Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 26: Explicaciones y un plan


Desayunaron perfectamente en paz, casi sin hablar pero cruzando miradas y sonrisas. Entonces era momento de responder todas las preguntas que pasaban por sus cabezas, en especial de Jeremías, quien no se explicaba la repentina aparición de Rafaela después de creerla muerta.

—¿Qué te ocurrió? Creía que te habían raptado y matado —dijo Jeremías.

—Me escapé. Sí que me iban a matar.

Y entonces Rafaela procedió a relatar detalladamente su aventura, desde el momento en que escuchara las palabras «Reza lo que sepas. Estás a punto de morir». Justo cuando tenía los ojos fuertemente cerrados, esperando el golpe final que acabara con su vida, se escuchó la puerta de abrirse. «Mi señor, un asunto sumamente urgente lo reclama», fue lo que dijo el desconocido que acababa de entrar. Hubo una breve conversación tras la cual se fueron, abandonándola en la habitación para volver luego a acabar con ella. Rápidamente, con un fogonazo de adrenalina y desesperación, vio su única oportunidad para intentar algo. Forcejeó con las cuerdas de sus manos, y tras un momento que le pareció eterno pudo deslizar los nudos, liberar una mano y luego la otra; no sintió el daño que se había hecho para conseguirlo, solo el latido de su corazón apresurado. Libre de las ataduras de las manos y la venda de los ojos, echó una mirada a su alrededor y a la puerta. La sorpresa que se llevó fue ver que la habían dejado mal cerrada, por las prisas y por confiar en que ella no podía hacer nada atada. Sonriendo para sus adentros, abrió la puerta para mirar cautelosamente hacia fuera. Al no ver nada, se atrevió a subir las escaleras, procurando no hacer ruido pero sin perder tiempo; llegó a un corredor, para su suerte también vacío, y encontró la salida de la casa. Justo cuando iba a lanzarse hacia ella escuchó los pasos de alguien resonar en el suelo, y con pánico casi se vio atrapada. Se escondió detrás de una columna que estaba al lado de unas grandes escaleras que subían a la planta superior, rogando por que pasara de largo y no la viera. Milagrosamente así fue, por lo que cuando dejó de oír los pasos, se lanzó hacia la puerta de la casa, la cual abrió y volvió a cerrar en un santiamén. Cerró los ojos deslumbrada, pero feliz, impregnándose de la luz del sol y respirando aire puro y fresco. No se dio mucho tiempo así, sino que observó el panorama viendo cómo podía salir. Era un chalet, así que el único medio de salir era por las puertas de hierro, las cuales supuso que se abrían automáticamente cada vez que salía o entraba algún coche. Empezó a maldecir, pensando que su buena suerte había llegado hasta ahí, cuando vio una furgoneta en la cochera que a todas luces estaba a punto de salir, o eso creyó ella. Pensando que era una locura, y quizás la última de su vida, pero también lo mejor que podía hacer en aquel momento, aprovechó que no había nadie para acercarse a ella y trepar, apoyándose en las puertas traseras, hasta terminar en el techo. No pudo evitar una sonrisa, volviéndose a sentir una chiquilla de dieciséis años haciendo travesuras y malabares. Se quedó tumbada, muy quieta y pegada a la chapa, esperando. Esperando minutos que le parecieron largas horas, hasta que le llegaron las voces de dos hombres hablando, los cuales tranquilamente se subieron a la furgoneta. Rafaela escuchó las puertas de cerrarse y el motor de arrancar, se encomendó a lo que fuera que le diera buena suerte, y allá que fueron. Las puertas se abrieron y la furgoneta salió, siguiendo su camino. Ahí fue cuando Rafaela empezó a pensar a dónde carajo irían, cómo podría bajarse sin ser vista y el riesgo que corría allí subida.

La furgoneta pronto se internó en el entramado de calles normal de la ciudad, y mientras tanto ella se mantenía pegada al techo sin atreverse a asomarse, pero esperando la oportunidad de bajar de allí. Esa oportunidad se presentó cuando el vehículo paró frente a un semáforo en rojo. «Ahora o nunca», se dijo Rafaela. Se deslizó de espaldas hasta apoyar su pie, y seguidamente se dejó caer al suelo. El conductor del coche que estaba detrás se quedó estupefacto al verla.

En cuanto pisó el suelo Rafaela no se lo pensó dos veces y echó a correr, huyendo de la muerte misma, usando cada músculo de sus ágiles piernas, hasta que le faltó el aire y le dolió el pecho, encontrándose perdida en una calle remota que no había visto en su vida. Entonces empezó a pensar, estando lo suficientemente lejos del peligro por el momento. Debía encontrar el camino hacia su casa; vagó y vagó de una calle a otra, hasta encontrar un sitio conocido y llegar desde él hasta la calle Alfajor. Para aquel entonces la tormenta que se había desatado descargó su lluvia sobre ella, pero no le importó; siguió caminando imperturbable bajo las gotas de lluvia que la mojaban entera, pegándole la ropa al cuerpo y chorreandole del pelo.

Así fue como al fin llegó a su casa, donde no esperaba encontrarse con Jeremías, aquel que la miró como si fuera un fantasma llevando una pistola en la mano.

—Y lo que ocurrió a partir de ahí, ya lo sabes —concluyó Rafaela.

Jeremías guardó silencio un momento. Era increíble que hubiera conseguido escapar con tanta suerte, para ahora estar ahí con él.

—Y yo creyendo que no volvería a verte. ¿Pero entonces por qué mandaron la tarjeta?

—Seguramente la mandaran antes de matarme, daban por hecho que lo harían.

—Lo que me temo ahora es que no se van a quedar de brazos cruzados. Deberíamos hacer algo contra ellos antes de que sea demasiado tarde.

—Sí, definitivamente, hay que ir a por ellos —dijo Rafaela resueltamente.

—¿Pudiste averiguar algo de lo que te dijeron?

—Estoy casi segura de que el líder es Elías Gorrender, no lo dijo directamente pero no lo negó.

—¿Puedes llevarnos a la casa?

—Creo que sí.

—¡Bien!

La mente de Jeremías se iluminó con una nueva esperanza, de poder llegar al fondo de aquello, de acorralar al líder de la organización y echarle por tierra todo. Era algo arriesgado, para lo cual necesitarían más fuerzas, pero también una oportunidad de oro para sorprenderlos en su propia guarida. Solo si se daban prisa y la suerte estaba de su parte. Pensando en eso, Jeremías se acordó de Nora, a la cual había tenido totalmente abandonada.

—Tengo que llamar a Nora para contárselo todo. Se estará imaginando que me he suicidado o algo.

—¿Como Romeo con Julieta? —preguntó Rafaela, sin poder evitar una sonrisa casi tierna.

—Exacto —Jeremías le guiñó un ojo.

Cuando por fin encontró su móvil y llamó a Nora, la cual empezó a decirle cosas casi histérica, Jeremías le contó toda la historia resumida en un par de cosas: que Rafaela estaba viva y había conseguido escaparse, y que tenían que preparar un golpe final. Quedaron en que iría allí a reunirse con ellos.

En veinte minutos llegó su coche a la puerta y la chica morena entró como un huracán de emoción.

—¡¡Rafaela!! Dios mío, estás viva.

—A todo el mundo le sorprende —bromeó ella.

—Estábamos desesperados, tendrías que haber visto a Jeremías, parecía otro. Creía que se iba a morir de depresión como los perros.

—No exageres —se metió él.

—Calla, no estoy exagerando. En serio, Rafaela, como se te ocurra hacernos otra así la que te mata soy yo. Pero tienes que contarme con detalle cómo has conseguido escapar.

—Nora, relax, ¿eh? —dijo Jeremías, curvando ligeramente los labios en una mueca divertida.

Nora le echó una mirada y fue a sentarse en el sofá con Rafaela, siendo imitada también por Jeremías.

—¿Qué pasa? —preguntó él, pues Nora seguía mirándolo fijamente como si viera algo extraño. Entonces la mujer se volvió hacia Rafaela, para decirle:

—¿Has hecho algo con él? En serio que no tiene nada que ver con el Jeremías que vi la última vez.

Ambos se echaron a reír.

—No ha pasado nada. Solo me alegra que Rafaela esté aquí.

—¿Cómo que «no ha pasado nada»? Uy, Jeremías, uy, ya veremos.

Rafaela asistía a este diálogo tapándose media cara con una mano y tratando de aguantar la risa. Lo cierto es que sabía perfectamente a qué se refería Nora con el estado de ánimo de Jeremías, porque ella misma lo sentía; era una especie de alegría, pero por un reencuentro que no había sido simplemente un reencuentro.

—Bueno, ¿nos ponemos serios? —preguntó Jeremías alzando una ceja, cambiando de tema.

—Sí, venga. Pero me seguís debiendo detalles.

—Eres peor que los loros.

—Por eso me dices Norita lorita —rió ella.

Jeremías rodó los ojos.

—Bien, tenemos el sitio en el que están, por así decirlo la guarida del dragón, a donde puede llevarnos Rafaela. Lo que yo digo es que tenemos que preparar un asalto por sorpresa, un golpe final, lo más pronto posible antes de que lo hagan ellos. Y con todas las fuerzas que podamos. Es algo arriesgado y peligroso, pero una oportunidad de oro para pillar a Gorrender y sus hombres.

—Perfecto; manos a la obra.

***


Después de aquello fueron a la Agencia, donde Rafaela se lanzó como loca al encuentro de Thor. Le había preguntado ansiosamente a Jeremías qué había pasado con él, respirando con alivio al saber que estaba bien y no le había ocurrido nada, cosa que había estado temiendo. El toro, feliz como un perro que ve a su humano después de mucho tiempo, la empujó con fuerza pero con delicadeza, tocándola con el morro y emitiendo sonidos guturales de alegría. Rafaela lo acarició, riéndose y llamándolo «mi bestia hermosa».

—Venga, amor, nos vamos a casa.

Subieron a Thor a su remolque y volvieron al número 63 de la calle Alfajor, Rafaela y Jeremías, mientras Nora se quedaba en la agencia organizando cosas.



HEEEYY!

Pensaba subirlo mucho antes pero me he estado liando con otras cosas, sorry. Recemos a los cielos para que no me distraiga y suba ya lo que queda. Por ciertooo, el 9 de julio hará UN AÑO que empecé a escribir esta historia, aaaaaaah :') *lagrimitas de emoción*. Si publico el final ese día hacemos fiesta.

Por fin se desvela el cómo consiguió escapar Rafaela PUAJASJJ. Para que veáis lo que hace una escritora por sus personajes: literalmente le pedí a alguien que me atara con una cuerda, justo como estaba Rafaela, para escaparme en tiempo récord. Y obvio lo hice. También me vendé los ojos JAHSJHAJ.

¡Como siempre, espero vuestros comentarios, opiniones e impresiones, teorías, gritos, lo que sea!
Love u all.

¡Nos vemos en el siguiente! 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro