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¿Gata ladrona o rata de alcantarilla?

Una joven se encontraba por las calles en una noche, pasando entre muchas personas que transitaban por el lugar, la joven buscaba el siguiente objetivo con la mirada, mientras paseaba discretamente por todos lados.

Con pasos tranquilos paso por un grupo de personas que presenciaban a un "Mago callejero" que, hacía sus trucos de magia, pero la joven que pasaba por ahí, sabía que era un estafador. Solo siguió su camino hasta doblar una esquina, para en cuestión de minutos escuchar gritos de la gente, por el hecho de no encontrar alguna de sus pertenencias, joyas o carteras.

¡Oye, tú!

Dijo alguien a espaldas de la joven que solo se giró, tranquilamente, al que la detuvo su camino y era el "Mago callejero" de hace unos minutos.

¿Se le ofrece algo, señor? – Pregunto la joven, al hombre.

Sé que te llevaste, lo que esas personas tenían ¡Dámelo! – Dijo el hombre entre molesto y demandante.

¿Disculpa? ¿Cuáles cosas? Me está acusando de robar a esas personas – Dijo la joven mirándolo en forma ofendida.

¡Sí! Desaparecieron sus cosas cuando cruzaste tras de ellos, así que copera – Dijo el hombre.

..... Y solo por cruzar tranquilamente por ahí, ¿me llevaría todas las cosas de esas personas en fracción de segundo? ¿No crees que es algo imposible para una persona hacer eso? – Pregunto la joven.

Yo.... – Iba a decir algo el supuesto mago, pero se calló por ese detalle, pensándolo.

Además, ¿por qué quieres esas cosas? ¿Te crees policía o algo? ¿Se los piensas devolver? – Pregunto la joven.

Eso no te incumbe, mocosa – Dijo el hombre.

Si no me cree, puedes registrarme – Dijo la joven alzando sus brazos.

El tipo la mira de arriba y abajo, al ver que era una joven mendiga por los arrapos que vestía.

Te tomaré la palabra, puede que seas una rata de alcantarilla, pero eres joven y bonita – Dijo el hombre sonriendo con perversión.

La joven ni se inmutó ante sus palabras y solo se quedó quieta y discretamente sonrió con astucia.

¡Alto ahí! – Se escuchó una voz masculina a sus espaldas.

El sujeto se quedó quieto y de reojo, vio que era la policía.

S - Señores oficiales, ¿qué les trae por acá? – Dijo el hombre tratando de verse naturalmente tranquilo, pero el tartamudeo de su voz y el sudor no le ayudaba.

Queda detenido, por estafa, robo e intento de violación – Dijo uno de los oficiales que le apuntaba con una pistola.

¿¡Q – Que!? ¡Oh, no se equivoca! ¡Yo solo quería...! – Trato de escapar con una justificación de eso, el hombre.

¡Silencio! Todo lo que diga puede ser usado en su contra, tiene derecho a un abogado – Dijo el otro oficial, que se acercó al hombre a esposarlo.

¡No! ¡Espere! ¡Solo soy un mago callejero! ¡No hice nada, malo! ¡Solo vine al ver que esa mocosa se robó las pertenecía de mis espectadores! – Trato de salir de ese problema, el hombre con desesperación.

¿Te refieres a estas cosas? – Dijo el oficial con sarcasmo, mostrando una bolsa que saco tras la capa del sujeto que era sostenido por su cinturón.

¿¡Como llego eso ahí!? – Dijo sorprendido, al ver no solo su bolsa con lo que robo antes, sino que está junto con las cosas recientes que iba a robar de las personas – ¡Espere! ¡Puedo explicarlo! – Dijo mientras se lo llevaba a empujones el policía.

¿Estás bien, niña? – Dijo el oficial acercándose a la joven que estaba en el suelo sentada, mientras temblaba de "Miedo".

Sí, ese hombre me asusto mucho – Dijo con una expresión de que fingía tener miedo, la joven.

Ten más cuidado la próxima vez, no andes a estas horas, ya que hay gente mala – Aconsejo el oficial con tranquilidad, mientras acariciaba la cabecita de la joven.

Sí, señor oficial – Dijo la joven.

¿Quieres que te lleve a casa? Tus padres deben estar preocupados – Sugirió el oficial.

No se preocupé. No queda tan lejos donde vivo – Dijo la joven.

.... – El oficial solo la quedo mirando medio inseguro de su respuesta – ok, pero ten cuidado – Dijo asediando a lo que dijo la niña.

Si y gracias – Dijo despidiéndose con la mano, mientras lo veía irse con el que se llevaban - .... Gracias por ahorrarme el trabajo, de quitármelo de encima – Dijo después que ya se fueron, sonriendo con malicia, mientras se dirigió tras un bote de basura, sacando otra bolsa con mucho dinero – los humanos son tan estúpidos – Dijo sonriendo triunfal – pero al menos son útiles en algo, si no fuera que esos policías pasaran por acá, tendría que acudir a otro plan para deshacerme del imbécil ese – Dijo mirando por donde se fueron – mejor me voy antes que se den cuenta de que lo que tiene el idiota ese, es falso - antes de dar la vuelta e irse tranquilamente con su botín en manos.

Desde lo alto de un edificio, una persona vio todo eso, negando la mala acción de la joven.

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¿¡Donde hay una maldita lámpara cuando se la necesita!? ..... ¿Acá ya me morí?

Decía la joven, que caminaba sin rumbo o destino por un ambiente oscuro, pero no se le vea asustada o preocupada, ya que al parecer no era la primera vez que estaba en ese lugar, solo tenía lo único en mente.

¿Dónde rábanos, está la salida? – Se preguntó deteniéndose y cruzándose de brazos, pensando y mirando por todos lados.

En ese momento sintió un bajo reflejo de luz a sus espaldas y cuando giro vio una puerta, sin dudarlo, se acercó.

Nunca vi esta puerta antes.... Pero creo que es mejor esto, que estás acá – Dijo la joven con las esperanzas de que sea su salida o le lleve a otro lugar lejos de esa oscuridad vacía.

Al abrir la puerta y apenas poniendo un pie del otro lado, se detuvo, al ver algo.

Y eran nada más que pequeñas esferas de luz y en cada una se escuchaba entre pequeñas risas infantiles, llantos de niños o latidos de corazones.

¿Qué es esto? – Dijo caminando y pasando por ese sitio, infestados de esas esferas, sin llegar a tocar a cada una, pero observándolas.

De entre todas esas esferas, ocho de ellas en su interior, se podía ver un par de ojitos abrirse y dirigir su mirada al que escucharon hablar, que para esas esferitas con ojos llamo la atención y los despertaron. En silencio miraban al ser que no sabían que era, caminar.

Acá hay algo escrito – Dijo la joven que se percató de un pequeño altar de piedra con algo escrito en él – Hmmm... ¿Santuarios de las almas de bebés donde esperan sus nacimientos? – Dijo extrañada por lo que leía – ¿Por qué estoy en un sitio así? – Se dijo al girar a ver algunas esferas aun flotando por el lugar – así que bebes, ¿no? – Se dijo y luego dio su última mirada al tablero, para luego alejarse con desinterés y seguir buscando una salida.

La joven no se percató que las ocho esferas de luz la seguían con sigilo y cautela en sus miradas, pero luego se detuvieron al ver que ese ser que les generaba curiosidad, se desvaneció de la nada y empezaron a buscarla con la mirada, pero no la encontraron, pero luego sintieron sueño y volvieron a cerrar sus ojitos volviendo a dormirse y juntarse con las otras esferas que dormían.

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En un edificio en ruinas sale la joven bostezando y contemplando el amanecer.

Qué raros sueños tengo – Se dijo al recordar lo que vi en ellos – pero bueno, no es de importancia. Hora de empezar el día – Dijo y a pasos tranquilos se va a comprar algo para desayunar.

Por la noche:::

¡Maldita ladrona! – Decía un sujeto de cabeza calva y bigotes corriendo tras la joven ladrona.

La joven solo corría, tratando de esquivar a la gente en su camino y de perder de vista al sujeto que robo, ya que en el momento que le quito sus pertenencias, este se percató. Tras unas horas de correr y esconderse en una esquina, vio al hombre seguir corriendo de frente en su búsqueda y la joven mujer solo suspiro aliviada, sentándose a descansar al suelo y vitoreando al conseguir su preciado botín.

