Capítulo 27: ❝Discusiones y gatos rebeldes❞ [Parte 1]
— ¿¡Qué ruecas endemoniadas es este escándalo!? —Gritó la Reina del Mal, bajando las escaleras, teniendo el cetro en su mano mientras veía como los parientes discutían; sin percatarse de su presencia todavía.
— ¡Te dije que quiero que recojas mí ropa que sea del mismo color y la laves, idiota! ¡No es muy difícil! ¿¡No ves que no quiero que se ensucie!? —Protestó Dizzy, indignada.
— ¡Ya estoy harto de que me uses! —Protestó el hijo de Cenicienta. — ¡Eres de la Isla, mocosa, seguro sabes lavar tu ropa de mala calidad! —Insistió mientras la perseguía por toda la habitación, le arrojó la bandeja que sostenía, furioso.
— ¡Auch! —Chilló la pelirroja cuando el objeto la golpeó en la cabeza y logró hacerla caer al suelo. — ¡Yo te mato, estúpido! —Gruñó hasta que se percató de la presencia de Audrey, por lo tanto se incorporó para sacudir su ropa.
— ¡Chad! —Alzó la voz la hija de Aurora, lanzando un rayo con el cetro a ese inútil y mandándolo a rodar 5 metros. — ¡Maldita sabandija! —Dijo, enojada, caminó enojada hacia él.
— ¡Hey! —Se quejó el adolescente cuando ella le lanzó el rayo que lo hizo rodar 5 metros. — ¡Ella está arruinando mi vida! —La acusó, señalándola con el dedo.
— ¡Cállate, Chad! —Gritó la Reina del Mal antes de lanzarle un rayo de fuego para quemarle el trasero. — ¡Atrévete a volver a molestar a tu prima, sabandija! —Le advirtió, sonriendo con satisfacción por la maldad que estaba haciendo.
— ¡Auch! ¡Mierda, mierda! —Protestó el rubio en cuanto ella le quemó el trasero, por lo tanto subió las escaleras corriendo para esconderse en la habitación de Audrey, las dos chicas fueron tras él.
—Pero ¿qué rayos y truenos significa esto? —Gruñó Uma, indignada, cuando aquel imbécil perturbó su paz al ingresar al cuarto en el que estaba descansando. — ¿¡Es que una no puede descansar en este reino!? —Se quejó y su collar empezó a brillar, Chad corrió hacia una esquina de la habitación, pero en ese momento Audrey y Dizzy ingresaron al cuarto.
— ¡Aquí estás, sabandija! ¡Esto es por puto! —Gritó la hija de Aurora, golpeándolo con el cetro en la cabeza y luego en las costillas. — ¡Esto es por tarado! ¡Y esto es por miedoso e inútil! —Chilló, dandole con el Ojo de Dragón en el trasero, luego en la cabeza nuevamente y finalmente le disparó un rayo más en el trasero.
La nieta de Lady Tremaine solo miraba aquella tortura con satisfacción pues era consciente de que el rubio se lo merecía, sin embargo aún no se había percatado de la presencia de la otra villana.
— ¡Auch! ¡Ya detente, loca desquiciada! —Gimió de dolor el hijo de Cenicienta, entonces la chica de cabello turquesa se incorporó de la cama cuando la oyó insultarla y lo tomó por el cuello de la camisa.
— ¿¡Cómo la llamaste!? —Masculló la pirata, furiosa, entonces lo golpeó con fuerza contra la pared. — ¡Repítelo si te atreves, bastardo infeliz! —Lo alentó, lo volvió a golpear y lo soltó para luego empezar a patearlo.
—Aw, sí la trajiste. Te dije que sí la necesitas. —Habló la pelirroja en voz baja hacia la descendiente de Aurora, la menor sonrió feliz. —Gracias, Audrey... Pero deberías llevarlo al calabozo antes de que ella lo mate. —Sugirió y se encogió de hombros.
