Trigésimo tercer recuerdo
1 de julio de 2016
Asderel:
Hoy te he seguido. Hoy te he acompañado hasta aquel balneario. Sonreías y disfrutabas del agua sin mesura, lanzabas pequeños grititos cada que tu pareja salpicaba agua a tu rostro. Tú lucías realmente bien, y eso me gustó, aunque me fue imposible no recordar cuando ambos nadamos en el Río de la Discordia.
Era un día hermoso, el sol brillaba sin reparo y el ambiente era húmedo. Fue tu idea, aún lo tengo presente. Yo no sabía nadar. No sabía muchas cosas antes de ti. Me arrastraste hasta el Río bajo el pretexto que necesitabas ciertas algas que crecían solo en ese lugar, y a pesar de que algo me decía que no te creyera, lo hice... No me arrepiento.
Me lanzaste sin aviso a aguas profundas; el agua era agradable en un principio, e intenté flotar y salir, pero mis torpes brazos no pudieron luchar contra aquel enemigo, mis piernas se paralizaron y entonces respiré agua. No mentiré, la sensación no fue la mejor que haya experimentado, sin embargo, el sentimiento de seguridad que me brindaste al rescatarme fue, sin duda, uno de los mejores que hasta ese entonces había vivido. No te aflijas, todavía es de los mejores. Luego me pediste disculpas con lágrimas en los ojos, tu nariz se coloreó y tus ojos se tornaron rojos.
Al final todo terminó mejor de lo que hubiese deseado, aprendí a flotar y tú me enseñaste lo hipnotizante que podía resultar observar el nado de quien amas. A partir de aquel día visitábamos el mismo lugar con mayor constancia.
Te quiere un melancólico Zhyt
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro