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Capítulo 27: ❝Discusiones y gatos rebeldes❞ [Parte 2]

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  Horas más tarde, en el hogar de Yen Sid, la familia estaba reunida en el comedor; ya que la reina de Costa Luna se había ofrecido a preparar la cena.

— ¡Les presento el arroz con pollo a la Fiore! —Exclamó la muchacha, comenzando a servirles aquella comida a cada uno de los presentes, con una sonrisa. Notó como Valentina y Sabrina observaban sus respectivos platos, extrañadas y asombradas, pero sobre todo confundidas porque jamás habían comido eso. —Es solo arroz con pollo, es una receta
familiar.

— ¡Genial! Me muero de hambre. —Dijo la hija de Mulan, quien no tardó en comenzar a comerlo, al igual que los demás. —Es delicioso. —Hablo con sinceridad.

—Lonnie tiene razón, es fantástico, te felicito querida. —Concordó el padre de Jane, quien continuó comiendo, viendo como la pequeña hada se relamía los dedos. —Cariño, usa las
servilletas, por favor.

—Oye, esto es muy bueno... —Murmuró la novia de Lonnie antes de continuar devorando aquella delicia. —Perdón, papá, pero es que no comía nada tan rico desde que estaba en
Auradon con mami. —Dijo, viendo como sus hermanas masticaban como si no hubiera un mañana, soltó una risita.

—Yo no como, terminaré muerta envenenada a este paso. —Se burló la prima de Alex Russo, alejando un poco su plato y alzando la cabeza, ignorando a su mejor amiga; quien la miró con una ceja alzada.

—Cállate y come, Carter. —Ordenó la reina de Costa Luna, seria, tomo una servilleta y se la colocó en el regazo para no ensuciarse. — ¡Yo no envenené el desayuno de Ben, fue Evie, así que come! Tienes que alimentarte si quieres estar saludable y fuerte para impresionar a Mal.

— ¡No me des órdenes! —Chilló su mejor amiga, quien le dio una mordida al pollo. — ¡Yo
no obedezco a nadie! —Mintió descaradamente.

—A mí sí me obedeces porque eres pasiva y lo sabes. —Se burló la descendiente de la reina Sophia, luego continuó comiendo el pollo y limpio sus labios con su servilleta. —Por cierto, ¿a dónde fuiste anoche? Desperté en plena madrugada y no estabas en tu cama.

— ¿Para que te despertaste en plena madrugada? ¿Para meterle los dedos hasta hacerla gritar de placer… de nuevo? —Dudo Sabrina, ocasionando que Jane se ahogara con su jugo y que los demás la miraran. — ¿Que? Todos las escuchamos, no se hagan los inocentes. Y seguro que Lonnie hacia lo mismo con su novia, ¿verdad, hermanita?

—Estoy segura de que a mi suegro no le va a gustar que hablemos de este tipo de cosas en la mesa. —Exclamó la hija de Mulan, tratando de no sonrojarse.

—Oh vamos, no sean timidas, está claro que Jane es la pasiva en su relación; igual que Carter es pasiva con Rosie. —Añadió Valentina, dándole la razón a su pariente.

— ¡¿Pasiva yo?! —Habló la joven hechicera, soltando el pollo de repente, ofendida.

— ¡Si, pasiva tu! —Afirmó la otra agente del PPP, divertida, bebió un poco de jugo.

— ¿Tengo que recordarte lo que pasó el otro día? —Preguntó la morocha, levantándose de la
silla y encarándola, mientras que las rubias prestaban atención a la situación mientras continuaban comiendo. — ¡Bien sabemos quien estuvo pasiva ahí! ¡Tan pasiva que lo único que le faltó fue un cartel en la cara con un “Voy a gobernar Auradon, pero Carter me gobierna”! —Dijo, al oír aquello, su mejor amiga escupió su jugo dentro de su vaso; bastante
sorprendida porque si bien conocía que su compañera de misiones no tenia limites, no creía que iba a exponerla así.

—Disculpen, perdón, ella saca una faceta de mi que la gente normalmente no ve. —Exclamó
Rosalinda, apenada. —Cállate la boca... —Le advirtió a su compañera, mostrándose tranquila.

— ¡No! ¡No me callo! —Replicó su mejor amiga, luego le sonrió. —Eres una gobernada, estoy segura de que Evie también te gobierna. Eres una floja Rosalinda, más pasiva e idiota
no pudiste salir. Más tarde tú y yo vamos a discutir muy bien lo pasiva que eres, te lo aseguro. —Dijo, le saco la lengua y se rió en su cara.

— ¡Cállate que no quiero que Evie te escuche! —Le recriminó la reina de Costa Luna, luego arrugó la nariz y se dispuso a seguir comiendo. —Hey, no quiero hablar de si Evie me gobierna o no. Podemos discutir todo lo que quieras.

— ¡Ojalá que nos oiga! —Gritó alto Carter, atrayendo la atención de todas las personas que se encontraban en la mesa. — ¿Qué? Son estupideces de mejores amigas... —Murmuró sin
vergüenza, le dio otra mordida a su pollo.

— ¡Carter! —La regañó su mejor amiga, mirándola con seriedad. —No le hagan caso, debe estar algo borracha. —Se excusó, apenada, entonces siguió comiendo su cena.

—Borracha vas a parecer tú hoy, ya verás... —La amenazó la prima de Alex Russo, frunciendo su ceño y disfrutando de su comida.

—Carter... —Le advirtió la joven gobernante, antes de seguir comiendo, estando nerviosa.

— ¿Por qué aún no bajaron los VKs? —Cambio de tema la hermana de Shang, mirando de reojo a su pareja, quien se encogió de hombros.

—Porque esos tres traidores no merecen sentarse en esta mesa y comer esta delicia, ni siquiera merecen estar acá. —Habló Sabrina, para luego dirigirse hacia la pequeña hada, quien estaba terminando de beber su jugo. —Y no entiendo cómo convenciste a papá de que
dejarlos vivir con nosotras era una buena idea.

—Estaban heridos y me dieron lástima, no podíamos dejar que se mueran en la calle. —Dijo
Jane. —Y ellas salvan princesas y villanos, así que…

—Y eso terminó muy mal. —La interrumpió la descendiente del mayor Mason, quien estaba
de humor para el caos. — ¡Así que sera mejor que no bajen

— ¡Carter! En serio, basta. —Insistió Rosie, poniéndose más nerviosa y comiendo más rápido pues quería acabar e irse de ahí, hasta que oyeron el sonido de los pasos acercándose y
finalmente los tres VKs restantes aparecieron en el comedor.

—No recuerdo haberte pedido que entraras la basura, Val. —Comentó Sabrina, cruzándose de brazos.

—No recuerdo haber pedido tu opinión. —Replicó el descendiente de Jafar, mirándola de reojo y sonriéndole falsamente.

—Compórtate, esta es una casa de familia, y nos pueden echar en cualquier momento así que
no busques pleito. —Intervino Carlos, dándole un suave apretón en el brazo a su novio.

—Debo decir que Pequitas Hackeadoras tiene razón. —Opinó la reina de Costa Luna, Jay alzó una ceja cuando escuchó aquel apodo raro pero simplemente caminó por la habitación hasta tomar asiento en la primera silla libre que encontró, al lado de Valentina. Su novio se sentó a su derecha.

—Hasta que al fin “su excelencia” se atrevió a hacer acto de presencia... —Se burló Carter para luego reírse, detestaba a la descendiente de Regina.

—En efecto, la reina llegó así que inclínate. —Masculló la chica de cabello azul, con un tono frío, visualizando una silla vacía al lado de Jay, en donde tomó asiento e hizo una mueca al ver la comida. El hijo de Cruella le dio un codazo.

—Ya no la molestes o nos echarán a patadas, E. —Insistió el menor de los VKs, mirándola con desaprobación.

—Aún hay comida para ustedes, pueden servirse. —Cambió de tema Lonnie, incómoda.

— ¡Pero es nuestra comida! —Protestó Valentina, indignada.

—En esta casa se comparte con todos, cariño. —Intervino su progenitor, para luego mirar a los VKs. —Coman, Rosie preparó esto para nosotros.

—Me muero de hambre. —Masculló Jay, sirviendo un poco del arroz con pollo en su plato y haciendo lo mismo en los platos de su novio y su mejor amiga, luego empezó a comer. — ¿Qué es esta delicia?

—Es solo arroz con pollo. —Explicó la reina de Costa Luna antes de continuar comiendo.

— ¿Qué haces, idiota? —Le recriminó Evie, mirando su plato. — ¿No te das cuenta de que lo pudo haber envenenado?

—Aparentemente, eso lo hiciste tú, pero ella no es capaz de hacer algo así. Es mejor que todos ustedes. —Dijo Sabrina, mirándolos con desprecio. —No se puede esperar otra cosa de unos traidores.

— ¿Envenenado? —Repitió Valentina, elevando una ceja y mirando a Evie, Carlos y Jay; los últimos dos estaban más concentrados en alimentarse que en involucrarse en aquella discusión. —Perdón, ustedes deberían estar agradecidos de que nuestro padre los deja vivir aquí y de que Rosie quiso preparar la cena, cuando aquí los que deberían ser sus sirvientes son ustedes.

—Niñas. —Las reprendió Yen Sid. —Por favor, tengamos una cena inolvidable, de una manera sana. Sin guerras de comida ni insultos ni lo que sea.

—Las rubias tienen razón, pero desearía que estuviera envenenado, así no tendría que soportar ver tu estúpida cara. —Gruñó la prima de Alex Russo antes de terminar de comer su pollo, le sonrió falsamente.

—Carter... No empieces. —Le advirtió su mejor amiga. —Y no está envenenado, Evie, puedes comer.

—La única estúpida eres tú. —Le contestó la princesa malvada, mirando a la Consejera Real antes de darle un primer bocado al pollo, sonrió pues efectivamente estaba bueno. —A ti tendría que haberte envenenado, también.

— ¿De verdad? —Preguntó la joven hechicera, mirándola y negando con la cabeza. —No soy yo la malagradecida y menos la que no valora lo que tiene. —Aseguró y tomó su vaso para beber un poco.

—Por eso es que Mal tiene que irse con esa princesita primorosa, en algo la entiendo. —Dijo Evie antes de seguir comiendo el pollo.

Carter soltó una risita por lo bajo y sonrió.

—Tan cara dura que habla de Mal luego de ofenderla injustamente por algo que fue tu culpa. —Le echó en cara la prima de Alex Russo, señalándola con un dedo.

—Es suficiente, Mason. —dijo Rosie, seria.

—No, no lo es. —Replicó su mejor amiga. —A veces ella puede ser toda una...

— ¿Villana? —La interrumpió la chica de cabello azul, cruzándose de brazos.

— ¿Sabes que tenes razón? —Exclamó Valentina, mirando a su padre de reojo con una sonrisa. —Ahora que lo decís, esta experiencia va a ser inolvidable.

—Uh, pero eres mucho más que eso, Evie. —Habló Sabrina.

—El único monstruo eres tú, asesina. —Prosiguió Carter, sabiendo que la descendiente de Regina se iba a enojar, la última se levantó de su asiento; mirándola con odio.

—Sí, soy una asesina. ¿Y tú qué eres, exactamente? —Dudó la princesa malvada, elevando una ceja. —Una lame pies que aguanta hasta cuernos.

  Rosie, al igual que Lonnie y Jane, decidieron intentar ignorarlas porque sabían muy bien lo peligrosas que eran ambas.

—E, detente. —Pidió De Vil, aunque fue en vano porque la VK no le hizo caso, así que él bebió un poco de su agua cuando vio como la joven hechicera se levantó de la silla.

—Car, ya cállate que no puedo soportar esto hoy. —Exigió la reina de Costa Luna.

