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Capitulo 31: ❝Look What You Made Me Do❞ [Parte 1]

  Cuando Uma apareció dentro del cuarto que le pertenecía a Dizzy, la recién llegada suspiro aliviada al encontrarla -tal y como lo esperaba- descansando en su cama. Se acerco a la misma, viendo como el pecho de la pelirroja subía y bajaba lentamente. 

—Gracias a Lucifer aún sigues viva. —Exclamó la pirata, tomando a la hija de Drizella en sus brazos y haciendo brillar su collar. —Te llevaré a un lugar seguro antes de que todo explote, preciosa. —Prometió, pero cuando estuvieron a punto de teletransportarse, comenzaron a oírse ruidos provenientes del armario de la joven VK. 

 Ya me parecía que todo esto estaba siendo demasiado fácil, pensó la chica de cabello turquesa.

—A ver, ¿que esconde Dizzy en el closet? ¿Su homosexualidad o la de Audrey? Porque no es como si pudiera decirle a Aurora que su descendiente es mi novia. —Cuestionó la morena, dejando a la niña en su cama y caminando hacia el ropero, pues no quería gastar su magia de manera innecesaria cuando sabia que requeriría de ella. Vio que había una llave en la cerradura de la puerta, por lo tanto la giro dos veces y entonces la abrió, encontrándose con un rubio; sentado en el suelo en posición fetal mientras temblaba de miedo. — ¿Chad?

—Quiero a mi mami. —Susurró el príncipe, aterrado. 

—Tu mami... esta muerta. —Le recordó la chica de la Isla, sonriendole falsamente, pero el chico parecía estar perdido en sus propios pensamientos, así que la recién llegada se dispuso a ofrecerle su mano para ayudarlo a incorporarse.

— ¡No! —Gritó Chad, retrocediendo de repente y golpeándose la cabeza contra uno de los estantes que había en el closet, la VK no pudo evitar soltar una carcajada. — ¡Auch! 

—Esta bien, idiota, vine para rescatar a Dizzy... y ahora supongo que también tendré que salvar tu trasero real. —Dijo la capitana, tomando al rubio de la mano y haciendo fuerza para sacarlo de ahí y levantarlo. — ¿Qué paso, inútil? 

—Audrey me dijo que buscara una de sus coronas que Dizzy le había guardado aquí dentro, pero me encerró aquí... —Murmuró el rubio, mirando de reojo a su prima que aún dormía. — ¿Ella se ha ido?

—Te mintió solo para poder usarte como distracción. —Exclamó la hija de Úrsula para luego encogerse de hombros, caminando hacia la cama de la niña junto al príncipe. —No lo sé, he venido directamente aquí así que no la he visto, pero será mejor que nosotros nos vayamos de aquí ahora mismo. —Dijo, volviendo a tomar a la pelirroja entre sus brazos.

— ¿A dónde nos vamos? ¿Y por qué iría contigo a cualquier lugar? —La interrogó Chad, alzando una ceja.

—Oh, ¿prefieres quedarte aquí a esperar a que mi novia te mate? Porque no falta mucho tiempo para que lo haga. —Puntualizó Uma, el muchacho chilló de miedo y se aferró a uno de sus brazos. —Eso pensé, príncipe gallina. O debería decir príncipe pez. —Se burló mientras hacia que su collar comenzara a brillar, el humo turquesa apareció y los envolvió a los tres para entonces hacerlos desaparecer.

Unos minutos más tarde, aparecieron en la sala de estar del pequeño castillo robado de Evie, la chica de cabello turquesa colocó a Dizzy en el sofá con delicadeza y la cubrió con una manta para luego besar su frente.

—Dulces sueños, preciosa. Ya estás a salvo, cuando todo esto termine, te despertaremos. —Murmuró Uma, quien suspiró hondo antes de mirar al rubio al que había salvado. —Quédate aquí, en donde estarán seguros, yo me tengo que ir pero...

— ¡Bueno, bueno! —La interrumpió su primer oficial, bajando las escaleras junto a Gil al oír la voz de su capitana. Los dos caminaron hacia los recién llegados. Acarició el cabello de Chad con su garfio.  —Soy Harry Hook, y tú... mi patito con título real... eres radiante.

—Él puede ser radiante... pero tú... eres mío. —Le recordó Gil, celoso, abrazando al pirata por detrás. — ¿Y que hace éste aquí?

—Me dio pena dejarlo en el castillo y me lo traje. —Respondió la brujita del mar, encogiéndose de hombros.

—Entonces debemos aprovecharnos de él... —Propuso Hook. —Digo... Aprovecharnos de la situación... O sea, ahora que este principito está aquí, ¡ya no debo ser Niñerry! ¡Podré unirme a la batalla! —Aclaró, elevando la voz y desenvainando su espada, el hijo de Cenicienta retrocedió aterrado.

—Si a Dizzy le pasa algo en nuestra ausencia, te voy a hacer absolutamente responsable. —Intervino Gil, acercándose hacia el príncipe y tomándolo del cuello de la camisa. —Y no toques los huevos que dejé en la heladera, son para el desayuno de mañana.

—Ya entendió, déjalo en paz, vas a hacer que ensucie su ropa interior de coronas. —Exclamó Uma, entonces el pirata lo soltó, mientras que Harry volvía a guardar su espada. — ¿Nos vamos ya? Nos están esperando.

—A sus órdenes, capitana. —Accedió el chico del garfio, tomando una de las manos de la morena mientras que el hijo de Gastón tomaba la otra. El primero miró al príncipe por última vez y le guiñó el ojo. —No me extrañes tanto, preciosura. —Le aconsejó antes de que el collar de la VK brillara, el humo turquesa rodeara a los tres y ellos se esfumaran de aquel lugar. 

  Por todas las coronas, pensó Chad, en serio preferiría ser un pez.

Cuando Evie apareció en la habitación de Audrey junto a Carlos y Jay, los tres suspiraron aliviados al encontrarse a Rosie durmiendo en la cama, la descendiente de Regina caminó lentamente hacia la misma; dispuesta a besarla para despertarla.

  Estaba a punto de hacerlo, cuando una nube de humo roja se formó frente a la puerta del cuarto y dos personas más aparecieron.

—Fuera de mi camino, inútiles. —Les gruñó Carter, empujando a los dos VKs que vigilaban la puerta y pasando  por el medio de ellos junto al hijo de Mulán. Apuntó a la chica de cabello azul con su varita mágica. —Aléjate de mí mejor amiga ahora, Evie, o paga las consecuencias. —Le advirtió, mirándola seria.

—Tendrás que obligarme, porque tú no la vas a separar de mí. —Dijo la villana de manera cínica, separándose apenas unos centímetros de la reina de Costa Luna e invocando fuego azul en sus manos. —Lárgate o muérete.

— ¡Hey no! —Intervino Shang, colocándose en medio de ambas para intentar que no se mataran. — ¡Por Dios, chicas, no hagan esto! ¡Audrey podría venir! —Intentó hacerlas entrar en razón.

— ¡No te metas, Shangcito! ¡Es mí mejor amiga! —Dijo la descendiente del mayor Mason, furiosa, entonces miró a Evie. —La hiciste vivir un infierno, no la mereces así que ella vendrá conmigo. 

—Cierra la maldita boca. —Exigió la chica de cabello azul. —Te quemaré viva antes de que trates de separarla de mí.

—Concuerdo con el guerrero sexy. Si Audrey llega estamos muer... —Las interrumpió el joven ladrón, pero no pudo terminar de hablar porque se escuchó un gran estruendo proveniente de la sala del trono del palacio. — ¿Qué serpientes malvadas es eso? —Dudó, asustado, mirando a la hija de Regina; pero antes de que alguno pudiera reaccionar, Rosie desapareció.

—Ellos tienen razón, no es momento de discutir ahora... —Insistió Carlos, quien se sobresaltó al oír el estruendo y frunció su ceño cuando la joven reina se esfumó frente a sus propios ojos. — ¿Qué dálmatas significa esto? 

— ¡Ningún hombre me dice qué es lo que debo o no debo hacer! Y... lo que ella y yo tenemos es... am... —Se quejó la princesa malvada, quien chilló de miedo ante el estruendo y al ver que la cama estaba vacía, se giró para encarar a Carter. — ¡No! ¿¡Qué fue lo que hiciste!? —Le recriminó, furiosa.

— ¡Yo no hice nada! —Contestó la prima de Alex, molesta, miró a su acompañante. —Ay, no. Las chicas están abajo... —Exclamó preocupada y salió del cuarto corriendo, siendo seguida por el hermano de Lonnie.

—Tenemos que encontrar a Rosie antes de que ellos lo hagan. —Les dijo la chica de cabello azul a sus amigos, los tres inmediatamente fueron tras los agentes del PPP y los cinco bajaron las escaleras mientras se empujaban, hasta que finalmente llegaron a la sala del trono; en donde las AKs junto a Alex y Audrey los estaban esperando.

— ¡Hasta que al fin llegan! —Habló la hija de Aurora cuando los vio aparecer, les sonrió de manera sarcástica. —Entran a mi castillo como si realmente fueran bienvenidos aquí, se meten en mi alcoba sin mi permiso y ni siquiera vienen a saludarme... Todos ustedes son unos maleducados. —Prosiguió, mirándolos con desprecio.

— ¿Y qué esperabas? ¿Que te enviáramos una carta pidiendo autorización para venir aquí después de todo lo que nos hiciste? —Gruñó la mejor amiga de Rosie, pero intentó calmarse. —Audrey, escúchame. No quieres dañarnos, por más que nos lo merezcamos, eso no es lo correcto. No quieres destruirnos. —Dijo, pero la AK la ignoró.

— ¡Audrey! —La llamó el primogénito de Mulán, tratando de acercarse a ella. — ¡Suelta esa cosa! ¡Vamos a solucionar las cosas pacíficamente! ¡Por favor, escúchame! 

—Cállate, Shang. —Masculló la chica de Auroria, bufó y comenzó a caminar hacia ellos, haciendo resonar el cetro contra el suelo a modo de advertencia. —No hay nada que solucionar. Todas ellas son unas basuras que merecen ser encerradas en la Isla de los Perdidos, o mejor aún,  en el mismo Inframundo con los demonios. Pero para ti aún no es muy tarde, si no quieres entrar en mi lista, lárgate. —Le respondió.

—No me voy a ir de aquí hasta que te des cuenta del error que estás cometiendo. —Dijo el joven guerrero, seguro. —No vas a enviar a nadie al Inframundo si yo estoy aquí para evitarlo.

—Entonces, querido, lamento decirte que serás el primero del que me desharé hoy. —Dijo la hija de Aurora, haciendo un puchero falso antes de lanzarle un rayo con el Ojo de Dragón.

— ¡Shangcito, cuidado! —Gritó Alex, corriendo velozmente hasta colocarse delante de él y usar su varita para desviar el ataque. —Audrey, usa la cabeza, no quieres el poder que tienes.

— ¡Entra en razón, Audrey! ¡Somos tus amigos! ¡Esa cosa te está dañando! ¡Tú no eres así! —Gritó Lonnie, intentando convencerla, pero la chica de Auroria solo suspiró y puso los ojos en blanco.

—Realmente ustedes no tienen remedio. —Comentó la última, negando con la cabeza.

—Audrey, no quisimos herirte. De verdad. Lo lamentamos. Deja el cetro y olvidemos que todo esto pasó. —Le rogó la descendiente del hada madrina, acercándose a ella lentamente. —Por favor, no hagas esto.

— ¿Dónde quedaron las humillaciones y las burlitas que me hicieron ustedes mientras yo sufría? ¿Dónde, Jane? —Preguntó la hija de Aurora, dándose la vuelta para caminar hacia el trono, en donde se detuvo y los miró de reojo mientras se llevaba su dedo índice izquierdo a la sien. —Aquí, Jane. En mi mente quedó guardada cada escena de desprecio, cada humillación. —Masculló y apretó los dientes para hacer sonar el cetro contra el suelo.

—No quisimos lastimarte, las tres estábamos sufriendo mucho, de verdad lo lamentamos. —Habló Jane, sin dejar de mirarla a los ojos, intentando encontrar algo de bondad en ellos mientras caminaba hacia ella, mientras los demás la observaban atentamente. —La antigua Audrey no querría lastimar a Auradon.

—Ahora lo lamentan, ahora que ven en lo que me he convertido por culpa de ustedes, ahora que soy superior a todos ustedes. —Replicó la chica de Auroria. —La antigua Audrey lo perdió todo, la antigua Audrey ya no está disponible, ¿por qué? Porque está muerta. —Gruñó, seria.

— ¿Ya terminaron con sus patéticos discursos inútiles? —Dudó Evie, mirando a las AKs, luego a sus amigos para finalmente bostezar y observar a la chica de Auroria. —Devuélveme a Rosie o paga las consecuencias, estúpida ladrona de coronas. —Le advirtió, pero la última la ignoró.

—Pero esto se termina aquí y ahora, niños. —Exclamó Audrey, sonriéndoles con superioridad. —Hoy decidiremos de verdad quien gana, de hoy no pasará este antiguo debate, o ustedes... O yo. —Masculló y lanzó un rayo rosado al candelabro para hacerlo caer sobre la pequeña hada, quien se detuvo y se cubrió la cabeza con las manos, preparándose para ser aplastada.

— ¡Jane! —Alzó la voz la joven guerrera, lanzándose para hacer rodar a su novia junto a ella, esquivando a duras penas el gran objeto. — ¡Audrey, estás loca! ¡Esto no se quedará así! —Gruñó, entonces miró a su hermano, esperando instrucciones.

Shang tragó saliva y volvió a mirar a los ojos a la descendiente de Aurora.

—Audrey, por favor piénsalo bien, vamos a solucionar esto sin comenzar una guerra. —Volvió a insistir el joven guerrero, estando intimidado por la expresión malvada en el rostro de la AK. —Vamos, deja esa cosa y larguémonos de aquí. Por favor Audrey...

— ¡Audrey, no hagas esto! —Suplicó Jane, levantándose del suelo junto a su pareja.

—Parece que tendré que matarlos a todos, exactamente como lo hice con Mal... —Murmuró la Reina del Mal,  acariciando el cetro y observando a la chica de Luisiana con una sonrisa perversa. — ¿Verdad, Carter? —Dicho esto, soltó una carcajada malvada y le arrojó un rayo a la muchacha.

— ¿¡Qué hiciste qué!? —Gritó la chica cebo, furiosa y sus ojos empezaron a brillar, usó su varita para esquivar el rayo. — ¡Sepárense y busquen a Rosie, yo me encargo de esta estúpida! ¡Alex, Jane, conmigo ahora! —Demandó antes de arrojarle un rayo de magia a Audrey, furiosa y llena de sed de venganza.

— ¡Ah no, esta zorra es mía y luego tú serás la siguiente, Carter! —Gritó la princesa malvada, molesta e intentando inmovilizar a la hija de Aurora con su magia.

— ¡Audrey, basta! —Gritó Shang, corriendo hacia ella, tratando de no ser herido por los rayos mágicos que se dirigían hacia la AK. — ¡Somos amigos! ¡Detente, por favor!

— ¡Estoy harta de ustedes! —Alzó la voz Audrey, haciendo una barrera de magia delante de ella para evitar ser herida por ambas chicas, luego hizo que el cetro brillara; entonces cuatro rayos cayeron sobre los descendientes de Mulán, Carlos y Jay, convirtiéndolos en piedra. — ¡Menos estorbos!

— ¡No! —Se lamentó la pequeña AK, al ver a su novia y al joven guerrero petrificados. — ¡Ahora sí me hiciste enojar! —Gruñó furiosa, mientras sacaba su varita.

— ¡Shang! —Alzó la voz la prima de Carter, aterrada.

— ¡Ahora sigues tú! —Chilló Audrey, lanzándole un rayo a ella, quien movió su objeto mágico para intentar que el rayo no la afectara, lo cual afortunadamente funcionó pues logró crear un campo de fuerza a su alrededor. Pero a la Reina del Mal no le importó, pues se giró para ver a Carter.  —Ay que satisfacción tengo en este momento... —Se burló, entre risas.

— ¡Pues se te va a ir con la paliza que te voy a dar! —Gritó Jane, mirando de reojo a su alrededor y visualizando unas armaduras así que dirigió su varita mágica hacia ellas, entonces comenzó a recitar un hechizo, mientras varios rayos celestes hacían que las armaduras empezaran a reaccionar. —Armadura fuerte y leal, haz que estos metales comiencen a...  

Audrey la miró de reojo y velozmente le lanzó un rayo con el Ojo de Dragón, petrificándola y anulando aquel encantamiento.

— ¿Quieres que te cuente lo hermoso que fue ver a Mal hecha un dragón volando en picada por estar lastimada? —Dudó la hija de Aurora, sonriéndole con cinismo a Carter para luego observar a Evie. — ¿Y tú quieres que te cuente lo hermoso que es hacer que alguien duerma en un sueño eterno? —La interrogó para luego reírse aún más mientras lanzaba más rayos rosados con la intención de golpear a todos.

Justo en ese momento, los piratas entraron por la puerta.

— ¡Vaya, vaya, vaya! —Dijo Harry, captando la atención de la Reina del Mal a propósito. — ¡Al parecer esta es la noviecita de la capitana! —Alardeó, viendo atentamente todos los rayos que volaban en diferentes direcciones. 

—Creo que llegamos en mal momento, Audrey va a perder los estribos. —Le dijo el rubio, arrojando a su compañero al suelo junto a él para evitar ser golpeado por aquella magia maligna.

— ¡Vamos a buscar a Uma! —Dijo el chico del garfio, gateando hasta la salida.

— ¡Voy detrás de ti! —Afirmó el descendiente de Gastón, arrastrándose por el suelo como si fuera un gusano, hasta que ambos abandonaron aquel cuarto.

—Definitivamente tú quieres morir hoy. —Gruñó la mejor amiga de Rosie, furiosa, mientras apretaba su varita con fuerza y corría. — ¿Y tú quieres que te cuente todo lo que sé sobre tu familia? —Cuestionó antes de arrojarle un rayo de magia.

— ¡Carter, cállate, solo vas a empeorarlo todo! —Le advirtió su prima, corriendo hacia ella mientras aún se protegía con su propia barrera mágica.

—Oh, ¿hablas de cuando Mal te llamó para decirte que le advirtieras a Audrey que dejara de ocultarse en el PPP antes de que el incendio arrasara con todo? —Preguntó la chica de cabello azul, mientras esquivaba los rayos mágicos. —Ellas lo sabían y no hicieron nada para impedir lo que pasó.

— ¡Y tú tampoco intentaste detener a Mal! —Le recriminó Carter.

— ¿Ustedes lo sabían? —Inquirió Audrey, procesando aquello. — ¡No! ¡Ustedes son unas malditas perras! ¡Las mataré! —Gritó con ira, presionando el cetro.

— ¡No lo harás si yo acabo contigo primero! —Le recriminó Carter, elevando su varita y pensando en un encantamiento.

— ¡Esa seré yo! —Gritó Evie, lanzándole un rayo para tratar de electrificarla.

— ¡Me las van a pagar! —Prometió la hija de Aurora, haciendo resonar el cetro contra el suelo para detener la magia de Evie, luego levantó el Ojo de Dragón; apuntándolo hacia la chica de Luisiana. — ¡Rayo que surca sangriento, envejece su piel en deteriorados cimientos! —Recitó el maleficio y lo lanzó hacia ella, demostrando que al estar tan furiosa, podía hacer magia como la que Maléfica era capaz de manejar.

— ¡Carter, no! —Gritó la hechicera de la familia Russo, deshaciendo la barrera de magia que la protegía y arrojándose delante de su pariente, recibiendo el ataque y transformándose en una anciana; cuyo artefacto mágico rodó hasta los pies de Audrey. — ¡Mi varita!

— ¡Alex! —Gritó Carter, horrorizada, cuando vio lo que aquel hechizo le había hecho a su prima. Miró a la hija de Aurora, harta. — ¡Me las vas a pagar, perra! —Prometió.

— ¡No, ustedes me las van a pagar de una vez por todas! ¡Las únicas que morirán serán ustedes! ¡Yo me encargaré de darles un viaje sin retorno al más allá con el próximo maleficio! —Alzó la voz la hija de Aurora, tomando la varita de Alex y lanzándola hacia atrás, para luego mirar a las muchachas y apretar el Ojo de Dragón con fuerza. —Arde como fuego y desaparece como en un ciclón... ¡Al inframundo te enviará mi maldición! —Dijo el hechizo, y por unos instantes, nada sucedió.

Hasta que un pequeño remolino de aguas oscuras se hizo presente debajo de Carter y Evie, comenzando a succionarlas lentamente.

— ¡Audrey, no! —Gritó la hija del mayor Mason, aterrada pues –aunque deseaba ver a su madre nuevamente– no deseaba que fuera así. El remolino de agua le arrebató su objeto mágico inmediatamente. — ¡Oye, mi varita!

— ¡Mierda, hija de puta, se supone que yo te haré arder en el infierno, no al revés! —Gruñó la descendiente de Regina, furiosa, mientras el remolino de agua se llevaba su calzado. — ¡Oye! ¡Mis tacones favoritos! —Protestó, indignada, mientras el remolino de agua comenzaba a succionarlas.

The world moves on, another day, another drama, drama. But not for me, not for me, all I think about is karma. —Masculló Audrey, sonriendo con malicia mientras veía como sus víctimas intentaban luchar para que el remolino de agua no acabara con ellas. —And then the world moves on, but one thing's for sure, maybe I got mine, but you'll all get yours. —Dijo, moviendo su dedo izquierdo en círculos y haciendo que el remolino girara más rápido.

But I got smarter, I got harder in the nick of time. —Mencionó la hija de Aurora, caminando hacia donde se encontraba la gente que había petrificado. —Honey, I rose up from the dead, I do it all the time. —Dijo, acariciando el rostro del primogénito de Mulán, le guiñó el ojo.

I've got a list of names and yours is in red, underlined. —Prosiguió la Reina del Mal, chasqueando los dedos para hacer que mágicamente apareciera una lista de nombres escritos con rojo, tachó los de sus enemigos a los que acababa de vencer y sonrió. —I check it once, then I check it twice, oh! —Exclamó, y luego de revisarla dos veces, la hizo desaparecer.

Ooh, look what you made me do, look what you made me do, look what you just made me do, look what you just made me. —Comentó la chica de Auroria, disfrutando de lo satisfecha que se sentía al poder vengarse de todos. —Ooh, look what you made me do, look what you made me do, look what you just made me do, look what you just made me do.

Audrey finalmente había ganado... O eso era lo que ella creía.

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Si este capítulo tiene mucha demanda (+100 comentarios) en menos de una hora, subo la segunda parte de este capítulo, si no... Tendrán que esperar una semana💗.

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