Capítulo 29: ❝Un cumpleaños especialmente extraño❞ [Parte 5; Maratón 2/2]
Luego de aquella conversación, Uma se fue del bosque y se metió en la vivienda nuevamente.
— ¿Alguna novedad? —Cuestionó la recién llegada. —Díganme que no se comieron todo mi pastel porque yo los mato sin piedad ahora mismo. —Dijo, divertida.
—Este pastel está buenísimo y no lo digo sólo porque lo hice yo. —Habló De Vil, con la boca llena, igual que Gil.
—Déjame reformular mi duda. —Dijo Uma, cerrando la puerta de la cabaña y caminando hacia ellos. — ¿Hay alguna novedad relevante que haya sucedido durante mi ausencia?
—Sí. La señorita reina despertó. —Le indicó Harry, señalando el sofá que ahora estaba vacío. —Fue a la cocina a darse un baño. Aún sigue media loca.
—Tan loca que asegura que siente que la magia de Mal está muy cerca de nosotros. —Añadió Jay, tomando los platos sucios en los cuales él y el chico del garfio habían comido varias porciones de pastel. —Opino que E necesita dormir bastante. —Dijo antes de irse a la cocina para llevar los platos hacia el lavabo.
—Ah, nuestra nueva bella durmiente no quiere descansar, que es exactamente lo que ella necesita. —Dijo Uma, elevando sus cejas y tomando asiento en el sillón que ahora estaba libre. — ¿La magia de Mal? ¿Cerca de aquí? Eso sí es demencia, yo también podría sentirla si eso fuera cierto, pero no lo hago. A Evie aún le afecta el descontrol de sus poderes. —Afirmó, encogiéndose de hombros.
—Dejen de llamarme loca. —Gruñó la princesa malvada cuando salió del baño, con el cabello mojado y teniendo una toalla envolviendo su cuerpo, mirando a todos con frustración. —Ustedes son los incompetentes que no tienen magia y no pueden sentir la presencia de Mal cerca. —Habló y chasqueó los dedos para que la toalla se transformara en un nuevo conjunto de ropa y su cabello se secara mágicamente.
—No nos llames incompetentes, nos amas. —Exclamó el pecoso mientras se chupaba el resto de pastel de sus dedos.
—Mi amor tiene razón. —Puntualizó Jay, mientras lavaba los platos desde la cocina. —Nos amas así, E. Somos tu escuadrón de tarados. —Admitió y asomó la cabeza desde la cocina para sacarle la lengua a su mejor amiga.
—Evie, me alegra que despertaras, pero estas algo confundida todavía. En primer lugar, yo no soy incompetente, en segundo lugar; yo sí tengo magia. —Habló la pirata, tomando una porción de pastel y comenzando a comerla, disfrutándola. —Hoy son más tarados de lo normal. —Se burló, provocando que la chica de cabello azul pusiera los ojos en blanco antes de reír.
—Ustedes son unos torpes. —Dijo Evie entre risas, tomando asiento junto a Uma y agarrando una de las últimas porciones de pastel que Jay había cortado. —Pero de que sentí la magia de Mal, la sentí. Eso se los aseguro por la corona de Rosie. —Afirmó con la boca llena de pastel.
—Mh, es raro porque yo no siento la magia de Mal, sin embargo algo me dice que está bien y que los extraña a los tres, pero especialmente a ti, E. —Comentó la brujita del mar, mirándola de reojo.
Evie no pudo evitar sonreír y siguió alimentándose.
—Me siento excluido de esta conversación porque yo no tengo magia. —Se lamentó el hijo de Cruella, quien hizo pucheros.
— ¡Pues vamos a hablar de la magia que haces arrodillado, amor! —Chilló el descendiente de Jafar, cerrando el agua cuando terminó de lavar los platos y corriendo hacia su novio para sentarse a su lado en el suelo.
—Ah, si te refieres a eso, puedo hacerlo ahora. —Bromeó el menor de los VKs.
—Espero que al menos Mal no se haya dejado dominar por ese dragón otra vez... —Dijo la chica de cabello azul, mientras aún comía.
—Si se hubiese dejado dominar por ese dragón, medio Auradon estaría incendiado, así que no creo que eso haya sucedido. —Replicó la morena, encogiéndose de hombros y disfrutando de su pastel.
—Yo solo espero que ella no me queme más. —Masculló Harry, quien miró su garfio. —Porque a la próxima le voy a meter el garfio en el...
— ¡Hook! —Lo interrumpió la princesa malvada, señalándolo con el dedo. — ¡No hables así de Mal! ¡La que tiene que matarla teniéndola debajo de mí en la cama soy yo! ¡No tú dándole placer con ese garfio! —Dijo, pero no pudo evitar reírse luego de haber dicho tal estupidez.
—Evie tiene razón, Mal no merece que le des placer con tu garfio, en cambio yo sí. —Masculló el hijo de Gastón antes de guiñarle el ojo.
—Ay, E, ya quisiera yo que ella me diera placer a mí... —Confesó Uma, quien frunció su ceño al darse cuenta de que había dicho eso en voz alta y se apresuró a comer más rápido su pastel.
— ¡Lo sabía! ¡Sabía que te morías por restregarte con Mal! —Exclamó el joven ladrón, señalándola con el dedo y mordiéndose el labio mientras se acercaba a ella. — ¡Te la tenías guardada pero a mí nadie me engaña!
—Ay por favor, es Mal, cualquiera se moriría por ella. —Exclamó la brujita del mar, quien trató de restarle importancia al tema mientras se sonrojaba y terminaba de comer su porción de pastel, entonces miró a sus piratas. —Y no quiero escuchar ni una queja sobre eso. —Les advirtió, señalándolos con el dedo.
—Yo ya no sé qué esperar de ti, capitana. —Mencionó Hook, negando con la cabeza.
—Uy, Uma. —Habló Evie, mirándose las uñas. —Cada día me sorprendes más. —Admitió y se rió con picardía.
—Ok, ya basta de distracciones, creo que es hora de que nos concentremos en lo importante: nuestro plan para detener a Audrey. —Cambió de tema la hija de Úrsula, nerviosa, entonces la princesa malvada observó al pecoso.
— ¿Y el mapa del castillo, Carlos? ¿Dónde lo metiste? —Dudó la chica de cabello azul.
— ¡Oh, sí, el mapa! —Exclamó el menor de los VKs, quien se apresuró a sacar aquel papel del bolsillo de su pantalón. —Ahí está el mapa. —Dijo, mientras comenzaba a desdoblarlo para entonces colocarlo en el centro de la mesa ratona. Cuando lo hizo, Harry encajó el garfio en el papel.
— ¡El punto de ataque principal! —Señaló Hook.
—Quita esa porquería de ahí antes de que lo rompas. —Lo regañó su capitana.
—Este pirata sí que tiene muy claro el plan... Pero debes dejar que los demás vean el mapa. —Intervino la descendiente de Regina, observando el garfio antes de quitárselo y mirar a la chica de cabello turquesa. —A ver, primero que todo, Uma ¿dónde está Rosie?
—Uhm, cuando la encontré estaba en la habitación de Audrey, pero luego de que el Ojo de Dragón casi nos mate la llevé con nosotras a la sala de trono, pero creo firmemente que Audrey la regresó a su habitación. Pero, si quieres estar segura, usa magia para averiguarlo. Yo apuesto por la habitación de mi novia. —Dijo la VK, orgullosa.
— ¿Y Dizzy? —Cuestionó el pecoso, preocupado.
—No la he visto desde que Audrey la hechizó pero supongo que ella la despertó y ahora la debe usar como su sirvienta o algo así. —Contestó la morena, insegura. — ¿Qué más?
— ¿Atacaremos por el patio trasero o eso queda descartado? —Quiso saber Jay, rascándose la nuca.
—Descarta eso. —Exclamó Evie, mirando el mapa. —Primero tendremos que sacar a Dizzy de ese castillo. Uma se va a encargar. Después, Jay, Carlos y yo iremos a rescatar a Rosie mientras Harry y Gil esperan a que Uma deje a Dizzy aquí.
—Sí, yo la saco de ahí, no se preocupen. —Accedió la brujita del mar, sonriendo y asintiendo con la cabeza. —Aw, Harry, vas a ser Niñerry de nuevo. —Bromeó, divertida.
— ¿¡Y dónde está la peluca de Gil!? —Preguntó Hook, mirando al rubio de forma intimidante. —Si yo voy a hacer Niñerry, tú serás Algagil...
—Espero que no la hayas dejado en la Isla, tarado. —Masculló la chica de cabello turquesa, mirando al hijo de Gastón.
—La traje, pero me la pondré mañana, me gusta lucir bien guapo en una batalla. —Prometió Gil, entonces le guiñó un ojo a su compañero.
—Ustedes dos son las mascotas de Uma, no me cabe la menor duda de ello. —Afirmó Jay, señalando a los piratas mientras se reía.
—Esa fue buena, cariño. —Lo felicitó su novio, dándole un beso en la mejilla.
—Y estoy orgulloso, tú eres la serpiente de Evie. —Se burló el rubio y le sacó la lengua.
—Soy una serpiente. —Repitió Jay, sonriendo y comenzando a moverse como si fuera una de ellas, causando que Gil se riera a carcajadas. —Y tú eres un alga.
— ¡Nadie, a excepción de Uma y yo, puede llamar alga a mi fantástico novio! —Masculló Hook, entonces intentó quitarle su garfio a Evie, pero ella lo miró con el ceño fruncido antes de alejarlo de su alcance.
—Hey, no. Me lo quedaré durante un rato más. —Replicó la princesa malvada, observando el objeto. El pirata inmediatamente abrió la boca para quejarse. —Y nada de protestar. Sé gentil.
— ¡Oye! ¡Tú no tienes derecho a llamarme alga! —Reaccionó Gil, dejando de reír, fingiendo sentirse ofendido.
—Concéntrense. —Les llamó la atención la princesa malvada, aclarando su garganta. —Debemos ser cautelosos para que Audrey no sospeche. Preferiblemente debemos actuar a una hora en que ella esté ocupada en algo. —Les indicó.
—Audrey siempre se ducha a la misma hora, no pregunten como lo sé, podemos hacerlo ahí. —Sugirió Uma.
—Seguro te bañas con ella. —Exclamó Evie, volviendo a mirar el mapa mientras acomodaba su cabello con una de sus manos. —Entonces entraremos al castillo cuando Audrey se esté bañando. Uma sacará a Dizzy y yo a Rosie. Después regresaremos y enfrentaremos a Audrey.
—No voy a negar eso. —Comentó la pirata, mordiéndose el labio inferior al pensar en eso. —Ok, pero dudo mucho que Rosie confíe en ustedes, aunque no va a tener otra opción. Y dudo que ella quiera irse, pero como sea, detendremos a Audrey de manera pacífica sin herirla y todo esto se acabará. —Exclamó, mirando a la otra VK.
—Pacíficamente... —Repitió la chica de cabello azul, incrédula. —Está bien. Pero no me responsabilizo si ella me ataca con todo y yo le responda de la misma manera, no me dejaré ganar por ella ni seré una tonta que se deje golpear. Audrey recibirá lo que dé.
—La haremos entrar en razón, así que nada de violencia. —Puntualizó la capitana, señalándola con el dedo, seria. —Esto solo va a funcionar si hacemos esto juntos. —Les recordó.
—Sé que no la vas a hacer entrar en razón así que vete preparando para la batalla. —Habló Evie antes de suspirar.
—Subestimas el poder de la relación que tengo con Audrey solo porque la tuya con Rosie no está funcionando, Evie, yo siempre estoy lista para las batallas pero no habrá ninguna esta vez. —Replicó la morena, provocando que la otra VK soltara una pequeña risa.
—Ok, suficiente, ¿por qué no vamos a descansar? Necesitaremos energía para mañana. —Intervino De Vil, queriendo evitar una confrontación entre ambas.
—Ya verás que sí habrá batalla. Y te lo aseguro, yo no la empezaré. —Afirmó la princesa malvada. —Reza por la vida de Audrey y convéncela de que no le conviene pelear conmigo. Es un consejo. —Sugirió y se incorporó del sofá, pero Uma la tomó del brazo para evitar que se fuera.
—Si es que la hay, la acabaremos de la manera correcta, no te conviene hacer cosas por las que definitivamente puedes terminar encerrada en la Isla de nuevo, ese es mi consejo para ti. —Sugirió la brujita del mar, entonces la soltó.
—Ni que tuviera algo por lo cual luchar para quedarme aquí afuera. Ya lo perdí todo. —Masculló Evie antes de arrojarle el garfio a Hook y retirarse hacia su cuarto.
Jay, Gil y Carlos tomaron los platos que las chicas habían usado y se marcharon hacia la cocina para lavarlos.
Uma suspiró hondo, temiendo por Audrey. Era su novia, pero no podría protegerla de los VKs ni del PPP y ella lo sabía.
Al percatarse de que su capitana no estaba bien, el descendiente de Hook tomó asiento a su lado.
—Hey Uma. —La llamó él, captando la atención de la muchacha, quien lo miró de reojo. —Calma. No le pasará nada a Audrey, ella tiene el cetro de Maléfica, no será fácil de matar.
—No puedo tranquilizarme cuando sé que ese maldito cetro casi nos mata y puede volver a hacerlo, si a Audrey le pasa algo... jamás me lo voy a perdonar. —Murmuró la chica, con lágrimas en los ojos, entonces bajó la mirada. —Odio decirlo, pero tal vez haber sacado a Jay, Evie y Carlos de la Isla sí fue mala idea. No sé en qué estaba pensando. —Habló en voz baja, asustada.
—Uma... Ellos no la matarán, Audrey no se dejará liquidar. Estoy seguro de eso. —Dijo Harry, levantándole la barbilla con su mano y estableciendo contacto visual con ella. —Si yo fuera tú, me preocuparía cómo se va a sentir ella cuando te vea en su contra. Porque estás tan preocupada porque no le hagan daño que ignoras que el mayor daño se lo vas a hacer tú.
—De todas maneras, tengo miedo, Hook. —Admitió la morena, mirándolo a los ojos, pues pocas veces se sentía tan asustada e impotente como ahora. —No quiero estar en su contra, solo quiero cuidarla, no quiero que pierda lo poco que tiene. Además... No es la primera vez que ella descubrirá que la traicioné, lo averiguó antes, por eso hechizó a Dizzy... Es todo mi culpa, Harry, por contarle a Shang y Alex sobre Audrey. No quise mentirte ni a ti ni a Gil, no tenía otra opción, es mi culpa. Lo estoy arruinando todo. —Se lamentó y las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.
—Oye, no digas eso porque no es verdad. Tú hiciste lo mejor que pudiste para conseguir un final feliz, y como eso no fue suficiente para ti porque te preocupas por todos, no descansaste hasta conseguir un final feliz para nosotros. Gil y yo te importamos, Uma, igual que te importa Mal y los demás. A ti te importa la gente y lo sé perfectamente, así que no te sientas mal por hacer lo correcto. —La consoló su primer oficial, mientras limpiaba sus lágrimas para luego acariciar su mejilla. —No sé mucho de magia pero cuando Audrey suelte ese cetro, ella seguro volverá a ser la de antes y entenderá todo lo que hiciste porque la amas y quieres lo mejor para ella. —Afirmó antes de sonreírle de lado.
— ¿Cómo sé si es lo mejor para todos? Hacer lo correcto tiene un precio muy alto. —Inquirió la hija de Úrsula, bastante angustiada. —Espero que vuelva a ser la misma princesita primorosa de la que me enamoré, si no eso no sucede... realmente no sé que haré. —Exclamó para luego rodearlo con sus brazos. Harry inmediatamente le correspondió con fuerza.
—Verás que ella volverá a ser esa Audrey... No merece morir ni ser como es ahora. —Murmuró el pirata y le dio un beso en la mejilla. —Pero sí merece hacerte feliz y llevarte a vivir en su castillo...
—Espero que me pueda perdonar, al igual que a Mal por todo lo que ella le hizo... —Susurró Uma y suspiró hondo. —Sí, quiero tener una buena vida con ella, lo merecemos. —Dijo.
—Entonces la tendrás... —Aseguró Hook, dándole otro beso en la mejilla y luego uno más. —Te va a comprar un barco gigante y vas a navegar el mundo entero. Ya verás...
—Y cuando tenga ese barco, tú y Gil vendrán conmigo a recorrer todo el mundo. —Exclamó la brujita del mar, sonriendo con ilusión. —Sí, es una buena vida de piratas... Pero primero tenemos que solucionar el tema de Audrey, este es un trabajo para piratas. —Dijo antes de guiñarle el ojo.
—Sí. —Concordó el primer oficial, chocando el puño con el de su capitana. —Un trabajo para piratas.
Por otro lado, Alex apareció junto a su prima y las AKs en el centro de operaciones del PPP.
—Ugh, eso fue intenso... —Dijo la hechicera de la familia Russo, quien guardó su varita mágica en su bota.
—Sí, demasiado. Creo que nunca extrañé tanto este lugar. —Habló la descendiente de Mulán, quien se sentía aliviada de estar allí nuevamente, pues era consciente de que ahí finalmente estaban a salvo de cualquier peligro. —Pero creo que necesitamos descansar, ¿vienes conmigo, preciosa? —Sugirió, mirando a su novia y extendiendo su mano hacia ella.
—Sí... Creo que necesito descansar después de todo esto. —Concordó la pequeña hada, tomando su mano.
—Sí, vayan a recuperar sus fuerzas, chicas. —Les recomendó Shang, quien le hizo una señal con la cabeza a su pariente, haciéndole entender que luego hablarían. —Ahora, por favor.
—Vamos, bonita. —Susurró la joven guerrera, quien se giró junto a su novia, dirigiéndose hacia su cuarto para poder descansar un poco.
—Díganme por favor que lo que sucedió ahí fue una pesadilla. —Pidió Carter, aún shockeada, cuando perdieron de vista a las AKs.
—No me gusta mentirte. —Replicó el primogénito de Mulán, viendo cómo el mayor Mason entraba a la habitación y caminaba hacia ellos, tragó saliva. —Y tu pesadilla está por empeorar. —Susurró.
Las primas intercambiaron miradas de preocupación.
—Demonios, ahora sí estoy metida en un gran problema... —Se quejó la chica de Luisiana, justo cuando su progenitor se detuvo delante de los tres agentes. —Hola papá..
—Carter. —Dijo él, inspeccionándola con la mirada. — ¿Podrías explicarme bien qué es todo esto? —Demandó, furioso.
— ¿No me vas a dar ni un abrazo? ¿Me recibes así de enojado? —Le recriminó su descendiente, quien hizo una mueca pues el hombre frente a él alzó una ceja, la menor se cruzó de brazos. —Bien, te lo explicaré. Fui con Alex a rescatar a Rosie a Auradon, pero... Hades estaba ahí y la situación se descontroló un poquito, él me reconoció, expuse mi magia, quiso matarme pero Mal me salvó, yo la salvé a ella, rescaté a Rosie y antes de que pudiéramos volver Audrey apareció con el cetro de Maléfica y nos envió a la Isla... —Empezó a explicar, observando de reojo a la hechicera de la familia Russo con los ojos llenos de lágrimas, porque contar lo demás le dolía demasiado. Ella tomó su mano y le dio un suave apretón, haciéndole saber que contaba con ella y que se encargaría de proseguir con aquel relato.
— ¿¡Estas loca, Carter!? —Gritó su padre, furioso. — ¡Eres bastante idiota! ¿¡Cómo se te ocurre pelear contra Hades!? ¡Eso fue muy irresponsable y muy inaudito de tu parte! —Le recriminó, llevándose las manos a la cabeza.
— ¡Tenía que salvar a Rosie! —Se defendió su hija, aunque sabía que todo lo que había hecho había sido en vano. — ¡Peleé contra Hades porque no iba a dejar que me dañara, además él quería matar a Mal y yo no lo iba a permitir! —Gritó, indignada.
—Si me permiten, voy a contarles lo que sucedió hace un rato. —Los interrumpió la sobrina del mayor Mason. —Fui a rescatar a las chicas junto con Shang pero Carter no podía salir porque Hades la hirió y si salía de la Isla iba a morir, Audrey apareció y Rosie salió de la Isla pero esa princesita loca la puso a dormir. Tu hija quiso salvarla y casi se muere pero apareció Mal y la rescató, la hija de Aurora casi nos mata pero estamos vivos y... Audrey tiene a Rosie en algún lugar de Auradon.
— ¡Y ahora el colmo de los colmos es que Rosalinda esté en manos de esa loca! —Volvió a alzar la voz el adulto, frustrado. —Espera... ¿¡Ese monstruo de ojos verdes está fuera de la Isla otra vez!?
— ¡Ya sé que me vas a decir, que soy una inútil y que no sé hacer nada bien porque todo lo que hice fue en vano porque jamás seré tan buena hechicera como lo fue mamá! ¡Así que adelante, castígame, quítame mi varita y todo lo que quieras pero yo necesito salvar a Rosie! —Gritó Carter, angustiada, una lágrima cayó por su mejilla. —No sé que pasó con Mal, y no le digas así porque ella me salvó la vida dos veces, nos fuimos mientras ella distraía a Audrey... —La defendió e hizo una mueca.
— ¡Ya sé que hay que salvar a Rosalinda! ¡Pero debes aprender a medir las consecuencias de tus actos irresponsables! ¡Ahora mismo, seguramente ese monstruo de ojos verdes estará planeando un nuevo golpe, mientras tú estás aquí sin hacer nada para evitarlo! —Le echó en cara su padre, apuntándola con un dedo acusador. — ¡Deberías aprender a pensar y dejar de usar tus malditas hormonas!
— ¡Ya te dije que no es un monstruo y ni siquiera sé si está viva, pero espero que lo esté, porque ella se arriesgo más por mí que tú; que ni siquiera fuiste a tratar de recuperarme! ¿¡Y sabes qué pienso!? ¡Que ahora mismo necesito más a mamá de lo que te necesito a ti! ¡Ella sí apoyaría mi relación con Mal! —Le gritó la menor, dolida. — ¡Aprendí a medir las consecuencias de mis actos cuando pasé días encerrada en esa Isla creyendo que me iba a morir ahí mientras todos los demás serían libres y felices excepto yo! —Replicó, molesta.
— ¡Nadie te apoyaría en esa relación de mierda que tienes! ¡Te restriegas con un monstruo y quieres que te aprueben! ¡Ojalá que esté muerta a ver si de una vez por todas me libro de ese tormento! —Gritó su padre, mirándola con desaprobación. Alex y Shang observaban aquello, callados, siendo conscientes de que esa no era su lucha y no debían intervenir; por más que quisieran hacerlo. — ¡Tú no mereces nada Carter! ¡Eres una malagradecida! ¡Lárgate de aquí ahora mismo! ¡No te quiero ver frente a mí nunca más! ¡Fuera!
— ¡Mamá lo haría! ¡Ella era más comprensiva y sensible que tú! ¡Sí, me restriego con un monstruo como tú le dices y estoy orgullosa de eso, papá! ¡Y si no lo vas a aceptar entonces ya no quiero que estés en mi vida, ya no te necesito! ¡Tú eres el monstruo! —Le gritó Carter, mientras lloraba desconsoladamente. — ¡Te odio! ¡Tú eres el que no me merece! ¡Ojalá nunca se hubieran conocido tú y mi madre! ¡Ojalá tú estuvieras muerto en lugar de ella! —Alzó la voz, alterada, antes de correr hacia su cuarto; llorando.
—Definitivamente no eres el padre del año, tío. —Habló la sobrina del mayor Mason, mientras negaba con la cabeza, decepcionada. —Espero que estés feliz, ya perdiste a tu esposa y ahora pierdes a tu hija, eso lo provocaste tú y te lo mereces.
—Eso no te incumbe, Alex. No es tu problema lo que suceda entre mi hija y yo. —Le gruñó su pariente antes de darle la espalda e irse de allí.
— ¡Si te metes con mi prima, te metes conmigo! —Alzó la voz la hechicera de la familia Russo, enfadada. Suspiró hondo, mientras pasaba una mano por su cabello y miraba hacia su compañero. —Y eso no salió para nada bien. Iré a verla, ¿vienes conmigo? —Dudó, haciendo pucheros, ya que sabía que Carter estaría destrozada.
El muchacho asintió con la cabeza.
—Definitivamente espero que Mal valga la pena... —Murmuró el joven guerrero, comenzando a caminar junto a la chica, hacia el cuarto de su otra amiga.
—Más le vale, sino la mato yo misma por destrozar a Carter. —Prometió Alex, mientras avanzaban por el pasillo del centro de operaciones del PPP. —Te juro que no entiendo por qué Audrey se llevó a Rosie, ella no le hizo nada malo, pero supongo que alguien está cegada por la venganza...
—Esa chica sólo está cegada... Demasiado dolor y soledad. —Habló el joven guerrero, pensando en que conocía a Audrey desde siempre, por eso él sabía que la rubia no era una mala chica. —Estoy seguro de que ella va a pedir unas buenas disculpas por todo cuando esto acabe... —Afirmó.
—Y demasiada influencia del cetro de Maléfica, diría yo. —Añadió Alex, haciendo una mueca. —Está destruyendo a mi familia, unas disculpas es lo mínimo que quiero de ella. —Dijo y ambos se detuvieron en cuanto llegaron frente a la puerta de la habitación de su prima, ella golpeó la misma.
— ¡Vete al infierno, papá! —Se oyó la voz de su pariente desde el interior de su cuarto.
—No soy él ni me iré al infierno. —Sentenció Alex, encogiéndose de hombros y abriendo la puerta, ingresando a la habitación junto con el primogénito de Mulán. Los dos se acercaron hacia la cama, en donde su prima estaba recostada llorando, la joven hechicera tomó asiento en la misma. —Cariño, todo lo que él te dijo... Lo hizo porque estaba molesto.
—Estoy harta de que mi padre no me acepte porque tengo magia, porque me enamore de Mal, porque me enfrenté a Hades y porque perdí a Rosie. —Sollozó Carter, colocando su cabeza en el regazo de su pariente, quien comenzó a acariciar su cabello para tratar de calmarla. —Soy una inútil, hice todo esto en vano, tal vez debería renunciar a mi magia para siempre y así tendría menos problemas...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro