—¿Me estás diciendo que quieres irte? —dijo el sexy playboy extravagante algo molesto.

—Así es —respondí, mientras le servía un poco de sake.

—No lo permitiré —gruñó. 

—No pertenezco aquí, mi vida está en otra época —repliqué y dejé la botella de sake a un lado de él. 

—Ahora tú perteneces aquí. Japón es tu nuevo hogar —insistió, tomando mi mano.

—Uzui-san… Mi familia me espera allá —la tristeza invadió mis sentidos y unas lágrimas traicioneras resbalaron por mis mejillas, al ver mi taciturna expresión, el sexy playboy se tomó unos segundos para tomar la palabra.

—Yo soy tu familia ahora, t/n —ahora su voz también había comenzado a quebrarse —¿Acaso me vas a dejar solo?

Abracé al entristecido albino y sin pensarlo deposité un beso sobre su frente, su mirada color granate me dijo que esa muestra de afecto le había sorprendido, pues en poco tiempo de conocerlo, nunca me había atrevido a eso. 

—Lo lamento —fue lo único que dije y de allí en más no volví a tocar el tema ese día.

No había hora del día en que no me sintiera triste por estar lejos de casa. Siempre me preguntaba ¿qué estarían haciendo mis padres? ¿me estarían buscando? ¿cómo estaría la abuela al saber que de la nada desaparecí junto con las espadas de mi bisabuelo? o ¿cómo estaría mi perro? pues él era muy apegado a mí, seguramente estaría muy triste. 

Uzui-san había notado mi semblante melancólico y sólo me rodeó con sus fuertes brazos para que yo sintiera su calidez. 

—Si hay algo que pueda hacer por ti, sólo tienes que pedirlo —me susurró.

—Quiero caminar un poco —dije usando el mismo volumen en mi voz.

—Conozco el lugar perfecto para ir a dar un paseo —sonrió y tomó mi mano para ayudarme a ponerme de pie.

… 

—¿El mercado? —dije algo decepcionada.

—Pues claro, necesito hacer algunas compras extravagantes ya que cierta persona odiosa olvidó comprarme condimentos para la comida —murmuró molesto. 

—Pobre Tomioka-san, seguramente se esfuerza por ser amigable.

—Tonterías, ese chico se esfuerza por ser detestable. 

—Uzui-san, ¿cómo puedes hablar así de alguien como él? —me quejé. 

—Lo conozco por mucho más tiempo que tú, así que tengo mis razones para expresar lo que pienso de él —respondió, probablemente enfadado. 

—Estoy segura de que Tomioka-san piensa todo lo contrario de ti —le dije y él me miró mal. ¿Cómo podía estar tan ciego para no ver la verdadera naturaleza amable de Tomioka-san? No lograba comprenderlo. 

—Oye, ¿a dónde crees que vas? —me preguntó desconcertado en cuanto notó que seguí de largo dejándolo atrás —¡T/n regresa aquí ahora mismo! —su voz sonaba algo molesta y las personas que se encontraban allí nos miraron sin disimulo, probablemente pensaban que teníamos problemas de pareja.

Lo ignoré por completo y me alejé lo más que pude sin mirar atrás. 

—¿Cómo se atreve a hacerme esto? —dije indignada —Un mercado no es la mejor opción para hacer que alguien se sienta animado. Había muchísima gente por todas partes y todos nos miraban raro, hubiera preferido quedarme en casa. Creo que fue mala idea decirle que quería dar un paseo —decía para mí misma, mientras me alejaba del bullicio de la gente.

No me percaté de lo mucho que me había alejado del mercado y de la hora que era.

—Mi berrinche se me escapó de las manos —dije avergonzada, tratando de volver con Uzui-san, después de todo no tenía a dónde más ir.

—Me alegra tanto verte otra vez —dijo una voz femenina que ya había escuchado antes.

—¡Daki! —di un salto aterrada y ella rio enseguida apareciendo frente a mí.

—Vaya, eres una chica linda. Veo que Uzui tiene buen ojo —la mujer demonio me miró de arriba a abajo como si al verme estuviera pensando en algo.

—Uzui-san y yo no somos nada, puedes estar tranquila. No necesitas matarme si crees que soy un obstáculo —le dije.

—¿Acaso crees que él me gusta? —se mofó y me tomó del cabello con fuerza —Qué equivocada estás, t/n.

—¡Entonces sólo déjame en paz! 

Intenté forcejear contra ella, pero cada vez que lo hacía, ejercía más fuerza y se tornaba más violenta. 

—Lo siento, niña. No tendré compasión contigo. Uzui acabó con mi hermano mayor y yo debo acabar con sus seres queridos. Es un precio que tú debes pagar por su culpa —tras escuchar esas palabras, no pude evitar sentir pánico, pero nada podía hacer, pues me había alejado tanto y Uzui-san probablemente habría desistido de ir tras de mí.

—¡Por favor, alguien ayúdeme! —grité lo más fuerte que pude, pero Daki me golpeó tan fuerte y no supe nada más.

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Al fin inició el arco del distrito rojo en el anime y aquí en este fic pasará lo mismo, sólo que a mi manera...

Agradezco de todo corazón a AnaliVazquezFlores por darme jugosas ideas para escribir los próximos capítulos de este fic. Espero que sean de su agrado y logren llegar en lo profundo de sus corazones.

An Airad