaba shockeado estableciendo contacto visual con ellas; quería huir pero estaba paralizado del miedo.  — ¿Es ese de ahí? Se parece a alguien...

—Esto va a ser divertido. —Mencionó la pequeña pelirroja, sonriendo con picardía, luego miró a su madre. —Él es el hijo de Cenicienta, también es conocido como mi primastro, el Príncipe Encantador Jr o como me gusta llamarlo; mí esclavo personal. —Aclaró, colocando una mano en su cadera.

— ¿¡Oíste eso, mamá!? —Masculló Anastasia, mirando al joven. — ¡Es el hijo de Cenicienta! ¡Vamos a hacerlo nuestro esclavo también!

—Se ve tan creído... y asustado como una rata. —Habló Drizella. —Vamos a quitarle toda su fortuna. ¡Ahora debe ser un rey! ¿Y si se lo quitamos todo y nos hacemos las reinas? —Sugirió, mirando a su progenitora con ilusión.

—Sí, háganlo su esclavo. Quítenle todo, es buena idea. Hagan lo que las haga felices, mis niñas. —Accedió la madrastra de Cenicienta. —Vayan por él, mis niñas.

— ¡Chad! ¡Te dije que vinieras! —Gritó la chica de Auroria, pero el muchacho soltó la copa de la que estaba bebiendo y comenzó a correr, empujando a los chicos; quienes se quejaron. El hijo de Jafar fue tras él inmediatamente. — ¿¡Qué!? ¡Maldito estúpido! ¡Si pudiera, te daría un cetrazo por cobarde! —Protestó, ignorando que Lucifer había comenzado a lamer el escote de la joven.

—Y aquí vamos de nuevo. —Dijo Dizzy, entre risas, al oír eso.

Y entonces el moreno se acercó a ellas, trayendo a Chad del cuello de su camisa.

— ¿Buscaban esto? —Dijo Jay, dejando caer al rubio al suelo, delante de las hermanastras. Chad comenzó a gatear hacia atrás, asustado, pero Mal lo pateó para que se quedara quieto de una vez. —No huyas, cobarde, o M te convertirá en un pez de nuevo.

— ¡Así que tú eres el hijo de Cenicienta! ¡Me las pagarás, maldito desgraciado! —Habló Anastasia, agachándose para sostener a su enemigo por el cabello. — ¡Golpéalo con el bastón, madre! —Sugirió.

— ¡No hagas eso! —Se opuso su hermana rápidamente. — ¡Méteselo en el trasero! ¡Seguro que es gay!

—Sin duda lo es. —Concordó Dizzy, ladeando la cabeza. —Pero no se permite la violencia en las fiestas, luego lo hacen mierda si quieren.

— ¡A mí no me importa en dónde estemos, cerecita! —Replicó su tía, comenzando a arrastrar al rubio por sus cabellos. — ¡Vámonos a tu reino ahora, ricitos de oro! ¡Nos quedaremos con la corona! ¡Vámonos, Drizzy!

— ¡Así se habla! ¡Andando, mamá, vamos a recuperar lo que es nuestro por derecho! —Dijo Drizella, siguiendo a su hermana.

—Caminen, niñas. —Dijo Lady Tremaine, quien se volteó para ver a su nieta. — ¿Vienes con nosotras, pequeña?

—No, me quedaré a disfrutar del resto de la celebración. —Se opuso la pequeña pelirroja, entonces sus familiares se marcharon con Chad, Dizzy se acercó al chico de cabello largo. — ¡Jay! Tengo hambre, ¿dónde hay comida? —Cuestionó, el VK tomó su mano para guiarla hacia donde había pedido ir.

— ¿Qué estás haciendo, Misi...? —Se atrevió a preguntar Audrey, viendo al felino, sorprendiéndose. — ¿Ex Emperatriz del Mal?

  Mal observó aquello y arrugó la nariz, acercando su mano al gato, sin embargo también terminó manoseando a la joven sin querer.

