Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 1

La guerra pronto empezará y es hora de ganar aliados, y la mejor manera para hacerlo es el matrimonio.

La unión entre casa.

Estaba dispuesto a caerse con quien no conocía, si eso lograba ganar aliados.

Pero nunca espero que en el camino a un país que nunca había visitado, lo conocería a él.

Un lindo doncel; cabellos verdosos, mejillas llenas de pecas, unos ojos encantadores y sin mencionar de esa bella sonrisa.

La primera vez que lo vio quedó hipnotizado por esa belleza. No iba a negar eso.

-Eres lindo

El que ahora es el rey en el norte decidió llevar con él a ese chico lindo de mejillas pecosas. Al saber que se encontraba vagando por donde fuera.

Con el paso de los días, ambos se quedaban horas hablando de lo que sea. De donde venían, las cosas que les gustaban, lo que querían realmente.

Osamu descubrió que Tadashi viene de las lejanías del Sur, que tenía un padre, una madre y dos hermanos mayores. También descubrió que su quirk es sanadora, puede sanar las heridas internas y externas de alguien.

Pero aún no sabe cómo lo hace funcionar.

Quién es ahora su mano derecha no están del todo de acuerdo con las decisiones que estaba tomando su rey.

No le gustaba esa cercanía que ambos tenían, no le gustaba ese trato especial que le tiene a tadashi, no le gustaba que lo tratar como una reina. No le gustaba que se esté enamorando de él.

-No pueden estar juntos -Le menciono su mano derecha.

-Eso quien lo dice

-Ya le hiciste tu promesa a lord Shimizu Que te casaría con su hija menor. -La mano derecha del rey mostraba preocupación por su rey -Y sabes cómo es con las promesas...

Osamu lo sabía, sabía que lo había prometido. Es el propósito de ese viaje, pero osamu no sabía que en su viaje conocería a ese hermoso doncel y que se enamoraría de él.

Si hubiera sabido de su destino, nunca le hubiera echo esa promesa a ese lord. Pero de no haberlo echo no estaría viajando a sus tierras y nunca hubiera conocido a su hermoso tadashi.

-Pronto llegaremos a sus tierras, Rey.

Osamu se quedó solo en esa casa de acampar, pensando en tomar una decisión, él rey del norte necesita tomar una decisión.

Pero cuanto más le daba vueltas a su cabeza no llegaba a una decisión.

Un guardia entró a su casa de acampar dando una reverencia al quedar frete a frente -Majestad, tadashi - kun quiere entrar a verlo.

Con solo escuchar su nombre le hace el día -Déjalo pasar por favor -Pauso -Y dile a lady kiyoko Que venga más tarde. Necesito de un favor.

-Cómo ordene su magestad

Cuando el guardia salió y entró ese chico de pecas, la sonrisa, lo ánimos y la alegría de osamu incremento.
No podía evitarlo, no tenía el control de su propio cuerpo.

Al ver a tadashi las pupilas de sus ojos se agrandan, los iris grises de osamu brillaban más, su corazón palpitaba mucho más rápido que cuando está entrenando, su sonrisa aparece repentinamente.

Se había enamorado de Tadashi.

-Su majestad -Tadashi hizo una reverencia.

Osamu tomó su mano izquierda y viendo esos hermosos ojos le deposito un tierno beso en su mano.

-Sabes que no es necesario que hagas eso -Osamu se refería a la reverencia y al majestad.

-Lo siento

-Eres muy hermoso -Tadashi se sonrojo por ese cumplido repentino del rey. -Esta noche cena conmigo.

-El rey del Norte me está invitando a cenar.

-Solo si tadashi acepta

Tadashi soltó una pequeña risa que hizo hipnotizar a osamu -Me encantaría, mi rey.

El rey no era el único que se estaba enamorando, porque ese pequeño doncel también lo estaba haciendo.

Hace tiempo se prometió a él mismo no hacerlo o saldría lastimado, pero él no puede tener control a lo que siente, él sabe que osamu está comprometido con alguien más, no con cualquier persona, sino que con una princesa.

Pero cada vez que pasa tiempo con él, no puede evitar estar más que encantado con su alma tan hermosa, su amabilidad, su cierta inocencia, su simpatía, su valentía y esa cara hermosa que tiene.

Se enamoro todo de osamu Miya.

Estaba consciente que estos hermosos recuerdos que ambos están creando pronto serían eso; un par de extraños compartiendo recuerdos similares.

Y talvez se esté contradiciendo a lo que pensaba en el pasado, aun así, va a aprovechar sus últimos momentos que tiene a lado de osamu, no del rey del norte, de Osamu Miya.

No sabían cuánto tiempo había pasado, talvez meses desde que se conocieron.

Y esos meses habían sido los mejores para ambos, porque ambos les habían arrebatado algo que amaban y con esa persona se llevaron su calma, su felicidad y amor, y con la presencia del otro lograron cerrar esas heridas del pasado.

-Tadashi -Osamu ya había tomado una decisión.

-¿Sucede algo? -La voz de Tadashi demostraba preocupación, estaba preocupado por el hombre que ama.

-Yo... -Osamu plantó sus propios labios en los labios de Tadashi. El de pecas se mostró sorprendido por el repentino acto, pero no se alejo, el correspondió.

El primer beso de ambos.

-Cásate conmigo

Tadashi no se podía creer que osamu le estaba pidiendo que se case con él. A la mente de Tadashi le vinieron mil cosas de lo que osamu tendría que decirle, pero nunca eso.

Y en ese momento no estaba pensando con claridad, pero no se arrepiente de su decisión, si pudiera regresar el tiempo entonces volvería a tomar la misma decisión.

-Aceptó, si quiero -Con pequeñas lágrimas resbalando por sus mejillas pecosas.

Tadashi estaba seguro de algo.

El sol brillante, el aire fresco y acogedor, los pájaros revoloteando y su canto.

En el profundo del bosque se encontraba un arco de ramas con preciosas flores. Y debajo de ese arco se encontraba tadashi y Osamu.

El sacerdote dice: - En presencia de los Siete, yo enlazo estas dos almas, uniéndolas para la eternidad. Mírense el uno al otro y digan las palabras.

-Padre herrero guerrero

-Madre dama anciana extraño

-Yo soy de el

-Y el es mío

-Desde este día hasta el último de mis días

Juntaron sus frentes para después besarse en los labios, un beso tierno lleno de ese amor que tanto se tienen.

Al sentir el tacto del otro pudieron sentir algo, algo en su interior. Algo difícil de explicar para aquellos oyentes. Ellos juraron que fue su alma.

-Te Amo

La felicidad había llegado a ellos y la sostendrán para nunca soltarlo, de eso esta seguro.

Después de un corto tiempo disfrutando y celebrando su unión eternamente quisieron celebrarlo de otra manera.

Y así yendo a su casa de acampar osamu le ordenó a dos guardias no ser molestado por nadie, hasta que el diera otra orden.

En esa tienda tadashi se entregó a osamu, se entregó en cuerpo y alma al hombre que más ama. Volviéndose uno solo.

Disfrutando tanto del otro, sintiéndose plenos y satisfechos. Llenos de besos y caricias, palabras hermosas, sus corazones latiendo por ellos.

Aun con la felicidad en ellos, este es un mundo cruel, deberían ya saberlo. Les han arrebatado muchas cosas que aman.

A tadashi su familia y a osamu su hermano.

Tiempo después de su unión tadashi quería ir de nuevo al lugar donde fueron unidos. Y Osamu se lo cumplió.

Fueron ahí sin saber que....

-Sigue igual de hermoso -Mencionó tadashi

-No tanto como tu mi amor

-Cariño....

Osamu decidió enviar a un cuervo a lord.... Cancelando ese compromiso, no serviría de nada ir a ese reino a casarse con alguien más. Estaba dispuesto a soportar los reclamos y castigo por romper una promesa.

Pero nunca creyó soportar ese castigo que los dioses le dieron.

-No te preocupes -Hablo tadashi -Estaremos bien -Le acarició su mejilla con un poco de barba.

Osamu acarició su mano y sonrió, pero algo confundido preguntó - ¿Estaremos?

Llevó una mano de osamu a su vientre -Si, estaremos.

El rey abrazo a su esposa y futura madre de su pequeño cachorro zorro.

-Un zorro o zorritos -Remarcó que podrían ser gemelos o gemelas.

-Y será el más feroz de todos.

-Lo será, tu eres su padre después de todo.

Nadie podía frenar esa felicidad que ahora está sintiendo.

Estaba equivocado.

Paso demasiado rápido o muy lento. Tadashi vio cómo una, dos tres flechas fueron penetradas en hombro pecho y estómago de osamu.

Y Osamu pudo ver el como alguien le apuñaló una navaja al vientre de su esposa y giro la navaja para desgarrar más a tadashi.
El pequeño tadashi cayó al suelo.

Osamu como pudo se retiro las flechas que estaban en su cuerpo y con su quirk hizo un montón de picos de hielo los hizo volar hacia el hombre que apuñaló a tadashi. Atravesando lo.

Con todas sus fuerzas que le quedaban a osamu se arrastró hacia donde sabía que estaba su queridos tadashi. Osamu sangraba dónde antes estaban las flechas.

-Tadashi... -La voz de osamu empezó a temblar -Tranquilo cariño estarás bien, estarán bien -Puso su palma donde se encontraba la herida -Tu y los pequeños zorros estarán bien.

-... Sa..mu

-Shh no hables

-Es... Tas sangrando

-No es nada

Osamu también estaba muriendo y tadashi lo sabía.

El de pecas embarro un poco de su propios sangre en sus dedos y las embuto en los labios de su amado, con su palma derecha tocó el pecho de su rey.

-Quita enfermedad, trae lo que perdí volviendo lo a lo que fue. -Cuándo empezó a hablar su palma emitió una luz brillante color verde. -Osamu... Te amo y prometo buscarte en mi próxima vida.

- ¿Qué? -Su vista se empezó a nublar y la imagen de su amado tadashi se veía borrosa y después fue todo negro.

Se había desmayado.

Cuando despertó, estaba por oscurecer, aún faltaban unos minutos para caer por la noche, pero cuando despertó se encontró a lo que él creía una pesadilla.

Su tadashi está muerto.

Lo sostuvo en sus manos y soltó un fuerte grito desgarrador que le haría daño a su garganta.

-Dioses por favor no -Se lamenta -Me quitaste a mi hermano, por favor no me lo quites a él también. Dios por favor te lo imploro, te lo ruego no me lo quites.

Pero las súplicas de osamu no fueron escuchadas, el cuerpo de su amor yacía entre sus brazos sin vida.

- ¡Samu! -le grito su hermano.

-Idiota no me grites en mi oído

-Pues no me estas escuchando

-Si lo estoy haciendo

-A sí, ¿Qué fue lo que te dije?

-Algo de una cafetería...

Le dio un pequeño golpe en su nuca -No, te estaba contando de un chico lindo que acabo de conocer

- ¿A sí?

-Si, hermano que te preocupa. Tienes esa cara cuando algo anda mal.

-No eres el único que tiene la vista en algo

- ¿Una linda chica?

-Un chico

- ¿Y quién es?

-No te lo diré

- ¿por qué no?

Porque ni siquiera se su nombre ni nada de él.

-Porque no. Mueve el culo tenemos que trabajar.

-No me gusta estar de encubierto. Prefiero disparar o golpear algo.

-Es el turno de suna y Ginjima de patear traseros órdenes de kita - San

-Ellos se quedaron en Japón. Quisiera haberme quedado en Japón -Murmuró atsumu.

-Primero terminemos esto ya después te quejas.

Viajaron a Australia para cobrar un trabajo. Ellos no matan por dinero, pero quien le pidió este favor es un amigo muy cercano de kita - San y por lo que a escuchado esa persona le a echo favores en el pasado a su capitán de escuadrón.

Los hermanos pertenecen a la mafia japonesa desde hace algunos años. A los diecinueve años perdieron todo, sólo teniéndose a ellos, hasta que en una pelea callejera que les pagaban dinero por cada pelea que ganarán.

Esa noche atsumu había ganado tres peleas y Osamu cinco. Tenían el dinero suficiente para dormir en algún lugar y comer algo. Pero los gemelos no se habían dado cuenta que alguien había notado su buena forma de pelear.

Kita no quería desaprovechar ese talento y un par de días después los localizó. Negocio con los hermanos, prometiendo les un techo, comida y estudios si trabajaba para el.

Lo pensaron y al fin ellos aceptaron. No tenían nada que perder.

Así que llevan trabajando para kita por cinco años.

-Y creí que yo era el monstro por matar personas -Menciono atsumu. Limpiando sus manos llenas de sangre con un trapo -Pero este tipo ni siquiera es humano. En fin, samu tengo hambre vamos a comer algo.

-Deja primero informó esto a kita - San. -Tecleo un teléfono y espero a que le contestaran la llamada -Esta echo -Dijo osamu.

-Ya podremos volver a Japón -Quiso saber atsumu

-Si hombre, eres un verdadero fastidio.

-Genial, te cuento sobre mi chico

-Tu chico

-Si, pero el aun no sabe que nos casaremos

-Me compadezco de ese chico. Yo apenas te soporte veinticinco años, no se como el lo hará toda la vida.

-Oye... Como sea escucha hermano. El apenas va a terminar su carrera como doctor y...

Cuando su hermano le conto sobre ese chico, no se lo creyó del todo. No creía que en este mundo existiera un chico tan angelical como atsumu lo describió detalladamente.

Aun así, se sentía feliz que su hermano tenga pensado estar con alguien así, su hermano debe ser muy afortunado tener a alguien que lo soporte.

-Hoy también lo vas a ver desde aquí

-Vete de aquí suna

-Lo haré después de molestarte un poco

El ojigris lo ignoro y mejor se concentró en mirar al vendedor de Flores. Sus cabellos verdosos se encontraban amarrado en una media cola, pudo notar también que en sus mejillas están llenas de pecas; pecas que parecen las mismas estrellas.

Una sonrisa muy brillante y unas manos delicadas para el cuidado de esas flores.

-Tu chico es lindo -Aclaró suna

Cuando tenía su descanso o no estaba de misión se la pasaba en este mismo lugar viéndolo conversar con los clientes animadamente.

Pero había un cliente en específico que venía todos los días a cómprale flores. Un tipo alto de traje, piel morena, ojos negros rasgados y cabello azabache.

-Si no te das prisa el tipo te ganara

Osamu no tenía idea del como o porque ahora se encontraba ahí. Su cuerpo se movió por sí solo, desde un mes que siempre va a esa florería para comprar flores, aunque nunca se las daba a alguien en espacio. Fue una vez que se las dio a su hermano para que se las diera a su nuevo novio.

Si, ya había conocido a ese chico y este ahora es la nueva pareja de su hermano. Ese chico es lo que su hermano una vez le describió.

-Miya - San lo de siempre.

-No

-Otras flores en especial

-No... Yo Quero invitarlo a tomar un café.

- ¿Un café? ¿Conmigo?

-Si, bueno si tú quieres.

-Si, me encantara tómame un café con usted. Cierro a las siete.

-Seis cincuenta estaré aquí.

Por fin lo había invitado a salir y desde ese día que lo había invitado por un café, Osamu lo invitaba a una cita cuando salía de trabajar.

Con el paso del tiempo fue conociendo sobre la vida de Tadashi, si ahora sabía su nombre. Tadashi tiene un mejor amigo que estudia en kioto, un padre que vive en miyagi, estudia para pediatría en la universidad de Tokio, tiene veinte años y le gustan mucho los tulipanes.

En cada cita osamu venía con un tulipán en su mano y esa hermosa flor tadashi la apreciaba, dejándola en un florero.

-Me gustas -Le había dicho tadashi a osamu.

Se encontraban caminando por las calles de Tokio y se habían topado con una especie de jardín de planetas. Todos los planetas se podían ver, iluminados con luces preciosas.

Osamu quería decirle que también le gustaba, es lo que más deseaba, aunque no podía hacerlo. Podría en riesgo la vida de Tadashi.

Ser alguien con un pasado y presente de un asesino. Tenía que alejarse de Tadashi si quería protegerlo; con el tiempo trabajando para kita osamu sabía que se iba ganando enemigos por donde sea y si llegaban a dar con tadashi nunca se lo perdonaría.

Pero fue demasiado tarde.

-Yo... -Quiso decir osamu que lo quería.

- ¿Tu? -Preguntó tadashi con su sonrisa. Creyendo qué sus sentimientos eran correspondidos

-Tenemos que dejarnos de ver -Y la sonrisa de Tadashi se fue borrando.

- ¿Por qué?

Si quería alejarlo para protejerlo su mentira debía ser muy creíble.

-Conocí a alguien -Dijo con seguridad en su voz -Y quería decirte que -Tienes que alejarlo, si de verdad lo quieres déjalo ir -Me divertí mucho saliendo contigo, pero no te veo de esa forma.

Osamu no lo sabía, pero con cada palabra que salía de su boca, el corazón y alma de Tadashi se iba quebrando hasta romperse. Los ojos verdes olivo del menor se iban humedeciendo.

No iba a llorar frente a él, no le va a dar esa satisfacción que lo lastimo.

Con cara en alto y viendo directo a esos ojos grises que tanto le fascinaban ver, el ceño fruncido de Tadashi fue evidente. Su palma había golpeado la mejilla del mayor.

La cara de osamu fue volteada y así se quedó, no tenía el valor para verlo a la cara y los oídos de osamu sólo escucharon unos pasos alejarse.

Esa fue la última vez que lo vio.

-No piensas disculparte

-No -La voz de osamu se escuchaba quebrada -Es lo mejor

-A pasado un mes desde lo que paso y ni siquiera se a presentado a su trabajo desde una semana.

-Talvez se mudó de ciudad. -Quería creerse eso.

Pero la verdad era otra.

En esta vida

<<Y en otras noticias; se acaba de localizar un cuerpo en estado de descomposición. La víctima es conocida como Yamaguchi Tadashi >>

Osamu sintió como su corazón empezaba a latir muy rápido, su respiración se corto, empezó a sudar frío.

En la televisión se veía el rostro pálido de Tadashi, el cuerpo sin vida de la persona que quería.

Le dolía, a osamu le dolía el hecho que no pudo hacer nada para mantener a salvo a tadashi. Se lo habían arrebatado y ni siquiera se enteró de cuando lo hicieron.

En esa habitación que le pertenecía a él y su hermano, cayó de rodillas, rompiéndose. Su hermano trató de sostenerlo de abrazarlo para poder compartir su dolor. Los sollozos del gemelo menor no paraban, las lágrimas nublaban su vista, su garganta le dolía quería gritar.

No estaba seguro si la vida la escribimos nosotros o ya esta escrito por algo del más haya. Pero si nosotros fuéramos los escritores de nuestros propios destinos estaba muy seguro que se encargaría de escribirlo con sus propias manos.

Aun que siempre había algo que lo cambiaba.

Y eso me asustaba un poco.

- ¡Tadashi! -El grito repentino lo asustó.

- ¡Voy!

-Te eh dicho que no te distraigas

-Lo siento Shimada - San

-En que tanto piensas, siempre te veo distraído viendo al cielo.

-Shimada - San. ¿Usted cree que los sueños son alguna especie de mensaje?

-Bueno... Creo que son simples pensamientos que rondan en nuestra cabeza y se transforman en una especie de sueño cuando dormimos.

Tadashi siempre creyó que los sueños son una especie de señal o mensaje. El problema es descifrarlo.

-Aunque... -Hablo el mayor -También he creído que son señales de algo.

El chico de pecas observó el cómo su padre buscaba plantas para hacer medicinas. Es a lo que se dedicaba y aunque no ganaba mucho es lo suficiente para poder mantenerse.

Ya había aprendido en donde crecían las plantas y el cuidado que debes tener con ellas, también el como preparar alguna medicina.

Siempre viendo al suelo y nunca por que camino iba, es por eso que siempre se perdía, es por eso que estaba perdido.

Pará cuando se dio cuenta Shimada ya no estaba atrás, ni a los lados de él. Se encontraba solo.

O eso creía.

Siguió caminando y caminando más ya le dolían sus pies.

En la caminata sentía que alguien lo observaba y cada vez que trataba de ver quién o qué cosa lo veía no encontraba nada.

Esos ojos grises no paraban de observar a esa criatura con estrellas en las mejillas.

Pará cuando se dio cuenta la criatura ya no estaba, lo había perdido de vista -¿Por qué me espías?

El desconocido se golpeó su propia cara con una rama del árbol, haciéndolo quejarse del fuerte golpe.

-Mierda -Maldijo sobándose su cara.

-Lo siento mucho por asustarte

-No me asuste

- ¿No?

-No, solo me sorprendiste -Trato de excusarse.

-Por qué me vigilabas

-No lo hacía

-Si lo hacías

-Qué No

-Que si

-No

-Si

-...

-Si lo hacías

Tch, el más alto chasqueo la lengua dispuesta a irse y dejar a ese chico de ahí. Sin embargo, ese chico de las estrellas en las mejillas venía atrás de él tratando de no ser visto. Pero no era para nada discreto, hacia demasiado ruido al caminar.

¿Quién vigila a quién? -Decreta girándose.

-No te vigilo -Salió de su escondite.

Mostrando solo su cabeza, siendo su cara iluminada por la luz de la Luna llena. La luz blanca de la Luna fue suficiente para que pudieran embellecer esos ojos verde olivo y mejillas con estrellas.

-Te sigo

-Niño, es peligroso seguir a personas que acabas de conocer. No lo sabias.

-No son un niño

-Si lo eres, siguiendo me -Se acerca a tadashi -hasta el profundo del bosque en medio de la noche -Su rostro más cerca a la de él - ¿Que te hace creer que no te lastimare?

- ¿Vas a lastimarme? -Pregunta tembloroso

-No -se alejó de él. -Vete a casa niño

-Me perdí -Admitió tadashi.

Desde el día que tadashi lo siguió no ha vuelto a ver a su padre, no tiene idea por donde irse, pero estando aquí con él no es tan desagradable, de echo le gusta.

Cinco meses que ha estado ahí y ahora sabe que ese alguien tiene un nombre.

Osamu es su nombre.

Es lo único que sabe de él, se a mostrado algo cerrado con su sentir. Alguien que le es difícil expresar sus sentimientos.
En su pasado tuvo un amigo así, pero ahora no sabe nada acerca de él, se casó con una hermosa dama que junto a ella formó una familia tan bonita.

Debes encontrar a la persona especial con la cual si puedas abrir tus sentimientos sin ningún problema.

Tadashi sabía que el no es esa persona para osamu, el pequeño de mejillas estrelladas notaba en esa mirada gris la tristeza y soledad, cada vez que preguntaba el porqué de su tristeza el cambiaba de tema preguntando otra cosa.

O simplemente salía de ahí y no regresa después de tres días. Como ahora.

La puerta fue abierta a brutalmente haciéndolo sobresaltar. Iba entrando un osamu tambaleándose y cayendo al piso cuando Dio tres pasos adentro de la casa.

- ¡Osamu! -exclama con voz trémula.

En el pecho y abdomen de osamu se mostraban heridas de gravedad. Heridas que fueron hechas con una espada talvez.

Cómo pudo llevó a osamu a la cama que el usaba, la habitación que le quedaba más cerca.

Le limpio las heridas con un trapo limpio y agua tibia, al estar seguro de que esas heridas estuvieran limpias le puso vendas en todo su pecho y abdomen. Saliendo de casa para buscar yerbas y hacerlo sanar.

