Kazhter, Asderel, Dramyr, Cristal, Avril..., podría continuar la lista, pero ese no es el punto. No sé a quién dirigirme, pero es sin duda al alma que habitó en los cuerpos de los dos primeros nombres, he puesto los demás en un intento de broma... Ignóralos.

Deja que te cuente un poco de mi: antes de ir al Mundo Medio yo viví con mis padres en el mundo humano, no es como si no lo supieras solo lo has olvidado; durante el verano todo es cálido y hermoso, todo es vida, fue en esa estación cuando quise tener algo mío, algo que yo pudiese mantener, cuidar y que dependiera exclusivamente de mí, elegí un rosal, compré las semillas y al llegar a casa las sembré, tardaron en brotar y cada que yo me cuestionaba si aún había posibilidad me obligaba a pensar que sí la había, con el tiempo nació y creció, sus rosas eran blancas, beldades hechas flor. No pensé en lo que pasaría después del verano, hasta que llegó el invierno. Hacía mucho frío y las plantas morían, un día al despertar vi escarcha en mi ventana, salté corriendo de la habitación y fui al jardín, fue tarde, los tallos estaban oscuros, y aunque intenté salvarla no pude, pero me mantuve fiel y durante mucho tiempo esperé verla retoñar de nuevo. De la misma forma te he visto crecer, te vi en tus primeros años, te vi en tu graduación, viví contigo todo lo que pude, empero, así como te llegará y le llegó a mi rosa, ha llegado la hora de mi muerte, deseo hacerlo primero y no compartirla contigo, porque no quiero ver marchitar tu piel, encanecer tu cabello y deteriorar tu cuerpo... No quiero ver tu destrucción, porque me conozco y sé que no podría morir después, me quedaría en este mundo y esperaría por tu retoñar, sin embargo, no es lo correcto, porque aun si en la siguiente vida me eliges a mí, yo no podría entrar al Mundo Medio, y el Mundo Mágico nos repudiaría, yo no deseo eso para ti, por eso es mejor hacer esto primero.

Afortunado es el hombre con el que compartes tu almohada, al que le sonríes en cada mirada y el que tiene el placer de rozar tus labios con los suyos. Te deseo lo mejor, de verdad que sí, mi último obsequio para ti es mi desaparición, ya no tendrás quien te observe dormir, quien te acompañe al súper, ni nada. Te veo feliz y eso significa la mía, soy feliz porque tú estás bien, sin importar que no sea a mi lado. Cuídate y haz tu vida, disfrútala mientras puedas.

Es mi turno de descansar, de ir al sitio hermoso, pero muerto. Allá en donde tú estuviste. Tenía un obsequio para ti, pero nunca te lo podré entregar, se lo he dejado a Imhar, ella lo cuidará o se encargará de que así sea, en otra vida te prometo regalarte todos tus deseos.

Si volvemos a nacer en la misma época, si nuestras almas emergen al mismo tiempo, por favor, ámame de nuevo, acaríciame y susurra en mi oído, que mi corazón en cualquier cuerpo que esté latirá por ti.

Con eterno amor Zhyt