Veamos que tiene acá – Dijo aquella joven inspeccionando la cartera - ¿¡Solo dos dólares!? – Exclamó al ver el poco dinero con disgusto y se puso a inspeccionar más, pero solo encontró su foto del hombre, tarjeta de identificación, facturas y cupones de bar – ¡Esto es una porquería! – Exclamó indignada, votando la cartera.

¿Sabes que robar es malo y más para alguien como tú? – Dijo alguien que apareció.

La joven, al escuchar eso, guarda los únicos dos dólares en su bolsillo, para girándose al que le hablo. Viendo a un extraño hombre que supuso que no es de por acá, por su apariencia y vestimenta.

¿Robar? Se equivoca, yo solo estoy viendo.... Mi pago, que es muy poco, señor – Dijo la joven, esperando de que le creyera.

No sabía que robar, fuera un pago – Dijo tranquilamente, el hombre.

...- Se quedó callada empezando una manera de escapar de ese hombre – vaya, me atrapo. Solo soy alguien que pone a prueba a..... – Iba a decir hasta darse cuenta de algo – ¿Y para qué le voy a decir eso a usted? Metense en sus asuntos y no me moleste o llamaré a la policía – Amenazo.

Ok, pero ¿qué le dirás? ¿Qué estoy molestando a una jovencita que aparenta lo que no es? – Dijo y dando unos pasos para recoger la billetera en el suelo – ¿Qué dirían al ver esta cartera acá, sin su dueño? Apuesto que el dueño estará agradecido de saber dónde está, ¿no? – Dijo mirando la cartera y a la joven frente suyo que abrió un poco los ojos.

¿Qué quieres? – Dijo con enojo y despreció la joven - ¿Quiere el dinero? Pues tómalo, no me sirve de mucho – Dijo lanzando los dos billetes en su dirección.

El hombre lo mira y luego a la joven.

No lo quiero – Solo respondió el hombre con tranquilidad y los brazos cruzados en su traje.

Entonces, ¿qué quiere? – Pregunto la joven hastiada.

Hmmm..... Me gustaría conocerla y que me conozca – Dijo el hombre.

No eres de mi tipo – Dijo la joven – si eso solo era lo que quería, mejor me largo – Dijo dando media vuelta para irse.

No me refería a eso – Dijo el hombre y viéndola caminar ignorándolo – de todos modos, eres muy mayor para mí, contando con tus 60 años, aunque aparentes tener 13 años – Dijo.

Al momento de decir eso, la chica se detuvo sin girar a verlo.

Además, a pesar de tener 40 años, tú seguirías aumentando tu edad y sabe quién pueda estar para verlo – Dijo el hombre viéndola que no decía o hacía algo – ya que una "Sentilina" como tú, seguiría andando entre los humanos – Dijo y vio que la "Joven mujer" se giraba con una mirada que lo decía todo.

¿Quién demonios, eres? – Pregunto siseando sus palabras la "joven mujer"

Me presento, soy Azun un discípulo y enviado de un templo de Japón – Se presentó con cordialidad – vine para proponerle a qué viniera conmigo a renovar su destino y no caiga en la oscuridad – Dijo sonriente.

..... Hablas mucho – Solo dijo la joven mujer, procesando lo que dijo – ¿oscuridad? ¡Je! Creo que eso será imposible – Dijo.

No, si decide acompañarme, si vienes conmigo. Te aseguro, no te arrepentirá – Dijo el hombre – además, he escuchado que eres una Sentilina, diferente y rara y que tienes especialidades que me gustaría ve....

¡No me interesa! – Se apresuró a interrumpirlo, la joven mujer – yo solo soy una ladrona ¡Humana! No me confundas con esas cosas, que no lo soy – Dijo con desprecio – así que pierdes tu tiempo diciendo estupideces y vete a buscar un manicomio y enciérrate – Dijo molesta.

Antes que el monje dijera algo se escuchó patrullas de policía pasar, cosa que le hizo girar a ver, pero cuando volteo otra vez la mirada para ver a la joven mujer, esta ya no estaba, junto a los dos dólares.

Eres alguien astuta y escurridiza – Fue lo único que dijo el monje, para luego retirarse del lugar.

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Desde ese momento, para la joven mujer, todo se le volvió estresante y fastidioso. Ya que aquel monje no le dejaba en paz, la andaba buscando y tratando de convencer de que deje ese estilo de vida malo que nunca lleva a nada bueno, fastidiando sus tretas de robo o estafa.

Tenía que de una manera engañarlo o despistarlo para perderlo de vista y no la siga jodiendo.

Pero un día::::::::

Se encontraba corriendo por las calles de la manera más rápida que podía, ya que la estaban persiguiendo unos contrabandistas que la avían pillado robando su mercancía y la seguían con armas de fuego en las manos.

¡Por ahí! – Se escuchó la voz de unos de sus perseguidores más un disparo.

¡Ah! – Lanza la joven mujer al lograr evadir la bala al cruzar una esquina. Rápidamente, se esconde en el interior de un bote de basura y sepultarse entre toda la basura de ese contenedor, teniendo que soportar el fétido olor.

¿¡A donde se ha ido, esa rata de alcantarilla!? – Dijo uno de los sujetos, mientras la buscaba con la mirada.

No sé, pero hay que encontrarla, se llevó casi todo nuestro dinero y unos artefactos de valor – Dijo otro de los sujetos.

¡Vamos! No debió ir muy lejos. Tenemos que encontrarla o nosotros seremos comida de peces – Dijo otro de ellos.

Los sujetos se van cruzando por él vote donde la joven mujer andaba escondida y cuando paso unas horas, la tapa se movió un poco y la joven mujer asomo un poco la mirada para verificar que no se encontraban cerca alguno de ellos y al ver que no, sale por completo de allí.

¡Por esa razón, detesto a los perros! – Dijo entre molesta y asqueada la joven mujer, por el olor a basura que pesco y recordando que cuando fue a saquear el botín de esos tipos, no se percató de que tenían perros de vigilancia que trataron de atacarla y alarmando a los tipos por los ladridos de los canes – pero al menos tengo lo que quiero – Dijo alzando una bolsa algo grande con cosas ahí.

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En un edificio abandonado, se encontraba joven mayor, revisando la mercancía que consiguió con una lupa unos objetos de oro.

En serio no vas a cambiar, ¿no? – Dijo el monje sentado de brazos cruzados en una de las ventanas mirando a la joven mujer.

Y tú no vas a dejar de ser tan estorbó, ¿no? – Dijo con secades y sin darle importancia que el de repente apareciera ahí, ya que se acostumbró a verlo a pesar de las innumerables veces que lo quiso echar de allí, y solo siguió revisando su botín.

... Esta vez te arriesgaste mucho al meterte contra una organización, que busca lo que le tomaste prestado – Dijo el monje – te están buscando, ellos – Dijo por el hecho de que la vio cuando huida de los sujetos.

No es de tu incumbencia – Respondió la joven mujer con desinterés – ladrón que roba a ladrón, tiene mil años de perdón – Simplemente dijo.

..... Pero no con sujetos como ese, tú no sabes pelear o defenderte – Dijo el monje.

¡Ja! No me hagas reír, estuve en las calles por más de 38 o 39 años, sé cómo defenderme de tipos como esos – Respondió la mujer joven – no necesito de tus consejos de supervivencia - Dijo.

...

¿Dónde está tu familia? – Pregunto de repente Azun, y vio que se detuvo de limpiar una joya, al tal pregunta que le lanzo – perdona, pero me parece raro que no estés con ella, ni con tus ami...

¡Cállate! – Le grito sin girarse a verlo la joven mujer – esos no son de tu incumbencia – Dijo – y será mejor que te largues y vuelvas por donde viniste – Dijo con un tono hastiado, se levantó de donde estaba y se fue a una nevera vieja a sacar una soda de allí.

No, puedo – Respondió el hombre monje – no si me acompañas al templo, quiero que cambies este estilo de vida que tienes. No puedes pasarte la vida entera robando, viviendo en malas condiciones, o que te lastimen sin saber de lo que eres capaz por tus dones, de tu linaje, no puedes dejar votado todo lo que eres.... Y menos sola – Dijo el monje entrando de un salto al interior del "Cuarto" de la mujer joven.

¿¡Y a ti que te debe importar lo que tenga o no que hacer!? ¡¡Es mi vida y yo puedo hacer con ella lo que me plazca y no, no me importa donde están mi familia o lo que paso con ella!! ¿¡No me importa nadie, entiendes!? ¿¡Todos los humanos son unas porquerías de insensibles, que lo único que viven e importa en la vida es el sufrir a otros, así que para que cambiar!? ¿¡Para seguir siendo la burla de todos!? No, no creo. Prefiero ser una ladrona y burlarme de sus patéticas vidas que todo lo opuesto – Dijo todo soltando todo lo que tenía dentro la joven mujer y al acabar para respirar el aire que soltó – dime ¿Crees que es necesario cambiar, con una sociedad que solo quiere verte caer y que nunca van a cambiar sus hipocresías? – Pregunto.

Hubo un silencio en el lugar algo largo.

Eso pensé – Dijo la joven mujer, al ver que no dijo nada y volviendo a sentarse a seguir revisando, las joyas.

Tal vez no puedas cambiar a la sociedad de sus prejuicios o posición – Dijo el Monge, mirando que lo ignoraba – pero – Dijo – puedes hacer que otros no caigan en esa influencia, dándoles como un ejemplo de fuerza – Dijo y con esto se retira por la puerta dejando ahí a la joven mujer quieta y pensativa de lo que dijo.

No sabía qué creer, de cierta manera le gustaba su libertad, pero.... De este estilo de vida...

De repente escucha el golpe de su puerta de esa oficina abandonada, que volvió su cuarto, que sonaba muy agresivo e insistente. Cosa que le hizo chitar y enojarse a la joven mujer.

¡Uy! ¡En serio sí que eres molesto! ¿¡No entiendes que no quiero nada!? – Dijo mientras se dirigía de mal genio a la puerta la joven mujer para abrirla – que no quiero ir cont....

Qué mal, porque nuestro jefe tiene asuntos que atender contigo, por llevarte sus pertenencias y no está feliz – Dijo aquellos hombres que hace horas huía de ellos.

¡Demonios! – Maldijo la joven mujer alejándose con rapidez para escapar de ellos.

A donde crees que vas, rata de alcantarilla – Dijo uno de ellos logrando sujetarla de las muñecas antes que escape.

La joven mujer trató de forcejear y que la suelten para escapar.

No te irás a ningún lado – Dijo uno de los sujetos y se la llevan de allí.

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Azun estaba por salir del edificio para buscar un lugar donde descansar, pero la voz de la joven mujer que se le escuchaba gritando, le hizo girarse y detenerse, para mirarla que era llevada a la fuerza por unos tipos que no se les veía nada amigables. Rápidamente, se fue corriendo, preocupado donde esos sujetos se la llevaban, pero no alcanzó por qué la metieron en una camioneta negra, amarrada de brazos y piernas y amordazándola, para que no se le escuchen sus gritos.

Azun, no se quedó atrás, empezó a seguir a la camioneta, con tal de alcanzarlo.

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Al jefe le dará gusto, saber que encontramos a la que le robo sus pertenencias – Dijo uno de los sujetos que observaba sentado a la joven mujer tratar de soltarse de las cuerdas con todas las fuerzas que tenía.

No sabes de lo que les hacen a las ratas de alcantarillas como tú, que osa atreverse a meterse con él, créeme que no saldrás viva de allí – Dijo entre burlas otros de ellos.

Chicos, ¿qué les parece si nos divertimos con ella antes de llevarla al jefe? De todos modos, dejará de existir una vez este en la base – Dijo uno de los sujetos mirándola de arriba y abajo.

¿Estás loco? Es una niña de 13 años, al parecer – Dijo otro no tan convencido.

Hace mucho no nos divertimos con mujer por andar con la exportación de contrabando, además como dije, esta niña ya tiene los segundos de vida contados – Dijo uno de ellos con una sonrisa de maldad.

Sí, tienes razón – Dijo otro también poniendo una sonrisa de maldad.

La joven mujer al escuchar todo eso se paralizó y su corazón como su cuerpo empezaron a temblar del miedo y ahora que está en esa situación no tiene otro escape.

Por favor.... Alguien.... Ayúdenme – Fueron los pensamientos de la joven mujer que veía con miedo, como uno de ellos se acercaba a ella.

En ese preciso instante, la camioneta empieza a desviarse del camino, con movimientos bruscos, haciendo que todos allí se chocaran cayeran por la brusquedad del movimiento que no les dejaba pararse. Uno logro ver que en donde iba el copiloto de la camioneta se estaba peleando con un hombre con ropas raras, sin poder dejarlo conducir y noqueándolo de un golpe al copiloto que quedo desmayado en el volante.

¡Deténganlo! – Dijo uno que se encontraba tras con los otros, mientras se apoyaba en las paredes de la camioneta y trataba de sacar sus pistolas.

Pero recibió una patada del monje que lo dejo a un lado. Todos los de ahí trataron de tirarse encima o pegarle al monje, pero este los esquivaba.

La joven mujer miraba tirada sin poder moverse y que el monje la sostuvo y abriendo las puertas de la camioneta trasera salto con la joven mujer en brazos.

Los sujetos, que aún quedaban consientes, saltaron también de la camioneta unas horas después de ver que la camioneta estaba por chocar en un árbol. Ocasionando una explosión que termino con la vida de los que estaban adentro y quemándose en el proceso.

¡Maldito! – Grito uno de ellos tirados en el suelo y lanzando un golpe al suelo, de enojo al ver lo que paso – ¡vayamos tras de ese monje maldito y mátenlo! – Dijo con furia.

Y todos allí se pararon y también furiosos, se fueron corriendo en busca del monje que se llevó a la chica.

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El monje iba corriendo con la joven mujer en hombros, por un cementerio algo abandonado del lugar, hasta detenerse tras de una pequeña capilla en ruinas y bajar con cuidado a la joven mujer, quitándole de paso el trapo que cubría su boca.

¿Te encuentras bien? ¿No te hicieron nada esos sujetos? – Dijo con preocupación Azun, mientras revisaba que no tibiera daños colápsales.

...

Porque... - Dijo la joven mujer con la mirada en el suelo, mientras el monje la desataba – ¿Por qué lo haces? – Pregunto sin levantar la mirada.

El monje, terminando de desatarla, solo alzo la mirada y le sonrió con calidez.

Tú sabes la respuesta – Dijo el monje.

Soy una rata de alcantarilla – Dijo la joven mujer, sin alzar la mirada – yo sé que soy – Dijo.

El sabía a lo que se debía esa actitud de ella, pero solo lanzo un suspiro.

¿Sabes? Me recuerdas mucho a mí y mi hija – Empezó a decir el monje sentándose a su lado.

¿Los monjes tienen hijos? – Dijo la joven mujer alzando su cabeza para mirarlo con una ceja alzada.

Jejeje – Río por la repentina pregunta, Azun – algunos, pero a lo que quería llegar es que pase por las mismas inseguridades que tú, creí que, al tener una hija, no podría proseguir con mi camino de monje, pero.... – Dijo haciendo una pausa – al pensar en la inocente mirada de mi hija con la admiración de que yo sería un gran monje, me dio las fuerzas para seguir – Dijo mientras sacaba de sus mangas una foto donde él estaba con su hija de al parecer 7 años, felices – ella ya tiene sus 17 años, pronto será una mujer.... Y ella está que me espera con ansias, mi regreso – Dijo mirando con cariño la foto – de alguna forma me recuerdas a ella, dulce y con grandes ilusiones en la vida - Dijo.

La joven mujer solo miró la foto y luego al monje.

¿Y tienes que cumplir esta misión para regresar? – Pregunto la joven mujer, ya sabiendo la respuesta.

El monje la miro por un rato y guardo la foto en su manga, para luego pararse de su sitio.

¿Sabes? Creo que mejor volveré a casa, hay alguien que me espera y ya no te estaré presionando en que vayas conmigo, he comprendido, que no puedo obligarte a que vayas al templo, si eres feliz en las calles de tu ciudad, no te los quitaré, solo ten cuidado ¿Vale? – Dijo con una sonrisa, el monje.

La joven mujer iba a decir algo, pero se escuchó pasos, haciendo que tanto ella como el monje se escondieran.

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No deben estar muy lejos, esas lacras – Dijo uno de los hombres que buscaba a los dos fugitivos.