Cuando regreso y retiro las vendas se asustó. Sus heridas ya no estaban, solo quedan cicatrices.

Tadashi estaba asustado; dio un para de pasos hacia atrás chocando con un mueble y tirando las cosas, el ruido hizo que osamu despertar y viera a un tadashi temblando, con ojos asustados viéndolo.

-Tadashi.... -Los ojos de Tadashi viajaron a las heridas de osamu, lo que osamu también vio sus heridas. -Espera pudo explicarlo

-Puedes explicar eso- Señaló a su abdomen, donde las cicatrices ya no estaban.

-Si y talvez no me creas -Osamu se levantó de la cama, pero al hacerlo detrás de su espalda aparecieron unas enormes alas emplumadas, parecidas a las de un ángel. Como la de los libros de fantasía, pero las de osamu son de un color negro carbón.

Al ver eso tadashi cayó desmayado por la impresión, pero antes de tocar el suelo fue sostenido por los brazos de osamu. Lo deposito delicadamente en la cama.

En la que sigue

-Tadashi -le hablaba una voz lejana -Tadashi -abrió lentamente los ojos, topando se con unos iris grises.

- ¿Qué?

- ¿Estas bien?

-N..no, acabo...acabo de ver...

-Puedo explicar

-Puedes explicar el cómo te aparecieron un par de alas negras y que tus heridas ya no están. Porque déjame decirte que yo no estoy loco.

-No estás loco -Afirmó -Te lo diré todo, pero por favor confía en mi.

-Yo...

-Confía en mi

-Bien lo haré, te escucho.

-Pertenezco a la Raza de los demonios, de la realeza. Pero fui expulsado por ser cómplice del pecado que cometió mi hermano.

<<Así como ustedes los humanos tienen reglas nosotros los demonios también los tenemos. Mi hermano cometió el más grave de los pecados a los ojos de nuestros superiores.

Las razas enemigas no deben mezclarse ni mucho menos enamorarse.... Mi hermano se enamoro de un arcángel y cuando nuestros superiores se enteraron, mi hermano y ese arcángel fueron condenados a muerte >>

-Tsumu solo cometió el pecado de enamorase de shoyo, su arcángel.

-Es por eso que tus ojos siempre están tristes

-Si... Ellos me quitaron a mi hermano y a me expulsaron, enviándome al mundo de los humanos.

Así era el destino, quitándoles lo que más aman sin importar nada. No importa si eres parte de los buenos o los malos, siempre abra maldad donde quiera que vayas.

-Me encontraron y quisieron matarme, aprovechando que me encontraba débil.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

-Era peligroso y hablar de tsumu aún duele.

-Tu hermano debió amarlo tanto para no importa le la muerte

-Shoyo era todo para mí hermano.

Y así fue, su hermano amo tentó a ese arcángel pelirrojo que estaba dispuesto a morir a manos de enemigos. Solo para estar junto a él, Atsumu estaba seguro de que se encontraría a su amor en otra vida menos cruel.

Ahora que lo volvía a pensar, el creía que su destino ya estaba escrito, porque el nunca hubiera escrito esto.

Siendo una persona que nunca le había echo algún mal a alguien, le pasaba esto.

En esta vida

De sus ojos escurrían lágrimas de tristeza, sufrimiento y dolor. Su cuerpo extendido en la tierra húmeda del bosque, de su boca salía un hilo de sangre y su pecho le ardía.

Quería creer que ese dolor en su pecho se debía a la a puñalada que le acaban de dar, pero lo cierto es que le dolía por no tener otra oportunidad de ver a osamu una última vez antes de morir.

Aun que pudo ver una sombra a lo lejos, se acercaba a toda velocidad y estaba seguro de que era él.

- ¡No! -Grito osamu -Tadashi -Se tiro al suelo Quién te hizo esto

-Asaltantes -Dijo tadashi -Querían el anillo -Mostró el anillo que tenía sujeto en la palma de su mano.

-Tadashi...

-Este anillo me lo diste tú, este anillo ahora es mío.

-Ese anillo no es tan importante como tu vida

-Si lo es

-Buscaré ayuda -Osamu quería buscar ayuda humana para salvar a su chico de las estrellas.

-No -Lo detuvo -No quiero irme estando solo. -Las lágrimas de Tadashi no dejan de salir -Osamu....

-Aquí estoy cariño

-Prométeme algo

-Lo que quieras mis estrellas

-Búscame en nuestra próxima vida

-Te buscare en todas las vidas, porque mi amor tu eres mi corazón.

Si hubiera echo caso cuando esos malestares no eran normales entonces no estarían pasado por esto.

No vería con esa tristeza a su esposo, no estaría viviendo en ese hospital y le dedicaría todo su tiempo a sus hijos.

Sus preciosos gemelos.

Pero sabía que ese tratamiento no estaba funcionado, no le quedaba más tiempo.

El cáncer lo estaba matando.

-Te recuperarás y saldremos de aquí -Le dijo osamu. Es evidente que quería romperse, pero no quería hacerlo en frente de sus hijos.

Shoyo vio eso.

-Niños vamos por unos dulces a la expendedora -Menciono el pelinaranja -Cariño podrías acompañarnos -Le habló a su esposo.

-Si cariño -Tomo a Shoyo del brazo para que se sostuviera de él -Si se sientes mal o estás muy cansado por favor avísame.

-Cariño estoy embarazado no inválido y estoy bien

-Lo sé, pero estas a días de parir -Las voces de los adultos se escuchaban lejanas.

Ahora ellos se encontraban solos y Osamu por fin pudo romperse.

-Cariño que sucede -Preguntó tadashi.

-Estoy asustado de perderte

-No me perderás, estaré bien lo prometo. -Tadashi sostuvo a osamu en sus brazos.

Quería creer en esa promesa.

-Mataré el cáncer y saldré de aquí.

Desde hace varios meses así era la rutina de los miya. Osamu se ocupaba de cuidar a sus hijos, trabajar y visitar a su esposa.

Su hermano lo ayudaba con las facturas del hospital y cuidar de vez en cuando a sus hijos. No quería separarse de Tadashi.

Una pequeña risa salió de los labios del pecoso -Perdón cariño. Recordé el día que nos conocimos.

-Aun conservo esa camisa sucia de malteada.

-Y yo aun recuerdo tu cara de tonto

-Como no hacerla si tenía frete a mi al hombre más hermoso que mis ojos hayan visto.

-Exageras cariño

-Claro que no, si hablamos de exagerados entonces atsumu lo es

Tadashi soltó una carcajada.

-Desde que conoció a shoyo no paraba de hablar lo hermoso y resplandeciente que es.

-Son igual de tontos

Así se la pasaron por un buen rato, hablando de sus bellos recuerdos. Riéndose de su vida adolescente.

Tadashi no paraba de reír y Osamu no quería dejar de admirar al amor de su vida.

Cuando tadashi empezó a toser repentinamente y la máquina que estaba conectado a sus signos vitales sonaba. Algo andaba mal.

-Cariño -Trato de sostenerlo para ayudarlo, pero tadashi tosió sangre.

Aun no quería irse.

- ¡Doctor! -Grito fuera de la habitación.

Su doctor apareció y unas enfermeras atrás de él, las enfermeras trataron de sacar a osamu de la habitación, pero este se Resistía a hacerlo.

No quería alejarse de su tadashi.

Y en está también.

Los ojos cristalinos de osamu sólo podían mirar el como su vida se iba.

Dio pasos para atrás hasta que sintió como su espalda chocaba con la fría pared, se fue resbalando al suelo. Escondió su rostro en sus rodillas. Rompiéndose nuevamente, su pecho le dolía.

No obstante, mantuvo la calma, tranquilizó su respiración y sus ojos se clavaron en un solo punto. Pensando en el y su hijos, no quería estar solo. Sentía que no podía hacerlo solo, sus hijos sólo tenían diez años.

Tu podrás hacerlo cariño.

Eres fuerte y más.

Se veía como un sueño, pero lo sentía tan real. Enfrente de él se podía ver a su tadashi pero con una luz más brillante, una luz blanca que lo iluminaba.

No te adelantes mi amor, isamu y takeo te necesitan.

Nos volveremos a ver cuando sea el momento.

- ¡Niños dense prisa o llegaremos tarde! -Grito desde las escaleras.

Hoy era un día muy especial y llegarían tarde. Como a todos los lugares.

-Papá no encuentro mi brazalete

- ¿Ya lo buscaste en el baño?

-Si

- ¿Tu habitación?

-No esta

- ¿Mi habitación?

-Aquí esta -Hablo su hermano. Bajando las escaleras con un brazalete en sus manos -Estaba debajo de tu cama. Isamu eres un distraído.

-Tu igual lo eres

-No lo soy

-Si lo eres

-Muy bien -Los apartó de una futura pelea miya. -Hay que irnos o llegaremos tarde.

Los tres salieron de casa, subieron a su auto y se fueron a el lugar que visitaban cada año. No sólo ellos sino también sus amigos cercanos.

Ya había pasado cinco años desde la muerte de su amando tadashi y aun le duele.

-Megumi dice que todos ya están ahí

- ¿Megumi? -Preguntó su padre con voz pícara.

-A Takeo le gusta Megumi -Admitió isamu.

-Ay a ti te gusta aki y no lo estoy anunciando

- ¿Tsukishima y Oikawa? -Pregunto su padre.

-Padre que edad tenías cuando conociste a mamá -Quiso saber isamu.