—El elefante le dice hocicudo al puerco... —Dijo Carter, acercándose a la VK y mirándola a los ojos. —Bien se ve que no te has enterado de algunas cosas.

—La única puerca aquí eres tú, arrastrada. —La insultó Evie, cuya paciencia ya estaba agotada.

— ¡Y tú eres una prostituta! —Gritó la mejor amiga de Rosie, lanzándose sobre la VK y tomándola con fuerza de los cabellos. — ¡Te voy a dar una paliza sucia asesina!

— ¡Prostituta eres tú, estúpida! —Alzó la voz la princesa malvada, arañándole con fuerza las manos a Carter hasta lograr sacarle sangre. — ¡A mi nadie me toca! —Masculló, tomando a la chica de Luisiana del brazo y girándola para empujarla contra la pared, en donde comenzó a tirarle de los cabellos con fuerza.

— ¡Pelea, pelea! —Gritaron Sabrina y Valentina, emocionadas.

— ¡Te voy a dar una paliza! —Chilló la princesa malvada, proporcionándold una bofetada. — ¡Vas a aprender a estar en tu lugar! —Dijo antes de volver a golpearla con más fuerza.

— ¡Suéltame! —Gritó Carter, quien agarró la cabeza de su oponente con ambas manos, ejerciendo fuerza hacia abajo y dándole un rodillazo en la cara. — ¡Bruja cínica! ¡Conmigo no se juega! —Exclamó, viendo cómo la villana se tambaleaba, por lo tanto le dio un puñetazo en el rostro; haciéndola perder el equilibrio y caerse hacia atrás mientras que la chica del PPP se tambaleaba.

— ¡Pelea, pelea, pelea! —Gritaron Lonnie, Sabrina y Valentina.

— ¡Carter detente! —Pidió Rosie, alterada.

—No intervengas, sabes que es peor si lo haces y probablemente recibas golpes que no son para ti. —Le advirtió la hija de Mulán, quien siguió comiendo mientras disfrutaba del espectáculo.

—Aquí vamos de nuevo... —Masculló Jay, mientras las veía pelearse. —Yo no las voy a separar.

—Te voy a matar... —Susurró Evie, avanzando torpemente hacia su enemiga mientras se tambaleaba, logró tomarla del cuello y la acorraló contra la pared nuevamente para empezar a estrangularla. — ¡Te voy a matar! —Gritó mientras la ahorcaba.

— ¡Suéltame o te mato yo a tí! —Dijo la prima de Alex Russo, posicionando sus manos sobre los brazos de Evie, tratando de apartarla. — ¡Pe-Perra d-de mierda! —Tartamudeó con el poco aire que le quedaba antes de pegarle un fuerte puñetazo en el rostro, haciendo que la VK cayera hacia atrás, pero Carlos se levantó de su asiento y la tomó en brazos para evitar que su mejor amiga se hiciera más daño al caerse al suelo. Finalmente, Carter se dejó caer al suelo de rodillas.

—Amor, tenemos que llevarla arriba. —Dijo el pecoso, mirando de reojo a su pareja, quien asintió y se incorporó de su asiento.

— ¡Ok ya tuve suficiente de ustedes dos! —Gritó la reina de Costa Luna, corriendo hacia su compañera de misiones para ayudarla. —Tranquila, vamos afuera a tomar un  poco de aire.

  Evie levantó la cabeza para mirar a Carter una vez más, pasándose un dedo por el cuello, dándole a entender que la mataría; luego los tres VKs se dirigieron hacia su habitación.

—Sí, Ro. —Accedió la chica cebo, tosiendo varias veces.

—Tranquila, ya pasó. —Murmuró la castaña y salió de la casa junto a ella, la hizo sentarse en el suelo para entonces colocarse a su lado. —Respira conmigo. —Suplicó, mientras la otra chica tosía, intentando hacerle caso.

—Sí... —Accedió Carter, inhalando, tosiendo y exhalando.

—Tranquila, sobrevivimos a situaciones mucho peores, ¿vas a darle la satisfacción a Evie de morir? —La interrogó su mejor amiga.

—Claro que no... —Murmuró la chica de Luisiana cuando estuvo un poco más calmada, tomó la mano de la joven reina. —Mierda... Esa perra me hizo enojar...

—Esa es mi chica... —Comentó Rosie, mirando sus manos entrelazadas, luego suspiró hondo. —Sí, te hizo enojar mucho, no debes ceder ante ella. Y tal vez sea mejor pedirles que regresen a sus casas, no quiero más problemas.

— ¿Eso significa que podemos arrojar sus cosas por el balcón? —Inquirió Sabrina, quien las estaba oyendo desde la ventana abierta que daba a la calle.

— ¡Digan que sí, por favor! —Suplicó Valentina, haciendo pucheros.

— ¡Ustedes dos, dejen de espiar que es de mala educación y vengan a ayudarnos a levantar la mesa! —Exigió Jane desde el interior de aquel hogar, sus hermanas la obedecieron de mala gana.

—Maldita Evie... —Susurró Carter, haciendo una mueca. —Esa bastarda merece morir.

— ¡No digas eso! —Exclamó la otra agente del PPP, alterada, dirigió su mirada hacia el cielo para ver las estrellas. —No debí haber sacado a Evie de su casa... De nuevo. —Se lamentó.

—Ya olvida a esa loca... —Pidió su compañera, pasando su brazo por encima del hombro de la castaña, mientras elevaba la cabeza para ver el cielo. —No te arrepientas... No hiciste nada malo, tú tranquila...

—Solo quería hacer lo que creí que era correcto, pero... Siempre arruino todo. —Gruñó Rosie, quien hizo una mueca. —Lamento no haberte escuchado cuando me dijiste que no regresaramos a Auradon, si te hubiera hecho caso... ahora no estaríamos aquí. —Se disculpó, apenada.

—Tú no tienes que lamentar nada, Rosie. —Replicó la hija del mayor Mason, negando con la cabeza para luego sonreírle. —Hiciste lo correcto, como toda una reina. Alguien que enfrenta los problemas. Estoy orgullosa de ti, eres la mejor persona que he conocido.

—Sí, pero mira todo lo que ha pasado por mí culpa. —Bufó la gobernante de Costa Luna, colocando su cabeza sobre el hombro de su mejor amiga, soltó un suspiro. —Y tú eres la chica más valiente que yo he conocido. Gracias por no abandonarme nunca. —Dijo con sinceridad.

—Nunca lo haré... Siempre estarás en mi corazón. —Prometió Carter, observando el cielo estrellado. —Por algo somos verdaderas mejores amigas ¿no? —Dudó, sonriendo.

—Eres la mejor. —La halagó Rosie antes de darle un beso en la mejilla y volver a ver hacia el cielo. —Sí, lo somos y siempre lo seremos.

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—Te juro que si esta vez no me contesta voy a ir hasta el PPP a gritarle. —Murmuró Dizzy, quien estaba en la habitación de la pequeña junto a Uma. La pelirroja tenía su celular en sus manos, así que marcó el número que la comunicaba con el PPP.

—Si no responde, yo te acompaño y le meto una espada por la garganta. —Habló la brujita del mar, divertida. 

— ¡Dizzy! —Se oyó la voz de Shangcito cuando él atendió la llamada. — ¡Alex vio tu llamada perdida pero no te volvió a contactar porque tenía miedo de que Audrey las pillara! ¿Todo bien?

— ¡Al fin! —Dijo la pequeña Tremaine, quien hizo una mueca de disgusto. — ¿Para qué arreglamos un horario de llamadas si no van a contestar? Como sea, todo está bien, Uma ya está aquí. —Le informó.

— ¡Alex ha estado ocupada el todo el día, tienes suerte de que yo tuviera su celular cerca esta vez! —Se justificó el joven guerrero, quien comenzó a grabar la llamada. — ¿Uma está allí? Ya le contaste sobre el plan ¿no? Espero que haya aceptado...

— ¡Nosotras también estuvimos ocupadas intentando que Audrey no nos mate por culpa de mi gato! —Le recriminó la VK, hasta que se dio cuenta de que había hablado de más, chasqueó la lengua. —Sí, Uma está aquí conmigo y sabe todo el plan, aceptó ayudarnos a detener a Audrey. Pero si quieres escuchar que ella te lo diga, puedo darle mi celular para que lo escuches por ti mismo.

Ambas ignoraban que Audrey acababa de aparecer del otro lado de la puerta, quedándose ahí al escuchar las palabras de la menor, frunció el ceño.

—Ponme a Uma, quiero escuchar que tiene por decir... —Pidió el primogénito de Mulán.

—Como quieras. —Dijo la descendiente de Drizella, dándole el teléfono a la pirata, quien se lo llevó al oído.

— ¿No confías en Dizzy, Shangcito? Ay, que bajo has caído...  —Comentó la chica de cabello turquesa, haciendo una mueca. —Estoy con ustedes, haré lo que sea necesario para detener a Audrey, pero no pienso herirla.

— ¡Uma! —Habló el agente del PPP, feliz de volver a oírla. —No, no es desconfianza, solo quería también hablar contigo, ya sabes que este lío de Audrey hace que a cualquiera se le pongan los pelos de punta. En fin, ¿viste a Lonnie en la Isla? —Cuestionó, preocupado.

— ¡Ese es mi nombre! —Mencionó la hija de Úrsula con orgullo. —Sí, entiendo el sentimiento, Shangcito. Y sí, vi a Lonnie en la Isla, ella estaba bien. Claramente sobrevivirá.

—Todos son iguales... —Murmuró la hija de Aurora, sintiendo como su corazón se rompía y la traición recorría sus venas, giró la manija de la puerta y entró a la habitación; visiblemente furiosa. —Se acabó el circo. Yo no soy un payaso del que se pueden burlar. —Habló e hizo resonar el cetro contra el suelo, atrayendo el celular hacia ella y sosteniéndolo con su mano izquierda.

—Audrey, esto no es lo que parece. —Dijo la capitana del Lost Revenge, la pequeña VK inmediatamente la rodeó con sus brazos, asustada.

—Perfecto. —Masculló la Reina del Mal cuando se dio cuenta de dónde provenía la llamada, entonces la cortó y miró a las chicas de la Isla. —Esto si llegó al límite.

—Audrey, te juro que te lo podemos explicar. —Susurró la nieta de Lady Tremaine, aterrada al verla tan molesta. —Queremos ayudarte. —Se justificó.

—No quiero escuchar nada. Todos los villanos son iguales... Todos traicionan y juegan contigo como si fueras un juguete... Son villanos al fin y al cabo... Fui una idiota al confiar en ustedes... pero me las van a pagar muy caro, malditas. —Sentenció Audrey, tan dolida que sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas, pero apretó los dientes y las apuntó a las dos con el Ojo de Dragón. —A dormir. —Ordenó, entonces le lanzó un rayo rosado a Dizzy, quien cayó dormida en la cama al instante.

— ¡No! ¡Hacemos esto para protegerte! ¡Queremos lo mejor para ti! ¡Tienes que confiar en nosotras! —Dijo Uma, cuyo collar empezó a brillar, protegiéndola de cualquier encantamiento que Audrey estuviera dispuesta a lanzarle. La pirata se levantó de la cama y comenzó a caminar hacia ella. —Audrey, me importas muchísimo, pero no diferencias el bien del mal. Eres mejor persona que... esto. Te estas perdiendo a ti misma y ni siquiera te das cuenta de eso.

— ¡Por gente como tú es que soy así en primer lugar! —Gritó Audrey, tan  alterada que su pecho subía y bajaba rápidamente. — ¡No quiero escuchar nada de ti! ¡No eres más que otra manipuladora que miente y utiliza a los demás para conseguir lo que quiere! —Prosiguió, dolida, apretó el cetro pues era consciente de que perdería el control en unos instantes.

—¡Hago esto por tu bien, porque quiero protegerte! —Replicó Uma, caminando hacia ella. — ¡Sí, soy una manipuladora que miente y utiliza a las personas, pero jamás te usé a ti! ¡Estoy enamorada de ti, tengas mucho poder o no, eso no va a cambiar lo que siento por ti!

—Mentiras, más mentiras, eso es todo lo que sabes decir. —Murmuró la descendiente de Aurora, cerró los ojos y el Ojo de Dragón brilló con fuerza, provocando que la chica de la Isla retrocediera un poco. — ¡Debería enviarte a donde perteneces de una buena vez por todas y dejarlos a todos encerrados ahí para que se pudran como las mierdas que son! —Gritó mientras las lágrimas descendían por sus mejillas.

— ¡No te estoy mintiendo, Audrey, tienes que entender que esto no está bien! —Insistió la descendiente de Úrsula, con las lágrimas acumuladas en sus ojos. — ¡No, no me envíes de regreso a la Isla, no merezco eso! ¡Audrey, por favor, reacciona! ¡No hagas esto!

— ¡Cállate! ¡No quiero escucharte nunca más! —Alzó la voz la Reina del Mal, harta. —No se te ocurra volver a hablarme en lo que te queda de vida. Nunca más. —Demandó antes de darse la vuelta para dirigirse hacia la puerta, abandonando el cuarto mientras temblaba y lloraba.

—Pero Audrey... Yo sí te amo y jamás te lastimaría. —Exclamó la pirata, yendo tras ella pues no estaba dispuesta a perderla. —No puedes pretender que lo que tenemos no significa nada para ti porque yo sé que no es así. Déjame ayudarte. —Rogó, entonces la chica de Auroria se volteó para encararla.

— ¡Todo hubiera sido más fácil si me hubiera quedado aquí cuando esos malditos destruyeron todo! ¡Sí me hubiera quedado, ahora estaría con mi madre, en lugar de estar llorando por ti! —Le gritó Audrey, entre sollozos. — ¡Déjame ya! ¿¡No querías ser libre!? ¡Ya lo eres así que desaparece de mi vida! ¡Esfúmate!

— ¡No digas eso! ¡No te quiero muerta! ¡Te necesito, aunque me odies con toda tu alma porque crees que te traicioné! —Dijo la brujita del mar, odiándose a sí misma por hacerla llorar. — ¡Quería ser libre para estar contigo, pero si tanto insistes entonces me iré! Pero... Despierta a Dizzy. Por favor no le hagas daño. Ella no se lo merece. —Pidió, mirándola, pero la chica de Auroria volvió a sollozar y se giró para comenzar a caminar por el pasillo; arrastrando el cetro.

—Nunca debí enamorarme... —Se lamentó Audrey mientras bajaba las escaleras para irse a la sala del trono.

  Uma suspiró hondo cuando estuvo sola, ingresó a la habitación y se acercó a la pequeña pelirroja que dormía en la cama, sabía que no era seguro dejarla en el castillo pero ¿qué podía hacer? Ni siquiera sabía dónde se escondería ahora.

—No te preocupes, Dizzy. —Murmuró la hija de Úrsula, acariciando el cabello de la menor y recordando todo lo que había conversado con ella desde que Audrey la había traído a Auradon. —Voy a solucionar esto, y cuando lo haga, volveré por ti. Lo siento, pequeña, por no poder cuidarte como te lo mereces. Pero voy a arreglar esto. —Prometió y besó su frente.

Miró su collar, el cual cada vez brillaba menos, indicando que se estaba quedando sin magia. No podría despertarla aún si lo intentara, eso no estaba dentro de sus capacidades, por lo tanto mordió su labio inferior y usó la poca magia que le quedaba para que una nube de humo turquesa la rodeara; teletransportándola al lago encantado.

La morena cayó de rodillas en la glorieta que estaba en medio del lago encantado, miró la arquitectura en ruinas que la rodeaba y soltó un suspiro. Se quitó las botas y caminó hacia el borde de la glorieta, metió sus pies en el agua para relajarse y se quitó el collar que su madre le había regalado, lo metió dentro del agua para que recargara su magia y finalmente sacó su celular del bolsillo interior de su chaqueta, marcó el número de Shang, quien inmediatamente atendió.

— ¡Uma! —Habló el joven guerrero, nervioso. — ¿Qué pasó? ¿Estás bien?

— ¡Shang! —Exclamó la VK, tratando de no demostrar su desesperación, pero estaba asustada. —Audrey nos descubrió y puso a dormir a Dizzy pero me exilió del castillo, sin embargo estoy bien... —Confesó, moviendo los pies dentro del agua.

— ¿¡Qué!? —Preguntó el primogénito de Mulán, shockeado. — ¡Por todas las murallas! Uma, ¿¡donde estás!?

— ¡Lo que escuchaste! Y no pude despertarla, apenas y pude mantenerme despierta con mi magia. —Dijo, viendo su collar que aún estaba en el agua, estaba muy nerviosa. —Estoy en el lago encantado, no te preocupes por mí que sé cómo sobrevivir, sé que Audrey no dañaría a Dizzy. Tal vez la encierre en el calabozo y la mantenga como rehén pero no la va a lastimar... eso espero. Estaba muy molesta con nosotras. —Dijo, angustiada.

—No puedo creer que las cosas llegaran tan lejos... —Se lamentó Shang, se oía preocupado. —Uma, ¿ella averiguó el plan?

—Lo siento, intenté cuidar a Dizzy, pero parece que no sirvo para ser niñera. —Se disculpó la VK, frustrada, tomó una piedra y la arrojó al fondo del lago. —No, ella no conoce el plan, solo sabe que Dizzy y yo queremos detenerla. Pero... puedo volver e intentar convencerla de que despierte a Dizzy, aunque amenazó con regresarme a la Isla... —Sugirió e hizo una mueca.

—Uma, no sé si sea buena idea que te acerques a Audrey otra vez... Puede lastimarte. —Replicó el hermano mayor de Lonnie, nervioso.

—Tienes razón, estaba muy enojada y dolida. —Concordó la villana, soltó un suspiro. —Ella aún intenta controlarse, pero temo que no pueda seguir haciéndolo por mucho tiempo más. —Dijo antes de lanzar otra piedra al lago.

—Debes evitar que pierda la cabeza, si eso pasa todos estaremos perdidos... —Le indicó Shang. —El plan de rescate debe seguir en secreto, si Audrey nos descubre no dudes en que nos mandará a la Isla.

—Bien, la vigilaré de cerca pero no hablaré con ella... —Accedió la pirata de mala gana. —Audrey no sabrá sobre el plan, no quiero que los mande a la Isla. Te llamaré si sucede algo más, ¿ok? —Añadió, aunque no podía pensar con claridad, necesitaba a Harry y a Gil.

  Jamás había dejado de preocuparse por ellos, nunca había dejado de pensar en ellos.

Probablemente estarían perdiendo la cabeza, tratando de cuidar de la Isla y haciéndose cargo del restaurante de Úrsula, además de que no tenían noticias de ella.

  Había desaparecido de repente, sin poder dar explicaciones a sus amigos.

—Confío en tí. —Exclamó el agente del PPP, sacándola de sus pensamientos. —Cuídate y llama pronto.

—Y yo confío en ti, te llamaré en cuanto tenga novedades. Cuídate tú también. —Aseguró la pirata y cortó la llamada, mientras pensaba en un plan. —La Isla es mi hogar. Alguien necesita estar ahí para protegerla. —Dijo, pensando en que hacer lo correcto realmente era un gran riesgo.

  Sacudió la cabeza antes de mirar por última vez la hora en su celular, se quitó las prendas hasta quedarse en ropa interior y dejó su teléfono junto a sus pertenencias en la glorieta antes de meterse al agua, necesitaba nadar para despejarse un rato.

¿Realmente piensan que voy a nadar lejos y rendirme? pensó Uma, la Isla me necesita. Y yo no dejo atrás a quienes me necesitan.

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