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Capítulo 3: ❝Realeza Malvada❞ [Parte 1]

—No seas aburrida, M. —Insistió la chica de cabello azul. —Puede ser divertido, ¡y de seguro nos den comida gratis que no estén en mal estado como la que llegaba a casa!

—No lo soy, tengo prioridades más importantes que asistir a un estúpido baile, debemos encontrar una varita mágica para destruir este reino. —Replicó la ojiverde. —Y sé que también te interesa eso, porque fuiste tú quien le preguntó a ese patético príncipe sobre todos los artefactos mágicos.

—Sí pero ya escuchaste a Ben, su uso está prohibido, así que imagino que esa varita debe estar demasiado protegida. —Sugirió Evie, dejándose caer en la cama sobre la que había dejado sus cosas. —Pero... hay una que no lo está y sabemos exactamente quién la tiene.

— ¡La que le pertenece a Carter! —Dijo la descendiente de Maléfica, esbozando una sonrisa victoriosa. — ¡Eres una verdadera genio!

—Oh, nena, eso ya lo sé. —Alardeó la princesa malvada, luego acomodó su cabello y volvió a mirar a su mejor amiga. —Y también sé que no dejaste de coquetear con ella desde que la conociste.

—En mi defensa, ella es bastante atractiva, no será difícil escabullirme a su habitación cuando todos estén en el Banquete de Bienvenida para encontrar su artefacto mágico y cuando lo haga tendremos a todo Auradon a nuestra merced. —Exclamó la chica de cabello morado, quien siempre conseguía lo que deseaba. —Tenemos que decirles nuestro plan a los chicos.

—Entonces vamos, no hay que perder nuestro valioso tiempo. —Dijo la hija de la reina malvada, incorporándose de su cama y tomando la mano de su compañera de habitación, así ambas dejaron el cuarto para dirigirse hacia el de los muchachos; al cual entraron sin siquiera pedir permiso y luego cerraron la puerta. — ¡Oigan, par de inadaptados, los necesitamos!

— ¿No ves que estamos ocupados, mujer? —Le recriminó el mayor del grupo, quien les estaba dando la espalda ya que estaba concentrado en ganar el videojuego que estaba jugando junto a su novio. —Regresen más tarde.

—Al menos deberíamos agradecer que no los encontramos en medio de un acto sexual... de nuevo. —Exclamó la chica de cabello azul, sentándose en una de las camas y sacando su espejito mágico de su bolso para revisar su maquillaje.

— ¿Y cuál es el punto? —Cuestionó la descendiente de la emperatriz del mal, avanzando hacia una mesa en la que había una computadora portátil.

—Bueno, Mal, el ganador de cada partida recibe un beso. —Aclaró el pecoso, mirándolas de reojo, lo cual ocasionó que se distrajera y su personaje muriera; por lo tanto en la pantalla apareció un enorme cartel que decía <<Game over>>. — ¡Las odio, me hicieron perder!

—No te quejes y dame lo que merezco. —Exigió el ladrón del grupo, acercándose a él con una sonrisa victoriosa, el menor no tardó en unir sus labios con los de su pareja.

— ¡Chicos! —Gruñó la ojiverde, impaciente. — ¿Recuerdan la razón por la que estamos aquí?

—Porque no iban a dejar que me alejaran de ustedes así que se inventaron cargos reales para que los cuatro tengamos la vida que merecemos, M. —Contestó su mejor amiga, quien al terminar de verificar que su maquillaje seguía estando perfecto volvió a guardar el espejo mágico en su bolso, entonces se levantó de la cama.

—Esta es nuestra única oportunidad de probarnos ante nuestros padres. —Prosiguió la líder del grupo, logrando que los muchachos se separaran y que Evie apretara los labios, los tres la miraron. —De probarles que somos malos, viciosos, despiadados y crueles.

—Ya captaste mi atención, estoy seguro de que tienes un plan así que continúa. —Dijo Carlos, acercándose hacia la mesa, aún teniendo los controles en sus manos.

— ¿Hay que robar algo? Si es así, cuenten conmigo. —Masculló su pareja, colocándose al lado del menor del grupo.

—Me leíste la mente. —Admitió la joven de cabello morado, sonriendo con malicia, pues luego de haber pasado tantos años hurtando cosas en equipo se conectaban de una manera increíble. —Pero no lo haremos juntos, no tenemos que llamar la atención, y sé que a ti te encanta hacerlo... así que lo lamento pero este es trabajo para una mujer.

—Está hablando de sí misma, obviamente, ella es tan presumida como tú eres bastante egocéntrico. —Aclaró la princesa malvada, divertida. —Mal conseguirá la varita de Carter mientras que nosotros la mantenemos ocupada durante el Banquete de Bienvenida porque la señorita aguafiestas es demasiado aburrida y terca, así que no quiere ir.

—Bueno, revisa los cajones en donde guarda su ropa interior, allí debe esconder las cosas que no quiere que nadie encuentre. —Le recomendó el pecoso, las VKs fruncieron el ceño ante esa sugerencia. — ¿Qué? Jay guarda sus tesoros ahí, las chicas deben hacer lo mismo.

— ¿Y por qué tienes que hacerlo tú y no yo? —Preguntó el chico de cabello largo, alzando una ceja, pero luego observó al joven con el que compartía el cuarto. — ¡Cierra la boca, eso es privado!

—Porque solamente las damas entran en las habitaciones de otras chicas en mitad de la noche, además de que saben que odio todo tipo de celebraciones. —Respondió la descendiente de Maléfica.

—Si alguien te descubre, puedes excusarte con que estabas esperando a Carter para llevártela a la cama y darle duro durante toda la maldita noche. —Le aconsejó De Vil, guiñándole el ojo.

—No seas ridículo, nadie se creería semejante mentira. —Intervino la descendiente de Regina, tomando una de las manos de su mejor amiga y extendiéndola hacia los chicos, quienes lucían confundidos. — ¿Ven estas uñas largas y mal pintadas de color morado? Esta es una clara señal de que ella es la pasiva, y no lo digo solamente porque lo hicimos una o dos veces.

 En ese momento, se oyeron dos golpes en la puerta.

— ¿Quién es? —Dudó el ladrón del grupo.

—Somos Carter y Rosie. —Respondió inmediatamente la chica que solía vender cebo en Luisiana. — ¿Podemos pasar?

— ¡Oh, son ustedes! —Chilló la chica de cabello azul, acomodando su cabello inmediatamente mientras esperaba a que alguno de los dueños de la habitación se dirigiera hacia la puerta, pero ninguno de ellos se movió. — ¿No van a abrirles, chicos?

— ¿Y por qué haríamos eso, querida? —Preguntó el menor del grupo, haciendo una mueca, dejó los controles en la mesa y se acercó hacia su cama; en donde había dejado su mochila. Abrió la misma y empezó a sacar sus pertenencias para comenzar a acomodarlas. —No somos sus sirvientes.

—Concuerdo con el enano. —Le dio la razón el hijo de Jafar, dándose la vuelta para continuar con su videojuego, pero esta vez lo programó para un solo jugador.

—Porque esto es Auradon y tienen que mostrar un poco de respeto ante la realeza que nos trajo aquí, ¡duh! —Contestó Evie, luego bufó. —Agh, hombres, siempre son tan inútiles. —Se quejó antes de caminar hacia la puerta y abrirla, se hizo a un lado para dejar pasar a las agentes del PPP y luego volvió a cerrarla.

—Hey, solo queríamos saber si necesitaban algo, pero veo que aún no terminaron de desempacar. —Masculló la gobernante de Costa Luna, observando como el chico de cabello blanco y negro caminaba por toda la habitación colocando sus objetos personales en distintas partes, luego comenzó a sacar su ropa; que era bastante pues él diseñaba todos sus atuendos y los de su novio. —Y también necesitamos establecer algunas reglas de convivencia.

—Déjame ayudarte, ordenaremos todo por colores, tal y como a ti te gusta. —Se ofreció la princesa malvada, caminando hacia su mejor amigo y tomando algunos de los atuendos, entonces abrió el clóset y comenzó a guardar todo lo que era rojo en uno de los estantes.

—No pierdan su tiempo tratando de domesticarnos como si fuéramos perros salvajes, chicas, los villanos no seguimos las reglas. —Les advirtió la chica de cabello morado.

—Tal vez en su antiguo hogar no lo hacían, pero aquí tienen que hacer lo que les digamos. —Habló Carter, tomando asiento junto a la chica de cabello morado. —No pueden faltarle el respeto a Ben, mucho menos deberían exigir cosas cuando acaban de llegar, eso no es propio de la realeza.

— ¿Por qué mejor no van a darles sermones a alguien que sí les preste atención, como Scarlett y Cinder? —Gruñó el chico de cabello largo, moviéndose de izquierda a derecha para esquivar los ataques que estaba recibiendo en el videojuego.

—Porque ellas saben cómo comportarse, además están ocupadas instalando cámaras en la residencia para garantizar nuestra seguridad, en cambio ustedes tienen mucho que aprender. —Replicó Rosie, tomando el control remoto de la mesa y apagando la televisión.

— ¡Hey! ¡Estaba a punto de ganar! —Se quejó el ladrón del grupo, indignado, dejó los controles en la mesa de mala gana.

—Jay, basta, solo detente. —Le advirtió la princesa malvada, quien había guardado las prendas del menor de los VKs bastante rápido, entonces caminó hacia él y lo tomó del brazo.

— ¿Por qué? —Cuestionó el descendiente de Jafar.

—Esto es Auradon, no es la Isla. —Le recordó ella, seria.

—Pon las manos en tus bolsillos si vas a robar. —Le recriminó la consejera de Rosie a Mal, quien estaba guardándose uno de los controles remotos en su bolso, pero la primera se lo arrebató.

 El hijo de Cruella dejó sus atuendos en la cama, se dirigió hacia ellos y se cruzó de brazos.

—Camina derecho y seguro. —Le advirtió la futura reina de Auradon.

—Y siempre, siempre sonrían. —Añadió Evie.

—Ok, ahora pueden irse a la mier...—Empezó Jay.

— ¡No! No insultes y tampoco te quejes. —Lo interrumpió la chica de cabello azul, observó a los tres VKs. —Solo... relájense.

Let me tell you something you can really trust. —Le indicó la princesa malvada, colocando uno de sus brazos sobre el hombro del ladrón, le sonrió antes de tomarlo por los hombros y pasar por detrás de él; quien volteó a verla. —Everybody's got a royal side.

I know you think that you could never be like us. —Prosiguió, alejándose de él y colocándose junto a Rosie y Carter, las tres hicieron poses distintas. —Watch and learn so you can get it right. —Dicho esto, señaló a sus amigos y luego acomodó su cabello, mientras que los tres miembros de su pandilla se cruzaban de brazos.

You need to the rules read, you need to nod your head. —Cantaron las tres, asintiendo con sus cabezas. —You need to show respect, looking always perfect, you need to care. —Dicho esto, hicieron una reverencia.

Uh, you need to stare. —Exclamó Carter, tomando el rostro de Mal con delicadeza para que la mirara, pues ella no les había estado prestando atención.

You need a whole lotta help. —Admitieron las jóvenes que pertenecían a la realeza, cada una juntó sus manos en señal de súplica.

Seriously, you need to not be yourself. —Insistió Evie.

You wanna be cool, let me show you how. —Continuó la futura reina de Auradon, colocándose frente a los tres VKs. —Need to follow the rules, I can show you how, and once you catch this feeling...

Yeah, once you catch this feeling, you'll be chillin', chillin', oh, chillin', like a royal, chillin', chillin' like a royal, chillin', chillin' like a royal. —Se le unieron su mejor amiga y la descendiente de Regina mientras acomodaban sus atuendos, hasta que notaron que los chicos de la Isla las estaban imitando de manera exagerada, burlándose de ellas. —Hey! —Los regañaron, así que Mal, Carlos y Jay se detuvieron.

