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Capítulo 13: ❝Las tres guerreras❞ [Parte 2]

♛♛♛

  Cuando los tres entraron a la sala de reuniones, Carter, Scarlett, Cinder y Alex ya estaban ahí; sentadas alrededor de una mesa gigante.

—Ya están aquí, genial. —Exclamó la descendiente del mayor Mason, quien les hizo una seña con la cabeza para que tomaran asiento alrededor de la mesa, en la que había un enorme mapa de Auradon. — ¿Dónde está Audrey? —Dudó, mirando al primogénito de Mulán.

—Probablemente en la cama de Shangcito. —Bromeó Alex, sin poder evitar reírse de su propio chiste; mientras que Scarlett intentaba aguantarse la risa, luego dirigió su atención hacia las AKs. —Bueno, mientras la esperamos, quiero decirles que mi prima y yo hemos estado observando su rendimiento en los entrenamientos y estamos orgullosas del trabajo duro que han hecho a pesar de todo lo que tuvieron que dejar atrás.

—Audrey posiblemente llegue más tarde, porque ella es una chica muy ocupada, además de sensible. —Contestó el joven, ignorando las palabras de la hechicera de la familia Russo, a quien miró entrecerrando los ojos. —Deberías estar más centrada en tu vida y dejar la de la hija de Aurora, o empezaremos a creer que la interesada en ella eres tú, querida. —Dicho esto le sonrió con cortesía para luego sentarse al lado de Cinder.

— ¿Yo? ¿Interesada en una princesita primorosa de Auradon? —Repitió la hechicera, alzando una ceja cuando escuchó eso. —No puedo negar que es muy atractiva, pero no sé si saldría con ella. Terminé con mí novio hace poco, así que interesarme en la vida de una chica como ella no es delito.

—Pues ten cuidado o terminarás herida como yo. —Le aconsejó su pariente, divertida.

—Yo no me enamoro de VKs, cariño. —Masculló Alex, mirándola.

—Pero sí de hombres lobos idiotas. —Replicó su prima.

—Bueno, Audrey no debe tardar mucho en llegar. —Exclamó Jane, sentándose a la izquierda de Alex, la joven guerrera tomó asiento al lado de su novia y se dio cuenta del objeto que se encontraba encima de la mesa.

— ¿Por qué está esto aquí? —Dudó Lonnie, curiosa, al reconocer el mapa de los Estados Unidos de Auradon. — ¿Esto significa que vamos a volver a casa? —Preguntó, sintiéndose ilusionada.

—Que Carter les explique y que se forme el desmadre ya. —Comentó Scarlett, mirando a su amiga de reojo antes de echarse el cabello hacia atrás. —Estoy de humor para el caos.

— ¡Hey! —Le llamó la atención la mejor amiga de Rosie. —No me pongas más nerviosa de lo que ya estoy, por favor. —Dijo, mirando a la pelirroja, pero suspiró hondo para calmarse.

— ¿Desmadre? —Repitió la pequeña hada, intercambiando miradas con su pareja, luego tragó saliva con dificultad. —Algo huel...

La puerta se abrió de repente y la recién llegada se quedó shockeada al darse cuenta de que la reunión ya había comenzado, Shang frunció el ceño al verla así, pues lucía extraña.

—Y-yo... Yo no sabía que ya habían empezado. —Se excusó la rubia, quien lucía bastante desconcertada y fuera de sí. — ¿Puedo sentarme? —Le preguntó a Carter, aún estando algo perdida.

— ¡Audrey! Que bueno que ya llegaste, no hemos comenzado aún, te estábamos esperando. —Habló la descendiente del mayor Mason, quien le sonrió amablemente a la hija de Aurora. —Sí, toma asiento por favor. —Pidió, así que la recién llegada se sentó al lado de Lonnie, sin decir ni una palabra pues volvió a perderse en sus pensamientos. El primogénito de Mulán todavía la miraba, pero no dijo nada.

— ¿Qué significa esto? —Insistió la joven guerrera, observando nuevamente el mapa, en donde estaban marcados tres territorios: Northern Wei, Auroria y la ciudad de Auradon.

—Sé que las tres han trabajado muy duro para adaptarse aquí y eso lo aprecio, así que... Hablé con mi padre y con la directora y me autorizaron a contarles lo que he planeado desde que las trajimos aquí. —Dijo la mejor amiga de Rosie, sin contestar la pregunta de Lonnie. —Vamos a volver a Auradon para rescatar a Rosie, pero antes de que hagamos eso... Ustedes tienen que ir a la Isla de los Perdidos a reclutar chicas que necesitamos para que este rescate sea completamente exitoso. —Finalizó, algo nerviosa.

— ¿Y por qué debemos de buscar a más hijas de villanos? —La interrogó la pequeña hada, nerviosa. —Ellas solo dan problemas. Pueden hacernos daño, no creo estar de acuerdo con esto. —Dijo, negando con la cabeza.

—No son problemáticas ni peligrosas. Lo sabemos porque las hemos estado investigando por meses. —Replicó la morocha.

— ¿Y desde cuándo este centro de operaciones se convirtió en el Programa de Protección a Villanos? —Preguntó Lonnie, alzando una ceja. —Ellas pueden ser cómplices de los VKs, existe la posibilidad de que las saquemos de la Isla y arruinen aún más nuestras vidas. —Añadió, cruzándose de brazos.

—Ellas... Ellas no harían tal cosa. Son buenas chicas, y lo más importante es que los VKs confían en ellas. —Las defendió Carter, poniéndose un poco más nerviosa que antes porque las chicas de Auradon se estaban poniendo en su contra. —Cinder, muéstranos a las elegidas, por favor. —Masculló ella, la rubia simplemente asintió con la cabeza y se dedicó a teclear varios códigos en su computadora, unos instantes después un video comenzó a reproducirse en la pantalla gigante que había en la habitación.

—La primera es Dizzy Tremaine, hija de Drizella, maltratada por su familia todos los días. Los piratas le roban sin parar. Evie confía en ella, al igual que Mal, pasaban mucho tiempo juntas antes de que las lleváramos a Auradon. Ella solo quiere tener una mejor vida. —Comenzó a explicar la hija del mayor Mason cuando todos vieron a una pequeña pelirroja que usaba lentes y vivía en una peluquería, ella estaba siendo regañada por su abuela. — ¿Les parece que ella puede ser peligrosa?

—Ella no me parece cruel. —Opinó Jane, intercambiando miradas con su novia quien asintió con la cabeza para darle su aprobación, entonces la primera apretó los labios. —Pero aún así creo que es mala idea. —Dijo, haciendo una mueca.

—Claro que no lo es, ella es solo una niña inocente que debe pagar por errores que no cometió, pero su familia sí. —Masculló la morocha, quien le hizo una señal a Cinder y la imagen de la pantalla cambió.

— ¿Audrey? ¿Me escuchas? —Cuestionó el hermano de Lonnie, la rubia sacudió la cabeza y lo miró, pestañeando varias veces. — ¿Todo está bien? —Inquirió, la joven asintió con la cabeza y desvió la mirada hacia la pared.

—Ella es Uma, descendiente de Úrsula, es maltratada por su madre todos los días. Ella cuida de su hogar y detesta a Mal casi tanto como nosotros, esta villana solo quiere liberar a la Isla de los Perdidos. —Prosiguió la prima de Alex Russo cuando en la pantalla apareció una joven de piel morena y cabello turquesa, usando un atuendo pirata, parecía estar atendiendo un restaurante mientras que discutía con la bruja del mar a los gritos y luego la mayor se marchaba no sin antes darle un buen golpe con uno de sus enormes tentáculos. —Es... incomprendida. —Murmuró al ver que ahora la adolescente le proporcionaba golpes en el pecho a un chico de abrigo rojo y un garfio, desquitando su furia con él.

—Esa parece media loca. —Exclamó Lonnie, arrugando la nariz al ver la escena de ambos VKs, así que volvió a ver a las agentes del PPP. —No podemos arriesgarnos a sacarla de esa prisión.

—Tú estarías igual si estuvieras encerrada durante toda tu vida y tuvieras que soportar todo lo que Uma soporta. —Intervino Alex, cruzándose de brazos y acomodándose mejor en su asiento.

