• Parte 7
En el parque nacional se quedaron sentados debajo de un enorme árbol y con vistas a las montañas rocosas que contrastaban con sus preciosos colores terrosos con el celeste del cielo. A medida que comían y la conversación era agradable, Nathaniel sacó la caja del anillo para mostrársela y la abrió.
—No soy muy demostrativo y tampoco romántico, sabes bien que soy bastante básico y rústico ciertas veces, pero te quiero y estoy enamorado de ti, sé también que esto debía preguntártelo más adelante, pero están tus padres y los míos, y me pareció bien dártelo ahora y que nos casemos, si es que tú quieres ser mi esposa.
—Sé que no eres romántico, pero eres un buen hombre y te quiero mucho, Nathaniel, y me encantará ser tu esposa.
El hombre alzó las cejas de manera sorprendida.
—¿Eso quiere decir que aceptas que nos casemos pronto?
—Así es —asintió con la cabeza también.
Colleman sacó el anillo de compromiso de la pequeña caja de color turquesa claro con moño blanco, se lo colocó en el dedo correspondiente y ambos se fundieron en un beso. Luego de almorzar y quedarse casi una hora más en aquel lugar, juntaron todo sin dejar nada en el suelo y regresaron a la camioneta para continuar hacia el museo.
La pareja volvió a la finca una hora antes de que llegaran los demás y Felicity clavó los ojos en la mano de Orquídea.
—¿Te lo dio papá?
—Sí, hoy por la tarde, ¿te gusta?
—Brilla mucho, me encanta —sonrió mirándolo de un lado y del otro—. ¿Eso quiere decir que pronto serás mi mamá? —Levantó la cabeza para observarla con atención.
—Sí, eso quiere decir lo que preguntas, seré tu mamá del corazón —se puso de cuclillas y ambas se abrazaron para después la joven darle un beso en la mejilla.
—Estoy muy feliz —le sonrió de oreja a oreja y la apretó más contra ella.
—Yo también lo estoy de compartir contigo y con tu padre la vida juntos.
Cuando los demás supieron de la noticia los felicitaron y brindaron con una champaña que Nathaniel había guardado en el refrigerador, mientras que la niña lo hacía con su jugo de fresas favorito. Luego se sentaron a la mesa para cenar y posteriormente cada uno fue a su dormitorio a descansar después de un día de muchas emociones.
Llegando casi al mes, la pareja se casó en la capilla de Manitou Springs en donde concurrieron todos los habitantes del pueblo.
Thomas había ido días antes a visitarla entregándole de nuevo un ramo de flores, sino que también le pidió disculpas por haber sido tan arrogante y mentiroso diciendo cosas que no eran ciertas. Orquídea siendo una persona que no tenía rencor a menos que la traicionaran, lo abrazó por los hombros y le dijo que lo perdonaba, este con una sonrisa y sosteniéndola de las manos, le dio un beso en la mejilla.
Él había querido llevarla hasta la capilla para luego caminar con su padre hasta el altar. La ceremonia fue muy sencilla y emotiva, y el festejo se realizó en el granero que se usaba para los eventos de todo tipo, como el que habían tenido anteriormente, el festival del año.
La pareja de recién casados no había querido una luna de miel solos, sino que hicieron un viaje de una semana a Miami para conocer la ciudad los tres, aprovechando también las playas del lugar. Felicity estaba muy contenta porque era la primera vez que pisaba la arena y veía el inmenso mar que no tenía fin, y Orquídea estaba feliz también porque estaba como su hija.
—No conocías la playa, ¿verdad? —le preguntó él a su esposa.
—No, así que estoy con una sonrisa de oreja a oreja como Felicity, es preciosa.
—Hacía mucho tiempo que no me tomaba vacaciones y este viaje nos vino bien a los tres.
—Me alegro de que así sea, Nate. Tú también tienes que disfrutar y relajarte, sin pensar en el trabajo.
—No lo estoy haciendo, desde que llegamos aquí que me desconecté del trabajo pendiente que dejé en la oficina —comentó riéndose.
—No se irá, aparte les has dado vacaciones a tus empleados y a Ofelia. Cuando regresemos podrás reanudar todo —le dijo abrazándolo por la cintura y le dio un beso en los labios.
Nathaniel acrecentó más el beso sabiendo que su hija estaba chapoteando el agua a orillas del mar. Pronto quedaron abrazados mirando a la niña mientras bebían un mojito cada uno.
Colleman había elegido un hermoso lugar para pasar las vacaciones, un hotel frente al mar y con playa privada, algo que estaba agradecido para no estar con mucha gente alrededor y solo los pocos que se hospedaban en el hotel.
Durante la noche, Felicity cayó rendida en la cama y Orquídea luego de arroparla y darle un beso en la mejilla, le apagó la luz y le entornó la puerta. La joven se dirigió al cuarto matrimonial donde la esperaba un ansioso y nervioso Nathaniel por estar con ella.
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