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Capítulo 26: ❝Haz lo que debas hacer: ser mala como yo❞ [Parte 2]

  Dizzy estaba tomando el té con Audrey en Auradon, así que la pequeña hizo sonar una campana.

— ¡Chad! ¡Queremos más te! —Ordenó la VK, divertiéndose al verlo correr desde la cocina con la tetera en mano, su primo les sirvió más té y se quedó allí parado. — ¿Qué esperas? ¿Un beso en la mejilla? Esfúmate que esta es una conversación privada entre chicas, tarado. —Le gruñó y lo vio hacer una reverencia antes de marcharse.

Audrey bebió un sorbo de su té y observó cómo la menor se comió una galletita.

— ¿Sabes qué? Me encanta vivir aquí y que tengas el poder y todo eso, además de que tener a Chad de esclavo me parece muy divertido, pero... me siento algo sola. —Habló la hija de Drizella.

— ¿Sola? —Repitió la chica de Auroria, tomando una galletita y comiéndola.

—Sí. —Confirmó la VK antes de tomar un sorbo de su taza de té. —Quiero decir, no me malinterpretes, adoro estar contigo y que me cuides tanto pero... No pasas tanto tiempo conmigo como lo hacías en Auroria y sé que eso se debe a que estás ocupada encargándote de que estemos seguras pero... no tengo a nadie con quién divertirme. Y... en tres días es el cumpleaños de Uma, quisiera que ella estuviera con nosotras, pero sé que crees que se equivocó. —Le explicó, sin embargo hizo una mueca y se metió otra galletita a la boca.

  La adolescente suspiró, mientras pensaba en lo que acababa de oír y en cómo podría solucionarlo.

—Supongo que es natural que te sientas sola. —Murmuró la descendiente de Aurora y miró el Ojo de Dragón, que estaba apoyado en la mesa en la que estaban tomando el té como solían hacerlo desde que vivían juntas. —Pero no sé si sea buena idea traer a alguien aquí. —Replicó, analizando la situación, aunque sí tenía muchísimas ganas de sacar a Uma de la Isla.

—Y odio sentirme así cuando sé que contigo puedo tener cualquier cosa. —Continuó la pelirroja, haciendo pucheros. —Oh, vamos, me doy cuenta de la tensión sexual que hay entre las dos. La extrañas, la necesitas... Y Uma siempre quiso un caballito de mar, puedes dárselo para su cumpleaños. Estamos hablando de Uma, es la persona más leal que he conocido, además de que le fascinan los barcos. —Añadió, tratando de convencerla.

—Creo que lo haré... Pero no te prometo nada. Tengo que pensarlo bien. —Dijo la Reina del Mal, quien se mordió el labio inferior, pensando en la hija de Úrsula. — ¿Tan obvia son las ganas que le tengo a esa villana?

—Con que lo pienses me conformo. —Habló la niña, luego se metió otra galletita a la boca. —No eres tan obvia, pero yo te conozco bien, por eso lo sé. Y, después de todo lo que sufriste por Mal, mereces ser feliz con alguien más. —Dijo con sinceridad.

—Sí, la sacaré de la Isla y le daré un caballito de mar. —Accedió la descendiente de Aurora, estando tan feliz que se comió otra galleta de manera descortés por lo que se sonrojó cuando lo notó. —Mierda...  —Maldijo y se atragantó al decir una palabra vulgar.

—Eso la hará muy feliz, ¡yo le prepararé un delicioso pastel para su cumpleaños! —Chilló la VK, emocionada, soltó una risita cuando la escuchó maldecir en voz alta.

—Si mi abuela me viera ahora, yo estaría muerta. —Murmuró Audrey, estando sonrojada por todo lo que había hecho, así no era como alguien de la realeza debía comportarse.

—Tranquila, en la Isla eso es muy normal. —La calmó la nieta de Lady Tremaine.

—Menos mal. —Masculló la chica de Auroria, aliviada, entonces se comió otra galleta y se chupó los dedos de su mano izquierda. — ¿Crees que la haga feliz de verdad? ¿Crees que se ponga feliz si le regalo un caballito de mar en una pecera? ¿Sería bueno también regalarle un peluche? Mi mamá siempre me regalaba peluches. —Dudó, sin saber las preferencias de la gente de la Isla.

—Sí, creo que la harás muy feliz. —Afirmó la niña, con una sonrisa victoriosa en su rostro. —Uma siempre quiso tener un caballito de mar así que eso la pondría muy contenta, especialmente si tú se lo regalas, y ella nunca tuvo peluches. En la Isla teníamos suerte si conseguíamos almohada o algún colchón donde dormir.

— ¡Entonces está decidido! ¡Le regalaré un caballito de mar y un peluche también!  —Aseguró la hija de la Bella Durmiente, quien se levantó de su asiento y sostuvo el Ojo de Dragón con su mano izquierda. — ¿Quieres dar un paseo o ir a algún lugar, Dizzy?

—No gracias, debo ir a hacer el regalo de Uma a mí habitación y te ofrecería que me acompañes pero no quiero que te ensucies con todo el pegamento que usaré. —Se excusó la menor, comiéndose una última galletita y luego dándole un sorbo a su té, dejó la taza vacía en la mesa. — ¿Me puedo retirar ya? —Pidió, mirándola con respeto y admiración.

—Está bien, Dizzy, recuerda que si necesitas algo; tienes a tu primo para que te asista... O lo convertiré en un pez parlante de nuevo. —Le recordó Audrey, la hija de Drizella solo asintió con la cabeza. — ¡Chad! ¡Tienes que limpiar esto, esclavo! —Gritó, entonces sonrió con malicia e hizo resonar el cetro contra el suelo, formando una nube de humo rosado que la cubrió inmediatamente para llevarla hacia Auroria. 

La pelirroja la vio desaparecer frente a sus ojos justo cuando el hijo de Cenicienta volvió a aparecer para obedecer a la joven, la pequeña se dirigió hacia su habitación y cerró la puerta, se dejó caer en la cama para entonces sacar su celular y marcar el número que la comunicaba con el PPP.

— ¿Sí? —Contestó una voz desde el centro de operaciones del PPP.

— ¡Alex! —La saludó la VK, emocionada. —Me alegra tanto escucharte...

— ¡Dizzy! —Se oyó la voz de la hechicera de la familia Russo, quien presionó un botón para comenzar a grabar la llamada. — ¿Todo bien? ¿Tienes novedades? —La interrogó.

—Sí, todo está bien, por eso llamé a esta hora; Audrey se fue. —Dijo la chica de la Isla, con una sonrisa. —La convencí y sacará a Uma de la Isla pronto, en tres días es su cumpleaños así que supongo que será ese mismo día o tal vez antes, ella no me lo dijo.

— ¡Eso es un gran avance! —Reconoció la prima de Carter, feliz por la información que acababa de recibir. —Entonces ¿dices que la convenciste de que Uma fuera allá? ¿Vas a contarle a Uma sobre el plan que tenemos? —Preguntó, curiosa y se rascó la cabeza.

—Sí, es un gran avance. —Habló la hija de Drizella, orgullosa de sus propios logros. —Sí, la convencí y le contaré si me lo permites, claro.

—Hazlo Dizzy, recuerda cuidarte y no provocar a Audrey, acuérdate de que el cetro le hace daño y no lo toques bajo ninguna circunstancia. —Le aconsejó la hechicera, estando algo preocupada por ella. — ¿No pasó nada más? —Cuestionó, curiosa.

—Sí, me estoy cuidando y evito discutir con ella, de todas maneras Audrey no permite que me acerque al cetro. Siempre lo lleva a cualquier lado, sería difícil quitárselo. —Dijo la niña, quien al escuchar esa pregunta se mordió el labio inferior, pensando en si debía contar sobre la llamada que había recibido de la Isla. —De hecho, sí sucedió algo... Evie me llamó.

— ¿Evie? —Repitió la joven hechicera, sintiéndose asustada al pensar en esa villana. — ¿Qué pasó? ¿Qué quería? ¿Hizo alguna amenaza o qué? —La interrogó rápidamente.

—Sí, Evie. —Respondió la menor con un tono de voz tranquilo. —Me llamó porque deseaba asegurarse de que estoy bien, no te preocupes porque a mí jamás me amenazaría, sin embargo... me pidió que la saque de la Isla junto a Carlos y Jay. —Admitió.

— ¿¡Qué!? —Preguntó la agente del PPP, sorprendida. — ¿¡Qué le dijiste!? ¡No se te ocurra sacarlos de ahí Dizzy! ¡Ellos son muy peligrosos!

—Cálmate, no tienes por qué alterarte, Alex. —Se apresuró a calmarla la VK, quien se acomodó mejor en su cómoda cama. —Le dije que no lo haría, o sea ¿quién se cree que es para abandonarme y luego recurrir a mí cuando necesita ayuda? A Dizzy Tremaine nadie le da la espalda. Además, aunque quisiera hacerlo, y no quiero, no tendría oportunidad. Audrey desapareció el control que abre la barrera mágica y solo ella sabe dónde está. —Mintió.

—Oh, gracias a Dios. —Dijo la hechicera, soltó un suspiro repleto de alivio luego de oír esto. —Ten cuidado Dizzy, si Audrey se entera de que recibes nuestras llamadas, estaremos en problemas.

—Sí, lo sé, pero ella no sospecha. Jamás me dañará, y cuando Uma esté aquí, se asegurará de eso. —Afirmó la pelirroja. —Y te haré saber cuando ella esté aquí. —Añadió.

—Eso espero. Mantenme al tanto si ocurre cualquier cosa, y cuídate mucho, ¿ok? —Le recordó Alex.

—Sí, lo haré. Tú también cuídate, pronto estarás con Carter y Rosie de nuevo. —La tranquilizó la niña.

—Eso espero, un beso Dizzy. —Se despidió la agente del PPP, ya que lamentablemente debía hacer muchas cosas en el trabajo.

—Un beso, Alex. —Murmuró la VK  antes de finalizar la llamada y levantarse de la cama, pues debía comenzar a preparar el regalo de cumpleaños de Uma.

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  Por otro lado, en la Isla de los Perdidos, Carter estaba recostada en el sofá de la sala de estar; releyendo su diario –el cual ahora cualquiera podría leer pues como no había magia en la isla el hechizo que había puesto en el libro se había roto– pues ahora más que nunca necesitaba releer las palabras que su madre le había escrito para ella, y la reina de Costa Luna le hacía compañía.

Where the north wind meets the sea, there's a mother full of memory, come, my darling, homeward bound, when all is lost, then all is found. Cantó la morocha, releyendo la canción de cuna que su mamá le había escrito en aquel diario, aquella canción que solía cantarle cuando era pequeña. —La extraño mucho... —Susurró, apenada, entonces su mejor amiga la abrazo por detrás.

—Lo sé, lo sé, pero tú madre te diría que sigas adelante con tu vida. —Murmuró la castaña, quien se apartó de ella para sentarse sobre sus piernas y comenzar a acariciar su cabello.

I'm rotten to the core, core, rotten to the core... —Tarareó la descendiente de Regina, quien estaba bajando las escaleras, pero se detuvo cuando vio aquella escena y apretó los dientes.

— ¿¡Y cómo pretendes que lo haga sí estoy destinada a quedarme encerrada aquí para siempre, sin poder recurrir a ella ni volver a ver a papá, tú seguramente te irás pronto con las demás y yo no voy a detenerte!? —Sollozó la chica de Luisiana, quien cubrió su rostro con el diario, avergonzada.

—Car, no llores por favor. —Pidió Rosie antes de rodearla con sus brazos nuevamente, su mejor amiga le correspondió el gesto. —Tranquila, encontraremos una solución, pero mientras tanto voy a cantarte para calmarte.... I didn't know what you were going through, I thought that you were fine, why did you have to hide? —Añadió, mientras que la villana que las espiaba solo apretó más los dientes, mirándolas con celos y odio pero se quedó allí; viendo todo y sintiendo demasiada impotencia.

I didn't want to let you down, but the truth is out. —Exclamó la joven hechicera, separándose de ella y mirando su diario, lo cerró para volver a observar a su mejor amiga con pena. —It's tearing me apart, not listening to my heart.

I really have to go. —Dijo Rosie y apretó los labios, no quería dejarla sola, pero tenía que hacerlo. Su gente la necesitaba.

And I would never stop you. —Aclaró la prima de Alex Russo, negando con la cabeza, su mejor amiga la miro nuevamente.

Even though it changed.—Exclamó la castaña.

Nothing has to change. —Replicó la descendiente del mayor Mason.

And you can find me in the space between, where two worlds come to meet, I'll never be out of reach, 'cause you're a part of me so you can find me in the space between. —Dijeron ambas al unísono, mirándose a los ojos y luego tomándose de las manos, entonces entrelazaron sus dedos. —You'll never be alone, no matter where you go, we can meet in the space between. —Prosiguieron y entonces Carter se soltó y apartó la mirada.

And nothing can stay the same. —Se lamentó la morocha, Rosie colocó una mano en su espalda y la primera la observó. —It's growing pain.

Be proud of all the scars, they make you who you are, oh, woah.—Le aconsejó la castaña, recargando su cabeza en su hombro, Carter apretó los labios para luego relamerselos lentamente; sin saber qué hacer. Su mejor amiga se alejó unos centímetros para poder mirarla a los ojos atentamente. —I know you have to stay.

But I'll never really leave you. —Prometió la chica de Luisiana, negando con la cabeza.

Nothing has to change.—Susurró la reina de Costa Luna.

Even though it changed. —Replicó la joven hechicera.

And you can find me in the space between, where two worlds come to meet, I'll never be out of reach, 'cause you're a part of me so you can find me in the space between. —Dijeron las dos, entonces volvieron a tomarse de las manos, mientras recordaban todo lo que habían pasado juntas. —You'll never be alone, no matter where you go, we can meet in the space between.

There are no words left to say. —Comentó Carter.

I know you gotta find your place. Exclamó su mejor amiga, colocando una mano en la mejilla de la otra, sabía que no podía seguir interponiéndose entre ella y su destino. Quería cuidarla, si, pero no podía aislarla del mundo solo porque tenía miedo de perderla.

But this is not the end. Sentenció la chica de Luisiana.

No. —Concordó la reina de Costa Luna, negando con la cabeza. —You're part of who I am.

Even if we're worlds apart, you're still in my heart. It will always be you and me, oh yeah! —Juraron ambas, volvieron a tomarse de las manos y unieron sus frentes. Si se besan las mato a las dos, pensó Evie, pero las agentes del PPP no lo hicieron.

  Aun así,  Rosie le había dejado bien en claro que ya no tenían una relación amorosa; o mas bien, ningún tipo de relación. Además, después de todo el daño que le había ocasionado, la agente del PPP se merecía toda la felicidad del mundo; aunque le seguía doliendo no poder ser la persona que la hiciera feliz todos los días.

 Evie comprendía que no la merecía. Sabía que ella sería libre pronto y seguiría adelante, se olvidaría de ella y era lo justo. Rosie volvería a reclamar su trono -y le deseaba suerte porque Audrey no iba a renunciar a la corona tan fácilmente- y sería, de una vez por todas, la gobernante que Auradon merecía. Ya no sería su reina, pero Evie tenía que dejarla ir, pues las villanas como ella jamas tendrían finales felices.

You can find me in the space between. —Afirmó la reina de Costa Luna, mientras ambas se separaban y Carter corría hacia la puerta de la cocina, desde donde se asomo para poder ver a su mejor amiga.

Where two worlds come to meet. —Prosiguieron ambas muchachas, mientras comenzaban a avanzar lentamente.

I'll never be out of reach. —Aseguró la morocha, estirando los brazos en dirección a la castaña.

I'll never be out of reach, no. —Prometió Rosie, alzando los brazos para luego dejarlos caer a los costados de su cuerpo.

'Cause you're a part of me so you can find me in the space between. —Cantaron las dos, mirándose a los ojos y negando con sus cabezas.

You'll never be alone. —Afirmó la reina de Costa Luna, caminando hacia su mejor amiga, quien sonreía.

No matter where you go. —Comentó la joven hechicera, avanzando hacia ella y estirando a sus brazos, cuando se reencontraron se tomaron de las manos.

We can meet in the space between. —Prometieron ambas.

Yeah, no matter where you go. —Insistió Rosie.

No matter where you go. —Repitió la chica de Luisiana.

We can meet... —Dijeron ambas, Rosie soltó una de sus manos y la pasó por sobre los hombros de su mejor amiga, quien se aferró a ella. —...in the space between. —Finalizaron, Carter sonrió con tristeza, refugiándose en los brazos de su chica.

  La descendiente de Regina estuvo a punto de darse la vuelta para marcharse rumbo a su habitación cuando alguien abrió la puerta rápidamente y la cerró de un portazo.

— ¡Oigan! —Habló la recién llegada, estando muy agitada ya que había tenido que correr por media Isla luego de haber sido amenazada por Maléfica. — ¡Tengo información élite! ¡Información de Mal! —Añadió, entonces la princesa malvada elevo una ceja y sonrió, perversa.

— ¡Oye, no puedes entrar así a las casas de la gente! —Le recriminó Rosie, sin separarse de su mejor amiga.

— ¿Y por qué confiaríamos en ti? —Cuestionó la descendiente del mayor Mason, secándose las lágrimas y observándola con desconfianza. —Probablemente nos estés mintiendo en nuestras caras... O vas a querer dinero a cambio. —Dijo con rencor.

— ¡Es información de lujo! ¡Se los aseguro! —Insistió la hija menor del Hombre Sombra, mirando por la ventana para asegurarse de que nadie la seguía, mientras aún intentaba normalizar su respiración. —Uf, pensé que moriría.

— ¿Y vas a pedir algo a cambio? —La interrogó la morocha, indignada. —Porque lo único que te voy a dar será un golpe. —Aclaró, alzando su puño cerrado.

—Muy bien, enana... Tú y yo vamos a hablar. —Comentó la dueña de Evie's 4 Hearts, terminando de bajar las escaleras con elegancia y caminando de manera sexy para lucir bien su cuerpo -Rosie solo la observo de reojo cuando se percató de su presencia- hasta que llego delante de la menor. — ¿Verdad? —Preguntó, mirándola de manera espeluznante y aterradora.

— ¡E-Evie! —Chilló la pequeña estafadora, recordando perfectamente todo lo que le habían hecho los VKs cuando ellos habían ido a buscar a Hades a la Isla. — ¡No me golpees!

— ¿Pensaste que morías? —Repitió la gobernante de Costa Luna, asustada, pero frunció su ceño cuando escuchó las súplicas de la niña. — ¡Ay, Evie Grimhilde Mills! ¿¡Qué le hiciste a la pobrecita!? —Le recriminó y tomó de la mano a Celia para sentarse en uno de los sofás junto a ella, mientras que la chica de Luisiana se sentaba en el apoya brazos. —Cuenta lo que sabes, cariño. —Pidió de manera amable.

—No, yo no les contaré nada. —Replicó la pequeña, quien se cruzó de brazos, orgullosa.

—Oh, vamos, Celia. Por favor, dinos lo que sabes. Cuando salgamos de aquí, te daré un castillo para ti sola. —Mintió la hija de la ex reina Sophia, entonces Carter le dio un codazo, la pequeña VK la observó y se mordió el labio inferior al considerar esa oferta; pero luego de analizar la situación se dio cuenta de que ella no le daría nada después de todo lo que la pequeña estafadora había hecho para perjudicarla a ella y al PPP.

— ¿Segura? —Cuestionó la chica de cabello azul, metiendo la mano en su bolso y sacando maquillaje de Victoria Secret para entonces mostrárselo a la princesa voodoo. —Mira lo que tengo aquí... Puedes venderlo muy caro, mocosa. —Aseguró y arqueó una ceja, perversa, sabiendo bien que Celia caería.

—No... Tú sólo me quieres estafar. —Replicó Celia, dirigiéndose a la chica del PPP, luego miró a la descendiente de Regina. —No tomaré el maquillaje, quiero algo más valioso... algo que está fuera de tu alcance. —Murmuró y se miró las uñas.

— ¿Te refieres a Rosie? Porque ella sí que está muy lejos de su alcance. —Sugirió la chica de Luisiana, su mejor amiga chocó los cinco con ella, mientras que la villana solo les gruñó antes de acercarse de manera sensual hacia la pequeña estafadora para ponerle las manos en los muslos y apretarle con fuerza aquella zona.

— ¡No! ¡Yo siempre cumplo mis promesas! —Se defendió la castaña, quien observó a la chica de cabello azul con rencor cuando la vio tan cerca de la niña. —Evie, quítale las manos de encima o voy a tener que cortártelas.

— ¿Qué quieres, mocosa? —Preguntó la mejor amiga de Carlos, intimidando a la pequeña con su mirada marrón. —Cállate Rosalinda, se perfectamente como negociar con esta paria que se cree mejor que yo. —Masculló, seria.

—Voy a contar hasta tres para que le quites las manos de encima o haré que te arrepientas, Mills. —Insistió la reina de Costa Luna, sacando una navaja y apuntando a la villana con ella, quien ni siquiera se inmutó. —Uno, dos...

—Si la haces llegar al cuatro, te saco de aquí a patadas. —Gruñó Carter, mirando seria a la chica de cabello azul, pero bufó al ver que sus amenazas no le importaban. —Habla ya, Celia. ¿Qué quieres? ¿Dinero? —Cuestionó.

—Em, em... —Balbuceó la pequeña estafadora, quien se sonrojó al tener tan cerca a una chica como Evie. —...Yo-Yo no sé que pe-pe-pedir... —Tartamudeó, estando muy nerviosa.

— ¿Ah no? —Dudó la princesa malvada, sabiendo perfectamente la razón, entonces apretó con más delicadeza los muslos de Celia. —Vamos... Quiero que escupas todo lo que sabes de la bestia... —Demandó, acercando su rostro al de la niña.

—Es que yo es-estaba en la guarida de Ha-Hades y Ma-Ma-Mal apareció junto a la se-señora de las ti-ti-tinieblas. —Balbuceó la hermana de Freddie, estando totalmente roja por tener a Evie tan cerca, le miró los labios. —En-Entonces yo-yo escuché que e-ellas querían el ámbar de Ha-Hades.

— ¿¡Que estuviste dónde!? —Dijo Rosie, tan sorprendida que dejó caer la navaja, miró a su mejor amiga de reojo. — ¿Querían la brasa de Hades? ¿Por qué? —Inquirió.

— ¿Por qué Maléfica la querría? Ella nunca quiso a Hades evidentemente... —Exclamó la prima de Alex Russo, quien ahora tenía el ceño fruncido. — ¿Y consiguieron la piedra?

—Ya no sé más na-nada... —Susurró Celia, demasiado sonrojada, observó a Evie quien ahora parecía estar enojada. — ¡Lo ju-juro! ¡La Emperatriz me localizó espiando y casi me ma-mata! ¡Si Mal y Hades no hubiesen intervenido, ahora mismo yo estaría muerta! —Se justificó, mirando los ojos de la villana con la poca valentía que tenía.

—Aw, mí dragoncita te cuida. —Habló la morocha, sonriendo como una idiota bastante enamorada.

—Agh. —Masculló la chica de cabello azul, soltó a Celia y se mordió el labio, mientras pensaba en lo extraña que era la situación. — ¿Qué mierda tramas, Igna? —Preguntó en voz alta y apretó los dientes.

—Demonios. —Masculló la reina de Costa Luna e hizo una mueca. —Bueno, al menos tú estás bien, pero debes dejar de meterte en problemas. —Le advirtió a la hija del Hombre Sombra, señalándola con el dedo.

—Sea lo que sea que trame, puedo averiguarlo. —Dijo Carter, la VK no pudo evitar soltar una risita cuando escuchó aquello.

— ¿¡Estás loca!? —Le recriminó su mejor amiga, frunciendo su ceño. — ¡Terminarías muerta si te descubren!

—Ay, que risa me das. —Se burló la descendiente de Regina, tratando de controlar sus risitas, entonces miró a la morocha. — ¿De verdad crees que Mal Igna te dirá algo de lo que trama? Si yo fuera tú, aprendería a diferenciar los problemas sentimentales de Mal con sus planes perversos... Especialmente si Maléfica está involucrada en esos planes... Ya le lavó el cerebro seguramente. —Dijo, arqueando una ceja y sonriendo con ironía.

—Mal me dijo mucho después de que estuvimos juntas en la noche. —Replicó la joven hechicera, orgullosa, luego bufó mirando a la reina de Costa Luna; Evie solo las observaba con odio. —Pero tienes razón, Ro, ir a buscarla sería un suicidio. No me voy a arriesgar tanto... Aunque por lo menos Mal sí me quiere.

—Ese monstruo sabe bien lo que te dice y lo que no... Te lo aseguro. La conozco mucho mejor que tú. —Afirmó la chica de cabello azul para luego mirar a la descendiente menor del Hombre Sombra, estiró un brazo para señalarle la puerta. — ¿Y tú por qué sigues aquí husmeando? Shu shu, fuera ya. —Ordenó antes de tomarla del brazo para echarla.

—Ella no es un monstruo, solo está dolida por todo lo que le dijiste. —Gruñó la prima de Alex Russo, mirándola con desprecio. —Sí, sácala de aquí.

— ¡Evie, no! —Protestó la pequeña brujita, forcejeando con ella para tratar de soltarse de su agarre, pues era consciente de que las chicas del PPP no iban a socorrerla. — ¡Tienes que pagarme! —Chilló y le mordió el brazo a la descendiente de Regina.

— ¡Enana mal nacida! —Gritó la VK, adolorida, entonces le dio un codazo a Celia para luego ver su hermosa piel. — ¡Mira lo que me hiciste! ¡Ahora menos te pagaré, desgraciada! ¡Y si eso no es suficiente, cuando salga de aquí le diré a Dizzy que no sea tu novia porque eres una tarada! —Dicho esto, la tomó de los cabellos para empezar a arrastrarla hasta sacarla de la casa y cerrarle la puerta en la cara, dando un fuerte portazo. Volvió a mirar su piel y gruño, adolorida.

— ¡Evie! ¡No le hagas daño! ¡Solo es una niña! —Protestó Rosie, indignada al ver tanta violencia en menos de una hora. Se cruzó de brazos y ladeó la cabeza. —Primero, no vas a volver a dejar este lugar, y segundo; Jane no aprobaría que echarás así a la gente de su casa.

Maldita chiquilla, es una perra, Maléfica debía matarla; es una irrespetuosa. —Se quejó la joven diseñadora, mirando la marca de los dientes ajenos en su piel, sacudió su mano para entonces dirigirse hacia la cocina con la intención de echarse agua en su herida para calmar el dolor que sentía. Carter hizo una mueca y volvió a recostarse en el sillón, tomando su diario íntimo para volver a abrirlo y continuar leyéndolo. —No me extrañarías de todas maneras, Rosalinda, así que no finjas que te importo ahora; porque las dos sabemos perfectamente que no es así. —Alzó la voz para que las chicas pudieran oírla, mientras ella se lavaba la mano.

—Tal vez me vuelvas a importar cuando me demuestres que puedes ser una mejor persona, pero dudo que eso suceda porque me equivoque con respecto a ti. —Gritó la chica de Costa Luna, tomando asiento al lado de su Consejera Real. —Siempre serás una villana, Evie, y eso no lo vas a poder cambiar jamás.

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  Uma estaba en la cocina del restaurante de su madre, limpiando unos platos, había cerrado temprano porque no había nadie y planeaba encontrarse con Harry y Gil en el barco cuando terminara sus tareas en el bar; pero entonces Ursula ingresó a la cocina, estando furiosa y sosteniendo un vaso en su mano derecha. 

— ¡Uma! —Gritó la villana, esperando a que su descendiente se volteara. — ¡Así te quería encontrar, bastarda! ¡¿Así que te escapaste de la Isla y no me dijiste nada?! ¡¿Pensaste que porque estaba en el fondo de mar buscando un hueco en la barrera no me enteraría?!

— ¡Mamá! ¡Creí que tardarías más! —Se lamentó la VK, dándose la vuelta lentamente mientras que se secaba las manos en su delantal. — ¿Cómo demonios te enteraste de eso? ¡Y no te conté porque no logré nada, por algo estoy aquí de nuevo! —Se quejó e hizo una mueca de disgusto.

— ¡Cállate, mocosa insolente! —Alzó la voz su progenitora para entonces lanzarle el vaso, que logró herir su brazo a tal punto de que la chica gimió de dolor cuando su extremidad comenzó a sangrar. — ¡Me las vas a pagar por zorra! ¡Debiste de haberme sacado de aquí Uma! —Gritó, golpeándola con su tentáculo en el rostro, haciéndole un corte en la mejilla y agarrándola con él para estrellarla contra la pared.

— ¡Mierda! —Gimió de dolor la menor, viendo la sangre que descendía por su brazo. — ¡No, demonios no otra vez! ¡Es que no pude hacerlo! ¡Nunca estuve sola, entonces la oportunidad nunca se presentó!

— ¡Mientes, Uma! —Gritó la bruja del mar, dándole otro golpe con su enorme y fuerte tentáculo. — ¡Eres una mentirosa cretina! ¡Te voy a enseñar a respetarme, Uma! ¡Te daré una buena lección! —Dicho esto, le proporcionó otro golpe más fuerte que el anterior.

— ¡No estoy intentando engañarte! —Se defendió la pirata, gimiendo de dolor debido a cada golpe que recibía. — ¡Ya te dije que no estoy mintiendo! ¡Mierda, ya déjame en paz que no merezco esto! —Suplicó, aterrada.

— ¡Te voy a matar, Uma! —Alzó la voz Úrsula y le pegó otro golpe más fuerte seguido de otro con aún más potencia. — ¡Eres una mal nacida! ¡Te voy a hacer basura!

— ¡No, ya déjame en paz! —Pidió su hija y gimió de dolor al sentir los golpes, cerró los ojos y se abrazó a sí misma esperando volver a ser atacada hasta que llegara su fin -pues era consciente de que sus mejores amigos no aparecerían para salvarla esta vez-, estaba tan asustada que no se percató de que un extraño humo rosado había comenzado a rodearla hasta hacerla desaparecer de aquella taberna; teletransportandola directamente hasta el suelo de la habitación de Audrey, en donde ahora se encontraba arrodillada mientras que temblaba de miedo y se sentía más vulnerable que nunca al estar herida, empezó a llorar. — ¡No me mates, no me mates! —Sollozó, angustiada.

 La dueña del cuarto la observó sorprendida al verla en aquel estado, por lo tanto se agachó rápidamente hacia donde estaba ella para tocarle el hombro derecho.

— ¡Uma! —La llamó la descendiente de Aurora. — ¡Oye! ¿Estás bien? —Preguntó, frunciendo el ceño.

— ¡Auch! ¡No toques que me duele, ser despreciable! —Gritó la VK, adolorida, cuando sintió el contacto físico y abrió los ojos de repente; para encontrarse con ella. Su cuerpo ahora temblaba debido al miedo y al dolor que sentía en todos lados. — ¿A-Audrey? ¿Realmente eres tú? ¿No me desmayé del dolor? ¿No estoy muerta y estoy viendo ángeles?

— ¡Sí soy yo! Y no estás muerta, estás a mi lado ahora. —Aseguró la Reina del Mal y observó el cuerpo de la recién llegada, que estaba lleno de marcas. — ¿Qué ruecas endemoniadas te pasó Uma? Parece que te caíste de un barranco. —Inquirió, confundida. 

— ¡Eres tú! ¡Estoy tan feliz de verte que si pudiera moverme te besaría! Oh, por cierto, cuando dije "ser despreciable" claramente no me refería a ti. —Dijo la pirata, quien suspiró hondo mientras hacía comillas con sus dedos. —Mi madre se enteró de que me había escapado de la Isla y quiso golpearme hasta matarme. —Explicó, hizo una mueca y miró su brazo que aún sangraba y le dolía demasiado, por lo tanto gimió de dolor. La chica de Auroria abrió la boca, horrorizada, al ver la extremidad de la morena; entonces soltó el cetro que se quedó flotando en el aire.

—Déjame cargarte. —Pidió la descendiente de Aurora, tomando a Uma en brazos y llevándola hasta su cama para acostarla ahí. —Por Lucifer, déjame ayudarte.

—No voy a negarme. —Replicó la chica de la Isla, removiéndose en el colchón para acomodarse mejor sobre el mismo, que era demasiado cómodo. Vio como la dueña del cuarto tomaba el cetro.

— ¡Esclavo! —Llamó Audrey, en ese instante el rostro del hijo de Cenicienta se hizo presente en el Ojo de Dragón. — ¡Tráeme alcohol y vendas ahora a mi cuarto! ¡No te demores o te convierto en un gusano y te doy de comer a un cuervo!

— ¡En serio! ¿¡Cómo alguien con esta cama puede ser infeliz!? —Exclamó la descendiente de Úrsula, elevando los brazos hasta que recordó que estaba muy herida y volvió a gemir de dolor. — ¡Por los siete mares, yo sí que soy estúpida! —Se quejó, indignada.

— ¿Te gusta mi...? —La interrogó la AK, pero fue interrumpida por el rubio que acababa de entrar a la habitación con todo lo que ella le había pedido.

— ¡Ya llegué para salvar a mí reina! —Anunció el recién llegado, haciéndose el héroe hasta que vio a la extraña que estaba herida e hizo una mueca de asco. — ¿Me llamaste para que te traiga todo esto para curar a esta cualquiera? Y encima te ensucia la cama, la Audrey que yo conozco jamás habría permitido esto. —Protestó, entonces Audrey frunció el ceño, enojada.

— ¿Qué dijiste, Chad? —Cuestionó la dueña del cuarto, hizo sonar el cetro contra el suelo para hacer que las vendas y el alcohol levitaran hasta dirigirse hacia la mesita de noche que estaba al lado de su cama. — ¡Quiero escucharte otra vez, sabandija! —Exigió, golpeando el báculo contra el suelo para hacer que la puerta se cerrara -evitando una posible huida de un cobarde como él- y acercándose a él peligrosamente.

— ¡Nada, no dije nada, Audrey! —Masculló el rubio, asustado al verla molesta y se arrodilló ante ella, sujetando sus pies. La joven lo miraba mientras apretaba sus dientes. — ¡Piedad, Audrey, piedad! ¡Soy un pobre esclavo que trabaja de niñero de mi propia prima y estoy harto de usar sus accesorios! ¡No escuches mis estupideces!

— ¡Fuera de mi vista, maldito estúpido! —Ordenó la chica de Auroria, harta, le lanzó un rayo con el cetro.

— ¡Por todos los peces parlantes, Audrey, arruinaste mi cabello! —Protestó el rubio, ya que el rayo le había dado en la cabeza. — ¡Si, si, ya me voy! ¡Me estoy yendo! —Dijo asustado y se levantó con torpeza, corrió hacia la puerta para intentar abrirla pero la misma estaba cerrada con magia.

—Audrey, ¿de dónde sacaste a este imbécil? —Cuestionó la capitana del Lost Revenge, frunciendo su ceño. —Mira, rubio con olor a ex príncipe que me hace querer vomitar, le quitas las manos de encima a mí reina del mal o te corto cada dedo de tus asquerosas manos con mi espada y se la voy a dar de comer a la primera criatura mágica que encuentre. —Lo amenazó, estando celosa, deseaba levantarse de la cama para darle una lección; pero estaba demasiado adolorida como para lograrlo.

Tu reina del mal. —Susurró la AK, le sonrió, para luego mirar al hijo de Cenicienta con odio y desprecio. — ¡Largo de aquí Chad! ¡Fuera de mi vista ahora! ¡Vete a lavar la ropa de Dizzy o te mato! —Chilló abriéndole la puerta con el Ojo de Dragón y lanzándole un rayo en el trasero.

— ¡Auch! ¡Eso me dolió! —Se lamentó el rubio, gimiendo de dolor para luego abandonar la habitación, cerrando la puerta de un portazo para ir a lavar la ropa de Dizzy.

— ¿Y ese gusano quién mierda era? —La interrogó la chica de la Isla, elevando la ceja derecha. — ¿Estuviste con él alguna vez? —Cuestionó, celosa, pero mordió su labio inferior para reprimir sus gemidos de dolor por sus heridas.

—Nadie importante. El siempre quiso estar conmigo, pero para mi ese tonto jamás fue una opción, ahora no es más que un vasallo. —Respondió la joven de Auroria, frunciendo el ceño y acercándose a Uma lentamente. — ¿Te duele mucho el cuerpo?

—Eso espero. —Murmuró la brujita del mar, sin dejar de mirarla atentamente, luego hizo pucheros. —Sí, me duele muchísimo. Y me han golpeado durante años, pero esto es peor que todo eso. Si tan solo Gil estuviera aquí, él sabría exactamente qué hacer... —Se lamentó y soltó un suspiro, lo extrañaba a él y a Harry. La hija de Aurora la observó confundida cuando escuchó aquel nombre.

— ¿Gil? ¿Es tu novio o qué? —Preguntó la Reina del Mal, algo enojada, hizo sonar el cetro contra el suelo para darle las vendas y el alcohol. —Cúrate si quieres... Tengo muchas cosas que hacer. —Masculló, celosa, entonces comenzó a caminar hacia la puerta.

— ¿Mi novio? ¡No, claro que no! ¡Gil es mi mejor amigo, eso es todo! —Aclaró Uma, sintiéndose algo asustada al verla celosa, la miró cuando ella le dio las vendas y el alcohol; entonces las tomo. — ¡Audrey! ¡No me dejes! ¡Te necesito! —Suplicó desesperada, pero era consciente de que ella no iba a escucharla, así que intentó curarse sola; logrando que gritara de dolor. Al oírla, la chica de Auroria se detuvo y se volteo, mirándola con celos.

—Más te vale que solo sea tu amigo... —Murmuró la Reina del Mal, quien avanzó hacia ella otra vez para sentarse a su lado en la cama y quitarle las vendas y el alcohol. — ¿Quieres que te cure yo? —Preguntó, soltando el Ojo de Dragón y dejándolo flotar en el aire para entonces comenzar a proporcionar leves caricias con sus uñas sobre el brazo lastimado de la pirata.

—Te lo juro, solo somos amigos. —Susurró la morena, mirándola a los ojos cuando ella se sentó a su lado en la cama y le quitó las vendas y el alcohol. —Sí, por favor, porque aquí estoy yo; una capitana que no puede ni curar sus propias heridas, ¡que deshonra! —Accedió entonces, sintiéndose avergonzada.

—No digas eso. —Pidió la Reina del Mal, acariciándole el brazo con amor y tomando el alcohol, sin embargo se dio cuenta que tenía que dejar de acariciarla para poder curarla así que gruñó bajo y tomó el cetro con su mano izquierda para hacer que el alcohol se manejara solo. —Así está mejor. —Dicho esto, tomó las vendas para comenzar a mojar con el alcohol la herida de Uma con mucha delicadeza sin dejar de hacerle caricias.

—Pero es la maldita verdad. —Replicó la villana, angustiada, sin embargo sus caricias lograban tranquilizarla; gimió de dolor cuando ella comenzó a mojar con el alcohol su herida mientras la acariciaba.

—No es la verdad. Eres una chica genial, Uma, no te vuelvas a ofender delante de mí. —Dijo mirándola a los ojos y mordiéndose los labios por las ganas que tenía de besarla, sin embargo se contuvo y volvió a humedecer las vendas para limpiarle la herida, quitándole un pedazo de vidrio sin dejar de acariciarla. La chica de la Isla gimió de dolor cuando le limpió la herida y le quitó aquel pedazo de vidrio. — ¿Te duele mucho?

—Nunca creí que la mismísima reina del mal diría tal cosa de una chica de la Isla, de una terrible villana como yo, de una bruja del mar peligrosa y... y ya entendiste mi punto. —Dijo la morena y soltó una risita nerviosa. —Sí, me duele mucho, mamá me arrojó un vaso. Supongo que me cortó demasiado profundo, lamentablemente. ¡Ay, mierda, duele! —Susurró mirándola a los ojos.

—Sh, sh, sh. —La mandó a callar la dueña del cuarto, acercándosele y acariciándole la mejilla con delicadeza, mientras que la VK la observaba con cariño. —Tranquila mi brujita del mar, no quiero verte sufrir, ¿sabes? —Habló sin darse cuenta de la cercanía por lo que se apartó un poco.

—Sí, ahora lo sé, mi reina del mal. —Murmuró la hija de Ursula, poniéndose algo nerviosa por estar tan cerca de ella, quería besarla pero temía no ser correspondida, temía hacer algo indebido que la condenara.

—Uma... —Dijo la hija de Aurora en voz baja, mirando los labios, se mordió los suyos debido a la tensión que había entre ambas. —Creo que estoy enamorada de ti.

—Audrey... —Susurró la chica de cabello turquesa, mirándola con ternura y llevó una de sus manos hacia la mejilla de la AK para acariciarla. —Creo que el sentimiento es mutuo.

  Y entonces la chica de Auroria unió sus labios, siendo correspondida por la villana. Fue un beso dulce por parte de la Reina del Mal, porque sabía que eso era lo que la pirata merecía, la brujita del mar le siguió el beso de la misma manera pero la primera se alejó lentamente; mirándola a los ojos para acto seguido sonrojarse.

—Nunca nadie me había besado de esa forma tan dulce. —Admitió la descendiente de Aurora, acariciándole el brazo y luego tomando las vendas nuevamente para vendarle su extremidad. —Dime si te duele. —Comentó, intentando desaparecer el sonrojo de sus mejillas.

—Mh, me alegra ser la primera que te bese así. —Murmuró la VK, quien asintió ante sus palabras cuando vio lo que ella iba a hacer. —Eres hermosa cuando te sonrojas, princesa... digo, reina del mal.

— ¡No estoy sonrojada! Yo solo quiero... ehm.. a ver si me dejas curarte. —Chilló Audrey, bajando la cabeza para mirar el brazo de Uma, disimulando que sus mejillas estaban muy rojas; se dispuso a cubrir la herida de la villana con aquellas vendas para luego mirarla a los ojos, entonces se sonrojó mas y empezó a reírse de sí misma. — ¡Esto no es justo! ¡Detesto mis mejillas! —Protestó entre risas.

—Sí lo estás. —Replicó la VK, soltando una risita al ver su reacción y dejó que le vendara el brazo pues estaba mirando su rostro. —Te ves adorable cuando te sonrojas, no entiendo por qué lo odias, ¿acaso me vas a decir que una princesa no se sonroja? —Murmuró divertida e hizo una mueca de dolor pues su mejilla también sangraba.

— ¡No se sonrojan! —Masculló la hija de Aurora, entonces miro la mejilla de Uma. —Creo que no fue solo el brazo.

—Pues tú no eres una princesita primorosa insoportable como creí que eran todas las de Auradon, eres diferente y eso me agrada. —Confesó la chica de cabello turquesa, quien suspiró hondo. —Te dije que quería matarme por no haberla sacado de la Isla, pero no podía ni quería hacerlo. La única vez que estuve aquí sin la vigilancia del PPP fue cuando quise robar el cetro de Jafar con Harry y Gil... Y sabes cómo terminó eso. —Dicho esto, hizo una mueca, mientras dejaba que la muchacha le curara la mejilla y ella soltaba gemidos de dolor de vez en cuando.

—No te preocupes, nadie volverá a dañarte, lo juro. —Prometió la chica de Auroria, quien ladeó la cabeza cuando el pensamiento de que alguien fuera capaz de lastimar a su brujita del mar apareció en su mente. —Sh, tranquila, se te va a quitar ese maldito dolor insoportable; no gimas de dolor que me hace sentir mal. —Pidió la AK, sonriendo levemente mientras la curaba con cariño y dulzura.

—Espero que no. —Susurró la hija de Ursula, insegura, luego asintió con la cabeza. —Bien, intentaré quedarme callada. —Accedió la pirata, mordiéndose el labio inferior con fuerza para reprimir sus manifestaciones de dolor mientras la veía trabajar hasta que termino de curarle el rostro, le acarició la mejilla sana para luego ponerse de pie y tomar las vendas y el alcohol que ya no necesitaba.

—Si quieres descansar puedes dormir en mi cama o si quieres salir, también puedes hacerlo, eres libre de hacer lo que te plazca. —Dijo Audrey, mirándola a los ojos.

—Oh... Eso es muy amable de tu parte, creo que me quedaré a dormir aquí, esta cama es muy cómoda. —Exclamó la chica de la Isla, entonces las palabras de la descendiente de Aurora comenzaron a repetirse en su cabeza: "eres libre de hacer lo que te plazca" "eres libre...." "libre...", entonces sonrió hasta que el Ojo de Dragón comenzó a brillar y la Reina del Mal estiró el brazo, atrayendo el objeto hacia su mano izquierda que se dirigió hacia ella inmediatamente.

— ¿Ahora qué diablos pasó? —Inquirió la chica de Auroria, entonces el báculo le mostró la imagen de Chad y Dizzy teniendo una pelea en la que el rubio quería darle un golpe con una bandeja a su prima. —Esta sabandija. —Gruñó y apretó los dientes antes de dirigirse hacia la puerta y abrirla, pero antes se detuvo para girarse con el objetivo de mirar a la VK. —Si te duele algo o quieres algo, solo grita y vendré.

—Sí, gritaré si te necesito... ¡Ah, y gracias! —Dijo la pirata, entonces la Reina del Mal se retiró, cerrando la puerta.

 La chica de cabello turquesa se acomodó mejor en la enorme cama de dos plazas, deseando que su felicidad durara, porque necesitaba un descanso de todo el drama en el que se había metido desde que había aceptado ayudar al PPP solo para salir de la Isla.  

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