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23-Un sueño sin fin

Finalmente habían pasado las vacaciones de carnaval en Nueva Orleans, por lo que era hora de volver a clases; Jorel Cohen, como se hacía llamar él, se estaba preparando para ir a dar clases, se puso una ropa profesional y bajó para buscar su desayuno; en la cocina estaba su bella esposa, Trish y su hijastro Marcus, era un chico de once años, iba en la secundaría, era bastante inteligente, poseía una gran imaginación, pero aún así tenía problemas para aceptar que su madre se había casado con alguien como Jorel, por lo que su relación no era la mejor, aún así Jorel siempre trataba de relacionarse con él. Al terminar su desayuno, Marcus se fue para tomar el autobús.

—Marcus, participar más en clase, fue un pedido de tu maestra —dijo Jorel en la cocina.

—¡No me des órdenes, fenómeno! —exclamo yéndose de la casa.

—¡Oye, Marcus Giovanni, no le hables así a Jorel! —gritó Trish, enfadada por el comportamiento grosero de su hijo.

—Déjalo, no importa —dijo Jorel, tranquilizando a su esposa—. Puedo entender lo duro que fue el divorcio para él, después vine yo, solo quiero hacerle entender que solo quiero lo mejor para ustedes dos.

—Eres muy dulce Jorel; tienes razón, creo que eventualmente te aceptará. Ya van a ser las siete, será mejor que te vayas de una vez a la escuela —dijo, despidiéndose con un beso.

En otra parte de la ciudad, Shawn se dirigía corriendo hacia su escuela para no llegar tarde, para su suerte, Samuel llega con su bicicleta.

—¡Hola amigo! ¿Te llevo? —preguntó estacionado al lado de él.

—Gracias Samuel, te debo una.

Los dos amigos llegaron a tiempo a la escuela, Samuel dejó estacionada y asegurada su bicicleta, al entrar, se encuentran con una escena sumamente bizarra; todos en la escuela estaban dormidos en el suelo, decidieron inspeccionar el pasillo y allí se encontraron con Sara, quien estaba muerta de la risa mientras le pintaba la cara con marcador permanente al director de la escuela.

—¡Chicos, me alegra que vinieran! —exclamó Sara, dejando de lado su pequeña broma—. Parece que tenemos una situación paranormal por aquí.

—¿Hace cuánto que estás aquí? —preguntó Shawn inspeccionando un poco la situación en la que se encuentran.

—Unos veinte minutos, llegué, todo estaba normal, pero de la nada, todos cayeron dormidos excepto yo, intenté despertarlos y nada funciona.

—Eso si que es extraño ¿por qué nosotros somos los únicos que no estamos dormidos? —preguntó Samuel, intrigado.

—Esa es una excelente pregunta —dijo Shawn sacando su celular—. Sé sobre alguien que puede darnos unas preguntas.

Shawn marcó el número telefónico de Lucifer, quien dicho sea de paso se encontraba en una pequeña reunión de negocios por lo que tuvo que pedir permiso para atender una llamada y salir de la habitación.

—Más vale que sea bueno Shawn, estoy ocupado —dijo Lucifer, algo molesto.

—Todos en nuestra escuela están dormidos y no se despiertan con nada ¿sabes de alguien que pueda hacer algo como eso?.

—Oh ho, chicos, ustedes realmente están en problemas —respondió Lucifer bastante preocupado—. Se trata de Belfegor, cuarto príncipe del infierno y pecado capital de la pereza.

—¿Cómo son sus poderes? —preguntó Shawn para informarle a los demás.

—Es como Raguel, su nivel de Miasma únicamente es superado por su servidor. Su Tesoro Maldito es el Colchón de la Fantasía, dispara una especie de miasma color rosado que deja a las personas en un sueño eterno, aunque la cantidad de gas necesaria depende de la fuerza de la persona o de su tipo de magia. Ah, y también puede volar en el.

—Una última pregunta... ¿por qué no estamos dormidos?

—Es por una pequeña protección que les hice mientras dormían —respondió con algo de picardía.

—¡Lucifer! —le regañaron los tres adolescentes.

—¡Oigan, era necesario! Lilith y yo tenemos mejor control del Miasma, pero otros seres no lo tienen, si novatos como ustedes se exponen al Miasma por mucho tiempo, entonces podrían enfermarse gravemente hasta morirse —explicó disimuladamente en los pasillos del edificio—. Además, les funcionó, ¿verdad?