—Ella parece muy peligrosa... —Admitió la menor de las AKs, mirando a su novia con terror. —Vuelvo a repetir, no creo que esto sea buena idea. —Insistió y se pasó una mano por el cabello, nerviosa.

—Sí, parece muy perturbada y... es intimidante. —Concordó su pareja, tomando la mano de Jane por encima de la mesa y apretándola un poco.

—Puede que no sea una muy buena idea, pero esas chicas parecen poder ayudarnos, eso es lo más importante de todo esto. —Habló Shang, observando de reojo a su hermana menor. —Es injusto juzgar un libro por su portada.

— ¿De qué lado estás? —Le recriminó Carter al primogénito de Mulán, frunciendo su ceño. —Ahora, pasemos con la siguien...

—Espera, espera, espera. —La interrumpió su prima, dirigiendo su atención hacia la joven guerrera. — ¿La hija de Mulán tiene miedo? Wow, ahora definitivamente ya lo he visto todo. —Dijo, sin poder creer lo que acababa de oír.

—Claro que tengo miedo, no puedo confiar en ella. —Respondió la susodicha, siendo sincera.

—En fin, como les estaba diciendo,  esta es la última chica. —Continuó hablando la mejor amiga de Rosie cuando la imagen de la pantalla cambió y ahora se veía a una niña morena que charlaba con su hermana mayor, Ariana, la menor planeaba estafar a dos rubias que Jane conocía muy bien: Sabrina y Valentina. —Ella es Celia Facilier, hija del Hombre Sombra. Tiene influencia en el más allá, eso podría sernos útil al igual que la magia de Uma y lo más importante sobre esta jovencita es que Mal confía en ella.

—Las tres son necesarias para que recuperemos la paz de Auradon. —Exclamó Alex.

—Entonces, ¿qué dicen? ¿Se involucrarán en la operación ROSIE? —Inquirió la hija del mayor Mason, cuyas manos habían comenzado a temblar, observó a las tres AKs.

—Yo no me quiero involucrar con más villanos... Ya tuve suficiente con todo lo que ocurrió en casa. —Susurró la pequeña hada, mordió su labio inferior con fuerza. —No confío en esa gente. —Añadió, aunque las únicas villanas en quien confiaba eran sus medias hermanas, por obvias razones. Lonnie asintió con la cabeza y su hermano apretó los dientes, observándola.

—Deberían pensarlo bien, quizás estas chicas las sorprendan, en un buen sentido claramente. —Comentó Scarlett, intentando hacerlas razonar, luego tomó la mano de la morocha para darle su apoyo. —Calma Car, verás que todo saldrá bien.

— ¿Y tú, Lo? —Dudó el primogénito de Mulán, deseando con toda su alma que ella hiciera lo correcto. — ¿Qué opinas? —La interrogó.

—Mi novia tiene razón. —Exclamó la joven guerrera, dirigiéndose hacia las agentes del PPP. —Ustedes los trajeron a Auradon y de no ser por Audrey jamás nos habríamos enterado de la verdad, no vamos a ser parte de esto. No quiero perder lo poco que me queda. —Sentenció, firme.

— ¿U-ustedes no quieren perder lo poco que les queda? ¡Yo perdí a mi mejor amiga por culpa de los VKs y no pienso dejarla porque ustedes no están dispuestas a luchar por lo correcto cuando tienen la maldita oportunidad de hacerlo! —Balbuceó Carter, apretando la mano de la pelirroja, furiosa. Con su mano libre, golpeó la mesa con fuerza.

—Car, tranquila, respira. —Le aconsejó su pariente en voz baja para luego mirar a la rubia que se había mantenido callada y eso era extraño pues normalmente la susodicha opinaba sobre todo. — ¿Y tú qué crees, princesita? —Cuestionó, la princesa de Auroria levantó la vista hacia la hechicera de la familia Russo y pestañeó varias veces para luego asentir con la cabeza.

—Sí, sí. —Habló la descendiente de Auroria, volvió a pestañear. —Estoy de acuerdo con Carter. —Añadió antes de pestañear varias veces y observar la puerta de la habitación, volviendo a perderse en sus pensamientos.

— ¿Que tú qué? —Susurró la chica que solía vender cebo en Luisiana, mirándola atónita y shockeada pues aquel comentario realmente la había desconcertado, sin embargo la rubia todavía observaba la puerta.

— ¿¡Estas loca!? —Preguntó la hija del hada madrina, levantándose de su asiento y acercándose a ella. — ¡Esta no es Audrey! ¡Alguien la ha embrujado! ¡Seguro que Mal está tras esto! —Dicho esto, comenzó a buscar su artefacto mágico dentro de su bolso.

—Si eso es lo que ella cree, por más extraño que suene, deberías dejarla en paz y respetar su opinión; Jane. —Intervino Shang, mirándola con el ceño fruncido.

—No te pongas paranoica, hadita. —Le advirtió Alex. —No se te ocurra hacer magia aquí, está prohibido, y estamos muy lejos de los VKs así que la magia de esa brujita semidiosa no podría afectarla aquí.

— ¿¡De qué estás hablando, Audrey!? ¡Tú deberías ser la primera en negarte a ir a la Isla de los Perdidos para sacar más gente de ahí! —Gruñó Lonnie, quien golpeó la mesa, molesta; logrando captar la atención de su amiga, quien sacudió la cabeza y la observó atentamente. — ¡Podrían dañarte más así que arrepiéntete ahora! —Exigió.

— ¿¡Qué problema hay ahora con que yo crea eso!? ¡Que yo sea una princesa no quiere decir que este en contra de una idea con buenos fundamentos! —Alzó la voz la descendiente de Aurora, golpeando la mesa con su mano herida, sus ojos se llenaron de lágrimas y dirigió la mirada hacia Carter, quien aún seguía shockeada. —Yo... Participaré en este plan, tengo que dar la cara por... mis padres. —Dijo, sintiendo cada vez más dolor y rencor.

—A-aprendan d-de e-ella... —Tartamudeó la morocha, cerrando los ojos con fuerza para intentar calmarse, pero no pudo hacerlo. —R-Rosie e-está en peligro y ustedes dos no hacen más que complicarlo todo. —Se quejó y abrió los ojos, que ahora estaban llenos de lágrimas pues odiaba pensar en que su mejor amiga estaba sufriendo pero no podía evitarlo.

— ¡Esa no es Audrey! —Protestó Jane, sacando su varita y apuntándola con aquel objeto mágico tan poderoso. — ¡Bibidi babidi bo! ¡Se acabó! ¡Ahora sí tenemos a la verdadera Audrey Rose! —Dijo luego de arrojarle una ráfaga celeste de magia que la hizo caerse de la silla.

— ¡Audrey! —Gritó Shang, incorporándose de su asiento, viendo como la rubia apoyaba una mano sobre la mesa; entonces dirigió su atención hacia la pequeña hada que había provocado aquel accidente. — ¡Estas loca, Jane! —La acusó, señalándola con el dedo.

— ¡Si hacemos esto, vamos a perder todo lo que tenemos! —Insistió la joven guerrera, quien hizo una mueca al ver a su amiga en el suelo, miró a su chica. — ¡Amor! ¡Usaste mucha potencia! —Se lamentó, indignada.

— ¡Rosie ya lo perdió todo y les aseguro que si ustedes dos no nos ayudan entonces serán las siguientes que se quedarán sin nada! —Amenazó Alex, levantándose de la mesa y quitándole la varita a la menor de las AKs. —Yo me quedaré con esto hasta que concluya la reunión. —Sentenció antes de ayudar a la rubia a levantarse.

¿¡Cómo te atreves a golpear a la reina de Auroria!? —Gritó Audrey, dirigiéndose a la pequeña hada, golpeó la mesa con su mano herida en un ataque de euforia. Lonnie abrazó a Jane, quien estaba callada, pues la joven guerrera temía que su amiga hiriera a su novia. — ¡Irás sí o sí a buscar a esas locas en la Isla de los Perdidos o me dejaré de llamar Audrey Rose! ¡Yo seré una reina rebelde! ¡Las llevaré a esa prisión sí o sí! —Insistió, dándole otro golpe a la mesa con su mano lastimada, luego se dio la vuelta y se retiró dando un fuerte portazo.

—Y así se va la reina de las locas. —Susurró la hechicera de la familia Russo, sentándose en su lugar nuevamente.

—Y-ya perdí a m-mamá, n-no puedo... p-perder a R-Rosie también. —Balbuceó la Consejera Real de Rosie, temblando y abrazando sus piernas. Scarlett le prestó atención cuando la oyó hablar y se preocupó al darse cuenta de que estaba teniendo un ataque de ansiedad.

— ¡Car! —Alzó la voz la pelirroja, tomando sus manos para levantarla de la silla, pues tenían que sacarla de ahí antes de que la muchacha empeorara. — ¡Mierda, no! ¡Miren como está la pobrecita! —Dijo asustada, llamando la atención de sus amigas.

— ¡Prima, no! —Chilló Alex, incorporándose de su asiento junto a Cinder para ir a socorrer a la chica. — ¡Llévenla a su habitación, yo iré a buscar a su padre! —Ordenó antes de correr hacia la salida.

—Ya la oíste, Scar, vámonos. —Exclamó la rubia, las dos comenzaron a guiar hacia la puerta y la joven Cyborg se volteó hacia las tres personas que las miraban sin saber qué hacer. — ¡Shang, quédate a cargo! —Dijo antes de que sus amigas salieran y ella cerrara la puerta.

—Lonnie, tú vas a ir a la Isla. Habló el descendiente de Mulán, observando a la joven guerrera con su semblante serio. — ¿Si o no?

—Y-yo... —Tartamudeó la susodicha, poniéndose nerviosa pues la mirada de su hermano la intimidaba mucho. —...n-no lo sé. —Finalizó, asustada.

—Quiero que des una respuesta ahora, Lonnie, si o no. —La presionó su hermano, serio y sin vacilar. Jane tragó saliva con dificultad y observó a su pareja. —Ahora.

—Y-yo... Murmuró la joven guerrera, mirando a la pequeña hada y luego a su pariente, temía tomar una decisión incorrecta. —...iré porque temo quedarme aquí contigo si me niego a hacer esto. Accedió finalmente, rendida, creyendo que así su hermano dejaría de molestarla; pero él se levantó de la silla, molesto.

¿Eso es miedo, Lonnie? ¿Así es como te sientes? La interrogó Shang, tan furioso como decepcionado de ella. —He aprendido que no es sano vivir con miedo, porque en realidad eso no te protege de nada.

— ¿¡Y cómo quieres que me sienta si hace seis meses estoy encerrada aquí, donde la única familia que me queda eres tú, que me has mentido durante mucho tiempo al no decirme que trabajas aquí!? —Protestó la hija de Mulán, indignada. — ¡Vivir con miedo es lo único que conozco desde que mi vida se desmoronó! —Dicho esto, se cubrió el rostro con las manos, avergonzada.

—No irás a ningún lado con miedo. —Sentenció su hermano, molesto. —Con su permiso. Añadió para entonces marcharse dando un fuerte portazo.

¿Qué fue eso? —Dudó Jane, aún sin poder creer lo que acababa de presenciar.

—No lo sé pero por favor no me digas que me odias, no podría soportarlo. —Suplicó su novia, quitándose las manos de su rostro, entonces la descendiente del hada madrina la abrazó y besó su mejilla.

—Tranquila Lonnie, Shang sólo está enojado, ya se le pasará; mi amor. —La consoló la menor de las AKs, aferrándose a ella y besando su mejilla nuevamente.

¿¡Cómo se atreve a enfadarse por esto!? ¡Aquí la única que debería estar enojada soy yo porque él me ha mentido durante años! Se quejó la joven guerrera, dolida e indignada. —Pues cuando se le pase, me va a tener que dar muchas explicaciones. Pero ahora vámonos de aquí, te invito el almuerzo.

♛⚔️

  Shang estaba delante de la puerta del cuarto que compartían las AKs, ya que estaba preocupado por Audrey pues era obvio que algo le había sucedido cuando la había dejado sola y deseaba averiguar qué era, así que golpeó la puerta.

¿Prince...? ¿Reina Audrey? —Se corrigió él velozmente. — ¿Desea compañía, Su Alteza? —Inquirió.

—Pasa. —Exclamó la rubia después de unos minutos, pues aún le dolía su mano herida, pero lo disimuló cuando el agente del PPP ingresó a su habitación y cerró la puerta.

¿Qué te sucedió cuando fui a hablar con mi hermana? —Cuestionó Shang, acercándose a ella, quien usó su mano sana para echarse el cabello hacia atrás y sacudió la otra para aliviar el dolor que sentía. —Sé que no estás bien, me tienes preocupado, y sea lo que sea que quieras contarme yo estoy aquí para escucharte.

—Siéntate en mi cama, ahora. —Exigió la hija de Aurora, arreglándose el cabello nuevamente. —No quiero que protestes. —Le advirtió entonces.

—Claro que sí. —Accedió él e hizo lo que la chica le había pedido, miró su mano herida y apretó los labios. —Si te duele mucho deberías ir a la enfermería de nuevo... después de que hablemos. —Sugirió.

—No importa mi mano... Ni siquiera me duele comparado al dolor que me producen otras cosas... —Habló Audrey.

— ¿Qué te pasó cuando me fui? ¿Pudiste contactarte con tus abuelos? —Dudó el hermano de Lonnie.

—No, no he podido llamarlos, no he encontrado suficiente señal todavía. Cuando lo intenté, la llamada solo duró unos segundos, luego se cortó antes de que mi abuelita pudiera contestar. —Contestó Audrey, recostándose boca abajo en su cama, por lo que el joven comenzó a acariciar su cabello. —Yo... Yo no soy tan inútil y estúpida como parezco, Shang...

—No eres inútil ni estúpida, Audrey, no sé quién te hizo pensar eso pero tienes que saber que no lo eres. —Afirmó el primogénito de Mulán, mientras pasaba las manos por su cabello. —Fuiste tú la que salvaste a Jane y Lonnie al contarles la verdad cuando la descubriste y siempre voy a estar agradecido contigo por eso. —Le recordó, intentando consolarla, ella se quedó callada durante unos segundos.

—Yo... Yo vi como mis padres murieron, Shang. —Admitió la chica de Auroria, seria, dándose vuelta y sentándose en la cama para mirarlo a los ojos.

—Audrey... Lo lamento tanto, no debiste haberlo visto, ver eso es... muy fuerte para cualquiera. —Murmuró él, rodeándola con sus brazos.

—Yo... Yo debía saberlo, Shang. —Susurró Audrey, apretó los dientes y cerró los ojos con fuerza para evitar llorar, pero las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas de todas maneras. —N-no podía mo-morir sin saberlo. —Tartamudeó y le correspondió el abrazo, destrozada.

—Cariño, tu madre tuvo una muerte menos terrible por así decirlo que todos los demás, pero aún así... Sé que te duele, pero debes ser fuerte por ella y por tu padre. —Le aconsejó en voz baja, sin soltarla, volviendo a acariciar su cabello mientras ella lloraba desconsoladamente en su hombro.

—Ella no me-merecía morir... Ese demonio no debió ma-matarla... ¡Mamá no lo merecía, Shang! —Gritó la adolescente, adolorida. —E-Ella era la per-persona más b-bella y fuerte que existía... Era perfecta...

—Sé que no lo merecía, pero la vida es muy injusta. Ella era demasiado buena para este mundo de mierda. Pero vamos a hacer justicia, ¿si? Te lo prometo. —Le garantizó el primogénito de Mulán. —No estas sola, Audrey, me tienes a mí; a tus amigas, a tus abuelos, incluso a Carter. Todos estamos aquí para cuidarte. Y si no te mostramos las grabaciones es porque sabíamos que te afectaría. —Murmuró.

— ¡Tenían que hacerlo! —Alzó la voz la rubia, golpeándole la espalda para desahogarse, aunque no lo hacía con mucha fuerza; por lo tanto el joven guerrero casi no lo sentía. — ¡No podía vivir engañada! ¡Tenía que saberlo! —Sollozó dolida, proporcionándole más golpes en la espalda.

—Nuestro deber es hacer lo mejor para ti y sabíamos que esto te dolería, lo lamento pero queríamos protegerte. Ahora lo sabes, pero no puedes volver a hacer algo así, es contra las reglas. —Insistió Shang, acariciando su cabello. —Te prometo que solucionaremos esto.

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