-Bueno... Diecisiete años cuando vi por primera vez a tu madre y dieciocho cuando me enamoré de él

-Aun lo extrañas

-Cada segundo. -Sonaba nostálgico, amo a tadashi desde que era un adolescente hormonal y lo extrañaba mucho. -Así que Tsukishima y Oikawa.

Por el retrovisor pudo ver el como las mejillas pecosas de takeo y las mejillas de isamu se sonrojaban. Osamu soltó una risa por la reacción de sus hijos.

-Buena suerte si quieren ganarse a Kai y a Tooru -Los padres suelen ser muy celoso con sus hijos y más Tsukishima que su hija se parece demasiado a yachi -Aun que ya se ganaron a Hitoka y Koshi.

-Tsukishima me da miedo -Admitió takeo.

-Suerte, hermano

-Ay como si Oikawa Tooru fuera fácil de ganar.

-Solo hazle bullying al tío Tobio y ya te lo ganaste

-Al igual que Tsukishima -Dijo osamu recordando el cómo a Tsukishima y Oikawa les divertía hacerle bulying en su propia cara a Kageyama y este no captaba las burlas.

Después de esa rara conversación se quedaron en silencio hasta llegar a su destino.

El cementerio.

Cuando bajaron del auto pudieron visualizar el auto de los Bokuto, los Tanaka, los Oikawa, los Tsukishima, los Kageyama, los sawamura y el de su hermano.

Ya todos se encontraban ahí. En los brazos de los adolescentes se podían ver flores de distintos tipos. El pequeño de su hermano y Shoyo llevaba en sus manos tres girasoles, los hijos de los Oikawa llevaban tulipanes, los Tsukishima rosas blancas, los Kageyama llevaban camelias blancas, los bokuto retama amarilla y los Sawamura también llevaban rosas blancas.

Todos reunidos para el aniversario de Tadashi Miya.

20 de agosto.

-Pequeño tadashi -Habló osamu a su pequeño sobrino.

El día que tadashi murió Shoyo rompió Fuente, Shoyo dio a luz a un pequeño niño de ojos caramelo y cabello anaranjado. Nombrando lo tadashi, dandole honor a su amigo tadashi y cuñado.

Ahora el pequeño tiene cinco años.

Cuando terminaron la ceremonia dejaron que osamu se quedara un poco más en la tumba de quien fue su esposa.

Aun cuando osamu no quería demostrarlo es notorio que lo extraña mucho, el amor de su vida se había ido pero sus amores seguían con el. Le cumpliría la promesa a tadashi, lo alcanzaría donde quiera que esté.

El frío del invierno le calaba hasta los huesos, sentía tranquilidad dentro de él y no sólo en su corazón, dentro de esa casa también está tranquilo.

Ya han pasado varios años desde que sus hijos se fueron de casa, ellos ya había echo su propia familia. En las festividades y fines de semana venían a visitarlo.

Aun así hace varios días que a estado soñando con su amado tadashi. Esos sueños los sentía tan reales que juraba que al tenerlo en frente de él podía tocarlo, acariciarlo, abrazarlo y besarlo.

Siempre se iba a dormir con una sonrisa porque el sabía que vería a su tadashi.

Setenta años han pasado y el amor que le tiene a tadashi aún sigue como cuando tenían diesiocho años.

Estaba alistandose para ir a dormir, se aseguró que todo estuviera en orden. Y su ojos por fin se cerraron.

Unas luz blanca le iluminó la cara, no sabía el porqué pero tenía esa sensación que tenía que ir para ese lado. Cuando lo hizo un hermoso jardín de flores se encontró.

Sus lágrimas cayeron de esos ojos grises, no por el hermoso jardín sino por quien estaba en medio de ese jardín.

Cuándo la persona se giro a verlo y le sonrio supo que ya había llegado el momemto. Corrió y corrió hasta alcanzarlo.

Lo tuvo en frente, abrazándola y alzando lo para darle un par de vuelta en el aire.

-Mi amor, no sabes cuanto te extrañe -Le dijo osamu al dejarlo en el suelo.

-Vida me hiziste esperar demasiado

-Lo siento pero tenía que cuidar a los revoltosos de Isamu y kaito. Cariño tengo muchas cosas que contarte.

Sosteniendo sus manos le dio un tierno beso en los labios -Tenemos mucho tiempo osamu.

Si ahora tenían mucho tiempo.

Tadashi nunca estuvo en un mundo sin osamu.

Las vidas pasadas nunca me detienen, el amor perdido es más dulce cuando finalmente se encuentran.

Esta no es nuestra primera vez, las vidas pasadas no se interponen entre nosotros.

Las vidas pasadas no fueron suficiente para acabar con ese amor. Aún cuando en esa vida no permanecieron juntos en la siguente, en la siguiente y la siguente se encontraron. En todas se encontraron.

°°°

El amor perdido es más dulce cuando finalmente se encuentran.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro