Trigésimo cuarto recuerdo
13 de septiembre de 2016
Kazhter hoy te escribo a ti, y no a tu forma reencarnada. Hoy mientras descansaba pensaba en la primera vez que fuimos uno, en la primera vez que dimos rienda suelta a nuestros deseos, a nuestra piel ansiosa por más contacto.
Fue después jugar en los límites de nuestro mundo, allí donde la fantasía roza lo nuestro, lo mestizo, lo impuro. Comenzamos con besos cariñosos, tiernos y poco a poco pasaron a ser más juguetones, más atrevidos... En nuestros labios habitaba la necesidad de adorar al otro con más besos, con mayor vehemencia. Primero te despojé de tu camisa, tu torso quedó desnudo y mis manos lo acariciaron con ímpetu, luego hiciste que el juego se volviera parejo, quedé en las mismas condiciones. Lentamente nuestras caricias se volvieron más fuertes, más erráticas y más pasionales.
Nuestras manos estuvieron entrelazadas todo el tiempo que nos fue posible, pues entre el placer y el dolor era difícil para mí mantenerme en una sola posición, pero tú te encargaste de que cada segundo vivido fuese sublime, entre ambos nos hicimos disfrutar tal que nuestros sentidos se perdieron en el universo, nuestros cuerpos se conectaron y nuestras almas se tocaron con suavidad.
Hoy dormiré con una sonrisa...
Zhyt
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro