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«CAMPEONES»
Octubre, 1994
Arianna levantó y giró su cabeza para ver quien se había sentado a lado de ella.
—¿Ahora que ocurre?
—¿Por qué tiene que ocurrir algo?—Pregunto Theodore
Arianna suspiró y lo vio con una ceja alzada.
—¡Bien!—Dijo Theodore
—Pero habla rápido—Dijo Arianna—. Porque no tarda en llegar el profesor.
—Sabes que odio molestarte con esto—Dijo Theodore
—Ya me acostumbre a ser su consejera de amor—Dijo Arianna—. De hecho, he pensado en emprender este negocio. Comenzare a cobrarles.
—Que graciosa, Annie—Dijo Theodore, sarcástico
—Odio que me llames así, lo sabes—Dijo Arianna—. Desde que tenemos 8 años no me llamas así.
—Supongo que porque me golpeaste hasta que me dejaste el ojo morado—Dijo Theodore
—Pues si quieres seguir teniendo tu rostro así de lindo, no me llames así—Dijo Arianna
—¿Donde está Rigel?—Pregunto Theodore
—No Lo se—Dijo Arianna—. ¿Por qué? ¿Iban a verse?
—Lo espere 20 minutos en la sala común antes de venir—Dijo Theodore—. Pero no apareció.
—¿No fuiste a buscarlo a su habitación?
—¿Y parecer un novio intenso?—Dijo Theodore—. Creí que me conocías, Annie.
Arianna le jaló el cabello, justo en el momento en el que Severus entraba al salón seguidos por Hanna y Draco.
—Señorita Parkinson, deje de jalarle el cabello a su compañero—Dijo Severus
Arianna soltó de mala gana el cabello castaño de Theodore, haciendo que Theodore se fuera un poco para atrás.
—Y la respuesta es no—Dijo Arianna—. No lo vi.
—Gracias por tu ayuda—Theodore se levantó del lugar mientras se sobaba la parte donde Arianna había jalado su cabello
Hanna tomó asiento en la mesa atrás de Arianna. Ambas se sonrieron.
—Psss—Arianna sonrió cuando supo que Hanna le estaba hablando, mientras Severus daba la clase—. Ari...
Arianna se dio media vuelta.
—¿Quieres que nos castiguen, Haly?
—Es que no puedo evitarlo—Dijo Hanna
Ninguna se sentaba junto a la otra, por el padre de Arianna. Y Rigel a veces se sentaba con Hanna y a veces con Arianna.
—¿Y Rigel?
Arianna alzó los hombros. De verdad que no sabía donde estaba Rigel. La clase ya había comenzado y el tenía que haber llegado.
—Snape lo matará si se da cuenta que no está—Dijo Hanna
—Señoritas Parkinson y Potter—Habló Severus—. ¿Quieren compartir algo con la clase?
—Yo quisiera compartir muchas cosas—Dijo Hanna—. Pero para ninguna usted está propiamente apto.
—¿Se cree graciosa?—Pregunto Snape
—Yo solo respondí a su pregunta—Dijo Hanna
—10 puntos menos para Gryffindor—Declaró Snape
Algunos de la casa de Gryffindor se empezaron a quejar. Así que Hanna se levantó de su asiento y se paró en su silla.
—¡Ya bola de tarados!—Dijo Hanna—. Esos puntos los puedo recuperar después, como si no me conocieran.
Después de que la clase terminara, Hanna y Arianna salieron del salón.
—Olvide que tengo cosas que hacer—Dijo Hanna—. ¿Trajiste la túnica que te pedí?
Arianna sacó de su mochila una de sus túnicas de Slytherin.
—Si no te cae bien, ¿para que vas con ella?—Pregunto Arianna
—Todo sea por los elfos, Ari—Dijo Hanna—. Solo es por los elfos. Te veo después.
Hanna corrió hacia donde se encontraba Harry, Hermione y Ron.
—¿Segura que no lo has visto?
—¿Y dices ser un novio que no quiere parecer intenso? Esto para mi lo es.
—Es que me enoja, de verdad—Dijo Theodore—. No es quien, para no se, venir y decirme que hoy no me va a ver.
—Te voy a decir algo, Theo, y espero que no te lo tomes a mal—Dijo Arianna—. Si no te sientes seguro estando en una relación con él, ¿por qué sigues con él?
—Lo amo, Arianna—Dijo Theodore—. Pero...
—¿Pero?
Theodore la vio indeciso. Claro que conocía a Arianna desde pequeño. Los Parkinson eran familia de los Malfoy. Y los Malfoy y los Nott, eran amigos. Por lo que a veces cuando los Parkinson iban a visitar a los Malfoy, ahí se encontraban los Nott e incluso los Flint.
—Nada, Annie—Theodore suspiró—. Lamento involucrarte en todos nuestro problemas.
—Sabes que siempre te ayudaré, Theo—Dijo Arianna—. Pero esto es algo que solo ustedes deben arreglar.
—Lo he hecho—Dijo Theodore—. Pero siempre es lo mismo con Rigel. Siempre promete algo, que estoy seguro, que no cumple.
Theodore se fue, Arianna llegó al gran comedor, pensando en cómo poder ayudar a Theodore. No eran los mejores amigos, pero sabía cuán importante era el Nott para Draco. Y para su desgracia, Draco era importante para ella.
Pero por otro lado, estaba su mejor amigo. Siempre apoyaría a Rigel. Pero si estaba cansada de siempre escuchar como Theodore se quejaba de una promesa que Rigel siempre rompía.
Antes de entrar al gran comedor una persona se interpuso en su camino.
—Arianna—George Weasley le sonrió coqueto—. Te ves increíble.
—Yo siempre me veo increíble con el uniforme, Weasley—Dijo Arianna—. Di algo nuevo. ¿Que quieres? De una vez te aviso, que no voy a ir contigo la próxima salida a Hogsmeade.
Arianna noto como la gente que pasaba los miraba. Algunos con interés, otros con una sonrisa y a otros simplemente no les importaba.
—¿Cuando aceptaras una?
—N. U. N. C. A—Deletreo Arianna
Dicho eso, entró al gran comedor, se sentó en la mesa de Slytherin, se sirvió comida en su plato. Vio como su hermana entró al gran comedor, de la mano de Blaise, seguidos por Daphne y Astoria.
Comenzó a comer, cuando sintió que alguien se sentaba a su lado.
—¿Donde estabas?—Le susurro Arianna a Rigel cuando vio que era él—. Theodore me pregunto varias veces por ti.
—Le envié una carta a Emily acerca de la visita a Hogsmeade el fin de semana—Rigel se encogió de hombros
—¿Ahora usas a Emily como una excusa?—Arianna alzó una ceja mientras aún se susurraban
—No es una excusa—Dijo Rigel—. Jamás usuaria à Emily como una excusa. No usaría el nombre de mi prima favorita si estuviera mintiendo.
Rigel le sonrió. Pero Arianna con algo de desconfianza, buscaba algo que le dijera que era mentira.
—Bien—Arianna volvió a su plato sin notar el aire que soltó Rigel—. ¿Haly?
—Con Harry seguramente—Dijo Arianna—. Aunque Granger ha estado ocupando casi todo su tiempo en la campaña para los elfos domésticos.
—Creí que no se hablaban.
—No lo hacen. Pero nadie más parece apoyarla.
—¿Qué tal, Weasley?—Pregunto Rigel con una sonrisa maliciosa, dirigiéndose a Arianna—. Supe que te dedicó su fallido intento de cruzar la línea de la edad. Todos hablan de cómo Arianna Parkinson está en algo con George Weasley.
Arianna lo miró, sorprendida por el comentario, pero mantuvo la compostura.
