No había frío, no explicaba los temblores. No era de noche, no explicaba los nervios. Simplemente era Park Jimin y su gran capacidad para quitarme la fuerza de voluntad, la valentía. Cobarde, eso es lo que era en estos momentos. Si Jungkook estuviera aquí se estaría burlando de mí.

Resoplé al recordar que mi pelinegro amigo no había aparecido durante todo el día y él aún sin saberlo, me había metido en problemas. Problemas junto a Jimin, enormes problemas.

Algo hizo click en mi cerebro. La duda, la intriga, la confusión, todo mezclado hizo una revolución en mi cabeza y sin medir las consecuencias mi boca se abrió, mi gran bocota se abrió.

ㅡ¿Porqué mentiste? ㅡmi corazón dejo de latir con tal normalidad que siempre tenía, cuando me di cuenta de que estaba empezando la conversación quise desaparecer de la faz de la tierra, mi yo de hace unas semanas me hubiera maldecido por ser de este estúpido modo.

¿Lo estaba superando?

No quería superarlo, no quería olvidarlo.

ㅡYo... ㅡdeduje que mis palabras le causaron sorpresa, no lo culpaba, yo misma me había sorprendido de la magnitud en la que podía agarrar confianza con alguien tan sencillo como él.

Demonios, tenía que controlarme.

ㅡLo siento, no esperaba que preguntáras... ㅡsu cabeza se agachó dándome a entender que no estaba acostumbrado a socializar conmigo, no estaba acostumbrado a mí. Y vuelvo a repetir, no lo culpaba, de hecho nadie tenía la culpa. O tal vez yo sí, después de todo permití esto, permití que entrara a mi cabeza hasta tal punto en que el único pensamiento que la cruzaba fuera él, fuera él sonriendo.

ㅡOlvídalo ㅡme obligue a mi misma a hacer como que nada paso, a hacer como que hace un momento no le hable, a hacer como que no me importaba cuando la verdad, me importaba muchísimo.

Sin decir nada más avancé unos cuántos pasos llevándole la delantera, si tan solo no me hubiera emborrachado aquella vez en estos momentos tendría una excusa para dejarlo irse solo, pero lastimosamente si lo había hecho, si estaba castigaba, si estaba muriendo por dentro.

ㅡLo hice porque... ㅡsu voz parecía un tanto dudozaㅡ JungKook y tú siempre van a detención juntos...supuse que estarías sola en esa sala y quise estar junto a ti. ¡Digo!...¡Acompañarte! ㅡy entonces ver como se rascaba la nuca nervioso y sus adorables mejillas adquirían un tono rojizo me hizo parecer muy tierno en el momento, nadie me llevaría la contraria con eso, después de todo, tener a una persona mayor por 2 años a tu lado nervioso y todo gracias a tu grata presencia era muy tierno. Cliché. Pero lindo.

Tal vez, solo tal vez había una posibilidad en la cual...no, no había ninguna, él se iría igual que todos, o... No, él se iría.

ㅡEntiendo ㅡdije sin volver a voltear la mirada, solo caminaríamos hasta casa en silencio y haríamos como que nada paso, simplemente haríamos eso.

[🐥]

ㅡ¡Llegué...llegamos! ㅡgrité para que mi madre saliera a paso apresurado de la cocina y nos recibiera con una sonrisa.

ㅡHola chicos ㅡnos miró por unos segundos y luego alzó una ceja.ㅡ ¿Porqué están juntos? ㅡ.

ㅡLo que pasa es que... ㅡ

ㅡNos encontramos en la entrada ㅡdije tranquilamente dejando mis zapatos en la entrada y empezando a caminar con las pantuflas puestas hacia adentro de mi fría casa, hace tiempo que dejó de ser cálida.

ㅡBien... ㅡdijo un poco insegura de mis palabras, pero estaba segura que si lo decía Jimin, ella se lo creeríaㅡ ¡Oh cierto! Min, tienes una sorpresa en tu habitación... ㅡla mire con el seño fruncido.

¿Una sorpresa?

A paso lento me dirigí hacia arriba, no era un regalo, estaba segura. ¿Qué madre le daría un regalo a su hija cuando hace poco se porto mal?. Con dudas y curiosidad abrí la puerta de mi habitación siendo sorprendida por una enorme caja de regalo encima de mi cama.

ㅡ¿Qué demonios? ㅡal abrir la caja no encontré nada más que un papel doblado.

Desboble el pedazo de papel y casi me da algo.

"Mira para atrás"

Ni tiempo tuve para voltearme, al sentir una mano sobre mi hombro di un salto y un grito algo fuerte salio de entre mis labios, mi cadera choco contra la madera de la cama y como una pelota rebote hasta el piso sintiendo como parte de mi cadera y mi trasero dolían como...

Una risa algo escandalosa hizo que parara de hacer gestos de dolor y levantar mi mirada, ahí se encontraba Jeon Jungkook riendo como ballena y con mi preciada cámara en las manos grabando tal vez el momento más doloroso del mundo, y no me refería a mí, sino lo que en un futuro le podría pasar al pelinegro.

Me levante con dificultad y agarrándome de un lado de mis caderas di por inicio a mi enojo.

ㅡ¡Maldita rata! ㅡgrite con cierto toque de exageración, pero en verdad dolía como mierda.

ㅡDi-isculpa, discu-ulpa ㅡno paraba de reír el desgraciadoㅡ s-solo... ㅡdejó de reír cuando me quite una de mis pantuflas y se la tiré en la cabeza, y cuando me iba a quitar la otra para volver a tirarsela, el cobarde salió corriendo de mi habitación hacia el piso de abajo, estúpido -a paso apresurado, por así decirlo porque cojeaba y no podía evitar que mi rostro se contrajera al dar un paso- me aproximé hasta las escaleras y bajando una por una con cierto dolor creí que llegaría, creí porque al bajar dos escalones pensé que moriría del cansancio y dolor.

Jungkook aún con la cámara en manos me grabó desde el piso de abajo y seguía riendo como maldito desquiciado.

ㅡ¡Ya verás cuando te atrape! -ㅡajé más escalones y en el penúltimo di por terminada mi vida cuando sentí que mi pie resbalaba y me iba de cara al piso.

Unos fuertes brazos en mi cintura detuvieron mi caída y me intentaron bajar con cuidado, intentaron porque también resbaló haciendo que cayera encima de él, y con las grandes esperanzas de que ese alguien fuera Jungkook y no el tierno rubio, levanté mi vista aún sin abrir los ojos, y escuchar las pequeña risas que daba mi charlatan amigo me hizo saber que él no era aquel sujeto.

Abrí los ojos encontrándome con los oscuros ojos de Park Jimin, decir que sus ojos brillaban más que las estrellas en la noche sería totalmente una mentira, pero brillaban, brillaban más que los de cualquier persona y quisé creer que en estos momentos solo estaba teniendo un buen sueño, pero todo se volvió una pesadilla cuando.

ㅡ¿Estás cómoda? ㅡpreguntó con una leve sonrisa a la cual abrí mis ojos al máximo, había sido suficiente Park Jimin en el día, más que en todo el anterior año, y me maldije, me maldije por no querer separame de su cuerpo, el cual, era más cálido que mi fría casa.

Una familia unida, un hogar cálido.

Mi hogar ya no era cálido desde hace 5 años, o bueno, lo era a veces.

Esa fue la primera razón por la que...me gusta él.

Mi hogar no era cálido, pero de alguna manera, cada vez que él llegaba sentía cierto calor en mi pecho que me ayudaba a seguir adelante. Me ayudaba a seguir con mi vida.

ㅡLo siento... ㅡsiento el hecho de no querer separarme de ti.