—Mierda, no fue a propósito. —Dijo la ojiverde, sin sacar la mano de ahí. La rubia la miró y luego dirigió su vista hacia el animal cuando le tocó uno de sus pechos con su pata.

— ¿Qué rayos tiene esta familia conmigo? —Se quejó la hija de Aurora.

—Oigan, oigan, oigan; ¿por qué hay tanto escándalo con mi novia? —Dudó Uma, acercándose a ella y abrazándola por detrás. —Sé que es preciosa y sexy, pero es mía. Estas comprometida, Mal, así que quita la mano de ahí o te la corto con mi espada. —Bromeó.

—Te juro que lo último que quiero es que Audrey me vuelva a odiar, esto fue un accidente, lo juro. —Habló la descendiente de Maléfica, manoseando a la joven de nuevo para quitar al gato que no la soltaba por nada del mundo. — ¿Esto es lo tuyo, eh, madre? ¡Pero déjala ya!

— ¿Ah si? ¿Estas segura de que fue un accidente? —La interrogó la pirata, elevando una ceja. —Porque si ese fuera el caso, no seguirías tocándola. —Le replicó, viendo como la chica de Luisiana se acercaba por detrás para asustar a su prometida, pero frunció el ceño al verla con la mano en el escote de Audrey.

—  ¡Mal Igna! ¿¡Qué cebos mágicos significa esto!? —Quiso saber Carter, sosteniendo una copa de alcohol en su mano libre, el cual se lo bebió de un sorbo. — ¡Dragoncita, te voy a cortar
las garras si no sacas la mano de ahí, carajo!

—Lucifer de las Tinieblas, ya sálvame de una vez. —Murmuró la VK, haciendo una mueca. —Carter, por una vez en la vida, te juro que fue un accidente. Yo estoy intentando quitar a mi madre de los pechos de Audrey; sin embargo no quiere salir de allí. —Le explicó.

— ¿Un accidente... Que sigues haciendo? —Le echó en cara la hechicera, arrugando la nariz. —Tu madre parece insaciable.

—Admite que te gustan mis pechos, Mal. Sé muy bien que te encantan... Sobre todo meter esa lengua tuya en todos lados... —Habló la rubia, mirándose las uñas mientras se dejaba manosear, quería meterla en problemas.

— ¿¡Qué dices, Audrey!? —Cuestionó Carter, pero luego hizo una mueca de disgusto. —Agh, ¿sabes qué? No respondas, no quiero saberlo.

—No te niego que estás buenísima pero... Me voy a casar con Carter. Aunque en la despedida de soltera... Ahí sí recordaremos viejos tiempos. —Le prometió Mal, cuyos ojos verdes comenzaron a brillar mientras miraba al gato, quien por fin saltó al suelo.

—Sí, está buenísima y es mía, y acepto que recordemos viejos tiempos si hacemos un trío. —Exclamó Uma, guiñándole un ojo a la otra chica de la Isla, obviamente bromeaba.

— ¿Tú también follaste con Mal? —Le preguntó la chica de Auroria a su novia, sorprendida.

— ¿En serio me lo estás preguntando, cariño? —Inquirió la pirata. — ¿La respuesta no es obvia, mi reina? —Le dijo antes de besar el cuello de su pareja.

—No. Aquí no pasó nada. —Replicó la Princesa del Inframundo, riendo con nerviosismo. — ¿Te das cuenta que así no hay quien viva, madre?

—Más te vale. —Mencionó la rubia con arrogancia, ladeando su cabeza para darle más acceso a su cuello. —O te dejo sin sexo durante un mes.

—Oh no, tú no me vas a dejar sin sexo durante un mes. —Replicó la morena, mordiéndole el cuello, haciendo que la muchacha gimiera. —Vamos a algún lugar más... Privado. —Le dijo, comenzando a acariciarla.

—Sí, vámonos antes de que te castigue durante dos meses por andar contradiciéndome. —Accedió la rubia, entonces la capitana se apartó de ella para tomar su mano, comenzando a alejarse de sus amigas mientras las saludaba con su mano libre.

— ¿A qué se refería, Mal? —Le recriminó Carter, confundida, luego tomó su mano, entrelazando sus dedos. 

—Boberías. Imaginación tuya. —Afirmó la ojiverde, fingiendo una sonrisa.

—Sí tú lo dices, amor... —Accedió la prima de Alex Russo, sin estar muy convencida.

—Por cierto Car, ¿te dije que estás brillante hoy? —La halagó la villana, cosa que no hacía casi nunca por pena, inmediatamente se sonrojó.

—No, pero es lindo que me halagues. —Dijo la descendiente del mayor Mason, colocando sus manos alrededor de su cuello, acercándose a ella. — ¿Yo te dije que eres la más preciosa de todo el mundo? —Cuestionó antes de robarle un beso, que su pareja no tardo en seguir. 

—No; pero el sentimiento es mutuo porque para mí tú también eres lo más precioso. —Respondió la ojiverde entre besos, separándose apenas para mirarla mientras acariciaba sus caderas.

—Me alegra oírlo. —Admitió la agente del PPP, observándola con muchísimo  amor. — ¿Y también te dije que eres la chica más especial que he conocido, y la más sexy? —Añadió, relamiendo sus labios lentamente, Mal no pudo evitar acercarse más para morderlos de manera suave.

—No, pero eso también es mutuo, querida... —Habló la ojiverde en voz baja.

—Me fascina saberlo... —Susurró Carter, entonces la descendiente de Maléfica volvió a besarla con pasión, mientras que la hechicera se apegó más a ella; llevando una mano a su cabello y enredando algunos mechones del mismo entre sus dedos. 

  Ambas estaban tan metidas en su propio mundo que no se percataron de que alguien más caminaba por el puente hasta llegar frente a ellas, se detuvo al ver la escena y aclaró su garganta para llamar la atención de las dos.

— ¿Estoy invitado a la boda? —Dudó Hades, alzando una ceja y elevando ambos brazos para luego dejarlos caer a los costados de su cuerpo, expectante. La pareja se apartó inmediatamente y Mal sonrió, enseñando sus hoyuelos.

—Hola papá. —Lo saludó la VK, sosteniendo la mano de su chica, quien comenzó a arreglar su vestido con su mano libre. —Sí estás invitado, si Car lo desea.

—Sí, claro que sí, no soy nadie para impedirlo. —Accedió la chica de Luisiana, tratando de mantener la calma. —Además, así él podrá acompañarte al altar y no tendrás que pedirle a Carlos o Jay que lo hagan, esos dos se pelearían para decidir quién te llevaría. —Mencionó y soltó una risita, algo nerviosa.

—Hola de nuevo, Malsy. —Dijo el Dios del Inframundo, abriendo los brazos, anhelando un abrazo. Su hija lo miró con algo de odio, pues aún no había olvidado todos sus errores. —Puedo acompañarla al altar... si mi niña me lo permite.

—Está bien, papá. —Exclamó la ojiverde, soltándose de su novia para caminar hacia él y abrazarlo. —No me molesta que tú y un gato me lleven al altar... —Añadió.

—Y para que sepas, lamento los diecisiete años de ausencia, y todo lo que hice durante estos últimos meses... Debí haber detenido a tu madre cuando volviste a la Isla; Malsy, no sabes cuánto me arrepiento de todos mis errores. —Murmuró Hades en su oído, correspondiendo al abrazo con cuidado, mientras Carter los observaba desde su lugar pues no quería interrumpir el momento. —Fui un padre terrible, mereces a alguien mejor, dame la oportunidad de reparar mis errores.

—Ok. —Mencionó Mal, separándose, pues aquellas palabras no harían que ella olvidara todo lo que había sufrido durante años. —Lo pensaré. —Se limitó a contestar, acercándose a su prometida y tomando su mano de nuevo.

—Eso será suficiente. —Le hizo saber su progenitor, debía conformarse con eso porque sabía que definitivamente se lo merecía. —Estoy seguro de que las dos serán muy felices juntas. —Se apresuró a cambiar el tema de la conversación, antes de que aquello se volviera más incómodo.

—Yo tampoco voy a olvidar lo que pasó en la Isla, ni lo que le hiciste a mi madre. —Gruñó la prima de Alex, para luego abrazar a su prometida con alegría. —Esa es mi dragoncita feroz. —Murmuró en su oído, viendo como el Dios del Inframundo le hacía señas ya que la chica de cabello morado no los estaba viendo, la joven hechicera le sacó la lengua.

—Más feroz soy en la cama, hechicera perversa. —Replicó la ojiverde en su oído.

—Eso lo sé perfectamente. —Dijo su prometida, mordiéndose el labio inferior, mientras se apartaban. Le guiñó el ojo y la VK se volteó para ver a su padre.

— ¿Tienes algo más que decir? —Lo interrogó Mal.

—Puedes quedarte con mi ámbar, como un símbolo de... paz y lo que sea. —Dijo Hades, chasqueando la lengua y encogiéndose de hombros para luego rascar su nuca. — ¿Y cómo es que tu madre se transformó en un gato? —Inquirió, agachándose para intentar acariciar al felino, que trató de morderlo pero el Dios lo esquivó a tiempo.

—Tuvimos una pelea en la que por segunda vez en mi vida, uno de mis padres casi me mata. —Le contestó su descendiente, recalcando el "segunda vez" para luego sonreírle con bastante cinismo. —Nos lanzó un maleficio para acabar con nosotros, usé tu ámbar y toda mi magia malvada junto con la de las chicas para que el encantamiento se hiciera contra ella. Al principio, estaba dentro de su cetro pero luego accidentalmente terminó dentro del gato.

—Mal... —Empezó a hablar su padre, nervioso. —Si tan solo pudieras dar...

—Ok, suficientes explicaciones por hoy. —Lo interrumpió la mejor amiga de Rosie, sabiendo que su chica solo estaba provocando a Hades, aunque él se lo merecía bastante. —Vámonos ya, cariño. —Le dijo, sonriéndole.

—Sí, vamos. —Accedió la Princesa del Inframundo, pues le disgustaba mucho estar cerca de Hades. Le ofreció su mano.

—Y para que conste, yo no te perdono, imbécil. —Aclaró la chica de Luisiana, enseñándole su dedo del medio para luego tomar la mano de su chica y comenzar a alejarse de ahí para buscar a los demás.

  El gato maulló, queriendo expresar un «Te lo mereces» antes de saltar a uno de los hombros de su ex pareja, clavándole las garras en su chaqueta de cuero.

—No me mires así, Mal, que tú casi la matas más veces que yo. Por lo menos, nuestra niña aún quiere cuidarte. —Le recriminó el Dios del Inframundo, haciendo una mueca de disgusto. —Estas rompiendo y llenando de pelos mi chaqueta favorita. ¡La estás arruinando! Ugh, detesto los gatos. —Protestó, comenzando a caminar con el animal aún en su hombro, perdiéndose entre la multitud.

—Podrías haberlo mandado al mar de una patada. —Le sugirió Carter a su chica, mientras caminaban, buscando a sus amigos.

—No me iba a ensuciar los zapatos. Además, si los rompo, Evie va a matarme. —Replicó la ojiverde, sin soltar la mano de su chica.

—Podrías haberme pedido que lo hiciera, ensuciarme las manos es parte de mi trabajo. —Le recordó la descendiente del mayor Mason, echándose el cabello hacia atrás mientras caminaban, hasta que se encontraron con la princesa malvada; el pecoso, el joven ladrón y la reina de Auradon.

—Hey, vimos que Hades apareció.  —Hablo Rosie. 

— ¿Quieres que le de una paliza? Me quede con ganas de hacerlo. —Exclamo Jay, apretando los puños.

—No por ahora, tranquilo. —Replico Mal, negando con la cabeza, para luego ponerse a bailar con Evie. 

— ¿Estabas esperando a Joe? —Cuestiono la reina de Auradon, acercándose hacia su mejor amiga y tomando sus manos. —Se sincera, el siempre sera bienvenido en la boda y...

—No, claro que no, el no aparecería... aunque le hubiese enviado la invitación. —Mascullo la prima de Alex Russo, negando con la cabeza. — ¡Hey, mira, Cress esta cantando! ¡Vamos, vamos, tenemos que apoyarla! —Cambio de tema, arrastrándola hacia donde los agentes del PPP cantaban a todo pulmón.

We're gonna rock the town. —Grito la rubia, bailando con Thorne a su lado. 

Oh, we're gonna rock. —Alzo la voz Scarlett, saltando junto a ellos.

Everyone all around, just be whoever like this, stronger together like this. —Se les unieron Carter y Rosie, emocionadas.

We're gonna break this down. —Cantaron los demás.

Come on, we're gonna break. —Grito Cinder.

We're gonna rock the town. —Se escucho a los AKs, mientras los cuatro VKs observaban como toda la gente a su alrededor se divertía, ellos dejaron de bailar. 

— ¿Quién diría que la operación EVIE cambiaría al mundo? —Cuestiono la ojiverde, recostando su cabeza sobre el hombro de su mejor amiga.

— ¿Quién diría que cuatro VKs comenzaron una revolucion? —La interrogo la chica de cabello azul.

— ¿Quién diría que, finalmente, liberaríamos a la Isla? —Añadió Jay, mirándolos con una sonrisa.

— ¿Quién diría que, después de todo lo que hemos pasado juntos, seriamos felices? —Dudo Carlos, Mal extendió su brazo hacia el frente.

—Porque somos malos... —Dijo la chica de cabello morado, los VKs imitaron su acción. 

—De corazon. —Contestaron los cuatro, antes de reírse y abrazarse, quedándose juntos por un par de minutos; compartiendo cosas que solo quedarían entre ellos. 

Everybody on the Isle gonna rock. —Cantaron los demás VKs, a su alrededor, mientras todo el mundo se movía, permitiéndoles pasar por el puente que se dirigía hacia el interior de Auradon. 

—Tu corazón aun late, y te prometo que estaremos contigo hasta que deje de hacerlo.

—Y yo les aseguro que nada ni nadie nos va a separar jamás. 

—Everyone all around, just be whoever like this, stronger together like this. —Se oían las voces de los demás, mientras Mal, Evie, Carlos y Jay saltaban sin romper el abrazo, escuchando como las voces de todos se alejaban a medida que se retiraban bailando en fila. —Bringing it, bringing it, bri-bri-bringing it down.

—Si el no hubiera pedido ese deseo a esa estrella, esas dos chicas jamás habrían venido.

—Solo quiero lo mejor para ustedes. 

 Cuando finalmente se separaron, estaban solos en la plaza de Auradon. 

—Hey... —Hablo el hijo de Cruella, mirando a su alrededor con una sonrisa. —El ultimo en cruzar el puente...

— ¡...Es una manzana podrida! —Gritaron los cuatro antes de comenzar a correr.

  Y así, Mal, Jay; Evie y Carlos cambiaron la manera en la que su historia era contada.

   Era el final de su historia, pero el comienzo de una leyenda. 

 Ellos habían gritado: Larga vida a toda la magia que hicimos, que se alteren los mentirosos, porque algún dia... seremos recordados.

   Los cuatro habían planeado la operación EVIE, sin saber hasta donde los llevaría la decisión de ejecutar aquel plan. Ahora tenían algo mas que llevar a cabo: una boda. Y, por supuesto, la operación VIVIR FELICES POR SIEMPRE. 

FIN.

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 ¿Alguien mas necesita pañuelos después de haber leído siete mil palabras?

  Gracias por acompañarme a lo largo de esta historia. Pero esto no termina, todavía tengo que escribir el epilogo. 

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