—Sí, tienes razón, gracias... supongo —replicó Shawn, con una ligera mueca para luego colgar la llamada.

Cuando los tres adolescentes iban a salir por la puerta principal algo extraño sucede y es que la puerta parecía trabada, Shawn era incapaz de abrirla, cuando Samuel intentó romperla usando su Kunda-Taijutsu, la puerta seguía intacta. Del otro lado de la puerta, Jorel finalmente llegó a la escuela y el trió de jóvenes intentó advertirle que no entrara, pero era como si no los escuchara del otro lado de la puerta, cuando tomó la manilla para entrar, una extraña energía lo lanzó varios metros lejos.

Después de recuperarse del golpe, volvió a ir a la puerta, esta vez notando la presencia de los chicos, quienes volvieron a intentar hablar con él, pero el sonido simplemente no salía.

—Oigan escúchenme con atención, no digan nada solo piénsenlo y así yo podré usar mi telepatía —indició, tratando calmarlos un poco.

Los tres amigos le hicieron caso y Jorel se informó de la situación; le dijo a Shawn que se hiciera cargo de esto, mientras encontraba la manera de entrar junto a sus demás hermanos, por lo que desplegando sus alas, se fue a buscar ayuda.

—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Sara preocupada.

—Tendremos que enfrentarnos al pecado capital —declaró Shawn, con decisión.

—Nos enfrentamos al pecado de la avaricia y apenas logramos hacerle unos rasguños ¿piensas que podríamos hacerle frente a otro pecado? —preguntó Samuel, algo inseguro.

—En ese entonces apenas teníamos algo de entrenamiento con la Energía Kundalini, ahora tenemos más experiencia, además, tenemos un as bajo la manga —dijo mirando fijamente a Sara.

—¿Te refieres a mí? —preguntó Sara sorprendida—. Yo solamente puedo controlar la lujuria y la castidad, mi dominio con la avaricia es bastante pobre.

—Eso lo sé, pero también sé que de los tres, tú eres la más poderosa. No tienes que preocuparte, no pelearas sola; antes que nada hay que pensar en un plan y lo primero es encontrar al pecado capital.

Shawn se arrodillo en el piso y empezó a recitar uno de sus hechizos.

Luz divina de Dios, conviértete en mis ojos y dime donde se ocultan los seres malignos.

El hechizo de Shawn funcionaba como una especie de radar que le permitía ver cada rincón de la escuela, cada gota de sudor, cada goma de mascar en las mesas, hasta la más mínima mota de polvo era notada por él. Finalmente, logra encontrar al caído en el sótano de la escuela pero desafortunadamente, Belfegor se dió cuenta de su presencia.

—¿Quién eres? ¿Por qué no estas en mi mundo de sueños? —preguntó antes de usar su magia contra Shawn.

El hechizo se anuló y Shawn cayó al suelo como si lo hubieran golpeado.

—¿Estás bien amigo? —preguntí Samuel, ayudándolo a levantarse.

—Estoy bien, esa cosa sabe que no estamos dormidos, hay que actuar rápido —respondió, procediendo a contarle su plan a sus amigos—. Lo que haremos será pelear en el sótano, no tendrá suficiente espacio como para volar a su gusto con su colchón, pero también tendremos el suficiente espacio como para esquivar sus ataques. Sara, solo te transformarás cuando nos enfrentemos directamente con Belfegor. Tu objetivo será el lastimarlo lo que más puedas, al este aún desconocer de la existencia de los Errantes no se verá venir la golpiza, una vez que esté lo suficientemente debilitado, Samuel y yo podremos someterlo el tiempo suficiente hasta que lleguen los verdaderos refuerzos.

Samuel y Sara asintieron con la cabeza y los tres mosqueteros fueron hacia el sótano para enfrentarse al pecado capital de la pereza, pero este último no se las iba a dejar fácil. En la oscuridad del sótano, acostado en su colchón, estaba el cuarto príncipe del infierno, Belfegor.

—¿Cómo es que ellos son inmunes al humo de mi Tesoro Maldito?... que pereza tener que pensar en eso —dijo quejándose—. Lo mejor será que no me mueva de aquí. Arena caótica, amontónate formando fieros guardianes que me protejan de todo peligro.

Usando su Miasma, Belfegor creó seis golems de arena para atrapar a sus intrusos. Mientras nuestros protagonistas corrían para enfrentarse con el caído, se encontraron con los golems de arena previamente creados por él.

—¿Qué hacemos Shawn? ¿Peleamos? —preguntó Samuel, preparándose para una confrontación.

—No, no pelearemos. Debemos guardar energías para enfrentarnos contra Belfegor, corramos, tengo un plan.

Los tres adolescentes corrieron de los golems, debido a que estos últimos son algo lentos fue fácil para ellos adelantarse hasta llegar a la piscina de la escuela, los golems los buscaron, les habían perdido la pista, pero todo fue parte del plan de Shawn. Desde atrás de los golems este los ataca con el extintor de fuego, haciéndolos retroceder hasta caer en la piscina y por ende, haciendo que se disuelvan. Con un problema menos por el cual lidiar, el trío de héroes se dirigen nuevamente al sótano.

Mientras tanto, afuera de la escuela...

Jorel llegó nuevamente junto a sus hermanos para encontrar una manera de entrar a la escuela.

—Y eso fue lo que paso cuando abrí la puerta —dijo explicándoles la situación.

—Lilith ¿tienes alguna idea de que clase de hechizo uso Belfegor para resguardar la escuela de nosotros? —pregunto Gabriel.

—Sí. Se llama La Prisión del Miasma; Belfegor usa una buena parte de su energía para crear una barrera invisible de miasma, solo él puede decidir quienes entrar o no. Lo más probable es que ni siquiera yo pueda entrar, aunque Gabriel intente usa su Armadura de Fuego Celestial la barrera no cederá y además reflejará todo ataque hacía nosotros .

—Escuchen chicos, vayamos detrás de la escuela para que nadie nos vea —indicó Uriel—. Una vez seguros, Raguel revisará su Libro de los Secretos para encontrar un hechizo que pueda contrarrestar la barrera.

Mientras los seres paranormales intentaban averiguar una forma de entrar a la escuela; Shawn, Sara y Samuel llegan finalmente al sótano de la escuela y allí se encuentraron al pecado capital de la pereza, Belfegor. 

Era un ser humanoide piel grisacea, completamente lampiño, con ojos blancos vacíos y orejas puntiagudas, su físico era famélico y carente de musculatura, en su torso se leía la palabra "Pereza" en varios idiomas. Para cubrirse, usaba un pantalón bombacho de color azul grisaceo, estaba recostado en su colchón.

—Yo solo quería aliviar a todos los jóvenes de esta escuela —empezó a decir sin levantarse de su colchón—. Día tras día, oculto en este lugar, lograba escuchar sus quejas, como sufrían debido a las vidas que tenían, en su sueño eterno, todos ellos son felices, no tienen complicación alguna. Eran igual que yo. Antes, sufría por haber perdido a mis hermanos, pero encontré la solución al sumergirme en un mundo de fantasía, toda mi tristeza desapareció, aún así, parece que a mi Padre le gustaba verme triste porque me desterró al Infierno y me convertí en el cuarto príncipe del infierno. Díganme ustedes: ¿qué tiene de malo soñar?

—No tiene nada de malo —dijo Sara con mirada seria—, pero eventualmente, todos debemos despertar.

https://youtu.be/P2bPD7WgViQ

Esas palabras enfurecieron a Belfegor, quien empezó a volar con su colchón y a atacar con sus hechizos. Samuel activó su Kunda-Taijutsu y Shawn tomó su libro de hechizos, este último le dice a Sara que se espere un poco más para transformarse y así dió inicio la batalla.

Hielo caótico y letal, fórmate en grandes soldados que hielen la sangre de mis oponentes y que tiñan su hielo con sangre.

Unos tres golems de hielo se forman para atacar a nuestros héroes, Samuel decidió enfrentarse a ellos y no fueron un gran problema, con su fuerza sobrehumana los destrozó como si fueran de vidrio; Belfegor finalmente entiende que debe tomar enserio este combate si quiere acabar con ellos.

Lava caótica, que tu humo explosivo sea expulsado por mi boca y así mis oponentes sean alcanzados por tus temibles rayos.

Un humo de color gris salió expulsado de la boca de Belfegor, un extraño ruido de fricción se escuchaba que venía de ese humo; Samuel de manera impulsiva se abalanzó para atacar a Belfegor, pero al entrar en contacto con el humo, salió disparado por una potente descarga eléctrica.

—¡¿Qué fue lo que acaba de pasar?! —exclamó recuperándose del fuerte golpe.

—Eso es una especie de humo de un volcán explosivo —explicó Shawn, frunciendo el ceño—. En el humo de los volcanes explosivos, se crea fricción, provocando electricidad; es como una especie de valla eléctrica de humo.

Shawn se puso a hojear su libro de hechizos para buscar uno que pueda hacerle frente al de Belfegor.

Viento sagrado, de mi boca sea expulsada tu temible ráfaga que a mis rivales corta.

De su boca, Shawn expulsó una gran ráfaga de viento que disipó el humo de Belfegor y cuando alcanza a este último, le provocó un corte en su brazo derecho que lo hace enojar aún más.

Arena caótica crea un colosal tsunami que ahogue a mil soldados.

Una gigante ola de arena como de unos cuatro metros se dirigía a toda velocidad hacía Shawn y sus amigos, pero de último minuto, llegó Sara, transformada y cortó la temible ola con una patada en llamas, que dicho sea de paso, le quemó por completo el zapato. Belfegor no podía creer que esa humana sea capaz de tal cosa, podía sentir en ella como una especie de energía, que le hacía recordar a sus hermanos.

—Sorprendido ¿verdad? Este es mi Modo Errante —declaró Sara con una mirada penetrante—. Lo siento, pero no permitiré que lastimes a mis amigos, prepárate a ser derrotado.

Sara se lanzó a gran velocidad a atacar a Belfegor con una serie de golpes envueltos en fuego y a gran velocidad, el golpe fue tanto que logró bajar a Belfegor de su colchón y tirarlo al suelo mientras este escupía sangre.

—Imposible, es el Fuego Purificador de Gabriel —dijo impactado—. Será mejor que no escatime en Miasma. Lava caótica, fórmate en rocas fundidas que sean disparadas hacia mi oponente.

De las manos de Belfegor se formaron una serie de proyectiles de lava que disparó contra Sara a gran velocidad, pero esta logra destruir todos con sus puños en llamas. Sara había logrado dominar la virtud capital de la castidad gracias a un entrenamiento con Gabriel, ella tenía mala puntería cada vez que lanzaba una bola de fuego, allí fue cuando Gabriel le dió un consejo importante que definiría su estilo de combate. Sara usaba únicamente el Fuego Purificador para atacar cuerpo a cuerpo, encendiendo sus manos y pies para atinar potentes golpes. 

De regreso a la pelea, Belfegor usó todas sus fuerzas para acabar con Sara de una vez por todas antes de que le atine otro de esos golpes.

Oscuridad demoníaca, que tus manos oscuras arrastren a mi oponente, hasta el más profundo de los infiernos

Unas manos hechas de sombra saliron del piso y empiezan a arrastrar a Sara hacía abajo, ella intentó zafarse usando su fuerza, pero el agarre de esas manos era mayor por lo que Sara usó su Fuego Purificador para destruir aquellas manos de oscuridad. Una vez liberada, le conectó una potente patada a Belfegor lanzándolo al techo, rompiéndolo y llegando hasta el gimnasio de la escuela, Sara de un potente salto lo alcanzó y la pelea continuó en el gimnasio. Shawn y Samuel corrieron para llegar al gimnasio y apoyar a Sara en el combate.

—Ya me tienes harto, humana —dijo Belfegor molesto, apenas pudiendo levantarse del suelo por esa última patada que le produjo daños internos en los órganos—. Me estas haciendo trabajar demasiado. Es hora de soltar mi as bajo la manga, el arma con la que pude destrozar a Azazel y a Belcebú cuando me retaron ¡Nictofobia: Festival de Monstruos Infernales!

Unos monstruos hechos de Miasma fueron creados por Belfegor, los seres de sombras eran de distintos tamaños y formas, algunos tenían apariencia humanoide, otros parecían animales. Belfegor había creado un total de veinte de estos seres que comandó para que ataquen a Sara. Ella trataba de defenderse como puede, pero cada vez que destruía a uno de esos monstruos se regeneraba al instante.

—Es inútil pelear contra ellos, son invencibles, jamás pararan de pelear contigo, mi técnica Nictofobia me permite manipular las sombras para crear soldados espectrales —declaró Belfegor disfrutando el espectáculo.

Sara debía pensar rápido en un plan para deshacerse de esas cosas antes de que se le acabe el tiempo de su transformación, el plan finalmente llegó a su cabeza, pero tenía que actuar rápido y atacar con todas sus fuerzas. Concentrando todo lo que puede de Fuego Purificador y lo liberó en una gran explosión de llamas, que consumiron a los seres de sombra Belfegor, al este ser eficaz contra seres malignos. La explosión también alcanzó a Belfegor, dejándolo con quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo que le provocaban un intenso dolor.

La ropa de Sara quedó bastante chamuscada, su vientre estaba al descubierto, su falda se recorto bastante y estaba totalmente descalza. Belfegor entendió que debe dar todo lo que le queda para acabar con ella por lo que saca su último recurso.

—No me quedan muchas fuerzas, no podré mantener a este por mucho tiempo, pero espero que funcione —murmuró preocupado—. ¡Nictofobia: jinetes del apocalipsis! 

https://youtu.be/o3r3vGgLA2I

Cuatro jinetes espectrales de sombras fueron creados por Belfegor y estos eran mucho más rápidos que los anteriores, armados con lanzas, espadas, mazos y cadenas atacanron todos juntos a Sara que apenas puede esquivar sus ataques, uno de los jinetes, el que portaba el mazo logró golpearla y la tumbó en el piso. Sara quedó bastante herida por ese último golpe, solo le quedaban unos cinco minutos antes de quedarse sin fuerzas, por lo que decide liberar todo el poder del pecado capital de la lujuria, creando un gigantesco tornado que atrapó a los jinetes y a Belfegor, quienes no paraban de ser azotados por los suelos y las paredes. Mientras Belfegor seguía volando dentro del tornado, Sara apareció de la nada y le atinó una potente patada de fuego en todo el pecho, rompiéndole varias costillas y estampándolo contra el piso. Del golpe, los jinetes desaparecieron, Belfegor ya no tenía suficiente poder como para usar Nictofobia, estaba oxidado y usó gran parte de su energía para la barrera que cubría la escuela; cuando Sara se acercaba para dar el golpe de gracia, cae debilitada, se le había acabado el tiempo.     

—¡Maldita humana, casi me matas! —gritó mientras se reía—. ¡Una simple humana casi me mata!... No te preocupes, haré que tu muerte sea rápida. Lava caótica, sé expulsada de mi boca y derrite todo lo que esté en tu camino.

Un potente chorro de lava es lanzado por Belfegor hacia Sara, parecía que iba a ser el fin de esta heroína, pero en el momento justo, llegó Samuel y corriendo a gran velocidad cargó a Sara en brazos y la salva de la muerte.

Viento sagrado, darme tu fuerza y en mi mano que se forme una potente cuchilla que rebane a mi oponente —conjuraba Shawn desde la entrada del gimnasio.

Shawn lanzó una gran cuchilla de viento a Belfegor que lo estampó contra la pared y le hizo una herida profunda en el torso. Samuel dejó recostada a Sara a un lado del gimnasio para apoyar a Shawn.

—Será mejor que te rindas y regreses al infierno —dijo Shawn con firmeza—. Hasta ahora todo ha salido de acuerdo a mi plan; Sara logró herirte bastante, además de tus quemaduras, debes tener un montón de huesos rotos.

Belfegor apretó los dientes con furia, aquel humano no estaba equivocado. Tras todos los golpes que recibió de Sara tenía los huesos de la pelvis rotos, la mitad de sus costillas rotas y daño en múltiples órganos internos. La chica de cabello arcoíris se había aprovechado de que debido a su falta de musculatura, era más vulnerable a los golpes físicos. 

—¿Eso es todo lo que es tu amiga, humano? ¿Es un simple peón? —cuestionó Belfegor, con tono burlón.

Shawn simplemente rió por esa declaración.

—¿Un peón? Claro que no. Ella es nuestra reina, la pieza más importante en el ajedrez —respondió con una sonrisa—. Es hora de hacerte jaque mate, Belfegor.

Lava caótica, sé expulsada de mi boca y derrite todo lo que esté en tu camino.

Agua sagrada y feroz, dame tu fuerza para herir a más de cien oponentes, vuélvete un potente disparo que destruya todo a su paso.

Los dos ataques de Shawn y Belfegor chocaron creando un vapor que cubrió una buena parte del gimnasio. Belfegor llamó a su Tesoro Maldito y este viene por sí solo volando, el pecado de la pereza volvió a subirse en su colchón y los atacó desde el aire.

Granizo destructor, conviértete en fuertes balas que acribillen a mis adversarios.

Belfegor disparó un montón de granizo a quema ropa; Samuel los destruía con sus puños y Shawn usó hechizos de fuego para defenderse; Shawn sabe que si logran hacer que Belfegor caiga de su colchón tendrán una ventaja, ya que sus músculos eran demasiado débiles.

—Es hora de darle sus pataditas, Samuel ¿listo? —preguntó Shawn con una sonrisa.

—¡Cuando quieras, hermano! —exclamó Samuel emocionado.

Shawn y Samuel corren por los alrededores de Belfegor para afectar su puntería y tomarlo desprevenido.  

—¡Dejen de correr! —exclamó furioso—. Oh gran arena del desierto blasfemo, conviértete en la terrible serpiente del caos y devora a todos los inocentes.

La arena aparece de la nada, tomando la forma de una cobra de diez metros de largo que los persigue por todo el gimnasio.

Shawn llama la atención de la serpiente y lanza su hechizo para que no estorbe.

Fuego divino, que el gran fénix sea mi aliado contras las fuerzas de la oscuridad.

El fuego invocado por Shawn toma la forma de un ave fénix, la cual impacta de lleno contra la serpiente, volviéndola de cristal y siendo fácil de destruir. 

Samuel utiliza sus capacidades sobrehumanas para así dar un gran salto hacia Belfegor, aplastándole por completo la espalda con una patada, queriendo acabar por fin con el carga el golpe de gracia.

—No voy a perder, soy el cuarto pecado capital —dijo creando una onda expansiva de Miasma para hacer caer a Samuel, quien cae al suelo, pero por suerte, no sufre grandes daños.

Maquiavélicas sombras ataquen a traición a mi oponente.

Unas estacas de sombras salen disparadas directamente desde la sombra de Shawn, clavándose en su cuerpo, dejándolo bastante herido.

—¡Hermano! —exclamó Samuel, yendo a socorrerlo.

Lava caótica, fórmate en rocas fundidas que sean disparadas hacía mi oponente.

Balas de lava fueron disparadas, pero con velocidad, Samuel las esquivó todas sin muchas complicaciones. Acto seguido, ayudó a Shawn a levantarse con prisa.

—Tenemos una oportunidad, todo queda en tus manos —dijo derrumbándose por el dolor.

—No te decepcionaré —dijo con convicción.

Luz divina de Dios, dame tu brillo sagrado y ciega a todos los seres que diambulan en tinieblas.

Shawn creó una esfera de luz que al ser disparada, explotó como una granada aturdidora, haciendo que Belfegor se quede ciego por varios segundos. Cuando recuperó la visión, únicamente vió al humano con gafas que apenas se podía sostener de pie, pero su amigo había desaparecido, cuando de pronto, alguién le atina un golpe poderoso en la nuca, era Samuel quien nuevamente se había subido a su colchón. Por el golpe ambos caen, pero la pelea ya había terminado y el vencedor ya había sido determinado. 

—¡Jaque mate, Belfegor! —exclamó Samuel, mientras caían.

Samuel logró conectarle un golpe con todas sus fuerzas en la sien a Belfegor, lo que hace que su cerebro se sacuda docenas de veces y se estrelle inconsciente en las gradas del gimnasio. Finalmente la batalla había terminado.

Mientras Samuel y Shawn celebran su victoria, llegaron Gabriel y los demás listos para batallar, pero su sorpresa fue grande al ver que los tres adolescentes habían logrado derrotar a Belfegor; Raguel procedió a abrir un portal al infierno y así el cuarto pecado capital regresó a donde pertenece, acto seguido le regresó sus fuerzas a Sara, haciendo que esta despierte, además de curar las heridas de Shawn. Raguel usó su magia para reparar los daños provocados en la escuela, Jorel usó su telepatía para implantar recuerdos falsos en los humanos dormidos, colocando todo en su sitio y es como si nada hubiera pasado; el trío de héroes fue felicitado por su victoria, habían madurado lo suficiente como para hacerle frente a un pecado capital, pero todavía quedaban muchas otras pruebas que afrontar ¿qué seguirá en la vida de nuestros protagonistas?
   






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