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Será mejor que mientras yo los entretengo, tú escapes – Dijo el monje por bajo, escondido con la joven mujer que lo miro con sorpresa – ve a vivir tu vida – Dijo y con esto salió de donde estaba, para dirigirse con rapidez a los sujetos que, al percatarse de él, empezaron las balaceras que fueron esquivadas por el monje con patadas y golpes.

La joven mujer no le dio tiempo de detenerlo y solo se quedó allí escondida, tapándose la boca para no omitir sonido que la delatara e impresionándose con las habilidades del monje.

Deberían dejar este mal camino que llegaron a seguir por su seguridad – Dijo el Monje al ver que venían más de esos sujetos – ¡solo conseguirán hacerse daño! – Dijo mientras esquivaba un palo de béisbol de metal que uno se lanzó en quererlo golpear, pero lo termino desarmándolo.

Deja de decir tantas mi**** y entréganos a esa niña – Dijo otro de los sujetos que iba tras de él, con cuchillo con claras intenciones.

Pero el monje lo noto y girándose, lo golpeo la cara mandándole al suelo.

La joven mujer miraba todo de su escondite impresionada, no podía creer que aquel viejo monje pudiera hacer eso. Y cuando vio que no quedo uno en pie, se quiso para y acercarse, pero.

¡Bam!

Se escuchó un disparo, un quejido para seguirle de un cuerpo caer al suelo. Y todo paso eso en cámara lenta, para la joven mujer.

El disparo fue del sujeto que quiso sobrepasarse con la joven mujer y que salía caminando tranquilamente con el arma aún alzada de tras de un árbol.

Te dije que no te metieras en mi camino – Dijo el sujeto que disparo, mirando el cuerpo en el suelo del monje que no tenía señales de vida – nunca te metas con nosotros – Dijo con una sonrisa de satisfacción, al ver como salía sangre formando un charco por la cabeza del monje.

¡Te tenemos! – Dijeron otros miembros de esos mafiosos, llegando recién y encontrando a la joven mujer escondida y en completo shock – ya encontramos a la ladrona, vámonos – Dijo mientras arrastraban junto a otro compañero a lo joven de los brazos y la obligaban a caminar.

¿Tienen otra camioneta? – Pregunto el que tenía la pistola, cosa que recibió una afirmación – muy bien – Dijo y luego se acercó a la joven que tenía la mirada ida y paralizada – esto pasa, cuando se meten con nosotros y se quieren hacer los listos – Dijo sonriendo con malicia, mientras le picaba y empujaba con la punta de la pistola en manos.

Ustedes.... – Decía entre pausada y en completo shock, mirando el cuerpo tieso del monje.... De Azun – ustedes.... – Decía recordando las veces que él fue bueno y considerado con ella a pesar de que no lo quería cerca – ustedes.... – Dijo mientras recordaba muchas cosas de su pasado que la llevaron por las calles a vivir una mala vida – ustedes...- Dijo mientras recordó las palabras que le dijo el monje, el deseo de volver a su hogar y enorgullecer a su hija – ustedes.... – Recordó a su amorosa madre y padre que la cuidaron y le dieron amor – ustedes.... – Un latir se empezó a escuchar en su pecho con más fuerza.

¿Nosotros, qué? ¿Eso solo sabes decir? Creo que no sabes decir otra cosa – Dijo el sujeto y alzando la pistola y apuntándole en la cabeza.

¡Oye! ¡No lo hagas! El señor dejo en claro que tenemos que llevarla viva – Dijo uno de sus compañeros al ver lo que quería hacer.

¡Va! ¡Pamplinas! De todos modos, él ara desaparecer de esta fas, hay que ahorrarle el tiempo de que él lo haga – Dijo sin importancia el sujeto y preparando su pistola, está por apretar el gatillo.

"Vive tu vida" – Se escuchó la cálida voz del monje en la cabeza de la joven mujer – con venganza – Más lo siguiente se escuchó, una diferente voz femenina y siniestra.

...

"Libérame"

....

¡¡¡Son unas malditas, lacras de porquería!!! – La joven mujer lanzo un grito de furia, con unas ondas que salieron de ella, que hizo que todos lo que la sostenían y estaban de pie, salieran retrocediendo de allí, cubriéndose la cara por las ondas que alzaban la arena del lugar y les impedía ver.

De entre los dedos de la joven mujer unos hilos amarillos y brillantes, que salieron disparados en la tierra, apegándose a ella con una conexión entre las manos y el suelo.

¡¿Qué fue eso?! – Pregunto el mafioso aun con la pistola en manos y tratando de ver, solo vio a la joven inmóvil en su sitio, sin moverse - ¿Q – Quien es esta niña? – Se preguntó en su mente y él no podía ver los hilos en las manos de la joven mujer.

Si quieren diversión – Se le escuchó una voz media distorsionada a la joven mujer, quien levanto la mirada para mostrar unos iris color ámbar, sin brillo y alargados, cuál semejante a la de un depredador o más bien.... Un felino – diversión lo tendrán – Dijo mostrando como un par de colmillos largos surgir, sus uñas se vuelven garras largas, sus orejas empiezan a estirarse y cambiar de color y forma a un negro, como los de un gato y de parte trasera surgió una cola negra que se agitaba juguetonamente.

¡E – Esa niña, no es humana! – Grito uno de los hombres aterrorizado, al ver como se le empezaba a deformar parte de su cuerpo haciéndoles parecer a las de un gato.

El sujeto que estaba con la pistola en manos miraba eso con impresión, hasta despertar del trance y apuntar con el arma a la dirección de la chica gata.

¡Lo que sea que seas, me das más motivo para exterminarte! – Dijo el sujeto tratando de que su miedo no lo traicione.

El sujeto dispara y la chica gata no se mueve un milímetro de allí, para esquivar la bala. Pero si algo se atravesó, recibiéndola y cayendo de golpe al suelo. Todos vieron con sorpresa, eso giraron a ver quién era que bloqueo el disparo y vieron a uno de sus compañeros ahí muerto con la cabeza sangrándole donde avía un orificio de bala que le llego.

Que de.... – No alcanzo a decir el sujeto con la pistola en manos, por la duda o pregunta de porque ese idiota se atravesó, pero luego se dio cuenta del porqué, al escuchar un especie de gruñido en un costado de la dirección donde salió disparado su compañero ahora muerto, avía algo más. Girando mecánicamente con el sudor en la cara, vio que no lejos de allí estaba parado un... Esqueleto que omitía esos gruñidos.

Un... Un.... Muer.... Muert! – Dijo en tartamudeos uno de los sujetos que temblaba, no solo de un enorme miedo, pero no pudo completar su temblorosa palabra, ya que desde el suelo bajo una lapidas donde estaba parado salió de golpe una mano esquelética que le sostuvo de la pantorrilla de su pie, callándolo, un esqueleto que omitió un grito grotesco a su persona.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!

Se escuchó el aterrador grito de muchos que salieron corriendo de allí, al ver a esos dos muertos ¡Volviendo a la vida!

¡N – No huyan! ¡¡Enfréntelos!! – Dijo el hombre con la pistola disparando a los dos muertos, que no les pasaba nada, solo lo miraban con una aterradora y hueca mirada, mientras caminaban a él, solo perdiendo uno que otro dedo, que no les hizo detener - ¡Mie***! – Dijo retrocediendo y disparando, pero cuando se quedó sin balas, no le quedo de otra que huir.

Tirando la pistola, para girarse con decisión a correr, vio a sus compañeros aterrados y quietos donde estaban, mirando a muchos muertos salir de sus tumbas y empezando a rodearles. Ahí se dieron cuenta de que nos les serviría correr, ya que recuerdan que están en un cementerio donde hay millones de muertos. Todos ahí e incluyendo el que antes tenía una pistola, se les fue todo el valor y solo les quedo el pavor y miedo de ver tantos muertos y para colmo entre todos esos muertos, estaba el ex chofer con algunos de los suyos que murieron en la explosión unas horas atrás con la camioneta, parado y totalmente quemados, con unos ojos brillando de color ámbar como todos los muertos de allí. El sujeto volteo a mirar a la mujer que su aspecto cambio dando se cuenta de algo, que no es humano y es la que hizo que todos los muertos se levantaran de allí.... Para acabarlos.

No, no es humana.... Es un demonio – Fueron los aterrorizados pensamientos de ese sujeto y arrepintiéndose de haberse topado con esta criatura salida de una película de terror.

La chica gata mostró una sonrisa tétrica que hizo temblar a más de uno. Y alzando una mano e haciendo una señal, los muertos, con grotescos gritos, se dirigieron al grupo de maleantes. Que solo quedaron ahí a la merced y rodeados.

Desde las afueras del cementerio, solo se escuchó un grito de terror, más el grotesco de los muertos que se levantaron de sus tumbas.

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En un lugar lejano a la ciudad, se podía ver una gran mansión donde estaba resguardada por muchos guardas espaldas mafiosos con armas en mano, vigilando cada centímetro del lugar. En eso, dos camionetas que identificaron como parte de los suyos, hizo acto de presencia ingresando por las puertas de fierro del lugar.

Uno de los vigilantes se acerca a la primera camioneta.

¿La han traído? – Pregunto al que estaba de conductor en la camioneta, pero solo lo único que obtuvo es una afirmación con un movimiento de su cabeza – Hmmmm.... ¿Por qué lleva gorra? – Pensó al ver a su compañero que llego muy callado y con una gorra que cubría sus ojos, ya que conocía a su compañero y odiaba arruinar su cabello con él, solía presumir.

Mejor déjalo entrar, el jefe este impacienté – Dijo otro que estaba cuidando el otro lado de la entrada.

No dijo nada y se puso a un lado, dejando pasar a las dos camionetas.

Después de unos minutos, los que se encontraban en la camioneta, junto a los conductores, se bajaron, todos cubriendo sus caras con gorras y capuchas, como sus manos con guantes negros y junto a ellos a alguien que le cabrían con una bolsa negra en la cabeza. Todos se pusieron a caminar en un pasillo. Hasta que se dividieron en dos grupos, ya que uno fue a la derecha y otros a la Izquierda.

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Desde una distancia, se podía ver a la mujer gata, sentada en una especie de colina, observando sin una expresión, esa enorme base mansión, siendo quemada cuál fogata inmensa y escuchando los gritos de pánico y horror de los que se encontraban ahí, notando a sus títeres que mando perseguir y dar fin a cada humano que se encontraba, vio otros querer escapar y no luchar con los muertos vivientes, pero los cadáveres de sus compañeros que fueron recién eliminados se levantaban de los suelos y les impedían que se escapen.

La mujer gata, se le podía ver mover sus dedos que tenían hilos amarillos conectados al suelo, controlando a cada cadáver. Vio que una de sus marionetas muertas, colocaba el último balón de gasolina y le lanzo un encendedor prendido.

.....

Desde la distancia donde estaba, pudo ver la enorme explosión que arrasó con todo el lugar, acabando con la vida de esa organización y sus marionetas que dejo de controlar, porque ya no quedaban mucho de ellos que no fueran solo sus cenizas por enorme incendio. Se levantó de su sitio y camino en dirección a un árbol donde un cuerpo se encontraba reposando, lo miro haciendo notar que era el monje, ya sin vida. Durante los minutos que lo observaba, con sus ojos ámbares, se puso a un lado de él a empezar a cavar con sus garras, durando unas horas en lograr obtener un enorme agujero. Para darle un sepulcro al monje.

Después de unas horas y colocar unas flores negras en un cúmulo de tierra, la mujer gata se enderezó y dando una última mirada, se fue de allí, saltando cuál gata a un árbol a otro y retirándose de allí.

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Un par de parpados, qué serrados se encontraban, empezaron a fruncirse por la incomodidad de la luz que le pegaba y las risas infantiles que la despertaron, haciéndolo abrirse y rebelar unos iris marones oscuros.

¿Otra vez ustedes? – Dijo la mujer joven mirando unas 8 esferas de luz con ojitos blancos mirándola con curiosidad y volando por su alrededor.

Solo se estiró su adormilado cuerpo y se dispuso a pararse y ver a su alrededor, solo había esferas de bebés y que duermen soñando con una vida nueva que les espera.

Si supieran que la vida es una mi**** afuera, no creo que les alegraría querer nacer – Pensó la mujer joven, mirando a cada esfera, flotando ahí con sus ojitos cerrados....... Exceptuando a ocho de ellos que la seguían y la miraban.

Desde que empezó a frecuentar ahí, se enteró de que el lugar solo albergaba ángeles no nacidos y que duermen esperando a que sus "Padres" decidan hacerlos nacer. Considerándolo una guardería de bebés, lo que no llego a comprender es porque esos "Bebés no nacidos" que ahora flotaban a su alrededor, siguiéndola ¿estaban despiertos? Y era algo difícil, lograr escarpar de ellos, porque la seguían a todos lados y resinándose, solo se quedaba sentada a esperar "Despertar" y la dejen tranquila. Exceptuando a uno de ellos, que se le quedaba mirando y recostándose en sus piernas, pocas veces a ese, se iba a jugar con los otros que también estaban ahí a su alrededor.

¿Por qué te me apegas tanto? – Pregunto la joven mujer estando de piernas y brazos cruzados, mirándolo ahora sobre su cabeza recostado, mirando a las otras esferas, jugar – cierto, no puedes hablar – Dijo lanzando un suspiro pesado.

Y empezó a recordar desde cuando empezó a estar más tiempo en la guardería, poniendo una cara de angustia.

Ha pasado un año, de lo que paso en el cementerio – Se dijo recordando como arrasó con toda esa organización de mafiosos, producto de su ira y sed de venganza por la muerte del monje y como al día siguiente despertó, ya siendo ella misma. De alguna forma le satisface en acabar con todos esos sujetos, pero le daba miedo volver a descontrolarse y no poder hacer ella misma, por convertirse en un.... Monstruo.

En eso la esferita que estaba sobre su cabeza, se dio cuenta del semblante triste de la joven mujer y bajando de su cabeza floto frente a ella mirándole su carita y tratando de llamar su atención. Cosa que le funciono, ya que la joven mujer despertó de sus recuerdos, al verlo frente a ella. Lo sostuvo entre sus manos y regalándole una sonrisa, le acarició la cabecita, para tranquilizarlo y no preocuparlo. La esferita solo dejo que le acaricie su cabecita dejándole mimarlo.

Siempre tratar de animarme de alguna u otra forma – Dijo sonriéndole. Admitía que no del todo le incomodaba la guardería, se sentía tranquila ahí con esos pequeños següilones.

Los otros 7 que están jugando entre ellos, paran al ver que su compañero recibía mimos y se acercan queriendo recibirlos también.

La joven mujer, al verlos acercarse los otros, no tuvo de otra que darles también, ya que, si no lo hacía, se pondrían a llorar como la última vez que no les quiso dar y para sus ya desarrollados oídos, era una tortura.

Después de un tiempo que tuvo a todas esferitas recostadas y tranquilos por ya recibir sus mimos, se dispuso a leer un repetitivamente el pergamino en un altar, para ser hora, esperando despertar e irse del lugar.

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Pero como no todo siempre dura, llega a su final. Dejo de frecuentar la "guardería" Ya no podía ver a esas almas de infantes que todavía no nacían, aunque no quería admitirlo, era su única compañía de su soledad.

Al no poder volver al sitio y no saber cómo, tuvo que volver a la vida en la que se dedicaba desde un inicio en las calles, pero ahora con la capacidad de poder escuchar a su alrededor y los instintos felinos que obtuvo, haciéndole más fácil sus "Trabajos"

Hasta que un día, cuando se preparó para sacarle la billetera a una mujer de su cartera.

¡BUUUUUUUUUUUUAAAAAAAAAAAAAAAA!

Escucho un fuerte llanto que hizo que se detuviera a quitarle la billetera y se cubriera las orejas, para que no se le reviente los tímpanos y antes que la mujer se gire a darse cuenta, la joven mujer ya no estaba.

En otra parte.

Se encontraba la joven mujer corriendo, tratando de no seguir escuchando el llanto de un bebé, hasta que dejo de escucharlo y descubriéndose los oídos y lanzo un suspiro de alivio.

¿Uh? ¿Un hospital? – Dijo mirado que justamente a donde se detuvo, era el dichoso lugar – que hago... - No termino de hablar, por qué.

Felicidades, es un niño.

La joven mujer escuchó la voz de alguien, junto al que minutos atrás escucho a un bebé. Dedujo que escucho a un bebé al nacer, pero no comprendía por qué lo escuchaba tan lejos de la habitación donde estaba y para saciar sus dudas, se acercó lentamente al lugar, procurando no ser visto por el guardia de seguridad. Logrando colarse en un rincón se trasforma en una gata negra de ojos ámbar y escala en un árbol usando sus garras, pasando de rama en rama hasta llegar a la dichosa habitación y desde la ventana pudo observar a una enfermera entregándole un bulto en sábanas blancas a una agotada mujer en su cama. Se quedó atenta tras el vidrio de esa ventana, mirando todo en completo silencio.

¡Eh!

Escucho la pequeña gata negra que güiro y vio a una enfermera que la descubrió espiando.

¡Acá no se permite animales! Largo – Dijo la enfermera tratando de ahuyentarla.

La gata negra no tuvo de otra que irse de allí, bajando del árbol de un salto.

El bebé que nació y vio a la gata negra, empezó a llorar fuertemente, no solo porque ya no estaba, sino por los gritos de aquella enfermera que lo asusto.

Ya, ya, ya, no llores más ¿Ese feo gato, te asusto? – Dijo la madre, mientras trataba de calmar a su bebé que lloraba – Todo está bien, nada malo te va a pasar.... Paulo.

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Y pensé que fue una extraña faceta de mi cualidad felina que tenía, que me llevo a ese lugar donde nació ese bebé. Pero algo en ese bebé me resulto familiar... Como si lo vi mucho antes... ¡Pero eso era imposible! Ese niño acaba de nacer y llegar a este mundo, era imposible que lo haya visto mucho antes y supuse que fueron pensamientos locos y absurdos, así que los deseche.... Y con eso creí que sería la única vez que lo escucharía, porque no lo volví a ver.

Seguí con la vida que me dejé llevar, sin importarme nada, pero.... 5 malditos años después, volvieron esos llantos a retumbar mis tímpanos y obligar a mis piernas a correr... A un hospital. Simplemente, hice lo mismo como aquella vez, escabullirme y mirar tras una ventana a una madre con su bebé recién nacido, me le quedé viendo, hasta que mis ansias, se calmen e irme de allí. Cuando el bebé pudo abrir sus ojitos como la primera vez, güiro por instinto a mi dirección mirándome y como la otra vez, una enfermera volvió a correrme de allí y ya con esta ansiedad calmada, me fui, suponiendo que al fin no volveré a pasarla.... O eso pensé.

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No llores, solo es un gatito callejero.... Derek – Dijo la madre que arrullaba a su recién nacido hijo. Que lloraba porque lo asustaron, los espantos de la enfermera hacia el gatito que miraba.

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13 años después, ya me encontraba en el mismo hospital, en el tejado descansando en mi forma felina, de alguna forma estaba esperando a que algo pasara, no sabía por qué, pero un presentimiento paso por su ser de que tenía que estar ahí y ya sabía por qué. Apenas vasto por unos minutos para escuchar otro llanto y con eso, alzo la cabeza y estirándose para quitarse la pereza, bajo hasta donde se escuchaba el llanto, solo miro por la ventana a una mujer con no un niño, sino una niña en brazos, a comparación de los otros dos, esta no le reventaba mucho los tímpanos por su suave llanto. Y antes que una enfermera le trate de botar como las otras dos veces, ella se retira, dándole la última mirada a la niña, que nació y que la miraba antes de irse de allí.

¿Quieres que el gatito regrese? ¿Riku? – Dijo la madre a su inquieta hija al verla llorar, cuando aquel felino se fue – ya, ya, cuando seas grandecita podrás criar a un gatito – Dijo con dulzura, la madre a su hija.

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Se preguntarán como sabía que día lograba dar para ir al hospital, para los partos de los bebés.

Pues ni idea.

Pues para no tolerar que sus tímpanos sufran otro doloroso llanto escuchar, tuvo que entrenar en una especie de técnica para poder saber el día y hora en que cada bebé "Especial" nacerá.

Se la paso años perfeccionándolo, después del segundo que nació, para no sufrir otro ruidoso "Llamado"

No sabía por qué tenía que hacerlo, pero cada vez que esos bebés la miraban dejaban de llorar y se calmaran y su "Antenas" como le llama lo que no deja de joder.

Los miraba, hasta que esos "Enanos" como los llamaba, la miren e irse antes que algún humano del lugar, trate de echarla.

Y otra vez está en la ventana mirando a una mujer.... Algo frustrada por la labor de parto.

Hasta que al fin nació un niño, al parecer a notarlo, tuve moverme un poco más y alcanzar hasta que el bebé, logre verla que calle e irse de inmediato.

Al parecer fue un poco complicado esta vez, al ver que de algo hablaban los padres con el partero. Pero eso no era de su interés y solo quería que el bebé que le estaba reventando los tímpanos con su llanto, la vea y se calle.

Lo logro y el bebé la quedo mirando muy fijamente.

¿Este enano, que se trae? – Pensó la gata, al ver como ese niño la miraba, no parecía como un bebé, dulce y tierno. Le recordaba al primero que la miro algo parecido. Pues dejo esos pensamientos de lado y viendo que logro con su objetivo, desvió la mirada, girándose para irse. Pero le escucho, apenas dio su primer paso, un quejido, para seguirle con un llanto.

No queriendo escuchar eso, porque no toleraba que sus pobres orejas sufrieran, salto de allí y se fue corriendo lejos del hospital.

Dentro del hospital en la camilla donde estaba un bebé dormido, se le podía ver en una de sus muñecas un brazalete de hospital donde estaba escrito el nombre de "Yahel"

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La joven mujer estaba en un tejado sentada mirando el atardecer, no le antojaba robar nada por ese día, ya que su mente tenía muchas cosas que pensaba entre ellas preguntas, su origen, de esos bebés, del por qué los llamaba cada que van a recibir al cruel mundo donde sabía que sufrirían, seguía sin comprender por qué la llamaban y que beneficiaria todo eso, de que tenía que ver ella con esos bebés ¿Cuidarlos? No lo creía, ese papel solo lo cumplen sus padres. Pero.... ¿Por qué la llamaban cierto tiempo y años? Eso solo le hacía estresarse de tan solo pensarlo. No sabía hasta cuando parara esos llamados ¿Hasta que muera? Pero luego lanzó un resoplido de risa ante tal pensamiento. Desde que es consciente, no está envejeciendo como debe ser, ni tiene el aspecto de una mujer mayor.... Pero...

En eso sus pensamientos son interrumpidos, por una voz de una mujer y risas de infantes, lo que hace que la joven mujer se esconda bien de no ser vista y asoma desde la sombra de una chimenea, para ver quién era, se sorprendió.

A pesar de su aspecto pudo reconocerla, la señora de una casi avanzada edad estaba con una pequeña niña paseando de la mano.

Abuelita, ¿podemos ir luego por un helado? – Pregunto la infante mirando con ojos suplicantes a la mayor.

Claro mi nietita, pero primero tenemos que terminar de comprar las cosas para la cena – Dijo la señora mirándola con una sonrisa y recibiendo como respuesta una alegre sonrisa de su nieta.

Desde el tejado la joven mujer vio y escucho todo, viendo pasar e irse a las dos.

¿Los años pasaron por ti, no vieja amiga? – Dijo la joven mujer, reconociendo a su amiga de la infancia, quien fue la que alumbraba sus oscuros días y que le alegraba volver a verla, ya como toda una abuela junto a su nieta – al menos tú, si tiene una buena vida – Dijo con una sonrisa que demostraba con cierta tristeza, mirándolas irse.

Después de unas horas la noche llego y la joven mujer se encontraba aún en el tejado, mirando las pocas estrellas visuales del cielo nocturno, muy pensativa. De que si debería cambiar de rumbo y dejar esa vida que agarró, que no la llevan a ningún sitio. Luego se sienta y de su bolsillo saco la foto de aquel monje que hace mucho murió, donde estaba él con su hija frente a un templo.

¿Ella la seguirá esperando a su padre, después de hace mucho?

Fue su pensamiento. No sabía si se cansó de esperar y siguió su rumbo o si está angustiada o furiosa.

¿Qué debo hacer? – Se preguntó la joven mujer, quedando dormida en ese tejado.

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La joven mujer se encontraba cenando unos filetes de cerdo muy tranquilamente, ha pasado un año de la última visita al hospital, pero era consciente de cualquier año va a venir otro enanito a querer reventarle los tímpanos, pero gracias a una técnica que perfecciono para saber cuándo tiene que estar, no tiene que soportar eso. Tras terminar de comer se preparó para descansar en un colchón que gracias a su duro "Trabajo" compro y ya no tenía que estar durmiendo encima de los escritorios.

Pasaron unas horas y su cola negra apareció erecta y en la punta de ella un brillar como foco. Lo que hizo que frunciera el ceño por la luz y abriera los ojos a regañadientes.

¿Es en serio? – Dijo y vio el reloj colgado y vio la hora – ¡pero si es muy de noche! – Dijo molesta y se levantó de su cama, para estirarse y quitar la pereza y sueño del cuerpo – espero que el sigu....

¡¡Ayúdenme!!

Las orejas resurgieron paradas de la cabeza de la joven gata, al escuchar el agonizante grito de una mujer.

Por favor, alguien ayúdeme.... Tengo que ir al hospital...

Solo escucho la joven mujer eso y no le llevo mucho reaccionar y darse cuenta de que ya estaba en su forma gata, corriendo por el tejado por donde vino el llamado de auxilio.

Se detuvo al llegar a una calle llena de autos pitando e insultando a otros por no transitar. La gatita por el enorme y mezclado ruido tuvo que taparse las orejas con sus patitas, soportando el ruido.

¿Qué les pasa, porque el escándalo? – Dijo la gatita sin tolerar el ruido de los autos.

¡Auxilio!

Volvió a escuchar en su cabeza ese llamado de auxilio y olvidándose del insoportable ruido de los carros, abrió los ojos y empezó a buscar la fuente de socorro y vio en un taxi por la ventanilla a una mujer embarazada sufriendo mucho, se encontraba recostada en el asiento con las manos apretando su enorme vientre.

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Señora, algo paso en el camino, no podemos avanzar – Dijo el conductor que regreso a su taxi, girando a ver en el interior a la agonizante mujer.

¡T – Tengo que ir al hospital! – Dijo con dificultad la mujer, sin poder dejar de expresar su dolor.

Tiene que llamar a su marido, no se sabe cuánto dure este tráfico – Dijo el hombre del taxi, sin poder hacer algo por aquella mujer, también quería perder la calma por el estado de su pasajera.

¡Él no está ahora acá! – Dijo con cierto enojo, la mujer embarazada – por favor, tiene que ayudarme – Suplico la mujer con miedo en su mirada.

Pero antes que el conductor del taxi dijera algo, la puerta de donde estaba la mujer embarazada se abrió mostrando la presencia de una joven chica de cabellos algo despeinados y ropa vieja y sucia. Miraba a la mujer embarazada con seriedad y la mujer embarazada, aun en su dolor, la miro sin esperarse la presencia de esa jovencita, como al conductor.

¿Oye niña, que haces acá? Debes retirarte, no son horas de.... ¿¡Hey que haces!? – Dijo el conductor al ver como aquella niña tomaba a la mujer embarazada en sus brazos y la sacaba de allí.

¡AH! – Exclamó la mujer embarazada, sorprendida que aquella niña la sacara del carro y la cargue como si pudiera soportar su peso.

¡¡Niña!! ¿¡¡Que crees que haces!!? ¡¡Vas a lastimar a la señora!! – Dijo entre sorprendido y espantado el hombre del taxi al ver la acción de la joven.

Pero esta hizo oídos sordos a sus reclamos de aquel hombre y se llevó cargando a la mujer en brazos lejos del tránsito.

¡¡¡¡Niñaaa!!!! – Fueron los gritos de reclamo de aquel conductor del taxi, tratando de detenerla.

Pero la joven se puso a correr perdiéndola de vista. La mujer no dijo nada, las contracciones del parto, la empezaron doler de nuevo, no tenía cabeza para hablar o reclamar, solo quería que su bebé, este a salvo, quería llegar lo más pronto posible al hospital.

No te preocupes.... Estarás bien – Fue lo que salió de los labios de aquella joven que solo tenía la mirada por donde corría.

La mujer, al escuchar esas palabras de aquella niña desconocida, que apareció de la nada y sacarla de allí, solo la miro asustada de lo que pueda pasar, pero decidió confiar.

La joven corría lo más rápido posible, ignorando el peso de una mujer, que aparte de que era muy alta que ella, más el peso de la barriga, seguía sin parar, hasta llegar a su objetivo y pudo escuchar no solo el latir del corazón de la mujer.... Si no de la vida que lleva en su interior que espera salir.

Esquivó personas, postes, entre muchas cosas, para lograr visualizar el hospital y aceleró sus pasos, corriendo más de prisa y con una patada abrió las puertas del hospital, ingresando a ella y espantando por el golpe de la patada a los que se encontraban en su interior.

¡Un doctor! ¡Está a punto de dar a luz! – Exigió la joven que aún llevaba a la mujer en brazos.

No tardó en aparecer un doctor corriendo junto a unas enfermeras que empujaban una camilla rodante. La joven depositó con cuidado a la mujer que no dejaba de quejarse cada vez más y que se la lleven a una sala de parto. La joven se quiso ir, ya cumpliendo su trabajo, pero...

¡¡E - Espera!! – Dijo la mujer aun agonizando, tomando el brazo de la joven antes que se fuera. Y Esta se gira rápidamente para mirarla con sorpresa – por favor, sé que no te conozco y me ayudaste, pero.... Puedes acompañarme.... Estoy asustada y sola... - Pidió la mujer.

Yo.... – Dijo la joven, sin saber qué decir.

Por favor.... – Pidió suplicante la mujer.

La joven no tuvo de otra, lanzando un suspiro pesado, solo la siguió a la sala de parto. Le dieron ropa de hospital para la protección de la mujer y su futuro bebé en camino y solo se quedó a lado de la camilla de la mujer, mientras los doctores preparaban todo, dejando que la mujer le apriete la mano. Solo la joven vio a la mujer pujar y pujar tratando a la vez poder respirar y cada vez le apretaba más y más la mano con cada contracción. Hasta que, en un potente grito de la mujer, la sala quedo en completo silencio para luego escuchar el llanto de un bebé.

La mujer quedó exhausta, pero con lágrimas en los ojos de la felicidad, soltando la mano de quien la sostenía, para poder recibir a su bebé.

La joven que se encontraba allí solo se quedó parada mirando todo, algo aturdida con todo esto, ya que nunca presencio un nacimiento en directo y nunca le importo, hasta que está en uno.

Mi bebé, mi hijo – Dijo con alegría y un inmenso amor la mujer, abrazando a su bebé que aún lloraba.

La joven, tras la mascarilla, al ver eso, no pudo evitar recordar a su madre con nostalgia, ya que su madre era igual de amorosa con ella desde pequeña.

Cuando el bebé gira a ver a la joven, tanto el bebé y la joven tuvieron una especie de clic en sus ojos, sus miradas estaban conectadas, haciendo que el tiempo avanzara lento. Hasta que la joven despertó de ella, agitando con brusquedad su cabeza y sin decir o abrir los ojos, se retiró rápidamente de allí.

¡¡Espera!! No te va... Yas – Dijo la nueva madre al darse cuenta de que aquella joven que la salvo y ayudo, se ha ido, sin poder detenerle – no pude agradecerle, lo que hizo por mí y mi hijo – Se dijo desanimada.

El bebé que también presencio todo y al ver que la que miro se fue de allí, solo lo hizo llorar a pulmones.

Ya, ya, ya, no llores bebé. Sé que también quisiste que no se fuera... - Dijo la mujer arrullando a su bebé que se calmó – así está mejor, eres un buen angelito – Dijo sonriendo a su hijo y luego se quedó callada unos momentos – cuando la vuelva a ver a esa niña, le daré las gracias y recompensarla por lo que hizo por nosotros.... Aunque aún no sé cómo se llama, será muy duro encontrarla – Dijo dudosa – pero ambos la encontraremos algún día y le daremos las gracias ¿Verdad... Erick? – Dijo mirando a su bebé.

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Una pequeña gatita estaba en un tejado con las patas desparramadas por los lados y muy agitada tratando de recuperar el aliento por lo mucho que corrió.

¿¡Qué ratas fue eso!? – Se preguntó luego de recuperarse y estarse donde está, mirando con cierta confusión por el lugar de donde vino – ¿Qué fue lo que paso ahí? – Se preguntó y luego lanza un respiro de pesadez – Está noche fue muy extraña – Dijo y solo miro frente de ella y vio que no faltaba mucho para que amanezca, pero recordó la sonrisa de aquella señora, lo que involuntariamente la hizo sonreír un poco – tal vez.... No fue del todo rara o mala...

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A pasado unos meses después del incidente en el hospital que se encuentra ahora, otra vez en espera que otro bebé la voltee a ver, para irse... Pero.... Esta vez fue diferente a las anteriores. En el momento que el bebé giro a la ventana, al ver algo allí que llamo su atención, la gatita solo se sentó, maulló y le dedico una sonrisa a la bebé que al parecer era una niña. La bebé la miro un rato y luego empezó a reír a carcajadas, bajo la mirada de su madre, que al darse cuenta de porque reía y miraba, también sonrió feliz, al ver a su risueña niña mirar a esa gatita en la ventana. La gatita solo se dedicó a ser curiosos y chistosos movimientos, para entretener a la bebé. Pero cuando vio que la madre le dijo algo a la enfermera y esta se acercaba a esta, se escapó y se retiró antes que habrá la ventana.

La bebé, a pesar de que la gatita ya se fue, no lloro, pero si se quedó expectante en espera a que volviera. Su madre solo la abrazo con amor a su bebé. Que en su muñequera tenía el nombre escrito de "Ángela"

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La gata negra iba corriendo por las calles con mucha energía y entusiasmó, no sabía por qué estaba así, pero desde que empezó a frecuentar cada nacimiento de esos bebés empezó a aclarar su nublado corazón, donde solo pensaba en la soledad.

De un salto se sube a un tejado, siento bañada por la luz cálida del atardecer que, por mágica que se viera, parecía que su pelaje negro, como la oscura soledad, empezara a aclararse hasta volverse de un blanco cálido y sus ojos color ámbar, tomaron el color marrón. La sonrisa de la ahora blanca gatita, no se iba y solo corrió en espera de otra bienvenida más a la vida de un bebé.

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Al siguiente año.

Ya la ahora gatita blanca, se encontraba sentada, moviendo la cola feliz, en una ventana de una habitación de un hospital, muy atenta a todo. Para luego, usando sus patitas para apoyarse en él, vidrió de la ventana, parándose en sus dos patas traseras, para mirar mejor al nuevo bebé que nació. Y como era de esperar la bebé, giro la mirada de su madre a lo que inquieto se movía en la ventana y vio a la gatita blanca de ojos marones sonreírle y hacer sonidos de maullidos, mientras jugueteaba para ella en la ventana, la bebé solo sonrió al ver eso.

La gatita al ver que logro hacerla sonreír se retira del lugar cuando ya vio que le iban a dar su leche a la bebé.

En la muñeca de aquella bebé, se podía leer en el brazalete que tenía puesto el nombre de "Aurora"

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Al otro año hizo lo mismo, siempre en la ventana del cuarto donde sentía que estaría un bebé al nacer, viendo a la última bebé nacer cuyos apenas mechones rizados de color marrón sobresalían de la pequeña, haciéndola sonreír.

Solo se podía ver en la muñeca del bebé, el brazalete que les ponen y en esta decía "Estijk"

.... ¿Y por qué era la última? Porque no volvió a escuchar otro llamado, para ir a recibir a un bebé, lo cual de cierta forma le daba un poco tristeza, ya que se estaba empezando a encariñar con las bienvenidas, pero también aliviada. No tendrá que torturar sus orejas con el llamado.

Ahora se encontraba en un tejado, la joven mujer mirando el atardecer, muy pensativa, sosteniendo en manos la foto de aquel monje de muchos años atrás que conoció.

Está decidido – Dijo la joven mujer parándose de su sitio, sin despegar la mirada del cielo naranja – iré al templo – Se dijo y volteo dando una última mirada a las calles de esa ciudad y dando una sonrisa, salto con una mochila vieja y mal cosida, se fue de allí corriendo y saliendo de los límites de la ciudad.

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Una joven de chamarra verde, pantalones azules y zapatos negros, con una cola alta sosteniendo sus largos cabellos caminaba tranquilamente por unas calles.

Desde que regrese del templo, mi vida cambio y ahora tengo una casa y un trabajo estable – Dijo pensando la joven que miraba todo con una sonrisa – y no hay nada que me va a cambiar esta vida – Pensó.

Hasta que recibió un fuerte empujón, por la espalda, que la hizo caerse de cara contra el suelo.

¡Hayyyy! ¿Qué demonio me atropello? – Dijo la joven adolorida en el suelo – ¿Qué tienes ojos en los pies? Fíjate por donde corres... – Reclamo una vez que se levantó, al que la empujo.

La joven miró y vio que se trataba de un niño de unos 10 o 11 años de edad, que se encontraba igual que ella adolorido y sobándose la frente. Sus cabellos eran color castaño y su vestimenta era sencilla y desgastada.

Pero cuando el niño alzo la mirada, para ver con quien se chocó y que le reclamaba. Amabas miradas se conectaron los dos pares de ojos marones que ambos tenían, dieron un brillo peculiar y se quedaron mirando y con el otro.

¡Detengan a ese mocoso! – Se escuchó el grito de unos hombres que venían corriendo.

Eso, basto para que ambos despierten de su trance.

O no – Solo dijo el niño – lamento todo, señorita – Eso es todo lo que dijo el niño en disculpa, para pararse del suelo e irse corriendo de allí.

La joven solo se paró del suelo y solo miro por donde se fue aquel niño, siendo perseguidos por los hombres. Pero frunció el ceño y a chino los ojos por algo. Vio que tras de aquel niño iba sobresaliendo una sombra negra. Que solo ella podía al parecer ver, ya que nadie se percató de eso.

No le dio mucha importancia y solo giro para irse tranquilamente de allí, aun con la duda de lo que paso con ese niño, el destello en sus miras y aquella sombra negra.

Por la noche, ya se encontraba en su cama sentada y recostada en la cabecera, mientras leía un libro, serrándolo luego al finalizar su lectura y depositándola el libro a un costado en una mesita, para dar palmadas para que se apague la luz y recostarse en su cama.

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En un molino abandonado estaba un niño recostado en la paja con una cobija que encontró algo vieja.

Eso estuvo cerca – Dijo de forma aliviada el niño.

Lo estuviera, si tuvieras la mirada al frente y tropezado con esa niña, idiota – Dijo una voz algo siniestra y con el volumen de un niño.

Del cuerpo del niño que estaba recostado, salió una sombra negra tomando una forma humanoide de ojos rojos.

Si no se te ocurriera, gritar "Hasta nunca, perdedores" y tirado en forma de rebeldía esos trapeadores, no hubieras alertado a los cuidadores y hubiéramos salido, sin problemas – Reprendió el niño a la sombra negra, mirándolo.

¡Ssh! Es que ya estaba harto de estar contigo encerrado en esa pocilga llamada orfanato – Dijo cruzando los brazos, la sombra negra.

Ni creas que yo no – Dijo el niño lanzando un suspiro de pesadez.

¿Entonces sigues con la idea de encontrar a tu mocoso hermano? – Dijo La sombra girando a verlo.

Si... - Dijo guardando silencio por un momento el niño, mientras bajaba la cabeza con un semblante de tristeza – sé que él está vivo y que está en algún lugar y de seguro asustado y perdido – Dijo.

... ¿Cómo estás tan seguro de eso? No piensas que ya está bajo tierra – Dijo la sombra negra.

Si sé que está vivo, en algún lado... lo presiento – Dijo el niño.

Si tú lo quieres suponer así – Dijo la sombra antes de meterse otra vez en el niño.

Sé que él está en algún lado... Te encontraré, Kevin – Dijo el niño antes de quedarse dormido en aquella montaña de paja.

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Espero que haya sido del agrado este capítulo y para finalizar quiero dejar esta preguntilla para todos ustedes.

Si Azun dijo que tiene 60 años, la chica ¿Cuántos años tiene ahora, después de trascurrir todo este tiempo, con los nacimientos de todos esos niños?

Y cuántos años tienes ahora:

Paulo:

Derek:

Riku:

Yahel:

Erick:

Angela:

Aurora:

Estijk:

Pongan a prueba sus matemáticas. xP

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