—¿De verdad?—Respondió ella, con una mezcla de curiosidad y desdén en su voz—. No sabía que Weasley y yo éramos tema de conversación.
Rigel se encogió de hombros, disfrutando del momento.
—Bueno, ya sabes cómo son los rumores. Pero parece que este tiene algo de verdad, ¿no?
Arianna lo miró fijamente, sin dejarse intimidar.
—Tal vez deberías preocuparte más por tus propios asuntos, Rigel—Dijo Arianna en un tono rudo. No le gustaba que dijeran que tenía algo con George. Simplemente él no le gustaba. ¿Era difícil de entender?
—Amo a la Arianna mala y despiadada, me recuerda porque somos mejores amigos—Dijo Rigel. Arianna le sonrió divertida—. ¿Theodore se enojo, cierto?—Arianna le asintió en modo de respuesta—. Bien, después de esto pasaré a su habitación si no me cierra la puerta en la cara.
—Yo lo haría—Arianna noto que ambas hermanas Greengrass los veían a ambos
—Lo sé.
—Greengrass no te quita la mirada de encima.
—¿Cuál de las dos?
—Ambas. Daphne te mira con odio, y Astoria te mira con ojos de corazón, pero también me mira con odio a mi.
Rigel levantó la mirada de su plato para observar a las hermanas Greengrass.
—Ignoralas. Si no les prestas atención se olvidan de ti. —Rigel regreso su mirada a Arianna antes de mirar a la entrada del Gran Comedor, notando a Hannah entrar por ella—. Y Haly llegó. No parece feliz.
—Está con Granger.
—Claro. ¿Le diste una de tus túnicas a Haly?—preguntó Rigel.
—Así es. Dijo que no quería sentarse por hoy en Gryffindor por...
—Granger—Rigel completo divertido—. Celosa, no te gusta compartir. Tranquila, Haly no te cambiaría por ella.
—No, no lo haría—Hanna llegó para sentarse frente a ellos, detrás de ella Harry llegó—. Hay Haly Potter para todos, pero tienes que pedirle permiso a Harry si me quieres contigo.
—Se las regalo—Respondió el de Gryffindor con una sonrisa—. Estoy seguro de que a Regulus no le molestará llevarse a mi hermanita para dejarme descansar.
—¡Harry! Me pegaste la varicela e hiciste que mi cabello se cortará cuando teníamos nueve años. Deberías tenerme más aprecio o voy a acusarte con Ivy.
—Debí raparte la cabeza—Se quejó Harry, regresando a su mesa
—Amor de hermanos, ¿Lindo, no?—Haly sirvió varios pasteles en su plato mientras miraba las sonrisas en sus rostros
Cuando el banquete llegó a su fin y todos los alumnos se encontraban en el Gran comedor, se produjo cierto alboroto en el salón, que se cortó rápido cuando Dumbledore se puso de pie.
Junto a él, el profesor Karkarov y Madame Maxime parecían tensos como todos los demás.
—Bien, el Cáliz está casi preparado para tomar una decisión—Anunció Dumbledore—. Según me parece, falta tan sólo un minuto. Cuando pronuncie el nombre de un campeón, le ruego que venga a esta parte del Gran Comedor, pase por la mesa de los profesores y entre en la sala de al lado—Indicó la puerta que había detrás de su mesa—. Donde recibirá las primeras instrucciones.
Sacó la varita y ejecutó con ella un amplio movimiento en el aire. De inmediato se apagaron todas las velas, y la estancia quedó casi a oscuras. No había nada en el Gran Comedor que brillara tanto como el cáliz de fuego, y el fulgor de las chispas y la blancura azulada de las llamas casi hacia daño a los ojos.
De pronto, las llamas del cáliz se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas. A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo carbonizado de pergamino. La sala entera ahogó un grito.
Dumbledore tomó el trozo de pergamino y lo alejó tanto como le daba el brazo para poder leerlo a la luz de las llamas, que habían vuelto a adquirir un color blanco azulado.
—El campeón de Durmstrang–Leyó con
voz alta y clara—. Será... ¡Viktor Krum!
—Era de esperarse—Susurró Hanna mientras su última rebanada de pastel terminaba.
Krum se levantó de la mesa de Slytherin y caminó hacia Dumbledore. Se volvió a la derecha, recorrió la mesa de los profesores y desapareció por la puerta hacia la sala contigua.
—¡Bravo, Viktor!—Bramó Karkarov, tan fuerte que todo el mundo lo oyó incluso por encima de los aplausos—. ¡Sabía que serías tú!
Se apagaron los aplausos y los comentarios. La atención de todo el mundo volvía a recaer sobre el cáliz, cuyo fuego tardó unos pocos segundos en volverse nuevamente rojo. Las Ilamas arrojaron un segundo trozo de pergamino.
—La campeona de Beauxbatons...—dijo
Dumbledore—. ¡Fleur Delacour!
La chica veela se puso de pie elegantemente, sacudió la cabeza para retirarse hacia atrás la amplia cortina de pelo plateado, y caminó por entre las mesas de Hufflepuff y Ravenclaw.
Cuando Fleur Delacour desapareció también por la puerta, volvió a hacerse el silencio, pero esta vez era un silencio tan tenso y lleno de emoción, que casi se palpaba. El siguiente sería el campeón de Hogwarts.
El cáliz de fuego volvió a tornarse rojo; saltaron chispas, la lengua de fuego se alzó, y de su punto Dumbledore retiró un nuevo pedazo de pergamino.
—El campeón de Hogwarts—Anunció Dumbledore—. ¡Cedric Diggory!
Todos y cada uno de los alumnos de Hufflepuff se habían puesto de repente de pie, gritando y pataleando, mientras Cedric se abría camino entre ellos, con una amplia sonrisa, y marchaba hacia la sala que había tras la mesa de los profesores. Los aplausos dedicados a Cedric se prolongaron tanto que Dumbledore tuvo que esperar un buen rato para poder volver a dirigirse a la concurrencia.
—¡Estupendo!—Dibo Dumbledore en voz alta y muy contento cuando se apagaron los últimos aplausos—. Bueno, ya tenemos a nuestros tres campeones. Estoy seguro de que puedo confiar en que todos ustedes, incluyendo a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons, daran a sus respectivos campeones todo el apoyo que puedan. Al animarlos, todos ustedes contribuirán de forma muy significativa
a...
Pero Dumbledore no pudo terminar de hablar, cuando el cáliz había llamado su atención.
El fuego del cáliz había vuelto a ponerse de color rojo. Otra vez lanzaba chispas. Una larga lengua de fuego se elevó de repente en el aire y arrojó otro trozo de pergamino.
Dumbledore alargó la mano y lo tomó. Lo extendió y miró los nombres que había escrito en el. Hubo una larga pausa, durante la cual Dumbledore contempló el trozo de pergamino que tenía en la mano, mientras el resto de la sala lo observaba.
Finalmente, Dumbledore se aclaró la garganta y lo leyó en voz alta:
—Harry y Hanna Potter.
Y pronto los hermanos se miraron, mientras sentían las miradas de todos en ellos.
—Esto no le gustará a papá—Rigel murmuró preocupado, a su lado Arianna no respondió pues su mirada seguía puesta en Hanna
El que los hermanos Potter estuvieran involucrados en ello, solo significaba una cosa:
Problemas.
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¿Que les pareció?
Arianna es la consejera de amor entre Theo y Rigel, y se enamoró del paciente JAJAJAJA
Los mellizos quedaron como campeones...¿quien será el tesoro que tendrá que rescatar Haly en la segunda prueba?
Teorías...
Psdt: ya pueden encontrar la perspectiva de Haly y Rigel en las otras historias. Lune_black y msh_black
PUBLICADO━━━Julio 26, 2024
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