Chillin' like a, chillin' like a... —Prosiguieron las tres chicas que formaban parte de la realeza, caminando hacia la biblioteca que había en la habitación y tomando un libro para cada una de ellas, se lo colocaron sobre la cabeza y empezaron a caminar para demostrar que aquellos objetos las ayudaban a tener una excelente postura firme; pero en ese momento se dieron cuenta de que los tres hijos de villanos no estaban siguiendo su ejemplo. —...hey! A royal. —Insistieron, por lo tanto la chica de cabello morado se dirigió hacia la biblioteca y tomó tres libros, se colocó uno en la cabeza y los dos restantes se los dio a sus mejores amigos para que hicieran lo mismo.

  Las miembros del PPP y la princesa malvada vieron como los VKs no podían caminar demasiado sin que los objetos se cayeran al suelo, el pecoso fue el primero en frustrarse y no tardó en comenzar a maldecir entre dientes.

You draw attention when you act like that. —Le recriminó la chica que solía vender cebo en Luisiana, tomándolo del brazo y mirándolo con fastidio. —Let us teach you how to disappear.

You look like you would lose a fight to an alley cat. —Se burló Evie, señalándolo.

You gotta be perfect to get it right 'round here. —Habló la gobernante de Costa Luna, tomando los libros que habían caído al suelo y volviendo a guardarlos en la biblioteca, al igual que los que ellas sí habían podido sostener sobre sus cabezas.

You need to watch your mouth, you need to not creep around, you need to not slide real smooth. —Cantaron las tres al unísono. —Don't make a sound, and if you want it, buy it. —Añadieron, llevándose los dedos hacia sus labios para darles a entender que debían quedarse callados y luego Carter sacó su billetera de su bolso para hacerles comprender que si necesitaban algo, tenían que pagar por ello.

And if you can't buy it, don't break it. —Le advirtieron las chicas que pertenecían a la realeza cuando se percataron de que Jay había tomado uno de los libros y estaba a punto de romperlo, Evie se lo quitó de las manos y volvió a guardarlo. —If you don't care about your health...

Seriously, you need to not be yourself. —Exclamó Rosie, haciendo una mueca.

You wanna be cool, let me show you how. —Intervino su Consejera Real. —Need to follow the rules, I can show you how, and once you catch this feeling...

Yeah, once you catch this feeling, you'll be chillin', chillin', oh. —Se le unieron las jóvenes cuya sangre real corría por sus venas. —Chillin' like a royal, chillin', chillin' like a royal, chillin', chillin' like...

I really wanna be royal a lot. —Masculló el descendiente de Cruella, pues no podría soportar volver a ser encerrado en la Isla, y sabía que si algo salía mal; volverían allí.

And I'm giving it my best shot. —Prosiguió su pareja, chocando los cinco con Evie.

But it's hard being what I'm not. —Se quejó la chica de cabello morado, cruzándose de brazos.

Well, if you don't, you're gonna get us caught. —Le recordó la futura reina de Auradon, colocando una mano en su hombro y dándole una cálida sonrisa para demostrarle que ella confiaba en que podían hacerlo.

She's right, we gotta stay low-key. —Concordó la princesa malvada, mirando a sus amigos y luego a las chicas que los habían rescatado.

Now show us how royal you can be. —Pidió la descendiente del mayor Mason, observando a los VKs.

Like this? —Sugirió Jay antes de hacer una reverencia ante ellas.

Yeah, yeah, yeah. —Afirmaron Carter, Evie y Rosie al unísono.

Like this? —Dudó la hija de Maléfica, tomando un libro de la biblioteca y colocándose sobre la cabeza, entonces empezó a caminar sin que el objeto se le cayera; tampoco volvió a perder el equilibrio a pesar de que ella despreciaba usar tacones.

Yeah, yeah. —Le dieron la razón las agentes del PPP.

Like this? —Murmuró el pecoso, quien se acomodó la ropa. —Por favor, bellas damas, acepten mis más sinceras disculpas por el comportamiento indebido que mis amigos y yo hemos tenido, les prometo que a partir de este momento daremos lo mejor de nosotros para encajar; también quiero agradecerles por la inmensa paciencia que han tenido con nosotros.

Yeah, yeah. —Asintieron las dos mejores amigas.

Oh yeah, I think we got this, let's go, we're ready to rock this. —Hablaron los VKs al unísono, Mal le guiñó el ojo a la chica que solía vender cebo en Luisiana. —And we're gonna thank you for your help, I think we find the best in ourselves.

You wanna be cool, let me show you how. —Cantó la princesa malvada, caminando por la habitación junto a sus amigos y las chicas de la realeza. —Need to follow the rules, I can show you how, and once you catch this feeling...

Yeah, once you catch this feeling, you'll be chillin', chillin', oh... —Se le unieron las cinco personas que la acompañaban. —Chillin' like a royal, chillin', chillin' like a royal, chillin', chillin' like a royal, chillin', chillin' like a royal, chillin', chillin' like a royal. —Finalizaron haciendo poses elegantes.

—Oh, casi olvido uno de los motivos por los que vinimos, queríamos aclararles que como ustedes forman parte del Consejo Real de Costa Luna; uno de sus deberes oficiales es acompañarnos al Banquete de Bienvenida que la gente de Auradon ha organizado para esta noche. —Exclamó Carter, en ese preciso momento Evie y Carlos intercambiaron miradas cómplices. —Así que tenemos que conseguirles prendas adecuadas y es por eso que...

— ¡Eso no es necesario! —La interrumpió el hijo de Cruella, elevando el tono de su voz debido a la emoción que sentía en ese preciso momento. —Nosotros nos encargaremos de eso.

— ¿Ah si? —Murmuró la futura reina de Auradon, sin poder ocultar su sorpresa. —No tienen que preocuparse, yo puedo llamar al señor Elegante para que él nos ayude.

— ¿Quién es el señor Elegante? —Preguntó el ladrón del grupo, arrugando la nariz.

—Su diseñador de atuendos real. —Respondió la mejor amiga de Rosie, encogiéndose de hombros. — ¡Ese hombre es un verdadero genio! Una vez, diseñó dos vestidos hermosos para que yo me hiciera pasar por...

—Querida, esa historia suena realmente interesante y me gustaría escuchar más sobre eso, pero les ruego que nos dejen hacer los atuendos esta vez y les prometo que en otra celebración usaremos los de tu diseñador de vestuario real. —Intervino la chica de cabello azul, uniendo sus manos en señal de súplica. —Además, me encantaría hacer los de ustedes.

—Ok, pueden hacer sus propias prendas, pero nosotras ya tenemos vestidos para esta ocasión especial. —Accedió la gobernante de Costa Luna. —He dejado el mío en la cama de nuestra habitación para plancharlo...

— ¿Y puedo verlo? —Dudó la descendiente de Regina, ilusionada.

—Claro, me encantará mostrártelo. —Dijo Rosie, sonriendo alegremente. —Por favor, acompáñame a mi cuarto. —Añadió, estirando su mano hacia la princesa malvada, quien inmediatamente la tomó.

—No quiero sonar descortés, pero necesito estar concentrado para poder crear el mejor traje para mi novio, eso significa que debo estar a solas con él... aunque Mal puede quedarse; no quiero que me golpee por echarla. —Comentó De Vil, caminando hacia la puerta de la habitación y abriéndola, entonces les hizo una señal a las chicas para que se retiraran y las tres le hicieron caso.

 Cuando el menor de los VKs cerró la puerta, la ojiverde no pudo evitar pensar que necesitaba un plan B si quería encontrar esa varita.

  Mientras tanto, las adolescentes que pertenecían a la realeza no tardaron en llegar a su destino y notaron que la puerta estaba entreabierta.

—Esto es extraño, la habíamos dejado cerrada cuando nos fuimos...—Susurró la descendiente del mayor Mason. —... aunque tal vez Scarlett y Cinder han regresado más pronto de lo que pensamos. —Dicho esto, ella abrió la puerta y las tres ingresaron en aquel cuarto, esperando encontrarse con sus compañeras.

 Pero ellas no estaban allí.

  Todas sus cosas permanecían en los lugares en las que ellas las habían dejado, sin embargo había algo diferente que no tardaron en notar.

 Sobre la cama de Rosalinda, se encontraba un vestido de seda rosado, completamente destrozado.

— ¡Por todos los dioses de la moda! —Chilló la princesa malvada, horrorizada. —Pero ¿¡qué sucedió mientras ustedes no estaban aquí!?

—No tengo ni la más mínima idea, pero me encantaría averiguarlo. —Sentenció la mejor amiga de Carter. —Aunque primero necesito conseguir un nuevo atuendo para esta noche. —Añadió, haciendo pucheros, Evie no pudo evitar pensar en lo tierna que se veía cuando hacía eso.

—Esto me recuerda a cuando Chelsea & Brooke arruinaron nuestros vestidos para el Baile en mi escuela, esas dos chicas creían que eran mejores que los demás solo porque eran populares, agh. —Admitió la chica que solía vender cebo en Luisiana, haciendo una mueca de disgusto. —Si tan solo supiéramos quién fue la persona responsable de este desastre... le enseñaría que con la futura reina nadie se mete.

—Me gusta como piensas, afortunadamente yo puedo averiguarlo. —Exclamó la chica de cabello azul, sacando el espejo mágico de Regina de su bolso. —Espejito espejito encantado, permíteme descubrir quien ha dejado el vestido destrozado. —Ordenó y unos segundos después pudo ver en el reflejo del espejo como una chica rubia con vestido rosado ingresaba al cuarto con unas tijeras y cortaba esa prenda hasta dejarla completamente arruinada, luego ella se fue dejando la puerta entreabierta.

—No tengo ni idea de quién es esa princesita primorosa insoportable, pero ya se ha ganado mi odio. —Sentenció Carter, cruzándose de brazos, después observó a su compañera de habitación. — ¡Rosie, tenemos que hacer algo!

—No reaccionaré ante la agresión, eso es lo que hacemos las princesas. —Se opuso la gobernante de Costa Luna.

—Espejito espejito encantado, déjame conocer la identidad de la chica con una horrible obsesión por el rosado. —Pidió la hija de la reina malvada, entonces el objeto volvió a mostrar a la rubia junto a una breve información sobre ella: Audrey Rose, descendiente de Aurora y Felipe, princesa de Auroria. —Parece que alguien debe darle una lección de buenos modales a esta envidiosa.

— ¿Le darás una manzana envenenada, tal y como tu madre se la ofreció a Blancanieves? —Sugirió la descendiente del mayor Mason, alzando una ceja y esbozando una sonrisa traviesa, la idea le parecía divertida. Su mejor amiga no tardó en darle un codazo y su sonrisa se transformó en una mueca. —Porque si haces eso, nos veríamos obligadas a arrestarte por atentar contra la vida de otra princesa, y...

—... y deberíamos regresarte a la Isla de los Perdidos inmediatamente, no quiero que desperdicies la oportunidad que te hemos dado, así que por favor no hagas algo de lo que puedes arrepentirte. —Finalizó la futura heredera al trono de Auradon, suspiró hondo pues no le gustaba ser tan estricta con las personas pero debía cumplir con el reglamento del PPP ya que eso era parte de su trabajo. —Evie, bonita, ¿podrías hacerme un vestido para el Banquete de Bienvenida? Te pagaré lo que quieras y; si así lo deseas, te conseguiré todo lo que necesites.

—Me encantaría tenerte como mi primera clienta del reino, solo requiero que me consigas la mayor cantidad de telas posibles para que yo pueda comenzar con los primeros tres atuendos que debo hacer para esta noche y luego necesito que vengas a mi cuarto en una hora para que pueda comenzar a tomarte las medidas. —Accedió la villana, guardando el objeto mágico de su madre en su bolso nuevamente, Rosie asintió con la cabeza. —Y ahora, si me disculpan, debo ir a convencer a Mal de que ella puede asistir a una celebración sin maldecir a nadie y a diseñar todos los vestidos. —Dicho esto, ella se retiró con una sonrisa perversa en su rostro.

  Tal vez las princesas bondadosas no reaccionen ante la agresión, pensó Evie, pero yo soy una princesa malvada y lograré que el Banquete de Bienvenida sea inolvidable... porque la vida de cuento de hadas está sobrevalorada.

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