—Por nada, Dizzy. —Dijo la hija de la Bella Durmiente, observando como la VK la defendía sin siquiera habérselo pedido. —Esa es mi chica. —Exclamó con orgullo.
— ¡Nadie le falta el respeto a mí reina del mal! ¡No te mereces absolutamente nada de lo que mi chica te da! —Aseguró la capitana del Lost Revenge, furiosa, mientras aún pateaba a Chad; hasta que la chica de Auroria se acercó para alejar a la pirata del rubio con delicadeza, entonces la primera la miró.
—Basta ya, los golpes a él le sobran. —Intervino la Reina del Mal, quien observó al chico con desprecio para entonces sostenerlo de los cabellos y levantarlo del suelo. —Ahora te llevaré al calabozo.
— ¡No, al calabozo no! ¡De nuevo no! —Suplicó el príncipe, entonces la chica lo soltó para entonces acercarse a Uma y tomarla de las caderas, mientras que el rubio las observaba con celos.
— ¿¡Prefieres que te mande a dormir con los peces!? —Lo amenazó la brujita del mar, molesta, entonces le sonrió a la hija de Aurora.
— ¿Le demuestras a esta sabandija quién es la única con derecho a tocar a la reina? —Le sugirió la chica de Auroria, divertida.
—Claro que sí, mi reina del mal. —Accedió la VK antes de besarla con pasión, logrando que Chad soltara gruñidos, celoso.
— ¡Quítale las manos de encima, sucia pirata! ¡Ella no es tuya, es mía! —Protestó él, apretando los puños, Audrey lo miró de reojo con el ceño fruncido.
— ¿¡Tuya!? Pronto te daré una buena paliza por decir mentiras. —Dijo la descendiente de Aurora, quien besó a la villana apasionadamente para demostrarle al príncipe que ella no era suya, sino de Uma. —No le hagas caso a este estúpido... Yo soy tuya... —Murmuró feliz y se alejó para tomar a Chad de los cabellos.
—Ja, eso es lo que este bastardo se merece. —Mencionó la hija de Úrsula cuando escuchó que Audrey iba a golpearlo, le siguió el beso y ladeó la cabeza cuando la AK se apartó de sus labios. —Nunca escucho a los idiotas, no te preocupes.
—Vamos, maldito. —Demandó la hija de Aurora, arrastrándolo por los cabellos hacia la puerta, mientras que sostenía el cetro con su mano libre.
— ¡Ugh, no! ¡Me las vas a pagar por esto, extraña! —Prometió Chad, indignado, Dizzy les abrió la puerta para que pudieran salir y ambos se fueron, entonces la pelirroja volvió a cerrar la puerta.
— ¡Uma! —Chilló la descendiente de Drizella, feliz por volver a verla, entonces corrió a abrazarla. —Me alegra tanto que estés bien, estaba muy preocupada.
— ¡Ese es mi nombre! —Dijo la chica de cabello turquesa, correspondiéndole el abrazo con fuerza, demostrándole su amor. — ¡Pues aquí me tienes! ¡Vivita y coliando! Que bueno que me sacaron de esa Isla. —Exclamó, aliviada.
—Y herida también. Pero sí, yo convencí a Audrey de que te sacara. Te necesito. —Masculló la menor de las VKs, haciendo una mueca de disgusto para luego separarse de ella, tomó su mano para guiarla hacia la cama y sentarse ahí. —Sabes que todos están en la Isla y que Audrey está fuera de control. Tenemos que hacer algo.
—A mí no me parece fuera de control. —Murmuró la brujita del mar, pensando mejor al estar sentada en una cama tan cómoda, se mordió el labio inferior. —De hecho, me encanta ese lado de su personalidad, se ve... Poderosa. —Replicó.
—Sí, sé que no lo parece, pero honestamente si lo está. El otro día discutimos y se fue para no herirme. —Aclaró la hija de Drizella, entonces tomó las manos de la chica de cabello turquesa y la miró a los ojos. —Es demasiado poderosa ahora que tiene el Ojo de Dragón, si no la detenemos Harry y Gil se quedarán atrapados en la Isla para siempre. Y sé que no quieres eso. Sé que quieres la libertad para todos. Tenemos que hacer lo correcto, Uma.
—Se ve que es muy poderosa con ese cetro. —Susurró Uma, pensando en lo que Audrey sería capaz de hacer al tener tal poder en sus manos. —Tienes razón en algo Dizzy, pero si ella fue capaz de irse para no hacerte daño es porque aún se puede controlar al menos... Entonces, ¿qué tienes en mente? —Cuestionó luego de analizar bien la situación.
—Exacto, aún se puede controlar, por eso tenemos que actuar ahora antes de que ella haga algo de lo que se arrepentirá. —Exclamó la pelirroja, mirándola. —El PPP va a rescatar a Carter, a Rosie y a las AKs de la Isla pronto, pero yo necesitaba alguien más que me cuidara aquí. Tenemos que vigilar a Audrey, pero... Evie me llamó. Tengo que ayudarla a escapar junto a Carlos y Jay mañana en la noche, debo entrar al antiguo despacho de Ben y robarme el control remoto que abre la barrera que guarda en uno de los cajones del escritorio, entonces iré a la frontera para abrir la cúpula desde ahí. Necesito que la distraigas hasta que yo regrese. Y... tengo que avisarle al PPP que ya estás aquí, pero no pueden saber que voy a sacar a los VKs. —Dijo, sacando su celular, vio como la chica de cabello turquesa soltaba un suspiro antes de asentir con la cabeza.
—Está bien, sé cómo distraer a Audrey pero debemos tener cuidado. La hija de Aurora no es estúpida... Y mira a ver lo que hacen Evie, Carlos y Jay... —Dijo la brujita del mar, pero frunció su ceño al decir los tres nombres, por lo tanto comenzó a contar con los dedos para asegurarse de que no había calculado mal. —Espera, Evie, Carlos y Jay, falta alguien; ¿Mal no vendrá?
—Sí, tendremos cuidado, ella no sabrá sobre esto. —Afirmó la niña. —Evie me dijo que solo los libere a los tres, creo que ellos están enojados con Mal porque Evie me dio a entender que ella estaba muerta para ellos, le dije que me debería dar explicaciones cuando los saque de ahí. Debes estar feliz de que Mal no salga, ¿no? —Dudó, curiosa.
—Eso significa menos problemas... Pero no creo que Mal se quede quieta dentro de esa Isla así que no dudes que intentará salir. —Masculló la pirata, apretando los dientes. —Pero bueno, lo importante ahora es priorizar que Audrey suelte ese cetro y rescatar a Carter, Rosie y a las AKs.
—Dudo que intente hacerlo cuando yo saque a los VKs porque solo ellos y yo sabemos que nos encontraremos mañana a las 11 pm en la bahía pirata, pero tendré cuidado de todas maneras. —Replicó la nieta de Lady Tremaine y le guiñó el ojo. —Sí, será difícil lograrlo pero lo haremos. —Murmuró y marcó el número de Shang en su celular pues ya era la hora habitual en la que se comunicaban.
—Eso espero. —Murmuró Uma, se acostó en la cama, con una enorme sonrisa pues estaba feliz. —No hay lugar para fallos.
—Sí, no fallaremos. —Le dió la razón la pelirroja mientras se recostaba junto a ella. —Contesta, Shangcito, vamos... —Dijo impaciente, ya que él no respondía.
—Quizás él esté con Alex haciendo algo importante. —Sugirió la capitana del Lost Revenge, pero lo primero que se le ocurrió es que ambos podrían estar teniendo sexo, sacudió la cabeza para olvidar eso. —Ok, mejor deja de insistir, ya los llamaremos más tarde.
—No quiero saber qué hacen. —Dijo la menor, haciendo una mueca de disgusto antes de cortar la llamada y guardar su teléfono. —Auradon no es tan malo, tiene buenas camas, además... para tu cumpleaños haremos un picnic en el Lago Encantado. —Añadió, entusiasmada.
— ¡No me lo creo! —Exclamó la chica de cabello turquesa, sentándose en la cama de repente. — ¿De verdad van a hacer eso por mí? ¡Es increíble! ¿Habrá pastel?
—Sí, haremos eso por ti, te lo mereces. —Afirmó la hija de Drizella, sentándose a su lado. —Claro que habrá pastel, pero no sé si Audrey cocine bien, así que yo misma me encargaré de hacerlo. Quisiera que Harry y Gil también estuvieran aquí contigo, pero si todo sale bien... pronto lo estarán. —Dicho esto, le sonrió.
—Eso sería genial... Esta vez no tendré a mi madre golpeándome. —Comentó la pirata, considerando la posibilidad de tener un cumpleaños especial por primera vez, entonces abrazó a la chiquilla. —Te extrañé, pequeña... ¡Pero vine a molestarte!
—Sí lo será... y estará lleno de sorpresas. Yo también te extrañé, me encanta que me molestes... —Dijo la niña y le guiñó el ojo de forma cómplice. —Por cierto, ¿cómo está todo en casa? ¿Qué hay de Celia? —Cambió de tema.
—Realmente no sé cómo esté Celia, no la veo desde el día en el que nos mandaron hacia la Isla. —Se lamentó la brujita del mar, apenada. —Y en cuanto a tu casa, tu mamá y tu tía van a matar a tu abuela. —Murmuró y empezó a reírse.
—Espero que esté bien... —Dijo la pequeña, estando un poco preocupada por su mejor amiga, pero luego río por el comentario sobre las Tremaine. —Eso es súper normal, ya no me sorprende.
—Por ahí se rumorea que tu tía y tu mamá tiraron a tu abuela de la escalera. —Continuó hablando Uma, tratando de contener la risa.
—Desearía saber si eso es verdad. —Dijo Dizzy, entonces soltó una carcajada.
—Y que se pasan la vida discutiendo porque el gato desapareció y ninguna lo bañó. —Añadió la pirata.
—Ja, si supieran que el gato está aquí... —Se burló la pelirroja, justo en ese momento, Lucifer apareció y se subió a la cama. —Hola gatito bonito, ¿extrañaste a Uma? —Preguntó mientras le acariciaba la cabeza.
— ¿Audrey no te pelea por el gato? —La interrogó la descendiente de Úrsula cuando vio al animal.
—Nah, aprendió a quererlo. —Afirmó la chica de anteojos.
—Tiene pinta de rasguñar vestidos. —Opinó la pirata.
—Mh, ¿rasguñaste algún vestido, Lucifer? —Cuestionó Dizzy, mirando a su mascota con un semblante serio, la criatura solo maulló. —Creo que eso es un no, pero si lo hiciste, Audrey no se puede enterar. —Le indicó.
—Yo creo que Lucifer sí rasguñó algún vestido de Audrey. —Insistió la chica de cabello turquesa, riendo. —Gato malo, prepárate para ser lanzado de la ventana si Audrey se da cuenta de eso.
—Podemos revisar su clóset, yo sé que quieres una excusa para ver sus bragas. —Propuso la menor, intentando aguantarse la risa, se levantó de la cama para caminar hacia su clóset y abrirlo. —Ven, la ropa de princesita primorosa no te morderá ni te dará peste. —Se burló.
— ¡Mientes! —La acusó la hija de Úrsula, sonrojándose, sin embargo caminó hacia el closet de Audrey mirando todas las prendas. —Espero que no haya ningún vestido roto. —Dijo, inspeccionando los hermosos vestidos rosados que habían allí.
—Si estoy mintiendo, ¿por qué te sonrojas? —Cuestionó la pelirroja, divertida, mientras observaba los vestidos. —Yo también, al menos Audrey no guarda aquí el cetro cuando duerme.
— ¿Dónde pone el Ojo de Dragón? —La interrogó la pirata, curiosa.
—Generalmente lo pone al lado del espejo enorme que está cerca de su cama. —Respondió la niña, viendo como la otra VK tomaba unas bragas rosadas con encajes negros y las acercaba a su nariz para olerlas.
—Demonios, que bien huele esto. —Murmuró la chica de cabello turquesa, pero tardó en unos segundos en darse cuenta de que hizo aquello delante de Dizzy, quien la miraba frunciendo su ceño; la brujita del mar se sonrojó aún más para luego guardar la ropa interior en donde la había encontrado. —Olvida eso...
— ¡Uma! —La reprendió la chica de anteojos. —Ya me traumaste, recuérdame no volver a entrar aquí contigo. —Añadió, haciendo una mueca.
— ¡No le cuentes a Audrey que si se entera, me muero! —Chilló la capitana del Lost Revenge, pero volvió a tomar las bragas para olerlas de nuevo. —Uy pero de verdad que lo que esta princesa tiene entre las piernas es algo fantástico. — Murmuró y siguió oliendo a la vez que inspeccionaba el closet de Audrey.
—Tu secreto está a salvo conmigo. —Prometió la hija de Drizella, pero arrugó la nariz al ver que ella continuaba oliendo las prendas ajenas. — ¡Uma! ¡Ya deja de hacer eso! —La regañó, entonces Lucifer se metió dentro del armario y comenzó a romper los vestidos de la dueña del cuarto.
— ¡Gato del demonio! —Lo insultó la pirata al ver aquello, aún sostenía las bragas de Audrey en la mano cuando vio como aquel animal rompía un precioso vestido de escote rosado. — ¡Audrey nos va a matar a cetrazos si ve todo el maldito desmadre que estás haciendo! —Insistió, se metió las bragas en la boca para intentar atrapar a Lucifer, quien saltó hacia uno de los estantes más altos y se enganchó a propósito en un vestido rosado que tenía tiras negras.
— ¡Lucifer, gato malo, eso no se hace! ¡Gato malvado, ya no entrarás aquí! —Gruñó Dizzy, indignada por el mal comportamiento de su mascota. — ¡Uma, usa tu magia para sacarlo de aquí y reparar el vestido antes de que Audrey nos mate! —Pidió, desesperada.
— ¡Bájate de ahí, gato estúpido! —Gritó la chica de cabello turquesa, tratando de saltar para alcanzar el estante, logrando que algunas prendas se cayeran. — ¡Espera, este animal está loco! —Exclamó al ver que ahora Lucifer estaba mordiendo otro vestido.
— ¡Cuidado con los vestidos! —Les advirtió la niña.
— ¡Dame eso, Lucifer, si que eres malo! —Ordenó Uma, logrando tomar una punta del vestido y comenzando a tirar en su dirección, pero el gato estaba haciendo fuerza hacia el lado contrario. — ¡Te voy a matar, gato del demonio! —Alzó la voz y tironeó con fuerza de aquella prenda.
— ¡Esto no va a terminar bien! —Se lamentó la pelirroja al ver aquella escena, entonces Audrey entró a la habitación debido al escándalo que había oído.
—Pero que ruecas endemonia... —Habló la descendiente de Aurora, pero no pudo terminar la frase ya que en ese momento la VK y el gato rompieron su vestido; Uma inmediatamente lo escondió tras su espalda. — ¿Qué le sucedió a mi armario? —Dudó, mirando toda la ropa en el suelo con una expresión impávida, luego se giró a ver a Uma quien tenía sus bragas preferidas en la boca.
— ¡Mí reina del mal! Que placer verte. —Exclamó la pirata, nerviosa, hizo una reverencia ante ella. —Hoy voy a comer gato asado a la parrilla. —Le murmuró a Dizzy.
—Bueno... —Murmuró la nieta de Lady Tremaine, incomoda.
— ¿Qué rayos haces con mis bragas en...? —La interrogó la chica de Auroria, pero hizo una mueca cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando. —Así que alguien estaba husmeando entre mi ropa... —Susurró y se acercó con un andar lento y peligroso, la VK se quitó la ropa interior ajena de la boca rápidamente.
—Creo que no quieres saber eso. —Respondió la brujita del mar, mientras que la veía acercarse hasta que Lucifer le saltó encima para arañarle el atuendo.
— ¡Gato del demonio! —Masculló Audrey, intentando quitarse de encima al gato, sin embargo la bola de pelos se enganchó en el báculo. — ¡Suelta mi cetro, Misifú! —Demandó, sacudiendo el cetro, pero el animal se sostuvo más fuerte del mismo.
— ¡Lucifer, no! —Lo regañó la pelirroja. — ¡Deja el Ojo de Dragón ya, gato estúpido!
— ¡Los voy a matar a todos! ¡Pero a ti más, Misifú! —Gritó la Reina del Mal, quien movió el cetro bruscamente, lanzando al gato a volar hasta que cayó encima del armario. — ¡Gato del demonio, bájate de ahí que te voy a cocinar! —Chilló y disparó un rayo hacia el armario, logrando que la mascota de Dizzy se asustara.
— ¡Lucifer, bájate ya! —Insistió la niña, molesta.
—Audrey, no va a bajar si lo asustas, vas a tirar el armario y nos vas a lastimar. —Le habló Uma, intentando hacerla entrar en razón, pero la joven no deseaba oírla.
— ¡Abajo, Misifú! —Chilló la descendiente de Aurora, golpeando el armario con el cetro, logrando que el animal cayera en los brazos de Dizzy; la Reina del Mal apuntó hacia ella con el Ojo de Dragón. — ¡Ahora si es tu fin!
— ¡Gato escurridizo! —Le gritó la pelirroja cuando sostuvo al gato entre sus brazos, chilló cuando la adolescente apuntó a su mascota con aquel báculo. — ¡Audrey, no! —Dijo aterrada, pero la chica no la oyó, simplemente dejo que un rayo saliera del cetro en dirección al gato; quien saltó por la ventana y se enganchó en la rama de un árbol. La hija de Aurora se acercó a la ventana para encontrarse con aquella escena y gruño.
— ¡No! —Protestó la chica de Auroria, entonces le lanzo un rayo más al árbol para hacer caer al animal. — ¡Todos ustedes pagaran con sus vidas por el desastre que ocasionaron en mi hermoso armario!
—Suerte que los gatos tienen 9 vidas. —Murmuró Uma, la pequeña Tremaine corrió a abrazarla, muerta de miedo. —Audrey, tranquila, no es necesario que recurras a medidas drásticas, yo puedo repararlo con mi magia si me das la oportunidad. —Intervino, tratando de calmar a la AK.
—Ese gato se las va a ver conmigo, ¡prepárate, Misifu! —Continuó hablando la descendiente de Aurora, ignorando a las jóvenes que trataban de persuadirla, pues estaba ocupada tirandole mas rayos al árbol, hasta que le prendió fuego a la rama en la que el animal estaba. — ¡Ahora sí ese gato bastardo no jugará más con mis vestidos! —Chilló, sonriendo con maldad.
— ¡Audrey, solo es un gato, déjalo en paz! —Suplicó la hija de Drizella. — ¡No lo mates!
— ¡El desgraciado de Misifu se escapó! —Gritó la Reina del Mal, frustrada, entonces sacó medio cuerpo por la ventana mientras agitaba el cetro. — ¡Ahora te las tendrás que ver conmigo, gato loco! ¡Y con todos los poderes de Lucifer! —Alzó la voz, le apuntó y le lanzo un rayo al animal, con la intención de asesinarlo; pero el gato absorbió el ataque y lo revirtió, golpeando a Audrey con tanta fuerza que la adolescente terminó en el suelo dentro de su habitación, tumbándola encima de Uma; quien se balanceó y golpeó el armario. Las dos cayeron de espaldas al enorme armario cuyas puertas aún seguían abiertas, exponiendo todas las prendas de la dueña del cuarto. — ¡Misifu, me las pagaras! —Exclamó, furiosa y adolorida en el suelo.
— ¡Audrey! ¡Deja al minino, que no vale la pena! —Protestó la chica de cabello turquesa, frustrada.
— ¡Aquí no hay quien viva! —Sentenció la chica de Auroria, enojada, se puso de pie sin soltar su báculo y observó el desastre que había en aquel cuarto. — ¡Ustedes me la pagarán! ¡Si no puedo matar al gato, las mataré a ustedes! —Dijo, apuntándolas con el Ojo de Dragón.
— ¡No nos amenaces, tú no quieres dañarnos! —Le advirtió la pirata, colocando a la pequeña pelirroja detrás de ella para protegerla. —Aud, tranquila, vamos a solucionar esto. —Insistió, pero entonces toda la ropa que había en el armario cayó encima de Audrey, provocando que ambas VKs se cubrieran sus respectivas bocas, tratando de aguantarse la risa.
La hija de Aurora comenzó a lanzar hacia cualquier lado cada prenda que se le había caído encima, furiosa.
— ¡Ustedes se están burlando de mí! —Gruñó la Reina del Mal, quitando unas bragas que habían caído encima del cetro de Maléfica. — ¡Las voy a quemar vivas! —Amenazó, harta.
—Ay no, jamás haríamos eso. —Se opuso la pelirroja, tratando de aguantarse la risa, hasta que la chica de Auradon comenzó a acercarse a ella; la sonrisa de la menor desapareció. — ¡Te juro que nada de esto es mi culpa!
— ¡Esto es por traer a Misifú a mi cuarto! —Chilló Audrey antes de darle un cetrazo en el trasero, dirigiendo a la niña hacia la puerta. — ¡Y esto es por burlarte de mi desgracia! —Gritó, dándole un último cetrazo en el trasero y sacándola del cuarto, luego se giró para ver a la otra VK.
Uma la miró con una sonrisa inocente; mostrando sin querer la prenda que ocultaba detrás de su espalda.
—Así que... ¿me vas a quemar viva? —Dudó la hija de Úrsula, viendo como la chica de Auroria caminaba hacia ella.
—No te mato porque... Porque soy una reina. —Se justificó la Reina del Mal, mirando a la pirata de arriba abajo y percatándose de lo que tenía en las manos, entonces se lo arrebató; mirándolo con los ojos llenos de lágrimas. — ¡No puede ser! Este vestido me lo regaló mi mamá...
—Sé perfectamente quién eres. —Murmuró la joven de cabello turquesa, quien sintió pena cuando ella tomó el vestido roto, comprendiendo que había arruinado una prenda que había sido un obsequio de Aurora. —Audrey, no tenía ni idea de eso, cuánto lo siento... Pero voy a repararlo. —Exclamó en voz baja, estando avergonzada de su comportamiento, miró su collar y el artefacto comenzó a brillar; pues la bruja del mar quería solucionar el problema que ella había causado.
— ¡No! ¡Ya no quiero nada! —Chilló la chica de Auroria, comportándose como una niña pequeña, se acostó en su cama; abrazando aquella prenda. — ¡Fuera de mi cuarto! ¡Rompiste mi vestido preferido! —Demandó, decepcionada.
—Audrey... Me iré pero primero lo repararé. —Susurró la hija de Úrsula cuando la vio recostarse en la cama, entonces se concentró lo suficiente para que el hechizo funcionara. —Reparo. —Recitó el encantamiento, la prenda inmediatamente se arregló y entonces la VK abandonó la habitación, cerrando la puerta con suavidad al retirarse.
—Mami no es nadie sin su vestido. —Dijo Audrey, abrazando la prenda y soltando el cetro, que se quedó flotando en el aire. Observó el vestido e hizo pucheros, debía probárselo de nuevo para asegurarse de que aún podía lucirlo como antes. —Mami pensó que te perdía, mi nene.
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